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domingo, 22 de septiembre de 2013

Merkel seguirá gobernando Alemania. Ganó elecciones con 42% de los votos

Agencias Noticiosas 


Merkel gana las elecciones alemanas con un 42% de los votos según los sondeos

La televisión pública germana da como vencedora a la actual canciller, con 16 puntos de ventaja.

La canciller alemana y líder cristianodemócrata, Angela Merkel, se impuso en las elecciones generales con un 42,5% de los votos, mientras que el Partido Socialdemócrata (SPD) obtuvo un 26,5%, según los sondeos de la televisión pública ZDF al cierre de los locales.
Los colegios electorales cerraron en Alemania a las 18.00 horas (16.00 GMT) poniendo fin a la votación para elegir a los miembros del nuevo Bundestag (cámara baja del parlamento) que designará al futuro canciller federal del país. La jornada electoral transcurrió sin incidentes y tanto los cristianodemócratas de Angela Merkel como los socialdemócratas de Peer Steinibrück pidieron el voto de los ciudadanos hasta el mismo cierre de las urnas.
La única cifra de participación oficial hecha pública hasta el momento, correspondiente a las 14.00 horas (12.00 GMT), apuntaba a un aumento de votantes. A esa hora, se había acercado a las urnas el 41,4 por ciento de los ciudadanos con derecho a voto, 5,3 puntos más que en las últimas elecciones legislativas alemanas celebradas en el año 2009.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Así llega Alemania a las elecciones de este domingo

Tomado de esglobal 

Ciudadanos alemanes caminan frente a carteles de propaganda política para las elecciones de este domingo 22 de Septiembre.

¿Cuál es la situación y a qué se enfrenta el país a pocos días de sus elecciones?

