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domingo, 4 de abril de 2021

Topónimo del municipio Ahuachapán, Departamento de Ahuachapán, República de El Salvador, Centro América

Por Luis Montes Brito

 Municipio: Ahuachapán

Pertenece al Departamento de: Ahuachapán

Significado: En la casa del Roble, ciudad de las casas de roble, Río que salpica. Agua que cae, río Grande, río Viejo

Proviene del: Náhuat

 

Compilado por Luis Montes Brito

 

El topónimo Ahuachapán está conformado por los vocablos “ahua”: roble o encino; “huachapa” de alma; “chalcha” casa; Ahuachía: salpicar; apan: río

 

Los años 600 d. C. son señalados por los historiadores como los de fundación de la población de Ahuachapán atribuida a indios mayas de la tribu pokomanes. En los años 1600, esta floreciente comunidad fue dominada a través de la fuerza por guerreros Náhuas de Kuskatán de los izalcos (pipiles). Siendo posteriormente subyugada por los españoles.

 

En el 22 de agosto de 1823, recién obtenida la independencia patria, le fue otorgado el título de villa al pueblo de Ahuachapán. El 22 de febrero de 1862, durante la presidencia de Gerardo Barrios, le fue concedido el título de ciudad.

 

En el 28 de marzo de 1863, tropa guatemalteca comprendida por unos 700 soldados al mando del comandante general del departamento de Jutiapa Leandro Navas invadieron a Ahuachapán. La tropa de Ahuachapán estaba compuesta por 67 hombres. El desigual combate duró 3 horas. Murieron 13 soldados, el teniente coronel comandante don Francisco Morán, el capitán don Vicente Madrid, el teniente don Eduardo Mendoza y el subteniente don Vicente Salinas. Al final de la resistencia, las tropas guatemaltecas capturaron 30 prisioneros. Al abandonar la ciudad incendiaron y saquearon el convento, casas particulares y se apoderaron de los fondos generados por la renta de aguardiente.

 

El 9 de febrero de 1869, durante una de las ocho administraciones presidenciales de Francisco Dueñas, la ciudad de Ahuachapán fue reconocida oficialmente como capital departamental. En 1910, durante la presidencia del Dr. Manuel Enrique Araujo, quien tenía al ciudadano ahuachapaneco Onofre Durán, como Vicepresidente, fue ordenado a iniciativa de  Durán la construcción de un arco con el fin de contar con un escenario de encuentros entre presidentes de El Salvador y Guatemala, para lo cual se contrató a  Dámaso Aguilar, quien además fue el constructor de varias casas hermosas en la ciudad de Ahuachapán,  y el encargado de dar vida a maravillosos monumentos parte del patrimonio histórico del municipio tales como: Arco Durán, la casa de don Federico Herrera, donde actualmente esta la Casa de la Cultura de la ciudad de Ahuachapán.

Para su administración, el municipio de Ahuachapán se divide en 29 cantones: Ashapuco, Chancuyo, Chipilapa, Cuyanausul, El Anonal, El Junquillo, El Roble, El Tigre, El Barro, Guayaltepec, La Coyotera, La Danta, La Montañita, Las Chinamas, Llano de Doña María, Llano de La Laguna o El Espino, Loma de La Gloria, Los Huatales, Los Magueyes, Los Toles, Nejapa, Palo Pique, Río Frío, San Lázaro, San Ramón, Santa Cruz, Santa Rosa Acacalco, Suntecumat, Tacubita. 

La principal actividad económica del municipio de Ahuachapán está determinada por la energía geotérmica, el cultivo y beneficiado de café, la industria textil, fabricación de materiales de construcción. 

Sus principales atractivos turísticos son las aguas termales de Los Ausoles, la Laguna el Espino,​ las Lagunas del Llano y de Morán. En las afueras de Ahuachapán, en un área de 20 km² se encuentran los ausoles o fumarolas del mismo nombre que constituyen uno de los fenómenos más interesantes del volcanismo en Centroamérica. 

Algunos personajes ilustres nacidos en es este municipio son: el presbítero y doctor, Isidro Menéndez; el poeta Alfredo Espino; el novelista Miguel Ángel Espino; el artista plástico, Roberto Galicia.

La principal tradición es el día de la Virgen, que se celebra la internacionalmente conocida celebración del Día de los farolitos, la cual se lleva a cabo el 7 de septiembre de cada año. Durante este día los habitantes de la ciudad decoran las calles y casas con farolitos, elaborados principalmente con papel de celofán, que al traslucir su luz a través de los diferentes colores del papel utilizado conforman un luminoso mosaico gigante. 

La ciudad de Ahuachapán celebra del 17 al 26 de febrero sus fiestas patronales en honor al Dulce Nombre de Jesús.

sábado, 3 de abril de 2021

Topónimo del municipio Conchagua, Departamento de La Unión, República de El Salvador, Centro América

Por Luis Montes Brito

 Municipio: Conchagua

Pertenece al Departamento de: La Unión

Significado: Valle estrecho; Tigre que vuela, donde hay alfareros

Proviene de: Potón

 

Compilado por Luis Montes Brito

 

El topónimo Conchagua se origina en los vocablos “con”: delgado, estrecho; “shagua”, “chagua”, “yagua”: valle. 

