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martes, 15 de mayo de 2012

Murió Carlos Fuentes. Escritor mexicano, ciudadano universal

Tomado de El Universal


El prolífico escritor, autor de una veintena de novelas, falleció hoy a los 83 años de edad. "Murió en su México", dijo a EL UNIVERSAL Consuelo Saizar, presidenta del Conaculta

El prolífico escritor mexicano Carlos Fuentes, autor de una veintena de novelas, falleció hoy a los 83 años.
El presidente Felipe Calderón lamentó en su cuenta de Twitter la muerte del escritor.
"Lamento profundamente el fallecimiento de nuestro querido y admirado Carlos Fuentes, escritor y mexicano universal. Descanse en paz", escribió en la red social.
El escritor falleció en el hospital Ángeles del Pedregal, dio a conocer Consuelo Saizar a EL UNIVERSAL. "Murió en su México", expresó.
Saizar dijo a este diario que Fuentes "fue poseedor de una enorme obra literaria. Hombre vital como su prosa. Muere sin el Nobel tan merecido".
La presidenta del Conaculta, informó que habrá un sepelio como lo desee la ahora viuda del escritor, Silvia Lemus.
En su cuenta de Twitter expresó: "Carlos Fuentes ha muerto en su México. Su ausencia sacude a la patria de la ñ. Gracias por sus letras y su pensamiento. Adiós, Maestro!".
El jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard, lamentó en su cuenta de Twitter el fallecimiento del escritor.
"México ha tenido una gran pérdida : Carlos Fuentes ha fallecido".
El secretario de Educación, José Ángel Córdova, también escribió en Twitter su pesar por la muerte de Fuentes:
"Con gran pesar lamentamos profundamente el sensible fallecimiento del gran escritor mexicano Carlos Fuentes".
La escritora Elena Poniatowska‏ también lamentó el deceso del escritor a través de la red social: "Lamento profundamente la muerte #CarlosFuentes", escribió en Twitter.
Carlos Fuentes nació el 11 de noviembre de 1928 en la ciudad de Panamá.
NOVELAS
La región más transparente / 1958
Las buenas conciencias / 1959
La muerte de Artemio Cruz / 1962
Aura / 1962
Zona Sagrada / 1967
Cambio de piel / 1967
Cumpleaños / 1969
Terra Nostra / 1975
La cabeza de la hidra / 1978
Una familia lejana / 1980
Agua Quemada / 1983
Gringo Viejo / 1985
Cristóbal Nonato / 1987
Constancia y otras novelas para vírgenes / 1990
La campaña / 1990
Los años con Laura Díaz /1999
Instinto de Inez / 2001
La silla del águila / 2003
Todas las familias felices / 2006
La voluntad y la fortuna / 2008
Adán en Edén / 2009
Vlad / 20103
Relatos y cuentos
Los días enmascarados / 1954
Cantar de ciegos / 1964
Chac Mool y otros cuentos / 1973
Agua quemada / 1983
El naranjo / 1994
La frontera de cristal. Una novela en nueve cuentos / 1995
Cuentos fantásticos / 2007
Cuentos naturales / 2007
Carolina Grau / 2010
Anuncian publicación de libros pendientes de Fuentes
"Personas", una recopilación de retratos de líderes latinoamericanos será editada la próxima semana y "Federico en su balcón" se publicará en noviembre próximo.
Marcela Gonzalez, directora de Alfaguara, confirmó que el libro "Personas", en el que el recién fallecido escritor Carlos Fuentes y que perfila retratos de líderes latinoamericanos, se lanzara la siguiente semana, tal como se tenía planeado.

Mientras que la novela "Federico en su balcón", la última novela terminada, se publicara en noviembre próximo.

Además, se tiene previsto que los festejos por el 50 aniversario de "Aura" y "La muerte de Artemio Cruz", a celebrarse en junio, se lleven a cabo tal y como Fuentes lo venía organizando con el Conaculta

jueves, 6 de octubre de 2011

Sueco Tomas Transtromer obtuvo el premio nobel de Literarura

Tomado de RFI

Conocido como el más destacado de los poetas escandinavos en vida, el autor de 80 años fue escogido por la academia sueca ‘porque mediante imágenes densas, límpidas, nos da un nuevo acceso a la realidad’. Según su editor, su obra propone "un análisis permanente del enigma de la identidad individual frente a la diversidad laberíntica del mundo".

