domingo, 14 de julio de 2019

La guerra El Salvador-Honduras de 1969 vista desde la mirada de un niño


Por Luis Montes Brito 
En algún lugar del territorio Hondureño conquistado por las tropas salvadoreñas. De izquierda a Derecha: Guardia Nacional no identificado, General José Alberto Medrano, Capitán Godinez, Capitán Aristides Napoleón Montes Bonilla
Empezaré este relato como lo haría un muy querido amigo….corría el año de 1969, el que esto escribe estaba por cumplir 7 de años de edad. Mi padre, Aristides Napoleón Montes Bonilla, militar salvadoreño de carrera, ostentaba en ese entonces el grado de capitán, el mejor grado como oficial según decía; el otro grado que más disfrutó en su vida militar fue el de Sargento.
Volviendo a 1969, hoy 50 años después escribo estas letras. No recuerdo exactamente si fue el primero de junio o julio de ese año cuando mi padre fue destacado específicamente a Citalá, ciudad salvadoreña fronteriza con Honduras, dentro de lo que el ejército salvadoreño denominó como  el Teatro de Operaciones Norte (TON), llamado así en referencia al norte de El Salvador, en el cual está ubicado el Departamento de Chalatenango.
Aunque la guerra entre ambas naciones hermanas fue declarada oficialmente durante 100 horas, los enfrentamientos y escaramuzas armadas no oficiales” se venían dando con anterioridad. Aprovecho para destacar que en esto de las fechas oficiales hay que leerlas con cuidado, igual pasó con el conflicto interno de El Salvador que oficialmente se reconocen 12 años, de 1980 a 1992, pero en este período no se toma en cuenta que la agresión comunista a través de emboscadas, secuestros y asesinatos data desde aproximadamente 1972, sin contar la preparación de las primeras células terroristas que se dio desde mucho antes.

Tengo marcado en mi memoria, que antes de ser enviado al frente de batalla mi padre se desempeñaba como Segundo Jefe de Comandancia de la Guardia Nacional, con sede en Cojutepeque, Departamento de Cuscatlán. El día que mi padre se marchó destacado hacia el TON, aprovechando la cercanía de nuestra casa con el cuartel central pasó unos minutos a despedirse de nosotros su familia, recuerdo que él iba transportándose en un Jeep identificado con los emblemas de la GN portando en sus placas el número 277, lo acompañaban el entonces Agente Ovidio Aguilar y el motorista de quien no recuerdo su nombre. Ver a mi padre con su uniforme de fatiga, su escuadra Browning 9 mm en su cinturón, su fusil G3, recientemente adquiridos por El Salvador, arneses, casco de acero y granadas en su pecho es una imagen que no se me borrará jamás. Junto a mi madre  y hermanos lo despedimos sin yo ser consciente a esa corta edad, de que esa pudo haber sido la última vez que viera con vida a mi padre.
Él se marchó con un semblante de incertidumbre por lo que le esperaba y por dejar a su familia, pero convencido de cumplir con su deber. Mi madre, Hermelinda Brito de Montes, en ese entonces madre de 3 varones, mis hermanos, Memo de 8 años, Napo de 5 y yo de casi 7, tenía 32 años de edad, ella quedó afligida pero también convencida del compromiso de guiar la casa y apoyar a mi padre con sus oraciones y dirigiendo el hogar.
Pasaron los días, en ese entonces las comunicaciones no eran como hoy, sin duda la historia futura marcará esa época como antes del uso del teléfono celular, por lo que sabíamos de mi padre por cartas y recados que enviaba cuando algún compañero muy ocasionalmente venía del frente de batalla al cuarte central.

