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sábado, 28 de marzo de 2015

“kondea” tu vida. Conserva solo aquello que da gozo a tu corazón

Tomado de The Wall Street Journal
Marie Kondo, la gurú del orden doméstico
Una consultora japonesa se ha transformado en un fenómeno global y parece haber tocado una fibra en los lectores modernos

Por Jennifer Maloney y Megumi Fujikawa

TOKIO— Marie Kondo se sienta con la espalda recta mientras observa un monitor de video en un estudio de televisión en la capital japonesa. Desde que los extraños la empezaron a reconocer en la calle como la autora del libro superventas La magia del orden ha estado muy consciente de su postura. Una gurú del orden en la casa debe estar a la altura de las circunstancias.

La autora de 30 años, cuyo libro ha vendido dos millones de copias en todo el mundo, acaba de regresar de una gira triunfal por Estados Unidos, donde su libro ha permanecido entre los más vendidos desde su lanzamiento en octubre. En esta ocasión, los presentadores de un programa popular de la televisión japonesa muestran videos del viaje de Kondo.

En una escena aparece en la habitación de una adolescente de Boston cuyas pertenencias —ropa, electrónicos y animales de peluche— llenan un clóset. Siguiendo las instrucciones de la autora, la joven debe sacarlas una por una y formularse la pregunta distintiva de Kondo: ¿Acaso tokimeku? ¿Esto me produce alegría?

El video termina. Kondo se revisa el cabello frente a un espejo compacto y se dirige hacia el escenario.

La magia del orden, un manifiesto místico sobre el desprendimiento de las cosas que no necesitamos, se ha convertido en un fenómeno editorial. Es el tipo de obra que llega justo a tiempo para liderar y reflejar un cambio en la manera de pensar. El libro de Kondo ha cautivado a lectores en todo el mundo en momentos en que mucha gente parece haber alcanzado un punto de inflexión sobre el desorden y la acumulación de cosas en su vida.

La versión en español, titulada La magia del orden: Herramientas para ordenar tu casa... ¡Y tu vida!, fue publicada en abril en forma electrónica y está disponible en Kindle, el lector electrónico de Amazon.com. La edición impresa del libro solo está a la venta en México por el momento, pero aún no está disponible en el resto de América Latina, informó un vocero de la editorial Ten Speed Press.

Los lectores comparten fotos de sus cajones de ropa interior y han lanzado clubs y grupos de Facebook. Utilizan el nombre de la autora como un verbo para referirse a eliminar o doblar algo meticulosamente: “Esperaba a que la tetera hirviera… Por eso Kondeé mis libros de recetas”, proclamó en una entrada reciente de Facebook Elaine Colliar, una columnista de finanzas familiares del periódico escocés Sunday Mail, con una foto para mostrar su trabajo.

La magia del orden pronto estará disponible en más de 30 países, incluyendo Francia, donde fue presentado hace dos semanas. En Japón, donde apareció por primera vez en 2011, Kondo tiene cuatro libros impresos y un CD de música clásica, que incluye dos valses de Chopin y un concierto de Bach, para escuchar mientras uno ordena.

