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sábado, 23 de marzo de 2013

Nuevo presidente chino realiza visita de Estado en Rusia


Tomado de China en español




Durante su visita, Xi mantendrá conversaciones con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en las que debatirán el desarrollo de la asociación cooperativa estratégica integral entre China y Rusia, así como importantes asuntos mundiales y regionales.


El presidente de China, Xi Jinping, llegó este viernes a Moscú para dar comienzo a su visita de Estado a Rusia, el primer país extranjero que visita después de asumir la presidencia la semana pasada.

En una conversación telefónica con Putin el 14 de marzo tras su elección como presidente chino, Xi dijo a su homólogo que tenía muchas ganas de conocerlo durante su visita y de poder intercambiar opiniones con él sobre las formas de potenciar la cooperación bilateral y en los principales asuntos regionales e internacionales.

Xi también expresó su confianza en que su visita a Rusia inyectaría nuevo vigor al desarrollo de las relaciones entre Rusia y China.


Putin señaló que Rusia estaba llevando a cabo esfuerzos activos para prepararse para la visita de Xi, y expresó su convicción de que la visita promovería aún más la cooperación bilateral y los intercambios humanísticos, así como el fortalecimiento de los lazos bilaterales.

La asociación integral de estrategia cooperativa entre China y Rusia se ha desarrollado de forma estable en los últimos años. La confianza política mutua ha seguido incrementando, la cooperación pragmática en todos los campos ha sido fructífera, y ambas partes han mantenido una comunicación cercana y una coordinación en los asuntos internacionales y regionales.

En 2012, el comercio bilateral alcanzó un máximo histórico de 88.000 millones de dólares estadounidenses, un aumento del 11 por ciento con respecto al año anterior.

El mes pasado, China y Rusia alcanzaron un consenso importante sobre la potenciación del comercio de crudo, marcando un progreso importante en la cooperación energética entre China y Rusia.

Los gobiernos chino y ruso respaldaron las negociaciones de sus respectivas empresas en suministro de gas a través de un gaseoducto en el este. Se espera que Rusia suministre 38.000 millones de metros cúbicos de gas a China cada año.

Ambas partes continuarán investigando la posibilidad de establecer una cooperación sobre gas natural licuado empleando el gaseoducto del este, así como gas que sea suministrado por un gaseoducto en el oeste.



Ambos países están cooperando para potenciar el comercio bilateral, con el objetivo de alcanzar los 100.000 millones de dólares en 2015 y los 200.000 millones en 2020.

Tras su visita a Rusia, Xi volará al continente africano para una visita de Estado a Tanzania, Sudáfrica y la República del Congo.

En Sudáfrica, Xi también asistirá a la quinta cumbre del bloque de los BRICS en la ciudad portuaria de Durban entre el 26 y 27 de marzo, la primera que se celebrará en Africa. 

Los líderes de los países del bloque de los BRICS también se reunirán con líderes africanos.

"El hecho de que vaya a visitar Rusia, nuestro vecino amigable, poco después de convertirme en el presidente de China, es un testimonio de la gran importancia que China otorga a sus relaciones con Rusia", dijo Xi.

Tanto China como Rusia han concedido una importancia especial a la visita de Estado de Xi a Rusia.

El viernes, Xi y Putin acudieron a la ceremonia de apertura del "Año del Turismo de China" en Rusia, el cual es parte del "Año del Turismo entre China y Rusia".

El "Año del Turismo entre China y Rusia", que comenzó el año pasado con el "Año del Turismo de Rusia" en China, es el tercer año temático después del "Año Nacional de China y Rusia" y el "Año del Idioma de China y Rusia", celebrados en los últimos años en ambos países.

El viaje a Moscú de Xi, el primero del nuevo presidente poco después de asumir su cargo, indica que China otorga una gran importancia a sus lazos con Rusia.


En una entrevista conjunta el pasado martes con periodistas del bloque de los BRICS, los cuales incluyen a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, Xi señaló que su visita a Rusia da muestras del alto nivel y la naturaleza especial de la asociación de estrategia cooperativa integral entre los dos países.

