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sábado, 5 de diciembre de 2020

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: TIENES RECUERDOS VIVIDOS O PADECES AFANTASIA

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos


Si una enfermedad afecta entre un 2 y un 5 por ciento de la población mundial, debería encender una luz de alerta. Sin embargo, no ocurre eso con la afantasía, un mal que se caracteriza por no poder crear imágenes en la mente y que es casi desconocida para el gran público.

La poca información y la poca divulgación por parte de la comunidad científica quizás se deba  a que no es una enfermedad que provoca la muerte, pero que sí puede generar trastornos mentales. 

 

Por lo general, nuestros recuerdos vienen acompañados de imágenes que vemos de forma natural al recordar cualquier hecho, cosa o persona. Pero en el caso de las personas que padecen afantasía es imposible. Por este motivo, les cuesta realizar descripciones, ya que estas las deben hacer de memoria y sin la ayuda de la visualización cerebral.

 

"La afantasía desafía algunas de nuestras suposiciones más básicas sobre la mente humana", explica Alexei Dawes, de la Escuela de Psicología de la Universidad de Nueva Gales del Sur, Australia. "La mayoría de nosotros asumimos que la imaginación visual es algo que todo el mundo tiene, algo fundamental para la forma en que vemos y nos movemos por el mundo. Pero, ¿qué significa tener una 'mente ciega' para los viajes mentales que hacemos cada día cuando imaginamos, recordamos, sentimos y soñamos?".

 

El mismísimo Dawnes, ansioso por explorar ese universo sin imágenes, condujo un estudio que ha sido publicado recientemente en la revista Scientific Reports y que refleja resultados sorprendentes. Encuestaron a más de 250 personas que sufren esta condición y se concluyó que no solo está asociada con la ausencia de imágenes visuales, sino también con un patrón generalizado de cambios en otros procesos cognitivos importantes. Las personas con afantasía reportaron una reducida habilidad para recordar el pasado, imaginar el futuro, e incluso soñar. 

 

Los participantes del estudio completaron una serie de cuestionarios sobre temas como la fuerza de las imágenes y la memoria. Los resultados se compararon con las respuestas de 400 personas de control independientes. Se pidió a los participantes que recordaran una escena de su vida y que calificaran la vivacidad utilizando una escala de cinco puntos, en la que uno indicaba "Ninguna imagen en absoluto, solo 'sé' que estoy recordando la memoria", y cinco era "Perfectamente claro y tan vívido como la visión normal". 

 

Mientras que las personas con afantasía no habrían podido imaginar una puesta de sol, muchos podrían haber imaginado la sensación de arena entre los dedos de los pies, o el sonido de las gaviotas y las olas chocando.  Sin embargo, el 26 por ciento de los participantes en el estudio afantástico registraron una falta más amplia de imágenes multisensoriales, incluidas las imágenes de sonido, tacto, movimiento, sabor, olor y emoción. 

 

Además, los individuos con afantasía también experimentaron recuerdos menos vívidos de su pasado y reportaron una capacidad significativamente menor para recordar eventos de vidas pasadas en general. Importante: no confundir con el Mal de Alzheimer, donde el enfermo no recuerda. En la afantasía, los recuerdos no tienen el color y la viveza de todos los sentidos.

 

Otra de las razones por las cuales se habla muy poco de esta patología es la falta de información. De hecho, este es uno de los primeros estudios sobre la enfermedad. Es probable que las personas que lo padecen no se den cuenta de ello o no le darán una importancia extrema. A menos que su afantasía sea de las más profundas, ya que hay distintos grados de la misma. En el caso de que el paciente sea consciente del problema, produce una profunda tristeza que puede llegar a la depresión. Si, como mínimo hay un 2% de la población que sufre este mal, quiere decir que al menos hay 150 millones de personas que lo padecen. ¿Y si eres uno de ellos? La respuesta está escondida en tu mente.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 21 de noviembre de 2020

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EL NARCISO EN MI : SELFIES

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos



Un teléfono inteligente. Una locación. Una pose. Un click, una ráfaga de fotos. Un par de filtros, una aprobación, y a las redes…

 

Ese, básicamente, es el proceso completo de una selfie. Una palabra que irrumpió con fuerza en nuestro vocabulario y que grafica la acción de tomarnos un autorretrato.  

