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domingo, 31 de julio de 2011

La Confianza nace en el conocimiento y se fundamenta en la verdad

Por Richard Samour*


Introducción de Compartiendo mi opinión:

Iniciamos hoy una nueva columna con el articulista Richard Samour, seminarista católico de origen salvadoreño, migueleño, como estoy seguro que le hubiese gustado que lo identificara primero.

Richard es Ingeniero en Sistemas de Computación, que varios años después de graduarse y ejercer como tal tomó la valiente decisión de iniciar una nueva carrera que espera ejercer aquí y en la eternidad “ seguidor de Dios” vayan mis respetos para él y todos los valientes que adoptan por convicción esa noble profesión.

Para los amigos lectores el objetivo de esta columna es simple y sencillamente compartir un mensaje espiritual y de ningún modo es el intentar cambiar de creencias a nadie. En Compartiendo mi opinión reafirmamos nuestra amplitud de criterio y nuestro respeto a la libertad de credo religioso y político de cada persona.

Gracias Richard por compartir tus mensajes que son tan necesarios y tan importantes en estos tiempos materiales y de tantas tribulaciones.

Bienvenido!

La Confianza nace en el conocimiento y se fundamenta en la verdad

Las escrituras de este fin de semana (XVIII DOMINGO ORDINARIO) nos envían un mensaje claro, que toda confianza debe ser puesta en los ojos maternales de Jesús, y no en ninguna persona o lo material. San Pablo en la Carta a los Romanos (8, 35. 37-39) nos dice que, “ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni el presente ni el futuro, ni los poderes de este mundo, ni lo alto ni lo bajo, ni creatura alguna podrá apartarnos del amor que nos ha manifestado Dios en Cristo Jesús.”

Investigando sobre el significado de confiar, encontré esta frase de Simón Bolívar que me pareció interesante, “La confianza ha de darnos la paz. No basta la buena fe, es preciso mostrarla, porque los hombres siempre ven y pocas veces piensan.”

Cuando hay confianza también hay paz, la paz en todas las situaciones en la vida es el mejor signo de que estamos en la verdad, cuando no hay paz, hay turbulencia no se vive en la verdad. Tanto la sicología como la sociología describen la confianza como “opinión favorable sobre algo o alguien” y en ningún momento habla de sentimientos. En otras palabras, la confianza requiere conocimiento, entendimiento y razón. Como bien dice Simón Bolívar que muchas veces los seres humanos no pensamos, y cuando no pensamos o sea cuando no razonamos nos dejamos llevar por los sentimientos y caemos en los sentimentalismos que nos alejan de la verdad de la palabra de Dios.

Y eso como bien diría San Pablo, que lo que nos separa del amor de Dios es: La ignorancia, la soberbia, el egoísmo, el odio, el rencor y la avaricia; sin embargo el amor, como la fe, la esperanza, requieren razón=conocimiento. No fuimos creados como los animalitos sin razonamiento, entonces ¿para qué pensar? Si todo debe ser regido por nuestros sentimientos.

El domingo anterior recordamos el dialogo entre Salomón y Dios, Dios le dice al Rey Salomón pídeme lo que quieres y te lo daré. Cualquiera hubiese pensado que Salomón le pediría amor, más fe o cualquier otro sentimiento o virtud porque lo material lo podría conseguir fácilmente siendo rey. Pero los sentimientos verdaderos o los valores son gracias de Dios y son dados únicamente por él por la vida santa que se lleva. Pero incluso ni eso le pidió Salomón. ¿Por qué? Aquí no es, Vaya ud a saber, aquí si sabemos. Salomón conocía claramente su vocación y sabia que la razón y el entendimiento nos llevan a la verdad, y por medio de la verdad y la razón cualquier sentimiento y virtud viene por añadidura como la confianza de la que estamos hablando.

De la misma manera el evangelio presenta a Jesús que luego de conocer de la muerte de su primo Juan, se aparta del bullicio del mundo para estar en la presencia de Dios. Pero sigue su ministerio predicando la buena nueva del evangelio: Anuncia lo bueno que es SU padre y denuncia la mentira del pecado, esa es la fórmula de la fidelidad a Dios porque se confía en EL: Anunciar y Denunciar.