 

El poblado de Conchagua es de origen prehispánico, fundada por nativos de tribus lencas. Es considerada como una de las poblaciones de mayor antigüedad del departamento de La Unión. Los conchaguas o comixaguas vivían originalmente en las islas del Golfo de Fonseca, más específicamente en la que hoy se conoce como "Conchagüita", compartían estas tierras con otras tribus llamadas "Los Tecas". En 1522 una expedición enviada por Gil Gonzáles Dávila, bajo el mando de Andrés Niño, descubrió el golfo de Fonseca con sus islas, Conchagüita y Meangola (hoy Meanguera del Golfo) , la cual bautizó Andrés Niño como "Petronila" en honor a su sobrina, para esas fechas los nativos de dichas islas formaban ya una cantidad considerable de personas; también existían en tierra firme otros pueblos conocidos como "Los Amapalas" cuyo asentamiento estuvo en el lugar que actualmente se conoce como Pueblo Viejo a pocos kilómetros al oriente de la ciudad de La Unión.

 

En 1582 piratas ingleses, dirigidos por Francis Drake, con lujo de barbarie causaron destrucción y muerte en los pueblos lencas de las islas. Los habitantes insulares fueron despojados de sus bienes, destruidas sus viviendas y violadas sus mujeres, por cuya causa se vieron obligados a emigrar hacia tierra continental.

 

En 1683, de acuerdo con algunos historiadores, el virreinato de Guatemala otorgó a los pobladores las tierras ejidales que hoy conforman el municipio de Conchagua. En 1693, ya instalados en su nueva locación, los habitantes construyeron la Parroquia Santiago Apóstol, que actualmente es uno de los principales atractivos turísticos del municipio, por ser una de las iglesias más antiguas de El Salvador.

 

El 12 de junio de 1824 Conchagua fue anexada al departamento de San Miguel. El 22 de junio de 1865 pasó a formar parte del departamento de La Unión. El 23 de septiembre de 1971, durante la administración presidencial de Fidel Sánchez Hernández obtuvo el título de Villa. El 11 de Enero de 2001, durante la presidencia de Francisco Guillermo Flores Pérez, a través de Decreto Legislativo, fue elevada a la categoría de ciudad.

 

Para su administración Conchagua se divide en 15 cantones y 76 caseríos. Siendo sus cantones: Cerro El Jiote, Conchaguita, El Cacao, El Ciprés, El Faro, El Pilón, El Tamarindo, Huisquil, Los Ángeles, Llano de los Patos, Maquigue, Piedra Blanca, Piedra Rayada, Playas Negras y Yologual.

 

La principal actividad económica del municipio de Conchagua proviene del cultivo y comercio de granos básicos, tales como maíz, fríjol y arroz, así como de otros cultivos permanentes. También parte de sus habitantes se dedican a la ganadería, la pesca, el comercio y el turismo. Existe la crianza de ganado vacuno, caballar y mular, también la de aves de corral. Las remesas familiares enviadas por conchagüenses residiendo en Estados Unidos, principalmente en las áreas de Boston, Nueva York y Washington D.C., juegan un papel preponderante en la economía del municipio. 

Algunos de sus principales atractivos turísticos son: el parque central, el cual cuenta con la pila de Los Leones”, inaugurada el 17 de octubre de 1909, un regalo del Ejército de Honduras, luego que El Salvador le apoyó en la lucha contra piratas, durante la invasión de los corsarios a Nicaragua. El municipio de Conchagua cuenta con múltiples destinos turísticos como montañas y playas. El volcán de Conchagua ofrece el lugar denominado Espíritu de la Montaña, así como un área protegida donde se encuentran miradores con vistas únicas y privilegiadas desde donde se observan el golfo de Fonseca, las islas, sus volcanes, la ciudad de La Unión, y mucho más. Complementa su oferta turística sus playas, las cuales son: El Tamarindo, Las Tunas, El Jagüey, Torola, Playas Negras, y el estero El Encantado.

 

En Conchagua se celebran dos fiestas al año, la titular y la patronal. La titular es del 16 al 20 de enero en honor a San Sebastián Mártir y la segunda, la patronal, del 22 al 25 de julio, en honor a Santiago Apóstol. 

jueves, 1 de abril de 2021

Topónimo del municipio Atiquizaya, Departamento de Ahuachapán, República de El Salvador, Centro América

 Por LuisMontes Brito

Municipio: Atiquizaya

Pertenece al Departamento de: Ahuachapán

Significado: Lugar abundante en agua, lugar de manantiales, donde está el dios de las lluvias, donde nace el agua

Proviene del: Náhuat

 

Compilado por Luis Montes Brito

 

El topónimo Atiquizaya proviene de los vocablos at: agua; quezaya, quizayan: filetes o hilos de agua: quiz: bebedero; shaya: instrumento cortante de obsidiana.

 

Esta antigua población fue fundada y habitada desde tiempos inmemorables por indios pokomames, del grupo maya-quiche. A finales de los años 1400, fueron conquistados por guerreros “yaquis” o pipiles, estos le cambiaron el nombre original y le dieron el náhuat que aun se conserva.

En 1550, Atiquizaya tenía unos 275 habitantes. El 8 de marzo de 1576, el oidor don Diego García de Palacio, en carta enviada al Rey Felipe II describe a Atiquizaya como “un lugarejo” cuyos habitantes indígenas “tienen una masa y betún que llaman axin, de un género de gusanos hediondos y ponzoñosos, que es maravilloso medicamento para todo tipo de frialdades y otras indisposicionesNace a dos leguas de este lugar el río que llaman de Aguachapa, y a 7 (leguas) de su nacimiento va muy grande, y a 13, que es en donde entra en el mar del sur (Rio de Paz), grandísimo. Creo que en todas las Indias (América española) no hay otro río tan grande, con tan poca corriente”.