 

Casi nadie puede resistirse a la tentación de las selfies. En España se le llama postureo, es una forma de promocionar y reconfirmarnos a nosotros mismos que somos personas atractivas, especiales, que llamamos la atención y que gustamos. Además, gracias a las redes sociales, hay una manera de medir y comparar esa aceptación y es en forma de likes.

 

Una buena cantidad de ellos nos pueden cambiar el humor. Una mala cantidad nos puede sumir en la depresión...

 

Cuando estamos de viaje buscamos la selfie más atrevida, incluso a veces arriesgando la vida, como múltiples casos de personas -278 hasta el año 2018- que han muerto al caerse de acantilados, balcones o ser atropelladas en su afán de la foto perfecta. Todo porque sabemos que una buena foto generará además comentarios como “qué bien”, “qué suerte” o “qué belleza” que nos provocan una sensación agradable. El resto del tiempo podemos ser simples mortales, pero nos hemos anotado un gol.

 

Quizás haya que aclarar que esto no es nuevo, es tan viejo como la naturaleza humana. De hecho, la vanidad es uno de los siete pecados capitales. Sin embargo, gracias a la tecnología ahora es muy fácil lograr que nos mire una cantidad considerablemente más grande que antes.

 

Todo está hecho para que luzcamos mejor. Los nuevos teléfonos, con sus maravillosos lentes y filtros, nos permiten además controlar nuestra imagen mejor que antes y publicamos lo que deseamos, lo que nos agrada y nos hace sentir gloriosos. Las selfies son el complemento perfecto del espejo. 

 

De esa ráfaga de fotos elegimos la mejor, le agregamos filtros y, de ser necesario, le quitamos arrugas o expresiones no deseadas hasta lograr la “perfección”.

 

Esto es el colmo de la vanidad. En artistas o gente de los medios podría justificarse, pero ellos llegan a abusar, creando expectativas falsas y que desmoralizan aún más a los mortales de a pie, quienes también pueden utilizar estos mecanismos para mejorarnos. Son síntomas de superficialidad en la que vivimos. Se valoran las mejoras externas y cada vez nos preocupamos menos de mejorar internamente: en conocimientos, en valores o calidad de seres humanos. Nos hemos vuelto más frívolos.

 

Existe una pieza de humor gráfico -algunas la llaman meme- que retrata a la perfección la compulsión por las selfies. Muestran una foto del astronauta Neil Armstrong y dice “Fue a la Luna y tomó cinco fotos”. Le sigue otra de una jovencita con la leyenda: “Fue al baño y tomó 36 fotos”. Aunque parezca increíble, a esa patología la llaman “selfitis”, aunque la Asociación Americana de Psicología (APA)  no la reconoce como una enfermedad.  

 

Sin embargo, un estudio publicado en la International Journal of Mental Health and Addiction en la que los investigadores Janarthanan Balakrishnan (Escuela de Administración Thiagarajan, India) y Mark Griffiths (Universidad Nottingham Trent) concluyen que “el deseo obsesivo compulsivo de tomarse fotos y publicarlas en las redes sociales es una manera de compensar la falta de autoestima y llenar un vacío en la intimidad”.

 

La obsesión por las selfies y el culto a la imagen nos hace vulnerables, pero también dificulta más las relaciones humanas verdaderas, el ser y aceptarnos tal como somos. Demostrar que si queremos mejorar, debemos esforzarnos desde adentro, con tenacidad y no solamente aparentando muchas veces lo que no somos.

 

Algo importante: queremos vernos bien no solo por autocomplacencia, ya que ésta se queda corta si no la compartimos. ¿De qué sirve tener zapatos bonitos, autos lujos, maquillajes, viajes exóticos si no podemos hacer que se entere el mundo?


Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 10 de octubre de 2020

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: IDENTIDAD: COMO SE FORJA



Varias veces me han preguntado por la identidad, sobre todo si ésta ya viene incorporada a nosotros y es inalterable o, por lo contrario, si la vamos construyendo en el camino. Definitivamente, nuestra identidad cambia y se va modelando con todas las interacciones que realizamos con el ambiente, con otras personas y con todo aquello que introducimos en nuestras mentes. Por eso, al final, termina siendo un rasgo único, un sello inequívoco que nos identifica.  