Por Andreu Jerez

esglobal: ¿En qué momento se encuentra Alemania?
Sociedad alemana: En un momento de profunda crisis económica, política y de identidad en buena parte de los países que forman la Unión Europea, muchos miran a mi capital, Berlín, en busca de respuestas y también de soluciones. Durante los últimos años, he marcado el devenir político y económico del Viejo Continente gracias a un remozado liderazgo que se vio erosionado durante la crisis económica en la que me vi inmersa a principios del presente siglo. En aquel momento, un desempleo estructural considerable y un Estado del Bienestar que ciertamente necesitaba una revisión llevó a mi entonces canciller, el socialdemócrata Gerhard Schröder, a introducir un paquete de reformas ya mítico, conocido como Agenda 2010, con el apoyo de Los Verdes: aquellas reformas supusieron un recorte del gasto público y del Estado del Bienestar, así como la flexibilización del mercado laboral.
¿Los resultados?: con los datos macroeconómicos en la mano, mi economía ha soportado mejor que la de otros países europeos la Gran Recesión que comenzó hace más de cinco años. Actualmente, los datos oficiales de desempleo rondan el 7% de la población activa, he mantenido un ligero crecimiento en un contexto de crisis europea y global, y el sector exportador, clave en mi economía (supone alrededor del 50% de mi PIB), se mantiene robusto gracias a la diversificación de los mercados en los que busco salida a mis apreciados productos made in Germany.  
esglobal: Esas reformas introducidas hace una década, ¿sólo han tenido efectos positivos?
SA: No, ni mucho menos. Unos datos macroeconómicos buenos no siempre se traducen en la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos de un país. O al menos no de todos. Si echamos un vistazo, por ejemplo, a mi mercado laboral, veremos que éste tiene dos caras bien diferentes: mantengo e incluso creo empleo, pero al mismo tiempo, mi sector de sueldos bajos y de condiciones laborales precarias se extiende y engulle a cada vez a más personas: como apunta el libro (recientemente publicado) “La quinta Alemania. Un modelo hacia el fracaso europeo”, alrededor de 8 millones de asalariados en mi mercado laboral trabajan en mini jobs o en condiciones laborales precarias. Además, el hecho de que la Agencia Federal de Empleo no incluya a mis parados de larga duración (los conocidos popular y despectivamente como Hartz IV) hace que el desempleo oficial sea más bajo que el real.
No son pocos los economistas los que me califican como la actual punta de lanza del neoliberalismo en Europa. Como apunta un informe del Instituto de Ciencia Económica y Social financiado por la Comisión Europea, el modelo neoliberal, que comenzó a ganar terreno entre mi clase política ya en la década de los 80, ha provocado que el sector del trabajo a tiempo parcial haya escalado del 14 al 29% entre los años 1991 y 2010. Esa neoliberalización de mi modelo económico ha provocado, por tanto, una dualización de mi mercado laboral: hay millones de asalariados, de sectores donde el sindicalismo mantiene una cierta capacidad de negociación colectiva, que pueden vivir de sus sueldos, cotizan y construyen así una jubilación digna con sus aportaciones a la caja de la seguridad social; sin embargo, también hay millones de trabajadores que no pueden vivir dignamente de sus sueldos, que tienen contratos precarios con salarios tan bajos que ni siquiera cotizan y cuyo futuro en la vejez, por tanto, es incierto. De hecho, la pobreza en la tercera edad ya es una realidad en Alemania: en las calles de Berlín no es inusual ver a ancianos en busca de botellas de vidrio y plástico, con cuya devolución ingresan unos euros que les ayudan a completar su insuficiente jubilación. En resumen, soy capaz de contener la tasa de desempleo, pero incapaz de asegurar una distribución equilibrada de la riqueza:según la OCDE, soy uno de los países industrializados donde más ha crecido la brecha entre ricos y pobres.
esglobal: ¿En qué momento se encuentra su relación con la Unión Europea?
SA: La crisis económica y, especialmente, la crisis de deuda han aumentado considerablemente lagermanofobia en Europa, sobre todo en los países de la llamada periferia europea. Allí donde antes levantaba admiración por la eficiencia de mi economía y mi indiscutible capacidad organizativa e industrial, ahora genero pancartas de protesta en las que mi canciller, la cristianodemócrata Angela Merkel, aparece enfundada en trajes militares y con brazaletes con la esvástica en el brazo.
Más allá de esas indudables muestras de populismo político impulsado por la terca e inflexible política de austeridad impulsada por mi actual Gobierno, los socios europeos critican, fundamentalmente, dos elementos de mi modelo económico: la política de sueldos bajos, calificada por numerosos analistas como dumpingsalarial, así como mi brutalmente positiva balanza comercial, beneficiada por la introducción del euro como moneda única europea, que abarató los costes del comercio dentro de la Eurozona.
Un dato que respalda la primera de las críticas que recibo como locomotora económica europea: mi masa trabajadora gana menos y, por consiguiente, gasta menos, lo que mantiene mi consumo interno relativamente débil (entre 1995 y 2010, la cuota de mercado de los productos de baja calidad -Ramschökonomie o lo que es lo mismo, cadenas como Aldi o Lidl- aumentó del 29,2% al 43,6%); los salarios de buena parte de mi masa trabajadora llevan, además, dos décadas técnicamente congelados. Mientras mis críticos aseguran que ello apuntala mi balanza comercial positiva y debilita mi potencial importador (lo que va en detrimento de la exportaciones del resto de economías europeas), los defensores de mi modelo económico hablan de un necesario aumento de la competitividad en una economía ferozmente globalizada.
esglobal: ¿Le podría pasar a usted factura la crisis de deuda y económica que está sufriendo Europa?
