sábado, 3 de septiembre de 2011

Agosto fue un mes clave para la historia del mundo tecnológico

Agencias Noticiosas

El ajedrez tecnológico mundial se ha puesto al rojo vivo en un mes en el que la mayoría de los consumidores estaban de vacaciones.

Jobs dejó Apple, Google se lanzó a por Motorola Mobility Holding, HP modificó su estrategia empresarial y comercial...

La 'guerra de patentes' o la carrera entre Facebook y Google+, otros de los asuntos que han generado interés este agosto.

El carismático Steve Jobs deja Apple, Google se lanza a por Motorola Mobility Holding, HP escinde su unidad de ordenadores y abandona la batalla de las tabletas (aunque lanza una última tirada gracias a la repercusión de la noticia)... En agosto el hemisferio norte está de vacaciones, a excepción de esa mina de oro llamada Silicon Valley.

La región californiana que ha visto nacer compañías de la talla de Apple y Microsoft ha vivido un convulso mes de acuerdos, rumores, compras, denuncias y renuncias que han cambiado el tablero de ajedrez tecnológico mundial. Y es que su maquinaria nunca se relaja, sus emprendedores nunca duermen.

Todo se cuida a la hora de hacer públicas grandes noticiasTodo se cuida a la hora de hacer públicas grandes noticias: se estudian las palabras, la mejor hora del día para que el impacto en los mercados bursátiles sea positivo e incluso el reducido grupo de personas que tiene acceso a la información antes de que se difunda para evitar las filtraciones y los rumores.

Guerra Google - Microsoft, Apple y Oracle

Las sorpresas de agosto comenzaron pronto con la ya conocida como "guerra de las patentes": Google acusaba a Microsoft, Apple y Oracle de orquestar una "campaña hostil" contra Android mediante la adquisición de patentes que pudieran frenar el éxito del sistema operativo. Desde la compañía creada por Bill Gates entraban al trapo y reconocían de forma implícita el asunto. Para devolver el golpe, y de paso dejar boquiabierto a medio mundo, Google anunció la adquisición (por 12.500 millones de dólares o 8.600 millones de euros) de la división de móviles de Motorola, en una maniobra que le hace dueño de un ingente número de patentes y le abre la posibilidad de erigirse como nuevo fabricante de dispositivos móviles.

Google+ vs Facebook

Al gigante de Mountain View también le ha dado tiempo en este agosto de limar su red social, Google +, y de firmar la paz con la editorial francesa La Martinière, con quien llegó a un acuerdo para la digitalización de sus libros agotados después de haber estado enfrentados en los tribunales. Para no perder fuelle frente a las novedades de Google +, Facebook introdujo cambios para dotar al usuario de más control sobre sus contenidos, especialmente en el ámbito de quién puede acceder a cada información.

Steve Jobs y Apple

Si la maniobra de Google y Motorola apunta a una reestructuración del mercado de la telefonía móvil, y quizá a una nueva página en la historia de la televisión 'on line', los acontecimientos ocurridos en torno a Apple en las últimas semanas han puesto patas arriba el sector.

Quienes anuncian que la era post-PC ha comenzado se han apuntado un tanto con esta decisión de HPLa noticia tecnológica del verano, y probablemente del año, ha sido la renuncia de Steve Jobs. Todos mirarán ahora con lupa la evolución de la compañía de Cupertino (California) bajo las órdenes del ejecutivo Tim Cook y sin el talento de Jobs, impulsor de revolucionarios inventos.

Antes de su marcha, Apple conseguía superar en el parqué durante unos minutos a Exxon Mobil y se convertía en la empresa más valiosa del mundo en términos de capitalización bursátil. A sus buenos resultados económicos se sumaban las decisiones judiciales en Alemania, Holanda y Australia que le daban la razón en su particular afrenta con Samsung. Apple asegura que la empresa surcoreana, segundo fabricante mundial de teléfonos móviles, copia en su línea de 'smartphones' y tabletas electrónicas el diseño y funciones de los iPhone y iPad.

Cambios en HP

En un primer momento se paralizó la distribución de la tableta Galaxy Tab 10.1 en la Unión Europea, aunque luego la prohibición se limitó a Alemania. Además, un tribunal holandés ordenó detener a partir del próximo 13 de octubre la venta de tres teléfonos inteligentes. También favorecerá a la compañía de la manzana el viraje de Hewlett-Packard, que abandona la producción de las tabletas TouchPad, competidora del iPad, apenas unas semanas después de su salida al mercado.

