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lunes, 20 de noviembre de 2017

Hoy 20 de noviembre se celebra el Día Universal del Niño

Por Compartiendo mi Opinión
El 20 de noviembre es un día importante para la infancia. Es el Día Universal del Niño desde 1954, pero también es el aniversario de la adopción de la Declaración Universal de los Derechos del Niño, en 1959. Además, es el día en el que se aprobó la Convención de los Derechos del Niño, en 1989, el más universal de los tratados internacionales. Disponible en inglés

La Convención sobre los Derechos del Niño establece una serie de derechos, incluidos los relativos a la vida, a la salud, a la educación y a jugar, así como el derecho a la vida familiar, a estar protegidos de la violencia, a no ser discriminados y a que se escuchen sus opiniones.

Es necesario celebrar el día de los derechos del niño porque todavía existen 58 millones de niños y niñas siguen sin escolarizar, el 35% de los menores de 5 años no están registrados, un porcentaje que alcanza el 65% en el Sur de Asia. Además, una de cada tres niñas en el mundo en desarrollo estará casada antes de cumplir 18 años y un número incontable de niños y niñas no serán escuchados, tomados en serio o, peor, serán completamente ignorados.

Ignorando los compromisos contraídos en la Convención sobre los Derechos del Niño, 385 millones de niños viven en la pobreza extrema, 264 millones no están escolarizados y 5,6 millones de niños menores de cinco años murieron el año pasado por causas que podían haberse prevenido.

Madres y padres, profesores, enfermeros y doctores, líderes gubernamentales y de la sociedad civil, profesionales de los medios de comunicación, religiosos, empresas y medios de comunicación pueden hacer mucho por promover juntos el bienestar de la infancia.

La Convención de los Derechos del Niño es el tratado más ratificado de la historia. Fue aprobado como tratado internacional de derechos humanos el 20 de noviembre de 1989. Con él, 194 países del mundo se comprometieron a proteger y promover los derechos de la infancia para sobrevivir, prosperar, aprender, crecer y hacer escuchar sus voces para alcanzar su máximo potencial.

La Convención, a lo largo de sus 54 artículos, reconoce que los niños son individuos con derecho de pleno desarrollo físico, mental y social, y con derecho a expresar libremente sus opiniones. Además, la Convención es también un modelo para la salud, la supervivencia y el progreso de toda la sociedad humana.

¿POR QUÉ ES NECESARIO CELEBRAR EL DÍA INTERNACIONAL DEL NIÑO?

La Convención sobre los Derechos del Niño se ha utilizado en todo el mundo para promover y proteger los derechos de la infancia. Desde su aprobación, se han producido avances considerables en el cumplimiento de los derechos de la infancia.

martes, 17 de octubre de 2017

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: VACACIONES DE LOS NIÑOS; FIDGET SPINNER, UNA MODA PELIGROSA


Cuando en febrero del año próximo la The Toy Association anuncie en Nueva York al ganador del premio El juguete del año, no debería extrañarnos que ese galardón sea para el fidget spinner. Los Toy of the Year (TOTY), también llamados los Oscar de la industria del juguete, difícilmente ignoren este fenómeno de alto impacto durante el año 2017. Ese invento de Catherine Hettinger, una ingeniera química estadounidense, tuvo un orígen terapéutico: lo creó en 1993 cuando ella padecía miastenia gravis -una enfermedad que provoca debilidad de los músculos esqueléticos- y que no le permitía jugar con su hija.

Hettinger, que perdió la patente por no poder pagar los 400 dólares de la renovación, jamás imaginó que casi 25 años después su invención se transformaría en un negocio de miles de millones de dólares. Construido de plástico, acero u otros metales, el fidget spinner se abrió paso con su etiqueta de “juguete anti-stress”, la denominación perfecta como herramienta de marketing.

Para mí, es una moda tendiente a causar adicción, obviamente por motivos económicos. Es cierto que son relativamente baratos, pero generalmente se incentiva a utilizar varios, para hacer torres con ellos o diferentes figuras. Definitivamente crea adicción, pues además poseen un efecto hipnótico. El que los juega, queda "atrapado", hipnotizado en el movimiento y figuras de los mismos.

El ser humano no puede estar atento a más de dos cosas a la vez, y con este movimiento -aunado a la audición y visión- el niño o adolescente queda lo que vulgarmente llamamos "clavado en el juego". También está en entredicho su condición de anti-stress. Puede que en un inicio sí, pero crea adicción, no se puede parar y esto tarde o temprano generará stress o tensión, por el deseo de estar jugándolo constantemente.