SA: A pesar de que a raíz de la crisis económica y de deuda mi (vital) sector exportador ha diversificado de forma efectiva la salida de sus productos a mercados extracomunitarios (como Brasil, China o India), el mercado europeo sigue absorbiendo alrededor de la mitad de mis exportaciones. Además, parte de mi banca está expuesta en la crisis bancaria periférica. Por poner un claro ejemplo: fueron fundamentalmente mis grandes bancos, juntos a los franceses, los que inflaron con capital la burbuja inmobiliaria española que, tal y como era de prever, acabó explotando. En resumidas cuentas, no parece que me pueda permitir la desintegración de la Unión Europea ni tampoco el desmantelamiento del euro como moneda común. No al menos sin que ello tenga duras consecuencias para mi economía y para mi Estado del Bienestar, que, pese a estar en retroceso, sigue estando bastante más desarrollado que el de otro países europeos.
Angela Merkel lo ha dicho en numerosas ocasiones: “Un fracaso del euro supondría un fracaso del proyecto europeo”. Pese al aparente europeísmo sin fisuras del actual Gobierno federal, su inquebrantable postura respecto a la deuda privada en la periferia, en la que mi gran banca y algunas de mis cajas regionales están muy expuestas (sin una cifra de capital oficial reconocida por mis autoridades), genera dudas sobre mi compromiso con el proyecto político europeo. Mi actual ministro de Finanzas, el cristianodemócrata Wolfgang Schäuble, ha repetido por activa y por pasiva que los deudores son los que tienen la responsabilidad de devolver los créditos contraídos (con los correspondientes intereses). En una entrevista publicada este año por el diario español ABC, Schäuble dijo: “España rechazaría frontalmente la posibilidad de no devolver los créditos asumidos. Un sistema económico estable se basa en la confianza, que, a su vez, se basa en la certeza de que se cumplen los contratos y se devuelven los créditos. Sin esta condición básica no funcionaría ninguna economía.” Nada dijo Schäuble, sin embargo, de la evidente responsabilidad compartida en una crisis de deuda entre acreedores (en este caso, parte de mi banca) y los acreedores (la banca periférica).
Todo ello hace que la confianza de mis socios europeos respecto al aparente europeísmo sin fisuras de mi actual Gobierno decrezca y, por consiguiente, se abran aún más las brechas en el ya de por sí castigado proyecto de la UE. Una profundización de esa crisis comunitaria, que en el peor de los casos desembocase en la ruptura del euro como moneda común y del fin de la UE como proyecto político, tendría, sin duda, unas consecuencias incalculablemente negativas para mi economía nacional y para mi población.
esglobal: ¿Cómo encaja ese europeísmo con su cada vez mayor acercamiento a las economías emergentes de Asia, como China, por ejemplo?
SA: El hecho de que la mitad de mi PIB descanse en mi sector exportador me obliga a buscar salida a mis productos allá donde sea posible, aún más si la demanda en el mercado comunitario flaquea. China es, sin duda, uno de los países emergentes donde la capacidad de consumo ha aumentado y donde mis productosmade in Germany son apreciados y demandados. Un demoledor dato lo demuestra mi multinacional automotriz Volkswagen que vendió en la primera mitad del presente año más turismos en China que en el conjunto de la Unión Europea (más de un millón de coches vendidos en el gigante asiático frente algo más de 775.000 en los 27 Estados miembros de la UE).
Volkswagen colocó así el 40% de su producción de utilitarios en el mercado chino durante el primer semestre de 2013. Y esa tendencia es ascendente: la Universidad de Duisburgo-Essen pronostica que la mitad de turismos de la marca alemana serán conducidos por ciudadanos chinos antes de 2020. Así las cosas, no me puedo permitir prescindir de esos merados emergentes con una clase media creciente, incluso cuando son países donde el respeto de los derechos humanos brille por su ausencia, como es el caso de China, una dictadura comunista de economía neoliberal. No es casualidad que Angela Merkel dejase hace años de recibir de forma oficial al Dalai Lama, opositor al régimen chino y líder espiritual del Tíbet.
esglobal: ¿Ha crecido su euroescepticismo a raíz de la crisis de deuda europea?
SA: No sólo la germanofobia ha aumentado en la periferia europea con la crisis económica y de deuda; el euroescepticismo también ha crecido entre mi población. Una prueba de ello es la aparición en mi arena política del partido Alternativa para Alemania (Alternative für Deutschland -AfD-), una escisión de la CDU (cristianodemócrata) que apuesta por acabar con la eurozona tal y como la conocemos ahora. Aunque los sondeos lo sitúan por debajo del umbral de 5% de votos necesario para entrar en el Parlamento, la fundación de AfD corporifica políticamente ese (creciente) euroescepticismo que se respira en mi sociedad.
Un reciente informe del centro de estudios londinense Open Europe apunta en esa misma dirección: la mayoría de alemanes (un 55%) quiere permanecer en el euro, pero también que la eurozona se convierta en “un selecto grupo” de países con características similares a las mías. Es decir, más de la mitad de mis ciudadanos apuesta por la construcción del conocido como “euro del Norte”. Mientras, países como España, Grecia o Portugal deberían volver a sus respectivas monedas nacionales. Esta última opción es precisamente defendida por la (de momento) marginal formación Alternativa para Alemania.
esglobal: ¿En qué momento se encuentra el neonazismo alemán? ¿Lo considera usted un problema relevante o más bien marginal?
SA: Durante décadas, mi clase política y mi Estado fueron incapaces de calibrar de manera correcta la amenaza asesina de mi extrema derecha: el 'caso NSU', que salió a la luz pública a finales de 2011, cambió esa percepción. Después de que se supiera que una célula neonazi formada por tres personas, con el apoyo de una amplia red social, llevó a cabo atentados contra ciudadanos alemanes de origen extranjero, atracó bancos y puso bombas, mi clase política y mis servicios secretos y policiales cambiaron el discurso respecto al neonazismo.
No en vano, la extrema derecha ha matado a más de 180 personas desde mi reunificación. Ello ante cierta pasividad de mis servicios secretos y policiales. En todo caso, y pese a que los partidos neonazis siguen suponiendo un movimiento político marginal (con representación en algunos parlamentos regionales y fuertemente arraigados sobre todo en mis territorios orientales), puedo decir sin miedo a equivocarme que elneonazismo extraparlamentario alemán se encuentra en alza.

