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martes, 17 de octubre de 2017

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: VACACIONES DE LOS NIÑOS; FIDGET SPINNER, UNA MODA PELIGROSA


Cuando en febrero del año próximo la The Toy Association anuncie en Nueva York al ganador del premio El juguete del año, no debería extrañarnos que ese galardón sea para el fidget spinner. Los Toy of the Year (TOTY), también llamados los Oscar de la industria del juguete, difícilmente ignoren este fenómeno de alto impacto durante el año 2017. Ese invento de Catherine Hettinger, una ingeniera química estadounidense, tuvo un orígen terapéutico: lo creó en 1993 cuando ella padecía miastenia gravis -una enfermedad que provoca debilidad de los músculos esqueléticos- y que no le permitía jugar con su hija.

Hettinger, que perdió la patente por no poder pagar los 400 dólares de la renovación, jamás imaginó que casi 25 años después su invención se transformaría en un negocio de miles de millones de dólares. Construido de plástico, acero u otros metales, el fidget spinner se abrió paso con su etiqueta de “juguete anti-stress”, la denominación perfecta como herramienta de marketing.

Para mí, es una moda tendiente a causar adicción, obviamente por motivos económicos. Es cierto que son relativamente baratos, pero generalmente se incentiva a utilizar varios, para hacer torres con ellos o diferentes figuras. Definitivamente crea adicción, pues además poseen un efecto hipnótico. El que los juega, queda "atrapado", hipnotizado en el movimiento y figuras de los mismos.

El ser humano no puede estar atento a más de dos cosas a la vez, y con este movimiento -aunado a la audición y visión- el niño o adolescente queda lo que vulgarmente llamamos "clavado en el juego". También está en entredicho su condición de anti-stress. Puede que en un inicio sí, pero crea adicción, no se puede parar y esto tarde o temprano generará stress o tensión, por el deseo de estar jugándolo constantemente.

El fidget spinner podría funcionar en los niños autistas que se agreden o agreden. Tampoco estoy segura, porque al quitarselos podrían tener explosiones de carácter o rabietas. No recomendaría ningún juego adictivo ni para niños ni para adultos. Es mejor enseñar relajación, meditaciones, escuchar música relajante o practicar yoga antes que "clavarse" con estos juguetes que podrían llevar a otro tipo de adicciones , ya que generan la pérdida de voluntad.

La explicación del éxito de este fenómeno mundial hay que buscarla en su efecto hipnótico. Los creadores de estos juguetes son genios de las ventas y están en constante búsqueda de juguetes o gadgets que enganchen, con el propósito de vender más y más. Incluso aquellos que ya tienen uno, quieren otro y otro… Por algo se han vendido más de 280 millones de unidades en todo el mundo. El negocio perfecto.

En algunos lugares fue simplemente una moda pasajera. Pero en Estados Unidos se ven aún bastantes. Y, lo peor de todo, para ser usados como la nana o el chupete de los niños. Me parece excelente que los hayan prohibido en algunos colegios. Yo no solamente prohibiría estos gadgets, sino todo juguete, computadora y smartphone que distraiga a los alumnos de su proceso educativo o de la sociabilización, si es en el recreo.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

domingo, 1 de octubre de 2017

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: VACACIONES DE LOS NIÑOS: TIEMPO PARA DISFRUTAR… Y DE SEGUIR APRENDIENDO


Tanto los niños como los jóvenes necesitan vacaciones, un merecido tiempo para descansar y relajarse. Ese tiempo llega con el receso escolar, aunque esto no implica necesariamente que en ese período el alumno deba dejar de aprender. Todo lo contrario, lo puede hacer de diferentes formas, pero para eso es fundamental la planificación y el rol activo de los padres, que en la mayoría de los casos seguirán trabajando mientras sus hijos están en tiempo de descanso. No todo pasa por mandarlos a un campamento de verano y olvidarse del asunto.

