sábado, 8 de abril de 2023

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR. EJERCICIO= BIENESTAR FISICO Y MENTAL= SOCIABILIZACION Y UNAS BUENAS CAUSAS

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

 

Si bien el ejercicio es algo fundamental para nuestras vidas, a veces la falta de tiempo o motivación nos lleva a relegarlo al fondo de nuestra lista de prioridades. Al final caemos en el tan temido sedentarismo. 
El costo de no hacer ejercicio puede ser alto y tiene un impacto negativo en la salud de una persona.

El ejercicio es necesario para mantener la salud de nuestro cuerpo y no solo para tener cuerpo de Adonis o Venus, sino para mantener un bienestar general en nuestros músculos, articulaciones, corazón, etc.

Es cierto que el efecto más notable de no hacer ejercicio es el aumento de peso ya que cuando no se queman suficientes calorías, el cuerpo acumula grasa, lo que puede provocar obesidad, pero eso, a su vez, aumenta el riesgo de enfermedades relacionadas con el peso, como la diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas conste que sucede aun en los que están delgados o no suben de peso, si no se ejercitan. Además, influye en la salud mental de los individuos, ya que el ejercitarse suele propiciar la autoestima, la relajación y la sociabilización.

Por el contrario, llevar una vida sedentaria provoca la pérdida de masa muscular y la disminución de la fuerza muscular. Esto puede afectar la movilidad y la independencia en la vida diaria. Quienes no hacen ejercicio regularmente pueden encontrar dificultades para realizar actividades físicas que antes eran fáciles. Además, la pérdida de masa muscular puede disminuir la velocidad del metabolismo, lo que dificulta la pérdida de peso.

Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston realizaron un gran estudio con más de 2.000 participantes y la conclusión es que el buen estado físico tiene una gran influencia en la salud y está asociado con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular. El estudio encontró que el ejercicio intenso mejora el estado físico más que la actividad física ligera, como caminar 10,000 pasos diarios a lo largo de la jornada, pero, conste que eso también ayuda. Lo importante es que usted se mueva.

Además, el ejercicio ayuda a la sociabilización, como ya decía, por eso definitivamente recomiendo más actividades en grupo donde uno puede encontrar amistades o generar nuevas relaciones.

Personalmente prefiero los lugares abiertos, pero a veces las circunstancias de un país lo hacen imposible, con lo cual vale todo. Lo importante es realizar actividad física e ir aprendiendo a disfrutarla y necesitarla mental y físicamente.

En el caso de El Salvador, han dado un paso atrás al no tener educación física en los colegios. Eso no promueve el sano desarrollo y la tendencia es a volverse sedentarios, aislados, obesidad, y falta de acondicionamiento físico.

En síntesis, no hacer ejercicio regularmente puede tener un impacto negativo en la salud en general, aumentando el riesgo de varias enfermedades y problemas de salud. Es importante incorporar la actividad física regular en la vida diaria para mantener una buena salud física y mental. Hacer ejercicio puede mejorar el bienestar emocional, fortalecer el corazón y los pulmones, y reducir el riesgo de enfermedades crónicas relacionadas con el peso. Por lo tanto, hacer ejercicio es una parte crucial de un estilo de vida saludable. Recuérdalo a la hora de priorizar tus actividades.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infanto-juvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

sábado, 25 de marzo de 2023

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR. REHACIENDO LA VIDA DESPUES DEL DIVORCIO

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

El divorcio puede ser un proceso emocionalmente agotador y estresante para cualquier persona, independientemente de su género. Sin embargo, hay algunos problemas específicos que las mujeres sufren más a la hora de rehacer su vida.

Para las mujeres es más complicado debido al estigma machista. He oído comentarios como “con esta no hay problema, pues no hay compromiso”, algo muy vulgar y despiadado, pero así suelen hablar algunos de las mujeres. Y no solo los hombres, tristemente, pues alguien me comentó que el machismo se escribe con M de mamá. Es cierto. Nosotros los educamos y perpetuamos el machismo.