HP, líder mundial en el mercado del PC, reconoció además este agosto que pretende desprenderse de su negocio de ordenadores para centrarse en el mercado del software. Los rumores acerca de posibles compradores no cesan y ya han salpicado a Samsung (que se apresuró a desmentirlo), Lenovo, Acer y Asus.

Quienes anuncian que la era post-PC ha comenzado se han apuntado un tanto con esta decisión de HP.

Agosto, que ya termina, ha cambiado el universo de la tecnología para siempre.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Está demasiado gruesa su billetera y no le cabe en la bolsa?

Tomado de The Wall Street Journal

Por Charles Passy

David Lat estimó que su billetera había llegado al punto de saturación cuando recientemente catalogó su contenido y se encontró con un recibo de un cajero automático de un banco de Bogotá, una tarjeta de regalo de una tienda de ropa a la que va sólo ocasionalmente y otra tarjeta de fidelización de un club que está casi seguro que le permitirá conseguir una entrada gratis para el megaplex local algunas noches durante la semana. ¡Oh!, y también había tarjetas de tránsito de no menos de cuatro ciudades de Estados Unidos. Y un pedazo de papel recordándole las dimensiones de una mesa de café que quiere para su apartamento en la ciudad de Nueva York. Y las curitas. Y un mapa en miniatura del metro. Y US$178 en efectivo, por si acaso se le ocurre ir a una tienda que no acepte una de las ocho tarjetas de crédito y débito escondidas en su protuberante billetera. El ex abogado de 36 años, ahora empresario de Internet, explica, "vivo con el miedo de estar sin lo necesario en el momento crucial".

Courtney Zbinden terminó haciendo un cálculo similar después de que esta profesional del sector editorial en Nueva York inspeccionara su cartera y descubriera tarjetas de crédito y débito para cuentas que había cerrado hacía años, por no mencionar la tarjeta de identificación de sus ya lejanos días de universidad. (Y sí, también una del instituto). ¿Su excusa? "Estoy acostumbrada a pensar que una tarjeta de plástico es algo permanente que es necesario llevar".

Más que darse cuenta, en el caso de Rob Holland el descubrimiento fue producto de una sensación física, específicamente de un dolor en su espalda. Cuando este promotor de entretenimiento de Boca Ratón, Florida, tuvo un pequeño accidente de coche hace un año, terminó cayendo con fuerza sobre su cadera, o más específicamente sobre una colección de plástico, efectivo y efectos personales efímeros de un grosor de casi 13 centímetros guardado en su bolsillo trasero. Un día después del accidente, un médico descubrió el origen de su dolor: "Tenía un moretón con la forma de mi billetera", dijo Holland.

Aquí, en la parte trasera de muchos profesionales estadounidenses, está uno de los más inesperados giros en la evolución de las finanzas personales. En un momento en el que la gente parece depender cada vez más de sus teléfonos inteligentes para todo tipo de interacciones con el mundo, la billetera —el más viejo de los artefactos de mano— se ha mantenido como un accesorio sorprendentemente imperecedero. De hecho, para muchas personas la billetera no sólo no está desapareciendo sino que está engordado, y muchos estadounidenses cargan tantas cosas en sus bolsillos que sus billeteras se han convertido en "archiveros andantes". Incluso los fabricantes de billeteras, que han estado lanzando modelos cada vez más finos durante años, parecen estar desconcertados por la tendencia. Esa billetera de dos caras gigante y gorda "es aún nuestra estrella de ventas", dice el vocero de Wilsons Leather, uno de los más antiguos especialistas de billeteras del país.

Es una historia que puede ser contada con números. Según un análisis hecho por Experian, la agencia de calificación de crédito personal, 11% de los estadounidenses tienen ocho tarjetas de crédito o más. E incluso la media de tarjetas que tiene una persona es de 3,5, según el Banco de la Reserva Federal de Boston. Además de este plástico más tradicional, ha habido una explosión de tarjetas de regalos, prepagos, débito y fidelización, algo que prácticamente no existía hace una década. El segmento de la fidelización por sí solo se ha disparado. Colectivamente los estadounidenses tienen 2.000 millones de membresías de los llamados programas de recompensas tanto de aerolíneas como de tiendas de helados de yogurt del vecindario. En 2007, había 1.300 millones de membresías. Y muchas de las tarjetas se llevan en billeteras y bolsos. "Les llamo las minicarteleras publicitarias de bolsillo", dice Kelly Hlavinka, socia gestora de Colloquy, un grupo de la industria de los programas de fidelización.