Los Apóstoles están medio preocupados porque habían muchos seguidores y no habían dólares para comprar tacos o pupusas en HEB o Walmart. ¿Qué era lo más fácil para ellos? “Estamos en despoblado y empieza a oscurecer. Despide a la gente para que vayan a los caseríos y compren algo de comer.” Nuevamente la condición humana nos separa del conocimiento de Dios, se nos olvida confiar que en todo momento Dios nos suple nuestras necesidades materiales.

Al ver esa ignorancia y egoísmo en su equipo, Jesús les dice, “No hace falta que vayan. Denles ustedes de comer”. Yo re-escribiría este diálogo de otra manera, “bueno muchachos, ya que ustedes todo lo saben, tampoco confían en mí, y por eso no escuchan…hagan ustedes el milagro.” Entonces los apóstoles, ante la dureza de las palabras de Jesús despiertan y reconocen su limitación, “No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados”.

Es que a veces nos tienen que dar una cachetada para despertar de la ignorancia en que vivimos para aprender a confiar en quien es la verdad. La palabra de Dios es fuerte, es clara, es afilada como espada para que cuando entre a nuestro corazón no se desvíe hacia el lado incorrecto. Por eso a veces escogemos solo lo bonito de las escrituras, y no queremos leer lo que nos puede corregir, porque vivimos tanto en lo superficial o la mentira que hasta nos la hemos creído, y es donde le abrimos la puerta de la desconfianza a Dios y se la damos a los hombres y a las cosas.

Es así que Jesús les hace reconocer a los Apóstoles que no vivan pensando que el poder viene de ellos, que el hecho de que anden con el no significa que EL viva en ellos. Las escrituras dicen que, “No todo el que me diga: Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Mateo 7, 21-27.” Debemos entender con esto que en todo lo que hagamos, lo importante es conocer la voluntad de Dios. Como vemos en el ejemplo de Mateo, que aunque hagamos cosas para Dios, quizá no es lo que Dios quiere de nosotros. La vida nos recomienda que no debemos hacer cosas malas que parezcan buenas.

Volviendo a las escrituras, mediante el profeta Isaías, Dios nos recuerda que en la vida hay cosas más importantes que lo material, y eso no es el dinero [“Todos ustedes, los que tienen sed, vengan por agua; y los que no tienen dinero, vengan, tomen trigo y coman; tomen vino y leche sin pagar. ¿Por qué gastar el dinero en lo que no es pan y el salario, en lo que no alimenta? (55, 1-3)].

El dinero es lo que muchas veces más nos preocupa. Las escrituras nos dicen… no es el dinero, ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni el presente ni el futuro, ni los poderes de este mundo, ni lo alto ni lo bajo, ni creatura alguna, es el cuerpo y la sangre de Jesucristo lo que nunca nos debe de faltar. Por eso como católicos somos tan bendecidos que podemos recibirlo siempre en nuestro corazón cuando asistimos a misa.

Aún Jesús siendo el hijo de Dios y luego de experimentar dolor por la muerte de un familiar muy querido, se aparta de todo lo que le rodea, para que en el silencio de su oración, pueda escuchar la voz de SU padre de una manera clara y no distorsionada para hacer siempre y en todo momento su voluntad.

¿Será que Jesús no la conocía, siendo EL Dios? La mejor enseñanza es el testimonio, porque eso es lo que arrastra, el testimonio es lo que convierte. Jesús lo que predicaba lo vivía, no era tanta palabrería que nos lleva a la superficialidad y el subjetivismo que muchas veces nos desvía de lo que Dios quiere para cada uno. En el rito de la ordenación de los diáconos, el obispo le dice al candidato, “Cree el evangelio que proclamas, enseña el evangelio que proclamas y vive el evangelio que proclamas y enseñas.”

Finalmente confiar significa creer en alguien a quien no vemos, pero sabemos quién y cómo es porque lo hemos conocido y hemos aprendido de el por medio de las escrituras, escuchando su voz en el silencio de nuestra oración. Confiar nace de la razón, se fundamenta del conocimiento, y por medio del entendimiento se vive o sea se practica. “Vive la vida que proclamas y enseñas.”