Xi también se reunirá con el primer ministro Dmitry Medvedev y con otros líderes rusos.

Según funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, se espera que Xi pronuncie un discurso en una universidad de Moscú y que asista a la ceremonia de inauguración de un sitio conmemorativo del Sexto Congreso Nacional del Partido Comunista de China, celebrado en Moscú en 1928. También visitará el Ministerio de Defensa ruso y se reunirá con sinólogos rusos, estudiantes de chino y representantes de los medios de comunicación.

sábado, 27 de octubre de 2012

Los BRICS muy bien hasta hoy. Pero, tienen asegurado el futuro?


 Tomado de Foreign Policy  

DEPENDE: LOS BRICS

Por Antoine van Agtamael

En conjunto, su PIB equivale casi ya al de Estados Unidos. Pero, ¿son el verdadero futuro de la economía mundial?

“Los BRICS son una categoría aparte”
Sí y no. No cabe duda de que los BRICS -Brasil, Rusia, India, China y el miembro más reciente del grupo, Suráfrica- son grandes. Son importantes. Por población, superficie y volumen económico, sus dimensiones son impresionantes y desde luego sobresalen frente a las de otros países. Juntos, constituyen el 40% de la población de todo el mundo, el 25% de la superficie terrestre y alrededor del 20% del PIB mundial. Controlan ya, aproximadamente, el 43% de las reservas mundiales de divisas extranjeras, y esa proporción no deja de aumentar.
Jim O’Neill, de Goldman Sachs, llamó la atención sobre el ascenso de las cuatro nuevas potencias originales cuando les dio el nombre de BRICS en 2001 y su crecimiento empezó a dispararse. Pero, en realidad, su éxito económico venía de muy atrás. Veinte años antes, cuando yo estaba en la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial (CFI), ya estábamos viendo la posibilidad de buscar una nueva etiqueta para esos países, que, a pesar de su enorme potencial económico, seguían agrupados con los perpetuos casos perdidos en la categoría de países subdesarrollados, atascados en el Tercer Mundo. En esa época, las bolsas de ese mundo no figuraban en los radares de la mayoría de los inversores internacionales, a pesar de que estaban empezando a crecer. Yo los llamé mercados emergentes. Ya había inversores locales muy activos en Malasia, Tailandia, Corea del Sur, Taiwán, México y otros países, a medida que las empresas nativas crecían y se volvían más competitivas en el área de las exportaciones y la regulación de los mercados se hacía más compleja. No obstante, hasta que la CFI construyó su Base de Datos de Mercados Emergentes y su índice correspondiente en 1981, no había forma de medir el comportamiento de las acciones en un grupo representativo de esos mercados, una desventaja considerable frente a otros índices internacionales, que estaban sesgados en favor de países desarrollados como Alemania, Japón y Australia. Esta nueva investigación sobre mercados y empresas ofreció a  los inversores la confianza para poner en marcha fondos diversificados en los mercados emergentes tras el éxito obtenido en Estados concretos como México y Corea del Sur.
Sin embargo, los BRICS tardaron mucho más tiempo en estar listos para pasar al primer plano. Hasta principios de los 90, Rusia estaba todavía detrás del telón de acero, China estaba recuperándose de la Revolución Cultural y las protestas de la plaza de Tiananmen, India era aún una pesadilla burocrática y Brasil experimentaba brotes de hiperinflación mezcladas con un decenio de crecimiento perdido. Los cuatro países habían salido más o menos adelante fuera de la economía de mercado mundial; sus políticas económicas, muchas veces, habían sido auténticos desastres y sus bolsas de valores eran inexistentes, burocráticas o totalmente volátiles. Cada uno de ellos necesitaba vivir unas crisis graves y profundas que les catapultaran a una vía diferente hacia el desarrollo. Cuando eso sucedió, empezaron a sacar partido a su inmenso potencial económico. Su PIB total, casi 14 billones de dólares, equivale ya al de Estados Unidos, e incluso es superior si se tiene en cuenta la paridad de poder adquisitivo.
