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jueves, 31 de diciembre de 2020

Reflexiones sobre relaciones de pareja de largo plazo

 Por Luis Montes Brito

Cuando algunas personas, más jóvenes que yo, se enteran de que con mi esposa recientemente cumplimos 40 años de matrimonio, después de la acostumbrada felicitación, vienen un par de preguntas casi de rigor. ¿Cómo es posible durar tanto tiempo juntos? ¿Cómo se logra? Ese cuestionamiento me ha hecho reflexionar al respecto y entendiendo que cada pareja es distinta, desde mi óptica y experiencia comparto mi opinión con ustedes.

 

Hay que empezar diciendo que, aunque no lo parezca, aún en esta era digital y de satisfacción inmediata, hay muchísimas personas que disfrutan y sostienen largas relaciones de pareja. Son muchos más de lo que algunos se imaginan, basta observar con detalle a nuestro alrededor, en nuestros familiares, amigos, conocidos y compañeros de trabajo para comprobarlo. Lo que pasa es que hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece. Hay una tendencia a resaltar lo negativo que engañosamente hace parecer que lo más comentado es la norma. 

 

Segundo, cada persona es un mundo; cada pareja son dos mundos tratando de acoplarse. Lo cual quiere decir que no es una tarea fácil, que no hay una receta única para lograrlo, que mientras usted y su pareja se entiendan y estén felices, lo que opinen los demás es cuando menos irrelevante. 

 

Tercero, no existen personas perfectas por lo que tampoco lo es cualquier entidad que conformen. El solo hecho de la necesidad de firmar un contrato nupcial señalando derechos y obligaciones, contempla posibles disputas donde habrá que recurrir a un árbitro legal para dirimirlas. Hay una tendencia a pintar todo como “blanco o negro”, la verdad es que existen los tonos grises. Todos tenemos días buenos y días malos, épocas de felicidad y de tristeza, pienso que la variedad de situaciones son las que consolidan una relación. De manera tal que las relaciones de larga data duran no porque sean perfectas sino a pesar de sus imperfecciones. 

 

Casarse es una lotería, uno no sabe que premio obtiene hasta que convive a diario con su pareja. Todos los seres humanos tenemos virtudes y defectos, luces y sombras, lo importante es como las administramos y las compensamos ante nuestros seres queridos.

 

Hay cosas básicas que no pueden faltar en una relación de largo plazo. Dando por sentado que fue el amor el inicio de ésta, el respeto quizá es la más importante, ya que este es el principio y final de los sentimientos que se forjan. El respeto como hábito se transforma en cariño, admiración, agradecimiento, empatía, ilusión y finalmente en amor. La falta de respeto genera todo lo contrario: desengaño, decepción, resentimiento, egoísmo y finalmente desamor.

 

También es primordial tener una visión compartida. Si no ves el mundo de la misma forma que tu cónyuge, siempre existirá la tendencia a deslindarse, a diferenciarse. Una relación de pareja debe entenderse como una sociedad de crecimiento continuo, de apoyo mutuo, de compenetración, de sustituir el yo” por el “nosotros” y cuando hay hijos incluso hasta negarse ambos en función de estos.   

 

Es básico entender que el matrimonio no es una competencia entre sus miembros para definir quien está sobre el otro, más bien, es una dinámica de equipo para enfrentar juntos la vida y los retos que esta trae consigo. Es una sociedad de hombro a hombro, donde el egoísmo no tiene cabida.

 

Una relación de largo plazo es sinónimo de perseverancia, resiliencia, superación, empatía, capacidad de aceptar y decirse la verdad de la mejor manera, de amar, perdonar, comprender, saber escuchar, es entender que se trata de un proyecto de vida que se construye día a día, y que cada amanecer es un nuevo comienzo.

 

Finalmente, es requisito indispensable reír juntos, celebrar cada victoria por pequeña que sea, es mucho más que solo cobijarse con el esmalte de una religión, es predicar con el ejemplo, es tener esperanza en un futuro mejor y disfrutar juntos cada día como si fuera el último de nuestras vidas, para que cuando esa fatalidad llegue, no exista arrepentimiento.

sábado, 12 de septiembre de 2020

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: PAREJAS Y CONFLICTOS: "CUANDO EL AMOR NO BASTA "

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos 

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Aunque las estadísticas puedan ser contradictorias, la sensación es que cada vez vemos más parejas que se separan o se divorcian.

