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domingo, 16 de agosto de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: INYECCIONES DE AUTOESTIMA



En sendos blogs publicados recientemente Relaciones Humanas Virtuales y Exhibicionismo en las redes sociales analizaba e interpretaba el comportamiento que tenemos la gran mayoría de las personas en las redes sociales. Hablaba de la tendencia que tenemos a querer provocar la envidia de los demás, así como de la tendencia al exhibicionismo. El tema da para bastante, y en esta ocasión voy a hablar de otro aspecto importantísimo que mucha gente busca en las redes sociales, inyecciones de autoestima.

A nadie le molestan los halagos, y, de igual manera que las críticas de los demás tienden a dañar nuestra autoestima, el que los demás hagan un reconocimiento positivo sobre nosotros tiende a reforzárnosla. De este modo, muchas personas utilizan las redes para forzar una sobreexposición de su imagen, o de la parte positiva de su imagen, con el fin de provocar una respuesta positiva de los demás. Si el exhibicionismo del que hablaba en el otro blog frecuentemente tiene como objetivo provocar envidias, la sobreexposición pretende provocar comentarios como “qué bonita te ves”, o “hermosaaaaaaa...”, o algo similar; o, simplemente, que te den un like, que es la forma más sencilla de cumplir por parte de los demás con ese protocolo casi obligado de mostrar aprobación. ¿Y qué diferencia hay entre el exhibicionismo y la sobreexposición en las redes? Algunas sutiles y una fundamental: la intención con que se hace.

Habitualmente se hace mediante fotografías personales que se postean en las redes, ya que hoy día la tecnología permite tomar la foto y subirla inmediatamente a las redes, y porque la imagen física es lo más importante para la mayoría de personas. Sin embargo, es común también encontrar personas, para quienes la imagen espiritual es más importante que la física, que sobreexponen esa imagen espiritual en las redes posteando constantemente mensajes profundos y grandilocuentes de filósofos, sabios, etc. Algunas veces dogmáticos, sesgados y tendenciosos, particularmente los referidos a temas religiosos, pero habitualmente tan verdaderos e innegables como lejanos a la vida terrenal cotidiana.

Comparaba también ciertas actitudes exhibicionistas comunes en las redes con lo absurdo que resultaría ese mismo exhibicionismo en la vida real. En el caso de la búsqueda de la aprobación de los demás, no resulta absurdo hacerlo también en la vida real. De hecho, se hace igualmente, siempre se ha hecho; pero en la vida real, provocar dichas situaciones resulta más complicado, y más difícilmente encontraremos la aprobación de los demás, porque esa sobreexposición en la vida real, si no se hace muy sutilmente, resulta más evidente y tiende a provocar rechazo más que aprobación.

De hecho, resulta curioso que muchas personas que tácitamente desaprueban a alguien que se expone demasiado en la vida real, sí harían un comentario positivo, o darían un like a esa misma persona cuando se sobreexpone en las redes. Pero en realidad no es tan extraño. Fingir aprobación en la vida real es más difícil; en las redes es tan sencillo como dar un click, y con ello se cumple un protocolo no escrito, pero real, que existe en las redes, que es precisamente ese, el hacer sentir bien a los demás. Por eso las redes parecen un gran invento para quienes buscan subir su autoestima.
Sin embargo, no debemos olvidar que nuestra autoestima real debe basarse en nuestra imagen real, que es la que tenemos en la vida real. Cuando la imagen que proyectamos en las redes es solo la parte bonita de nuestra imagen, la que queremos que los demás vean; difícilmente podemos esperar que la respuesta en los demás sea auténtica, y la autoestima que logramos con ella es falsa. Las redes sociales cumplen una función importante, pero deben interpretarse con cautela. En cierto modo, la relación humana en las redes puedes llegar a ser mucho más hipócrita que en la vida real, porque es mucho más manipulable, y porque no hay una convivencia real, cara a cara, que es la que proyecta la imagen de las personas en su verdadera dimensión, y, por tanto, la que recibe respuestas auténticas. Es cada vez más común encontrar personas que triunfan en las redes sociales a la vez que fracasan en las relaciones humanas de la vida real.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.  

sábado, 11 de julio de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: REINTERPRETANDO AL SEÑOR TRUMP


 En mi columna anterior   LA SUSCEPTIBILIDAD LATINA hablaba algo de cómo son los norteamericanos en comparación con los latinos, y mencionaba que suelen ser bastante suaves y correctos para decir las cosas. Esto es en su mayoría, claro, porque no todos son así. Un conocido señor, llamado Donald Trump, aspirante a la presidencia de los Estados Unidos, hizo recientemente unas declaraciones contra los mexicanos que han destrozado el orgullo no solo de los mexicanos, sino de los latinos en general, porque los latinos de diferentes nacionalidades se sienten identificados con esa unidad cultural que formamos todos, así como con los objetivos de la emigración; y porque sabemos que para muchos norteamericanos, del río Grande hacia el sur, todos somos mexicanos; o, al menos, es cierto que casi todos los inmigrantes ilegales llegan por esa frontera.