Ahora bien, el problema de preguntar si los BRICS “importan” es que grandes no es lo mismo que cohesionados. Forman parte del G-20, pero no son un verdadero bloque de poder ni una unidad económica dentro ni fuera de él. Ninguno de ellos es el líder ni siquiera en su propia región. El ascenso chino se ve con recelo en Japón y con suspicacia en el Sureste Asiático. India y China se vigilan celosamente. Brasil es un gran proveedor de materias primas al gigante asiático y depende de él para su prosperidad económica, pero las dos potencias compiten por los recursos en África. Moscú y Pekín parecen haber encontrado una causa común en Siria, pero están en desacuerdo en todo lo demás. Y, aunque el comercio entre los propios BRICS está creciendo a toda velocidad, los países no han firmado aún ni un solo acuerdo de libre comercio unos con otros. Luego está Sudáfrica, que se unió formalmente a esta agrupación política en 2010. Pero ser miembro no quiere decir que sea igual: el país africano no tiene la población, el crecimiento ni el potencial económico a largo plazo que tienen los otros cuatro. Indonesia, México y Turquía habrían sido candidatos lógicos, hasta Corea del Sur y Taiwán, que tienen PIB comparables pero poblaciones muy inferiores a las de los cuatro Estados originales.
Tampoco tienen los BRICS ninguna cohesión económica. Rusia y Brasil están muy por delante en renta per cápita, con una gran diferencia con China e India: casi 13.000 dólares más que los 5.141 chinos y los 1.389 indios, según datos del FMI de 2011. Y sus trayectorias de crecimiento han sido muy distintas. Además, los miembros afrontan una dura competencia de otras potencias emergentes en el mundo en vías de desarrollo. Aunque durante un tiempo pareció que Pekín y Nueva Delhi tenían ventaja gracias a sus bajos costes laborales, países como México y Tailandia han vuelto a colocarse en el mapa. Y, mientras que el crecimiento en los BRICS parece estar frenándose, muchos Estados africanos están recibiendo más inversiones extranjeras, tienen quizá más estabilidad política y, por fin, están alejándose de un crecimiento nulo o muy lento para desarrollar economías mucho más sólidas.
 “El ascenso continuado de los BRICS es inevitable”
Es verdad, pero el crecimiento es más lento. Las previsiones de Goldman Sachs y otros dicen que China superará a Estados Unidos en PIB antes de 2030. Y Pekín deja pequeños a los demás BRICS, cuyo volumen económico total no alcanzará al del gigante asiático durante ese periodo. Los cinco miembros se aproximarán al tamaño total de las siete mayores economías desarrolladas de aquí a 2030, y se prevé que a mediados de siglo constituyan casi el doble del tamaño del G-7.
Los consumidores de los BRICS también están empezando a igualar a sus homólogos estadounidenses en poder adquisitivo. Se venden ya más coches, teléfonos móviles, televisores, frigoríficos y coñac solo en China que en Estados Unidos. Incluso con la desaceleración del crecimiento, el motor económico de los BRICS debería ser más importante que el de EE UU y el de la Unión Europea durante la mayor parte del siglo XXI.
Claro que no existen garantías de que los BRICS puedan mantener sus increíbles tasas de crecimiento. Igual que la expansión de sus economías pilló al mundo por sorpresa durante la última década, el gran shock de los próximos años puede ser que crezcan menos deprisa de lo que se suponía. Japón, Corea del Sur y Taiwán ya han demostrado que el crecimiento es más lento cuando se alcanza un nivel básico de industrialización. El ansia insaciable de bienes tiende a moderarse cuando existen infraestructuras básicas y los consumidores quieren más asistencia sanitaria, educación y tiempo libre.
Hasta cierto punto, ya está ocurriendo. Los principales economistas chinos prevén que el crecimiento anual de su país bajará del 10 o 12% al 6 u 8% para finales de esta década. Los sueños de que India alcance un crecimiento anual sostenible del 8% o más se han rebajado al 5 o 6% después de que el país se topara con la barrera de la inflación y la producción de gas en plataformas marinas resultara decepcionante. Brasil también ha tenido dificultades para recuperar su exuberante crecimiento anterior a la crisis y Rusia se ha resentido de los problemas económicos de Europa. Las proyecciones de Goldman Sachs y otros siempre contaban con un crecimiento más lento en el futuro, pero algunos entusiastas no leyeron la letra pequeña.