Ni Bob Dylan, ni Adonis, tal como anunciaban los pronósticos de última hora, el poeta sueco Tomas Tranströmer ganó este jueves el Premio Nobel de Literatura 2011.

A la hora de justificar su decisión, la Academia Sueca subrayó que el poeta consigue “mediante imágenes densas, límpidas, (…) un nuevo acceso a la realidad’.

"La mayor parte de la colección poética de Tranströmer está impregnada de ahorro, de concreción y de metáforas expresivas", añade la academia.

Según el secretario de la Academia, Peter Englund, al escuchar la noticia Tranströmer se dijo “sorprendido”. "Estaba escuchando música...", mencionó Englund.

A la hora de escribir la obra del poeta, un crítico sueco aseguró que sus obras transmiten que "la existencia de un ser humano no acaba allí donde acaban sus dedos”. Quienes están familiarizados con sus poemas aseguran que en sus páginas abundan las metáforas y las imágenes. Ilustran escenas simples de la vida cotidiana y de la naturaleza.

Para su editor, la poesía de Tranströmer es "un análisis permanente del enigma de la identidad individual frente a la diversidad laberíntica del mundo".

Nacido el 15 de abril de 1931, Tranströmer fue educado por su madre, después de la partida, muy temprana, de su padre. En 1956 se diplomó en psicología y trabajó en el Instituto Psicotécnico de la Universidad de Estocolmo. Cuatro años después empezó a ocuparse de jóvenes delincuentes en un instituto especializado, donde elaboró una poética mientras trabajaba con discapacitados, ex presidiarios y toxicómanos.

Su primera antología de poesía, “17 años”, fue publicada a los 23 años de edad en Bonniers, la editorial sueca que lo acompañaría toda su vida.

Entre los premios recibidos figuran el Bellman (1966) y el Neustadt International Prize (Estados Unidos, 1990).

Su vida dio un fuerte giro en 1990, cuando sufrió un ataque de apoplejía que lo dejó parcialmente paralizado y afásico, lo cual lo obliga a reducir considerablemente su actividad.

Seis años después publica "Góndola fúnebre", de la que se han vendido 30.000 ejemplares, una cifra excepcional tratándose de poesía.

Lo último que se conoce de él es la correspondencia que mantuvo con el poeta estadounidense Robert Bly, que tradujo al inglés buena parte de su obra.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Las peripecias que significan recibir un premio nobel

Tomado de El País

Como un buen premiado, Vargas Llosa cumplió el programa con intensidad y disciplina pese a que tuvo fiebre, se quedó afónico y sufrió una caída

POR JUAN CRUZ

Mario Vargas Llosa se comportó "como un Nobel excelente", acaso "el mejor que ha tenido la Academia Sueca", como dice su agente, Carmen Balcells, pero "le ha pasado de todo en Estocolmo" por culpa del clima, de las exigencias de los fotógrafos y de sus propias "travesuras". Lo último, "un fiebrón" que lo tumbó en público la noche en que los peruanos le rendían homenaje, el jueves víspera del acto con el rey de Suecia.

Ya no tiene 20 años, dice él mismo, "y por eso me presté a hacer piruetas para una foto que me pidió un retratista sueco. Póngase así, póngase asá, ¡cómo si yo fuera uno de mis nietos! Y, claro, haciendo esas travesuras me caí". Él describe las consecuencias con menos eficacia que su entorno, aunque sea el Nobel. Esa caída le dejó "el culo morado", con un hematoma terrible, como dice la primera gente que le atendió; en todo caso, y esta frase es de su agente, "¡se pegó un culazo de aúpa!".

Ese "culazo" fue lo de menos, pues la hinchazón progresiva de la nalga solo podía vérsele en la intimidad. Lo que le pasó verdaderamente grave a Mario Vargas Llosa, el autor de El hablador, es que perdió la voz, y la perdió por completo, la misma mañana del martes, el día más importante de su actuación como Nobel 2010, cuando tenía que pronunciar un discurso que luego le haría llorar.

Él lo comentaba "divertido, porque qué vas a hacer" la mañana del viernes, cuando se le había atenuado la afonía "un poco, pero ves que no puedo hablar, viejo". Estaba más tranquilo porque ese día tan solo tenía que leer un folio, el brindis que convirtió en un cuento en el que él era el protagonista afortunado ganador de un premio que dan en Suecia, "este curioso país".

