sábado, 29 de enero de 2022

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR. PELIGRO PARA LA AUTOESTIMA: INSTAGRAM

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

En un mundo donde la tecnología manda y lo virtual se convirtió en realidad, las redes sociales son un “mal necesario”.

Prescindir de ellas es casi imposible, a riesgo de ser considerado un personaje “antisocial” o ermitaño. Sin embargo, aún más grave puede ser el uso desmedido de ellas, especialmente en los adolescentes.

Dentro de las redes hay algunas más necesarias y otras no tanto. 

Instagram, por ejemplo, aplica en el grupo de éstas últimas. Alguien alguna vez escribió que si las redes sociales fueran los pecados capitales, Instagram sería la gula: “La usuaria que, como una niña delante de un bote de mermelada, se deja vencer por los impulsos y no consigue controlarse. No sabe vencer su impulso de agarrar cada dos minutos el teléfono para ver si hay notificaciones o actualizaciones para ver fotos o para publicarlas. El resultado es una indigestión digital que sólo se cura mediante una desintoxicación de las redes”. También puede haber grandes dosis de vanidad, un “pecado” al que también se asocia a Facebook, el hermano mayor de Instagram.

Definitivamente Instagram puede representar un peligro para los adolescentes, ya que está basado en estilo de vida y apariencia física de unos pocos que imponen modas y tendencias. Todas las personas allí tratan de ser perfectos, aun con falsedad y engaño, con filtros y retoques digitales.

Los jóvenes, sobre todo las mujeres, intentan hasta lo imposible para emular esos modelos artificiales con la consecuente ansiedad y depresión que esto conlleva.

Esto debe ser una alerta para los padres.

No tengo dudas de que deben limitar el tiempo de sus hijos frente a las pantallas y en las redes. Incluso, aunque parezca algo rudo, a veces los padres deben intervenir mas, aún a riesgo de invadir la privacidad.

Esto no debe ser de forma continua, pero sí en caso que detecten algún peligro. Además, redes como Instagram pueden crear adicción y eso se puede reflejar, por ejemplo, en el bajo rendimiento académico. 

No es un tema fácil controlar el uso de las redes en los hijos, y puede generar reacciones de todo tipo. Depende de la edad y la crianza hacia la madurez que les han fomentado sus padres. Si esto ha sido nulo, deberá inmiscuirse más, pero siempre tratando de educar y de no parecer un espía.

Si bien nadie menor de 13 años puede tener una cuenta de Instagram, no es difícil modificar una fecha de nacimiento para tener acceso. Además, en los últimos meses, Facebook -dueño de Instagram desde 2012- admitió que estaba evaluando lanzar una versión para menores de 13 años en la que los padres tendrían el control. Luego la desestimó. 

Es cierto que los likes de Instagram pueden elevar la autoestima de cualquier persona, pero también la falta de ellos genera depresión. Hay ansiedad por tenerlos y desánimo si no los consigue, peor aún si hay resultados negativos. En busca de esa aprobación, muchos adolescentes se venden como algo que no son en Instagram. Eso es parte de la naturaleza humana y ellos aún mas, pues son inmaduros, inseguros y tendientes a imitar a sus referentes. 

No poder ser como sus ídolos o influencers favoritos -al menos en número de likes- también genera frustración. Depende de la personalidad y la madurez de cada uno para asumirlo, pero pueden llegar a deprimirse mucho e incluso a hacerse daño corporal. También pueden tener conductas peligrosas como conducción temeraria, uso de alcohol, tabaco y drogas... Algunos, en casos más extremos, podrían pensar en quitarse la vida, sobre todo si no tienen un buen entorno familiar ni grupo de amigos que les protejan.

Para algunos tímidos, las redes pueden ser un medio donde se sientan menos incómodos que en la vida real y se atrevan a expresar o a mostrarse como no lo harían de otro modo. Sin embargo, desgraciadamente casi siempre casos así son para exhibir actitudes y conductas negativas. 