Una cosa somos al nacer, y otra en lo que devenimos… Ya lo explicaba el escritor colombiano Gabriel García Márquez: “Sus madres los alumbran: la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez, a modelarse, a transformarse, a interrogarse (a veces sin respuesta) a preguntarse para qué diablos han llegado a la tierra y qué deben hacer en ella.”

Sin duda que una persona que está aislada será menos flexible de mente que alguien que explora más el mundo. Es así como lo que se aprende en la enseñanza formal de cada país incidirá en el crecimiento de la identidad tanto individual como social. 

Sin embargo, otros factores -especialmente culturales- acabarán cincelando nuestra identidad particular hasta convertirla en única. “Nadie puede bañarse dos veces en el mismo río. El río fluye constantemente y nosotros cambiamos inevitablemente con él”, escribió Heráclito. 

Es evidente que influye pertenecer a una determinada etnia o grupo socio-cultural, al menos en el aspecto nuclear. Porque si un individuo de una etnia es criado y crecido en un ámbito diferente, irá forjando su identidad como un nuevo producto híbrido entre su cultura original y la cultura social en la que está inmerso. 

No es lo mismo un paquistaní que nunca ha salido de Karachi a otro connacional que se crió y estudió en Inglaterra. Tampoco será igual la identidad de un salvadoreño que vive en una zona rural a la de otro que decidió emigrar y que ha vivido fuera de su país por más de una década. 

Como individuos podemos tener una identidad individual, que será regulada por la identidad social imperante en donde nos encontramos. Por ejemplo, en la cultura latina no se ve tan mal conducir en estado de ebriedad. Sin embargo, en otros países es altamente penalizado ya que se considera que un ebrio al volante es una potencial arma de destrucción. Por eso a los latinos les cuesta entender que en países sajones esto sea una grave infracción.

Eso sí, los latinoamericanos tenemos un sentido fuerte de pertenencia. Pero en países pequeños como el nuestro, en donde los gobiernos no se han preocupado de hacer crecer este sentido de pertenencia de manera adecuada, puede que sea menor. Por ejemplo, a los salvadoreños les será más fácil aclimatarse a otras nacionalidades con un arraigo más fuerte. Podemos sufrir también una crisis de identidad, y dependerá de nosotros que imitemos o rechacemos esos aspectos de nuestra identidad original. La identidad es mucho más un carnet, un pasaporte o un DUI que contiene los datos personales. Somos lo que representamos. Ni más ni menos que nuestro ADN.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades. 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 4 de abril de 2020

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EL HUMOR Y LA CAPACIDAD DE RESILIENCIA


Al mal tiempo, buena cara.

La crisis que ha provocado la pandemia del Coronavirus, en la mayoría de los casos acompañado de una cuarentena fastidiosa, se puede afrontar de varias maneras, pero la mejor es hacerla con humor.

La risa nos ayuda siempre en momentos de tensión, ya que libera endorfinas y cambia el esquema negativo de las situaciones que afrontamos, llevando dosis de esperanza, relajación y catarsis. Además, como si fuera poco, la risa disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

El humor tiene efectos terapéuticos comprobados.

Incluso en las consultas de Salud Mental, el terapeuta debe ser jovial y esperanzador, aunque no iluso ante las situaciones.

Con los niños, el juego saca en la acción los temores que pueden sentir. Por eso se recomienda utilizar los juguetes para recrear lo que ocurre y sacar adelante el espíritu de lucha y esperanza. Eso vale incluso para los ancianos: la esperanza está allí, solo falta que la saquemos.

Ahora que está de moda la palabra resiliencia, esa capacidad que tienen algunos seres humanos para adaptarse positivamente a las situaciones adversas, vale aclarar algo: entre las principales características de las personas resilientes está su sentido del humor.

Si alguien puede reírse de sí mismo y hacer bromas sobre la adversidad, sin dudas tendrá más facilidad para afrontar los problemas que alguien sin sentido del humor.