Pero la afonía fue algo muy serio; ocurrió porque no se cuida, dicen alrededor. El domingo por la noche, cuando llegó de Madrid a Estocolmo, fue recibido por una ola de frío, y aún así insistió en ir caminando hasta el restaurante; posó en la calle para los fotógrafos, y convirtió su regreso al hotel, otra vez, en una especie de peregrinación atlética. Al día siguiente siguió creyendo que tiene 20 años, y de nuevo insistió en desafiar el frío como si fuera un juego de nietos. Total, resfriado, y la voz que se le fue como por un sumidero.

Había que verlo esa mañana. Él es "el hombre más cumplidor del mundo", decía su agente, y dice su edecán vigilante de estos días, Juan Iborra; así que insistió en ir a todas las cosas, en cumplir todos los compromisos, como si hubiera firmado un contrato que le obligara a vivir sometido a las reglas estrictas del Nobel. ¡Y no podía hablar! Esa mañana que comprobó que lo del culo no era nada, lo grave era la voz, empalideció de pronto, agarró por el brazo al edecán que le puso la Academia y emprendieron viaje a un hospital, a que le pincharan.

Ni así. Por la tarde, con la garganta indecisa y el trasero protestando, acometió la tarea que ni soñó cuando la madre lo llamaba Marito o cuando el padre le recriminaba dedicarse a "esas mariconadas" de la literatura: hablar ante la Academia Sueca para agradecer el premio más grande que puede soñar un escritor. Hubo un instante en que se olvidó de la voz y de los dolores que le produjeron las travesuras suyas y del fotógrafo. Y lloró. Ya eso es leyenda.

Lo cierto es que esos dos incidentes marcaron la historia de la semana en la que Mario Vargas Llosa se convirtió en el premio Nobel de Literatura. Desde el primer día, desde aquel 7 de octubre en que Peter Englund, el secretario perpetuo de la institución académica sueca, le contó, entre ruidos eléctricos, que era el Nobel, Vargas Llosa "ha vivido un cuento de hadas". Eso lo dice el hijo Álvaro. Los hijos y los nietos han vivido la misma ensoñación, en la que Patricia ha sido figura principal, la protagonista más directa de lo más importante y grave de su discurso.

Pero vayamos por partes. Los hijos y los nietos lo han vivido como una fiesta, aunque lloraran. El día en que Mario pronunció su discurso esos siete miembros jóvenes de la familia fueron convidados a subir al estrado que luego ocuparía el padre; y allí los tres hijos y los cuatro nietos adolescentes "fuimos Nobeles no oficiales", presentados, además, uno a uno, "ante un inexistente auditorio" por el propio Englund.

Fue una risa que ellos se guardan. El llanto tiene otra historia. Cuando bajó del atril Vargas Llosa, acosado aún por miles de manos que querían tocarlo como si fuera un aparecido, exclamó: "¡Y yo que nunca lloro!". Pocos sabían allí que el Nobel, que jamás miente, "y así me va", dice, riendo, ahí mintió. Ha llorado, poco, pero ha llorado "cuando tocaba". Su gran amigo Fernando de Szyszlo, "con el que jamás he tenido una disensión, desde 1958", explicó después de la cena de los amigos peruanos (120, mal contados), que él vio llorar a Mario las dos veces en que lo ha hecho a lágrima viva.

Una vez fue cuando murió su madre, a la que él adoraba, "la mujer que convirtió mi infancia en un paraíso"; fue hace una década, ella estaba en la clínica San Felipe de Lima, Perú "era la dictadura de Fujimori", y Mario se acercó a la habitación de la que salía su tío Pedro, médico. "Tu madre murió, Mario". Y ahí, aquel que fue Marito para ella y Zavalita para la mitología que él empezó a crear, prorrumpió en un llanto prolongado y tristísimo. Hubo un llanto distinto, como de fin de etapa, de la tristeza que guarda el tiempo para una ocasión así cuando murió su amiga Blanca Varela, hace dos años. La poeta era la ex esposa de Szyszlo y Vargas Llosa la quería con la pasión de un lector fieramente humano. "Y se rompió. Mario llegó, la vio, y se rompió. Mario no pudo más. Era un llanto extrañísimo, el llanto más dramático que he visto en mi vida".