esglobal: ¿Qué pasará en sus elecciones federales del próximo 22 de septiembre?
SA: A no ser que se produzca un inesperado vuelco electoral de última hora, la actual canciller, su partido cristianodemócrata CDU y su marca bávara (los socialcristianos de la CSU) se impondrán con claridad en mis próximos comicios. Así lo apuntan los sondeos de intención de voto. La única cuestión que sigue abierta es con quién gobernará Merkel la próxima legislatura. La actual coalición de Gobierno liberal-conservadora parece tener pocas posibilidades de reeditarse, porque los actuales socios de Merkel (los liberales del FDP) es probable que entren en el Parlamento con apenas el 5% de los votos, un porcentaje insuficiente para la reedición de mi actual Gobierno. Una nueva gran coalición de cristianodemócratas y socialdemócratas, que ya me gobernó entre 2005 y 2009, se presenta así como la opción más sólida.
Otra posibilidad es una coalición entre los conservadores y Los Verdes: en la escala regional ya se ha producido esta curiosa combinación. No en vano, Los Verdes alemanes, pese a haber nacido de los rescoldos del movimiento de protesta juvenil de los 60 y 70, son en la actualidad un partido de centro-izquierda de acento ecologista y con posiciones liberales en cuanto a política económica. Y ello no está tan lejos de las inclinaciones que representa Merkel. Algunos analistas apuntan, sin embargo, que esa coalición supondría un suicidio político para el partido ecologista, que pagaría esa alianza en futuros comicios regionales y federales, en los que muy probablemente serían castigados por su electorado más escorado a la izquierda.
esglobal: ¿En qué medida marcarán el futuro de la UE los resultados de sus elecciones  del próximo septiembre?
SA: En las redacciones periodísticas de países como España se viene diciendo desde hace semanas que mis próximas elecciones son tan importantes (si no lo son más) como las elecciones nacionales de los países de la periferia europea. Ello demuestra hasta qué punto depende el destino de la UE del futuro gobierno que se establezca en Berlín. Hasta alturas está claro que Bruselas consulta a mi Ejecutivo antes de tomar cualquier decisión de calado que afecte el conjunto de la Unión. En ese sentido, se puede decir que no habrá UE sin Alemania, pero también que Alemania difícilmente se mantendrá como la actual potencia económica y política que es sin el apoyo de sus aliados comunitarios. Los acuerdos y el compromiso político parecen así el único camino posible para encontrar una salida a la crisis en la que está inmersa Europa, conmigo a la cabeza. 