Quizás todavía tengamos presente aquella suntuosa boda a la que fuimos invitados, pero de ese derroche de felicidad solo queda el recuerdo plasmado en un video o en las fotografías, porque ante la primera crisis seria el matrimonio no pudo resistir. Y el “hasta que la muerte los separe”, pronunciada por el sacerdote, se volvió volátil y endeble. 

 

Es cierto que no todos los conflictos de pareja terminan en separación, pero los nubarrones a lo largo de la vida conyugal son casi inevitables. En todo caso, será la madurez de la pareja lo que los mantenga a flote.

 

Según cifras recientes que publica la revista Time, en los años 70 y 80, el índice de divorcio en Estados Unidos llegaba hasta el 50% de los matrimonios, y en la actualidad ronda el 40%. Ahora nos divorciamos menos, pero probablemente sea porque muchas parejas ni siquiera llegan a casarse y prefieren la convivencia.

 

Una de las principales fuentes de conflictos radica en el poco conocimiento de uno y otro. Durante la época de noviazgo se procura “ocultar" los defectos y “potenciar” las virtudes de cada uno, pero así se proyectan falsas personalidades o actitudes.

 

En realidad, lo que están viendo es una versión mejorada, elaborada con mucho esfuerzo, pero insostenible en el tiempo. Tarde o temprano aparecerá la verdadera personalidad de cada uno y el otro puede sentirse engañado.

 

También es bastante común pretender corregir a la pareja hasta convertirlo en algo que no es. Esto va desde intentar cambiar problemas de alcohol o drogas, ser muy enamoradizo, que lea más… El ideal es aceptar a la pareja con sus más y sus menos, tal como es. 

 

Otros aspectos que generan roces es la parte del manejo de los gastos, la monotonía, de cómo será la crianza de los hijos y a veces, incluso, si los tendrán o no.

 

Amparo Calandín, psicóloga española, cree que "una buena situación económica actúa como paliativo de muchos problemas”. Y lo fundamenta: “Si una pareja tiene posibilidad de pagar ayuda en casa, un buen colegio, disfrutar de unas buenas vacaciones, y solucionar el tema de la vivienda, todo será más fácil. También es cierto que si la relación entre los miembros no funciona, no hay dinero que lo arregle".

 

También influye si son de diferentes religiones. Aun en los aspectos que parezcan iguales, pueden terminar por aburrirse.

 

Hay una etapa de enamoramiento ciego, algo así como una “luna de miel”, en que todo parecerá perfecto… Pero ese efecto se va diluyendo. A menor edad y menos experiencia, mayor será la etapa de ceguera.

 

Un elemento que puede ocasionar conflictos constante son los celos, sobre todo en personas que los llevan al extremo y desconfían absolutamente de todo. Además, hay personas que eligen parejas muy atractivas y poco estables, pensando que en el camino cambiarán su forma de ser y aquellos cuyos celos no terminan aun cuando la pareja, vive una vida reclusiva.

 

La llegada de un bebé puede provocar un vuelco importante en la relación. En un principio podría parecer que mejora, pero si -y sólo si- al menos había un deseo de tener un hijo. De lo contrario, lo más probable es que se rompa totalmente la pareja.

 

No existe una pareja que no haya tenido conflictos, el tema es cómo los han superado.

 

A veces, un capítulo cerrado es un paso gigante a la maduración como pareja. En otras, sin embargo, es un antecedente que queda flotando y que no se resolverá a menos que hagamos algo drástico.

 

Esto tiene bastante que ver cuando esperamos demasiado de la relación o incluso cuando la idealizamos, a tal punto de pasar del amor al odio sin escalas.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

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www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 9 de mayo de 2020

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: CUANDO EL CORONAVIRUS NOS SEPARA

 

Encierro. Hastío. Temor. Incertidumbre.
Como si todos esos ingredientes no fueran suficientes en este tiempo de cuarentena prolongada, en algunos casos se le agrega otro elemento que puede resultar demoledor: que este confinamiento forzado sorprenda a una familia separada.

Es decir, por ejemplo, un padre o una madre que estaban de viaje por trabajo y ya no pudieron regresar a casa antes del cierre de las fronteras y la reducción del tráfico aéreo.

La pandemia del Covid19 ha dejado muchas historias como estas. O, lo que es peor, ambos padres en el exterior y los hijos a cargo de la abuela.   