Szyszlo no es un amigo casual; es el amigo de presencia más prolongada en la vida del Nobel de Literatura. Él dice que le quiere desde que lo vio, y por una circunstancia muy particular: Mario tenía 22 años, se iba a Europa, "a hacerse escritor de tiempo completo", y fue a ver al artista, uno de los más importantes, entonces y ahora, de América, un hombre que conoció a Picasso y a Óscar Domínguez, y que, a los 85 años, vive la alegría del Nobel, quizá, como la de un hijo... "Me vino a ver para pedirme un grabado para ilustrar una antología de César Moro... No es común que un joven escritor pida algo para otro escritor, y eso me sorprendió".

Luego han sido cómplices en la vida, en el arte, en la política... Combatieron juntos a Alan García y a Fujimori, y ahora, lo que es la vida, Fujimori está en la cárcel, "por ladrón", y Alan García, presidente de Perú, le ha encargado a Fernando de Szyszlo, a quien todos llaman Gody, ejercer de "ministro plenipotenciario de Perú" para estos actos de Estocolmo. "¡Me ofrecieron incluso un pasaporte de embajador! Pero no lo he ido a recoger".

¿Y qué le mantuvo cerca de Mario, y viceversa, durante tanto tiempo? Szyszlo: "Su inocencia, su entusiasmo. Su generosidad". Vargas: "La lealtad. Nunca hemos tenido ninguna sombra. Nos adivinamos el pensamiento, y jamás nos ha desunido nada".
Una amistad muy especial. Le pregunté a Gody qué se siente ante la alegría de un amigo. ¿Rejuvenece? "No. Nunca había notado tanto que tenía 85 años como ahora. Ya mi vida es solo presente. Y Mario ahora inaugura otro futuro".

Mario está feliz, su hijo Álvaro lo define bien: "Vive un cuento de hadas. Lo vivimos con él". Se "acojonó", dice el propio Nobel, al ver que "mi cuerpo mandaba mensajes tan evidentes de que ya estaba definitivamente cumpliendo la edad que tengo. Ese fiebrón que me entró la noche del homenaje que me hicieron los peruanos fue una señal. Se acabó, el cuerpo avisa". Pero acá está, muy feliz. Le hizo mucha gracia que se publicara ese dibujo en un periódico peruano en el que aparece declarando su amor a Perú: "Llevo a Perú en las entrañas". Y Fujimori, cuyo personaje dice: "¡Y yo me lo llevé en 12 maletas a Japón!".

Ríe a carcajadas; ha leído algunos ataques que ha recibido en España. "¡Dicen que Bush habla por mi boca! Agradezco que me ataquen, han dicho tantas cosas buenas de mí que parece que me van a convertir en una estatua. ¡Esas críticas y Patricia son las cosas que me jalan hacia abajo, lo que me quita la tentación de la vanidad! Me recuerdan que estoy vivo!".

-Por cierto, Patricia, ¿sigue usted creyendo que su marido solo sirve para escribir?
-¡Clarísimo! Si yo te contara: le dejé solo en un viaje reciente a Italia. Miró el billete, se fijó en la hora de su llegada a Madrid, y no en la hora de su salida, ¡y no sabía cómo regresar de Italia! ¡Un incompetente total!

viernes, 8 de octubre de 2010

Después de 3 nominaciones Vargas Llosa recibirá merecidamente el Nobel de Literatura

Tomado de The Wall Street Journal


El ex presidente peruano Alejandro Toledo felicita a su compatriota Mario Vargas Llosa con quien se reunió en Nueva York

"Yo soy peruano, lo que hago y digo expresa lo que he vivido… El Perú es parte de mí mismo. Lo que escribo es el Perú. El Perú es mi gente, es mi familia", afirmó.

Por Andrea López Cruzado

Con incredulidad y mucha cautela recibió Mario Vargas Llosa la noticia de que había ganado el Premio Nobel de Literatura, según lo relató el escritor a una sala totalmente abarrotada de periodistas y cámaras en el Instituto Cervantes de Nueva York en su primera aparición pública después de recibir la noticia.

"La sorpresa ha sido total, pensé que era una broma", dijo el peruano Mario Vargas Llosa, quien recibió la llamada del secretario general de la Real Academia de las Ciencias de Suecia a las 5:30 a.m. en su residencia en Nueva York.

El escritor ya estaba despierto, leyendo "El reino de este mundo", del cubano Alejo Carpentier, y preparando su clase del lunes en la Universidad de Princeton, en Nueva Jersey.