 “La crisis financiera fue positiva para los BRICS”
Solo durante un breve periodo. La crisis financiera de 2008 no surgió de los mercados emergentes. Al contrario, los BRICS acudieron al rescate cuando Estados Unidos, Europa y Japón se hundieron debido a sus gastos desmesurados, su imprudencia fiscal y su excesiva confianza en la producción justo a tiempo, que les hizo depender demasiado de una economía de consumo que pronto estalló. Después de que los BRICS sufrieran también unas breves recesiones en V, tan rápidas en la bajada como en la recuperación, su demanda ayudó a sacar a la economía mundial de su crisis inicial.
Desde luego, al principio no estaba claro que esa iba a ser la evolución de la crisis. The Financial Times advirtió (y muchos inversores temieron) que los sistemas bancarios de los mercados emergentes iban a sucumbir a los mismos problemas financieros que asolaban a Estados Unidos y Europa, pero Asia y Latinoamérica habían aprendido la lección de crisis anteriores y pusieron sus asuntos en orden. Los chinos tenían amplias reservas para presentar un paquete de estímulo fiscal que no solo era inmenso sino que, a diferencia de su equivalente estadounidense, suponía el rápido desembolso de fondos. Los bancos centrales de los BRICS, junto con los de otros mercados emergentes, cooperaron a la flexibilización monetaria mundial. Sin ella (y sin el rápido desembolso interno del estímulo de China), las medidas similares adoptadas en Occidente habrían sido insuficientes e ineficaces. Con ella, la demanda de materias primas se estabilizó y el mundo evitó una depresión.
No obstante, estas intervenciones de crisis tuvieron un coste importante, cuyo pleno alcance no conocemos del todo ni siquiera hoy. La burbuja inmobiliaria, que tuvo un papel tan importante en Estados Unidos y el sur de Europa, no estalló en los BRICS. La inflación también creció mucho más allá de lo que los bancos centrales de China, India y Brasil consideraban conveniente. Aunque todo eso no provocó otra crisis, quizá plantó las semillas para futuros problemas. La historia económica nos enseña que la próxima crisis suele surgir en la región en la que los aplausos y la satisfacción han sido más sonoros la vez anterior. Si es verdad, la próxima sorpresa económica se producirá con toda probabilidad en los BRICS.
 “Los BRICS son unos competidores invencibles”
No. Los BRICS se han aprovechado durante decenios de la mano de obra barata, una productividad mayor, enormes (pero no para todos) inversiones en infraestructuras y educación y el ansia de ponerse a la altura de los rivales más ricos. Su transformación fue extraordinaria: con unas poblaciones que viven mejor, los mercados interiores se volvieron económicamente atractivos, el comercio sur-sur se disparó y las principales empresas pasaron de producir productos baratos y de segunda categoría a convertirse en grandes fabricantes de móviles inteligentes, semiconductores, software y aviones. La marca china Lenovo se hizo con el negocio de ordenadores personales de IBM. Las cerveceras brasileñas y sudafricanas adquirieron categoría internacional. Igual que ocurrió con los rusos tras el Sputnik y los japoneses en los 80, los BRICS se convirtieron en unos competidores temidos y formidables, aunque algunos de esos miedos eran exagerados.
Pero la historia no ha terminado. La energía barata y abundante procedente del gas de esquisto está atrayendo nuevas inversiones en Estados Unidos y devolviendo a las industrias de enorme consumo energético su posición ventajosa. Además, la abundancia de dicho recurso puede hacer que las perforaciones de Rusia en el Ártico y la producción presalina de Brasil sean demasiado caras. El estancamiento de los sueldos en EE UU y la subida salarial en China e India están borrando la ventaja que suponían los costes laborales para los BRICS, y sus reservas de mano de obra, que parecían inagotables, han empezado de pronto a vaciarse y a dejarles sin personal cualificado.