Y no olviden, por supuesto, todas las otras cosas que han estado siempre en nuestras billeteras y bolsos y parecen estar destinadas a permanecer en ellos. Concretamente, el permiso de conducir, la tarjeta del seguro, la de la biblioteca, la identificación de la oficina, la del metro y el autobús, e incluso la tarjeta de fianza ("para salir gratis de la cárcel", en cierto modo) que AAA, el club para automovilistas de EE.UU., aún proporciona a millones de sus miembros por si acaso se encuentran con problemas con los agentes de tráfico. Todo eso tiene que caber junto con las tarjetas de presentación, los mensajes de las galletas de la fortuna y otras cosas que terminan en las pequeñas ranuras de la billetera y se quedan ahí para siempre. La situación ha llegado a un punto tan absurdo que incluso Charles Moran, presidente del Consejo de Estandarización de Planificación Financiera (sí, los mismos que aconsejan a los consumidores cómo gestionar su dinero, entre otras cosas), lleva una billetera a punto de explotar que incluye cosas "tan necesarias" como un informe cardíaco antiguo. "Puedo ir con la mitad de cosas que llevo en ella", admite.

Algunos estudiantes del comportamiento humano dicen que esta tendencia, por anacrónica que parezca, no es demasiado rara después de todo. La necesidad de transportar nuestras valiosas posesiones personales en nuestra parte trasera —o en nuestros bolsillos—, podría ser incluso parte del mecanismo de la naturaleza humana que se remonta a los tiempos nómadas cuando "la casa" era la sombra del árbol más cercano o una cueva. Y cuando los tiempos son económicamente más duros, —como en la reciente crisis financiera— la tendencia a embutir y llevar se hace más pronunciada, dice el doctor Simon Rego, director de capacitación psicológica en el Centro Médico Montefiore de Nueva York. Otros ofrecen una razón menos científica. Es sólo una costumbre (como comer en exceso en la mesa de un restaurante buffet) a la que es difícil renunciar. Chris Honeycutt, consultor de computación y pastor en Hartsville, Carolina del Sur, admite que no se anima a limpiar su billetera, que en este momento contiene más de 20 tarjetas. Entre ellas, una antigua de regalo de la tienda de electrónica de consumo Best Buy que él sabe que probablemente no use, especialmente porque sólo contiene 54 centavos. ("¡Hey!", dice Honeycutt, "¡son 54 centavos!").

Uno podría pensar que en un momento en el que todo, desde la compra de alimentos hasta ir al banco, tener una cita o incluso la movilización política global se hace a través de Internet, tendríamos alternativas sin hilos a lo que llevamos en el bolsillo. Y si creemos a las relaciones públicas de los fabricantes de teléfonos inteligentes y los gigantes de Internet como Google, el día de la billetera digital está cercano. (De hecho, los consumidores en Japón usan ya sus celulares para pagar por artículos diversos como boletos de aerolíneas o latas de gaseosa). Sin embargo, en este país, el comercio sin billetera sigue siendo más una promesa que una realidad en la que no se avanza por las disputas sobre todos los aspectos de esta, desde estándares tecnológicos hasta la cuestión de cómo dividir las comisiones de las transacciones. Ninguno de los jugadores de esta industria "quiere saltar a este campo hasta que lo hagan todos", dice Kenneth P. Weiss, pionero de seguridad informática que sigue de cerca el sector de las tarjetas.

Entonces, ¿qué deben hacer los estadounidenses si no pueden ir sin sus billeteras? Una respuesta directa, dice un experto en finanzas personales, es rebajar el peso de esta a la mitad. Acarrear toda esa basura no sólo anima a los consumidores a gastar más (y sin pensarlo), sino que también complica hacer un seguimiento del gasto. "Cuantas más tarjetas se tienen, más probable es que uno se olvide de pagar alguna", dice Peter J. D'Arruda, fundador de Capital Financial Advisory Group en Cary, Carolina del Norte, que enseña a sus clientes a ser más eficientes con sus finanzas. Otra preocupación: la posibilidad del robo de la identidad. Es una cuestión que refuerza un estudio reciente sobre datos de quejas hecho por Travelers. El gran asegurador encontró que 76% de todos los casos de fraude de identidad denunciados en 2009 fue el resultado del robo de algo físico, una billetera o una tarjeta de crédito. Como contraste, sólo 9% fue debido "a una quiebra en los servicios de data o Internet".