Por la hora pensó que la llamada podría traer malas noticias y sintió angustia, contó el autor de "Conversación en La Catedral" y "La guerra del fin del mundo". Su esposa, Patricia, le alcanzó el teléfono.

"Escuché una voz de un hombre que no entendía mucho, pero entendí 'Swedish Academy' y dije 'Ah, atención, hay que parar la oreja'", señaló Vargas Llosa.

Aun así, el autor pensó que podría tratarse de una broma y no quiso celebrar ni compartir la noticia con sus hijos hasta estar seguro.

"Felizmente se confirmó", dijo sonriente.

Por muchos años, Vargas Llosa fue considerado como uno de los escritores que más merecía ganar el Nobel. Durante un viaje a Irak en 2003, el autor aprovechó su fama cuando su convoy fue detenido en la frontera, según un reportero de The Wall Street Journal que viajaba con él. "¿Usted no sabe quién soy yo?" le preguntó a un teniente coronel jordano. "He estado nominado tres veces a un Premio Nobel".

"Pero no ganó, ¿cierto?" respondió el coronel. "No se preocupe, podemos hacer algo incluso para alguien como usted, que no lo ha ganado". Ese "algo" se tradujo en horas de espera.

Aunque Vargas Llosa ha vivido y escrito parte importante de su obra desde España y agradece a ese país la acogida de sus libros, durante la conferencia de prensa resaltó que ha sido Perú, donde nació, la fuente de su inspiración.

"Yo soy peruano, lo que hago y digo expresa lo que he vivido… El Perú es parte de mí mismo. Lo que escribo es el Perú. El Perú es mi gente, es mi familia", afirmó.

Vargas Llosa asegura que aún no ha tenido tiempo de pensar en cómo le afectará este premio a su vida. Había anticipado "meses tranquilos" en Nueva York, pero literalmente, de la noche a la mañana, todo cambió. De lo que sí está seguro es que no cambiará su manera de escribir.

"(La designación) es un acto muy generoso, pero no va cambiar lo que yo soy, tengo un mundo, una orientación, unas ideas", dijo. "Voy a seguir escribiendo sobre las cosas que más me estimulan, voy a seguir defendiendo la libertad".

Los libros de Vargas Llosa siempre han tenido una dosis fuerte de política y han denunciado las dictaduras. Durante la conferencia de prensa, no dejó de referirse a ese tema, señalando que "América Latina tiene una tradición de autoritarismo que seduce a sectores de la sociedad", pero también se mostró optimista.

"Hoy tenemos gobiernos de izquierda y de derecha democráticos… Lo que representa un retroceso es que sigamos teniendo una Cuba, una Venezuela", acotó. Aun así, continuó, "América Latina está bien orientada hacia la democracia, a la integración con el resto del mundo".

"Él es un punto de referencia para todos los que defienden la libertad en Latinoamérica", declaró Carlos Alberto Montaner, un escritor cubano exiliado en Estados Unidos. "Y ahora con el Nobel, su voz tendrá mucho más peso".

El ex presidente de Perú Alejandro Toledo estuvo presente durante la conferencia de prensa y expresó su orgullo por el galardón a su compatriota.

"Me siento muy orgulloso de ser peruano y amigo de Mario Vargas Llosa", dijo el ex mandatario. "Mario es un peruano, pero ya no le pertenece sólo al Perú… Es un orgullo. El ojo del mundo está otra vez puesto en Perú y no por el terrorismo ni por la violencia".

Vargas Llosa se lanzó a la presidencia de Perú en 1990, pero perdió contra Alberto Fujimori. En sus constantes viajes y estadías en Perú, sigue siendo una voz activa de la política local y hasta hace poco encabezó el comité que trabaja en el Museo de la Memoria en Lima, para cuya financiación ha sido instrumental. No obstante, espera ser recordado por su labor como escritor más que político.

"Soy un escritor y quiero ser recordado, si soy recordado, por mi escritura, mi trabajo".

La esposa de Vargas Llosa reveló que celebrarán el Nobel con una cena con amigos que ya tenían planeada con anterioridad para esta noche. Después, Vargas Llosa preparará su columna dominical para el diario español "El País". "Vamos a ver qué sale, va a ser apresurado", dijo el premio Nobel.

Jeffrey A. Trachtenberg, José De Córdoba y Robert Kozak contribuyeron a este artículo