El fidget spinner podría funcionar en los niños autistas que se agreden o agreden. Tampoco estoy segura, porque al quitarselos podrían tener explosiones de carácter o rabietas. No recomendaría ningún juego adictivo ni para niños ni para adultos. Es mejor enseñar relajación, meditaciones, escuchar música relajante o practicar yoga antes que "clavarse" con estos juguetes que podrían llevar a otro tipo de adicciones , ya que generan la pérdida de voluntad.

La explicación del éxito de este fenómeno mundial hay que buscarla en su efecto hipnótico. Los creadores de estos juguetes son genios de las ventas y están en constante búsqueda de juguetes o gadgets que enganchen, con el propósito de vender más y más. Incluso aquellos que ya tienen uno, quieren otro y otro… Por algo se han vendido más de 280 millones de unidades en todo el mundo. El negocio perfecto.

En algunos lugares fue simplemente una moda pasajera. Pero en Estados Unidos se ven aún bastantes. Y, lo peor de todo, para ser usados como la nana o el chupete de los niños. Me parece excelente que los hayan prohibido en algunos colegios. Yo no solamente prohibiría estos gadgets, sino todo juguete, computadora y smartphone que distraiga a los alumnos de su proceso educativo o de la sociabilización, si es en el recreo.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

domingo, 1 de octubre de 2017

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: VACACIONES DE LOS NIÑOS: TIEMPO PARA DISFRUTAR… Y DE SEGUIR APRENDIENDO


Tanto los niños como los jóvenes necesitan vacaciones, un merecido tiempo para descansar y relajarse. Ese tiempo llega con el receso escolar, aunque esto no implica necesariamente que en ese período el alumno deba dejar de aprender. Todo lo contrario, lo puede hacer de diferentes formas, pero para eso es fundamental la planificación y el rol activo de los padres, que en la mayoría de los casos seguirán trabajando mientras sus hijos están en tiempo de descanso. No todo pasa por mandarlos a un campamento de verano y olvidarse del asunto.

Los niños necesitan distracciones, sobre todo los más pequeños. A menor edad, necesita más recreaciones. A medida que el niño va creciendo, lógicamente puede soportar períodos más largos de actividad de estudio, pero siempre se recomienda un descanso, incluso a la salida del bachillerato o ya en la universidad. Por supuesto, hay carreras que permiten una pausa y otras, como Medicina o Ingeniería, que son mucho más asfixiantes. 

Nunca es saludable mentalmente desconectarse al 100% de lo académico en el tiempo de las vacaciones. Por eso es necesario implementar tareas que combinen aprendizaje con música y actividades -tanto lúdicas como educativas- pues esto estimulará para siempre el deseo de saber. Lo que se busca es lograr que el ser humano disfrute del proceso del aprendizaje, que incorpore conocimientos y que adquiera el placer del saber. 

La decisión de qué hacer con los niños en las vacaciones no debe tomarse a la ligera por parte de los padres. Si solamente los ponen a leer, a hacer números o a repasar las materias que perdieron en el año escolar podría generar una frustración grande y las vacaciones acabarían siendo una tortura.

Lo ideal es mezclar dichas tareas con actividades deportivas, musicales, baile, campamentos o salidas. Incluso si la familia no tiene presupuesto para costear esas actividades externas -generalmente relacionadas a campamentos de verano-, se pueden programar actividades en el hogar sin costo alguno: ver uno o dos de sus programas favoritos, hablar por teléfono, aprovechar la computadora y las redes sociales. Yo siempre insisto en algo: las actividades tienen que ser siempre platicadas, porque si son impuestas no funcionarán. Hay que consensuar con ellos, dependiendo de la edad.

Todo esto, por supuesto, requiere una programación de las actividades diarias y cierta supervisión de parte de los padres o algún encargado idóneo como tíos o abuelos. No se recomienda alcahuetas, ya que es contraproducente para la crianza, sobre todo si deseamos formar adultos felices que disfruten aprender y trabajar más en forma en el momento requerido.

