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jueves, 17 de octubre de 2013

Republicanos del Tea Party dan por muerta la Reforma Migratoria

Agencias Noticiosas

Raúl Labrador de Idaho, Congresista Republicano de origen latino y representante del movimiento intransigente Tea Party 

Reforma migratoria está muerta, dice congresista republicano


Incluso antes de que el plenario del Senado votara para aprobar el acuerdo bipartito que reabrirá el gobierno, evitará el peligro de cesación de pagos y terminará con uno de los incidentes más extraños en la historia política contemporánea del país, antes de que vote luego la Cámara Baja y que lo firme el presidente, comenzaban a analizarse las consecuencias y los resultados de este enfrentamiento. ¿Cómo incidirá sobre los otros aspectos de la política nacional, y especialmente sobre aquellas decisiones que requieren cooperación entre los grandes partidos?
Y específicamente, ¿cuál será ahora el destino de la reforma migratoria?
La reforma está muerta, dice al respecto el congresista Raúl Labrador de Idaho. Labrador, un latino republicano y representante del movimiento intransigente Tea Party, dijo en un evento con otros conservadores que "no pueden confiar más en el presidente en el tema migratorio".

"Creo que lo está... que negociemos con el Presidente Obama después lo que hizo en las últimas dos semanas y media, pienso que sería un gran error".
El martes, informa Foley, Obama dijo a Univisión que "volverá a la reforma migratoria inmediatamente después de que los temas fiscales sean solucionados, pese a que los republicanos de la Cámara de Representantes parecen reticentes a aprobarla".
"Una vez que ésto esté hecho, al día siguiente estaré presionando para llamar a un voto sobre la reforma migratoria... y si tengo que unirme a otros proponentes (de la reforma) y seguir hablando de ello, y seguir presionando, lo haré, porque creo que es realmente importante para el país. Y el momento para hacerlo es ahora", dijo Obama.
Hasta hace cuatro meses, Labrador era considerado un importante proponente de la reforma, un puente en la Cámara Baja entre los miembros conservadores del partido Republicano y los demócratas al igual que el Marco Rubio en el Senado, escribe Foley. Labrador fue parte de un grupo bipartito que elaboró propuestas migratorias, pero salió del mismo en junio. Dos republicanos más se retiraron del grupo posteriormente y éste cesó de existir.
"Cada vez que nos acercábamos a algo sobre lo cual podíamos estar de acuerdo, el Presidente y su partido seguían presionando", dijo Labrador. "Esta es la manera que tiene ese tipo de negociar... solo en una actitud de no tomar prisioneros, no es sano para el pueblo estadounidense y no es sano para la reforma migratoria", dijo Labrador.
Ahora, dice Labrador, no quiere que la Cámara Baja apruebe ningun tipo de reforma migratoria, incluso parcial, porque la pueden llegar a combinar con la ley de reforma ya aprobada por el Senado y a la cual se opone.
Respecto a Obama, Labrador dijo que "lo que hizo en las últimas dos semanas y media fue tratar de destruir al Partido Republicano... Todo lo que hagamos de ahora en adelante con este presidente sobre el tema de la inmigración será con el mismo objetivo, de destruir al partido Republicano".  

sábado, 5 de octubre de 2013

Revelan proyección calendarizada de efectos de un posible default EEUU

Agencias Noticiosas
El techo de endeudamiento actual es de 16.7 billones de dólares

El calendario del posible default de Estados Unidos

WASHINGTON.- Nadie sabe exactamente cuándo Estados Unidos incumpliría su deuda si el Congreso no logra un acuerdo para elevar el límite de endeudamiento gubernamental, pero una mirada al pasado reciente ofrece un panorama bastante claro sobre cómo podría desatarse una cesación de pagos.

Incluso el Departamento del Tesoro no puede saber cuántos ingresos tributarios recibirá cada día después de que el 17 de octubre se alcance el límite máximo de endeudamiento de 16.7 billones de dólares. Tampoco los funcionarios pueden calcular exactamente los costos gubernamentales, como cuánta gente pedirá beneficios por desempleo en una semana.

Sin embargo, sí se puede inferir qué tan rápido se quedará el Gobierno sin dinero mirando el equivalente al saldo bancario diario del Tesoro en el mismo periodo del año pasado.

Lo que sigue es un cronograma que muestra cómo podría ser una cesación de pagos, en base a los reportes diarios del Tesoro de octubre y noviembre de 2012.