El mejor consejo, según los expertos financieros, es encontrar un momento libre un sábado por la tarde, vaciar el contenido entero de su billetera en la alfombra del salón y hacer una purga. Los profesionales de las finanzas dicen que la inmensa mayoría de los consumidores pueden vivir con dos o tres tarjetas de crédito, elegidas en parte según sus programas de recompensa (una tarjeta, por ejemplo, que ofrece mejores millas para conseguir vuelos, otra que devuelve mejores porcentajes sobre el total de la compra de gasolina, alimentos o lo que sea que usted compre semanalmente). En cuanto a las tarjetas de fidelización, tírelas. La mayoría de las tiendas pueden identificar a un cliente con otra información como su nombre y número de teléfono. Y si su auto se rompe en la mitad de la nada y ha dejado su tarjeta de AAA en casa, no se preocupe, esta organización le atenderá la llamada y su pedido de servicio en la carretera.

¿Qué no se debe tirar? Sorprendentemente, la tarjeta de fianza, tanto si es de la AAA como si es de otro proveedor. (No hay sustituto para eso, a no ser que se llame a un amigo o familiar para que se acerque a la cárcel del condado). ¡Oh! Y una cosa más. Según un estudio hecho en 2009 por psicólogos de Edimburgo, Escocia, hay más posibilidades que se devuelva una cartera perdida si hay una foto o dos dentro de ella. La tasa de devolución era mayor (88%) para carteras que incluían la foto de un bebé. (Una de cada dos billeteras con las fotos de un perrito fueron devueltas). Quienes no tengan niños, sin embargo, no deben preocuparse. Richard Wiseman, el autor del estudio de Edimburgo, dice que es conveniente conseguir la foto "de uno de los bebés más lindos que pueda" y asegurarse de que se expone de forma prominente.

Orígenes de la inmigración latinoamericana a EEUU en los últimos 70 años. Parte final.

Tomado de AARP

Nuevos ciudadanos de Estados Unidos se preparan para jurar a la bandera en una ceremonia de naturalización de 4.000 personas en Los Ángeles, California

1986: Bajo el gobierno de Ronald Reagan se aprueba la Ley de Reforma y Control de Inmigración, la cual intenta imponer orden y medidas de control sobre el flujo migratorio hacia sus fronteras y crea avenidas de legalización de estatus para millones de inmigrantes indocumentados.

La ley sancionó el reclutar inmigrantes indocumentados, forzó a los empleadores a verificar el estatus migratorio de sus empleados y otorgó amnistía a aproximadamente 3 millones de inmigrantes que ingresaron a los Estados Unidos antes del 1 de enero de 1982 y que habían permanecido en el país desde ese entonces.

Antes de firmar el acta durante la ceremonia llevada a cabo frente a la estatua de La Libertad, Reagan dijo: “Las provisiones de legalización en este acta mejorarán las vidas de una clase de individuos que deben esconderse en las sombras […]. Muy pronto, muchos de estos hombres y mujeres podrán salir a la luz y, en última instancia y si así lo elijen, convertirse en estadounidenses”.


Una mujer hispana compra cosméticos en la tienda de departamentos Nordstrom durante la bonanza económica de los 1990

1990 – 2000: El boom económico impulsado por la era del dot com favorece la continua inmigración a Estados Unidos.

Esta burbuja del dot .com se refiere al período en el cual las bolsas de valores de las naciones industrializadas vieron subir su valor de equidad rápidamente gracias al sector de la Internet. El boom de la Internet se refiere, en particular, al crecimiento de la red gracias la red de redes o world wide web, cuyo primer lanzamiento ocurrió en 1993.

Durante la década de los 90, la población latina en EE.UU. creció un 58%, de 22,4 millones a 35,6 millones de habitantes.