En El Salvador la mayoría de padres tienen que trabajar en época de vacación escolar y resulta un poco difícil ponerlos en actividades donde el costo es elevado e inaccesible para muchos, sobre todo si hablamos de hijos de personas que trabajan en maquilas, en el mercado o negocios informales, por lo que, casi por obligación, tienen que trabajar y regresan a casa muy tarde. A veces no es cuestión de presupuesto sino de organización.
En mi caso personal, mis hijos estaban en dos kinders de pequeños, pues yo trabajaba mucho. Uno en horario normal y otro como especie de guardería. Claro, yo podía costearlo, pero no son todos los casos. Si se quedan en casa y solo está la empleada, hay que ver cómo se logra. La ventaja es que actualmente con la tecnología hasta puede invertir en alguna cámara o messenger para que exista la supervisión o interacción a la distancia. Es importante crear hábitos, porque a medida que el niño madure, él solo aprenderá a seguir unas normas y un sistema programado de estudios y distracción. La idea, en definitiva, es organizarles un poco la vida, algo que nos cuesta tanto a los salvadoreños.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

domingo, 6 de agosto de 2017

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LA NECESIDAD AFECTIVA EN LOS NIÑOS

Cuando pensamos en las necesidades de los niños, en lo que implica el mantenimiento de nuestros hijos, siempre pensamos en alimentación, ropa, techo y educación (no siempre). Y aunque todas ellas son necesidades básicas, tendemos a pensar que las necesidades básicas consisten en necesidades materiales que se resuelven materialmente y cuestan dinero. Incluso la educación, que no es material, sino más bien espiritual, tendemos a darle un sentido material: “La educación es necesaria para poder ganar más dinero”.

Tan poco cultivadas tenemos las necesidades espirituales que no muchas veces reparamos en otra necesidad básica en los niños, como es la necesidad afectiva. Y no significa ello que no haya muchísimas madres y no tantísimos padres (cada vez más) que den afecto a sus hijos, por supuesto, pero no es tan común que haya una clara conciencia de que lo que se está haciendo es realmente una necesidad básica. Es decir, les damos afecto por puro instinto maternal o paternal, porque nos nace, nos gusta y nos gusta cómo ellos responden, etc. Pero sin tener una clara conciencia del beneficio que ello conlleva para ellos, o los perjuicios ocasionados por la carencia de afecto.

¿Y por qué es importante esa conciencia de la necesidad que tienen de afecto? ¿Por qué no basta simplemente con dárselo por instinto? Pues porque los actos instintivos se hacen para satisfacer una necesidad personal y no la necesidad de ellos. Es decir, nosotros, madres y padres, también necesitamos darles ese afecto, sentimos esa atracción, nos complace, y por eso se lo damos. Es como un juego mutuo que nos apetece jugar, y en el ambas partes nos sentimos complacidas, especialmente cuando son pequeños. Pero los padres no siempre estamos de humor para ese juego, no siempre tenemos tiempo, no siempre estamos en disposición de ofrecerles ese cariño, particularmente cuando van dejando de ser pequeños. Hay muchos niños que incluso desde muy pequeños, prácticamente no saben lo que es el afecto.

Frecuentemente llega un momento en el que ese juego ya nos empieza a resultar no tan atractivo, o hasta aburrir un poco, y vamos dejando de practicarlo. Nos atraen más las reuniones sociales, los negocios, el trabajar más para traer más dinero a casa, y lo justificamos pensando que estamos trayendo más dinero para nuestros hijos. Y no es que sea incierto, pero con ello ya estamos convirtiendo en material una necesidad que es puramente espiritual y que no se puede satisfacer materialmente. El afecto no necesita de mucho tiempo, pero sí de presencia continua y dedicada. El beso, el abrazo, la caricia, el apapacho, el contacto físico, las palabras cariñosas… son para ellos mucho más de una muestra de que se les quiere, es una especie de super vitamina que les fortalece enormemente su auto estima, la seguridad en sí mismos, y la sensación de pertenencia a un grupo, que les protege y les guía, su propia familia.
¿Y cuáles son las consecuencias de la carencia afectiva en los niños? Pueden ser muy variadas y en diferentes grados, pero comúnmente estos niños sienten sobre todo desconfianza, inseguridad y temor; falta de referencia y de criterio, dificultad de discernimiento de los valores, confusión entre lo material y lo espiritual (por desconocimiento de esto último); falta de autoestima, tendencia a perjudicarse a sí mismos por agradar a los demás, y dificultad para proyectar afecto a su vez. En el futuro difícilmente estará a gusto con alguien en forma duradera, pero al mismo tiempo también estará a disgusto en soledad. La persona satisfecha de cariño en su niñez aprende a quererse y a tenerse siempre a sí mismo en el futuro, y a no sentir soledad aunque aparentemente esté solo, porque nunca está sólo; siempre está consigo mismo.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.
Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.
 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.
Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.
Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.  