Llegó el 14 de Julio, para el mundo esa fecha significa el aniversario de la Toma de la Bastilla en Francia, en mi casa era y todavía es, la celebración del día del cumpleaños de mi mamá. Ese día mi padre iba a hacer hasta lo imposible por escuchar la voz de mi madre y darle al menos por teléfono las felicitaciones del caso. Me recuerdo que ya estando mi padre destacado envió un mensaje a mi madre instruyéndola para que nos refugiáramos donde mi abuela, quien dicho sea de paso no disponía de teléfono en su casa, razón por lo cual el día de su cumpleaños llegó a mi madre un citatorio de ANTEL (la compañía nacional de telecomunicaciones), como se acostumbraba en esa época, indicándole que en esa oficina pública recibiría una llamada a las 5 de la tarde.
Durante esa llamada, mi padre además de la felicitación, en clave previamente acordada con mi madre, le dijo que  partir de ese día no volvería a tener contacto y que nos refugiáramos temprano. Me acuerdo que dentro de las provisiones tomadas era acopiar agua, comida, candelas y dormir bajo la cama por algún bombardeo y evitar las esquirlas y materiales cortantes o contundentes que se desprenden con las ondas sonoras emitidas por las explosiones. 
Pasaron los 4 días más largos de nuestras vidas, supimos que mi padre participó en la toma de Nueva Ocotepeque, regresaron las primeras tropas con el cese oficial del conflicto pero mi padre no regresaba.

Recuerdo que mi aflicción era doble porque yo lo que más quería y pedía en mis oraciones, con toda la Fe y la fuerza de un niño, poder celebrar mi cumpleaños con mi padre, la fecha de mi cumpleaños es el 31 de Julio. Dios escuchó mis oraciones y recuerdo que mi padre regresó victorioso e ileso del conflicto el 30 de Julio de 1969, justo un día antes de mi cumpleaños. El más feliz de mi vida.

Mi padre tuvo una destacada participación en la guerra con Honduras, razón por la cual junto a varios oficiales y elementos de tropa de la Guardia Nacional fue condecorado. Me recuerdo que en ese cuerpo militar fueron 3 los capitanes condecorados, siendo ellos: mi Capitán Rogelio Peña; mi capitán Guillermo Roeder Escobar y mi héroe favorito mi Capitán Aristides Napoleón Montes Bonilla. Entre los tenientes condecorados entre otros están Mi Teniente Domingo Monterrosa Barrios, mi Teniente Roberto Dabuisson Arrieta y entre los Subtenientes, mi Teniente Nelson Rivas. 
Con el tiempo supe que mi padre tuvo una importante y delicada  misión en la toma de Nueva Ocotepeque, según la historia Militar en el TON se dispusieron 3 flancos. El flanco Derecho comandado por mi General José Alberto Medrano, quien partió con tropas de la Guardia Nacional desde San Fernando, Chalatenango; el flanco Central comandado por mi Coronel Mario de J. Velásquez, conocido como el Diablo, quien partió desde San Ignacio, Chalatenango al mando de tropas de la Primera Brigada de Infantería; el flanco izquierdo con mi padre al mando, en ese entonces Capitán Aristides Napoleón Montes, quien comandó tropas de la Guardia Nacional partiendo desde Citalá, para realizar una maniobra envolvente y atacar desde la retaguardia a las tropas Hondureñas y evitar que estas recibieran apoyo de otros destacamentos hondureños.

La guerra no solo marca de por vida a los combatientes, marca también a sus familias y a aquellos que se ven involucrados voluntaria o involuntariamente. Los efectos de una guerra no terminan cuando callan los fusiles ni tampoco se limitan a eventos relacionados con los campos de batalla, en muchos aspectos sus consecuencias son irreversibles.
Debo confesar que como herencia de ese episodio de mi vida,  cada vez que veo un video donde se proyecta la inmensa emoción de un niño que ve regresar a su padre de combate no lo resisto, me emociono y lloro. Solo aquellos que hemos visto partir a nuestros padres hacia una guerra y hemos tenido la alegría de verlo regresar podrán entender este sentimiento que te marca para toda tu existencia. Loor y Gloria a nuestros héroes que defendieron la Patria en la Guerra contra Honduras en 1969. Mi respeto a los combatientes hondureños que desde su óptica hicieron lo propio por la suya.

domingo, 23 de junio de 2019

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: ANSIEDAD PROCESO POSITIVO HACIA LO NEGATIVO


Por Dra. Margarita Mendoza Burgos
Siempre se asocia la ansiedad a lo negativo y no es así: Se trata de un mecanismo defensivo, una alarma que salta ante situaciones consideradas amenazantes. Es normal y ayuda al rendimiento y la capacidad de anticipación y respuesta. En cierto modo nos empuja a tomar las medidas convenientes, como huir, neutralizar, afrontar o atacar, según la circunstancia lo requiera. 

