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sábado, 9 de mayo de 2020

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: CUANDO EL CORONAVIRUS NOS SEPARA

 

Encierro. Hastío. Temor. Incertidumbre.
Como si todos esos ingredientes no fueran suficientes en este tiempo de cuarentena prolongada, en algunos casos se le agrega otro elemento que puede resultar demoledor: que este confinamiento forzado sorprenda a una familia separada.

Es decir, por ejemplo, un padre o una madre que estaban de viaje por trabajo y ya no pudieron regresar a casa antes del cierre de las fronteras y la reducción del tráfico aéreo.

La pandemia del Covid19 ha dejado muchas historias como estas. O, lo que es peor, ambos padres en el exterior y los hijos a cargo de la abuela.   

Existe una gran sensación de frustración, miedo y temor a ser olvidados. Esa situación provoca una angustia por el bienestar de unos y otros, angustia de separación en los hijos y en los adultos, además de estrés postraumático.

Cuanto más abrupta es la separación, más difícil de asumir.

Cuando la separación es, como hoy, por una causa natural, se puede entender más que si es por un hecho de violencia.

En el caso de los niños, dependerá de su edad. Si los hijos son pequeños, la rutina más fácil, pero alrededor de los 6 años en adelante, y más si tenían cercanía con el padre que está alejado, pueden llegar a sentir cólera, gran ira, por algo que entienden, pero a medias.

En los adolescentes, si era el padre menos estricto, quizás deseen que regrese lo antes posible. Pero aún si se tratase de alguien exigente, igualmente se resentirá su falta.

Esta separación afecta a padres e hijos por igual, aunque seguramente los padres se sentirán más frustrados por tener mayor responsabilidad.

En el caso de padres separados o divorciados, la rutina de visitas puede verse alterada, sobre todo por las limitaciones de movilidad que impone la cuarentena en algunos lugares. Eso sí, probablemente estarán un poco más acostumbrados, pues de alguna manera la separación ha sido paulatina, pero igual sentirán y resentirán ese distanciamiento.

Peor aún es si la separación familiar involucra a algún adulto mayor, sin duda los más vulnerables en esta crisis del Coronavirus.

Ellos tendrán un gran miedo de ser abandonados, sobretodo si el hijo que está lejos es quien tiene una gran parte la responsabilidad de su cuidado y su sostén económico, por no hablar del aspecto sentimental. Por tratarse de los más proclives a sufrir consecuencias letales a raíz de la edad, toda expresión física de afecto, ya sea un beso o un abrazo, puede ser motivo de contagio.

La tecnología, esa que tanta veces nos aleja y nos distrae de los más cercanos, en circunstancias así puede ayudar enormemente. Aplicaciones como Skype, Zoom, Meet y Whatsapp hacen que las distancias sean cortas y menos dolorosas. Con los adultos mayores, sobre todo aquellos con dificultades para manejar un teléfono inteligente, hay que ser más didácticos y pacientes.

A diferencia de un viaje programado, donde el ausente tiene una fecha de regreso ya determinada, este confinamiento promete eternizarse y eso genera una lógica incertidumbre.

Se necesita de mucha resiliencia. Aún sufriendo, a veces uno puede aguantar distanciado de los seres queridos más de lo que uno cree, pero siempre y cuando exista la idea de que el distanciamiento es temporal. Si la separación es debida a algo más definitivo, obviamente se llevar peor.
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
Consultas on line

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

sábado, 23 de noviembre de 2019

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: HIJOS SATURNO


Por Dra. Margarita Mendoza Burgos


El Museo del Prado, uno de los más visitados de Madrid, tiene varias joyas artísticas. Una de ellas, sin duda, es el cuadro de Goya titulado “Saturno devorando a su hijo”.

En ese impactante óleo, un clásico del expresionismo, puede verse al dios Saturno comerse vivo a su hijo en un acto de canibalismo atroz.

Por estos días, el término Saturno vuelve a estar de moda, aunque esta vez es a la inversa: se utiliza para describir a los hijos que matan a los padres.

Se les llama Hijos Saturno  -en referencia a ese cuadro- y son básicamente aquellos que no velan por sus padres de forma adecuada.

Más bien son los que desean obtener todo lo económico posible de ellos, pero sin importarles el estado de salud ni el deterioro de los mismos. Por lo general terminan asesinando a sus padres para poseer sus bienes.

La forma de matar va desde un asesinato directo, muchas veces con un arma, hasta acabar con la vida de un padre a través del abandono total en el caso de una persona incapaz de cuidarse a sí misma. Bastará con no alimentarlo apropiadamente, aislarlo o inmovilizarlo para conducirlo lentamente a la muerte.  

Solo un hijo con pocos valores y mucha ambición podría ser capaz de eso. Pero los hay, y a montones, como se podrá comprobar en la vida real. Se trata de hijos que no soportan la espera de una herencia o, peor aún, de no tenerla nunca. Ni siquiera existe un interés afectivo a los padres.