domingo, 16 de julio de 2017

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LOS BERRINCHES DE LOS NIÑOS


Todos los que han sido padres y madres lo han sufrido, y los que no lo han sido, lo han visto en sobrinos, hermanos menores, hijos de amigos, etc. Hay una etapa de la niñez, normalmente entre los dos y los cinco años de edad, en la que los niños suelen ser enormemente caprichosos y tiranos, y son capaces de protagonizar enormes berrinches con tal de que cada uno de sus antojos sea satisfecho. Ya son capaces de distinguir y elegir lo que les gusta, pero aún no tienen criterio alguno ni capacidad de razonar, y están acostumbrados a ser siempre o casi siempre satisfechos y sobresatisfechos en sus caprichos, porque, no nos engañemos, en los dos primeros años de vida se les consiente prácticamente todo.

Con ello, llegan a esta edad crítica, característica también por su enorme egocentrismo, que frecuentemente ha sido también fomentado por los propios padres y familiares desde que nació “el rey (reina) de la casa”, sabiéndose con un derecho tirano e irrenunciable a que se haga por ellos cuanto se les antoje. Como los padres saben que en algún momento tienen que empezar a poner límites, y si no lo saben lo empiezan a comprender en esta etapa en que los antojos empiezan a volverse realmente inconvenientes, molestos y fuera de lugar, la actitud de los padres de empezar a negarles cosas resulta sorprendente y muy frustrante para los pequeños, y recurren a protestar en forma de berrinche. Y si no son atendidos, hacen el berrinche más fuerte.

Al mismo tiempo descubren que su berrinche resulta realmente molesto para los padres, con lo que los pequeños lo usan no solo ya como protesta, sino como chantaje (o me dan lo que quiero, o hago un berrinche). Y no solo eso; antes o después descubren también que su berrinche es particularmente molesto e incómodo en público, y se aprovechan de ello. A nadie le es extraño la imagen de un niño de esa edad, con sus padres en el súper, que quiere una bolsa de dulces, por ejemplo. Como los padres le dicen que no, el niño empieza su berrinche. Si los padres no le hacen caso, se tira al suelo pataleando, llorando y gritando más fuerte. Los padres se sienten incomodísimos y avergonzados porque las demás personas voltean a ver, molestas.

Ante esta situación los padres actúan normalmente de tres maneras diferentes. Unos padres pelean con el hijo a base de nalgadas y gritos, haciendo aún más grande el escándalo. Otros, los más cómodos, finalmente acceden al capricho del hijo, para que cese en su berrinche. Y otros levantan al hijo y lo sacan rápidamente del súper para evitar el espectáculo. Obviamente, las dos primeras actitudes son equivocadas. Dependiendo en qué circunstancias, ésta última podría ser una solución aceptable, pero solo desde el punto de vista social, que no educativo, porque de todos modos el niño ha aprendido que ha sido capaz de incomodar mucho a sus padres, y por tanto, lo volverá a hacer. No ha aprendido nada.

¿Entonces? Entonces, desde el punto de vista educativo la solución, incluso en público, es dejar que el niño haga su berrinche y permanecer impasible, como si nada estuviera pasando. ¿Y si es en el súper? Pues lo mismo. Sí, ya sé, es bastante incómodo, porque los demás voltean a ver molestos. Pero es que la paternidad no es un oficio para comodones, sino para personas responsables. Uno no puede ser padre o madre en función de lo que digan los demás, sino en función de lo que es mejor para nuestros hijos. Las demás personas probablemente han pasado por la misma dificultad, y deberían tener cierta empatía, y si no, es su problema. Además, actuando de forma correcta, esto puede que no vuelva a pasar, o solo una vez más.