miércoles, 27 de febrero de 2013

Muere autor de panfleto que generó sendos movimientos sociales en Europa


Tomado de El País

El joven nonagenario que gritó ‘¡Indignaos!’

Desaparece el referente moral del último gran movimiento de descontento social en Europa


Por Miguel Mora
Stéphane Hessel, autor del panfleto de 32 páginas ¡Indignaos!, que catalizó el movimiento ciudadano de resistencia pacífica en Grecia y España, falleció esta madrugada en París a los 95 años, anunció su esposa, Christiane Chabry. Antiguo diplomático, miembro destacado de la Resistencia contra los nazis, europeísta y humanista convencido e infatigable defensor de los Derechos Humanos, Hessel atravesó todo el siglo XX enfundado en la bandera de la libertad y se convirtió en una celebridad tardía al vender más de cuatro millones de ejemplares de¡Indignaos!, que se publicó en casi 100 países tras ser editada en Francia en octubre de 2010.
Nacido en Berlín en 1917, año de la revolución rusa, le gustaba decir, Hessel procedía de una familia alemana judía convertida al luteranismo que se instaló en París en 1925. Su padre, el escritor Franz Hessel, y su madre, la pintora sin vocación Helen Grund, vivieron un trío amoroso con el también escritor francés Henri-Pierre Roché, que acabaría dando origen a una de las películas más célebres del cine francés, Jules et Jim (1962), dirigida por François Truffaut e interpretada por Jeanne Moreau, Oskar Werner y Henri Serre.
Roché contó la historia real en una novela, y Truffaut le dio un giro al terminar la película con un suicidio-homicidio, aunque en la vida el trío acabó en una simple separación. Hessel contaba que su padre "se apartó voluntariamente" ante la pasión vivida por "los dos seres que más amaba en el mundo". Y cuando recordaba su propia actitud ante aquel trío tan alejado de la convención, solía decir que decidió que lo mejor que podía hacer era ser "el preferido de cada uno de los tres".
Su madre —una mujer libre y dominadora que intentó hacer de su vida una obra de arte—, su padre —que tradujo a Proust al alemán con el filósofo Walter Benjamin— y Roché trasmitieron al pequeño su amor por la cultura, la poesía y la literatura. En 2006, Hessel publicó O ma mémoire: la poésie, ma nécessité. Se dice que nada le gustaba más que recitar a Baudelaire y a Verlaine, a Goethe o a Melville, y que presumía de conocer de memoria más de cien poemas.
Hessel se hizo ciudadano francés en 1937, y se convertiría en un activista precoz siguiendo los cursos de Maurice Merleau-Ponty y leyendo a Sartre. En 1941 se enroló en la Resistencia como miembro de los servicios secretos de la Francia Libre (BCRA, por sus siglas en francés), que operaba desde Londres bajo el mando de Charles de Gaulle.
Según contó en Le Monde su amigo Jean-Louis Crémieux-Brilhac, de 96 años y desde ayer único superviviente del BCRA junto a Daniel Cordier, de 92, Hessel era entonces un "joven brillante, que hablaba con fluidez alemán, inglés y francés", y que formaba con su mujer, Vitia, "una pareja encantadora, muy integrada en la vida social de la Francia libre de Londres, llena de esperanza y de coraje".
En marzo de 1944, Hessel se apuntó como voluntario para una misión en Francia, pero fue arrestado y torturado por la Gestapo. Deportado en septiembre al campo de concentración de Buchenwald, fue condenado a muerte, pero tras trabajar descargando y desnudando cadáveres, logró cambiar su identidad con la de un preso francés recién fallecido de tifus y se libró de la horca. Luego se evadió, fue otra vez capturado, y finalmente saltó del tren que le llevaba a Bergen-Belsen y se sumó a las tropas estadounidenses que entraron en París en mayo de 1945.
Después de la guerra, Daniel Cordier y Stéphane Hessel escribieron elLibro Blanco de la BCRA, y Hessel inició su carrera diplomática. Se fue a Nueva York, donde coordinó la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada en 1948; medió en numerosos conflictos nacionales y extranjeros, y se convirtió en un referente moral del compromiso humanista y la justicia social.
Nombrado embajador de Francia por François Mitterrand en 1981 y galardonado con la Legión de Honor por Jacques Chirac en 2006, Hessel no se dejó atrapar por los honores, y mostró siempre una adolescente capacidad de indignación y denuncia. De una batalla pasaba a otra: los derechos de los inmigrantes sin papeles, el ecologismo, la pobreza, la causa palestina (que le valió la cólera de las asociaciones judías)... En 2008, indignado por la política de inmigración que impuso el ministro Brice Hortefeux, Hessel afirmó: "Desde hace dos años, asistimos a un espectáculo desolador y deshonroso, la caza de inmigrantes que viven en Francia desde hace años, y la de sus hijos que dan clase en nuestros colegios".
Hombre de izquierdas y europeísta de alma, en política se limitó a mirar desde fuera: fue seguidor del socialista Pierre Mendès-France, apoyó a Michel Rocard en 1985, se presentó como independiente no elegible en las listas de Europa Ecología en 2010 y sostuvo a François Hollande en la campaña electoral de 2012. Durante el último congreso socialista, Hessel presentó una moción, titulada Más lejos, más deprisa, que animaba a Hollande a acelerar y profundizar en el cambio político.
Pasada la frontera de los noventa, siguió dando ejemplo y militando por la libertad. El impresionante éxito deIndignez-vous! (¡Indignaos!) le llenó de alegría y le llevó a ser uno de los referentes de los movimientos de jóvenes airados en España o Grecia. En una entrevista publicada por EL PAÍS en mayo de 2011 contó que no esperaba que su librito tuviera tal repercusión en el extranjero. "Cuando empezamos con la idea teníamos a Francia en la cabeza. Ocurrió que en pocas semanas se produjeron varios acontecimientos. La popularidad de Sarkozy se fue hundiendo, lo mismo ocurrió en Italia con Berlusconi, e incluso en España con Zapatero, y en Portugal con Sócrates. Antes de que se produjeran las revueltas del norte de África, la idea de que los Gobiernos de varias partes del mundo rozaban comportamientos que provocaban la indignación de la gente era algo que raramente habíamos visto", aseguró.
Con su vitalidad intacta hasta casi el final de sus días, no dejó de viajar, de conceder entrevistas y de dar conferencias. Su espíritu incansable y aventurero, su apertura de mente, su seductora y apasionada inteligencia y su amor a la cultura dieron a Hessel un aura de sabio totémico, aunque él siempre dijo que su tardío éxito entre los jóvenes se explicaba por el momento histórico que vive Europa: "Las sociedades actuales están perdidas, se preguntan qué hacer para encontrarse y buscan un sentido a la aventura humana".
En la hora de su desaparición, que deja a Francia casi sin protagonistas directos de la Resistencia, el presidente de la República, el primer ministro, la oposición, los sindicatos y cientos de ciudadanos y lectores expresaron su admiración por el combatiente de la paz y la libertad, y el PS pidió a Hollande que se le dedique "un gran homenaje nacional".
El Elíseo emitió una nota que subraya que Hessel fue "una gran figura que consagró su vida excepcional a la defensa de la dignidad humana", y destacó que "su capacidad de indignación no tenía más límite que el de su propia vida".