Precisamente del anonimato que pueden dar las redes, cualquier extraño puede contactar con nuestros hijos. Por eso es muy importante que los padres hablen sobre los peligros de relacionarse con extraños o perfiles dudosos en estas plataformas. Ante una sospecha de ese tipo, se vale ser intrusivo. Todas estas acciones necesitan, de preferencia, apoyo terapéutico para tener un punto de vista neutral y lograr el equilibrio necesario.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

 

sábado, 15 de enero de 2022

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EL MONSTRUO VERDE DE LA ENVIDIA

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

De los siete pecados capitales, la envidia quizás sea probablemente el menos grave, pero también el más común.

¿Quién alguna vez no sintió envidia? Es propio de la condición humana. Ver al vecino con un carro nuevo, o ver al compañero de trabajo recibir un ascenso o ver la foto de un conocido veraneando en las playas nos produce una extraña sensación de angustia y deseo.

“Nuestra envidia dura siempre más que la dicha de aquellos que envidiamos”, escribió el filósofo francés François de La Rochefoucauld en el Siglo XVII. Razón no le falta. Si bien no todas las personas tienen envidia, es una característica bastante frecuente en el ser humano. Ven que otro tiene más de algo -no importa el qué- y no se plantean si le ha costado alcanzarlo o no, simplemente piensan que lo tiene sin reparar en los esfuerzos. 

Es casi inevitable compararnos con el resto, y esa competencia siempre saldremos perdiendo y aflorará la envidia por un hecho muy sencillo: habitualmente nos medimos con aquello a lo que aspiramos y no con los que están peor que nosotros. Esa situación nos deja en total desventaja.

Además, a eso hay que sumarle la percepción. “El césped del vecino siempre es más verde que el nuestro”, dice la frase que resume nuestra permanente inconformidad. Con el apogeo de las redes sociales, en muchos casos hay una clara intención de provocar envidia en algunos de nuestros posteos: la foto luciendo espléndida o presumiendo de una buena compañía busca algo de eso. Sin embargo, pocos comprenden que detrás de esas fotografías que generan envidia hay mucha falsedad o realidad prefabricada. Nadie es tan perfecto como parece serlo en Instagram o Facebook. 

No siempre valoramos nuestros logros lo suficiente. En mi caso, soy de las personas que viven siempre tratando de hacer más cosas, pero hay otras que esperan que todo les caiga en la boca y piensan que el que se supera ha sido así, de forma fácil o que todo se dio por casualidad. 

Investigadores de la Universidad de Chicago han conseguido demostrar que “la gente está menos celosa de los demás según pasa el tiempo, y que cuanto más tiempo pasa desde el momento que siente envidia, menos la sentirá”. En el caso del conocido que viaja a la playa , por ejemplo, sentimos más envidia los momentos previos a que se vaya de viaje, anticipando y elucubrando acerca de las experiencias que vivirá, que lo que nos podamos sentir cuando vuelva y el viaje se termine.

En muchos casos, la envidia nos lleva a detestar al que triunfa, a tratar de minimizar sus logros e incluso a ponerle obstáculos. Incluso, lo que es más grave, es que esa envidia puede producirse en los seres que amamos más: padres, esposo, hijos, amigos… Es que el envidioso no hace distinción. Contrarrestar esa sensación de envidia es muy complicado, no hay terapia que lo cure si al menos el envidioso no reconoce que lo es, lo cual no es tan fácil de admitir. 

La única envidia para celebrar es la “sana envidia'', que sí existe. Son aquellos que aceptan que otros tienen cualidades o son aventajados, pero son capaces de sobrellevarlo e incluso alegrarse por ello.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

lunes, 3 de enero de 2022

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: AÑO NUEVO Y EL COVID

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Al principio nos pareció algo lejano, algo que sucedía en una provincia china sin demasiada relevancia. No le dimos importancia. Pero de repente, como si se tratase de una onda expansiva, los contagios del Covid-19 se propagaron e invadieron cada rincón del planeta hasta transformarse en una pandemia de alcance global.