Cuando el niño ha visto que con su gran rabieta en el súper no ha conseguido nada, ni siquiera alterar a sus padres, empieza a comprender que está perdiendo la batalla, y empieza a reconocer la autoridad y la firmeza de sus progenitores para guiar su educación. Más tarde, ya en la casa, se le dice lo mal que hizo, que no consiguió nada con ello, y que si lo vuelve a hacer ya no se le volverá a llevar al súper. Probablemente ya no lo vuelva a hacer, y si lo hace de nuevo, cumpla su palabra, no más súper por un tiempo, hasta que merezca confianza para volver a llevarlo. Lo dicho anteriormente puede hacerse en el súper, o en el parque. Si usted planea ir a un concierto de piano, simplemente es mejor que no lleve a su pequeño. Experimente solo en espacios públicos populares.
Los berrinches a esta edad no son preocupantes, sino la cosa más normal del mundo. Son parte del proceso educativo, tanto de ellos en su maduración, como de nosotros mismos como padres. El ser la cosa más normal del mundo no significa que no nos preocupemos en absoluto y no hagamos nada. Es como una curva en la carretera, que es la cosa más normal del mundo, pero requiere que usted mueva el timón de su vehículo, porque si no, las consecuencias no serán buenas. Si desde antes de llegar a los dos años de edad ya se les ha empezado a poner límites a los hijos, y a enseñar lo que significa la palabra NO (palabra tabú en nuestra cultura), probablemente será más fácil y corta de manejar esta etapa de lo berrinches. Si habiendo cumplido los cinco años de edad el problema continúa, es que algo no se ha hecho bien.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.
Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.
 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.
Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.
Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

lunes, 12 de junio de 2017

Hoy 12 de junio se celebra el Día Mundial contra el Trabajo Infantil

Por Compartiendo mi Opinión
En 2002 la Organización Internacional del Trabajo (OIT) instituyó el 12 de junio Día Mundial contra el Trabajo Infantil. 

La Conferencia de Ámsterdam de 1997 sobre la lucha contra las formas más intolerables del trabajo infantil y la Conferencia Internacional de Oslo sobre el Trabajo Infantil de 1997, señalaron la atención a la urgente necesidad de una acción mundial concertada para poner fin al trabajo infantil, al instar a que se amplíe la recopilación de información, estadísticas e investigación empírica que ayudaría a informar esta acción. 

En el mundo, un gran número de niños están involucrados en trabajo doméstico remunerado o no remunerado en el hogar de un tercero o empleador. 

Estos niños son particularmente vulnerables a la explotación. El trabajo que realizan a menudo está oculto a los ojos del público, ya que estos niños puede que se encuentren aislados o trabajen muy lejos del hogar familiar. 

Las historias de abuso de niños involucrados en trabajo doméstico son muy comunes. En el Día mundial contra el trabajo infantil se hace un llamamiento en favor de:

• la realización de reformas legislativas y la aplicación de políticas que garanticen la eliminación del trabajo infantil en el trabajo doméstico, y el establecimiento de condiciones de trabajo decente, así como la protección adecuada para los jóvenes trabajadores domésticos por encima de la edad mínima legal de admisión al empleo.

• a ratificación por los Estados Miembros del Convenio de la OIT núm. 189 sobre el trabajo decente para las trabajadoras y los trabajadores domésticos y su aplicación junto con los Convenios relativos al trabajo infantil (Convenio núm. 138 sobre la edad mínima de admisión al empleo y el Convenio núm. 182 sobre las peores formas de trabajo infantil).

• la toma de medidas para promover el movimiento mundial contra el trabajo infantil y fortalecer la capacidad de las organizaciones de trabajadoras y trabajadores domésticos para abordar la cuestión del trabajo infantil.

En el mundo, más de 1500 millones de personas viven en países afectados por conflictos, la violencia o la inestabilidad. Además, cada año, alrededor de 200 millones de personas son víctimas de catástrofes naturales, un tercio de las cuales son niños. Una proporción importante de los 168 millones de niños víctimas del trabajo infantil viven en esas zonas. Por ese motivo, este año nos centramos en abordar el efecto de los conflictos y los desastres naturales en el trabajo infantil.

En general, estas situaciones extremas tienen un efecto devastador en la vida de las personas: mueren, resultan mutiladas y heridas, se ven obligadas a abandonar sus hogares, se destruyen sus medios de subsistencia, se les aboca a la pobreza y el hambre, y se violan sus derechos humanos. Los niños suelen ser las primeras víctimas, al destruir las escuelas y los servicios básicos. Los menores desplazados o refugiados en otros países son particularmente vulnerables a la trata y al trabajo infantil.