Richard Lazarus, célebre psicólogo estadounidense, definía a la ansiedad como “un fenómeno que se da en todas las personas y que, bajo condiciones normales, mejora el rendimiento y la adaptación al medio social, laboral, o académico. Tiene la importante función de movilizarnos frente a situaciones amenazantes”. 

En todo caso, el problema viene cuando nos obstaculiza algún deseo o emprendimiento que conlleve el factor riesgo. Esto porque el ser humano desea lo que no tiene, y quiere conservar lo que tiene. 

Estos mecanismos ansiosos tienen dos componentes: físico y psíquico. Los físicos, aparecen ante un detonante, preparando el cuerpo para la situación de defensa ante el mismo. 

Proveniente del latín anxietas, la palabra ansiedad significa congoja o aflicción. Es un estado de malestar psicofísico caracterizado por una sensación de inquietud, intranquilidad, inseguridad o desasosiego ante lo que se vivencia como una amenaza inminente y de causa indefinida. 

En caso que el detonante actúe demasiado a menudo, el organismo empieza a repetir el efecto ansiedad sin necesidad del estímulo de forma aparente. Puede aparecer ante pequeños detalles o anticipaciones a la causa matriz. Deja de ser adaptativo y empieza a reproducirse como una forma de tensión constante o stress. Precisamente cuando la tensión es constante pueden iniciarse cuadros de problemas relacionados con esta, ya sea a nivel psíquico y/o con manifestaciones físicas. Ya hay una especialidad médica propia de esta relación y es la medicina psicosomática. 

Obtener un diagnóstico apropiado puede ser complicado 

Lo más evidente aparece en la parte física y por los tabúes de la enfermedad mental hace que quienes los padecen no les agrade que les expliquen que su sintomatología física esté derivada de un problema psíquico y les den referencia para un psicólogo y, peor aun, un psiquiatra. 

En lo físico, algunos síntomas son: problemas de garganta, reacciones del hígado, reacciones cutáneas, actividad del bazo, sudor frío y enrojecimiento de mejillas. 

La medicina psicosomática es una referencia alternativa y que es bien aceptada. Sin embargo no existen muchos especialistas en este ramo y lo más común es, en el mejor de los casos, que se les envíe a un profesional con conocimientos de esta especialidad. 

La ansiedad no es algo que se adquiere como una infección, aunque podría aumentarse si alguien de autoridad o que representa algo importante para nosotros la padece en el hogar o el entorno. 

Hay crisis de ansiedad que son permanentes y otras por períodos. Depende del sujeto y los componentes disparadores o causas de la ansiedad.. Hay sujetos en los cuales permanece una ansiedad perenne llegando a constituir problemas del rango de los trastornos de ansiedad y otros que las proyecta en algún objeto y/o circunstancia especifica , como las fobias. 

Ayudar a una persona con ansiedad no siempre es fácil. Los familiares y amigos de las personas que sufren problemas de ansiedad se encuentran ante una situación que, en muchas ocasiones, no saben cómo manejar y pueden llegar a sentirse frustrados o cansados. Al paciente se le debe tratar con manos de seda y también con firmeza, es decir no hacerle sentir como víctima o enfermo pero a la vez proporcionarle amor y seguridad. Es fundamental participar en el afrontamiento de miedos e incertidumbres y también ayudar a cambiar de foco la atención puesta sobre las preocupaciones. 