En 1661, el Capitán General don Martín Carlos de Mencos, ordenó al señor Felipe Maraver, Alcalde Mayor de la Santísima Trinidad de Sonsonate, la fundación del pueblo de Atiquizaya, la que se verificó el primero de enero de 1662, siendo su primer Alcalde don Diego de Madrid. 

El 12 de junio de 1824, formó parte del primitivo y extenso departamento de Sonsonate. El 4 de julio de 1832 el pueblo de Atiquizaya fue incorporado al distrito judicial de Ahuachapán. El 19 de febrero de 1859, durante la breve presidencia provisional de José María Peralta le fue otorgado al pueblo de Atiquizaya el título de Villa.

El 9 de febrero de 1869, durante la presidencia de Francisco Dueñas, a través de Decreto Legislativo se fundó el departamento de Ahuachapán y el distrito de Atiquizaya, ambos fueron separados del departamento de Santa Ana. El 24 de enero de 1881, durante la administración de Rafael Zaldívar le fue conferido el título de Ciudad.

Para su administración, el municipio de Atiquizaya se divide en 14 cantones, los cuales son: El Chayal, Salitrero, Tapacún, Tortuguero, El Iscaquilío, Joya del Plantanar, Joya del Zapote, La Esperanza, Loma de Alarcón, Pepenance, San Juan El Espino, Santa Rita, Rincón Grande, Zunca. 

Su principal actividad económica es generada por la caficultura, también se da el cultivo cereales y frutas.

Los principales atractivos turísticos de Atiquizaya son: El Salto de Malacatiupán, un lugar donde bajan cuatro cascadas de agua en forma de cataratas, en el río Agua Caliente y las piscinas de Ahuijuyo y Las Minas. 

Su fiesta patronal es en honor a la Inmaculada Concepción de María, se celebra en las fechas comprendidas del 1 al 8 de diciembre.

miércoles, 31 de marzo de 2021

Topónimo del municipio Texistepeque, Departamento de Santa Ana, República de El Salvador, Centro América

Por Luis Montes Brito

Municipio: Texistepeque

Pertenece al Departamento de: Santa Ana

Significado: Cerro en forma de huevo, cerro del huevo, cerro del caracol, lugar de caracoles

Proviene del: Náhuat

 

Compilado por Luis Montes Brito

 

El topónimo Texistepeque proviene del vocablo Tepcistepet, tepzistepet. Tesis, teccisti: caracol, huevo; tepec, tepet: cerro, montaña, lugar. 

Se estima que Texistepeque es una de las poblaciones más antiguas de Centro América. Se cree que debe su origen a algunas familias aborígenes procedentes de las ciudades inundadas de Zacualpa y Güijar, es un pueblo prehispánico fundado por los Mayas Pocomanes. En el año 1200 aproximadamente fue conquistado por los Náhuas de Kuskatan. Con la llegada de los conquistadores españoles, formó parte de la Alcaldía Mayor de San Salvador y posteriormente del Distrito de Santa Ana que formaba parte de la Intendencia de San Salvador.

El 15 de octubre de 1577 el pueblo de Texistepeque fue dado en doctrina a los religiosos franciscanos del convento o Guardianía de San Salvador, según convenio celebrado entre el padre provincial fray Antonio de Tobar y el presidente de la Real Audiencia de Guatemala doctor Pedro de Villalobos. 

 

En 1740 según la relación geográfica responsabilizada por el Alcalde Mayor de San Salvador, Manuel de Gálvez Corral, el pueblo de San Esteban Texistepeque tenía una población de 45 indios y algunos mulatos que eran soldados de la compañía de Santa Ana. En el pueblo se cultivaba frutas, maíz, algodón y también algunos de sus habitantes se dedicaban a la crianza de gallinas; la alfarería también era parte de la actividad de sus residentes, especialmente la elaboración de ollas de loza.

 

El 8 de marzo de 1758 visitó la parroquia de Texistepeque el Arzobispo de Guatemala Francisco José de Figueroa. En 1770 visitó el pueblo monseñor Pedro Cortes y Larraz, ordenando después de su visita segregar el pueblo de Chicunhuexo del curato de Texistepeque agregándolo al de Tejutla. En 1786 fue anexado como municipio del partido de Santa Ana. El 12 de junio de 1824 fue incorporado al departamento de Sonsonate. El 8 de febrero de 1855 fue adscrito al departamento de Santa Ana, jurisdicción a la que pertenece actualmente. 

No se tiene una fecha exacta cuando fue elevado a la categoría de Villa, existen dos versiones una que señala el año 1758 y otra más probable que dice que este titulo le fue concedido entre 1870 y 1871 durante una de las múltiples presidencias de Francisco Dueñas. El 22 de enero de 1946 durante la administración de Salvador Castaneda Castro fue ascendida a la categoría de Ciudad.

Para su administración Texistepeque se divide en 6 cantones y 78 caseríos. Siendo sus cantones: Costa Rica, Cujucuyo, Chilcuyo, El Jute, San Miguel y Santo Tomás.

Su principal actividad económica es el comercio, así como la agricultura y ganadería.

Sus principales atractivos turísticos son el sitio arqueológico en el cerro Texistepeque, cantón Costa Rica y cerro Conventillo, los ríos Lempa y Guajoyo.

Texistepeque celebra cada año sus fiestas patronales del 23 al 27 de diciembre, época de Navidad, en honor a su patrona la Virgen de Belén y San Esteban Protomártir.