Es necesario adoptar medidas urgentes para combatir el trabajo infantil en las zonas afectadas por los conflictos y los desastres. De hecho, la Meta 7 del Objetivo de Desarrollo Sostenible Nº8 tiene por objeto «asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados, y, a más tardar en 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas». Juntos debemos intensificar y acelerar los esfuerzos para erradicar esta práctica, incluso en las zonas afectadas por los conflictos y los desastres.

sábado, 4 de marzo de 2017

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LA TELEVISION Y LA SEXUALIDAD DE LOS ADOLESCENTES

Científicos del Instituto Pacífico de Investigación y Evaluación de EEUU, han elaborado una investigación que estudia la influencia del contenido erótico y sexual de la televisión en la conducta sexual de los adolescentes. En realidad, ya ha habido anteriormente bastantes estudios de este tipo; sin embargo, muy pocos abordan el tema desde la perspectiva en que éste lo hace, es decir, añadiendo un elemento fundamental, la actitud de los padres al respecto.

Y es que no es ningún secreto que dicho contenido en la televisión predispone a los adolescentes a conductas sexuales más precoces, más promiscuas, y con escasa idea de los riesgos que conllevan las relaciones sexuales inmaduras para la salud física y psicológica de los adolescentes, por no hablar del riesgo de embarazo indeseado, temas todos ellos que casi nunca aparecen en el contenido televisivo. En otras palabras, la televisión transmite una falsa idea de “placer sin riesgo” que los adolescentes muchas veces no saben interpretar adecuadamente.

Y ante ello, ¿qué recursos tienen los adolescentes para protegerse de dicha influencia y de sus riesgos? Solo cabe una respuesta: los padres. Por ello es que la actitud e intervención de los padres es fundamental. Y eso es lo interesante de este estudio, que analiza el comportamiento sexual de los adolescentes respecto a la televisión según la forma en cómo los padres hayan manejado la situación. ¿Por qué es interesante esto? Pues porque aunque los padres casi siempre sabemos que este tipo de contenidos en la televisión puede afectar su comportamiento, muy pocas veces saben cómo manejar adecuadamente la situación. De hecho, la educación de la sexualidad de nuestros hijos sigue envuelta en tabú.

En el estudio se manejan tres formas de abordar el tema con los hijos: la instructiva, en la que los padres orientan a los hijos sobre dichos contenidos, y cómo interpretarlos; la restrictiva, en la que los padres ponen limitaciones en las horas y contenidos que el adolescente ve televisión, y la compartida, en que el contenido de la televisión se ve “en familia”. Las tres formas muestran un mejor comportamiento sexual de los adolescentes en el futuro que cuando no hay ninguna intervención de los padres. Ello prueba que la intervención de los padres es fundamental.

Dentro de los diferentes tipos de intervención, la restrictiva es la que muestra resultados menos favorables, y tiene sentido. A los adolescentes se les restringe, pero no se les enseña. Y, en todo caso, la restricción es solo relativa. Hoy día la exposición a cualquier tipo de contenido está en todas partes; no solo en televisión; y es imposible para los padres controlar toda esta exposición. Tanto la intervención instructiva, como la compartida, muestran mejores resultados. 

Enseñar por anticipado la sexualidad de forma natural y sin tabúes proporciona los mejores resultados. No tiene que ser una lección magistral; más bien al contrario, debe ser una instrucción interactiva. ¿Y cómo provocarla? Porque normalmente a los padres les cuesta mucho iniciar dicho tipo de conversaciones. Pues de forma natural viendo en televisión dichos contenidos conjuntamente, incluso desde la pre adolescencia. De este modo estamos eliminando el tabú y creando un ambiente de naturalidad. De este modo también los padres detectan cuándo los hijos empiezan a mostrar particular interés e inquietudes a cerca de dichos contenidos. Al hacerles comentarios sobre dicho tema, evitaremos juicios radicales, es decir, “esto es malo, o esto es bueno, o es pecado”.
Expliquemos simplemente que es natural a cierta edad ese tipo de inquietudes, pero que conlleva múltiples riesgos, especialmente si se manejan a demasiada velocidad y de forma inmadura. Debemos hablar de todos los riesgos que conlleva, y como prevenirlos, pero, sobre todo, transmitir la idea de naturalidad en la sexualidad, al mismo tiempo que calma y tranquilidad. La sexualidad no es una competencia por ver quien llega antes; es como un vaso de deliciosa bebida que no tiene que beberse de un trago, sino disfrutar sorbito a sorbito en su momento.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.