 

Un tema clave es entender cuánto tiempo debe pasar para empezar a tener otra relación. Si bien no hay una cifra específica, ambos deberían esperar hasta resarcir las heridas, tanto de ellos como de los hijos y un poco el resto de la familia.

 

Una vez que una mujer ha tenido tiempo para procesar sus emociones, puede comenzar a centrarse en la creación de una nueva vida para sí misma. Aunque parezca increíble, en muchos casos la principal preocupación no es encontrar una nueva pareja sino abordar el aspecto económico. Muchas mujeres dependen de sus esposos para mantener un estilo de vida determinado, por lo que el divorcio puede dejarlas con incertidumbre financiera.

 

También es importante el modo en que se produjo el divorcio. Una cosa es “cuando el amor se acaba”, que puede ser algo que se va viendo en el proceso de una relación deteriorada. Otra es cuando hay infidelidad de por medio y es pillado, ya que se trata de algo abrupto, inesperado. Puede darse también por maltrato, desinterés en aportar económicamente y con la crianza de los hijos, drogas, alcoholismo, maltrato, abuso o violación de algún hijo.

 

El divorcio, y en consecuencia el hecho de rehacer la vida, es más complicado cuando hay hijos de por medio, ya que eso obliga a seguir manteniendo cierta relación con la otra parte por temas de manutención y tenencia. Además, es probable que los hijos tengan la última palabra a la hora de aceptar o no la nueva pareja de mamá o papá.

 

Es fundamental que la pareja nueva realmente acepte y se comprometa con estos hijos. No es fácil, pero ellos serán parte de la otra pareja hombre o mujer. Como el hígado al cuerpo;  en este caso corazón y cerebro deben aceptar a estos hijos nuevos.

 

Después del divorcio, es común que la autoestima de la mujer se vea afectada. Por lo tanto, es esencial enfocarse en actividades que la hagan sentir bien consigo misma, como el ejercicio, la meditación o el cuidado de ella misma. Esto la ayudará a aumentar su confianza y a sentirse mejor consigo misma.

 

Según datos de la Oficina de Censos de Estados Unidos, el 12 por ciento de los hombres y el 13 por ciento de mujeres se habían vuelto a casar por segunda vez. Y el 3 por ciento de ambos vuelve a contraer matrimonio por tercera o más veces. Otros, en cambio, rehacen sus vidas sin necesidad de oficializar esa relación en un registro civil o una iglesia.

 

En países tan grandes como este (Estados Unidos) eso es más posible, pero a más pequeño y tercer mundista, más difícil será, para ellas.

 

En el caso de las mujeres, es inevitable el miedo a poder volver a fracasar en otra relación. El divorcio les pesa más porque han sido víctimas del machismo y lo pensarán dos veces antes de aventurarse a otro nuevo matrimonio. Sin embargo, a pesar de que el divorcio puede ser un proceso difícil, también es una oportunidad para que las mujeres reinventen sus vidas y creen un futuro más brillante para sí mismas. Al centrarse en su bienestar emocional y físico, su situación financiera y sus relaciones interpersonales, las mujeres pueden construir una nueva vida satisfactoria y exitosa después del divorcio.


Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infanto-juvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

sábado, 11 de marzo de 2023

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR. CUANDO DAR LIBERTAD A LOS HIJOS

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Una de las grandes dudas que acecha a los padres es cómo manejar la libertad que le dan a sus hijos. No es fácil saber cuándo darle alas y cuándo ser precavidos. El tipo de libertad será variable a medida que los niños crezcan y vayan alcanzando su madurez, pero en el camino hay una enorme gama de matices que podrían confundirnos.