Generalmente hay rasgos de sociopatía o psicopatía en ello, es decir que no tienen empatía por nadie, ni siquiera por sus progenitores. Aquí también pueden influir vicios como drogas, sexualidad promiscua y problemas de juego.

Unos de los casos más emblemáticos, sobre todo en los años Noventa, ocurrió en Estados Unidos y tuvo como protagonistas a los hermanos Lyle y Erik Menéndez, quienes mataron a sus padres para cobrar la herencia. José Menéndez, una de las víctimas, era un millonario productor de cine que vivía con ellos en una mansión de Beverly Hills. La historia se hizo película y el caso fue muy comentado.

Podríamos pensar que este fenómeno es relativamente nuevo y atribuírselo a que vivimos en un mundo cada vez más materialista. Sin embargo, siempre han existido seres así a lo largo de la historia, gente desapegada, insensible e inescrupulosa. Capaz de hacer lo que sea por una herencia o por hacer desaparecer “mágicamente” un obstáculo doméstico con un acto criminal.

En muchos casos, el problema empieza con las mismísimas víctimas: los padres. Estos a veces no son capaces de aceptar que sus retoños no van por el buen camino y sobre todo fueron muy permisivos a la hora de educarlos. Daban todo lo que los hijos querían sin enseñar lo que cuesta obtener las cosas. Eso, sumado a un proceso psicológico anormal, puede engendrar un Hijo Saturno.

Si bien no es algo nuevo, sí se está dando con más frecuencia. Esto llevó a que la Universidad de Valencia analizara una muestra de 33 casos de hijos que habían matado a su padre o madre desde el año 2000 hasta el 2017.

Conclusión: “el perfil del parricida según los datos obtenidos es el de un hombre con una edad media de 27 años. Sus conductas pueden verse agravadas por la ingesta o consumo de sustancias a causa de sus efectos, pero no constituyen un factor determinante. El joven suele proceder de una familia estructurada y convive con la víctima. Suele cometer el crimen en el domicilio familiar empleando un arma blanca”.
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infanto-juvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

sábado, 14 de septiembre de 2019

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: FORTNITE: UNA ADICCION MAS


Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Si nunca escuchó hablar de Fortnite es que no tiene hijos… 

Se trata de un videojuego relativamente nuevo -fue lanzado en 2017- que en poco tiempo ha logrado tanta aceptación en los jóvenes que ha llegado a crear una peligrosa adicción.

De repente, todas las otras actividades, incluso dormir, quedan en un segundo plano por dedicarle horas y horas frente a la consola.

Por todo eso es necesario que los padres limiten las horas de juego de Fortnite a sus hijos. Desde recién nacidos, los niños necesitan tener rutinas adecuadas y no caos en su cotidianidad. 

No en vano la Organización Mundial de la Salud considera al Fortnite como una enfermedad. Es un juego más creado por expertos para producir adicción y hacer gastar. 

Desgraciadamente estas "drogas" pasan por alto los controles de lo bueno y malo. Son creados por profesionales para ser adictivos. Tienen todos los ingredientes: son cortos, gratifican y crean interés y deseos de seguir jugando hasta que el tiempo se vuelve interminable. Por él, los niños dejan de hacer deporte, las tareas del colegio y otras actividades. Peor aun cuando no están en la consola lo que hacen es entrar a YouTube y ver videos de las partidas de los especialistas, llamados gamers. Es decir, una sobredosis de Fortnite. 

Por tratarse de algo de moda, todo aquel que no juegue Fortnite corre el riesgo de ser excluido o marginado, ya sea directa o indirectamente, pues suele ocurrir que todos los temas de conversación de un grupo giran en torno al juego. Por lo tanto, jugar es “pertenecer”. Por eso es importante educar bien a nuestros hijos, de manera que no caigan fácilmente en este tipo de actividades creadas para hacer a las personas cada vez más compulsivas. Estos juegos son drogas enmascaradas, como lo son los celulares para muchos. Muchos padres están perdiendo la guerra con los inventores de formas de sacar el dinero de forma fácil, pues si bien el juego es gratuito incita a comprar otras cosas al tiempo que juegas. 

Cuanto más soledad hay en los hogares, más facilidad existe para ser esclavos de estas modas. Si no hay comunicación, cada vez somos más autómatas que usamos tecnología de forma adictiva, peligrosa y como sustituto de las relaciones de verdad.

Muchos padres, a modo de castigo, dejan varios días sin Fortnite a sus hijos. Es una buena medida, si eso se pactó de antemano. Pero también es saludable que uno predique con el ejemplo y deje de hacer algo: fumar o ver tantas novelas, para demostrar que se puede luchar contra los acechadores de mentes inmaduras y tontas. 

Se estima que hay más de 130 millones de usuarios y que provoca una adicción en quien lo juega que no puede parar. Así, hay cientos de casos de niños que han bajado sus notas por dedicarle demasiado tiempo al juego, incluso hasta no dormir. Y el mejor ejemplo es el caso del futbolista francés Ousmane Dembele, del Barcelona, que pasaba la noche entera con el Fortnite y luego llegaba tarde - o faltaba- a los entrenamientos de su club por quedarse dormido en las mañanas. 