La clave es ver la realidad sin perder el buen humor, sin pretender usarlo como recurso para evadir la situación. Al contrario, nos ayuda a entenderla. Hay que ver el lado optimista de las cosas a través del humor, pero humor del bueno: ni grosero ni negro. Hasta nuestros errores, que todos cometemos, pueden verse desde el lado positivo y reírnos de ellos.

Sigmund Freud atribuyó a las carcajadas el poder de liberar al organismo de energía negativa. Por lo tanto, atrévase a contar chistes y a ser jovial en estas situaciones, a pesar de todo. Incluso compartir memes, si estos no salen de tono, puede ayudar a arrancar una sonrisa, y eso tiene un valor inmenso en estos tiempos duros.  

Baile, cante, juegue con sus hijos, con las mascotas, lea, vea comedias, siga en redes sociales cuentas divertidas… Todo sirve. Póngase al frente al espejo y trate de reír a carcajadas hasta que estas salgan de verdad. A una crisis, entre otras cosas, se la enfrenta con la mejor disposición.

El envejecer o las crisis  no deben ser motivo de perder el humor. Muévase, ría y piense que mañana hará un día mejor. La risa es contagiosa, y también mucho más benévola que cualquier virus.
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

sábado, 9 de noviembre de 2019

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: PECAR DE LISTOS


Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Hace unos días se publicó en Europa un libro revelador.

Se trata de La Trampa de la Inteligencia, donde el periodista David Robson plantea una teoría interesante: las personas inteligentes no sólo son tan propensas a cometer errores como el resto, sino que incluso pueden ser más susceptibles a ellos.

Robson comparte casos históricos que tienen como protagonistas a mentes brillantes como Albert Einstein y Steve Jobs, para explorar por qué fallamos al comprender nuestra inteligencia.

Conclusión: las mentes más brillantes y las organizaciones mejor estructuradas pueden ir en contra de sus propios intereses.

Para empezar, no todos aquellos etiquetados como “inteligentes” en verdad lo son. La mayoría de las personas se creen inteligentes, pero es más un ejercicio de autoestima que otra cosa. En realidad no lo son, aunque su familia y su entorno están convencidos de ello. Tener buenas calificaciones no necesariamente es un indicativo de ello, ya que a veces muchos alumnos simplemente pasan porque la principal motivación de los institutos educativos es llenar las aulas y cobrar las cuotas mensuales. 

Sin embargo, no todos son así. Existen personas realmente inteligentes, aquellas que captan fácilmente las cosas y destacan sin mayor esfuerzo. También están los inteligentes que saben que siempre hay algo más que aprender, que no se consideran sabios ni sabelotodos, por lo que hacen esfuerzos por mantenerse al día siempre. Y, en otro grupo, un número aún mayor de vivos o vivianes, como se les llama coloquialmente. También hay que mencionar que la mayoría de las veces no se es eficiente y brillante en todo, sino que hay diferentes tipos de inteligencia.

La inteligencia acarrea un gran peligro, sobre todo si no se la usa correctamente. Molière decía que “un tonto ilustrado es más tonto que un tonto ignorante”. El filósofo René Descartes, a quien citan en el mencionado libro, escribió: “Las mentes más grandes son capaces de los vicios más grandes y de las virtudes más grandes; los que avanzan, aunque lo hagan muy lentamente, pueden ir más lejos si siempre siguen el camino correcto, que los que tienen demasiada prisa y se desvían de él”.

Dichos conceptos ayudan a explicar por qué a veces las personas inteligentes actúan de forma estúpida. En general, todas las diferentes inteligencias que he mencionado sienten excesiva confianza en su brillantez y consideran poco las ofertas, ideas, tratos o conductas que no son del todo las más adecuadas. A veces no se permiten dudar, otras es solo cuestión de soberbia pero mayormente lo que ocurre es que están tan absortos en sus ideas que más que subestimar no se enteran de nada. 