* Seminarista de la Arquidiócesis de San Antonio, Texas

Iglesia de Nuestra señora de Guadalupe

13715 Riggs Road,

Helotes, TX 78023

sábado, 29 de enero de 2011

La magia del aforismo: algunos filósofos y poetas comparten sus favoritos

Agencias Noticiosas

Aunque comúnmente confundido con la máxima y el refrán, en la actualidad el aforismo ha logrado validarse como un género independiente: breve, certero, ineludible y propio del genio de un autor, son algunas de las características que lo han hecho una joya preciada dentro de la intelectualidad moderna.

Por Antonio Sotomayor

Si el ensayo y la poesía pasaran una noche de desenfreno darían a luz al aforismo. Y la luz que irradia el aforismo es tal que encandila, que encanta, que deja perplejo al lector como si ante sus ojos reposara el puro néctar del lenguaje. "La palabra cargada al máximo de sentido", como decía Ezra Pound. Un buen aforismo no sólo no se olvida, como el buen verso, sino que se instala dentro de uno y define una actitud hacia la vida.

"Aforismos: máximas mínimas", dice el filósofo español Andrés Ortiz-Osés sobre esta mixtura perfecta entre el rigor conceptual del ensayo y la nitidez evocativa de la imagen poética. Perfecta, porque, como decía Baltasar Gracián, otro grande español: "Lo bueno, si breve, dos veces bueno".

Sin embargo, a pesar de ser una mixtura, no hay medias tintas con el aforismo: o se adora o se desprecia. El aforismo, si funciona, da justo en el clavo, si no, es otra cosa. Quizá poco más que una frase.

El encanto que produce tiene que ver con lo inmensa, lo absoluta que aparece su verdad. "Se puede soportar cualquier verdad, por muy destructiva que sea, a condición de que sea total, que lleve en sí tanta vitalidad como la esperanza a la que ha sustituido", reza un famoso aforismo del maestro rumano Emile Cioran, reconocido por la vital brutalidad de sus sentencias, reforzada por la naturaleza quirúrgica propia de la concisión de este verdadero ornitorrinco de los géneros literarios.

Pero la naturaleza del aforismo, como la del ornitorrinco, es elusiva, y los esfuerzos por intentar una definición no llegan a consenso. Nadie sabe muy bien qué es un aforismo. No obstante, su nacimiento es inmemorial, antiguo. Los aforistas modernos como Cioran, Borges o Vicente Huidobro vienen de los grandes aforistas clásicos como La Rochefoucald, Lichtenberg o Nietzsche.

Y aunque la palabra "aforismo" entró a la literatura gracias a que Lichtenberg así nombró sus textos, el término se le atribuye en principio a Hipócrates, y refería a sentencias científicas que no tenían más demostración que la experiencia. Por otra parte, es difícil obviar el patente estilo aforístico de la escritura de Lao Tse en el Tao Te King, antiquísimo libro fundacional de la sabiduría china. O de las enseñanzas de Jesús en el Evangelio.

Aunque cada autor pueda acercarse más o menos a lo picaresco del refrán o a lo eterno de la máxima, es la potencia del aforismo lo que impresiona y provoca la admiración de los lectores. Si el talento no fuera más que reconocer antes o mejor que el resto cuándo lo bueno está listo, el genio aforístico sería la más clara expresión de talento. Por eso, y por ser el epígrafe por excelencia de lápidas y libros, es que se le ha tildado de género "lapidario".

Como sea, es cosa de verlo para reconocerlo, y por lo mismo presentamos a continuación las creaciones de doce notables intelectuales chilenos.

Roberto Hozven

"El imbunche empequeñece lo que toca, y apoca a quien habla de él"

"Cómo voy a confiar en nadie cuando hasta los propios dientes lo muerden a uno"

Director del doctorado en Literatura UC, doctor en Literatura.