lunes, 16 de julio de 2012

Sobornos en FIFA: Blatter acusa a federación Alemana


Tomado de El País
Franz Beckenbauer de la federación alemana de fútbol y Joseph Blatter, actual presidente de la FIFA

Blatter sugiere que Alemania compró votos para celebrar el Mundial 2006
La constatación de que Havelange recibió sobornos desata una disputa entre el actual presidente de la FIFA y la federación germana

Joseph Blatter, el presidente de la FIFA, organismo rector del fútbol mundial, dijo en el diario suizo SonntagsBlick que hubo “irregularidades” en la adjudicación del Mundial de 2006 a Alemania. Ante la referencia a una presunta compra de votos, Franz Beckenbauer, mítico exfutbolista y presidente del comité organizador de aquella cita, salió al paso en el diario alemán Bild: “Las declaraciones de Blatter me resultan del todo incomprensibles. Lo decisivo fue el voto de los europeos a nuestro favor”. El cruce de argumentos se produce justo después de que la FIFA admitiera esta semana que el brasileño João Havelange, su presidente durante 24 años, y el yerno de este, Ricardo Teixeira, recibieron sobornos por un mínimo de 11,8 millones de euros procedentes de ILS, una agencia de mercadotecnia y derechos televisivos.
¿Supone que hay un caso de corrupción? “No supongo nada. Lo constato”
Joseph Blatter, presidente de la FIFA

Ahora que también se pone en duda el proceso de elección de las sedes organizadoras de los Mundiales de 2018 (Rusia) y de 2022 (Catar), Blatter recordó el caso de 2006 (Alemania). “Mundiales comprados... Recuerdo que en el momento de la adjudicación alguien se fue. De esta manera, en lugar de 10 (votos) a 10 quedamos 10 a 9 a favor de Alemania. Me alegré, porque no fue preciso un voto de desempate. Pero, vamos a ver, alguien se levantó y se fue”, explicó. ¿Supone entonces que hay un caso de corrupción?, indagó el periodista sobre el caso de Alemania. “No supongo nada. Lo constato”, respondió Blatter, que es presidente de la FIFA desde 1998 y por lo tanto lo era cuando Alemania fue elegida.
El presidente de la asociación de un país me dijo: 'Sería bueno si el árbitro estuviera de nuestro lado'. Entonces me metió un sobre en la chaqueta”.
Joseph Blatter