Dentro de las tradiciones más representativas de este municipio está la relacionada con Semana Santa. El Lunes Santo de cada año los Talcigüines de Texistepeque azotan a pobladores y turistas según la creencia popular cada latigazo limpia los pecados. Este es un ritual que se celebra desde hace más de cien años y que representa la lucha entre el bien y el mal. Talcigüin proviene del Náhuat, significa "hombre endiablado".

domingo, 28 de marzo de 2021

Topónimo del municipio Citalá, Departamento de Chalatenango, República de El Salvador, Centro América

Por Luis Montes Brito
Municipio: Citalá

Pertenece al Departamento de: Chalatenango

Significado: Río de estrellas, Lugar de la estrella de la mañana, Donde abundan las estrellas

Proviene del: Náhuat

 

Compilado por Luis Montes Brito

 

El topónimo Citalá proviene de los vocablos cuj Caija, Kujkaijá, Cuja caj: estrella, lucero; ja: agua, río; otras traducciones señalan su origen de sital: estrella; tal: partícula que denota abundancia. Los antiguos Maya–Chortis llamaban a esa población Kujkaijá y al traducir ese nombre al náhuat los Toltecas le llamaban Citalá.

 

Esta antiquísima población fue conocida como Huehuetlapayán, Hueytlató o Primitiva Tula. Se estima que antes de los años 900 d.C.  fue fundada por los Maya-Chortis y Toltecas. Se estima que después de 1050, fue incorporada en el área del reino de Payaquí, fundado por el anciano y venerable Topilzín Aexitl y a partir de esa época se produjo un fuerte cruzamiento entre los Maya–Chortis nativos y los toltecas emigrantes. A inicios de los años 1500, el cruzamiento cultural antes mencionado había impactado de tal manera, que los habitantes de Citalá no hablaban ni el chorti ni el nauta, sino un dialecto: El alagüilak.

Antes de 1892, se estima que le fue reconocido la categoría de Villa. No existen registros históricos que señalen una fecha exacta.

En los años 1900 esta población fronteriza ubicada entre El Salvador y Honduras, era conocida como “San Francisco Citalá” a la vez que era parte del partido de Tejutla.

El 10 de septiembre de 2019, la Asociación Salvadoreña de Astronomía (ASTRO) informó que a El Salvador le había sido asignado un exoplaneta y una estrella para darle nombre. Dos meses más tarde la Unión Astronómica Internacional dio a conocer la pareja ganadora para El Salvador. Siendo los nombres Citalá y Cayahuanca, ambos tomados del náhuat, que significan "río de estrellas y "roca que mira a las estrellas", respectivamente. La estrella Citalá fue descubierta en el año 2,000 y está clasificada como una enana amarilla, que tiene entre 1 y 1.4 veces la masa del sol, pero es dos veces más luminosa.


Su principal actividad económica es la agricultura, destacando los cultivos de granos básicos, especialmente frijol y maicillo. 


Administrativamente Citalá se divide en ocho cantones y 53 caseríos. Siendo sus cantones: Gualcho, Lagunetas, Los Planes, Llano de la Virgen, San Francisco, San Lorenzo, San Ramón y Talquesalar.

 

Las fiestas patronales se celebran en el mes de diciembre en honor a la Inmaculada Concepción del 30 de Noviembre al 8 de Diciembre.

Topónimo del municipio Cojutepeque, Departamento de Cuscatlán, República de El Salvador, Centro América

Por Luis Montes Brito
Municipio: Cojutepeque

Pertenece al Departamento de: Cuscatlán

Significado: Cerro de coyotes, Cerro de las pavas, En el Cerro del faisán, Cerro de los Pericos

Proviene del: Náhuat

 

Compilado por Luis Montes Brito

 

El topónimo Cojutepeque es una variante de Cojutepeq, coxutepeq, coxutepeque, Kuyutepet. Proviene de los vocablos coyut: coyote; tepec: cerro. Montaña, localidad.

 

El pueblo de Cojutepeque es prehispánico, siendo uno de los más antiguos de El Salvador. El siglo XI es señalado su origen por algunos historiadores, época en la que migrantes nahuas se establecieron en el cantón cujuapa el arenal y en el cantón ojo de agua. Cojutepeque formó parte del Señorío de Kuskatan, en esos tiempos su población era netamente indígena.  En 1659 se registra la llegada, con intenciones de residir allí, de las primeras familias españolas.

 

En 1787, época colonial, obtiene el título de villa.

 

En 1832, 1834, 1839, Cojutepeque ha sido ciudad capital de El Salvador, en cuatro ocasiones diferentes, siendo la más reciente después del terremoto del 16 de abril de 1854 que destruyó la ciudad de San Salvador, trasladando provisionalmente el gobierno la ciudad capital hacia Cojutepeque. El gobierno residió en la ciudad de Cojutepeque hasta el 28 de junio de 1858 fecha en la cual el presidente de turno, Gerardo Barrios, ordenó su regreso hacia San Salvador. 

 

El 20 de noviembre de 1846, durante la presidencia de Eugenio Aguilar, le fue otorgado el título de ciudad leal, a través de  Decreto Ejecutivo.

 

Para su administración Cojutepeque se divide en Cantones del Municipio: Cujuapa, El Carrizal, Jiñuco, La Palma, Los Naranjos, Madrecacao, Ojos de Agua; el área urbana se compone de 7 barrios: Concepción, El Calvario, Barrio El Centro, San José, San Juan, San Nicolás, Santa Lucía. Además, cuenta con 121 comunidades

 

Cojutepeque es reconocido en El Salvador por ser localmente la población tierra donde se producen y consumen varios platillos cárnicos traídos por los españoles, siendo los más conocidos sus embutidos (chorizos, butifarras y salchichones), que acostumbran a vender mujeres al paso de los autobuses interdepartamentales que transitan por la Carretera Panamericana. Esta industria es una de las principales actividades económicas del municipio. 