El concepto del orden y el desprendimiento ha estado ganando terreno durante más de una década. Peter Walsh —un consultor sobre organización escribió dos bestsellers sobre el tema en EE.UU., en 2007 y 2008. También hubo reality shows sobre la acumulación de cosas. Su libro más reciente, Lose the Clutter, Lose te Weight: The Six-Week Total-Life Slim Down, (algo así como “Pierda el desorden, pierda el peso: el adelgazamiento total de seis semanas”) acaba de ser publicado.
Kondo ofrece una filosofía para las personas que tienen problemas para deshacerse de las cosas que han ido acumulando.
Fue criada en Tokio y la organización la fascinó desde una edad temprana. De niña, leía revistas sobre estilo y hogar y limpiaba las habitaciones de sus hermanos. En la escuela primaria estaba a cargo de la organización de la clase. A los 19 años, fundó una empresa de consultoría para organizar el hogar y descubrió que muchos de sus clientes tenían problemas para decidir qué botar y con qué quedarse.
Un día le preguntó a un cliente: “¿Esto le produce alegría?”
“Fue capaz de desprenderse de eso sin inconvenientes”, recuerda Kondo en una entrevista realizada después del programa de televisión. “Desde entonces, he estado usando esas palabras”.
Kondo es casada, sin hijos. En un marcado contraste con muchos de sus seguidores, es reservada acerca de su vida privada. Su publicista cuenta que jamás ha invitado a un periodista a su casa. Escribió el libro a pedido de clientes que estaban en su lista de espera. Su método es extremo: hay que botarlo todo de una vez. No hay que dejarlo para mañana ni hacer una pila con los objetos que no está seguro de desechar.
“Preserve sólo las cosas que le hablan a su corazón. Después hay que lanzarse y desechar todo lo demás”, recomienda. “Cuando pone su casa en orden, también pone sus asuntos y su pasado en orden. Así, se puede ver con bastante claridad lo que necesita en la vida y lo que no necesita”.
Una de sus clientas, relata, incluso se desprendió de su marido.
Sus seguidores dicen que sus consejos los libran de la culpa que a menudo acarrea desechar un objeto obsequiado por un ser querido. Kondo aconseja agradecerle a la ropa por el servicio prestado o por enseñarles que tal o cual color no les sienta, antes de botarla.
A diferencia de otras técnicas de organización para el hogar, Kondo rechaza todos los productos de organización y contenedores de almacenamiento. “La palabra almacenamiento contiene una trampa cazabobos’”, escribe. “Puedo declarar honestamente que los métodos de almacenamiento no resuelven el problema de cómo terminar con el desorden. Al final de cuentas, son solamente una respuesta superficial”.
La editorial Ten Speed Press adquirió los derechos para Norteamérica y Sudamérica cuando La magia del orden había vendido más de un millón de copias en Japón. En ese momento, no obstante, no era nada claro que un libro de una consultora japonesa de organización tuviera éxito en otras culturas.
Después de su publicación, sin embargo, el libro recibió críticas positivas y las ventas despegaron.
Ryan Simons, un escritor independiente de 34 años, se deshizo de más de una docena de bolsas repletas de cosas en enero en el departamento de Brooklyn que comparte con su esposa y dos compañeros, y no se detuvo allí. “Kondeé la música en mi teléfono”, escribió en una entrada de Twittercon una imagen de su lista reducida.

Megan Bryant, de 36 años, una escritora de libros infantiles de Carolina del Norte, disfrutó el libro tanto que formó un grupo de Facebook. “No lo podía dejar de leer”, expresó. “Es curioso emocionarse tanto sobre aprender a ordenar y organizar y administrar el espacio… Sentí que tuve una epifanía tras otra, cada vez que daba vuelta la página”.
Kondo ya no acepta nuevos clientes para consultorías personales. En lugar de ello, está capacitando a un grupo de consultores profesionales de orden con su método, con la esperanza de exportar el programa. “Me gustaría poner orden en todos lados en el planeta”, subraya.
— José Healy contribuyó a este artículo.


domingo, 30 de marzo de 2014

León Tolstoi el novelista Ingenuo y sentimental a la altura de los más grandes de la literatura

Tomado de Revista Ñ
Vida y obra: León Tolstoi

Si sólo fuera por La guerra y la paz (1869), Tolstoi estaría en el gran panteón literario junto con Shakespeare, Dante y Cervantes. Pero si le quitaras esa épica novela de su obra, con todo lo que queda, aun sería uno de los más importantes cuentistas y novelistas de la historia humana. Y sin embargo, hacia el final de su vida Tolstoi sintió que todo fue por nada. La gloria literaria no le sirvió para apaciguar su alma. Nacido aristócrata, luchó en la guerra de Crimea, fue libertino y terrateniente, pero  terminó siendo un profeta de la no violencia, influyendo directamente a Gandhi.