La mecanización también está permitiendo una recuperación de los países desarrollados. Los robots, cada vez más baratos y complejos, pueden hacer lo que hasta hace poco hacían 10 o más empleados humanos. Trabajan 24 horas al día y no piden sueldos más altos ni mejores prestaciones. Puede que los smartphones y las tabletas se sigan fabricando en Asia, pero los BRICS están retrasados a la hora de aprovechar los beneficios productivos que les proporcionan. Como consecuencia, las multinacionales tradicionales están volviendo a pujar después de años de mantenerse retiradas: por ejemplo, General Motors ha obtenido la mayor cuota de mercado en China, General Electric se ha aventurado en la producción de equipamiento médico de bajo coste, Nestlé ha inventado las máquinas Nespresso que tantísimo éxito han tenido y han hecho que el café de calidad deje de ser un lujo que se toma en un local para ser un artículo a mano y en casa. Quizá Occidente esté recuperando su ventaja más rápido de lo que pensábamos.
 “Los BRICS son el mejor lugar para invertir”
Ya no. Hasta 2008, los BRICS iban mucho mejor que otros mercados emergentes de valores, incluso mejor que los desarrollados. Y con gran diferencia. Durante los cinco años anteriores a 2007, los inversores en los cuatro miembros originales de este grupo ganaron un 52% de beneficios anuales, frente al 16% en los mercados del G-7. Sin embargo, en los últimos cinco años, hasta el 31 de agosto, la cifra era del 3% para los BRICS y el 1% para el G-7. En parte se debe a la corrección de unas expectativas excesivas, que inflaron las valoraciones y las divisas hasta niveles insostenibles. Pero también da la impresión de que ahora se pone en duda la ventaja competitiva de estos países por motivos más fundamentales. Por supuesto, es lógico que los inversores diversifiquen y no ignoren una parte del mundo tan grande y de tanto éxito, pero eso no es lo mismo que la euforia ciega.
Cada uno de los BRICS es muy distinto, igual que los interrogantes que acompañan a sus economías. Por ejemplo, durante decenios los costes salariales de China fueron tan inferiores a los de México que el país norteamericano no podía competir, pese a su proximidad con Estados Unidos. Pero esa brecha salarial se ha estrechado en los últimos años -los costes laborales chinos han pasado de ser el 33% de los mexicanos en 1996 al 85% en 2010-, y ahora las inversiones están volviendo a México. Incluso cuando las tasas de crecimiento de India se dispararon, la burocracia, los déficits presupuestarios y los obstáculos de las infraestructuras siguieron siendo graves impedimentos. Brasil consiguió dar la vuelta a su maltrecha economía en los 80 y después se benefició de tres factores: la necesidad china de materias primas, los hallazgos energéticos y su ventaja competitiva como gigante del sector agrario. Hoy, sin embargo, la desaceleración de Pekín y el giro mundial hacia el ubicuo gas de esquisto está cambiando el panorama. Pensemos también en Rusia, que con gran imprudencia ha despilfarrado sus armas, el gas y el petróleo, despreciando las posibilidades del gas de esquisto, con lo que ha dejado abiertas oportunidades de exportación para EE UU en Europa.
 “Los BRICS superarán a Occidente”
Ya veremos. Sí, los BRICS seguirán siendo la principal fuente de crecimiento en el mundo del futuro, igual que lo son ya hoy. Juntos, dominarán la economía mundial dentro de unos años como Europa y Estados Unidos lo hicieron en su tiempo.
Así como el péndulo se inclinó hacia los BRICS y luego se fue al otro extremo en los últimos años, se ven ahora señales de nuevas formas de competitividad de esos países. La investigación y el desarrollo en los BRICS están preparando el terreno para una producción que cada vez tendrá más valor añadido. El 91% de las fábricas de Estados Unidos tiene más de 10 años, frente a solo el 43% de las chinas, según un estudio de IndustryWeek en 2007. Mientras que el 54% de las empresas chinas mencionaba la innovación como uno de sus principales objetivos, solo el 27% de las estadounidenses decía lo mismo. Los fabricantes de material de telecomunicaciones en el gigante asiático están poniéndoles las cosas difíciles a sus rivales de tipo más tradicional, los fármacos genéricos fabricados en India están abriéndose camino, los productores brasileños de proteínas dominan los mercados mundiales y los oligarcas rusos hacen sabias inversiones en el extranjero. Los BRICS están atravesando un periodo difícil, pero tienen todo en su mano para una recuperación espectacular.