El pueblo argentino se vuelca a las calles en el 2001 en protesta por el colapso de la economía y los controles impuestos a sus cuentas bancarias frente al palacio presidencial en Buenos Aires.

1992 – 2003: Los conflictos armados entre las guerrillas de las FARC, los paramilitares, y las fuerzas armadas en Colombia que tienen cuatro décadas de duración, tuvieron como resultado el desplazamiento interno de millones de habitantes del país y el exilio de más de 750.000 colombianos hacia países vecinos, huyendo de la violencia y represalias en su país.

En Venezuela, el candidato por el partido socialista unido, Hugo Chávez, asume el mandato de su primer gobierno en 1999. Sus medidas extremas de gobierno y la reforma constitucional que emprende en Venezuela, rápidamente siembran en muchos venezolanos el temor por una dictadura capaz de vetar la libertad de expresión. Miles de venezolanos dejan el país durante la permanencia de Chávez –hasta el día de hoy—en el poder.

Por su parte, luego de una mezcla de factores —entre los que se encontraban la hiperinflación y una considerable deuda externa—, inversionistas en Argentina pierden la confianza en la economía de su país, y retiran grandes cantidades de dinero en masa hacia el extranjero, ocasionando el colapso de los bancos y la macroeconomía en 1999. Miles de argentinos dejan atrás su país en la búsqueda de estabilidad económica.

Los inmigrantes provenientes de estos tres países del sur del continente se hallan en grandes grupos en los estados de Florida, Nueva York, Texas y California.


El huracán Mitch causa un daño extremo en Honduras, Guatemala y Nicaragua en 1998.

1998: El huracán Mitch tiene un efecto devastador en su paso por Honduras, Guatemala y Nicaragua, registrando unas 19.000 muertes. Miles de centroamericanos se refugian en Estados Unidos, logrando el estatus TPS (Temporary Protection Status), que les permite vivir y trabajar legalmente en el país.

Las poblaciones con un número significativo de centroamericanos provenientes de estos países, se hallan en los estados de Nueva York, Luisiana y Florida (hondureños); Florida y California (nicaragüenses); California, Texas y Florida (guatemaltecos).

Mitch se formó en el mar Caribe el 22 de octubre y escaló hasta convertirse en un huracán de categoría 5, la máxima posible dentro de la escala de Saffir-Simpson. Debido a la lentitud con la que hizo su paso por Centroamérica entre el 29 de octubre y el 3 de noviembre, este huracán resultó en cantidades nunca antes registradas de lluvia en Honduras, Guatemala y Nicaragua, ocasionando inundaciones catastróficas.

Aproximadamente 19.000 personas murieron y 2,7 millones de personas perdieron sus hogares como consecuencia de este huracán.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Testigo desmiente haber presenciado supuesta entrega de dinero a presidente francés

Tomado de RFI

La enfermera de Liliane Bettencourt desmiente haber presenciado cómo la dueña del imperio L’Oréal entregó dinero en efectivo a Nicolas Sarkozy para financiar su campaña electoral, como afirman en un libro publicado este jueves dos periodistas de Le Monde. Para los reporteros, la enfermera cambia de versión por que es víctima de una intimidación, la misma que sufren -según ellos- los involucrados en el caso.

El caso “L’Oréal/Bettencourt” experimentó el miércoles un enésimo vuelco. Pocas horas antes de que saliese a la calle el libro “Sarko m’a tuer”, donde dos periodistas de Le Monde aseguran que Nicolas Sarkozy recibió en 2007 dinero en efectivo de Liliane Bettencourt para financiar la campaña electoral que lo llevó a la Presidencia, la principal testigo citada por los reporteros desmintió que hubiese presenciado la entrega de dinero al presidente francés.

El relato de la enfermera es clave en la acusación que salpica al jefe de Estado francés, ya que ésta fue designada como testigo de la supuesta entrega de dinero por la jueza Isabelle Prévost-Desprez, que instruyó el caso antes de ser apartada de la causa. Según consta en la investigación periodística, la magistrada declaró que su asistenta escuchó de boca de la enfermera de Bettencourt cómo la dueña de L’Oréal entregaba en efectivo a Sarkozy.

Sin embargo, el miércoles la enfermera declaró al semanario Marianne que “no había hablado de entrega de sobres a Sarkozy, ni a nadie más”, aunque añade que recibió “amenazas de muertes” por este “delicado caso”.