POR ANDRÉS HAX

León Tolstoi —o en todo caso su obra, ya que murió en 1910, con 82 años de edad— es como un enorme bosque. Se puede delimitar su circunferencia, se podrían contar todos los árboles que contiene y decir qué tan altos son, se podría hacer un censo completo de su flora y fauna; pero aun así, describiendo su materialidad exhaustivamente, el bosque seguiría siendo infinito. Por lo menos en su relación con la conciencia humana individual. Hay innumerables caminos que lo atraviesan, su luz cambia según la hora del día, la fase de la luna, según la época del año y la fuerza de la lluvia o la nieve. El bosque también cambia según la edad que tengas y según quién seas. Y así infinitamente.

Consideremos entonces a Tolstoi como un bosque. Empecemos con el censo. Nació al fin del verano en Yasnaya Polyana, la finca de su padre a 210 kilómetros al sur de Moscú, que heredó a los 19 años. Pertenecía a la clase aristocrática y toda su vida tendría dinero, tierras, sirvientes; siempre aprovecharía las innumerables ventajas de su clase. Estudia leyes en San Petersburgo, pero no se recibe. A los 24 años, voluntariamente se une al ejército y termina luchando en la primera guerra industrializada de la historia humana, la de Crimea. Esta experiencia es clave, tanto para su libro Cuentos de Sevastopol como para su gran novela La guerra y la paz, que escribirá en Yasnaya Polyana entre los 35 y los 41 años de edad. Esta es la novela central de su obra completa, pero a su alrededor giran seis novelas (entre ellas, Anna Karenina, una de las más grandes novelas de la historia), seis nouvelles, seis obras de teatro, decenas de cuentos, obras filosóficas, pedagógicas. A esto hay que agregar miles y miles de cartas y miles y miles de páginas de diarios personales. La edición soviética de las obras completas de León Tolstoi tiene noventa volúmenes.

Pero esto es un mero censo. Como el bosque, Tolstoi es infinito.

En su extenso y magnífico ensayo de 2010, El novelista ingenuo y el sentimental(que se ocupa principalmente de analizar Anna Karenina), Orhan Pamuk dice: "En mi juventud, fue al tomar en serio las novelas que aprendí a tomarme en serio la vida. Las novelas literarias nos persuaden a tomarnos en serio la vida al mostrarnos que, de hecho, tenemos el poder de influir en los eventos y que nuestras decisiones personales dan forma a nuestras vidas".

Esta es una excelente y acertada descripción romántica sobre para qué nos pueda servir Tolstoi: es un guía espiritual, nos enseña qué es la vida y también cómo vivirla.

Una cosa misteriosa que pasa con la obra de Tolstoi, que resiste la explicación crítica, es que en su obra está la vida. No una reproducción o una representación o una versión de la vida, sino la vida misma.

En su libro sobre Tolstoi, The Hedgehog and the Fox, Isaiah Berlin dice: "El genio de Tolstoi consiste en la capacidad de reproducir con exactitud maravillosa lo irreproducible; la evocación casi milagrosa de la plena, intraducible individualidad del sujeto, lo cual induce en el lector una conciencia de la presencia del objeto en sí mismo y no una mera descripción de él; emplea hacia este fin metáforas que fijan la cualidad de la experiencia particular como tal..."

Dos valores de Tolstoi son la lucidez y la omnisciencia.

A través de descripciones sencillas, abre vastos mundos interiores. A través de vastos descripciones panorámicas, muestra majestuosos procesos históricos pero también la vanidad del hombre. Escribe desde la perspectiva de una polilla y de un águila. Sus obras están compuestas por elementos monumentales tanto como por exquisitas miniaturas. Y por ellas corren las preguntas más urgentes de la vida, las que suelen hacerse los profetas y algunos filósofos: ¿Para qué estamos acá? ¿Qué significa la vida cuando la muerte nos quitará todo? ¿Qué es la historia y cómo funciona? ¿Tiene un fin? ¿Se puede entender su funcionamiento? ¿Los individuos son artífices de la historia o meras piezas en un gran juego cuyas reglas nunca comprenderán? ¿Dios existe? ¿Para qué seguir viviendo?