Sin embargo, aunque la era de dominación estadounidense y occidental haya quedado atrás, a los BRICS les queda todavía algún tiempo. Lo que es ya evidente es que el claro límite entre países desarrollados y atrasados es algo del pasado. Las multinacionales occidentales tratan de expandirse en estos cinco Estados porque el crecimiento en sus propios mercados está estancado. Las empresas chinas e indias consolidan sus marcas en otros mercados emergentes y en Occidente. La suerte económica de los países desarrollados está más ligada que nunca a la de los mercados emergentes.
La propiedad intelectual sigue siendo un punto fuerte de las economías avanzadas. Estados Unidos, Japón y Alemania -solo tres economías avanzadas- presentaron el 58% de las patentes mundiales en 2011, según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Pero también aquí están poniéndose al día los BRICS: las solicitudes de China aumentaron un 33% en 2011, las de Rusia un 21%, las de Brasil un 17% y las de India un 11%. En EE UU crecieron un 8% y en Alemania un 6%. El gigante chino del material de telecomunicaciones ZTE Corp. desplazó a la japonesa Panasonic del primer puesto mundial, con 2.826 solicitudes de patente. Huawei Technologies, china, ocupó el tercer lugar, y la estadounidense Qualcomm cayó del tercer al sexto puesto en 2011. ¿Por qué importa esto? Porque las patentes son un indicador fundamental de la futura potencia económica.
 “La política puede acabar con los BRICS”
Es verdad, y no conviene olvidarlo. La extensión de la democracia y los mercados libres en gran parte de Asia, Latinoamérica y el este de Europa es impresionante, pero algunos BRICS han ido a remolque en este terreno, en vez de estar en primera línea. A menudo, la legitimidad en estos países depende de unas expectativas desmesuradas de éxito económico, mientras que los controles políticos están en pañales. De modo que hay que olvidar todas las alabanzas al capitalismo autoritario que aparecen en los artículos de opinión. Solo porque Pekín posee un aeropuerto nuevo y reluciente y el presidente Vladímir Putin puede arrasar barrios enteros como le parece, eso no quiere decir que la política de China y Rusia les beneficie. Incluso en la democrática India, la política se ve invadida con frecuencia por la corrupción, y Brasil, que disfruta de una democracia, tiene unas estadísticas de criminalidad absolutamente terribles y numerosos escándalos políticos.
Puede que los BRICS parezcan estables, pero nadie sabe qué nos deparará el futuro. La admiración hacia los oligarcas se convierte con mucha facilidad en envidia e indignación. Las cámaras de los móviles y la difusión instantánea por Internet limitan el uso de la fuerza pública. Bajo la superficie y entre los jóvenes, el orgullo por los logros económicos y la sensación de bienestar material van acompañados de demandas de una sanidad mejor y el reconocimiento nacional. Cada vez más, la respuesta que piden los ciudadanos de los BRICS no es más, sino mejor. Las clases dirigentes locales deben actuar como es debido para impedir que esta nueva actitud se convierta en una mezcla combustible. La generación actual de líderes chinos no ha olvidado todavía las lecciones de la Revolución Cultural, pero quizá las generaciones posteriores sí lo hagan.
Algunas circunstancias favorables que han beneficiado a los BRICS en las últimas décadas pueden volverse en su contra. Por ejemplo, estos países han aprovechado el volumen relativamente bajo de asignaciones presupuestarias al gasto de defensa, como consecuencia de la Pax Americana. La situación podría cambiar si estallara un conflicto en el subcontinente indio o Irán obtuviese armas nucleares. Y si la agitación política se agravara, el ascenso de los BRICS podría muy bien descarrilar: el caso de Bo Xilai en China, las revueltas tras la primavera árabe y el apagón en India son advertencias recientes sobre las drásticas repercusiones que pueden tener unos acontecimientos repentinos.
Aun así, los BRICS no van a desvanecerse. Por supuesto que tendrán que afrontar serios ajustes, acostumbrarse a unas expectativas menos elevadas de crecimiento y satisfacer más demandas de la población. Pero, pase lo que pase, se puede asegurar que estas grandes economías emergentes dejarán huella en el siglo XXI.