17 de octubre

El Departamento del Tesoro agota todos los recursos disponibles para mantenerse bajo el límite de endeudamiento, pero no puede aumentar la deuda pública. Se espera que el Tesoro aún tenga 30 mil millones de efectivo a mano para pagar sus cuentas. Entre los muchos ingresos y egresos diarios, recibe 6 mil 750 millones de dólares en impuestos, pero paga cheques por 10 mil 900 millones de dólares para los retirados de la seguridad social. Al final de la jornada, su colchón habrá bajado a 27 mil 500 millones de dólares.

18 de octubre al 29 de octubre

La reservas de efectivo disminuyen rápidamente. Washington sólo recibe 70 centavos por cada dólar que gasta y ya no puede emitir más deuda para cubrir la diferencia.

El 24 de octubre es un día especialmente difícil, pues debe pagar mil 800 millones de dólares a contratistas de defensa, 2 mil 200 millones de dólares a doctores y hospitales que atienden a pacientes ancianos del programa Medicare y 11 mil 100 millones de dólares a la seguridad social, pero recibirá sólo 9 mil 600 millones de dólares en impuestos y otros ingresos.

Otro posible evento es que el Tesoro pierda la confianza del mercado de bonos.

Aun si el Gobierno no puede aumentar su deuda en este momento, puede canjear legalmente el pago de la deuda que vence. Los inversores tienen la oportunidad de cobrar 100 mil millones de deuda cada semana, pero también pueden decidir reinvertir el dinero.

Si el temor a la cesación de pagos provoca que los inversores se alejen de nuevas ofertas de deuda, las finanzas del Tesoro podrían socavarse bruscamente.

"Es muy difícil de predecir", dijo Brian Collins, analista del Centro de Política Bipartidista, quien ayudó con este análisis. "Es la misma situación que causa corridas (bancarias) o paralizaciones de los mercados de crédito".

30 de octubre

Ocurre la cesación de pagos. Al final del día al Gobierno le faltan 7 mil millones de dólares para poder pagar sus cuentas.

¿Quién se queda frío? Todos, según el Gobierno de Obama.

El Tesoro dice que no puede decidir a quién paga. La última vez en que el Gobierno enfrentó esta situación en el 2011, el plan era esperar a que las arcas públicas tuvieran suficiente dinero para pagar las cuentas de un día antes de recortar algún pago específico, según un reporte del supervisor del Departamento del Tesoro del 2012.

Eso implicaría retrasos en los pagos para todo el mundo: a las escuelas se les adeudaría 680 millones de dólares, a los beneficiarios de la seguridad social 553 millones de dólares y a los contratistas 972 millones de dólares.

Algunas de las empresas que tienen al Gobierno como principal cliente sufrirán un gran golpe. "Si eres Lockheed Martin (...) es un asunto grande", dijo R. Bruce Josten, el principal cabildero de la Cámara de Comercio de Estados Unidos.

Los retrasos serán cada vez mayores mientras se prolongue la cesación de pagos, sacando miles de millones de dólares de la economía en cuestión de días.

31 de octubre

Las cosas se ponen realmente tenebrosas para la fiesta de Halloween, cuando se cumple el plazo para pagar 6 mil millones de dólares en intereses a tenedores de bonos.

Los bonos del Tesoro de Estados Unidos son los cimientos del sistema financiero, supuestamente una inversión sin riesgo que sirve de soporte a fondos de pensiones y hasta a la economía china.

El incumplimiento de un pago puede sacudir los cimientos. Estados Unidos obtiene actualmente una de las tasas de interés más bajas del mundo por su sólido historial como pagador; esos costos financieros seguramente subirán. Los mercados bursátiles podrían tambalearse y consumidores nerviosos podrían frenar su gasto causando aun más daño a la economía.

Para el Departamento del Tesoro es el momento en que tendrá que tomar decisiones realmente difíciles. ¿Paga a los acreedores por bonos en China o a los militares en Afganistán? El Gobierno de Obama dice que no tiene la autoridad para priorizar sus pagos, pero los analistas no están convencidos y dicen que al menos deberían intentarlo.

"No pagar los intereses de una deuda a tiempo es probablemente una peor manera de caer en cesación de pagos que no cumplir con otros compromisos", dijo Collins.

1 de noviembre

A esta altura, el Gobierno de Estados Unidos está entrando en un territorio realmente desconocido.

En teoría, el Gobierno podría seguir pagando a los acreedores por bonos indefinidamente, porque los ingresos fiscales son más que suficientes para cubrir los pagos de interés. Además, el Tesoro paga a los bonistas por un sistema aparte del de otras obligaciones.