El grave error del señor Trump no está solo en lo que dijo, sino, sobre todo, en cómo lo dijo, con una enorme acritud, desconociendo la sensibilidad de la cultura objeto de sus palabras, señalando únicamente el aspecto negativo que conlleva la inmigración latina, y generalizándolo a casi todos, olvidándose de la valiosa aportación que la mayoría de inmigrantes latinos hace a la vida social y económica norteamericana, e ignorando que, como aspirante a presidente, esas formas son absolutamente inaceptables en política. Ello ha desencadenado una ola de reacciones adversas por parte de personalidades y empresas latinas que tiende a polarizar aún más esta relación norte-sur.



Y no me parece éste un escenario positivo, porque esa confrontación nos lleva a los latinos a cerrarnos más en nuestro infundado orgullo, y a no querer saber nada de ninguna crítica que venga del norte, y por tanto a no ser capaces de entender por qué en Norteamérica hay cierta queja hacia los latinos. Porque no nos engañemos; más allá de la desafortunada forma de expresarse del señor Trump, se supone que sus palabras trataban de plasmar un descontento de bastantes norteamericanos sienten hacia bastantes inmigrantes latinos. Y es un descontento con cierto fundamento. No caigamos en el error de pensar que como el señor Trump se equivocó, entonces no hay nada malo con los latinos en USA.

Estados Unidos es un país de inmigrantes y siempre ha tenido y sigue teniendo la puerta relativamente abierta a la inmigración. Lo que no aceptan, es que, aprovechando que en su casa tienen la puerta medio abierta, los latinos la botemos a empujones y entremos en tropel, que es lo que solemos hacer, y hasta nos creemos con derecho a hacerlo. Y creo que se quejan con razón, porque si se tratara de mi casa, me sentiría igual ¿Ustedes no? Otra cosa es la desesperación de los latinos por escapar de nuestra pobreza e inseguridad, pero ese es un problema nuestro, y habría que buscarle solución más dentro y menos fuera de nuestras fronteras.

Y la otra cosa que no aceptan es que arrastremos hacia su país problemas y vicios característicos de nuestra cultura, basados en el abuso, el engaño, la falta de educación, de control y de respeto, en la impunidad, y en la violencia como inmediata forma de respuesta; aspectos que les afectan, y que no encajan en su forma de vida. No es sorprendente que ahora que nos van conociendo más, estén empezando a ser más desconfiados. Y creo que también tienen razón. Si eso pasara en mi casa con invitados, me sentiría mal, y más aún si pasara con quienes ni siquiera han sido invitados ¿Ustedes no? 

En conclusión, no podemos dejar que las desafortunadas palabras del señor Trump nos impidan visualizar las causas de los problemas de integración que los latinos tienen en Estados Unidos, y que, en general, no son culpa ni de los norteamericanos ni del señor Trump, porque mientras no veamos esta realidad, la tendencia al rechazo no hará sino aumentar más y más. Y aunque se califiquen como racistas semejantes declaraciones, la sensación de rechazo en la mayoría de la población no tiene fundamentos raciales, sino más bien educativos. El racismo en Estados Unidos aún existe, pero no es mayoritario; lo que es mayoritario es el rechazo a la falta de orden, de control, de respeto y de educación.

Y aunque la mayoría de inmigrantes hacen un gran esfuerzo por integrarse, lo hacen sin preparación alguna, corrigiéndose tras malas experiencias. Y no son pocos, sino bastantes, los que aún así no entienden que están en un generoso país de acogida en el que su gente es amante de la ley y el orden, y donde no cabe el descontrol al que estamos acostumbrados. Y aunque éstos no sean una mayoría de los inmigrantes, sí son una minoría lo suficientemente visible como para que todos se vean afectados por la mala imagen que ellos generan.


Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 4 de julio de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LA SUSCEPTIBILIDAD LATINA


La susceptibilidad es una de las principales características de nuestra cultura latina. No se nos puede decir nada que no nos guste porque nos hiere en lo más profundo de nuestro ser, aunque se trate de cosas de menor importancia. Aun cuando lo que se nos diga no tenga una mala intención; aun cuando no esté claro que se refiere a nosotros, demasiado fácilmente nos sentimos aludidos y heridos. La explicación a esto, desde el punto de vista psicológico, hay que buscarla en la baja autoestima tanto personal como sociocultural que tenemos.

¿Y por qué tenemos tan baja autoestima? Pues porque vivimos en una tremenda ambivalencia. En el fondo somos conscientes de que lo que se nos critica es muy cierto, pero, por otro lado, tenemos un exagerado e infundado orgullo que no nos permite aceptar que sea cierto. Vivimos a caballo sobre la enorme diferencia que hay entre lo que queremos y aparentamos ser, y lo que somos en realidad. Cuando se nos critica algo siempre tenemos la sensación de que están violando lo que tratamos de esconder. Preferimos pensar que lo que tratamos de aparentar es la imagen real que tenemos ante los demás, sin darnos cuenta de que nuestra realidad es bastante más transparente de lo que pensamos.

Pero a nivel interno de nuestra cultura, así hemos aprendido a convivir. En lo personal, ello nos ha llevado a aprender a desarrollar una gran exquisitez, una especial habilidad para decir lo que hay que decir con enorme sutileza. Si se tratara de clavar clavos, seríamos capaces de clavarlos soplando. Pero precisamente eso mismo nos hace aún más susceptibles, como en un círculo vicioso, porque esa sutileza que aplicamos al decir las cosas, la aplicamos también al escucharlas e interpretarlas.

A nivel social podemos hacer chistes y reírnos de nuestros defectos entre nosotros mismos, pero no soportamos que otras culturas nos señalen lo más mínimo. Los europeos son bastante diferentes, prácticamente opuestos; dicen las cosas claramente, a veces con acritud, pero también saben encajarlas con bastante entereza. Pero cómo sean los europeos no nos afecta mucho; a fin de cuentas, están lejos, y, por eso mismo, la relación con ellos no es muy estrecha. Nuestra relación más estrecha es con los norteamericanos, obviamente.

¿Y cómo son los norteamericanos? Pues son un término medio entre los europeos y los latinos, con la ventaja de que su sutileza para decir las cosas está más cerca de la nuestra que de la europea, y su capacidad para encajar la crítica está más cercana a la europea que a la nuestra. Tradicionalmente son bastante más inocentes y nobles que los europeos y que nosotros. Y, al contrario que los latinos, confían y creen en primera instancia, y solo dejan de confiar cuando se les demuestra que no deben confiar. Y son como son porque se conocen bien a sí mismos. Los latinos somos lo opuesto… también porque nos conocemos bien a nosotros mismos. En el próximo post les explico a dónde quiero llegar con todo esto.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.
Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.
Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.
Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.
Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 


sábado, 6 de junio de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EXHIBICIONISMO EN LAS REDES SOCIALES


Recientemente hablábamos de las relaciones humanas virtuales para referirnos a esta moda del uso de las redes sociales para la comunicación lúdica e intrascendente con otras personas. Mencionábamos que uno de los principales usos que se le da es proyectar en ellas solo nuestra mitad bonita, frecuentemente exagerada y hasta irreal, con objeto de provocar envidias; y aprovechando que en la comunicación virtual es más fácil ocultar nuestra mitad fea. De este modo nos vamos aislando de la relación humana real, escondiéndonos en la virtual.

Mencionábamos también que, entre los usos absurdos (casi diría que patológicos) de las redes sociales, éste no era el único. Otro demasiado común es el exhibicionismo, la exposición exagerada e irracional de uno mismo. Por ejemplo, viéndolo desde un punto de vista racional, ¿Qué sentido tiene tomarse treinta selfies al día, casi a cada paso que uno da, para subirlos a las redes? En la vida real, ¿Nos preocuparíamos a cada momento de decirles a los demás: “Mírenme cruzando la calle”, “ahora mírenme subiendo las gradas”, “ahora mírenme con mi prima”… Ridículo, ¿verdad? Pues eso es lo que hacemos con los selfies en el mundo virtual. La fiebre por los selfies llega al punto de que hay personas que han perdido la vida en accidentes por buscar selfies arriesgados ¿Y para qué?

