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domingo, 16 de junio de 2013

Mitos y realidades del archi famoso aceite de oliva

Tomado de entremujeres.com




Mitos sobre el aceite de oliva


1) Si es verde e intenso es bueno.
FALSO: El color verde de la oliva y el fuerte olor a aceitunas no son parámetros que se deben tener en cuenta para evaluar la calidad del producto. El aceite de oliva debe tener un color que varíe ente el amarillento y verde, y su gusto debe ser frutado y preferentemente amago, picante. La calidad del aceite de oliva depende de varios factores que podrían resumirse en tres puntos principales: la calidad de la aceituna que llega a la fábrica, el proceso de extracción en sí mismo y la conservación posterior a su extracción.

2) Añejado suma facultades.
FALSO: Cuanto más nuevo, mejor. El proceso de envejecimiento de un aceite de oliva se inicia en el mismo momento en que se obtiene, y con él se van perdiendo paulatinamente sus cualidades organolépticas y también algunas cualidades nutricionales relacionadas con sus componentes menores.

3) No sirve para freír.
FALSO. El aceite de oliva no sólo sirve para freír, sino que es más conveniente Su estabilidad a altas temperaturas es mayor que la de muchos aceites por lo que le permite mantener su calidad nutritiva La fritura con aceite de oliva permite la obtención de alimentos con una composición más equilibrada en ácidos grasos.

4) Se debe conservar en envases transparentes.
FALSO. Por lo general el aceite de oliva se ofrece en botellas transparentes, cuando en realidad éstas deberían ser opacas para evitar o retardar el proceso de oxidación natural que genera la luz. En lo que respecta a la temperatura, debe conservarse en un lugar fresco a una temperatura moderada y constante, entre los 15 y los 20 grados.

5) El virgen, solo para ensalada.
FALSO: Existe la creencia de que los aceites vírgenes, al ser más aromáticos que los refinados, se deben usar solo para aliñar en crudo. Pero por su origen y procesamiento, tienen más cuerpo y sabor y se pueden utilizar para frituras y procesos de cocción ya que se degradan mucho menos con el calor y sus sabores y aromas mejoran el resultado final.


¿Sabías que...?

* La importancia de consumir aceites vegetales se debe, en gran parte, a que son una valiosa fuente de grasas indispensables para nuestro organismo, de algunos tipos de vitaminas como por ejemplo la E y otros compuestos benéficos para la salud.
* Los aceites vegetales presentan una composición variada dependiendo de su origen, siendo el aceite de oliva, y principalmente el extra virgen, uno de los más interesantes no sólo por su perfil nutricional sino también por su distintivo sabor.
* El aceite de oliva virgen es aquel obtenido exclusivamente por procedimientos que no lo alteran, partiendo de aceitunas sanas recién recolectadas en su punto óptimo de maduración.
* Es 100% natural, ya que no posee agregado de aditivos ni conservantes.
* El aceite de oliva es amigo del corazón y de tu salud: el aceite de oliva aporta predominantemente ácidos grasos monoinsaturados que actúan sobre el metabolismo de las grasas, ayudando a proteger al corazón y los vasos sanguíneos.

Su consumo regular, en el contexto de una dieta variada, puede reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular por su contenido en omega 9, disminuyendo tanto el colesterol total como el LDL (conocido como colesterol malo) y sin modificar los niveles de HDL (conocido como colesterol bueno).

También hay componentes menores como los polifenoles, que han demostraron, tener propiedades antioxidantes.

* El aceite de oliva tiene diferentes usos culinarios: puede ser un clásico aderezo para ensaladas, formar parte de una preparación o ser usado para freír. También se lo puede utilizar como reemplazo de los condimentos grasos, como mayonesa o manteca. Además, un chorrito de aceite de oliva extra virgen en el pan de un sándwich, no solamente le da sabor, sino también un extra de ácidos grasos monoinsaturadas. 

domingo, 29 de abril de 2012

Fresas, cerezas y arándanos retrasan la vejez y mantienen la memoria saludable

Agencias Noticiosas


Un estudio en más de 120.000 mujeres concluye que comer frutillas y cerezas ayuda a reducir la pérdida de memoria

El consumo de frutillas, cerezas, arándanos y otras frutas del bosque ayuda a mantener la agudeza mental y a reducir la pérdida de memoria, según un estudio de investigadores del Brigham and Women’s Hospital de Boston, en Estados Unidos.

La investigación, de la que participaron más de 121.000 mujeres de entre 30 y 55 años, concluyó que esos alimentos, ricos en antiinflamatorios y antioxidantes, pueden retrasar hasta 2,5 años el deterioro cognitivo propio del envejecimiento.