Hoy, casi dos años después, ya se habla de su evolución de pandemia a endemia. Es decir, una enfermedad que no será erradicada y que se volverá tan familiar como la gripe.

En otras palabras, debemos acostumbrarnos al Covid-19 para siempre. Así lo afirman las predicciones médicas científicas. Aún se desconocen las posibles nuevas mutaciones, pero así como nos sorprendieron las variantes Delta y Ómicron le seguirán otras, lo que significa que habrá más vacunas para las nuevas mutaciones. Tercera dosis, cuarta, probablemente quinta… Así hasta que todas las personas estén vacunadas -algo difícil por los movimientos anti vacunas- o hayan padecido la enfermedad, aunque ya se experimentaron casos de contagios por segunda vez. No obstante, las vacunas han probado ser altamente efectivas y reducen la letalidad a porcentajes muy bajos. 

Convivir con el Covid-19 implica adoptar algunos hábitos que pensamos que serían transitorios y que serán para siempre. Primero y principal, el uso de mascarillas. Eso que antes se lo veíamos a apenas algunos turistas japoneses para protegerse del smog hoy es de práctica universal y también llegó para quedarse. Lo mismo que la higiene profunda de manos o el uso de desinfectantes, además de mantener distancia social. Todo ello no necesariamente en casa, pero sí al salir y estar en otros ambientes. 

Deberemos acostumbrarnos a portar la cartilla de vacunación como si se tratase de nuestro pasaporte y estar preparados para someternos a tests invasivos que prueben que somos “negativos”. Por supuesto que la gente tiende a relajarse, sobre todo cuando las cifras de contagio están a la baja, con lo cual se necesitan campañas de concientización para mantenernos en alerta. 

Nadie estaba preparado para un panorama como este, con consecuencias tan letales y con cambios de hábitos tan repentinos al punto que para buscar algo parecido haya que remontarse hace un siglo atrás. Si bien muchos se han adaptado y conviven con la pandemia, también es cierto que el daño psicológico -por no mencionar el económico- ha sido grande después de meses de confinamiento obligatorio. 

Mucha gente lo ha tomado por mal, especialmente los oposicionistas. Son aquellos que están en contra de las vacunas y tratan de sumar adeptos. Precisamente los que no quisieron vacunarse son los que más están muriendo, ya que sin inmunización son víctimas fáciles de las nuevas variantes. Y todavía podría ser peor para ellos. 

Así como alguna vez el 11 de septiembre -con el atentado a las Torres Gemelas- nos cambió la forma de viajar y ahora ya nos acostumbramos que antes de abordar un avión hay que someterse a un exhaustivo control de seguridad, lo mismo sucederá con el Covid. Tendremos que convivir con él, habrá que vacunarse más veces y cada año, y se volverá una rutina que ya no cuestionaremos. A los niños se les vacunará según vayan creciendo y formará parte de un programa de vacunación como se hace para enfermedades como la poliomielitis, tuberculosis. Para los adultos, será igual como en muchos países cuando cada invierno todos reciben la vacuna contra la influenza.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

viernes, 17 de diciembre de 2021

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: CONSEJOS DE ALIMENTACION PARA LA FAMILIA

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Hasta hace poco, la obesidad infantil no era tratada con la suficiente importancia y se la consideraba “una enfermedad de ricos”.

Hoy la perspectiva ha cambiado, sobre todo porque los casos en la infancia y la adolescencia están aumentando en casi todos los países. Ahora la obesidad afecta a los niños de países de todos los niveles de ingresos. Si se compara con las cifras de 1975, la obesidad afecta diez veces más a las niñas y doce veces más a los niños. Para peor, hay poca evidencia de que algún país haya logrado una disminución sostenida.

