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sábado, 13 de octubre de 2018

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EL POR QUE DE LOS SUICIDIOS


Por Dra. Margarita Mendoza Burgos


El tema del suicidio siempre es incómodo y genera controversias, pero en pocos países es un tabú como en El Salvador. Por ser algo que no permiten las religiones, muchos prefieren evitar hablar de ello. Parece que lo único que queda es la resignación y el silencio, como si no pudiéramos hacer nada por la víctima. Antes, incluso, la Iglesia no permitía enterrar a los suicidas en los cementerios, por lo que generalmente acaba haciéndose en forma clandestina. 

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, cerca de 800,000 personas se suicidan cada año. Además, un estudio reciente demuestra que fue la segunda causa principal de defunción en el rango entre 15 a 29 años en todo el mundo. Otros detalles: más del 79% de los suicidios en todo el mundo tuvieron lugar en países de ingresos bajos y medianos. Allí figuran Polonia, Ucrania, Sudán, Bután, Zimbabwe y Bielorrusia. 

La primera interrogante a responder es qué lleva a una persona a querer quitarse la vida. A la persona le invade una extraña sensación de que ya no hay esperanza. Esto suele ir acompañado de la terminación abrupta de una relación sentimental, la muerte de un ser querido, la depresión, caída de la autoestima, una enfermedad terminal… 

En jóvenes y niños suelen ser "reacciones en cortocircuito", es decir cargadas de impulsividad. Estos suicidas aún no tienen una idea clara de que la muerte es intemporal. De alguna manera, para ellos el intento de quitarse la vida es una forma de expresar que algo no está bien, y así debemos tomarlo los adultos. Sin embargo, muchas veces logran consumarlo ya que los métodos utilizados son más agresivos, sobre todo en los varones, y no tienen una idea muy clara de la irreversibilidad. Ahora se ha puesto de moda el ahorcamiento en ambos sexos. 

Los síntomas de un suicida no son tan fáciles de detectar, pero igualmente hay algunas actitudes que pueden encender las alarmas: el cambio de humor, que dejen de hacer lo que antes les gustaba, el secretismo, el hablar mucho de la muerte, manifestaciones recurrentes sobre el deseo de no vivir, que no disfruten de las cosas rutinarias… 

El suicidio entre los adolescentes ha tenido un aumento considerable en los últimos años; pero al margen de las cifras ascendentes a nivel global, lo que más impacta es su visibilidad, que se ha multiplicado con el auge de las redes sociales. Debido a esto suelen haber más suicidios en cadena. Recientemente, el tema cobró mucha vigencia a raíz de una serie de Netflix llamada “13 reasons why”, que trata sobre una adolescente cargada de problemas que decide quitarse la vida, pero antes deja una serie de grabaciones explicando los motivos. 

Hay quienes atribuyen este incremento de suicidios entre adolescentes al bullying y la discriminación. Es uno de los factores, sin duda. Pero antes éstos también existían. Quizás las diferencia sea la solidez del núcleo familiar. La irrupción de los modernos teléfonos celulares y el poder de las redes sociales -donde se comparte los bueno y lo malo- son un factor clave para minar la armonía familiar. Y entonces, el adolescente cada vez está más solo, y con mayor riesgo de caer en compañías inapropiadas, frecuentemente compañías virtuales. 

En los círculos sociales más altos, noticias relacionadas al suicidio suelen evadirse, aunque de boca en boca termina conociéndose. En las clases humildes es más difícil ocultarlo, ya que son noticias que llevan un gran interés para la gente. El principal problema de El Salvador es que, por el mismo tabú, no existe una campaña de prevención y ayuda suficiente para el suicida. La prevención debería venir desde la niñez y a estas edades es un tema prohibido. 