Rafael Rubio

"Dios está en los perros. A los perros no los dejan entrar en las iglesias. Dios no está nunca en las iglesias. Quien diga lo contrario es porque es un enemigo de la fe"

"Creo en la inmortalidad del cuerpo, es decir, en la perduración de la vida en la muerte. El espíritu muere, porque no tiene cuerpo. Es por eso que no lo tocan las maldiciones de los padres de la iglesia"

Poeta, doctor en Literatura, autor de "Luz rabiosa"


Carla Cordua

"Nos apresuramos a creer que el deshonesto debería avergonzarse de sus actos, para mejor olvidarnos que si los comete ante nosotros o nos habla de ellos, es porque nos desprecia"

"De la salud y la felicidad, mientras duran decimos que las tenemos. Cuando nos dejan aprendemos que eran ellas las que nos tenían a nosotros"

"Sólo al celoso no desencanta el amor, pero no el suyo sino precisamente el de otros, el que le inspira celos"

"Pasamos de mano en mano lo que tomamos de los muertos mientras los acabamos de olvidar y nos unimos a ellos"

Filósofa. Directora de la Revista de Filosofía de la U. de Chile.


Martín Hopenhayn

"Con tacto no hay contacto"

"Escribir es un fracaso casi seguro. Dejar de escribir es un fracaso seguro"

"Un cansancio que se queja es un cansancio y medio. Una euforia que se contagia ya son dos. Un dolor que se conversa es sólo medio dolor. Un pánico que se grita es casi triple pánico.

Una palabra más y sobraría una palabra"

"Toda esperanza necesita su infierno"

Filósofo, autor de "Después del nihilismo".


Humberto Giannini

"Filósofo es aquel que está emocional e intelectualmente complicado con aquello que explica"

"Cotidiano es lo que pasa cuando (aparentemente) no pasa nada".

"Avaricia: el apetito de tener y retener lo que jamás puede llegar a ser poseído (ni las cosas ni las personas)"

Filósofo, Premio Nacional de Humanidades. Profesor emérito de la U. de Chile.


Gastón Soublette

"Cinco mil años de vanidad son suficientes para odiar la grandeza de los hombres"

"Lo perdido con el progreso, a lo ganado, no le hace el peso"

"No es que el mundo se vaya a acabar; el mundo ya se acabó. Y ese tan temible final ha sido más un hecho banal que apocalíptico"

"Nacemos con la primera inhalación, y morimos después de la última; expiramos. La más larga respiración completa contiene la totalidad de nuestra vida"

Filósofo, esteta, docente de la U. Católica.


Carlos Iturra

"Dios le da a cada corazón una cantidad exacta de latidos"

"Un hombre de palabra es lo contrario de un hombre de palabras"

"La filosofía solo sirve para saber lo que han dicho los filósofos"

"Hablar de política es eludir los temas de fondo"

"Cuanto peor sería el hombre si no ignorara la forma en que ha de morir"

Escritor. Autor de "¿La convicción o la duda?"


Darío Oses

"La felicidad, en el mundo, está mucho más desigualmente repartida que la riqueza. Para que existan unos pocos felices, tenemos que haber muchos desdichados. Hay que hacer la revolución, para que todos seamos infelices, por igual"

"De vez en cuando hay que cambiar de mujer, de Isapre, de trabajo, de Presidente. Aunque no podamos aspirar a ser felices, todavía es posible alternar las formas de ser desdichados"

Periodista, escritor. Director de Asuntos Culturales de la U. de Chile.


Fernando Lolas

"Las herramientas moldean el pensamiento".

Médico cirujano, investigador, escritor y miembro de la Academia Chilena de la Lengua.


Armando Uribe

"Doy a mi estupidez una entidad sagrada, necedad = eternidad"

"Mucho quehacer (placer) produce sueño, muchas palabras dichos necios"

"Qué manera de odiar lo que hace el que se hace pasar por Dios no siendo Dios, siendo minúsculo"

"Yo a Dios le pediría que olvide, lo que jamás ocurrirá (ver salmo 9 versículo 11)"

Abogado, Poeta. Premio Nacional de Literatura.Autor de "Nunc".


Claudio Bertoni

"Los pensamientos que no se anotan, que apenas se notan, livianos, impermanentes como nubes, fugaces como tragados por una enorme aspiradora, son los que quiero. Pasan por la bóveda del cráneo y son absorbidos por el remolino en forma de caracol del oído"

"El mundo está a punto de revelarse. Sólo le falta un pasito. Pero debemos darlo todos juntos"

"En las noches te abrazo sin darme cuenta. Dices que te volví hacia mí, que te abracé, que te besé con suavidad, los labios, las mejillas, los hombros. De día vivo haciendo listas de razones para dejarte. De noche cambio de reino: Te quiero sin darme cuenta"

Poeta y artista visual. Premio "Mejor libro del año" del CNCA.


