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sábado, 2 de febrero de 2013

Máxima de Holanda, la argentina que dará “nuevos aires” a la corona holandesa


Tomado de El País
Máxima de Holanda, saludando desde el balcón del palacio de Noordeinde, durante el Día de la Princesa, en septiembre de 2012. / MARK CUTHBERT
Una argentina reinventa la monarquía en Holanda
La sonrisa tenaz de Máxima Zorreguieta batió suspicacias hacia sus orígenes

Tras la abdicación de la reina Beatriz, la hija del secretario de Estado de la dictadura de Videla asume junto a Guillermo el reto de traer nuevos aires a la corona

Por Isabel Ferrer

A sus 42 años, Máxima de Orange es una mujer ambiciosa dispuesta a servir a la sociedad holandesa, que la recibió con recelo hace una década y ha terminado por convertirla en su reina consorte.

Nacida en Buenos Aires con los apellidos Zorreguieta Cerruti, el pasado de su progenitor, secretario de Estado de Agricultura durante la dictadura argentina, a punto estuvo de provocar una crisis constitucional. Salvado el obstáculo a base de excluir a sus padres de la boda real, en 2002 —solución que parece sacada de un manual de corrección política—, su tenacidad ha hecho el resto. Su ambición es, por tanto, de la buena. O como dice la historiadora Reinildis van Ditzhuyzen, “ella desea contribuir y aprovechará su posición para lograrlo”.

El 30 de abril, cuando su esposo, el príncipe Guillermo, suceda a su madre, la reina Beatriz, como jefe de Estado y se convierta en el primer varón que accede al trono en algo más de un siglo, Máxima compartirá la corona. Después retomará sus labores de asesora de Naciones Unidas en la promoción de microcréditos y como enlace entre la propia organización internacional y el G-20, el grupo de países más ricos del mundo, dos de las principales citas de su agenda.

Porque Máxima no solo aprendió holandés, la complicada lengua de su marido, en un tiempo récord. También ha cumplido otras obligaciones reales con prontitud impecable. Ha tenido la suerte de tener tres hijas, Amalia, Alexia y Ariana, en los cinco primeros años de su matrimonio. Ha recorrido, y sigue haciéndolo, toda Holanda con entusiasmo, y ha llevado sus conocimientos financieros (es licenciada en Económicas y trabajó para los bancos HSBC y Deutsche Bank en Nueva York) a las escuelas.

Es frecuente verla en los centros de primaria y secundaria holandeses explicando las bondades del ahorro temprano con huchas en la mano. Pero la princesa comprometida que lleva a sus hijas a un colegio público tiene, sobre todo, un proyecto vital con su príncipe. “Se proponen tres cosas esenciales: unir a la población en la tolerancia sin crear camarillas y como símbolo de la nación; representar al Estado en el exterior con dignidad, y apoyar a los que trabajan por el país, ya sean deportistas famosos o ciudadanos anónimos”, sigue la historiadora, que es además experta en monarquía y protocolo.

Justamente el protocolo, que podría haberse convertido en un corsé para una joven de ascendencia burguesa como Máxima, es su mejor aliado. A la reina Juliana, madre de la actual soberana Beatriz, no le gustaban las reglas y atormentaba a sus servidores públicos. Beatriz, por el contrario, ha abrazado el código como la solución para que su labor tenga ritmo y estructura. “Máxima lo ha interiorizado a la perfección. Sonríe, está suelta y no tiene problemas. Conoce su lugar en todo momento”.

El carisma de la princesa y su olfato político se han puesto a prueba desde la abdicación de su real suegra, el pasado lunes, con diferente resultado. A la mañana siguiente del anuncio, y cuando el resto de la familia real estaba reunida, Máxima acudió a un compromiso previamente pactado con el Ejército. A la salida del acto le preguntaron por su estado de ánimo y dijo lo siguiente: “Es un honor seguir los pasos de mi suegra, la reina”. En realidad, quiso expresar su admiración por Beatriz de Holanda, pero pareció que creía que será reina y no consorte. El desliz léxico fue perdonado de inmediato porque todo el país asume que hará un buen trabajo.