Recuerdo una representación teatral en el colegio de mis hijos, sobre la obra “La casa de Bernarda Alba” en la cual el pasaje donde acontece un suicidio fue censurado por la dirección. Recuerdo también que en una ocasión estaba en una reunión de compañeras escolares y pregunté por alguien a quien apreciaba mucho. Me callaron. No se podía hablar de su muerte, y mucho menos de la forma. 
Callar, ocultar, omitir… No sirve de nada, al contrario. Lo único que ayuda es una buena campaña para persuadir a los suicidas. Muchos son reincidentes y al final acaban lográndolo luego de varios intentos. Por eso es importante actuar sobre el paciente. Existen terapias, medicamentos, se pueden mejorar las situaciones familiares, solidificar el grupo de amigos. En síntesis, todo lo que nos aleje de la soledad y nos eleve la autoestima.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
Consultas on line www.dramendozaburgos.com

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

domingo, 7 de octubre de 2018

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: PADRES ASESINOS


Por Dra. Margarita Mendoza Burgos
México, Bolivia, Argentina, Estados Unidos, Inglaterra… Si uno analiza las noticias de los últimos meses descubrirá que, indistintamente del lugar, cada vez son más los casos de filicidio en el mundo. ¿Qué es eso? Nada menos que cuando un padre o una madre asesina a sus propios hijos. 

Es inconcebible que esto pueda ocurrir, pero sucede… Y con más frecuencia de lo que muchos creen. En Inglaterra, por ejemplo, cada mes mueren tres niños a manos de sus padres. Se da, sobre todo, por venganza. Para acabar con un obstáculo, por un trastorno mental, por vergüenza… Todo individuo que comete un filicidio es, por naturaleza, un psicópta. Son seres que incluso dan excusas cuando los atrapan, pero no sienten en realidad amor por sus hijos. Es solo una forma de justificarse, pero nada justifica matar a un hijo. 

Hombres y mujeres suelen matar de forma distinta y, con frecuencia, por distintas razones. Las mujeres no recurren a la violencia física y no quieren ver sangre, aunque hay excepciones. Son más insidiosas, matan más lentamente, planifican, tienen mucha paciencia y un alto porcentaje justifica sus asesinatos, según los especialistas. 

El llamado neonaticidio se produce durante las 24 horas posteriores al parto y es cometido siempre por las madres. “Las razones son variadas y van desde la vergüenza social a la no aceptación por parte de la familia, o la falta de capacidad económica para atenderlo", explica la realizadora de un estudio publicado por la revista Forensic Science International. 

Un detalle que llama la atención es que la mayoría de los infanticidios son cometidos por personas sin aparentes problemas mentales. Eso se desprende de una investigación de Theresa Porter y Helen Gavin, que en 2010 analizó datos de 40 años y que no permite tener sospechas porque proyecta una imagen de persona trabajadora, adaptada, y no concuerda con la imagen estereotipada de una homicida. 

Sin embargo otros estudios sostienen que los padres o madres que realizan un infanticidio suelen padecer de psicopatía o sufrir un brote psicótico, además de un círculo social limitado e historial de haber sido abusados Otra investigación realizada en España concluye que el 57,4% de los 15,691 casos estudiados, el asesino fue un hombre y el 42,6,% a la mujeres. Además, el 90% de los filicidios son cometidos por los padres biológicos y sólo el 10% son perpetrados por los padrastros o madrastras. Prevenir casos de filicidio no es sencillo, pero padres con carencias afectivas y síntomas de esquizofrenia son más propensos a esto. Otro dato: según el estudio, la inteligencia de los padres asesinos estaba por debajo de la media. 

Hogares con casos de violencia familiar pueden ser un caldo de cultivo para estas situaciones. "Hay mucha gente que perdona a quien le hace daño o le quita algo que quiere y olvida, pero la mayoría de los humanos quiere justicia y venganza. Los hombres normalmente tienen una razón muy primigenia, que es vengarse de su pareja. 'Me has dejado o me vas a dejar, o me estás pidiendo el divorcio, ¿cómo puedo hacerte daño?' La forma más cruel es arrebatándole a sus hijos", opina la criminóloga Paz Velasco de la Fuente. 

Robert Hare, especialista en psicopatía, estima que un 1% de la población mundial es psicópata: "Conviven y trabajan con nosotros, son nuestras parejas, amigos, vecinos... se les ha llamado personas tóxicas o depredadores emocionales y, para conseguir lo que quieren están dispuestas a cualquier cosa. También a matar, pero hay que aclarar que, aunque se tenga un trastorno antisocial de la personalidad, lo que antes se llamaba psicopatía, no todos son crueles asesinos". No es fácil distinguirlos. 