Para los autores de “Sarko m’a tuer”, los periodistas Fabrice Lhomme y Gérard Davet, las nuevas declaraciones de la enfermera no han más que confirmar la hipótesis de una campaña de intimidación del jefe del Ejecutivo.

“Si algunos ven un desmentido, yo veo más bien una confirmación de lo que anunciamos en el libro, es decir un clima de miedo instalado para disuadir a la gente de hablar. Los testigos del caso Bettencourt que disponían de informaciones comprometedoras para Sarkozy fueron sometidos a una presión infernal”, sostiene el periodista Fabrice Lhomme.

“Cuando un testigo es objeto de amenazas de muerte, no hay que extrañarse de que esta persona no se haga cargo de dichos que acusan al presidente de la República. Lo contrario sería absurdo”, agrega Lhomme, y añade que existe un segundo testigo de la entrega de dinero que será identificado durante el proceso que se lleva a cabo en la ciudad de Bordeaux.

Cual será la influencia cultural en un nuevo orden mundial?

Tomado de El País

POR XAVI SANCHO

EE UU se resiste a ceder el trono de la cultura pop a los países emergentes

Cuando en agosto, Standard and Poor's rebajó la calificación de la deuda estadounidense se reavivó el debate sobre cuánto tardaría Estados Unidos en dejar de ser la primera potencia mundial. Si bien es casi irremediable que China releve al gigante norteamericano como principal poder económico global, aún no parece estar tan claro quién va a asumir el rol de dominante a escala cultural. Estados Unidos cimentó gran parte de su imperio a través de la música o el cine. ¿Quién dominará culturalmente el mundo en el futuro?

"Sin duda, llegará un momento en el que Estados Unidos dejará de ser la primera economía del mundo, pero tardaremos mucho más en ver cómo su hegemonía cultural se esfuma. Es muy probable, incluso, que se repita lo que sucedió con Reino Unido en los sesenta, cuando política y económicamente el país entró en barrena, pero su influencia cultural al nivel mundial explotó". El profesor David Hesmondhlagh, jefe del departamento de comunicación de la Universidad de Leeds y autor de The cultural industries (Las industrias culturales), duda de que ninguno de los elementos que advierten sobre la culminación de un cambio de paradigma económico global vayan a conducir a un nuevo orden planetario en la cultura pop. Al menos, de momento. "El idioma es clave", insiste. "También lo es la hegemonía regional. Brasil, por ejemplo, ya es una potencia cultural, pero su impacto está limitado ya que muy pocos países en el mundo tienen el portugués como lengua oficial. Japón y Corea dominan el panorama asiático, pero pronto veremos cómo China gana importancia por los mismos motivos que han convertido a EE UU en un ente cultural dominante: su enorme mercado interior. Además, las audiencias estadounidenses, las que más gastan en cultura, son muy cerradas y no aceptan productos extranjeros con facilidad".

En otras palabras: ¿está China en disposición de, no solo construir carreteras africanas y comprar deuda europea y estadounidense, sino también de vender al mundo un estilo de vida en cultura popular? "Ninguno de los países emergentes posee esa vocación de dominación cultural porque no han asumido aún el poder que te otorga lograr que todo el mundo cante tus canciones", apunta Timothy Taylor, profesor de musicología y teoría cultural en UCLA y autor de The sounds of capitalism: Advertising, music and the conquest of culture (Los sonidos del capitalismo: publicidad, música y la conquista de la cultura). "Ni siquiera Internet, y el acceso universal a la cultura que propone su supuesta democratización, ha logrado que nazcan grandes estrellas globales procedentes de países que no sean los de siempre. Hay artistas que crean su nicho, pero no poseen un impacto global porque son aún vistos de forma paternalista por las audiencias occidentales, que son aún las principales consumidoras de cultura".

Para Jace Clayton, más conocido como DJ/Rupture, músico y activista cultural afincado en Brooklyn y experto en sonidos latinoamericanos, la crisis de las industrias culturales occidentales está provocando un efecto que, en contra de lo que cabía prever, nos sitúa aún más lejos del cambio de paradigma global. "El legado y la producción musical no occidental se han convertido, más que nunca, en souvenir turístico. Los artistas occidentales se apropian de ello, lo convierten en moda y a la siguiente semana se olvidan del tema. El productor de Lady Gaga es marroquí, vale, pero graba en EE UU. Hasta Justin Bieber lo hace, y eso que es canadiense".