Su agudeza para comprender el alcance constitucional de su futura posición sí dio en el clavo. Sus padres no acudieron a su boda hace 11 años. Sin que nadie le susurrara al oído una solución, ella misma dijo que tampoco vendrían a la entronización. Una salida airosa, elegante incluso, para un momento trascendente en la historia de un país que cumple 200 años como monarquía.

Y ahora la pregunta que nadie se atreve a verbalizar: ¿acabará por hacerle sombra la reina Máxima al rey Guillermo? Van Ditzhuyzen no lo cree así. En su opinión, ella estará más libre para seguir con sus otras actividades como patrona de la Cátedra Príncipe Claus y miembro del Comité Nacional para la Promoción de las Inversiones. Sin olvidar el apoyo a las mujeres inmigrantes y el Fondo Orange, destinado a promocionar iniciativas sociales y que comparte con su esposo. “El mayor problema que han tenido, la compra de una casa en Mozambique en plena crisis, ya se ha resuelto. Fue una tontería, pero comprendieron que su vida está llena de privilegios y también de inconvenientes. Aunque su popularidad bajó mucho en ese momento, ya se ha recuperado”, asegura.

El asunto de Mozambique fue espinoso y con ramificaciones de dudosa defensa. En busca de privacidad durante sus vacaciones, la pareja principesca adquirió una villa en la playa africana de Machangulo. Un lugar maravilloso y apartado. Tanto que para llegar ocasionaban grandes gastos de desplazamiento de los cuerpos de seguridad. Además del consiguiente trasiego de vuelos intercontinentales. Cuando las críticas en casa arreciaron, acabaron vendiendo la propiedad por un precio simbólico. “Era un sueño cargado de buenas intenciones, pero no puede oscurecer nuestra labor”, dijeron el año pasado. Por el camino se supo que habían girado una parte del pago a un agente inmobiliario con cuenta corriente en la isla de Jersey, un paraíso fiscal en el Canal de la Mancha. Los Orange pagaron sus impuestos, pero la impresión dada no era buena.

Guillermo de Orange era un príncipe todavía sin rumbo fijo cuando conoció a la joven argentina Máxima Zorreguieta en 1999, en la Feria de Sevilla. De inmediato, pidió a su madre que confiara en él haciendo una solemne declaración: “Se llama Máxima y es argentina. Confía en mí”, dijo. Guillermo estaba en verdad enamorado, y la soberana, que había rechazado a todas las candidatas anteriores, asintió. Poco después, ella misma se convirtió en admiradora y confidente de una Máxima con la que comparte veraneos familiares en su residencia de la costa italiana. Y a la que ha visto aprender el oficio real sin rendir su personalidad, ni la sonrisa luminosa que encandila a sus compatriotas europeos. / MICHEL PORRO (WIREIMAGE)

Vendida la casa de Mozambique y pasada la tormenta, un año después se hicieron con una villa de tres viviendas, piscina y playa y embarcadero privados en Grecia. Situada en la península del Peloponeso, abonaron 4,5 millones de euros. Esta vez la ciudadanía no se alteró y el Parlamento lo consideró “un asunto privado”. Guillermo y Máxima tienen asimismo un rancho en la Patagonia argentina, tierra que visitan a menudo. La última vez, la pasada Navidad.

Guillermo y Máxima serán la primera pareja de su generación que se convierten en reyes del siglo XXI. Por tanto, todas las miradas estarán puestas en ellos. Les corresponde demostrar si la monarquía en Europa sigue siendo necesaria en estos tiempos.

Como sucede con sus coetáneas europeas, Máxima es también una princesa mediática, un escaparate de estilo. La prensa social las persigue a todas, desde Noruega hasta España, y analiza con detalle los modelos que lucen.