Por otra parte, está el llamado filicidio altruista, que se da tanto en hombres como en mujeres que creen que están haciendo lo mejor para sus hijos. Dentro de esta categoría, se diferencian dos situaciones distintas: "Está el padre o la madre que no tiene ganas de seguir viviendo, sufre un episodio de depresión muy fuerte y tiene miedo de dejar a sus hijos solos, así que los asesina. Muchos especialistas lo llaman suicidio ampliado", explica la periodista Teresa Guerrero. 

En otros casos, el hijo padece una enfermedad y el progenitor cree que no va poder tener una vida digna o normalizada, así que decide acabar con su vida para que no sufra. Un caso emblemático fue el de Katharina Katit-Stäheli, una mujer suiza que en 2014 acuchilló a su bebé de 10 meses, que padecía hidrocefalia.
Tras cometer el asesinato, es bastante frecuente que el padre o la madre se suicide o lo intente, aunque muchos no lo logran. Tampoco lo consiguió Anna Mae Blessing, la anciana estadounidense de 92 años que recientemente mató a su hijo para evitar que la llevara a una residencia. Tras su fallido intento de suicidio, ha pedido que la ejecuten. Casos así terminan siendo fatales. Se puede tratar psicológicamente un caso así, pero si no hay muestras visibles de un arrepentimiento, es imposible que una terapia les ayude.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
Consultas on line
Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

sábado, 1 de septiembre de 2018

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: NUESTRA RELACION CON LA COMIDA


Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Las películas, especialmente las de Hollywood, nos han enseñado que la depresión femenina, sobre todo en mujeres entre 28 y 40 años, se combate comiendo. Y más si es sola, frente a la TV, consumiendo un enorme bote de helado o uno de grasosa comida china. La primera imagen que se nos viene a la mente seguramente es la del sufrido personaje de El Diario de Bridget Jones, siempre en problemas sentimentales.

En fin, eso no es un mito ni un cliché. En términos generales es bastante cierto. El hecho de comer nos pone  felices y lo asociamos a nuestras primeros años, cuando nuestra madre nos alimentaba y nos reconfortaba... Alguna madres, incluso, utilizan en exceso este recurso, algo que también se suele aplicar en las guarderías. Por supuesto que no es un paliativo, es simplemente un modo de pasar el mal momento.

Tampoco ayuda utilizar la comida como premio o incentivo de forma constante, para los niños. Básicamente, lo mejor es usar diferentes motivaciones como salidas, compra de algo que les agrade y el alabar el esfuerzo. A medida que crezcan y maduren, sobre todo la satisfacción personal, de culminar metas y lograr objetivos.

En otros casos, en cambio, un mal momento genera el efecto contrario: se cierra el estómago y desaparece el  apetito. Esta suele ocurrir en gente más "orgánica", menos emocionalmente asociada a la idea que comida= satisfacción y bienestar.

En el factor orgánico el organismo rechaza la acción de alimentarse en una primera etapa de un problema, ya  que dirige, toda su atención a la resolución del problema, pero si la persona asocia la comida inicialmente a confort, se dirigirá primero a llenarse de la misma. El mecanismo interno que nos lleva a comer compulsivamente en estas situaciones es: Una compensación al hecho indeseable o traumático a través de la comida.

Podemos, en cierto modo, asociar la obesidad a la tristeza o la angustia. Como decimos, si esa sensación de  soledad “se resuelve” a través de la comida, entramos en una peligrosa espiral. Porque luego vendrá la angustia ligada al aumento de peso y la tristeza subsecuente, sin que se pueda romper fácilmente ese círculo vicioso.

Se necesita una nueva educación o entrenamiento para cambiar este recurso de comer por otro más adecuado para  canalizar nuestra frustración sin sentirnos culpables luego. 

Existen terapias de modificación de conducta para esto, como si se tratara de una adicción. De hecho, para  muchos humanos la comida se vuelve una adicción.

Ese peligroso círculo vicioso puede provocar, incluso, posteriores desórdenes alimenticios en una persona,  sobretodo cuando en casa se gira alrededor de las dietas, esquemas corporales estereotipados, y además no se fomenta el ejercicio.

Además de la comida, los estados de tristeza pueden desembocar en otras adicciones como  beber en exceso, fumar, juegos de azar o la compra compulsiva de ropa, especialmente en el caso de las mujeres. Esto no hace otra cosa que alimentar el círculo vicioso, ya que probablemente la ropa no le quedará como desean y el proceso se vuelve autodestructivo.
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.