Eso significaría retrasos mayores para todo el resto. Los militares estadounidenses podrían atrasarse en el pago de sus alquileres y los ancianos que dependen de la seguridad social tendrían problemas para comprar comida.

En el caso contrario, si el Tesoro incumple el pago de intereses en Halloween y no hay señales en Washington de que la crisis vaya a resolverse, la solvencia podría sufrir el golpe. El valor de casi todos los instrumentos financieros quedaría puesto en duda: el dólar estadounidense, los préstamos bancarios en Asia y los costos de asegurar las cosechas de Illinois.

"Una cesación de pagos sería un asunto sin precedentes y tendría el potencial de ser una catástrofe", dijo el Tesoro en un reporte el jueves. "Las consecuencias negativas podrían sentirse en todo el mundo", añadió. 

Ante presión pública líder Republicano promete no dejar caer en Default a EEUU

Agencias Noticiosas  

Reunido el congreso para resolver pago a funcionarios

La sesión está convocada para aprobar el cobro retroactivo de salarios de la administración pública, aunque los demócratas podrían forzar la votación del presupuesto

El cese parcial de las operaciones del gobierno entra en su quinto día y el Congreso se reunirá en una sesión que no promete avances en solucionar la parálisis, pero que al menos ofrecerá un consuelo a los empleados federales cesados temporalmente.

La Cámara de Representantes tiene programado votar un proyecto de ley respaldado por la Casa Blanca y por loslegisladores demócratas, que asegura el pago retroactivo a los 800.000 funcionarios federales cuando el cierre del gobierno termine. Se espera que el Senado apruebe el mismo proyecto más tarde, incluso el propio sábado, para que el presidente Barack Obama lo firme.

Los congresistas siguen repitiendo el mismo guión en el Capitolio: los republicanos de la Cámara aprueban proyectos de ley para reanudar las operaciones de ciertos programas políticamente sensibles, mientras los demócratas insisten en reanudar las operaciones de todo el gobierno.

"Lo único que separa a este Congreso de un gobierno abierto es la negativa del presidente de la Cámara, John Boehner, a permitir una votación sobre una resolución para que el gobierno reanude sus labores", dijo el viernes el representante demócrata Chris Van Hollen.

La estrategia de su bancada para la sesión de este sábado será presentar una "petición de relevo" para forzar el tratamiento de la ley de presupuesto directamente en el recinto, sin pasar por comisiones. Pero ara eso necesitaránsumar a 18 republicanos, y parece haber pocas probabilidades de que eso suceda.

Por otro lado, se aproxima una batalla aún más importante: el límite de la deuda, que puede provocar que el país caiga por primera vez en default.

"Eso no es un maldito juego", había dicho Boehner, mientras la Casa Blanca y los demócratas mantenían su posición de negociar sólo cuando se reinicien las labores del gobierno y se aumente el límite de la deuda, que ahora es de 16,7 billones de dólares. 

De todos modos, el líder republicano prometió que no dejará que Estados Unidos caiga en default.

Una salida posible al shutdown sería aprobar una medida de financiación temporal para mantener el gobierno funcionando en su totalidad hasta mediados de noviembre o diciembre. Desde el cierre anterior, en 1996, se han aprobado sin mucha dificultad más de 100 leyes de financiamiento parcial.

Pero los republicanos del Tea Party exigen cambios en el Obamacare para aprobar más fondos, lo que ha provocado elenfrentamiento con los demócratas y con Obama, que no están dispuestos a ceder uno de los máximos legados de su gestión. A esto se suma que las encuestas revelan que gran parte de los ciudadanos encuentra culpable al Partido Republicano por el cierre del gobierno. 

Por eso sus representantes parecen estar modificando sus demandas, restando fuerza a su insistencia en retirar los fondos a la ley de servicios médicos. En su lugar, reanudaron sus llamados a reducir los programas sociales federales y el déficit a futuro, cosas que Boehner ha dicho repetidas veces que tienen que ser parte de cualquier negociación sobre el límite de la deuda.