 

La clave, sin duda, es que cada vez más los hábitos alimenticios son peores, debido a que se incluyen muchos aditivos que hacen desear la comida -los llamados cravings- y a que las porciones son demasiados grandes y se ofrecen como recompensa a todo. 

 

Gran parte de esta responsabilidad, sobre todo en los casos de los más pequeños, es de los padres: ellos deciden qué y cuánto comerán sus hijos. En términos generales hay cada vez más problemas en la alimentación relacionados con los hijos, ya sea por exceso de consumo o por conductas alimentarias inadecuadas.

 

De repente vemos comidas maratónicas seguidas de ayunos, es decir comportamientos contradictorios del tipo de pensar todo con comida pero a la vez tener ideales de belleza inalcanzables.

 

En muchos casos, sobre todo cuando ambos padres trabajan y están ausentes gran parte del día, la responsabilidad de la alimentación recae en la niñera o la persona que los cuida.

 

Los padres pueden sugerir e incluso adoptar platillos sanos, pero a veces la comodidad prima, y se les deja elegir a las empleadas, que en la mayoría de los casos no tienen ni idea de salud al comer. A veces parece que cuanto más sabroso, grasiento y engordador, mejor es el alimento. O, peor aún, se excede en los delivery, que por lo general son comida chatarra. Por eso es fundamental la supervisión de parte de los padres.  

 

Además de “enfermedad de ricos”, había otros mitos o falsas verdades que envolvían a la obesidad infantil. Uno de ellos es la ecuación niño gordo = niño sano. Aunque parezca mentira, en algunas familias eso no ha cambiado mucho. Los niños producen infinidad de células grasas y luego deseamos que sean muy adecuados a esquemas corporales que incluso tienen poco que ver con la imagen latina.

  

Esto no solo pasa por una cuestión estética. La obesidad aumenta las probabilidades de que un niño desarrolle problemas médicos que pueden afectar su salud actual y futura. Por ejemplo, afecciones graves como el colesterol alto, la diabetes tipo 2 y la hipertensión arterial, que antes se consideraban como exclusivas de la etapa adulta. 

 

Majid Ezzati, catedrático de la Facultad de Salud Pública del Imperial College de Londres, consultado por la Organización Mundial de la Salud, expresó: “Es preciso encontrar soluciones para que, tanto en los hogares como en las escuelas, las familias y las comunidades desfavorecidas puedan acceder a alimentos saludables y nutritivos. Además, los países también deben establecer normas e impuestos para proteger a los niños de los alimentos malsanos”

 

Otro mito, fácilmente comprobable, es que la alimentación saludable es más cara. 

 

Al  contrario, puede ser económica si sabemos cómo acceder a ella. 

 

Utilizando productos de temporada (vegetales y frutas) o sabiendo buscar proteínas económicas como combinar arroz con frijoles. También se recomienda el uso de soya procesada para aumentar la proteína animal y además hacerla más saludable. Otra recomendación es el uso de incaparina, que es  muy económica y puede combinarse con otros productos para hacerla más apetecible.

 

Si bien no es necesario consultar a un nutricionista, hacerlo puede ayudar a reforzar nuestros propósitos ante el resto de la familia. Ellos pueden también hablarnos de recetas y combinaciones novedosas. Sin embargo, la clave para lograr estos buenos hábitos de alimentación dependerá de nosotros mismos. Se requiere mucha iniciativa y cierta voluntad, porque nada se consigue sin la voluntad real de lograr un objetivo

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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

sábado, 27 de noviembre de 2021

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: HABITOS DE AHORRO

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Muchos de los hábitos que nos acompañan el resto de nuestras vidas los hemos adoptado de niños, gracias a la educación de los padres. 
Uno de ellos, sin duda, es el ahorro. Solamente con el paso del tiempo, un hijo entenderá la importancia de esa enseñanza. "Cuida de los pequeños gastos; un pequeño agujero hunde un barco", decía Benjamín Franklin. 