La manera más sencilla de medir su desarrollo es procurar que muchas de las cosas en que normalmente les ayudamos, ellos las vayan haciendo por sí solos. Eso, además de hacerlos más responsables, los volverá más seguros de sí mismos.

Por ejemplo, se recomienda que desde que el niño nace dejarle que establezca su rutinas, sobre todo si éstas son bastantes adecuadas. Así debe ocurrir en las diferentes etapas de su vida. Cuando empieza a comer, irlo dejando poco a poco hacerlo por él mismo. Igual, años después, a la hora de cómo vestirse y elegir su vestuario. Eso le da autonomía por un lado y responsabilidad por otra. 

Con la edad, todo va cambiando. Se supone que las libertades irán acordes con las necesidades del niño y el grado de madurez que vaya adquiriendo con la educación autosuficiente que le vamos creando. Por supuesto, esto no quiere decir que serán niños militarizados, pues hay que ser flexibles también y escucharlos mucho.

Entre los 12 y los 15 años empezarán a necesitar más autonomía y salir más, ya sea solos o con amigos. Será fundamental que los padres contribuyan a desarrollar esa madurez con actividades cotidianas en casa. Un ejemplo es darles responsabilidades como colaborar con algunas tareas hogareñas o manejar el dinero con criterio.

Más allá de que creamos que ya son autosuficientes, los permisos deben ser graduales. Se les puede dar la libertad de salir, pero sabiendo dónde van, con qué compañía y saber si en dicho lugar habrá algún encargado adulto. Lo ideal es ir paso a paso: el primer día podemos llevar a nuestro hijo a su destino y recogerlo después; la segunda vez dejarle estar fuera por más tiempo y el tercer día permitir que vaya él solo. 

Dependerá mucho del contexto, de la ciudad y el país donde vivamos. Pero desgraciadamente cada vez hay más países donde no debemos perder de vista a nuestros hijos, cada vez hay menos lugares seguros.

Puede ocurrir que el padre y la madre no coincidan en los permisos a otorgar a sus hijos. Es normal que uno de los dos sea más flexible y otro más duro. Lo ideal es no discutir estas cosas delante de los hijos y tratar de encontrar un consenso antes de hablar con ellos. Además, hay que pensar que no somos infalibles y que aun con consenso algo negativo puede ocurrir y sin ser necesariamente culpa del padre que más propició ciertas libertades. 

Esto nos hace estar alerta todo el tiempo, y si bien no hay que llegar al extremo de rastrear sus movimientos con una app con GPS, sí es bueno estar en contacto con ellos a través de mensajes de WhatsApp, por ejemplo. La tecnología puede ser de gran ayuda, no para efectuar un control estricto que pueda molestar a nuestros hijos pero sí para no perder contacto. 

A medida que los padres van viendo el grado de responsabilidad de sus hijos, los permisos pueden aumentar. Pero para eso es importante la sinceridad a la hora del diálogo entre ambos. Siempre es bueno recordarles el dicho: “Una vida para construir la confianza y un minuto para perderla".

Traicionar la confianza de un padre es lo peor que le puede suceder a un hijo. Serán los padres que deberán juzgar el grado del error y de la intención con el que cometió para aplicar un castigo, que normalmente consiste en perder parte de los privilegios y las libertades que se tenían antes del paso en falso.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infanto-juvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

sábado, 25 de febrero de 2023

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR. DIVORCIO, SI O NO

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Cada vez con más frecuencia vemos parejas que se divorcian. En algunos países, las cifras son alarmantes. En España, por ejemplo, el índice es del 57%. En Portugal, 64%. Estos son solo dos casos a nivel global de cómo terminan las crisis matrimoniales. Y eso sin contar con otros casos donde la pareja termina separada pero no acaba en divorcio ya sea porque no estaban casados o porque la ruptura se dio, pero no terminó reflejada en un documento oficial. 

El dicho “hasta que la muerte los separe” pronunciado en el altar no siempre se da. La separación llega antes que la muerte, y abundan los factores. 
 