En su libro, Robson lo explica muy claro bajo un proceso psicológico al que llama razonamiento motivado. “Cuando abordamos un asunto desde un punto de vista emocional, tendemos a aplicar nuestra inteligencia de una manera parcial, que sirve a nuestras propias creencias y preconceptos. Es decir, solo buscamos evidencias que respalden nuestro punto de vista y utilizamos elaborados razonamientos para refutar cualquier crítica o desacuerdo. Y cuanto más inteligente es una persona, más fácil es crear argumentos creativos que apoyen sus propias creencias”

¿O a qué otra cosa puede atribuírsele la actitud de Steve Jobs que acabó costándole la vida? El fundador de Apple fue diagnosticado con tumor cancerígeno en el páncreas que extirpado quirúrgicamente no representaba ningún riesgo, pero Jobs decidió no operarse y se lo trató con jugos de papaya y sesiones de acupuntura. Resultado: años después murió a causa de dicho cáncer. Muchas veces los genios son incapaces de ver sus propios defectos y se dejan guiar por sus instintos.

No es fácil gestionar la inteligencia, y a veces se cae en la trampa que le da título al libro. Robson utiliza un carro para explicar su teoría: “Un carro con motor más potente te lleva más lejos y más rápido. Pero también necesita frenos, dirección y un GPS para seguir la ruta correcta. De lo contrario, podría acabar en un acantilado”. Aunque suene raro, a la inteligencia también hay que educarla.
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

sábado, 3 de agosto de 2019

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EVITE EL CRIAR TIRANOS


Por Dra. Margarita Mendoza Burgos
 

Cada vez es más frecuente escuchar términos como “niño tirano” o “niño dictador”. 

Se trata de niños que se creen el centro del universo, y que todo y todos solo tienen la tarea de complacerle y trabajar para sus caprichos. 

Son personas que no aceptan una negativa como respuesta. Arroja la comida si no le gusta algún ingrediente, rechaza la ropa si no le gusta y hasta escupe una bebida si no es de su agrado… Sin embargo, detrás de él están los que alimentan esa actitud: Los padres, que lo tratan como si el sol saliese cuando él lo ordena. 

Criar a alguien bajo esos parámetros, dándole tanto poder, puede ser muy peligroso, por eso también se le conoce como “Síndrome del Emperador”. 

No solo será un niño tirano sino también sumamente inseguro, ya que tarde o temprano chocará con una realidad: descubrirá que el mundo no gira a su alrededor como los padres le hicieron creer. Por otro lado, y por su mala conducta, es proclive de recibir maltrato de la gente que él cree le obedecerá y cumplirá sus caprichos al pie de la letra. Pero no todos serán como los padres y probablemente abuelos. 

Lo primero que necesitan los padres es aprender a decir que no, reaccionar ante la situación y empezar a corregirle y a limitar sus acciones y constantes caprichos. 

Sin embargo, en la mayoría de los casos los padres y todos los que fomentan esta conducta, piensan que es gracioso. No lo ven como algo grave y piensan que al crecer, como por arte de magia, lo malo desaparecerá. 

Por supuesto que no es así y se necesita enderezar la conducta lo antes posible. 

Si los padres intervienen, tal vez hasta los 12 años es posible corregir el rumbo. Media vez que inicie la edad de socializar con niños de su edad y al entrar a la adolescencia será mucho más difícil. Incluso llegará un momento en que se dará cuenta que los que le permitían todo le han hecho un enorme daño y utilice de forma manipulativa la culpa de estos. De hecho, en muchos casos estos niños tiranos agreden a sus padres, ya sea verbal o físicamente. 

La clave, como casi siempre, pasa por quienes los educan: es decir los padres y algunas veces los abuelos. Pero si en casa se sientan las bases correctas, es más difícil que no entren en razón. Hay algunos niños más proclives que otros, especialmente los hijos únicos, los que padecen enfermedades que a la vez pueden ser provocadas de forma inconsciente. A veces es el hermano pequeño en otras, el mayor; también puede ser adoptado, hijos de padres mayores. Las estadísticas dicen que este fenómeno se da más entre clases altas y medias, y entre niños que niñas. 

Poner límites, pocos pero claros, es fundamental, y esa es tarea de los padres. Ellos son los primeros que deben educarse. 

Como decía Napoleón: "Los hijos se educan veinte años antes de que nazcan”.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.