Existe una gran sensación de frustración, miedo y temor a ser olvidados. Esa situación provoca una angustia por el bienestar de unos y otros, angustia de separación en los hijos y en los adultos, además de estrés postraumático.

Cuanto más abrupta es la separación, más difícil de asumir.

Cuando la separación es, como hoy, por una causa natural, se puede entender más que si es por un hecho de violencia.

En el caso de los niños, dependerá de su edad. Si los hijos son pequeños, la rutina más fácil, pero alrededor de los 6 años en adelante, y más si tenían cercanía con el padre que está alejado, pueden llegar a sentir cólera, gran ira, por algo que entienden, pero a medias.

En los adolescentes, si era el padre menos estricto, quizás deseen que regrese lo antes posible. Pero aún si se tratase de alguien exigente, igualmente se resentirá su falta.

Esta separación afecta a padres e hijos por igual, aunque seguramente los padres se sentirán más frustrados por tener mayor responsabilidad.

En el caso de padres separados o divorciados, la rutina de visitas puede verse alterada, sobre todo por las limitaciones de movilidad que impone la cuarentena en algunos lugares. Eso sí, probablemente estarán un poco más acostumbrados, pues de alguna manera la separación ha sido paulatina, pero igual sentirán y resentirán ese distanciamiento.

Peor aún es si la separación familiar involucra a algún adulto mayor, sin duda los más vulnerables en esta crisis del Coronavirus.

Ellos tendrán un gran miedo de ser abandonados, sobretodo si el hijo que está lejos es quien tiene una gran parte la responsabilidad de su cuidado y su sostén económico, por no hablar del aspecto sentimental. Por tratarse de los más proclives a sufrir consecuencias letales a raíz de la edad, toda expresión física de afecto, ya sea un beso o un abrazo, puede ser motivo de contagio.

La tecnología, esa que tanta veces nos aleja y nos distrae de los más cercanos, en circunstancias así puede ayudar enormemente. Aplicaciones como Skype, Zoom, Meet y Whatsapp hacen que las distancias sean cortas y menos dolorosas. Con los adultos mayores, sobre todo aquellos con dificultades para manejar un teléfono inteligente, hay que ser más didácticos y pacientes.

A diferencia de un viaje programado, donde el ausente tiene una fecha de regreso ya determinada, este confinamiento promete eternizarse y eso genera una lógica incertidumbre.

Se necesita de mucha resiliencia. Aún sufriendo, a veces uno puede aguantar distanciado de los seres queridos más de lo que uno cree, pero siempre y cuando exista la idea de que el distanciamiento es temporal. Si la separación es debida a algo más definitivo, obviamente se llevar peor.
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

domingo, 14 de julio de 2019

La guerra El Salvador-Honduras de 1969 vista desde la mirada de un niño


Por Luis Montes Brito 
En algún lugar del territorio Hondureño conquistado por las tropas salvadoreñas. De izquierda a Derecha: Guardia Nacional no identificado, General José Alberto Medrano, Capitán Godinez, Capitán Aristides Napoleón Montes Bonilla
Empezaré este relato como lo haría un muy querido amigo….corría el año de 1969, el que esto escribe estaba por cumplir 7 de años de edad. Mi padre, Aristides Napoleón Montes Bonilla, militar salvadoreño de carrera, ostentaba en ese entonces el grado de capitán, el mejor grado como oficial según decía; el otro grado que más disfrutó en su vida militar fue el de Sargento.
Volviendo a 1969, hoy 50 años después escribo estas letras. No recuerdo exactamente si fue el primero de junio o julio de ese año cuando mi padre fue destacado específicamente a Citalá, ciudad salvadoreña fronteriza con Honduras, dentro de lo que el ejército salvadoreño denominó como  el Teatro de Operaciones Norte (TON), llamado así en referencia al norte de El Salvador, en el cual está ubicado el Departamento de Chalatenango.
Aunque la guerra entre ambas naciones hermanas fue declarada oficialmente durante 100 horas, los enfrentamientos y escaramuzas armadas no oficiales” se venían dando con anterioridad. Aprovecho para destacar que en esto de las fechas oficiales hay que leerlas con cuidado, igual pasó con el conflicto interno de El Salvador que oficialmente se reconocen 12 años, de 1980 a 1992, pero en este período no se toma en cuenta que la agresión comunista a través de emboscadas, secuestros y asesinatos data desde aproximadamente 1972, sin contar la preparación de las primeras células terroristas que se dio desde mucho antes.