¿Inevitablemente toda crisis debe terminar en divorcio? Está claro que no. Depende, en cierta medida, del origen de la mala relación de pareja. Muchas veces es posible superar los problemas con la ayuda de un experto y buena voluntad, pero si esta última no existe de ambas partes todo será más difícil. No alcanzará con el amor que dicen profesar uno a otro.

 

Hay situaciones que resultan insalvables y que la separación es la única vía posible, como en el caso de maltrato o abuso de la pareja o los hijos. Si el abuso es físico y/o sexual no hay otra alternativa que la separación absoluta. Lo mismo ocurre con casos donde uno de los integrantes de la pareja tiene problemas graves de alcoholismo y no pueda manejarse socialmente, peor si consume drogas. También aplica para ludópatas, ya que el juego dinamita la relación de pareja y además puede repercutir en pérdidas económicas importantes. 

 

Diferente es el caso de maltrato sutil o psicológico  de pareja o de los hijos , que podría  tener solución. Ante una situación así,  lo primero que se  tiene que hacer es admitir la situación y no negarla. A partir de ahí, puede consultar con amigos cercanos y familiares para gestionar emocionalmente la situación pero definitivamente se debe  consultar a un psicólogo o profesional adecuado; ya que la terapia ofrece herramientas para combatir el maltrato y ayudara a mejorar la autoestima dañada.

 

Sin embargo, el tema que genera más debate y opiniones más diversas es la infidelidad. ¿Debe perdonarse o es causal inmediata de divorcio? El abanico es amplio. Por un lado están los que no soportan un engaño amoroso y un “desliz” de su cónyuge es suficiente motivo de separación. Otros, en cambio, son más flexibles y otorgan “una segunda oportunidad” y buscan ayuda terapéutica para salir adelante. Pero de nada servirá eso si alguna de las dos partes no tiene la voluntad de cambiar.

  

Tampoco parece ser igual si la infidelidad la comete el hombre o la mujer. La tendencia es, en cierto modo, aceptar lo del hombre como algo propio de su naturaleza de macho, algo que a la mujer obviamente no se le permite. No son pocos los casos de las mujeres que aun sabiendo de las aventuras amorosas de sus esposos, prefieren mirar hacia otro lado -hacerse del ojo pacho dirían los salvadoreños- con el fin de mantener la armonía de la familia. Aceptan tácitamente una convivencia hogareña, pero sin sexualidad ni contactos afectivos (muchas veces hasta duermen en camas separadas) por el bien común, el de los hijos y para evitar el “qué dirán”. 

 

Sin embargo, ocultar tras una fachada esa falsa vida matrimonial no siempre es fácil, especialmente en lugares de escasa población, donde todos conocen a todos y uno queda expuesto con mucha facilidad.  

 

Un aspecto importante es la sexualidad. Muchas mujeres aceptan la infidelidad de un marido cuando ambos son añosos, ya que consideran que ya no pueden darle lo que su esposo necesita en cuanto a su apetito sexual. Pero más allá de que eso arruine el matrimonio, también es perjudicial para la salud. Por andar de machos, de infidelidad en infidelidad a veces hasta contraen enfermedades que hasta sin querer o mucho contacto físico pueden transmitir,  y no solamente las enfermedades venéreas reconocidas como sífilis y gonorrea sino incluso el VIH. 

 

Algo que sí puede frenar un divorcio son los hijos, especialmente cuando éstos son pequeños. Si bien el cuidado de ellos implica un alto grado de estrés, el nivel de tolerancia entre los integrantes de la pareja puede aumentar para no perjudicarlos. Sin embargo, para otros matrimonios la llegada de un hijo es el principio del fin: las dinámicas del hogar se modifican por completo y las rutinas que llevaba cada miembro de la pareja se alteran. Todo queda en un segundo o tercer plano, entre ellos la vida de pareja. Y eso, si no se gestiona bien, también puede terminar con un final amargo.