Máxima sale airosa en este aspecto. Al contrario de su esposo, que siempre recela de la prensa y ha admitido que le resulta difícil aunar su vida pública y privada, la princesa abraza las cámaras con naturalidad. Posiblemente resulte difícil encontrar una foto donde no aparezca sonriente y habladora. Con su vestido nupcial, firmado por el modisto italiano Valentino, hizo un sincero alarde gestual. Privada de sus padres durante la boda en la Iglesia Nueva de Ámsterdam, lloró con dignidad al son de un tango, el preferido de su progenitor. En la escena del balcón, el tradicional beso fueron varios, largos y entre risas. Ella estaba feliz. Él, feliz y ruborizado.

Cuando acude de invitada a otras bodas o ceremonias reales es una de las figuras a seguir. A veces, como en el enlace de los herederos de Luxemburgo, lleva conjuntos llamativos del belga Edouard Vermeulen que casi cortan la respiración. No importa. Los luce con aplomo. Con los trajes largos sucede otro tanto. Las telas son espectaculares; los volantes, incontables, y su porte, como si hubiera nacido para ser princesa. Una exposición de una veintena de sus modelos organizada en 2011 en el palacio Het Loo fue la más visitada del país. Es posible que las holandesas no se atrevan con el estilo de Máxima, amante de ocres, marrones y rojos, pero lo admiran sin reservas.

A punto de compartir la corona, el papel de la princesa como madre se pondrá también a prueba. Amalia, su hija mayor, pasará a ser la heredera del trono. Tiene 10 años y es una niña despierta, con gran facilidad para los idiomas. Es pronto para tanta responsabilidad, y Máxima y Guillermo quieren darle la mayor estabilidad posible. De momento, todos seguirán viviendo en Wassenaar, un municipio elegante cercano a La Haya. Cuando el palacio Huis ten Bosch esté acondicionado, se trasladarán a la ciudad. El cambio abre una nueva etapa y merece una apostilla casi cinematográfica, como su propia vida: la aventura continúa. 

domingo, 23 de septiembre de 2012

Princesa Máxima de Holanda, la argentina convertida en referente de la moda internacional


Tomado de Hola Argentina

La princesa Máxima de los Países Bajos, nacida en Buenos Aires, Argentina como Máxima Zorreguieta Cerruti, es la esposa del príncipe heredero de los Países Bajos, Guillermo Alejandro de Orange-Nassau.

Máxima, reina de elegancia en el Día del Príncipe

La argentina volvió a deslumbrar con su estilo en uno de los actos más importantes para la casa real holandesa