Tengo marcado en mi memoria, que antes de ser enviado al frente de batalla mi padre se desempeñaba como Segundo Jefe de Comandancia de la Guardia Nacional, con sede en Cojutepeque, Departamento de Cuscatlán. El día que mi padre se marchó destacado hacia el TON, aprovechando la cercanía de nuestra casa con el cuartel central pasó unos minutos a despedirse de nosotros su familia, recuerdo que él iba transportándose en un Jeep identificado con los emblemas de la GN portando en sus placas el número 277, lo acompañaban el entonces Agente Ovidio Aguilar y el motorista de quien no recuerdo su nombre. Ver a mi padre con su uniforme de fatiga, su escuadra Browning 9 mm en su cinturón, su fusil G3, recientemente adquiridos por El Salvador, arneses, casco de acero y granadas en su pecho es una imagen que no se me borrará jamás. Junto a mi madre  y hermanos lo despedimos sin yo ser consciente a esa corta edad, de que esa pudo haber sido la última vez que viera con vida a mi padre.
Él se marchó con un semblante de incertidumbre por lo que le esperaba y por dejar a su familia, pero convencido de cumplir con su deber. Mi madre, Hermelinda Brito de Montes, en ese entonces madre de 3 varones, mis hermanos, Memo de 8 años, Napo de 5 y yo de casi 7, tenía 32 años de edad, ella quedó afligida pero también convencida del compromiso de guiar la casa y apoyar a mi padre con sus oraciones y dirigiendo el hogar.
Pasaron los días, en ese entonces las comunicaciones no eran como hoy, sin duda la historia futura marcará esa época como antes del uso del teléfono celular, por lo que sabíamos de mi padre por cartas y recados que enviaba cuando algún compañero muy ocasionalmente venía del frente de batalla al cuarte central.

Llegó el 14 de Julio, para el mundo esa fecha significa el aniversario de la Toma de la Bastilla en Francia, en mi casa era y todavía es, la celebración del día del cumpleaños de mi mamá. Ese día mi padre iba a hacer hasta lo imposible por escuchar la voz de mi madre y darle al menos por teléfono las felicitaciones del caso. Me recuerdo que ya estando mi padre destacado envió un mensaje a mi madre instruyéndola para que nos refugiáramos donde mi abuela, quien dicho sea de paso no disponía de teléfono en su casa, razón por lo cual el día de su cumpleaños llegó a mi madre un citatorio de ANTEL (la compañía nacional de telecomunicaciones), como se acostumbraba en esa época, indicándole que en esa oficina pública recibiría una llamada a las 5 de la tarde.
Durante esa llamada, mi padre además de la felicitación, en clave previamente acordada con mi madre, le dijo que  partir de ese día no volvería a tener contacto y que nos refugiáramos temprano. Me acuerdo que dentro de las provisiones tomadas era acopiar agua, comida, candelas y dormir bajo la cama por algún bombardeo y evitar las esquirlas y materiales cortantes o contundentes que se desprenden con las ondas sonoras emitidas por las explosiones. 
Pasaron los 4 días más largos de nuestras vidas, supimos que mi padre participó en la toma de Nueva Ocotepeque, regresaron las primeras tropas con el cese oficial del conflicto pero mi padre no regresaba.

Recuerdo que mi aflicción era doble porque yo lo que más quería y pedía en mis oraciones, con toda la Fe y la fuerza de un niño, poder celebrar mi cumpleaños con mi padre, la fecha de mi cumpleaños es el 31 de Julio. Dios escuchó mis oraciones y recuerdo que mi padre regresó victorioso e ileso del conflicto el 30 de Julio de 1969, justo un día antes de mi cumpleaños. El más feliz de mi vida.