 

Tradicionalmente Cojutepeque es un importante centro comercial para la zona paracentral, así como también un porcentaje significativo de la economía proviene del cultivo y manufactura del tabaco, el dulce de panela, café, frutas, destacándose el cultivo de naranjas. La industria de la fabricación de sombreros (principalmente de palma) ha ocupado también un lugar relevante en la economía de este pujante municipio.  

 

Su principal atractivo turístico, además de su gastronomía es el Cerro de las Pavas, su mayor altitud con una altura de 1089,66 metros sobre el nivel del mar. El 25 de noviembre de 1949, el Congreso Mariano de San Salvador y las autoridades eclesiásticas inauguraron oficialmente en el Cerro de las Pavas un santuario a Nuestra Señora de Fátima, para lo cual recrearon una gruta de piedra y a su alrededor fue construido un restaurante y un pupusódromo.

 

Las fiestas patronales de Cojutepeque son dos. La primera se celebra en el mes de enero dedicadas a la Inmaculada Concepción de María y San Sebastián Mártir, patronos de la ciudad y otra desarrollada en el mes de agosto dedicada a San Juan Bautista, conocida como "la feria de agosto"

Topónimo del municipio Comasagua, Departamento deLa Libertad, República de El Salvador, Centro América

Por Luis Montes Brito
Municipio: Comasagüa

Pertenece al Departamento de: La Libertad

Significado: La ciudad de los Mazahuas, Lugar o meseta donde abundan los venados, Los poseedores de venados o piñuelas silvestres, Planta ulcerada, Lugar de horquetas

Proviene del: Náhuat

 

Compilado por Luis Montes Brito

 

El topónimo Comasagüa es una evolución de Cuajmashahuatan, Cutmatzhuat, Comatzahuan, Comasagüa. Está conformado por los vocablos mazat, venado; otra variante asigna su etimología a los vocablos co, apócope de cohtan: monte, montaña; maza: piñuela; hua: que tiene y posee algo. 

Es una población prehispánica de origen pipil. En 1740, los registros históricos muestran su nombre como San Mateo Mazahua. En 1786 ingresó al Partido de Opico. El 28 de enero de 1865 pasó a pertenecer a la jurisdicción del distrito político-administrativo de Nueva San Salvador y del departamento de La Libertad. El 23 de mayo de 1865 según reporte del censo realizado en el departamento de La Libertad bajo la responsabilidad del gobernador José López, la población de Comasagua era de 303 personas.

En 1924 durante la presidencia de Alfonso Quiñonez Molina, le fue conferido el título de villa. El 13 de enero de 2001 la localidad fue severamente dañada por un terremoto.​ 

Para su administración Comasagua se divide en 9 cantones y 59 caseríos. Siendo sus cantones: El Conacaste, El Faro, El Matazano, El Peñón, El Rosario, La Shila, San Antonio, San Francisco, El Potrerón, San José El Porvenir.

El municipio de Comasagua es irrigado por diferentes ríos y quebradas, siendo algunos de ellos: San Antonio, El Refugio, San Vicente.

Comasagua pertenece a la zona conocida como la Cordillera del Bálsamo. Dentro de sus principales actividades económicas está el cultivo del café, bálsamo, ciertos vegetales y árboles frutales, así como la siembra de granos básicos (maíz, frijoles). Actualmente está en pleno desarrollo una pujante industria turística, compuesta por restaurantes, hostales, empresas dedicadas a servicios de guía de ecoturismo.  

Algunos lugares recomendados a visitar en este municipio son El Peñón, conocido como Quepis Salvadoreño o Piedra de Santiago, la Gruta de la Lima, un calendario indígena, labrado en piedra en el cantón El Peñón y la iglesia parroquial, la finca San Ernesto y el condominio ecoturístico Pontresina.

La topografía de la población, rodeada de cerros y vegetación exuberante, permite ubicar múltiples miradores naturales con vistas privilegiadas sobre la parte sur y las costas de El Salvador. 

Las fiestas patronales del Municipio se celebran en honor al Santo Patrono San Mateo Apóstol, del 13 al 21 de septiembre.

jueves, 25 de marzo de 2021

Topónimo del municipio Apastepeque, Departamento de San Vicente, República de El Salvador, Centro América

Por Luis Montes Brito 

Municipio: Apastepeque

Pertenece al Departamento de: San Vicente

Significado: En el cerro del apasteen el lugar del apaste, Cerro del alabastro, Cerro del paste de agua

Proviene del: Náhuat

 

Compilado por Luis Montes Brito

 

El topónimo Apastepeque está conformado por los vocablos Apas, apasti: alabastro*, vasija grande de barro; tepe, tepec, tepet: cerro, en, lugar.

Entre los años 600 D.C y el 1500 D.C se señala la antigüedad de restos arqueológicos adjudicados a su origen que han sido encontrados en el área en el lugar de “La pichichera”. Apastepeque es una población prehispánica muy antigua, de origen yaqui o pipil. Originalmente era conformado por dos pueblos: Apastepeque propiamente dicho y Saguayapa. En náhuatl "Saguayapa" significa “Ríos de ranas y arenas”, procede de las raíces Sa o shal, arena; Guay, rana (batracio sagrado entre los antiguos Toltecas); Apa:río, laguna.

Cuentan los habitantes, que según información obtenida de sus ancestros, que estos pueblos gemelos, estaban separados por una calle de 5 metros de ancho, que es la que actualmente pasa al norte de la iglesia parroquial Santiago Apóstol, la Calle Raymundo Lazo. La parte norte era ocupada por Saguayapa y la parte sur por Apastepeque. La porción septentrional de la población era ocupada por Saguayapa y la meridional por Apastepeque. El camino que hoy pasa por el cementerio y el río Ismataco completaban los linderos entre ambas comunidades indígenas. 