Los niños necesitan distracciones, sobre todo los más pequeños. A menor edad, necesita más recreaciones. A medida que el niño va creciendo, lógicamente puede soportar períodos más largos de actividad de estudio, pero siempre se recomienda un descanso, incluso a la salida del bachillerato o ya en la universidad. Por supuesto, hay carreras que permiten una pausa y otras, como Medicina o Ingeniería, que son mucho más asfixiantes. 

Nunca es saludable mentalmente desconectarse al 100% de lo académico en el tiempo de las vacaciones. Por eso es necesario implementar tareas que combinen aprendizaje con música y actividades -tanto lúdicas como educativas- pues esto estimulará para siempre el deseo de saber. Lo que se busca es lograr que el ser humano disfrute del proceso del aprendizaje, que incorpore conocimientos y que adquiera el placer del saber. 

La decisión de qué hacer con los niños en las vacaciones no debe tomarse a la ligera por parte de los padres. Si solamente los ponen a leer, a hacer números o a repasar las materias que perdieron en el año escolar podría generar una frustración grande y las vacaciones acabarían siendo una tortura.

Lo ideal es mezclar dichas tareas con actividades deportivas, musicales, baile, campamentos o salidas. Incluso si la familia no tiene presupuesto para costear esas actividades externas -generalmente relacionadas a campamentos de verano-, se pueden programar actividades en el hogar sin costo alguno: ver uno o dos de sus programas favoritos, hablar por teléfono, aprovechar la computadora y las redes sociales. Yo siempre insisto en algo: las actividades tienen que ser siempre platicadas, porque si son impuestas no funcionarán. Hay que consensuar con ellos, dependiendo de la edad.

Todo esto, por supuesto, requiere una programación de las actividades diarias y cierta supervisión de parte de los padres o algún encargado idóneo como tíos o abuelos. No se recomienda alcahuetas, ya que es contraproducente para la crianza, sobre todo si deseamos formar adultos felices que disfruten aprender y trabajar más en forma en el momento requerido.

En El Salvador la mayoría de padres tienen que trabajar en época de vacación escolar y resulta un poco difícil ponerlos en actividades donde el costo es elevado e inaccesible para muchos, sobre todo si hablamos de hijos de personas que trabajan en maquilas, en el mercado o negocios informales, por lo que, casi por obligación, tienen que trabajar y regresan a casa muy tarde. A veces no es cuestión de presupuesto sino de organización.
En mi caso personal, mis hijos estaban en dos kinders de pequeños, pues yo trabajaba mucho. Uno en horario normal y otro como especie de guardería. Claro, yo podía costearlo, pero no son todos los casos. Si se quedan en casa y solo está la empleada, hay que ver cómo se logra. La ventaja es que actualmente con la tecnología hasta puede invertir en alguna cámara o messenger para que exista la supervisión o interacción a la distancia. Es importante crear hábitos, porque a medida que el niño madure, él solo aprenderá a seguir unas normas y un sistema programado de estudios y distracción. La idea, en definitiva, es organizarles un poco la vida, algo que nos cuesta tanto a los salvadoreños.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

domingo, 6 de agosto de 2017

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LA NECESIDAD AFECTIVA EN LOS NIÑOS

Cuando pensamos en las necesidades de los niños, en lo que implica el mantenimiento de nuestros hijos, siempre pensamos en alimentación, ropa, techo y educación (no siempre). Y aunque todas ellas son necesidades básicas, tendemos a pensar que las necesidades básicas consisten en necesidades materiales que se resuelven materialmente y cuestan dinero. Incluso la educación, que no es material, sino más bien espiritual, tendemos a darle un sentido material: “La educación es necesaria para poder ganar más dinero”.

Tan poco cultivadas tenemos las necesidades espirituales que no muchas veces reparamos en otra necesidad básica en los niños, como es la necesidad afectiva. Y no significa ello que no haya muchísimas madres y no tantísimos padres (cada vez más) que den afecto a sus hijos, por supuesto, pero no es tan común que haya una clara conciencia de que lo que se está haciendo es realmente una necesidad básica. Es decir, les damos afecto por puro instinto maternal o paternal, porque nos nace, nos gusta y nos gusta cómo ellos responden, etc. Pero sin tener una clara conciencia del beneficio que ello conlleva para ellos, o los perjuicios ocasionados por la carencia de afecto.