Es fundamental que los padres cultiven en sus hijos la cultura del ahorro. Es, en cierto modo, darles la bienvenida al mundo real. 

Es que muchos padres pretenden crearles la fantasía de que todo crece en los árboles y nada es producto del esfuerzo. Esa sensación se multiplica en festividades, ya sea en cumpleaños o Navidad, en que les hacemos creer que viene Santa Claus o El Niño Dios a darnos las cosas fácilmente...

En mi caso particular, enseñé a mis hijos a que Santa trae juguetes para muchos niños y había que pedir poco o no tan caro para que él favorezca a todos los niños del mundo.

Por lo general, los niños tienden a pensar que el dinero es ilimitado, por lo tanto es recomendable explicar de dónde surge y también el esfuerzo que tienen que hacer los padres para obtenerlo. Será clave hacerles entender, por ejemplo, que una tarjeta de crédito no es un plástico mágico que nos permite saciar todos nuestros caprichos aunque no llevemos efectivo en los bolsillos. Los padres deberán explicar que eso se termina pagando igual, y muchas veces con intereses. Nunca es demasiado temprano para empezar. Si un niño te acompaña al supermercado y se encapricha con algún producto innecesario, hay que explicarle que hay un presupuesto al que atenerse. 

El hábito del ahorro tiene que ir permeando día a día, de forma natural. Por un lado, hacerles ver que son afortunados por tener techo, alimentación y escolaridad, que es lo más importante y que eso ya lo pone en una situación ventajosa sobre muchos otros que sufren carencias. Incluso en familias de buena posición, el ahorro debe formar parte de la educación bajo la premisa de que el que mal administra puede perderlo todo. 

Es probable que por una cuestión de status nuestros hijos exijan que les compren ropa de marca, el último modelo de teléfono celular o la versión más avanzada de un juego de la PlayStation, pero será decisión de los padres aterrizarlos a la realidad. Habrá cosas que se podrán comprar y otras no, dependiendo del presupuesto. Eso es lo primero que tienen que entender. Si, por ejemplo, sueñan con tener algún producto en particular y los padres no están en condiciones de comprarlo, se les puede poner un bonito reto: que ellos mismos ahorren hasta alcanzar la suma para comprar el reloj, los zapatos o el celular por el cual se desviven. Bastará una alcancía o una cuenta de ahorro -dependiendo de la edad- para iniciar este saludable proceso. No solo los mantendrá enfocados en su meta, sino que también vivirán en carne propia el esfuerzo necesario para ganarse el dinero. Más tarde o más temprano, los niños y jóvenes tienen que aprender a administrar sus recursos, y eso es responsabilidad de los padres. 

Otra buena manera es darles el dinero de la mesada de toda la semana y que sean ellos los encargados de administrarlo, haciendo uso correcto de sus pequeñas finanzas, tomando decisiones y hasta logrando ahorrar algo. 

Algunos profesionales también recomiendan jugar en familia al Monopoly, un entretenimiento donde cada uno recibe dinero ficticio y debe invertirlo de la mejor manera. Un hábito bien aprendido en casa, difícilmente se olvide. Son lecciones de vida para aplicar en todo momento que nos traerán no solamente salud financiera sino también salud mental.

 


Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

sábado, 13 de noviembre de 2021

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EL JUEGO DEL CALAMAR

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Cruel, sangrienta y despiadada son tres de los adjetivos con que se puede etiquetar a El juego del calamar.

Se trata de la serie surcoreana que está siendo sensación en Netflix, donde sus nueve capítulos han sido vistos por más de 111 millones de personas, lo que la convierte en la serie más vista en la historia de la plataforma.

 

Lo curioso es que si bien es una producción pensada para mayores ha sido muy popular entre los niños y adolescentes. 