Jorge Montealegre

"Poema de amor sin dedicatoria sirve para otra guerra"

"Más vale andar sobrio que mal acompañado"

"Lázaro no fue un piojo resucitado"

"La poesía es un arma cargada de futuro PERO a veces nos sale el tiro por la culata"

Poeta, ganador del premio Altazor.

sábado, 1 de enero de 2011

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LOS CANGREJOS

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos
Para Compartiendo mi Opinión

Cuentan que un cocinero tenía una olla pacha, llena de cangrejos, destapada; y unos pocos cangrejos en otra olla, alta y tapada. Al preguntarle sobre la paradoja, explicó que los pocos de la olla alta y tapada eran alemanes y se ayudaban hasta que salía el último, mientras que con los del montón de la olla pacha y destapada no había cuidado, porque eran salvadoreños, y en cuanto uno asomaba la cabeza, los demás se encargaban de bajarle.

Por supuesto, ni los alemanes son únicos en su forma de entender las cosas, ni nosotros tampoco en la nuestra, pero ambos son muestras elocuentes de por qué hay un primer mundo y un tercero. Es cierto que estas características culturales no son la única causa, y que hay otras circunstancias que tienden a perpetuar esos status, pero dichas circunstancias precisamente encuentran terreno fértil en las culturas.

Vivimos en un mundo cada vez más competitivo, pero si siempre nos hemos caracterizado por competir en lo pequeño, a nivel individual, y la mayoría de las veces de una forma absurda e injustificada; hoy día, ante fenómenos como el de la globalización, mantener esa táctica, tan arraigada en nuestra cultura, supone perder totalmente la referencia de cuál es la cancha de competencia, y quedar definitivamente condenados al fracaso y al subdesarrollo.

Para nuestra cultura, el simple hecho de ver ojos bonitos en cara ajena ya es motivo de competencia. Tan baja autoestima tenemos, que cuando otro destaca y tiene éxito, lo sentimos como un fracaso propio; y esa misma baja autoestima es la que hace que en vez afrontar la situación en forma positiva y tratar de superarnos para estar por encima del supuesto rival, no creamos en esa posibilidad, y manejemos la situación a la inversa, tratando de obstaculizar el éxito de los otros para que caigan por debajo de nuestro pobre nivel.

En vez de ser parte de la tripulación de un gran crucero, preferimos ser capitanes de un tronco flotando, con tal de tener un mando que ni sabemos manejar. Por ello es mucho más fácil que un salvadoreño destaque fuera del país, que dentro de él, porque se le corta la influencia negativa que la propia cultura ejerce sobre él, y se detectan y aprovechan sus valores y talentos para incorporarlos a esfuerzos que realmente miran hacia arriba sin el temor de que otros los vean competitivamente y los saboteen.

Participando en el éxito de otros se ayuda a levantar y fortalecer la imagen y credibilidad de una comunidad o país, lo que supone abrir una puerta para todo aquello que tenga su sello, con lo que todos ganan, y ganan a otro nivel más elevado que el del suelo, que es al que estamos acostumbrados. El verdadero subdesarrollo tiene fundamentos educativos y culturales; el subdesarrollo económico no es más que una consecuencia de ello.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
www.dramendozaburgos.com

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma. Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

domingo, 7 de noviembre de 2010

La lucha por alcanzar la felicidad y cómo conseguirla

Agencias Noticiosas

Desde Aristóteles, la felicidad ha desvelado al ser humano. ¿Qué la define? ¿Cómo alcanzarla?

"La felicidad es un estado de ánimo que se produce en la persona cuando cree haber alcanzado una meta deseada y buena. Tal estado propicia paz interior, un enfoque del medio positivo, al mismo tiempo que estimula a conquistar nuevas metas. Es definida como una condición interna de satisfacción y alegría".