Antes de repasar el episodio del Mundial de 2006, el suizo había realizado una confesión sorprendente. “Cuando yo era secretario de la FIFA (1981-1998), el presidente de la asociación de un país vino a verme. A la salida, se me acercó y me dijo: ‘Sería bueno que el árbitro estuviera de nuestro lado’. Entonces me metió un sobre en la chaqueta”.
Blatter completó el relato insistiendo en que no se dejó comprar. “Volví a la oficina y abrí el sobre. Había 50.000 dólares. Le llevé el dinero al contable, que propuso abrir una cuenta a nombre de este hombre y depositar el dinero. 14 días más tarde, había recogido el dinero. Desde entonces, nunca han intentado sobornarme”.

domingo, 17 de junio de 2012

No hubo luna de miel entre Merkel y Hollande

Tomado de RFI
 La canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés, François Hollande.

Los desacuerdos sobre la salida de la crisis están suscitando crecientes roces entre París y Berlín. La cancillera alemana Angela Merkel rechazó este viernes 15 de junio soluciones de 'mediocridad' a la crisis en una velada crítica a la propuesta francesa de eurobonos. El primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, llamó a Merkel la víspera 'Señora No'. 

La canciller alemana, Angela Merkel, mostró este viernes las enormes diferencias de los dirigentes de la zona euro para encontrar salida a la grave crisis de la deuda, al criticar 
duramente el "falso debate" entre crecimiento y austeridad. "Existe un falso debate que ha surgido, entre crecimiento y disciplina fiscal. Esto es un disparate", declaró.
Merkel lamentó la falta de confianza entre los actores de la zona euro que podría resolverse si se atacan "las causas de la crisis", que son "el endeudamiento y las diferencias en la competitividad".
Además, reiteró que Alemania "no se dejará convencer por soluciones rápidas como los eurobonos" o la introducción de un fondo común de garantías bancarias en Europa.
La víspera, el primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, aseguró que Merkel merecía más que nunca su apodo de "Señora No". Este viernes, sin embargo, Ayrault se mostró más conciliador. Ayrault negó que Francia tenga la voluntad de crear una coalición o un frente de países del sur de Europa para aislar a Merkel en las discusiones sobre las medidas que se deben tomar para superar la crisis de la zona euro.
El creciente distanciamiento de Hollande y Merkel
Tratar de aislar a la jefa del Gobierno alemán para hacerla ceder “sería un error político grave que no aportaría ninguna solución”, agregó Ayrault. El desmentido del jefe de Gobierno francés debe entender en el marco del giro que ha dado la política de Francia hacia Alemania. Desde que llegó al poder hace un mes, el presidente Hollande no ha dado señales de estar creando una relación privilegiada entre París y Berlín.
Hollande y Merkel están muy lejos de la pareja “Merkozy”, como fueron apodados con ironía Sarkozy y Merkel. Por ejemplo, el presidente Hollande ha preferido reunirse con el jefe de Gobierno italiano Mario Monti y no con Merkel en la víspera de la cumbre este viernes en Roma de esos tres dirigentes europeos y Rajoy, para preparar el Consejo Europeo del 28 y 29 de junio. Sarkozy acostumbraba en cambio a preparar estas reuniones con Merkel.
Un gesto que la derecha francesa ha interpretado como una provocación hacia Merkel ha sido el hecho de que Hollande y Ayrault recibieron este miércoles en París a los dirigentes social-demócratas del SPD, partido con el que la canciller se halla en una ruda discusión sobre la ratificación del pacto presupuestario.
El ex canciller derechista Alain Juppé estimó que la reunión había sido una “torpeza muy grave”. El primer ministro Ayrault negó en cambio que se hubiera tratado de un “gesto inelegante” hacia Merkel y subrayó: “Los socialdemócratas alemanes tienen el mismo objetivo que nosotros en materia de impulso al crecimiento”.
A estos roces, hay que agregar las declaraciones del ministro francés de la Recuperación Productiva, Arnaud Montebourg, quien criticó a Merkel por su “ceguera ideológica”. Del lado alemán, el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble criticó abiertamente la reforma de las pensiones que hizo Hollande.