Siga la sesión especial del Congreso EN VIVO 

domingo, 31 de julio de 2011

Aunque se está muy cerca, todavía no hay acuerdo sobre default

Agencias Noticiosas

Quedan menos de 48 horas para alcanzar un acuerdo que salve a Estados Unidos de una debacle fiscal

Mientras continúan las negociaciones, el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, ha reconocido que el Congreso y la Casa Blanca están "muy cerca" de alcanzar un acuerdo definitivo

En otra jornada frenética de negociación a contra reloj, los republicanos no han alcanzado un acuerdo con la Casa Blanca sobre el techo de la deuda. El líder demócrata en el Senado, Harry Reid, recién salido de las negociaciones con republicanos y la Casa Blanca, ha comparecido para decir que el voto sobre el techo de endeudamiento se retrasa porque no hay acuerdo definitivo todavía. "Estamos haciendo avances", ha dicho. Sin embargo, ha reconocido avances para alcanzarlo antes de fin del plazo el 2 de agosto.

A pesar de esta situación límite, una puerta se ha abierto en las últimas horas en Estados Unidos para evitar que el país entre en suspensión de pagos. Existe en estos momentos un optimismo moderado en torno a las negociaciones in extremis que están manteniendo los republicanos y la Casa Blanca. El líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, ha reconocido que el Congreso y la Casa Blanca están "muy cerca" de alcanzar un acuerdo definitivo para elevar el techo de la deuda y evitar que Estados Unidos entre en cese de pagos.

En una entrevista en la cadena CNN, McConnell ha confirmado los rumores de que los legisladores republicanos y demócratas habían llegado a un principio de acuerdo con la Casa Blanca, en intensas negociaciones a puerta cerrada durante el sábado. "Estamos muy cerca. Ayer tuvimos un muy buen día, e hicimos avances drásticos", ha asegurado el senador republicano. McConnell confía en que ese acuerdo se concretará "pronto" y ha adelantado que el plan proyecta una reducción del déficit de 3 billones de dólares en los próximos 10 años y que no contará con 'ningún aumento de impuestos'.

La votación del plan del líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, que estaba prevista para la una de la madrugada (hora local, 05.00 GMT) se ha retrasado 12 horas ante la perspectiva de un posible acuerdo. Según cuentan los medios estadounidenses, los progresos en las negociaciones son significativos. El martes 2 de agosto es la fecha límite para cerrar un pacto.

"Estoy contento de ver este movimiento hacia la cooperación y el compromiso. Espero que dé frutos", ha señalado Reid. El líder de la mayoría demócrata en el Senado cree que "hay muchos elementos" para cerrar un acuerdo, aunque matiza que todavía queda un camino por recorrer. "Hay que dar a cada uno el espacio que sea posible para hacer su trabajo", ha subrayado.

El Senado se preparaba ayer para un voto de madrugada para limitar el debate en torno al plan demócrata sobre la deuda y garantizar que la medida podría votarse definitivamente a primera hora del lunes. Sin embargo, Reid ha decidido aplazar esa votación 12 horas, hasta las 13.00 del domingo (17.00 GMT), a petición de funcionarios de la Casa Blanca, que han visto espacio para un posible compromiso con los republicanos y han pedido al líder demócrata unas horas más de margen. Pero es posible que también haya otro retraso al respecto mientras se mantienen las negociaciones.

En un fin de semana clave para evitar que el Tesoro estadounidense declare parcialmente el cese de pagos el próximo martes, la Casa Blanca y el Capitolio continuaron ayer sábado sus negociaciones, con el propio presidente de EE UU, Barack Obama, inmerso en conversaciones con demócratas y republicanos. En una agitada votación, la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, rechazó, por 246 contra 173 votos, la propuesta demócrata para elevar el techo de la deuda, que ahora se sitúa en 14,3 billones, antes aún de que el Senado iniciara siquiera los trámites para votarla.

Los republicanos optaron así por devolver el golpe que el Senado asestó el viernes a la propuesta del presidente de la Cámara Baja, John Boehner, al bloquearla poco después de que fuera aprobada en ese hemiciclo. El propio McConnell aseguró en una conferencia de prensa tras la votación que había hablado ayer por teléfono tanto con el vicepresidente, Joe Biden, como con Obama, y opinó que el mandatario debería estar presente en cualquier negociación para llegar a un consenso.

"Confío plenamente en que lograremos un acuerdo en un futuro muy próximo", aseguró McConnell, mientras que Boehner subrayó que los estadounidenses pueden estar seguros "de que esta crisis se acabará" y de que "no habrá cese de pagos". Ese optimismo contrastó con la frustración que Reid expresó más tarde en el pleno del Senado, después de una visita a la Casa Blanca junto con la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

Los dos legisladores se reunieron con Obama poco después de que el plan de Reid se estrellara en la Cámara Baja, en un encuentro del que no han trascendido detalles. "No es cierto que estemos cerca de un acuerdo significativo", dijo Reid en el Senado tras la reunión. "Y si estamos hoy aquí, es por una sencilla razón: el filibusterismo", añadió.