En 1616, su jurisdicción comprendía desde las orillas del sur del rio Titihuapa (en lo que ahora es Sensuntepeque) hasta llegar a Tecoluca (antiguo cacicazgo de Tehuacán). En el año 1616 los españoles partieron de Apastepeque para fundar lo que hoy es la ciudad de San Vicente y se asentaron pasando el rio Acahuapa en la zona del tempisque, fue entonces que los limites de Apastepeque quedaron hasta la orilla del rio Acahuapa.

El 12 de junio de 1824 durante la fundación del estado de El Salvador, el pueblo de Apastepeque fue inscrito en el listado de municipios que componían el departamento de san Vicente.

El 10 de febrero de 1874, durante la presidencia de Santiago Gonzáles le fue otorgado el titulo de villa. El 20 de mayo de 1916, durante la administración de Carlos Meléndez le fue reconocida la categoría de Ciudad. 

Para su administración Apastepeque se divide en 10 cantones y 59 caseríos. Siendo sus cantones: Calderas, Cotumayo, El Guayabo, Las Minas, San Felipe, San Jacinto, San José Almendro, San Juan de Merino, San Nicolás, San Pedro.

Su principal actividad económica es la agricultura donde dominan los cultivos de granos básicos (maíz y frijol), árboles frutales, café, caña de azúcar, las moliendas y la industria del dulce de panela. También hay actividad ganadera predominando el ganado vacuno, caballar, así como la crianza de aves de corral. El turismo también es una actividad económica importante en el municipio.  

Los principales atractivos turísticos de Apastepeque son los ríos Sisimico, Ismataco, San Felipe y El Amate; cerros El Cerrón, Los Chivos, de la Olla, Titiguisi, Tecomatepeque, San Jacinto, Palacios, Pila del Monte y El Cuervo, así como las lagunas Apastepeque con su principal atractivo el muelle flotante, piscinas, jardines y restaurantes, así como la Poza Azul. Las moliendas distribuidas en la jurisdicción también forman parte de la oferta turística del municipio. 

Las fiestas patronales son celebradas del 16 al 25 de julio en honor a Santiago Apóstol.

 

*Alabastro: Variedad de piedra blanca, no muy dura, compacta, a veces traslúcida, de apariencia marmórea, que se usa para hacer esculturas o elementos de decoración arquitectónica.

miércoles, 24 de marzo de 2021

Topónimo del municipio Apopa, Departamento de San Salvador, República de El Salvador, Centro América

Por Luis Montes Brito

Municipio: Apopa
Pertenece al Departamento de: San Salvador

Significado: Lugar de neblinas, Lugar de vapores de agua

Proviene del: Náhuat

 

Compilado por Luis Montes Brito

 

El topónimo Apopa se origina en los vocablos a, at: agua, río; Po, pu, pucti: vapor, humo; pa: en, sobre. Otras traducciones que se le dan es: donde abunda el vapor de agua, lugar de vapor de agua, ciudad de las nieblas. 

 

Es señalada como una población prehispánica de origen pipil. El 15 de enero de 1543 es señalado por algunos escritos sobre historia como la fecha en que Apopa fue erigido como pueblo. En 1807, en un reporte del corregidor intendente Antonio Gutiérrez Ulloa, describía a Apopa como un pueblo grande del Partido de San Salvador, cuyo vecindario se componía de 35 individuos españoles, 625 indios y 1,112 ladinos. En dicha localidad se cultivaba frutas, caña, maíz y arroz, a la vez que en las áreas rurales se criaba ganado. Desde el 12 de junio de 1,824, el pueblo de Apopa, formó parte del Departamento de San Salvador.  El 9 de marzo de 1,836 fue integrado en el Distrito Federal de la República de Centroamérica.  El 30 de junio de 1,839 una vez disuelta la República Federal de Centro América volvió a pertenecer al departamento de San Salvador como municipio del Distrito Norte. 

 

El 14 de noviembre de 1,860 según censo municipal de Apopa, esta localidad era habitada por 2,194 personas, existían 247 casas de paja y 79 de teja en el recinto urbano, más un número impreciso en el área rural. Su jurisdicción comprendía tres haciendas: El Ángel, San José Arrasola, San Nicolás.

 

El 7 de marzo de 1874 durante la presidencia de Santiago González a través de Decreto Legislativo le fue conferido el título de villa. 

 

El 7 de junio de 1,921 durante la administración presidencial de Jorge Meléndez a través de Decreto Legislativo le fue reconocida la categoría de Ciudad a la Villa de Apopa. 

 

En la actualidad, Apopa es una ciudad dormitorio y uno de los municipios más densamente poblados de El Salvador.

 

Para su administración Apopa se divide en 8 cantones y 41 caseríos. Siendo sus cantones: El Ángel, Guadalupe, Joya Galana, Joya Grande, Las Delicias, San Nicolás, Suchinango, Tres Ceibas.

Su principal actividad económica es el comercio, la industria, talleres de servicio y panaderías. También hay actividad agrícola siendo los cultivos más comunes: caña de azúcar, cereales, granos básicos, café, yuca, tomate, naranjas, piñas y cacao. En el rubro pecuario existe la crianza de ganado vacuno, porcino y caballar; así como aves de corral. Apopa es conocido por sus múltiples pupuserías donde la especialidad de éstas es la venta de pupusas gigantes. 