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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infanto-juvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

sábado, 28 de enero de 2023

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR. EL MEJOR ROL DE LOS ABUELOS

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

En este mundo tan frenético donde padres y madres muchas veces trabajan en horarios extendidos, la ayuda de los abuelos en la crianza de los hijos se vuelve poco menos que inevitable. Sin embargo, que los abuelos hagan de padres no es lo más conveniente. Salvo raras excepciones, los abuelos tienden a consentir a sus nietos ya que no sienten la necesidad de educarlos y mucho menos de ponerle límites.
Si la razón por la que los niños quedan a cargo de los abuelos es por la falta de tiempo de los padres -ocupados en actividades laborales a tiempo completo-, una buena opción es escolarizar a los niños más temprano. Eso es preferible a dejar la crianza y cuidado a los abuelos. Por supuesto que los abuelitos tendrán sus momentos para consentir y darles amor a sus nietos, pero no puede ser “una fiesta eterna" para los nietos. 

Es que los roles de los padres y los abuelos son muy diferentes. En el caso de que no haya otra alternativa, los papás deben dejar claro a los abuelos qué tipo de educación quieren para sus hijos, de lo contrario solo conseguirán niños malcriados y hasta groseros con sus propios padres.

Con bastante frecuencia podemos observar el conflicto entre padres y abuelos por las discrepancias sobre cómo se educa a los hijos. Sin embargo, los progenitores no siempre lo expresan públicamente. A veces una pareja se siente incapaz de objetar algo a sus padres porque sabe que les están ayudando en lo que pueden. 

Al principio, y ante las circunstancias ya mencionadas, los propios padres confían en las capacidades de sus propios progenitores como educadores. Sienten que ese vínculo puede ser positivo para los pequeños. Sin embargo, desconocen el lado negativo y cuando lo descubren muchas veces es demasiado tarde. 

Un estudio realizado por los doctores Oliver W. Edwards y Vincent E. Mumford, publicado por la International Journal of Sociology and Social Policy, muestra que los niños que crecen en hogares con salto generacional, tienen más problemas emocionales y de comportamiento, menos años de escolarización y más problemas de aprendizaje. A su vez, los abuelos que crían a sus nietos tienden a experimentar niveles elevados de estrés que afectan negativamente su bienestar social, emocional y físico.

Además, un sondeo realizado en el C.S Mott Children's Hospital, en Michigan, reveló datos interesantes sobre la salud infantil. Consultaron a 2,016 padres con hijos menores de 18 años y les preguntaron acerca del papel de los abuelos en la vida de sus hijos. La fuente más común de conflicto entre abuelos y padres en cuanto a los nietos es la disciplina: el 57% de los padres que indicaron haber tenido desacuerdos dijeron que estos fueron a causa de problemas de comportamiento. El 40% de los padres que indicaron haber tenido desacuerdos dijeron que se debieron a que los abuelos eran demasiado tolerantes con los nietos.

Lo mejor, como ya se ha dicho, es que padres y abuelos conserven sus roles tradicionales. Los primeros, a cargo de la educación de sus hijos; los segundos, mimando y consintiendo a sus nietos. Ambos aspectos, lejos de contraponerse, se complementan y le dan un equilibrio a la armonía familiar.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infanto-juvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

sábado, 24 de diciembre de 2022

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR. CANCER Y DIALOGO CON TU HIJO

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Probablemente no haya momento más difícil en la vida de los padres que comunicarle a su hijo que tiene una enfermedad terminal como el cáncer. Es imposible estar preparado para eso por más inteligencia emocional que se tenga. Sin embargo, de cómo abordar ese tema desde el arranque puede depender la forma de afrontar todo el proceso. Un dato para tener en cuenta: cada año se diagnostica cáncer a aproximadamente 280.000 niños de entre 0 y 19 años.