Mi padre tuvo una destacada participación en la guerra con Honduras, razón por la cual junto a varios oficiales y elementos de tropa de la Guardia Nacional fue condecorado. Me recuerdo que en ese cuerpo militar fueron 3 los capitanes condecorados, siendo ellos: mi Capitán Rogelio Peña; mi capitán Guillermo Roeder Escobar y mi héroe favorito mi Capitán Aristides Napoleón Montes Bonilla. Entre los tenientes condecorados entre otros están Mi Teniente Domingo Monterrosa Barrios, mi Teniente Roberto Dabuisson Arrieta y entre los Subtenientes, mi Teniente Nelson Rivas. 
Con el tiempo supe que mi padre tuvo una importante y delicada  misión en la toma de Nueva Ocotepeque, según la historia Militar en el TON se dispusieron 3 flancos. El flanco Derecho comandado por mi General José Alberto Medrano, quien partió con tropas de la Guardia Nacional desde San Fernando, Chalatenango; el flanco Central comandado por mi Coronel Mario de J. Velásquez, conocido como el Diablo, quien partió desde San Ignacio, Chalatenango al mando de tropas de la Primera Brigada de Infantería; el flanco izquierdo con mi padre al mando, en ese entonces Capitán Aristides Napoleón Montes, quien comandó tropas de la Guardia Nacional partiendo desde Citalá, para realizar una maniobra envolvente y atacar desde la retaguardia a las tropas Hondureñas y evitar que estas recibieran apoyo de otros destacamentos hondureños.

La guerra no solo marca de por vida a los combatientes, marca también a sus familias y a aquellos que se ven involucrados voluntaria o involuntariamente. Los efectos de una guerra no terminan cuando callan los fusiles ni tampoco se limitan a eventos relacionados con los campos de batalla, en muchos aspectos sus consecuencias son irreversibles.
Debo confesar que como herencia de ese episodio de mi vida,  cada vez que veo un video donde se proyecta la inmensa emoción de un niño que ve regresar a su padre de combate no lo resisto, me emociono y lloro. Solo aquellos que hemos visto partir a nuestros padres hacia una guerra y hemos tenido la alegría de verlo regresar podrán entender este sentimiento que te marca para toda tu existencia. Loor y Gloria a nuestros héroes que defendieron la Patria en la Guerra contra Honduras en 1969. Mi respeto a los combatientes hondureños que desde su óptica hicieron lo propio por la suya.

miércoles, 15 de mayo de 2019

Hoy 15 de Mayo se celebra el Día internacional de la Familia

Por Compartiendo mi Opinión

Esta celebración busca fomentar y promover la transmisión de valores representativos del núcleo más importante de la sociedad.

El Día Internacional de la Familia se celebra cada año el 15 de mayo desde 1994. Esta celebración busca crear conciencia sobre el papel fundamental de las familias en la educación de los hijos desde la primera infancia, y las oportunidades de aprendizaje permanente que existen para los niños y las niñas y los jóvenes.

A pesar de que el concepto de familia se ha transformado en las últimas décadas, evolucionando de acuerdo a las tendencias mundiales y los cambios demográficos, las Naciones Unidas consideran que la familia constituye la unidad básica de la sociedad. En este contexto, el Día Internacional de las Familias nos da la oportunidad de reconocer, identificar y analizar cuestiones sociales, económicas y demográficas que afectan a su desarrollo y evolución. Por este motivo, para celebrar este día se organizan actividades, tales como talleres, conferencias, programas de radio y televisión, entre otros, con el objetivo de fomentar y favorecer el mantenimiento y la mejora de la unidad familiar.

Esta fecha fue proclamada en 1993 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, haciendo eco de la importancia que la comunidad internacional le otorga a la familia.

Esta es la ocasión propicia para promover la concienciación y un mejor conocimiento de los procesos sociales, económicos y demográficos que afectan a este importante núcleo de la sociedad.

Sin lugar a dudas, el Día de la Familia es parte importante de esa lucha por llevar de nueva cuenta a la familia, en su papel y rol educador y que no se lo delegue únicamente al estado, a los maestros y a la información externa que reciben, señala el portal oficial del Día de la familia.

Esta celebración ha inspirado una serie de actos de sensibilización. En numerosos países, ese día ofrece una oportunidad para poner de relieve los distintos ámbitos de interés para las familias. Entre las actividades se incluyen cursos prácticos y conferencias, programas de radio y televisión, artículos periodísticos y programas culturales que hacen hincapié en los temas pertinentes.

Durante esta fecha también se destaca la importancia de los miembros de la familia que se dedican al cuidado de los otros, sean padres, abuelos o hermanos y se focaliza en las buenas prácticas dirigidas a conciliar la vida familiar y laboral y a asistir a los progenitores en su papel de educadores y cuidadores.