A la luz de esta definición, que aparece en Wikipedia, parecería que el tema de la felicidad es un asunto claro y sencillo. ¡Pero qué difícil es alcanzarla!

A lo largo de la historia, el hombre ha buscado las respuestas para entender sus claves y conquistarla desde la filosofía, la religión, la economía, el esoterismo y hasta la ciencia, pero la 'pócima mágica' sigue sin ser revelada.

Lo más probable es que no exista una única fórmula para lograr lo que probablemente sea el mayor anhelo de los seres humanos, pero, lo que sí está cada vez más claro es que años y años de estudio nos dejan algunas importantes claves para avanzar en ese empecinado propósito de ser felices.

Cinco grandes expertos en el tema explican hoy los elementos centrales de sus caminos para tener una vida más feliz y plena.

Aplicar la idea budista del desinterés
Mark Epstein, psiquiatra budista.

Going to pieces without falling apart (Hacerse trizas sin desmoronarse) se llama el libro en que el destacado psiquiatra neoyorquino Mark Epstein trata el tema de la felicidad.

Budista desde hace varias décadas, este especialista en salud mental tiene la particularidad de tratar a sus pacientes enfocándose en el concepto del 'ser desinteresado', pero en un sentido positivo, es decir, en desprenderse del egoísmo y entregarse a los demás.

"El budismo -dice el especialista- pregona un tipo de felicidad distinto, que viene del dar a los demás. Se asemeja a la felicidad de una madre que no piensa en sus propios sacrificios cuando se da a sus hijos y que puede ser infeliz en muchos aspectos, pero en terminos generales es feliz porque sus hijos están bien".

"Hoy, es común que la gente se perciba como sola, amenazada, aislada, en competencia con los demás, y esta es una mirada más bien distorsionada de la realidad, porque la verdad es que somos mucho más misteriosos de lo que creemos. Por eso, seremos más felices si no nos tomamos tan en serio todo", y aquí es donde entra el desinterés positivo (selflessness): "una manera de ser feliz de manera más sustentable", dice Epstein.

Alcanzar esto -continúa- permite librarse de lo que él llama nuestras 'adicciones', o "nuestros intentos de ser felices que nos hacen infelices". "Las adicciones comienzan cuando uno intenta autogratificarse. La comida, el alcohol, las drogas, el sexo son algunas maneras de reconfortarse y si bien funcionan al principio, luego nos acostumbramos al resultado y queremos más y más para sentirnos como nos hacían sentir al comienzo. Y ahí se inicia la adicción".

"La comprensión y buen uso del selflessness budista -concluye Epstein- alivia mucho a la gente".

No vivir con el virus del afán
Carl Honoré Creador del 'Slow Movement'.


La vida del periodista británico Carl Honoré se había convertido en una verdadera carrera contra el tiempo.

"Había llegado al punto de querer comprar una colección de cuentos para niños que se leen en sólo un minuto. Y, de repente, me di cuenta de que mi adicción a la velocidad se me había salido tanto de las manos, que estaba dispuesto a acelerar el momento más valioso que podía tener: leerles una historia a mis hijos al final del día".

Y así nació una de las tendencia más comentadas del momento: el Slow Movement, o Movimiento por la lentitud.

"Una de las razones por las que muchas personas no se sienten felices hoy -dice Honoré- es porque han sido infectadas por el virus del afán". Y explica: "Tratamos permanentemente de hacer caber más y más cosas en menos y menos tiempo, lo que nos lleva a poner la cantidad antes que la calidad en una dinámica asfixiante. En otras palabras, estamos corriendo a través de nuestras vidas, en vez de vivirlas realmente".

La gente, asegura, tiende a tratar la felicidad como un un proyecto, algo en lo que se invierte tiempo, dinero y energía para lograr un resultado, pero para Honoré, la felicidad no es un fin en sí mismo. "No se puede comprar en una tienda ni bajar de un sitio web. La verdadera felicidad viene con el vivir una buena vida".

Para lograrlo, el periodista recomienda buscar un camino propio rodeándose de personas que estimulan nuestras mentes y levantan el ánimo, llenando nuestras agendas de actividades que les dan sentido a nuestras vidas, y convirtiendo cada día en una aventura.