La comunicación debe ser objetiva y clara, pero sobre todo sincera. Dependerá, por supuesto, de la edad de ellos y se debe de contestar sus preguntas. No debemos adelantarnos mucho, pero sí en dejar puertas abiertas al diálogo. Algo muy importante es que no lloremos o adoptemos caras de tragedia, más bien la actitud debe ser de comprensión, consuelo y acompañamiento. Tampoco denotar lástima y menos hacerles sentir que le tenemos lástima. Es importante hablar de lucha y esperanza, pero no basada en falsedades.

El proceso comunicativo debe empezar con el médico, que informa del diagnóstico a los padres. Ellos deben asimilar la situación para después trasladarla al joven paciente. El médico es el encargado de dar un informe completo, con total sinceridad y sin rodeos, de manera que los padres conozcan toda la verdad y se vuelvan más proactivos en todo el desarrollo y en las diferentes etapas de la enfermedad.

Según la edad del niño será la forma de comunicarlo. A medida que es mayor puede participar más activamente en su proceso. A medida que lo vamos asimilando, tanto padres como hijos pequeños o adolescentes irán haciendo más preguntas. Lo mismo conforme a que las etapas vayan sucediendo, incluyendo los tratamientos y las expectativas o pronósticos según el tipo de cáncer.

Algo fundamental es aclararles que el cáncer no es por su culpa o por haberse portado mal. Además, explicarles que la enfermedad no se contagia con un beso o con un abrazo, y que no deben alterar sus rutinas en la medida de lo posible. Eso sí, es preciso contarles de algunos de los efectos que producirá el tratamiento, ya sea quimioterapia o radioterapia. El más común es la pérdida de cabello.

La palabra cáncer es tan fuerte, y más pronunciada por los padres a un hijo, que no es necesario mencionar que se trata de una enfermedad terminal que puede acabar en la muerte. 

De alguna idea la sola palabra ya está asociada a eso, por lo cual dentro del proceso de tratamiento irán surgiendo esas pláticas, pero no hay que apresurarse sino ir haciéndolo a medida que el cáncer avance y dependiendo de la efectividad del tratamiento. 

Es importante evitar sentimientos de compasión hacia el hijo enfermo. Si tenemos lástima y nuestra actitud hacia ese hijo es muy diferente a los otros niños o miembro de la familia, él lo percibirá. Hay que ir poco a poco, apoyado en lo que digan los médicos, pues hay tipos de cáncer que avanzan más rápido y entonces el proceso comunicativo debe acelerarse.
 
Dependiendo de los casos, puede ser de mucha ayuda la colaboración de un psicólogo o un sacerdote, y no solo para el que padece la enfermedad sino para los padres y el resto de la familia. La fe es importante porque da fortaleza mental, pero no debemos descansar sólo en ella porque algunos pueden pensar que solo con la fe se van a curar. El apoyo psicológico también es fundamental porque permite afrontar esta dura batalla con entereza y no derrumbarse mentalmente.


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Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

sábado, 3 de diciembre de 2022

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR. PANDEMIA MORTAL: HEROINA, COCAINA Y FENTANILO

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

 

“Los vicios vienen como pasajeros, nos visitan como huéspedes y se quedan como amos”, escribió alguna vez Confucio. No hay mejor frase para graficar la dependencia que puede generar la cocaína, el fentanilo y otras drogas pesadas en el ser humano. 
La cocaína, probablemente uno de los estupefacientes más famosos, es una droga bastante adictiva, por lo cual se cae fácilmente en ella. Su duración en el cuerpo ronda las seis horas y produce una euforia total: una sensación de felicidad plena, pero cada vez va causando más deterioro en el cuerpo y la mente.