Recientemente el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington (IHME) realizó un estudio que deja datos escalofriantes: El trastorno mental más común en los países de la Unión Europea es el trastorno de ansiedad, el que sufren 25 millones de personas (el 5,4% de la población). Este fenómeno se nota, además, en edades cada vez más tempranas. En síntesis, una alarma que suena cada vez más fuerte, aunque muchos no quieran escucharla.
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
Consultas on line

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

sábado, 8 de junio de 2019

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: QUE HACER PARA QUE NOS ESCUCHEN LOS HIJOS

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos
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La buena comunicación es la clave de toda relación, y mucho más cuando se trata de padres e hijos. Sin embargo, conseguir esa conexión no siempre es sencillo y en muchos casos se vuelve frustrante. 

Sin un diálogo fluido y sincero, es imposible que nuestros hijos nos obedezcan. El principal problema es que no solemos ser consistentes en la crianza. Damos una orden y luego la olvidamos, lo cual genera confusión.

En un principio, los niños deben de tener pocas reglas pero bien claras. Cuando empiezan a caminar deben tener un espacio grande y allí poder andar sin temor a que se caigan o rompan algo. Se recomienda poner una alfombra y es interesante instalar algún espejo para que se distraigan con su propia imagen, además de algunos juguetes. 

La palabra NO debe ser firme y ser usada solo cuando realmente se va a cumplir algo o con peligros reales. De esta manera aprenden a identificar el NO como no, y no como algo que les entra por un oído y sale por otro.

Si un niño aprende que su padre cumple lo que dice, pondrá mucho más interés en escuchar porque sabrá que esas palabras se convierten en realidad. Por el contrario, si advierte que no cumple lo que dice, simplemente aprenderá que las palabras no merecen la pena ser escuchadas. Por lo tanto, si una madre amenaza con apagar la TV si su hijo no hace determinada cosa, pues deberá cumplirlo… aunque por dentro le dé lástima.

A medida que crecen, los limites se va haciendo más grandes, así como las diferentes actividades y normas del hogar, pero ya tienen introyectado -es decir, fijado en su mente- que “no es no” y que hay límites que no se deben traspasar bajo ninguna circunstancia.

Con reglas claras, el niño será más obediente y madurará más rápido a medida que vaya creciendo. Pero la mayoría de las personas educan a sus hijos con un “no débil”, por lo que cuando no hacen caso o no escuchan no hay consecuencias: sus padres simplemente se ríen o hasta se olvidan del limite que habían impuesto

Transmitir disciplina, de acuerdo con las diferentes edades, es el camino. 

Mientras son pequeños funciona el no y quitar el objeto. En cierta edad funcionan las planas de no hacer algo y por qué no, pero siempre razonando con ellos el porque de dicha sanción.

Recuerde, no es castigo: es una sanción acorde a la falta que han cometido y elegida y razonada con ellos mismos.

Si solamente se les da unos cinchazos -como se usaba en otros tiempos- o se les quita algo, pensaran que usted es un tirano y empezaran a odiarlo y resentir a cualquier autoridad.

La mayoría de las personas creen que los niños entienden y son educables a partir de los 10 años, cuando ya los ven grandecitos. Grave error. A esa edad ya deben estar educados, y el trabajo de los padres es ir reforzando esa educación con las variables nuevas que van apareciendo a lo largo de su vida de hogar, escolarización y socialización, por mencionar algunas.

Como padres, es muy fácil perder autoridad ante nuestros hijos. Y reconquistar este terreno puede llevar mucho tiempo. 

Sucede cuando no somos estables en los límites que ponemos, cuando decimos no y luego cambiamos a sí. También, por supuesto, cuando los niños nos sabotean con el cónyuge que sí les apoya o con un llanto

Límite es la palabra clave. Para que los límites sean claros debemos de ser confiables al ponerlos, por ello de pequeños empezamos con pocos pero bien claros y contundentes.