Estas preguntas, que en su ficción están encarnadas en sus personajes, se presentan directamente en sus pequeñas obras filosóficas como Confesiones donde describe una crisis existencial que tuvo a los cincuenta años. Allí escribe: "La antigua ilusión de la felicidad de la vida ya no me engañaba. Por mucho que me dijeran 'Tu no puedes comprender el sentido de la vida, no pienses, vive', yo no podía hacerlo, porque ya lo había hecho durante mucho tiempo. Ahora no puedo dejar de ver los días y las noches que pasan volando y me conducen a la muerte. Sólo veo eso porque es la única verdad. Todo el resto es mentira”.

En este sentido, la trayectoria espiritual de Tolstoi es parecida a la de Buda. Comenzó disfrutando sin freno de los placeres sensuales de la vida y terminó rechazándolos todos –tras una iluminación– a cambio de una vida del espíritu.

Si entran en YouTube y buscan “Leo Tolstoi on Film”, encontrarán una película, en blanco y negro, de 12 minutos de duración, que muestra a Tolstoi alrededor de los 80 años. En lo posible, reserven un momento de paz y silencio para verlo, tal vez tarde por la noche cuando todos en casa ya duerman o, mejor aun, temprano en la mañana cuando amanece y la ciudad está silenciosa.

Mírenlo sin pensar en nada. El video no tiene sonido. Si me aceptan una recomendación, abran otra ventana de YouTube y busquen “Philip Glass – Koyaanisqatsi”: escuchen esa música en simultáneo al video de Tolstoi (el video de Tostoi en pantalla completa).

¿Es posible que esta persona caminara por la tierra igual que nosotros? ¿No era un ser imaginario, un invento de la literatura?

¡Mírenlo, rodeado de personas con sombreros y niños que bailan! ¡Por perros y caballos y árboles que se tuercen en el viento! Todos sombras ahora, sin nombre. ¿Cómo puede ser que pasa el tiempo? ¿Cómo es posible que ahora estoy vivo, en la vida, consciente y vital, y que dentro de poco estaré en la nada, en la oscuridad eterna, todo esto aniquilado, todo olvidado?

Todo es un misterio. Nadie sabe qué es la vida ni el tiempo. Nadie sabe por qué existe algo en vez de nada.

Todos entendemos estas preguntas y las angustias que despiertan, pero muy pocas personas pueden convertir estas dudas en obras de arte que contengan vida. Es decir, que puedan contestarle a la nada con vida. Si existe la inmortalidad debe estar escondida en el presente –que también es un enigma inexplicable. No se puede llegar solo, hay que descubrirlo de la mano de alguien. Tolstoi puede llevarte.