El principal atractivo turístico de Apopa, además de las pupuserías ya mencionadas, es un sitio paleontológico donde se encuentran tres yacimientos de fósiles animales y vegetales, junto al río Tomayate, considerado como el más diverso y grande de Centroamérica. Se han encontrado fósiles de mastodonte, caballo antiguo, tortuga y tigre dientes de sable, se estima que algunos de los vestigios encontrados oscilan alrededor de los 2.7 millones de años de antigüedad.  

 

Las fiestas patronales las celebran del 20 al 25 de noviembre, en honor a Santa Catarina Virgen y Mártir; también tienen la fiesta tradicional que celebran el 28 de octubre de cada año.

martes, 23 de marzo de 2021

Topónimo del municipio Cinquera, Departamento de Cabañas, República de El Salvador, Centro América

Por Luis Montes Brito

Municipio: Cinquera
Pertenece al Departamento de: Cabañas

Significado: Cerro de rocas y pacayas. También se le asigna la traducción de Cerro pedregoso de las pacayas o simplemente cerro de piedras y pacayas

Proviene del: Potón 


Compilado por Luis Montes Brito

 

El topónimo Cinquera se compone de los vocablos Cin, Zimzim: Pacaya; que: piedra, roca, peñasco; era: sierra, localidad, cerro. 

 

En la centuria de 1700, fue establecida la aldea de Cinquera en la hacienda San Nicolás, la cual en ese entonces era propiedad de la familia Ávalos. Dicho latifundio era atravesado por el Camino Real de Partidas desde San Salvador con rumbo a Suchitoto. De acuerdo con una versión popular difundida entre los pobladores de este municipio, una comerciante estableció su puesto en la localidad donde admitía la moneda «cinco de cacao», razón por la cual a su negocio se le denominó «casa de la cinquera». Sin embargo, esta historia no resiste el rigor histórico siendo descartada al analizarse la etimología de Cinquera, topónimo de origen lenca, que significa  en idioma potón «Cerro o lugar de piedras y pacayas».

 

En 1824 Cinquera fue parte del departamento de San Salvador. En 1835 perteneció al departamento de Cuscatlán, como parte del distrito de Suchitoto. En 1847, durante la presidencia de Eugenio Aguilar, fue erigido como pueblo con el nombre de San Nicolás Cinquera. En 1873 fue anexado al departamento de Cabañas.

En los años 1980-1992 durante el conflicto interno de El Salvador, Cinquera sufrió en su jurisdicción la dureza de la guerra, cuando la guerrilla del FMLN, específicamente tropas de las FPL masacraron a buena parte de sus habitantes, lo cual obligó a la mayoría de los sobrevivientes a abandonar dicho municipio. Sin embargo los que se quedaron en el municipio fueron sumidos en condiciones de extrema pobreza, situación que no ha sido superada varias décadas después de firmados los acuerdos de paz de 1992 que puso punto final al conflicto fratricida. En la actualidad (Marzo de 2021) los  dirigentes y los guerrilleros de dicha organización paramilitar que ordenaron y ejecutaron dicha masacre siguen impunes por estos crímenes de lesa humanidad.

Para su administración Cinquera se divide en 8 cantones y 8 caseríos. Siendo sus cantones: El Cacao, El Tulo, Huilihuiste, La Escopeta, San Antonio, San Benito, San Nicolás, Valle Nuevo.

La principal actividad económica es la agricultura de subsistencia, dominada por los cultivos de granos básicos (maíz, frijol y maicillo). 

Sus principales atractivos turísticos son el Hostal Bosque de Cinquera. Los residentes han hecho de los rastros del conflicto interno un atractivo turístico en el parque local.

Las fiestas patronales se celebran del 1 al 5 de diciembre en honor a San Nicolás Obispo. En el mes de febrero, hay otra fiesta que lleva el nombre de Romería de Cinquera.

 

El siguiente artículo apareció en la edición impresa del periódico español El País el día martes, 17 de mayo de 1983.

 

Cinquera, un pueblo enseñoreado por la muerte

 

Por Jesús Ceberio

Hace unos años, Cinquera llegó a tener cinco mil habitantes. La represión diezmó su censo hasta dejarlo en poco más de 600. Hoy sólo viven allí una docena de perros asilvestrados y una colonia de zopilotes, gordos como gallinas. Sus últimos vecinos huyeron despavoridos una semana antes, al término de una de las batallas más cruentas de la guerra civil salvadoreña. En dos trincheras abiertas fuera del pueblo se amontonan no menos de 70 muertos, algunos de ellos civiles ejecutados por la guerrilla tras juicio sumarísimo, sin que todavía se haya explicado convincentemente por qué esta vez no se respetó la vida de todos los rendidos. Más allá de la estrategia y la razón política, es muy posible que lo sucedido en Cinquera, cien kilómetros al noreste de San Salvador, sólo pueda entenderse desde una acumulación histórica de odios en una pequeña comunidad.

Cinquera fue uno de los semilleros de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), una de las cinco organizaciones que integran el frente unificado de la guerrilla. Se dice que sólo en esta zona se incorporaron a la lucha cerca de 2.000 hombres. Sus familias pagaron esta militancia con la vida o el exilio, hasta que el pueblo quedó convertido en un bastión dé la extrema derecha.

Unos 800 combatientes de las FPL tomaron posiciones en esta comarca la madrugada del 5 de mayo, dispuestos a tomarse la revancha de tantos años de persecución. Había en el pueblo 33 soldados y 40 patrulleros civiles. El tiroteo duró desde la 1.30 a las 7.30 de la mañana. Sólo sobrevivieron tres soldados. Nadie puede asegurar cuántos civiles murieron durante el combate.