Es fundamental ayudarles a promover los buenos hábitos, y eso se logra dando el ejemplo. Si quiere que sus hijos se levanten temprano, tendrá que sacrificarse usted y levantarse temprano también. Luego llegará un momento, cuando tengan alrededor de los 9 o 10 años, que hasta les puede poner un despertador y ellos solos se levantarán al sonido del mismo.

Pero no todo es cuestión de instalar una disciplina militar en la casa, porque convertirse en padres inflexibles tampoco sirve, y mucho menos si lo hace de repente, sin tener un entrenamiento previo. Porque además de la disciplina debe haber amistad, cariño, compartir juegos, experiencias y conversaciones con nuestros hijos, lo cual va generando empatía. Eso sí, hay que dejar claro que no es una amistad sin límites sino que lo que usted ejerce es una autoridad amistosa. 

Hay que olvidar las frases trilladas como “Es así porque lo digo yo…”

Todo pasa por “escuchar para que nos escuchen” para imponer la autoridad desde la empatía.
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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www.dramendozaburgos.com

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades. 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.
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viernes, 7 de junio de 2019

Hoy 7 de Junio se celebra el Día Mundial de la inocuidad de los alimentos


Por Compartiendo mi Opinión
Inocuidad: Cualidad de inocuo. Inocuo que no hace daño

La Comisión del Codex Alimentarius en su 39º período de sesiones, celebrado en 2016, acordó por unanimidad promover una propuesta relativa a la proclamación de un Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos con carácter permanente en el marco de las Naciones Unidas.

La Conferencia de la FAO en su 40º período de sesiones, celebrado en julio de 2017, aprobó una resolución en la que respaldaba la proclamación de un Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos, y la Organización Mundial de la Salud manifestó su apoyo en diciembre de 2017.

En diciembre de 2018, la Asamblea General declaró el 7 de junio como el Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos.

El 13 de febrero de 2019 se celebró Primera Conferencia Internacional FAO/OMS/Unión Africana sobre Inocuidad de los Alimentos, en Addis Abeba (Etiopía), donde sus participantes subrayaron el papel fundamental de la inocuidad alimentaria en el cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Además, destacaron los cambios que se estaban produciendo en el clima y en los sistemas mundiales de producción y suministro de alimentos; así como la necesidad de potenciar el papel de los consumidores suministrando información datos con base empírica y educación sobre salud y nutrición.

Datos destacables*

· El acceso a alimentos inocuos y nutritivos en cantidad suficiente es fundamental para mantener la vida y fomentar la buena salud.

· Los alimentos insalubres que contienen bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas nocivas causan más de 200 enfermedades, que van desde la diarrea hasta el cáncer.

· Se estima que cada año enferman en el mundo unos 600 millones de personas –casi 1 de cada 10 habitantes– por ingerir alimentos contaminados y que 420.000 mueren por esta misma causa, con la consiguiente pérdida de 33 millones de años de vida ajustados en función de la discapacidad (AVAD).

· Los niños menores de 5 años representan un 40% de la carga de morbilidad por enfermedades de transmisión alimentaria, que provocan cada año 125.000 defunciones en este grupo de edad.

· Las infecciones diarreicas, que son las más comúnmente asociadas al consumo de alimentos contaminados, hacen enfermar cada año a unos 550 millones de personas y provocan 230.000 muertes.

· La inocuidad de los alimentos, la nutrición y la seguridad alimentaria están inextricablemente relacionadas. Los alimentos insalubres generan un círculo vicioso de enfermedad y malnutrición, que afecta especialmente a los lactantes, los niños pequeños, los ancianos y los enfermos.

· Al ejercer una presión excesiva en los sistemas de atención de la salud, las enfermedades transmitidas por los alimentos obstaculizan el desarrollo económico y social, y perjudican a las economías nacionales, al turismo y al comercio.

· En la actualidad, las cadenas de suministro de alimentos atraviesan numerosas fronteras nacionales. La buena colaboración entre los gobiernos, los productores y los consumidores contribuye a garantizar la inocuidad de los alimentos.

* Fuente: ONU