sábado, 3 de marzo de 2012

Las nuevas siglas que rigen la economía global actual

Tomado de Foreign Policy

Por Joshua Keating

MIKT, NORC, TIMBI… ¿Qué significan todas esas siglas?

Cuando el economista de Goldman Sachs Jim O'Neill puso a las economías emergentes de Brasil, Rusia, India y China el nombre de BRIC en 2001, no fue consciente de que estaba creando un importantísimo nuevo término geopolítico, que incluso los propios países protagonistas convertirían en una alianza formal (la "S" se añadió cuando Suráfrica se unió a ellos en 2010.) Y probablemente tampoco se dio cuenta de que estaba creando toda una nueva industria casera del acrónimo. Presentamos una guía a la actual sopa de letras de la economía global.

BASIC

Quiere decir: Brasil, Suráfrica, India, China

Creado por: Los propios países

Por qué: El grupo BASIC surgió en la conferencia sobre el cambio climático de 2009 en Copenhague para presentar una contrapropuesta que estableciera más obligaciones sobre los países ricos para que éstos redujeran sus emisiones de carbono. La cooperación se prolongó en posteriores rondas de conversaciones sobre el clima en México y Suráfrica.

MIKT

Quiere decir: México, Indonesia, Corea del Sur (South Korea, en inglés), Turquía

Creado por: Jim O'Neill

Por qué: O'Neill no se durmió en los laureles tras el enorme éxito logado por la creación de la marca BRIC. A comienzos de 2011, presentó MIKT, argumentando que el término “mercados emergentes” para describir a estos países había dejado de ser útil. Pero no se puede decir que haya arraigado igual de bien.

NORC

Quiere decir: Países de las costas del Norte (Northern Rim Countries), es decir, Canadá, Rusia, Escandinavia y el norte de Estados Unidos.

Creado por: El geógrafo de la Universidad de California /Los Angeles Laurence Smith

Por qué: Smith cree que el acceso a las rutas de navegación abiertas por el derretimiento del hielo del Ártico, combinado con los abundantes recursos petroleros y de gas natural, convertirán a los países del Ártico en las potencias cruciales de finales del siglo XXI.

PIGS

Quiere decir: Portugal, Italia, Grecia, España (Spain)

Por qué: No está claro quién acuñó este apelativo tan poco favorecedor, que agrupa a las economías europeas con peores resultados, pero su uso se generalizó durante la crisis del euro y en ocasiones pasa a deletrearse como “PIIGS” para incluir también a Irlanda.

TIMBI

Quiere decir: Turquía, India, México, Brasil, Indonesia

Creado por: El profesor Jack Goldstone, de la Universidad George Mason (EE UU)

Por qué: Goldstone sostiene que el crecimiento económico de Rusia y China se vería obstaculizado por la disminución de la población en edad de trabajar, de modo que sería más exacto situar a India y a Brasil junto a países que pueden presumir de tener economías y poblaciones en crecimiento.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Inflación pone en aprietos a economías emergentes. Caso India

Tomado de The Wall Street Journal

Por Alex Frangos

NUEVA DELHI—El ejemplo de India puede servir de advertencia para América Latina y el resto de los mercados emergentes que aún exhiben tasas envidiables de crecimiento. En el fondo, India está pagando el precio de permitir que la inflación infecte su economía.

El banco central, más conocido como el Banco de la Reserva de India, se reúne esta semana para decidir si volver a aumentar la tasa de interés de referencia, que se ubica en 8%.