Pero el exhibicionismo en las redes va más allá. La inhibición que se siente en la vida real desaparece, y es común ver en las redes a gente que se exhibe con ropa íntima, y hasta sin ella. ¿Se imaginan en la vida real caminar por la calle en calzones y brasier, o incluso desnudo/a? Pues eso es lo que hacemos en la vida virtual. Esta tendencia al exhibicionismo es más común entre los jóvenes, quienes valoran enormemente tener una vida activa, atrevida e intensa; y el exhibirla es una forma de mostrar que realmente se tiene, mientras que piensan que si no se muestra es porque no se tiene. Y en realidad esto funciona al revés. Cuando pones demasiado interés en mostrar que la tienes, es probable que no la tengas, o que no tengas la que quisieras o la que quisieras que los demás vean en ti.

Este exhibicionismo suele ser un síntoma de inseguridad en uno mismo. Y puede considerarse normal esta inseguridad en los jóvenes; a fin de cuentas, los jóvenes son jóvenes, y la seguridad es algo que se adquiere con el tiempo, con la experiencia. Pero cuando esta tendencia al exhibicionismo se da en personas más “maduras”, lo cual no es raro, es síntoma claro de inmadurez. Piensen algo: si realmente están disfrutando mucho de una situación, ¿Por qué perder esa intensidad, por qué perder el momento para hacerse selfies y mostrarlos a los demás? Eso solo indica que no les interesa tanto disfrutar ustedes mismos, sino más bien que los demás vean que disfrutan. Volvemos a lo ya comentado en el otro blog; vivimos en función de los demás en lugar de en función de nosotros mismos. Pero el tema de las redes sociales tiene más jugo. Ya hablaremos de ello.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.


sábado, 16 de mayo de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EDUCACION Y AUTOESTIMA




      Con alguna frecuencia he atendido niños que son promovidos de grado casi automáticamente, sin acumular los más mínimos méritos requeridos para ello. En parte es por el mercantilismo con que se maneja el tema de la educación, y en parte también, por la teoría de que de otro modo se dañaría la autoestima del niño o del adolescente, argumento que se ha de referir más bien a un intento de no deteriorar la ya de por sí baja autoestima que muchos de nuestros niños y adolescentes tienen, a la vez que trata de ocultar las deficiencias de nuestro sistema educativo.

       Pareciera con ello que autoestima y educación son dos valores que no tienen vínculo entre sí, como dando a entender que todo el valor de una persona es su valor intrínseco, por su condición de persona, independientemente de sus cualidades educativas, por lo que no es importante que sepa más; lo importante es que se sienta bien; y sin advertir lo contradictoria que es en su esencia esta desacertada teoría, puesto que si las calificaciones son el reflejo del nivel de educación, y se sabe que el reprobado va a dañar la autoestima, resulta más que evidente que existe un vínculo inevitable entre autoestima y educación.

       Esta contradicción hace crecer a niños y adolescentes con una autoestima completamente falsa, porque no tiene base; se apoya únicamente en la mano de los responsables educativos que la predican, quienes, en todo caso, lavan su conciencia pensando: “de todos modos ya se toparán más adelante”, como pasándole al siguiente maestro o director de turno una responsabilidad cada vez más complicada. Al final, cuando se retira la última mano que sujetaba esa falsa autoestima, que es cuando terminan graduándose sin mérito real,  ya no queda nada debajo en qué sostenerse, y el derrumbe de la autoestima resulta mucho más dañino, y sin posibilidad de solución.

       Con honrosas excepciones, a las que se debe felicitar, ya se está comprobando la decreciente calidad académica de los graduados que un día tomarán las riendas del País. Si bastó saber sumar dos más dos para pasar cuarto grado, ¿Qué se puede esperar el día de mañana al enfrentarse a un exigente mundo laboral globalizado? Cuando termine comprendiéndose la relación entre esta teoría y la proliferación de inadaptados sociales que causan pánico a diario a nuestra sociedad, habrá ya toda una generación con un grave déficit en su educación y en su autoestima, y con difícil solución. 
       La autoestima es un valor fundamental. Es cierto que tiene un valor intrínseco que debe preservarse, pero ese es sólo uno de los componentes de ese valor. El otro componente que da valor a la autoestima, porque la fundamenta, la sostiene y la fortalece, es precisamente su relación con la educación, es decir, la conciencia real que tiene la persona de saber, de ser capaz, de estar bien preparada, y de poder ofrecer una aportación valiosa a la sociedad. Eso sí construye autoestima.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.