Clayton advierte de que el cambio real no sucederá hasta que sonar como los Beatles deje de ser un sueño recurrente fuera del ámbito anglosajón. Sacudirse 60 años de cultura pop de encima va a ser mucho más complicado de lo que fue decidirse por un coche japonés en vez de por uno de Detroit. "La escena rock argentina es patética. Es muy triste que hoy, cuando la cumba villera cuenta con una escena tan viva y celebrada en otros países, haya aún tantos jóvenes que sueñen con ser los Stones".

Los costos del 9/11. Sumados 10 años después del ataque que cambió el mundo

Tomado de The Wall Street Journal

Por David Wessel

Osama bin Laden prometió desangrar a Estados Unidos "hasta la bancarrota, si Alá lo permite". Fracasó. Los ataques terroristas del 11 de septiembre le costaron muchísimo a EE.UU., pero no de las maneras esperadas inicialmente.

La tragedia no desencadenó, como se temía, una recesión devastadora; el estallido de la burbuja inmobiliaria fue peor. Y a pesar de las filas en los controles de seguridad de los aeropuertos, el trágico evento no melló la eficiencia de la economía de EE.UU.; la productividad siguió aumentando.

Sin embargo, el precio del 11 de septiembre fue alto en otras formas. Los ataques llevaron a EE.UU. a Afganistán e Irak, guerras que ya han costado casi el doble que la de Vietnam, ajustada a la inflación.

Poner un precio al costo humano de los ataques terroristas es imposible. Murieron casi 3.000 personas. Más de 6.200 soldados estadounidenses han caído en Afganistán e Irak. Medir el impacto del 11 de septiembre en la psique estadounidense y su sensación de seguridad y libertad es difícil.

Pero uno puede, con la perspectiva de una década, comenzar a medir los costos económicos cuantificables.

En un gráfico que traza el producto interno bruto del país, los ataques son apenas una variación mínima. "Los acontecimientos del 11 de septiembre, por trágicos que fueran, no arrastraron a una economía débil directamente a una contracción", concluyó Gail Makinen del Servicio de Investigación del Congreso. Una leve recesión comenzó seis meses antes de los ataques y terminó en noviembre de 2001.

El gasto y la confianza de los consumidores sí se desplomaron después de los ataques, pero repuntaron más adelante. También lo hizo la bolsa, que volvió a los niveles anteriores al 11 de septiembre antes del fin del año y siguió subiendo. El presidente de la Reserva Federal de entonces, Alan Greenspan, advirtió que un segundo ataque de al Qaeda destruiría la frágil confianza de los consumidores y las empresas, pero ese segundo ataque nunca se produjo.

Las cosas no iban del todo bien, pero es difícil culpar a al Qaeda de eso. Enron quebró en diciembre de 2001, WorldCom en 2002. Luego vino la epidemia del SRAS (Síndrome respiratorio agudo severo). Luego, una amenaza de deflación que llevó a la Fed a mantener las tasas de interés en mínimos históricos, contribuyó, según algunas versiones, a la burbuja residencial.

Determinado a impedir otro ataque a casi cualquier costo, EE.UU. implementó cambios significativos y costosos en aeropuertos, recepciones de oficinas, sinagogas, mezquitas, cruces fronterizos, bancos y otros lugares públicos. Otras fuerzas económicas aparentemente opacaron la productividad sacrificada en aras de la seguridad, aun cuando es difícil contestar a la pregunta de qué uso alternativo se hubiera dado a ese dinero.

Para algunos sectores fue duro, por supuesto. El costo y el fastidio de los viajes aéreos aumentaron. El escrutinio más severo de visitantes del extranjero moderó el flujo. En 2000, el Departamento de Comercio contó 26 millones de visitantes de países fuera de Canadá y México. El total cayó por debajo de 20 millones en los años posteriores al evento, y no sobrepasó los niveles de 2000 hasta el año pasado.

El 11 de septiembre, por supuesto, produjo el Departamento de Seguridad Interna y una explosión en el gasto relacionado. La oficina de presupuesto de la Casa Blanca calcula que EE.UU. gastará unos US$70.000 millones en seguridad interna este año, casi el triple del nivel anterior al 11 de septiembre.