¿Y por qué es importante esa conciencia de la necesidad que tienen de afecto? ¿Por qué no basta simplemente con dárselo por instinto? Pues porque los actos instintivos se hacen para satisfacer una necesidad personal y no la necesidad de ellos. Es decir, nosotros, madres y padres, también necesitamos darles ese afecto, sentimos esa atracción, nos complace, y por eso se lo damos. Es como un juego mutuo que nos apetece jugar, y en el ambas partes nos sentimos complacidas, especialmente cuando son pequeños. Pero los padres no siempre estamos de humor para ese juego, no siempre tenemos tiempo, no siempre estamos en disposición de ofrecerles ese cariño, particularmente cuando van dejando de ser pequeños. Hay muchos niños que incluso desde muy pequeños, prácticamente no saben lo que es el afecto.

Frecuentemente llega un momento en el que ese juego ya nos empieza a resultar no tan atractivo, o hasta aburrir un poco, y vamos dejando de practicarlo. Nos atraen más las reuniones sociales, los negocios, el trabajar más para traer más dinero a casa, y lo justificamos pensando que estamos trayendo más dinero para nuestros hijos. Y no es que sea incierto, pero con ello ya estamos convirtiendo en material una necesidad que es puramente espiritual y que no se puede satisfacer materialmente. El afecto no necesita de mucho tiempo, pero sí de presencia continua y dedicada. El beso, el abrazo, la caricia, el apapacho, el contacto físico, las palabras cariñosas… son para ellos mucho más de una muestra de que se les quiere, es una especie de super vitamina que les fortalece enormemente su auto estima, la seguridad en sí mismos, y la sensación de pertenencia a un grupo, que les protege y les guía, su propia familia.
¿Y cuáles son las consecuencias de la carencia afectiva en los niños? Pueden ser muy variadas y en diferentes grados, pero comúnmente estos niños sienten sobre todo desconfianza, inseguridad y temor; falta de referencia y de criterio, dificultad de discernimiento de los valores, confusión entre lo material y lo espiritual (por desconocimiento de esto último); falta de autoestima, tendencia a perjudicarse a sí mismos por agradar a los demás, y dificultad para proyectar afecto a su vez. En el futuro difícilmente estará a gusto con alguien en forma duradera, pero al mismo tiempo también estará a disgusto en soledad. La persona satisfecha de cariño en su niñez aprende a quererse y a tenerse siempre a sí mismo en el futuro, y a no sentir soledad aunque aparentemente esté solo, porque nunca está sólo; siempre está consigo mismo.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.
Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.
 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.
Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.
Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.  

domingo, 16 de julio de 2017

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LOS BERRINCHES DE LOS NIÑOS


Todos los que han sido padres y madres lo han sufrido, y los que no lo han sido, lo han visto en sobrinos, hermanos menores, hijos de amigos, etc. Hay una etapa de la niñez, normalmente entre los dos y los cinco años de edad, en la que los niños suelen ser enormemente caprichosos y tiranos, y son capaces de protagonizar enormes berrinches con tal de que cada uno de sus antojos sea satisfecho. Ya son capaces de distinguir y elegir lo que les gusta, pero aún no tienen criterio alguno ni capacidad de razonar, y están acostumbrados a ser siempre o casi siempre satisfechos y sobresatisfechos en sus caprichos, porque, no nos engañemos, en los dos primeros años de vida se les consiente prácticamente todo.

Con ello, llegan a esta edad crítica, característica también por su enorme egocentrismo, que frecuentemente ha sido también fomentado por los propios padres y familiares desde que nació “el rey (reina) de la casa”, sabiéndose con un derecho tirano e irrenunciable a que se haga por ellos cuanto se les antoje. Como los padres saben que en algún momento tienen que empezar a poner límites, y si no lo saben lo empiezan a comprender en esta etapa en que los antojos empiezan a volverse realmente inconvenientes, molestos y fuera de lugar, la actitud de los padres de empezar a negarles cosas resulta sorprendente y muy frustrante para los pequeños, y recurren a protestar en forma de berrinche. Y si no son atendidos, hacen el berrinche más fuerte.