El martes pasado, como todos los terceros martes de septiembre desde 1815, se celebró en La Haya el Día del Príncipe (Prinsjesdag en neerlandés), fecha que señala en los Países Bajos la apertura ceremonial del curso parlamentario y en la que el Ministro de Economía de turno presenta formalmente los presupuestos del Estado para el año próximo. La reina, por su parte, se dirige a los representantes del Senado y Congreso holandeses en el Troonrede o "discurso del trono", cuya ceremoniosa lectura se realiza en la Sala de Armas situada en la plaza Binnenhof de la capital de los Países Bajos.
Se trata de un evento que cuenta con todos los condimentos para agasajar a los Orange: la reina recorre el trayecto que va desde el palacio hasta el Parlamento en la Carroza de Oro, un regalo de la ciudad de Amsterdam a la reina Guillermina en su coronación. Luego, al término de la ceremonia, la familia real sale a saludar a los ciudadanos desde el balcón del Palacio Noordeinde. Unas 40 mil personas se reunieron en las calles para rendir tributo a los príncipes y a la reina Beatriz, a pesar del mal tiempo.
Aunque los verdaderos protagonistas de la jornada eran el príncipe Guillermo y la reina, Máxima no pudo evitar ser el centro de atención. El pueblo la aplaudía ante cada gesto, y los flashes se concentraron en ella y en su estilo siempre deslumbrante. Para esta ocasión, eligió un acertadísimo look: vestido largo color bordeaux, con un sombrero a tono.
La reina Beatriz abandonó el Palacio de Noordeinde a la una de la tarde en punto, tal y como rige la tradición, camino de la Sala de Armas, acompañada de los príncipes herederos Guillermo y Máxima, y precedida del séquito, compuesto por el príncipe Constantino y la princesa Laurentien y la princesa Margarita junto a su marido, Peter van Vollenhoven. Además de los miembros de la Casa Real la comitiva también estuvo formada por diversos cuerpos militares como la Guardia Real, los Granaderos, o la Caballería Real. Durante el trayecto se dispararon cada minuto salvas para informar a los ciudadanos de que la Reina estaba de camino de la plaza Binnenhof. Cuando finalmente llegó, una fanfarria interpretó el Wilhelmus, himno nacional de los Países Bajos. La Reina y los demás miembros de la Casa Real descendieron de los carruajes y se dirigieron a la escalinata de entrada, lugar en el que se rindió homenaje a la bandera nacional.
En su discurso, la reina instó al esfuerzo y a la solidaridad en tiempos de crisis económica en el continente europeo. "La crisis financiera que afecta a escala internacional también ha golpeado fuertemente en nuestro país", dijo, y subrayó que las medidas para salir de la crisis "no se pueden retrasar". "Las generaciones que nos precedieron demostraron que pese a vivir igualmente en tiempos turbulentos llegaron a acuerdos para superar los problemas", agregó.
Tras el discurso la comitiva volvió al Palacio Noordeinde. Luego de un breve desfile militar la Familia Real salió como es tradición al balcón del Palacio para saludar a los ciudadanos que los esperaban con aplausos y vítores. Acto seguido el Primer Ministro saliente, Mark Rutte, ofreció un almuerzo en su domicilio, la Cathuis, para los miembros del Gobierno y otras altas autoridades.

sábado, 17 de marzo de 2012

Los insectos como fuente de proteína, están en boga en la industria alimenticia europea

Tomado de The New York Times

Un grupo de clientes de Sligro, un almacén de alimentos elaborados a base de insectos –como gusanos, larvas y saltamontes–, saborea una de las preparaciones ofertadas por el chef Johan van Dongen, en Den Bosch, Países Bajos.

Hombre brillante y encantador, Van Dongen es el director del departamento de Carne en Sligro, algo similar al Costco en el extremo de este poblado holandés. Además de filetes de carne de res, aves y otros tipos de carne, ofrece larvas de escarabajos, de búfalo, langosta y otros insectos, así como productos preparados que contienen insectos, como Bug Sticks y Bugs Nuggets (Palitos de insectos y Tortitas de insectos) no para mascotas, sino como fuente de proteína para las personas.

En una reciente tarde, dispuso dos puestos de muestras, uno con pedazos de chocolate cubiertos de larvas de cierto tipo de escarabajo, otro con diversos tipos de insectos enteros para botanas, incluidos gusanos y grillos, en pequeños contenedores de plástico.

En un puesto cercano con nombre holandés, equivalente más o menos a Jardín de Catas, había más insectos que jardín. Mientras los compradores miraban con expresión de intriga, Van Dongen, de 41 años, calentaba porciones de un platillo asiático de vegetales con grillos.

Silvia van der Donk probó algunos, elevó la ceja y sonrió, dando su aprobación. Su hija Melanie, de 21 años, respingó. “Una vez comí langostas”, dijo. “No me gustó la textura”.

Los esfuerzos de Van Dongen y Sligro, cadena de 25 tiendas-bodega exclusivas para miembros a lo largo de Países Bajos, forman parte de un impulso por convencer a los holandeses de que grillos, gusanos y orugas son fuentes de proteína más saludables, al tiempo que son menos duras con el ambiente, en comparación con los filetes de res y las chuletas de cerdo.