Hay que ser vigilantes y quitarle el Fortnite a la hora de dormir, lo mismo cuando no sea la hora que se les permite jugarlo. En algún artículo he hablado sobre crianza, disciplina, diálogo, pero si no ha hecho nada de eso tendrá que dar alguna nalgada y soportar unos cuantos berrinches. El premio será tener hijos educados, que les interesa aprender, jugar sanamente. La televisión ha sido "el Fortnite” de muchas familias por un gran tiempo y aun continua siéndolo en muchos hogares. Preste atención a su vida y mejore todo aquello que pueda.
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

sábado, 4 de mayo de 2019

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EDUCACION Y SENTIDO COMUN


Por Dra. Margarita Mendoza Burgos
“Hoy lloramos la muerte de un querido amigo, el Sentido Común, que ha estado con nosotros durante muchos años. No se sabe con certeza la edad que tenía, puesto que sus registros de nacimiento se perdieron hace mucho tiempo entre las formalidades de la burocracia…” Así comienza un sentido obituario, de autoría anónima, que circula por la Internet y se comparte en grupos de Whatspp. 

“Sentido Común -continúa el escrito- vivió bajo simples y sensatas políticas financieras (no gastar más de lo que se gana) y estrategias confiables (los adultos, no los niños, están al mando). Su salud comenzó a deteriorarse rápidamente cuando las regulaciones bien intencionadas, pero ineficaces, fueron fijadas en su lugar. Sentido Común perdió terreno cuando los padres arremetieron contra los maestros por hacer el trabajo disciplinario que ellos mismos habían dejado de hacer con sus ingobernables hijos”. 

Efectivamente, el Sentido Común dejó de ser el más común de los sentidos, como lo explica el obituario. Quizás haya sido desde que la gente ha estado más bombardeada con una serie de consejos y medidas que son aplicados en otras culturas y que muchas veces no funcionan en la nuestra, o se aplican sin pasarlas por el tamiz de nuestra inteligencia, cultura, y por supuesto, el sentido común... Tal vez a medida que nos hemos globalizado lo vamos perdiendo más, y en la educación de nuestros hijos es donde más queda en evidencia. 

En definitiva, nos hemos vuelto insensibles y nada nos sorprende. Las imágenes son cada vez más descarnadas. A la vez ya no ejercitamos el espíritu en materias como el arte, la música y la poesía. El ser humano necesita constantemente una dosis de adrenalina. A más jóvenes, más a menudo... Antes, estas grandes dosis se obtenían con los arrobamientos platónicos, las grandes causas y los ideales... Actualmente , como todo se ha vuelto más rápido y no existe el deseo de esforzarse, la adrenalina se sube con drogas, modas extremas o una serie de actividades que no involucran mucho el espíritu, la emoción, incluso cierta pasión por lo experimentado... Hoy parece normal la sobrealimentación de comida chatarra, la ostentación excesiva. Antes, en cambio, se criaba con más mesura, humildad y comida sana. 

Ahora todo se hace a la ligera, porque produce dinero y/o placer instantáneo. La adrenalina sube sin espíritu ni emoción, generando seres cada vez más deshumanizados. Como si fuera poco, los padres consienten a los hijos desde antes de nacer comprándoles cosas extravagantes, pensando en lo que desean para ellos y suelen ser solo cosas grandiosas para presumir de su status y posición económica. Se les sobre estimulan para seguir pautas de crianza o las modas del momento, como centros para despertar la inteligencia del bebé que es lo mismo que se ha hecho desde siempre con el maternaje o la alimentación etc. Aun los animales estimulan a sus bebés y no necesitan escuelas caras y sofisticadas para hacerlo. Sí, en cambio, es necesario mucho amor, deseo y tiempo para hacerlo. 

Es fundamental volver a una crianza más amorosa, comprensiva y adecuada a cada hijo y a cada cultura, pero enseñando valores con el ejemplo y no solamente el "chancletazo o castigo extremo". Estimularlos en exceso es un error. No está mal dejarlos llorar o aguantar un poco de hambre antes de darles de comer y no hacerlos dormir siempre con la teta o el biberón en la boca o paseándolos en el carro. Es una medida justa entre atención y frustración... El exceso siempre será malo, lo mismo que la ambigüedad: no puedo educar bien si los padres educan de una forma y el colegio, los abuelos o la empleada de otra... Debe de haber congruencia en el proceso educativo y disciplinario. 

No puedo dejar de ver el futuro de la educación con enorme preocupación. En algunos lugares la imagino demasiado tendiente a “adultizar” a los hijos, como en las sociedades más desarrolladas. En otros, en cambio, una gran sobreprotección de los mismos y un abismo más grande que el actual que separa la gente acomodada y de los que tienen menos. Además, con padres sin Sentido Común, todo resultará más difícil aún.
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.