Al mismo tiempo descubren que su berrinche resulta realmente molesto para los padres, con lo que los pequeños lo usan no solo ya como protesta, sino como chantaje (o me dan lo que quiero, o hago un berrinche). Y no solo eso; antes o después descubren también que su berrinche es particularmente molesto e incómodo en público, y se aprovechan de ello. A nadie le es extraño la imagen de un niño de esa edad, con sus padres en el súper, que quiere una bolsa de dulces, por ejemplo. Como los padres le dicen que no, el niño empieza su berrinche. Si los padres no le hacen caso, se tira al suelo pataleando, llorando y gritando más fuerte. Los padres se sienten incomodísimos y avergonzados porque las demás personas voltean a ver, molestas.

Ante esta situación los padres actúan normalmente de tres maneras diferentes. Unos padres pelean con el hijo a base de nalgadas y gritos, haciendo aún más grande el escándalo. Otros, los más cómodos, finalmente acceden al capricho del hijo, para que cese en su berrinche. Y otros levantan al hijo y lo sacan rápidamente del súper para evitar el espectáculo. Obviamente, las dos primeras actitudes son equivocadas. Dependiendo en qué circunstancias, ésta última podría ser una solución aceptable, pero solo desde el punto de vista social, que no educativo, porque de todos modos el niño ha aprendido que ha sido capaz de incomodar mucho a sus padres, y por tanto, lo volverá a hacer. No ha aprendido nada.

¿Entonces? Entonces, desde el punto de vista educativo la solución, incluso en público, es dejar que el niño haga su berrinche y permanecer impasible, como si nada estuviera pasando. ¿Y si es en el súper? Pues lo mismo. Sí, ya sé, es bastante incómodo, porque los demás voltean a ver molestos. Pero es que la paternidad no es un oficio para comodones, sino para personas responsables. Uno no puede ser padre o madre en función de lo que digan los demás, sino en función de lo que es mejor para nuestros hijos. Las demás personas probablemente han pasado por la misma dificultad, y deberían tener cierta empatía, y si no, es su problema. Además, actuando de forma correcta, esto puede que no vuelva a pasar, o solo una vez más.

Cuando el niño ha visto que con su gran rabieta en el súper no ha conseguido nada, ni siquiera alterar a sus padres, empieza a comprender que está perdiendo la batalla, y empieza a reconocer la autoridad y la firmeza de sus progenitores para guiar su educación. Más tarde, ya en la casa, se le dice lo mal que hizo, que no consiguió nada con ello, y que si lo vuelve a hacer ya no se le volverá a llevar al súper. Probablemente ya no lo vuelva a hacer, y si lo hace de nuevo, cumpla su palabra, no más súper por un tiempo, hasta que merezca confianza para volver a llevarlo. Lo dicho anteriormente puede hacerse en el súper, o en el parque. Si usted planea ir a un concierto de piano, simplemente es mejor que no lleve a su pequeño. Experimente solo en espacios públicos populares.
Los berrinches a esta edad no son preocupantes, sino la cosa más normal del mundo. Son parte del proceso educativo, tanto de ellos en su maduración, como de nosotros mismos como padres. El ser la cosa más normal del mundo no significa que no nos preocupemos en absoluto y no hagamos nada. Es como una curva en la carretera, que es la cosa más normal del mundo, pero requiere que usted mueva el timón de su vehículo, porque si no, las consecuencias no serán buenas. Si desde antes de llegar a los dos años de edad ya se les ha empezado a poner límites a los hijos, y a enseñar lo que significa la palabra NO (palabra tabú en nuestra cultura), probablemente será más fácil y corta de manejar esta etapa de lo berrinches. Si habiendo cumplido los cinco años de edad el problema continúa, es que algo no se ha hecho bien.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.
Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.
 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.
Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.
Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 1 de julio de 2017

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: MILLENNIALS

Este es el nombre que se da a una generación, la de aquellos nacidos, aproximadamente, en las dos últimas décadas del pasado siglo. Cada generación tiene sus características y sus valores, que, frecuentemente van más allá de ser una simple curiosidad, y trascienden y afectan en diferentes formas a la estructura social de una nación. Los millennials no son una excepción, por lo que quiero dedicar un espacio a analizar un poco cómo son, en que se diferencian de otras generaciones, y como ello puede afectar a la estructura social.