El argumento es sencillo: involucra a una serie de personas con serios problemas económicos -la mayoría acuciados por las deudas- que deciden participar en una competición donde el sobreviviente se lleva una enorme cantidad de dinero.

 

La consigna de la competencia es ir eliminando contrincantes a través de juegos tradicionales de niños en Corea del Sur adaptados a una versión letal: el que gana avanza a la siguiente fase, el que pierde es ejecutado sin piedad. 

 

Si la temática ya es disruptiva para los niños, lo es aún más lo explícito de las escenas. 

 

Por supuesto que es nociva para cualquiera impresionable, y mucho más para los niños, pues la viven con gran intensidad, inmadurez y con una idea de falsos ídolos o modelos a seguir. 

Nadie menor de 16 años debería verla y esa es la restricción que anuncian en Netflix. 

 

Hay que recordar que a partir de los 14 años aparecen las enfermedades mentales en los prepúberes con predisposición, o sea que puede ser un detonante de enfermedad mental.

 

No es casualidad de que en Bélgica, Reino Unido y España algunos colegios hayan dado la voz de alarma y recomiendan a los padres que no se la dejen ver a sus hijos porque se ha comenzado a detectar que los pequeños están empezando a imitar algunos de sus juegos en el recreo y a los perdedores se los trata con violencia.

 

También ha abierto otro debate: si acceden a ver la serie es porque sus familias no controlan el acceso de sus hijos a la plataforma de Netflix, basta un celular inteligente y algo de privacidad para romper ese cerco. 

 

Lo que ha causado impacto es la crudeza de las imágenes, ya que los surcoreanos no tienen otra forma de sacar sus demonios que en series como esta. Cualquier otro de ellos que siente que tiene problemas, para no perder el status quo de silencio, rectitud, van y se suicidan en vez de hablar y pedir ayuda.

 

Ellos guardan todo para sí y se avergüenzan de tener problemas y más de ir adonde alguien a hablar de los mismos. Precisamente eso es lo que plantea la serie, entrar al Juego del Calamar sin que nadie se entere y regresar con los millones del premio que les redime ante la sociedad. 

 

Increíblemente hay una explicación por la cual a los niños les llama la atención series como la surcoreana: están en formación y todo lo truculento les despierta interés como una forma de prueba. Probar todo y cuanto más raro, obtuso y/o retorcido, mejor. Eso los hace sentir poderosos y con capacidad de aguante, como si se tratase de un viaje en la montaña rusa. 

 

Mas allá de algún consejo que puedan recibir en los colegios, la responsabilidad de intervenir en esto le corresponde a los padres, que tienen que hacerle ver lo nocivo y el daño que eso puede generar.

 

Explicarles que va más allá de la vida de fantasía y se puede volver real si lo ejercemos convirtiéndose en algo tan grande como una desgracia. Y lejos de lanzar una campaña mediática para evitar que los niños jueguen ese tipo de juegos, lo que en breve seguramente veremos será el lanzamiento de todo el merchandising de la serie: muñecos, juegos de cartas o prendas con penitencias…  Lo morboso vende y eso interesa a los fabricantes, caiga quien caiga. 

 

Por eso es fundamental que los padres y maestros “agarren al toro por los cuernos". Incluso, si ya son adolescentes, hasta ver la serie con sus hijos o alumnos e ir matizando esa fantasía grotesca con la realidad...

 

Es que si cerramos los ojos y queremos acallar lo inevitable, solamente crearemos más interés y más morbo. Al final, de alguna forma o de otra, la verán sin nadie adulto que les explique sus más y sus menos, y eso es mucho más grave.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

sábado, 23 de octubre de 2021

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: SINDROME DEL PATO

En la Universidad de Stanford, una de las más prestigiosas de los Estados Unidos y donde estudiaron celebridades como el presidente John F. Kennedy, el magnate Elon Musk y el escritor John Steinbeck, se dio un interesante fenómeno que mereció un análisis detallado. 
Sus estudiantes vivían en un entorno de tal exigencia que no paraban de hacer tareas ni siquiera cuando estaban enfermos. 