El apoyo de al menos siete republicanos

Para zanjar el debate en torno a su medida, Reid necesitará en la votación de hoy domingo una mayoría de 60 votos, lo que obliga a los demócratas, que controlan la Cámara Alta, a asegurarse el respaldo de al menos siete republicanos. Ese objetivo parecía ayer lejano cuando McConnell entregó a Reid una carta en la que 43 de los 47 senadores republicanos se comprometían a votar en contra.

Reid ha modificado en los últimos días su plan para añadirle elementos impulsados por McConnell, y su propuesta incluye ahora una elevación de la deuda en dos fases, hasta llegar a 2,4 billones, y una reducción del déficit en 2,2 billones de dólares en la próxima década.

No obstante, carece de un mecanismo que establezca cómo actuar si el Congreso no consigue reducir el déficit en los niveles esperados, lo que se ha convertido en el principal argumento de muchos republicanos para rechazar el plan. "Es hora de que acabemos con este teatro del absurdo", dijo tras la votación en la Cámara Baja una decepcionada Nancy Pelosi, que instó a los legisladores de ambos partidos a lograr una solución real.

Posibles escenarios

Tomado de El País

¿Qué pasa si hoy se llega a un acuerdo?

Estados Unidos ha llegado a su límite de endeudamiento, acordado en el Congreso, por lo que demócratas y republicanos han de ponerse de acuerdo para elevarlo si quieren hacer frente al vencimiento de las deudas pendientes. De llegar a un acuerdo, se avanzaría en el proyecto de ley con más rapidez y se demostraría suficiente apoyo para su aprobación en el Senado y en la Cámara de Representantes. El fantasma de la suspensión de pagos de la mayor economía del mundo desaparecería. Solo faltaría la firma de Obama para aprobar la ley. La fecha límite para no entrar en suspensión de pagos es el martes, día 2 de agosto.

¿Qué pasa si hoy no se llega a un acuerdo?

Los republicanos y la Casa Blanca tendrían hasta mañana para seguir con las negociaciones que se están manteniendo desde hace días. El acuerdo tendría que llegar in extremis. Los demócratas tienen 53 escaños, tres más de la mitad. Pero eso no les garantiza la aprobación de la ley porque las reglas del Senado dan derecho a la oposición a impedir la votación mientras ellos quieran seguir debatiendo, lo que puede ser eternamente. Para evitar ese método que estanca el proyecto de ley, en EE UU se requieren 60 votos de un total de 100, una cifra a la que muy pocas veces ha llegado un partido a lo largo de la historia. El líder demócrata, Harry Reid, necesita siete votos republicanos para poder llevar a votación en el pleno su propuesta, por lo que está obligado a pactar con la oposición en esas cruciales últimas 24 horas.

Los líderes del Congreso podrían tratar de hacer cambios rápidos para atraer más votos. El Congreso podría tratar de pasar un incremento de la deuda a muy corto plazo, por ejemplo un par de días, para ofrecer algo más de tiempo para alcanzar un acuerdo amplio. Obama podría decir que tiene el poder de aumentar los préstamos EE UU por su cuenta, citando una disposición de la Constitución estadounidense. Mientras la Casa Blanca intenta rehuir esta estrategia, algunos líderes demócratas en el Congreso en los últimos días han estado planteando este escenario.

¿Qué pasa si no se llega a un acuerdo antes del martes?

La única manera de evitar la suspensión de pagos a partir del martes es la de conseguir que republicanos moderados y demócratas voten juntos en la Cámara lo que ambos partidos sean capaces de pactar en el Senado. Eso tiene que ocurrir entre el domingo y el lunes. Si unos y otros no llegan a un acuerdo para entonces, las consecuencias son impredecibles. Pero si instituciones como el Banco Central Europeo han llegado a asegurar que el impago de un país pequeño como Grecia podría ser tan catastrófico como la caída de Lehman Brothers, es difícil medir el alcance que tendría una suspensión de pagos de Estados Unidos. China ya ha hecho más de un llamamiento al Gobierno norteamericano pidiendo "responsabilidad" hacia sus inversores. Por la cuenta que le tiene. El gigante asiático, con 1,15 billones de dólares (823.684 millones de euros) en bonos del Tesoro estadounidense, es su mayor acreedor.