El problema de India, donde la inflación ya se aproxima a niveles de dos dígitos, también se manifiesta en otras economías emergentes, aunque en forma más moderada. En medio de la caída de la demanda de las economías desarrolladas, el crecimiento pierde fuerza en países como China, Corea del Sur y Brasil donde la escasez de alimentos, la pujante demanda interna y los aumentos salariales han generado brotes inflacionarios.

La situación deja a los bancos centrales en una encrucijada.

Las autoridades podrían subir las tasas de interés para combatir la inflación, pero corren el riesgo de exacerbar la desaceleración de sus economías. Pero si no inician un ciclo de ajuste monetario, la inflación se podría desbocar lo que obligaría a los bancos centrales a elevar las tasas en forma más pronunciada más adelante.

Brasil ha dejado en claro que está más preocupado por el enfriamiento de la economía que por la inflación. El banco central redujo la tasa de interés de referencia la semana pasada pese a que la inflación acumula un alza de 7,2% entre enero y agosto, una combinación peligrosa en un país con un historial de hiperinflación.

El banco central indica que hay que dejar que la política monetaria surta efecto. Una vez que el recorte de tasas se traspase a la economía, la desaceleración de la actividad acabará con el brote inflacionario, asegura. Los indicadores de crecimiento futuro, como las encuestas entre empresas manufactureras y los pedidos de exportaciones, apuntan a un enfriamiento. El banco central opina que una reducción de tasas en este momento ayudará a prevenir una desaceleración más profunda en los meses venideros.

China y Corea del Sur enfrentan una situación parecida. Los índices manufactureros han caído a sus niveles más bajos desde la crisis financiera. La inflación en China, no obstante, sigue en niveles altos. Cifras oficiales divulgadas el viernes muestran una inflación de 6,2% acumulada en un año entre agosto de 2010 y 2011. La inflación en Corea del Sur aumentó 5,3% en agosto frente al mismo lapso del año previo, el mayor nivel desde 2008.

En India, en tanto, 11 alzas de tasas en 18 meses han frenado a la décima economía del mundo. La confianza de las empresas ha descendido y el crecimiento se ha desacelerado en cinco trimestres consecutivos. El ajuste monetario, sin embargo, no ha reducido la inflación. El aumento de los precios genera preocupación de que la inflación está demasiado arraigada en la economía y que se necesiten nuevas alzas de tasas pese al enfriamiento de la economía mundial.

Abundan las teorías sobre las causas del actual predicamento indio. Algunos lo atribuyen a las malas cosechas que dispararon los precios de los alimentos. Otras a las consecuencias indeseadas del aumento en los niveles de escolaridad en las áreas rurales, que ha reducido la oferta de trabajo infantil y ejercido una presión alcista sobre los salarios.

Otros analistas culpan al banco central. "Este ha sido un problema persistente y refleja un fracaso de la política macro", dice Ajay Shah, economista del Instituto Nacional de Políticas y Finanzas Públicas, un centro de estudios del gobierno en Nueva Delhi. La inflación ha sobrepasado la meta del banco central desde 2006, recalca, mucho antes del salto en los precios de los alimentos.

Shah cree que Duvvuri Subbarao, el gobernador del Banco de la Reserva de India, ha perjudicado el combate contra la inflación al poner en duda la efectividad del ajuste. Seis días después de un alza de tasas en mayo, Subbarao manifestó que la política monetaria "no es un instrumento efectivo para controlar la inflación proveniente de las presiones sobre la oferta. No es realista, bajo estas condiciones, esperar que el Banco de la Reserva cumpla una meta de inflación en el corto plazo". El banco central ha intensificado su campaña de aumentos de tasas en los últimos y sorprendió al mercado con una serie de incrementos de medio punto porcentual.

La economía del país está pagando el precio. El crecimiento en las ventas de automóviles ha decaído y el crecimiento está por debajo del 8%. Aunque se trata de un ritmo dinámico, es considerado insuficiente para cumplir las promesas de reducción de la pobreza y creación de empleos.