"El secreto -dice- es vivir una vida plena". Y para ello, el primer consejo es dejar de tratar de ser feliz. Empiecen a vivir de verdad y dejen que la felicidad ocurra por sí misma".

Las cosas se pueden cambiar
Catherine Birndorf Psiquiatra


Como psiquiatra experta en mujeres, la doctora Catherine Birndorf ha tenido la oportunidad de escuchar, en su consulta de Nueva York, a miles de mujeres que se quejan de que, a pesar de tenerlo todo, no son felices.

Eso la llevó a investigar el tema en compañía de la periodista Lucy Danziger, con quien escribió y publicó The Nine Rooms of Happiness: Loving Yourself, Finding Your Purpose, and Getting Over Life's Little Imperfections: Las nueve habitaciones de la felicidad: quererse a sí misma, encontrar su propósito y pasar por encima de las pequeñas imperfecciones de la vida.

Según Birndorf, uno de los principales errores que cometen las mujeres es pensar que la felicidad puede ser un estado permanente.

"La felicidad es algo que uno puede sentir de vez en cuando, pero no siempre.

Entonces, pensar que algo anda mal en nuestars vidas porque no se es constantemente feliz no es para nada realista", dice esta psiquiatra.

Para ella la clave está en identificar los problemas que nos hacen infelices y 'atacarlos', como aprender a manejar mejor los conflictos.

"Mucha gente cree que si se lleva mal con su madre, siempre va a ser así. Pero la verdad es que si uno cambia su manera de pensar sobre ella o reflexiona sobre el tipo de relación que tienen y los problemas objetivos de la misma y sus propios errores en ella, es muy probable que esa relación cambie".

"Solucionar esas pequeñas cosas -continúa Birndorf- nos hace más felices. Y la idea principal es que la gente valore los momentos buenos, los maximice y trate de multiplicarlos.

Consejos con una base científica
Sonja Lyubomirsky Psicóloga


Sonja Lyubomirsky es una de las personas que más han investigado el tema de la felicidad en Estados Unidos. Y lo ha hecho de manera científica. Psicóloga de la Universidad de Harvard con un doctorado de Stanford y autora de La ciencia de la felicidad, ella explica que ésta tiene dos componentes.

El primero es un sentido de satisfacción en la vida, es decir, tener la sensación de que uno va progresando hacia sus metas. Y el segundo es la experiencia frecuente de emociones positivas (como la alegría, el orgullo, la curiosidad, el afecto) y lo menos frecuente posible de emociones negativas.

"Se necesitan ambos componentes para ser realmente feliz", asegura desde la Universidad de California en Riverside, donde enseña e investiga.

Según Lyubomirsky, la felicidad es en parte determinada por la genética. Explica que cada vez más estudios empíricos hechos con gemelos indican que cada persona nace con lo que llama un 'set point' de felicidad, es decir, un potencial de bienestar al que siempre se vuelve, ya sea después de un momento duro o de un gran triunfo.

El 'set point' de felicidad es muy similar al 'set point del peso'. Algunas personas cuentan con la suerte de tener una disposición a la delgadez. Aunque no se esfuercen para ello, mantienen su peso fácilmente. Otros, en cambio, tienen que poner mucho empeño para no engordar.

Las circunstancias de vida también tienen una influencia sobre nuestro bienestar. Pero esto no impide que tengamos el poder de cambiar hasta el 40 por ciento de nuestra felicidad. Para ayudar a conseguirlo, Lyubomirsky propone algunas claves.

10 claves prácticas
Maneras de hacerse la vida más grata


1. Exprese gratitud por lo que tiene.
2. Cultive el optimismo, vea el lado positivo siempre.
3. Evite pensar demasiado y compararse con otros.
4. Practique el arte de la amabilidad.
5. Nutra sus relaciones: elija un vínculo que quiera estrechar y trabaje en consolidarlo y disfrutarlo.
6. Rememore y saboree las alegrías de la vida.
7. Busque la forma de enfrentar y superar el estrés.
8. Aprenda a perdonar.
9. Practique la religión y/o espiritualidad, en cualquiera de sus formas.
10. Cuide su cuerpo haciendo ejercicio, meditando y riéndose.