Luego vinieron las guerras. Estuvo claro casi inmediatamente que EE.UU. respondería, pero pocos imaginaron que tendría tropas en Afganistán una década después, para no mencionar Irak. Las tiene, a un gran costo.

Las guerras no hicieron que el déficit federal se disparara, pero contribuyeron a ello. El gasto militar fue equivalente a 40% del déficit de 2008. En los años posteriores, la recesión y el gasto en el estímulo superaron los costos de la guerra como motor del déficit.

Pero queda pendiente una difícil pregunta: ¿Valió la pena? ¿Estamos más seguros?

Orígenes de la inmigración latinoamericana a EEUU en los últimos 70 años. Segunda Parte

Tomado de AARP

El presidente de Estados Unidos Lyndon Baines Johnson habla al lado de la Estatua de la Libertad, después de haber firmado la nueva ley de inmigración en 1965

1965: La Ley de Inmigración y Nacionalidad de 1965 pone fin a la otorgación de visas según el país de origen que había sido impuesta desde 1924 y abre las puertas a una inmigración mucho más diversa.

Esta ley fue un esfuerzo conjunto de varios miembros del partido demócrata: fue propuesta el congresista por el estado de Nueva York Emanuel Celler y patrocinada por el senador Philip Hart de Michigan; y también contó con el apoyo del senador por el estado de Massachusetts, Ted Kennedy.

La reforma migratoria era un asunto de importancia para la comunidad irlandesa a la que pertenecía Kennedy, y la iniciativa buscaba balancear los diversos grupos étnicos de inmigrantes, al mismo tiempo que buscaba regular la cantidad de inmigrantes que entraban al país y sin afectar el empleo de los trabajadores estadounidenses.

Como consecuencia, los índices de inmigración se duplicaron entre 1965 y 1970, y nuevamente entre 1970 y 1990; pero tal vez el efecto más dramático fue el cambio en los orígenes de los inmigrantes, de Europa y Asia a Sud y Centroamérica.

La madre de un soldado muerto recibe su ataúd durante la guerra civil de El Salvador.

1979 – 1988: La pobreza y la inestabilidad política que acompaña la toma de poder de los sandinistas y la guerra de los contras en Nicaragua, y la guerra civil en El Salvador, dan pie a la migración de cientos de miles de ciudadanos de estos dos países de Centroamérica.

Los contras fue el nombre que recibieron en Nicaragua los varios grupos revolucionarios de oposición al Frente Sandinista de Liberación Nacional luego de la expulsión del dictador Anastasio Somoza Debayle en 1979. Ocho años después, virtualmente todas las organizaciones Contra estaban unidas en la resistencia nicaragüense.

Asimismo, la ola de violencia que azotó El Salvador durante la guerra civil de 1979, ocasionó la inmigración de miles de salvadoreños, cuya mayoría vive actualmente en la capital de los Estados Unidos, Washington en el Distrito de Columbia, y en los estados vecinos de Maryland y Virginia. También existen grandes cantidades de inmigrantes de El Salvador en los estados de Nueva York, Texas (Houston) y en California.

La guerra civil de El Salvador es considerada la tercera guerra civil más larga de la historia (con una duración de 13 años hasta su culminación en 1992), después de la guerra civil guatemalteca y el conflicto armado de Perú. Se estima que un total de 75.000 personas murieron durante la guerra.

Refugiados cubanos esperan a bordo de un barco en el puerto de Mariel, Cuba, con destino a Cayo Hueso, Florida, el 23 de abril de 1980.

1980: El desplome de la economía cubana potencia el desencanto con el régimen castrista y culmina con el éxodo desde el puerto de Mariel de 125.000 cubanos con destino a la Florida.

Dicho movimiento en masa de cubanos hacia los Estados Unidos se inició el 5 de abril de 1980, cuando 10.000 ciudadanos cubanos irrumpieron en la Embajada de Perú en La Habana solicitando asilo diplomático, con el objetivo de abandonar el país mediante el correspondiente salvoconducto emitido por las autoridades del país.

Finalmente el gobierno cubano aceptó la posibilidad de que lo hicieran si sus familiares acudían a recogerlos al Puerto de Mariel, al noroeste de la Isla de Cuba, de ahí que se les conozca como los “Marielitos”. El éxodo culminó cinco meses después, el 31 de octubre del mismo año.