martes, 25 de febrero de 2014

Abraham Lincoln: El Legado de un verdadero líder

Tomado de The Wall Street Journal 


Lecciones de liderazgo de Abraham Lincoln


Por RICHARD BROOKHISER

Abraham Lincoln, cuyo cumpleaños se acaba de celebrar en Estados Unidos, tuvo menos experiencia de liderazgo que cualquier presidente previo. George Washington y Andrew Jackson habían sido generales, otros mandatarios habían sido gobernadores de estados, y todos los presidentes provenientes del sur del país habían sido propietarios de plantaciones. Habían administrado organizaciones y dirigido personas. Lincoln, en cambio, había sido legislador estatal, miembro del Congreso durante un período y socio de un bufete de abogados compuesto por dos personas; guardaba sus papeles más importantes en su sombrero.
Lincoln, sin embargo, fue un líder tan efectivo que la mayoría de los historiadores suele ubicarlo entre los mejores presidentes en la historia de Estados Unidos.
Algo que lo ayudó, sin duda, es que se trata de uno de los grandes escritores estadounidenses y ciertamente el mejor que ha ocupado la Casa Blanca (En sus mejores momentos, Jefferson podía igualarlo, pero su rango era más estrecho). Dejando de lado talentos tan extraordinarios, ¿qué principios de acción pueden guiar a los sucesores de Lincoln?
Citar el precedente. Como abogado, Lincoln siempre fue consciente de los precedentes, y como el hijo infeliz que nunca tuvo una buena relación emocional con un padre exigente y enemigo de los libros, siempre estuvo en busca de sustitutos paternos. En los padres de la patria de Estados Unidos encontró tanto los precedentes como los hombres a los que podía admirar.
La carrera de Lincoln durante su madurez —desde la derogación del Compromiso de Missouri en 1854 hasta su muerte en 1865— fue, entre otras cosas, una prolongada campaña para demostrar que sus posturas en temas como la esclavitud eran las mismas de los fundadores de la república. (Lincoln quería contener y, en definitiva, extinguir la esclavitud; al igual que ellos, decía).
Insistió en este tema en su discurso de tres horas pronunciado en Peoria en 1854, la primera ocasión en que expresó sus ideas. Volvió a ellas en reiteradas oportunidades en sus debates con el senador demócrata de Illinois, Stephen Douglas, en 1858. En 1860 dedicó la mitad de su discurso en Cooper Union, en Nueva York, a demostrar que "nuestros padres, quienes forjaron el gobierno bajo el cual vivimos", estaban de acuerdo con él. "Al igual que los padres señalaron la esclavitud, señalémosla otra vez", manifestó, "como un mal que no debe propagarse".
Lincoln quería envolverse en el aura de los padres de la patria y creía que ellos tenían razón en cuanto a la naturaleza humana, la libertad y la igualdad. Quería estar en el bando de ellos y que ellos estuvieran en el suyo.
Defienda bien sus posturas. Las historias de los reinos y los imperios suelen ser historias de las cortes: quién le contó algo en voz baja a quién. En gran medida esto también ocurre, por desgracia, en la cobertura periodística de la política actual: ¿Quién llegó a hablar con el jefe de gabinete? ¿Cómo se enteró de esto el senador? Si el duque de Saint-Simon, el cronista de las intrigas en el Palacio de Versalles durante el reinado de Luis XIV, el Rey Sol, estuviera vivo, tendría una columna de opinión o conduciría un programa de entrevistas en radio o televisión.
Lincoln conocía bien el juego de las transacciones políticas, cerrando acuerdos y manipulando colegas, cuando tenía que hacerlo. Pero entendió que, en última instancia, las democracias no se rigen por esas pequeñas maniobras, sino por las personas. "La opinión pública es todo en este país", dijo en forma rotunda en 1859. Esto significa que todo depende de que la opinión pública sea cortejada, formada y educada. Esto, a su vez, requiere que los líderes den su opinión y se expongan. Ayuda, por supuesto, si sus argumentos son claros y sus programas de gobierno razonables. Pero hasta el estadista con espíritu filosófico más brillante tiene que defender su causa.
El humor ayuda. Lincoln había acumulado un sinnúmero de bromas e historias divertidas, muchas de ellas subidas de tono. Solía usarlas para distraer a las personas que sabía que no podía conformar de inmediato. Leonard Swett, uno de sus aliados políticos de Illinois, recordó que una vez recibió visitas de Springfield, Illinois, luego de haber obtenido la candidatura del Partido Republicano a la presidencia en 1860: "Les contó una historia, no dijo nada más, y los despidió".