Las causas de estas características y valores frecuentemente están relacionadas con la aparición y uso de bienes de consumo que han revolucionado la forma de vivir de las personas, como sucedió con los que ahora forman la tercera edad con el automóvil y la televisión. En el caso de los millennials, es la tecnología de consumo la que determina en gran medida su forma de ser y de pensar. Me refiero a las computadoras, internet, smart phones y redes sociales. Esta generación nació sin todo esto, y en algún momento a lo largo de su niñez, adolescencia o juventud estas tecnologías aparecieron y ellos se ha integrado fácilmente a ellas. Prácticamente no existe millennial que no se haya integrado a ellas de alguna forma, independientemente de su condición social, y las utilizan literalmente para todo. Si las nuevas tecnologías desaparecieran, esta generación no sabría cómo sobrevivir.

Los millennials suelen ser más independientes y menos necesitados de la relación directa con otras personas. No necesitan la relación con gente del comercio tradicional porque compran mayormente online. No necesitan pasar tiempo con sus amistades porque sus amistades son online. No necesitan pasar tiempo con su familia porque la familia no es una prioridad, al contrario, es un estorbo para su independencia, y a esa edad, normalmente aún no se ha experimentado, o no se han dado cuenta, de que la familia es la que sigue ahí apoyando cuando otras cosas fracasan.

Los millennials suelen ser poco románticos y bastante prácticos. Separan completamente el amor de la relación sexual, de modo que son menos proclives a enamorarse y su necesidad sexual se ve satisfecha sin que el amor medie de por medio. Frecuentemente ni se enamoran, ni siquiera lo pretenden. Muchas veces la relación de pareja no es profunda, sino más bien una relación de interés sexual. Creen muy poco en el matrimonio, ni siquiera en la relación estable de pareja. Aun cuando se enamoran no buscan la trascendencia. La relación consiste en pasar un tiempo agradable juntos, dura lo que dura, y cuando se acaba, ya habrá otra.

Suelen ser más individualistas, egoístas y narcisistas, también poco comprometidos con causas sociales mientras no les afecten directamente a ellos. Suelen ser desconfiados, tanto de otras personas, como de afiliaciones políticas o religiosas. El acceso a la información que han tenido desde muy pronto les ha hecho aprender de ella lo que generaciones anteriores aprendían en carne propia antes de volverse desconfiados. Suelen tener un nivel educativo elevado, sin embargo, no necesariamente buscan que ello se traduzca en mayores ingresos. Priorizan la satisfacción con las condiciones laboral en las que están, a la remuneración económica.

Suelen ser comodones. Se dedican mucho a aquello que les gusta y nada o casi nada a tareas que no son de su agrado, como tareas domésticas, aun cuando sean necesarias. Por tanto, frecuentemente no pierden tiempo en cocinar o hacer limpieza, y el desorden de su espacio personal suele ser bastante característico. Por otro lado, suelen ser bastante francos y honestos, carentes de prejuicios, abiertos a otras ideas y tolerantes con aquello que es diferente a ellos.
Esto es simplemente una radiografía general de esta generación, sin pretender juzgar si es bueno o es malo. Puede que en algunas cosas sea peor, y en otras mejor. Simplemente es como es, y como tal debe asumirse sin pretender cambiar lo que no se puede cambiar. Somos las generaciones anteriores las que juzgamos, y lo hacemos con bastante subjetividad. Ellos, por el contrario, no juzgan. Viven la vida que quieren vivir y no pretenden cambiar la de los demás. Eso sí, acostumbrémonos desde ya a un descenso de la natalidad y renuncia al modelo tradicional de familia estructurada.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.
 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.
Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

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Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.