Eso dio origen al llamado Síndrome del Pato de Stanford. 

La analogía tiene que ver con el comportamiento de estas aves cuando nadan, ya que parecen tranquilas por arriba del agua, pero por debajo de ella no paran de mover las patas. 

Llevado al mundo real, se trata de aquellas personas hacen todos los esfuerzos posibles, y sin que sean percibidos, con tal de aparentar algo que no son para recibir aprobación.

Esta llega a través de aplausos, de reconocimientos y, cada vez más importante, en el mundo digital a través de likes. El problema viene cuando a pesar de todo la aprobación no llega, entonces sienten que no valen la pena, que son menos que los demás y entran en una crisis. 

Esto afecta sobre todo a las personas jóvenes y con baja autoestima, que son aquellos que tienen la necesidad de ser revalidados constantemente por los que le siguen en las redes. No suelen tener una imagen propia positiva, sino que la construyen de acuerdo con el parecer y los likes de otros. Al final acaban siendo y haciendo no los que ellos quieren sino lo que el resto decida. 

Dicha situación es más proclive en las mujeres , que por lo general tienden a ser más competitivas entre sí, que los hombres. Ellas necesitan más revalidación que los varones y si no encuentran este eco o refuerzo positivo en los demás se sentirán poco adecuadas para cualquier actividad en su vida social. 

Es fundamental que aprendan a quererse por sí mismas y entender que no valen solamente por la aprobación de una cantidad de personas -muchas veces ajenos a ellas- que les dicen qué tanto valen o no a través de comentarios en las redes sociales. 

En ese sentido, la intervención de los padres es importante para tratar de tener un límite en cuanto a tiempo y de uso de los aparatos digitales o tecnológicos que poseen. 

Además, deben ir aprendiendo a discernir entre los comentarios y su validez, sobre todo de donde provienen y su cercanía con ellos. Es decir, no vale lo mismo la opinión de la mejor amiga que la de un desconocido. 

Es importante poner límites, es bueno y necesario. Recordemos que los límites sirven para crear espacios que proporcionan más seguridad en quienes tenemos a nuestro cargo. Después, por supuesto, hay que trabajar mucho en su autoestima para evitar que un posteo o una falta de likes no deriven en una depresión.

Para eso es fundamental trabajar desde la aceptación de lo que somos. Primer paso: admitir que no siempre seremos perfectos. Reconocer que somos poseedores de aspectos buenos y malos, los cuales podemos hacer crecer o decrecer según nuestra propia voluntad. Sin embargo, eso debe basarse en algo real. Ejemplo: un niño puede sentirse bien con él mismo, aunque no le agrade el tener las orejas un poco despegadas o una nariz algo curvada, pero puede que al mismo tiempo tenga habilidad para las letras más que para las matemáticas y en ese caso puede que trate de sobresalir en el aspecto más valorado por él mismo.

Por supuesto que nadie es perfecto. Sin embargo, nos cuesta mucho admitir nuestra imperfección y esa es la razón por la cual se dan los casos del Síndrome del Pato. Cada vez hay que ocultar más nuestras imperfecciones, ya que la exposición continua y la falsa apreciación nos empujan a eso.

A esos “otros”, los espejos en los que nos comparamos, los vemos como seres superiores que no tienen problemas en nada y exhiben una apariencia perfecta. Pero no es así, la mayoría de las veces es parte de una realidad ficticia y de imágenes falsas retocadas en Photoshop. 

Cuanto más nos exponemos, más seremos víctimas de querer alcanzar una perfección que no existe. Todos tenemos derecho a intentar mejorar, pero recordemos que somos humanos y como tales somos imperfectos.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.