Pero en un nivel más profundo, el humor de Lincoln servía para mantener todo en su justa proporción. Una de sus bromas favoritas, que su último socio en el bufete de abogados, William Herndon, dijo que se la escuchó a Lincoln repetidas veces, era sobre un hombre calvo e inteligente que se tiraba gases mientras trozaba un pavo en una fiesta "para que todos en la fiesta pudieran escucharlo con claridad". Al final, el héroe del cuento logra cortar el pavo.
La situación absurda, con su giro vulgar, servía para recordarle a Lincoln y quienes lo escuchaban que la vida está llena de contratiempos y (peor aún) de vergüenzas. Nadie debería extrañarse ni sentirse agraviado o agredido por esto. No queda más que seguir adelante, con alegría si es posible. Esta es una lección importante para todas las frustraciones y crisis de la política.
Los principios son lo primero. Lincoln creció en un partido político grande que tuvo una vida más corta que la suya. El Partido Whig se formó a comienzos de la década de 1830 para combatir a Andrew Jackson, el hombre que había transformado el Partido Republicano de Thomas Jefferson y James Madison en el actual Partido Demócrata. Jackson tenía una personalidad combativa y tempestuosa, pero también tenía principios: gobierno reducido, defensa del ciudadano común y corriente (esto último sigue siendo un lema para los demócratas de hoy).
El Partido Whig tuvo líderes fuertes, como Henry Clay y Daniel Webster, y también principios: querían un banco central, aranceles proteccionistas y desarrollo económico. Pero no corrían buenos tiempos para los Whigs, ni sus principios. Clay redujo los aranceles luego de la Crisis de Anulación de 1832-1833, y el permiso de operación del Segundo Banco de Estados Unidos expiró en 1836 y nunca fue renovado. Los Whigs quedaron reducidos a los intentos de ganar las elecciones presidenciales con héroes de guerra como candidatos. Dos de ellos, William Henry Harrison y Zachary Taylor, triunfaron en 1840 y en 1848. Pero el terceo, Winfield Scott, perdió en forma abrumadora en 1852. El Partido Whig murió de agotamiento.
Sin embargo, un nuevo problema se asomaba en el horizonte. John Stuart, un ex congresista Whig que había sido el primer socio de Lincoln en el estudio de abogados y su mentor, le dijo un día: "Lincoln, se acerca el momento en que debemos ser abolicionistas o demócratas". "Lo tengo decidido", respondió Lincoln, "porque creo que la esclavitud no es un tema sobre el cual se puede llegar a un compromiso exitoso".
Lincoln había sido parte de un partido que había extraviado sus principios. Jamás volvería a estar en una situación similar. En 1860, cerró su discurso en Cooper Union con un llamado resonante a sus colegas republicanos: "Tengamos fe en que el derecho triunfará y con esa confianza atrevámonos a cumplir, al fin, con nuestro deber tal como lo entendemos".
Ser inclusivo. Los principios no son cosas incorpóreas; necesitan hombres que las hagan realidad. Lincoln tenía una gran capacidad para hacer aliados.
Esto fue, en parte, una necesidad de un nuevo partido. El Partido Republicano, que se unió en 1854-56, incluyó a algunos abolicionistas de larga data, Whigs, demócratas y otros grupos. Lincoln trabajó con hombres que provenían de todas estas tendencias y tenían distintos temperamentos. Su secretario de Estado, William H. Seward, era afable y de muy buen humor. Su secretario del Tesoro, Salmon P. Chase, era decidido y siempre estaba dispuesto a presentar su renuncia. Su primer secretario de Guerra, Simon Cameron, no siempre seguía las normas de la ética y Lincoln lo salvó de una investigación en el Congreso.
La historiadora Doris Kearns Goodwin, al estudiar el gabinete que armó Lincoln, acuñó la expresión "Equipo de Rivales". Tal vez sea mejor decir que Lincoln pasó por alto las rivalidades para concentrarse en lo que él podía tener en común con estos hombres talentosos y combativos.
Lincoln expresó su regla general en su discurso de Peoria en 1854: "Defiendan a quien defienda lo correcto. Defiéndanlo mientras esté en lo correcto y apártense cuando tome el rumbo equivocado".
Miren el pasado, háganse escuchar, manténganse firmes y manténgase unidos. Lo que le sirvió a Lincoln le puede servir a usted.
—Richard Brookhiser es autor de los libros "James Madison" y "Founding Father: Rediscovering George Washington", algo así como Padre de la Patria: Redescubriendo a George Washington. 