En cambio el fentanilo tiene una vida de dos horas en el cuerpo, pero la euforia es menor. Además produce somnolencia y náuseas. Su corto efecto comparado con la cocaína lo hace más adictivo, ya que requiere volver a utilizarlo luego de solo dos horas. Por otro lado, al ser de fácil fabricación y contrabando, se está popularizando rápidamente; y al ser tan adictivo se consume más, lo cual puede provocar una sobredosis mortal. 

Se estima que aproximadamente uno de cada seis norteamericanos (el 15 por ciento de la población) ha probado la cocaína al llegar a los 30 años de edad y el 7 por ciento la ha probado antes de haberse graduado de la escuela secundaria. 

La única forma de evitar el uso de forma radical es mantener una vida sana y alejada de las tentaciones. Al ser tan adictivas, los que las comercializan tratan de "meterlas" a los individuos sin que se den cuenta para luego tener clientes cautivos. Sin embargo, al menos que alguien las ponga en una forma enmascarada, la mejor forma de evitarlas es alejarse de los lugares y personas donde se consumen. En cambio, aquellos que la prueban por jugar o por experimentar serán presa fácil de la adicción. Es más valiente rechazarlas que consumirlas.

Una vez adictos, el proceso de salida es muy complicado. Solo se logra con abstinencia total o con la ayuda de fármacos creados en laboratorios con efectos similares pero menos graves y controlados que las drogas en sí. Hay que recordar que gran parte de la adicción es una compulsión mental, por lo cual no solo debe desintoxicar el cuerpo sino trabajar también en la mente del consumidor.

El tratamiento para la adicción y abuso de opioides incluye medicinas, terapia de consejería y asesoramiento y terapia asistida por medicamentos que contiene medicinas, consejería y terapia conductual. Además, tratamiento residencial, hospitalario y el alejarse de los sitios que se frecuentaban al consumir y claro de los amigos y personas que consumen.

Pero nada de esto va a funcionar si no hay una verdadera intención de salir del problema, por eso no siempre en los centros de rehabilitación se consigue mejorar. Si el drogadicto no está convencido de querer cambiar, poco se puede hacer. Puede existir un doble enganche: el corporal y el mental. Si un paciente no desea realmente cambiar es difícil ver resultados positivos. Y con una autoestima tan baja y unas vidas tan desestructuradas es poco el deseo que les ata a permanecer sobrios. Por eso se recomienda cambiar de ambiente y amistades. En ese sentido, una buena compañía puede ser clave para tratar de instaurar un sentido a su vida y sentirse útiles y valiosos.

Para no llegar a situaciones extremas, es fundamental que este tema sea abordado en familia desde temprana edad en vez de ocultar la realidad. El flagelo de las drogas y sus consecuencias debe ser explicado claramente a medida que los hijos crecen... Incluso, un baño de realidad es llevarlos en auto por los lugares donde los drogadictos deambulan como zombies, sin hogar y mendigando, para tener real dimensión de los efectos que producen los estupefacientes. Tampoco está mal comentar noticias como muertes por sobredosis de jóvenes, sobre todo si a nuestro alrededor están ocurriendo.

Siempre es mejor prevenir que lamentar… Además de la cocaína, también es un peligro la heroína. Su uso crónico mediante inyección provoca la aparición de venas cicatrizadas o colapsadas, infecciones bacterianas de vasos sanguíneos, abscesos y otras infecciones de la piel y tejidos blandos, y enfermedades hepáticas, cardíacas y renales que pueden terminar en la muerte. Además, llega un momento en que toda la vida del adicto gira únicamente alrededor de la búsqueda, obtención y consumo de la heroína. 

Por su parte, el fentanilo provoca efectos que incluyen felicidad extrema, aletargamiento, náuseas, confusión, estreñimiento, sedación, tolerancia, adicción, depresión respiratoria o paro respiratorio, pérdida del conocimiento, coma y muerte. Las cifras son contundentes: más de 150 personas mueren cada día por sobredosis relacionadas con opioides sintéticos como el fentanilo.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infanto-juvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.