Criadores holandeses de insectos, quienes hasta ahora han sido proveedores del mercado de alimento para mascotas –insectos para geckos y otras lagartijas, salamandras, tritones, ranas, aves o peces– han aprovechado una oportunidad para abrir un nuevo mercado y han encontrado a una organización de comercio que promueva la idea. El gobierno los está apoyando, y el año pasado asignó 1,4 millones de dólares para la investigación de insectos como fuente de alimento, a fin de preparar una legislación que rija las granjas de insectos, normas de salud y seguridad, aunado a marketing a través de puntos de venta al menudeo.

“La parte riesgosa es: ¿Cómo podemos elevar este producto?”, dijo Marian Peters, experta en relaciones públicas que es la secretaria general de la organización, dándole una mordida al chocolate con insectos de Van Dongen. Ciertamente, la idea no es nueva. Entomólogos en Estados Unidos han promovido por décadas la idea y producido un boletín informativo e incluso libros de cocina con títulos del tipo de ‘Cocina de Espeluznantes Rastreros’.

Los holandeses toman con seriedad el negocio de alimentos. Una de las mayores empresas de la industria alimentaria del mundo, Unilever, tiene raíces aquí, y Países Bajos, aunque es un país pequeño, es un importante exportador de productos alimenticios, incluidos vegetales, carne y pescado.

Lo que es más, cuenta con el respaldo de la Organización de las Naciones Unidas para Agricultura y Alimentación, que advierte que la producción de carne de res y cerdo como fuentes de proteína inciden sobre el ambiente, estimando que casi un quinto de todos los gases de invernadero vienen de ganado.

Peters destaca que los insectos ya son una importante fuente de proteína en otras partes del mundo. Las orugas y langostas son populares en África, las avispas son un manjar en Japón, los grillos son un platillo de Tailandia. Pero en Europa, al igual que en Estados Unidos, la mayoría de la gente, con la excepción de algunos niños bastante pequeños, los consideran, pues, sumamente repulsivos.

“Tengo un amigo que vino con su hija de dos años”, contó Marieke Calis, de 29 años, quien reúne aproximadamente 14 diferentes tipos de insectos con sus padres y su hermana, Margje, de 31 años, incluidas larvas de búfalo (otro tipo de escarabajo) y grillos en una granja de 1,6 hectáreas a una hora de este lugar.

Cuando metes la mano en una charola de sus larvas de búfalo sientes como si la sumergieras en un tazón de pasta caliente, con la excepción de que la pasta se retuerce. “La hija clavó las manos en una charola de gusanos, y se sintió deleitada”, contó Calis. “La madre estaba horrorizada”.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Holanda declara ilegal la “Burka”

Agencias Noticiosas

  • La medida fue adoptada en Consejo de Ministros, pero todavía tiene que ser aprobada por el Parlamento y el Senado.
  • Bélgica y Francia ya aprobaron una prohibición total del burka.
  • El Ejecutivo opina que el burka "entorpece la comunicación pública".

El Gobierno holandés aprobó este viernes la prohibición total del burka y de otras prendas que cubran totalmente la cara, por considerarlo "contrario al carácter de la vía pública", indicó el Ejecutivo en un comunicado. La medida fue adoptada en Consejo de Ministros, pero todavía tiene que ser aprobada por el Parlamento y el Senado. Antes que Holanda, Bélgica y Francia ya aprobaron una prohibición total del burka.

El Ejecutivo holandés -compuesto por una coalición de minoría entre liberales y democristianos- cuenta en el Parlamento con el apoyo del partido antimusulmán PVV de Geert Wilders, pero estas tres formaciones no suman mayoría en el Senado.

El Ejecutivo opina que el burka "entorpece la comunicación pública y es contrario al principio de igualdad entre hombres y mujeres", según la nota oficial. Aunque su uso se justifica a menudo por motivos religiosos, "la práctica muestra que ese tipo de prenda no está ligada al islam, sino a tradiciones regionales y culturales", explica.