sábado, 8 de febrero de 2014

Nueva edición del libro “Mi lucha” de Adolfo Hitler causa polémica en Alemania

Tomado de La Voz de Rusia


Alemania tiembla ante la vuelta del 'Mein Kampf'

Por Sandra Maldonado

El Instituto de Historia Contemporánea de Múnich ha anunciado hace unas semanas que el proyecto del libro prohibido del dictador nazi Adolf Hitler, 'Mein Kampf' (Mi lucha), sigue adelante. Este hijo abyecto y proscrito, pero también ansiado, de la literatura verá de nuevo la luz en Alemania a finales de 2015 en una nueva edición comentada.

El fatídico 31 de diciembre de 2015, setenta años después de la muerte de Hitler, el Estado Libre de Baviera perderá los derechos de autor del que fue considerado el catecismo del movimiento nacionalsocialista en los años treinta. En abril de 2012, representantes de varios ministerios de Baviera, la comunidad judía, las Iglesias, instituciones socio-políticas en Nuremberg, y otros, se reunieron para discutir una estrategia ante lo que algunos ven como una amenaza capaz de socavar la armonía de la actual Alemania. A pesar de la controversia que suscita este tema, la decisión final entre los participantes fue publicar una nueva edición anotada crítica científica del libro. 

El Instituto de Historia Contemporánea consiguió obtener el permiso para llevar a cabo la edición de esta nueva edición y evitar, de este modo, que partidos de extrema derecha alemanes tomaran la iniciativa y con ello alentaran la ideología nazi. Así, esta organización se ha fijado el objetivo de proporcionar una edición comentada del escrito que sirvió como base de todo el pensamiento del Führer. Desde un punto de vista exclusivamente académico e histórico, un equipo trabaja actualmente en la historia y orígenes de la ideología del nazismo para realizar una crítica a su tesis y desacreditar el mito del Mein Kampf. 

Según representantes del Instituto, “en primer lugar, se trata de desmitificar el libro y hacer de él lo que en realidad hace tiempo es el Mein Kampf, un documento histórico y nada más”. La importancia de editar una nueva versión, que estará disponible en todas partes del mundo, es debido a que no deja de ser una de las principales fuentes para la historia del nacionalsocialismo. Las fuentes de Hitler permiten rastrear paso a paso el contexto político, militar, las ideas o el contexto cultural y socio-histórico originario en donde sustentó su ideología. El estilo autobiográfico aumenta el interés de la obra que, a través de hechos vividos, dejan entrever la rígida personalidad del “superhombre” proclamado por Nietzsche. La edición contará con un análisis de las ideas y afirmaciones de Hitler contrastadas con los resultados de la investigación moderna. Otro de los objetivos será la exposición de los abusos ideológico-propagandístic os o comerciales. 

Adolf Hitler comenzó a escribir su libro en 1924, cuando cumplía condena en una cárcel en Landsberg, y escribió las últimas páginas en Obersalzberg, un lugar en los Alpes bávaros donde el dictador era poseedor de una casa. La primera edición del primer volumen data de julio de 1925 y el segundo volumen de diciembre de 1926. En los años veinte y treinta fue un gran superventas y convirtió a su autor en millonario antes de 1933, cuando accedió al poder e instauró su dictadura nacionalsocialista. Al culminar la Segunda Guerra Mundial, diez millones de ejemplares del Mein Kampf estaban en circulación. 

Algunos medios afirman que la edición digital del libro de Hitleres un superventas. Según declaraciones de un autor británico al diario británico The Guardian, “este nuevo éxito se debe a que la gente ahora puede leer este libro en la privacidad de su ebook o tableta”. Mientras, en Reino Unido, donde no está prohibida su reproducción, se puede encontrar por menos de una libra esterlina. En Amazon o iTunes el Mein Kampf encabeza la lista de los libros más vendidos en varias secciones de propaganda, psicología política y nazismo, y en segundo lugar en la lista de los más vendidos en la selección de ciencias políticas. 

A pesar de los esfuerzos del gobierno de Baviera, junto con el Gobierno Federal de Alemania, para no permitir ninguna copia o impresión del libro en el país y en otros países, desde 1979, no ha tenido mucho éxito, y es que frenar la publicación de un libro en Internet a estas alturas resulta casi imposible. 

La cuestión es por qué este libro está rodeado de tanta polémica casi siete décadas después de la Segunda Guerra Mundial y del Holocausto. Algunos se preguntan si los alemanes no tienen la madurez suficiente como para no dejarse encantar por esta obra o si sigue representando un peligro real. El historiador Volker Ullrich tiene una respuesta clara al respecto: “Es absurdo que hoy en día todavía emane algún peligro de este libro”. Mientras tanto, Europa esperará las posibles respuestas al Mein Kampf en el IV Reich de Angela Merkel.