Una mirada desde la filosofía
Mariano Bartolí Doctor en filosofía


Desde el inicio de los tiempos, la filosofía se ha dedicado a estudiar el tema de la felicidad. Mariano Bartolí, doctor en filosofía teorética y práctica de la Universidad de Barcelona, y experto en el tema, recuerda que el monoteísmo religioso instauró la idea de que ésta llegaba después de la muerte, pero luego, con la Ilustración surgió nuevamente la idea de que la dicha era posible en la tierra y se consolidó el humanismo. Más tarde, dice, Nietzsche promovió el concepto del gozo de la vida individual, enérgica e intensa. Pero a Bartolí le gusta más el concepto de los griegos, para quienes la idea de la felicidad no podía separarse de un sentimiento de armonía con el orden del mundo.

"La felicidad -explica- es el fin al cual tiende todo hombre. La gran reflexión filosófica está en saber que es aquello que colma el corazón humano, qué hace al hombre pleno. Y para Bartolí, "el hombre alcanza su realización cuando se da, cuando vive para algo distinto de sí mismo. Un hombre que no ama -recalca- difícilmente será feliz".

Desde esa perspectiva, este doctor en filosofía remarca que la felicidad es más difícil de alcanzar en un mundo como el actual, dominado por una cultura de satisfacción individual fuertemente asociada a la idea de que buena parte de la felicidad está en tener acceso al disfrute o posesión de cosas. Frente a lo cual anota: "Está claro que "ningún bien terrenal va a saciar completamente el corazón del hombre, porque en eso, además, hay una cierta lógica de insaciabilidad".

"Por eso -remata- estoy convencido de que la felicidad se encuentra en la medida en que uno centra su vida en otras personas. Y me atrevería a decir que lo más parecido a esa felicidad última y plena son esos momentos en familia, con amigos o con esos seres a los que uno realmente ama".

Basado en un artículo publicado por El Tiempo

miércoles, 20 de octubre de 2010

Sin importar que te motiva a cambiar de trabajo, una carta de renuncia es lo más inteligente. He aquí unos tips.

Tomado de The Wall Street Journal

Por Elizabeth Garone

La pregunta más importante que debe hacerse es qué no debería incluir, dicen los expertos. "Menos es siempre más", dice Roy Cohen, un asesor de carrera y asesor de ejecutivos. "No es el momento de poner las cosas en su sitio. Sepa que es un mundo pequeño", señala. Al irse en los mejores términos posibles, deja abierta la opción para un regreso a la compañía si las circunstancias cambian.

En vez de ventilar sus agravios con la compañía, debe tener un tono positivo desde el comienzo , dice Marilyn Puder-York, una psicóloga del área de Nueva York. Una forma de hacer esto es incluir una frase o dos al comienzo de la carta que muestre su valoración por la oportunidad que significó trabajar en la empresa y la experiencia que le ha dado.

Las pequeñas cortesías también son importantes. Esto incluye avisar de la renuncia con tiempo: un mínimo de dos semanas pero preferiblemente un mes, dice Puder-York que ha visto a personas avisar con seis meses de anticipación, algo que no recomienda. "Se pierde mucho poder y credibilidad en seis meses", explica. El día que usted preferiría que fuera su último también debería estar incluido en la carta.

Tanto Cohen como Puder-York recomiendan no enumerar las razones de la renuncia, sin importar cuan tentador parezca hacerlo. "Una vez que tomó la decisión de irse, las razones son superfluas", dice Cohen. Una opción es incluir la siguiente frase al final de su carta. "Estaría contento de analizar mis razones para renunciar así como el apoyo que puedo dar durante la transición", sugiere Puder-York.

"Redacte la carta de manera clara, directa y simple", aconseja. "Siempre debe esperar para dar alguna información adicional en una discusión verbal. La carta termina en su archivo. No sabe a dónde va a ir", recuerda.

En algunas compañías una carta formal de renuncia puede incluso no ser necesaria, dice Puder-York. Pero aún así recomienda presentar una, equiparándola con la cada vez más infrecuente carta de agradecimiento. "Es algo inteligente y respetuoso que hay que hacer y es algo amable si lo hace bien", asegura.