“Entre las mujeres que consumían dos o más porciones de frutillas y arándanos azules cada semana vimos una reducción modesta en la pérdida de memoria”, afirmó Elizabeth Devore, autora de la investigación. Los expertos agregaron que si se realizan cambios simples en la dieta durante los primeros años de la edad adulta, se pueden obtener beneficios más adelante, teniendo en cuenta que las capacidades cerebrales que incluyen el razonamiento, la memoria y la comprensión, comienzan a deteriorarse desde los 45 años.

Ese efecto podría deberse al papel que juegan los flavonoides, unos compuestos que se encuentran de forma natural en los vegetales y tienen poderosas propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.

Se considera, por ejemplo, que esas sustancias, los flavonoides, son capaces de prevenir la oxidación, una reacción química que puede dañar o matar a las células.

domingo, 15 de enero de 2012

El desayuno la comida más importante del día. Aquí los 5 errores más frecuentes al respecto

Tomado de Alómujeres.com

Por Ana Isabel Gómez Vera

Para comenzar el día con el pie derecho, ¡desayuna bien! Toma nota y elimina esas costumbres que afectan tu nutrición.

La última Encuesta Nacional de la Situación Nutricional en Colombia (Ensin) arrojó cifras preocupantes de anemia y malnutrición, principalmente por los pésimos hábitos a la hora de alimentarse.

El desayuno, la primera comida y la más fundamental del día, es la que más preocupa a expertos por su descuido en la comunidad. Así que con la ayuda de la Asociación Colombiana de Nutrición Clínica (ACNC) y el Centro Colombiano de Nutrición Integral (Cecni), logramos establecer cinco errores clásicos que comentemos en el banquete mañanero:

1. Descartarlo
El desayuno no debería eliminarse, no solo porque es el alimento que nos da energía para empezar el día, sino porque el tiempo que pasa de nuestra última comida hasta que nos despertamos se le considera el ayuno (abstención total o parcial de comer o beber) más largo del día. Por eso cuando nos levantamos tenemos que des-ayunar, quitarnos, como dice la RAE, el "estar privado de algún gusto o deleite". "Muchas personas se inventan excusas y síntomas para evadir el desayuno, pero todos deberían comer por lo menos una buena porción de fruta", explicó Claudia Contreras, nutricionista y dietista de la ACNC.

2. Comerlo a las carreras

No porque en inglés se llame 'Breakfast' y fast signifique rápido, necesariamente deba ser así. Es más, este fast significa ayuno y break, romper= romper con el ayuno. Ahora bien, lo que pasa cuando lo comemos rápido es que, primero, seguramente no lo estamos comiendo completo* y además estamos dejando de "masticar, disfrutar y absorber los alimentos", como nos lo explicó la nutricionista infantil, Clara Rojas. "Por ejemplo, comer parado no es que 'alimente menos', lo que pasa es que no le damos tiempo a el cuerpo de digerir". Así es que se sugiere apartar 20 minutos para cualquier comida.

3. Servirlo en abundacia

Por un lado está mal descartar el desayuno, pero tampoco está bien exagerarlo y seguir al pie de la letra la premisa de "desayuna como rey, almuerza como príncipe, y cena como mendigo". Si bien es la comida más importante del día, no significa que tenga que ser la más calórica. Hay que seguir la regla del 'desayuno completo'*, ni más ni menos.

* El cuarteto perfecto de un 'desayuno completo' debe estar compuesto por: un lácteo (o derivado de la leche), un carbohidrato (preferiblemente un cereal alto en fibra), un alimento regulador (frutas) y una proteína (queso, jamón, salchicha).

4. No tener en cuenta la actividad de cada uno

Esta tiene que ver un poco con el punto anterior ya que Michael Phelps, nadador estadounidense con 14 medallas olímpicas de oro, tenía una dieta de 12 mil calorías (una dieta regular está entre 2.500 y 3.500 calorías) y su desayuno constaba de 8 huevos. Pero eso sí, en sus rutinas de ejercicio y entrenamiento él gastaba 10 mil de esas 12 mil calorías, por lo que era una necesidad consumir en abundancia. Ahora, la recomendación no es seguir la 'dieta Phelps' si no consultar a tu médico y/o nutricionista para calcular cuantas calorías gastas al día y cuántas deberías consumir según tu estatura, peso y actividad diaria.

5. Siempre lo mismo

Para que ese ideal de tener 20 a 30 minutos para desayunar sea una realidad, uno de los trucos es que haya variedad en el desayuno y así se quiera disfrutar y tomar el tiempo para este (eso sí, no es simplemente cambiar la marca del cereal). Seguramente encontrarás la tranquilidad que necesitas y así la digestión mejorará.