Por Nick Davis
Aun así, las actitudes marcadas por un oscuro pasado persiguen a los dos países.
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Son cerca ya de 48 horas desde que se desatara el incendio en el centro penal de Comayagua que dejó como consecuencia centenares de muertos, y hasta ahora las autoridades hondureñas no se han atrevido ni siquiera a hablar de hipótesis.
El tiempo pasa y son varias las conjeturas que se hacen sobre lo que en verdad habría provocado un sinistro de tales proporciones, que dejó enlutadas a más de 350 familias pobres del país.
Las especulaciones sobre el hecho van desde lo que podría considerarse lo más obvio, hasta supuestas conspiraciones y traiciones, como las relatadas en las famosas novelas de crímenes.
Intento de fuga
Trascendían las primeras informaciones sobre el incendio en la granja penal, cuando ya se hablaba de un posible intento de fuga por parte de los privados de libertad, quienes habrían iniciado el fuego como parte de la estrategia para la supuesta huida.
Los primeros testimonios de vecinos mencionaban el sonido de disparos, lo que suponía un amotinamiento al interior del reciento. Un video difundido por ElHeraldo.hn muestra que los disparos se dieron cuando el siniestro se encontraba en su nivel máximo.
Un mensaje del crimen organizado
Molestos por la reciente aprobación en el Congreso Nacional de la ley que permite la extradición de personas ligadas al crimen organizado, los antisociales planificaron el prenderle fuego a la granja penal para que el gobierno escarmiente; según otra de las teorías que se han hecho públicas.
Represalia por parte de la Policía
Otros que también habrían expresado su descontento por las medidas adoptadas por el gobierno de Honduras, son los malos policías, quienes ven cómo las autoridades preparan el camino para una inevitable depuración de las instituciones operadoras de justicia, luego de que se descubriera la infiltración del crimen organizado en la Policía.
La incomodidad de los agentes de seguridad habría sido manifiesta a través del acto barbarie en la granja penal.
Traición de funcionarios a los reclusos
Un supuesto cruce de llamadas telefónicas entre reos y funcionarios penitenciarios de la cárcel de Comayagua, dejaría al descubierto la trama para dejar en libertad a varios de los presidiarios, esto tras el pago de unos 80,000 lempiras por reo a cambio del “favor”.
Los funcionarios habrían decidido quedarse con el dinero y no cumplir con su palabra de permitir “la fuga”, por lo que habrían considerado que lo mejor era que el fuego consumiera el penal, y con ello eliminar a sus “socios” y borrar toda evidencia.
Cortocircuito
Una de las versiones que primero trascendió, nada novelesca, es que el fuego se originó por un cortocircuito, dadas las existencia de las vetustas instalaciones eléctricas, lo que es normal en casi todos los centros penales de Honduras.
En ese sentido, el subcomisionado de Policía, César Augusto Mendoza, aseguró que el martes en horas de la noche en el sector de Comayagua se registraron varios apagones, lo que habría originado fallas eléctricas. Mientras, este jueves, autoridades del FHIS presentes en Comayagua dijeron que no hubo interrupciones de energía esa noche.
El reo y su colchón
La otra hipótesis mencionada en la mayoría de medios de comunicación es que fue uno de los internos quien provocó la mortandad, al prenderle fuego a uno de los colchones, desencadenando así las llamas que acabaron con centenares de vidas.
Por otra parte, personas extremistas se atreven a acusar al gobierno de originar hechos como el de Comayagua, con el fin de “eliminar” a los “indeseados” pandilleros. Este sector hace referencia a los incendios de dos presidios en 2003 y 2004.
Nada ha trascendido oficialmente sobre los detalles de lo acontecido en el penal de la colonial Comayagua, pero las hipótesis vienen y van a la espera de muy pronto se sepa la verdad.
La tardanza en la llegada de los bomberos a la zona, la ausencia de guardias que portaban las llaves de las celdas, el que no resultara lesionado ningún policía, los disparos durante el incidente y la apatía del gobierno respecto a la engavetada Ley de Penitenciarías provoca que se generen sospechas entre la población.
Las familias de las víctimas, así como organismos nacionales e internacionales, y la población en general, demandan que el gobierno de Honduras esclarezca lo acontecido y deduzca responsabilidad a quienes pudieran estar involucrados en la muerte de más de 350 compatriotas. La Fiscalía por su parte, ha declarado que por ahora no se puede desestimar ninguna hipótesis.
Por lo pronto, la mayoría ve con agrado la llegada al país de comisiones internacionales dispuestas a darle seguimiento al suceso que enlutó al país, como es el caso de expertos estadounidenses, quienes ya estarían en la zona haciendo averiguaciones.
“En este caso tenemos que saber quién causó el problema”, manifestó en las últimas horas la embajadora de EE UU, Lisa Kubiske, pues no se debe dejar impune un posible hecho criminal.