Además, se destacan las buenas prácticas en el sector privado que apoyan a madres y padres trabajadores, así como a los jóvenes y las personas mayores, en sus lugares de trabajo.

La celebración también tiene por objetivo fomentar el debate acerca de la importancia de «los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible, entre otras cosas mediante la educación para el desarrollo sostenible y la adopción de estilos de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad entre los géneros, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural y de la contribución de la cultura al desarrollo sostenible».

sábado, 2 de febrero de 2019

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: DESNUDEZ O PUDOR


Hay pocas imágenes más tiernas que la de un padre o una madre en la bañera jugando con su pequeña criatura. Pero inmediatamente a muchos les entra la duda: ¿Está bien que los niños vean a sus padres desnudos? Pues eso depende de lo que los padres hayan decidido hacer. Debe verse la desnudez como algo natural, pero si los padres se sienten incómodos no deben hacerlo. Si no, no hay problemas, y serán nuestros hijos, cuando crezcan, los que pondrán un límite en su momento.

En la primera infancia, hasta los seis años, la desnudez no supone ningún trauma, al contrario. Lo confirman estudios realizados por el psicólogo Paul Okami, de la Universidad de Los Ángeles, que indican que “cuando los padres de niños entre 0 y 6 años se muestran desnudos con naturalidad en casa, su autoestima es mejor en la juventud y se sienten más cómodos con su cuerpo”. Eso sí, generalmente los niños se vuelven más pudorosos al ir iniciando la pubertad y la decisión de dejar de ver a sus padres desnudos será tan natural como espontánea. 

Sin embargo, puede ocurrir que esto se prolongue por un periodo largo de tiempo, y en ese caso puede ser negativo o sea que los padres no perciban las cambiantes necesidades de sus hijos, pero si hay buena comunicación, los niños mismos dirán a los progenitores que se cubran para evitar un momento de incomodidad 

Esencialmente se van dando las situaciones ligadas a las emociones y con poca asertividad que se tenga será fácil detectarlo. 

Es importante que pese a demostrar desnudez o pudor se les hable de su cuerpo como un templo al que tienen que cuidar, y esto aplica igual a ambos sexos. Es necesario hablarles de sexualidad y respeto. Si bien el pudor normalmente empieza a manifestarse alrededor de la pubertad, la verdad es que cada niño es diferente. Debe tratarse con naturalidad y a la vez hay que hablar de los otros temas ya mencionados. Si les hemos hablado de respeto... habrá que respetarlos y hacer que ellos respeten. 

Esto lo explica bien la española Rosa Collado, psicóloga especializada en sexología: “Al final los padres educan con su actitud. 

Si el niño después de descubrir naturalmente su cuerpo, ve que sus padres se cambian de ropa en la intimidad o piden permiso para entrar en el baño si hay otra persona… al final los niños aprenden a respetar la intimidad de los demás y de sí mismos y lo incluirán como un aprendizaje más para ellos”. 

La pubertad, además, coincide con que empiezan a madurar tanto física, mental como emocionalmente, entonces comienzan a distanciarse de los padres. Se vuelven más secretivos y probablemente más pudorosos. En general funciona igual con niños y niñas, pero está muy aparejado con la cultura, la religión y los estilos de vida. Generalmente en nuestras culturas latina y religiosas, las niñas mostrarán más pudor. Por otro lado, la maduración mental y emocional de ellas va por delante de los varones y eso también influirá. 

También es importante aprender a convivir con la desnudez, especialmente cuando tienen que compartir el vestuario en un club o algún gimnasio con otras personas, incluso muchas veces desconocidas. Ellos buscarán más o menor intimidad y se supone que los demás deben respetar. Por eso es tan importante hablarles de su cuerpo, su sexualidad, sus derechos, para que así aprendan a decir NO cuando no desean ser molestados. 

Ese diálogo permitirá, además, elevar la autoestima y fomentar la comunicación con los padres para externar cualquier tipo de problemas que pudiesen aparecer. 

En ese sentido, se debe tratar por igual a un adolescente más allá de su género, algo que no siempre vemos en hermanos de diferente sexo. Es importante enfatizar que gran parte de los problemas se dan porque hacemos mucha diferenciación en la forma de educar, hablar, actuar dependiendo del sexo, cuando lo ideal es que vayan compartiendo la misma educación y los mismos valores.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.