El burka es contrario al principio de igualdad El Gobierno holandés precisa que, incluso en el caso de que la medida fuera considerada una limitación a la libertad religiosa, se justificaría su aplicación ante la necesidad de proteger "el carácter y buenas costumbres de la vida pública en Holanda".

Lo que dice la ley

La ley prohíbe desde 2008 el burka en los sitios públicos, en los edificios abiertos al público, en los centros de enseñanza, los hospitales y en el transporte público y prevé multas en caso de incumplimiento.

La prohibición no se aplicará en aviones y pasajeros que tengan que hacer escala en aeropuertos holandeses, antes de alcanzar su destino final. Tampoco se prohibirá en el caso de que la prenda que cubra el rostro sea necesaria por motivos de salud, seguridad o por razones profesionales, en festividades como San Nicolás o carnaval o en templos religiosos.

jueves, 17 de marzo de 2011

Conociendo la ciudad de Haarlem que heredó su nombre a la de Nueva York

Tomado de 20 Minutos

Haarlem es una de esas pequeñas ciudades que están alejadas de los circuitos turísticos habituales. De hecho, es más conocida por dar nombre al famoso barrio neoyorquino en el que la música de jazz y la salsa alcanzaron su mayor esplendor.

La localidad holandesa es, no obstante, una buena opción para los turistas cansados del ajetreo de Ámsterdam, de la que está separada por apenas 20 kilómetros, un trayecto que se puede realizar cómodamente en tren.

Precisamente, la estación de ferrocarriles es el primer lugar de interés que encontramos en Haarlem. Se trata de un inmueble protegido de estilo ‘art noveau’ que tiene el privilegio de ser la primera estación de tren de los Países Bajos.

Centro histórico

El centro histórico de la ciudad se encuentra a 10 minutos andando desde la estación. La plaza Mayor, o Grote Markt, centro neurálgico de Haarlem, está rodeada por los edificios más emblemáticos, entre los que destaca Sint-Bavokerk, enorme iglesia de estilo gótico que anteriormente fue catedral y alberga un órgano que fue tocado por grandes de la música como Mozart, Händel y Mendelssohn.

Otro de los atractivos de la plaza Mayor, en cuyo centro se levanta un monumento a Laurens Coster, coinventor de la imprenta, son los mercados que se celebran regularmente, en los que se pueden adquirir frutas, verduras, pescados, ropa y las mejores flores de la comarca, conocida como la ‘tierra de los tulipanes’.

Turismo cultural

Esta pequeña ciudad medieval cuenta con algunas de las pinacotecas más importantes del país, como el Museo Frans Hals, dedicado al gran retratista de la escuela barroca flamenca. A pesar de haber nacido en Amberes, Hals vivió mucho tiempo en la ciudad y murió en el edificio del siglo XVII que hoy acoge parte de sus obras, ya que en aquella época era una residencia de ancianos.

El
Museo Teylers es la otra gran dotación cultural de la ciudad. Destinado a las artes y las ciencias por deseo expreso del propio Teylers, es el museo más antiguo de Holanda. Destacan las colecciones de paleontología, mineralogía, física y química. En cuanto a las obras pictóricas, sobresalen las piezas de grandes maestros como Rafael, Miguel Ángel y Rembrandt.

Deambule, por favor

Dadas sus pequeñas dimensiones, Haarlem es una ciudad perfecta para pasear sin rumbo fijo. Así podrá contemplar como se merecen las típicas casas holandesas de ladrillo rojo, conocer los bellos canales, con sus pequeñas barcas, o descansar tranquilamente en alguno de los múltiples y coquetos cafés que jalonan sus calles.

Otra de las ventajas de Haarlem con respecto a otras ciudades más turísticas, como Ámsterdam o Rotterdam, son los precios, bastante moderados.