La batalla de Cinquera se extendió a los cerros próximos, a los caminos y a algún que otro caserío. Un autobús que llevaba soldados y paisanos fue ametrallado, con un saldo de 10 muertos. En un destacamento de montaña del Ejército murieron otros ocho soldados y se rindieron 16 más. La localidad de Tejutla fue también atacada. Los cálculos más fiables hablan de por lo menos 150 muertos entre militares, civiles y guerrilleros para conquistar un pueblo de apenas 600 habitantes, en su mayoría niños.

Pero con la rendición no llegó la calma. Las casas fueron registradas en busca de los patrulleros civiles. En la de Antonia Albarán entraron recién callados los fusiles. Se llevaron a su marido, Jesús Monje, y a su hijo, Elmer, de 18 años. Rodeada de sus otros seis hijos en la plaza de Tejutepeque, donde se ha refugiado, no oculta que ambos eran de la defensa civil.

"Cuando se los llevaban les pedí que no los mataran. Me dijeron que no iban a matar a nadie, que no eran asesinos. Por la tarde vinieron unos vecinos a decirme que mi hijo estaba tirado en la trinchera y que se lo estaban comiendo los cerdos. Lo mataron a bala. Tenía tres tiros".

La familia de Antonia vino a Cinquera hace tres años. Procedían del cantón El Cacao. Eran los nuevos pobladores adictos que quería el Ejército para asegurar un pueblo que está a mitad de camino entre las presas del Cerrón Grande y el Guayabo, y por donde pasa el corredor que une los santuarios guerrilleros de Morazán y Chalatenango.

Silencio guerrillero

"Querían acabar con todos los hombres", sigue diciendo Antonia, "por odio, porque no andábamos con ellos". Resulta imposible averiguar cuántos patrulleros civiles fueron pasados por las armas tras el combate. Antonia asegura que todos, pero allí mismo, junto a ella, está Basilio Franco, uno de los dieciséis a los que se respetó la vida, a pesar de que él mismo admite que formaba parte de la estructura paramilitar. "No me convenía morir", dice por toda explicación. Otra mujer, María Agustina Escobar, que tiene siete hijos, el mayor de 11 años y el menor de pecho, dice, entre sollozos, que también a su marido fueron a buscarlo a casa pasadas las seis de la mañana. "Le dijeron que les acompañara para enseñarles no sé qué cosa. A las cinco de la tarde salí a buscarle porque estaba angustiada. Su cuerpo estaba en un zanjón, en medio de otros muchos, cadáveres".

Nadie sabe a ciencia cierta qué ocurrió en el pueblo a lo largo del domingo, porque las mujeres permanecieron encerradas en sus casas. Todo parece indicar que las FPL, montaron unos juicios sumarisimos y en ellos condenaron a muerte a los cabecillas más connotados de la defensa civil. Es ésta la primera vez que una organización guerrillera rompe el principio de respetar la vida a los prisioneros de guerra, lo que les ha dado excelentes resultados tácticos.

¿Por qué? Ni las propias FPL lo han explicado, tal vez porque este episodio contradice las recientes conclusiones de su comité nacional, que decidió aplicar esta norma en todos los casos y manejarla como elemento de propaganda para reducir la combatividad. del enemigo.

Venganzas personales

Los supervivientes aseguran haber reconocido entre los ocupantes de Cinquera a varios nativos del pueblo. Algunos buscan una explicación de las ejecuciones en presuntos odios vecinales. Una historia, en fin, más impregnada de venganza que de razones políticas, algo que es bastante habitual en las guerras civiles. Pero más allá de los fusilamientos, la batalla de Cinquera continuó hasta el miércoles de la pasada semana. El Ejército montó una operación espectacular para rescatar su antiguo bastión. Dos aviones A-37 ametrallaron el pueblo y cañones de 120 milímetros dispararon al menos un centenar de proyectiles, lo que, según un experto, equivale a más de dos millones de pesetas. La infantería avanzó por fin a través de una jungla que ya había sido despejada por la guerrilla.

Cuando el Ejército entró ese día en Cinquera sólo quedaban mujeres y niños. Apenas medio metro de tierra cubría los cadáveres sepultados colectivamente en las mismas trincheras que un año antes habían sido excavadas alrededor del pueblo, cuando el coronel Sigfrido Ochoa tenía a gala haber limpiado de guerrilleros su departamento de Cabañas.

El mismo miércoles empezó el éxodo hacia Tejutepeque, a unos 16 kilómetros. Dos días después, Cinquera era un pueblo fantasma. La batalla había costado la vida a una cuarta parte de sus habitantes.

El camino de tierra que conduce desde Tejutepeque hasta Cinquera es el más solitario que uno haya visto nunca. Las huellas de la guerra asoman a cada rato en el esqueleto de algún caserío abandonado. El canto de los pájaros es el único ruido a lo largo de 16 kilómetros de bosque tropical sin fin, donde cualquier emboscada es posible.

Soldados hambrientos

En el trayecto sólo hay un pequeño destacamento de soldados en el cerro La Mesa. Son tan pocos que casi parecen una tentación para la guerrilla. Uno de ellos explica que hay una compañía (120 hombres) por los alrededores. La jungla parece habérselos tragado. Ningún ruido les delata. Tres días llevan casi sin comer estos soldados, que no se atreven a abandonar sus posiciones ni siquiera para recoger los mangos que ofrecen los árboles en increíble abundancia. Varios de ellos tienen apenas 17 años y ya llevan dos en armas. Desde La Mesa hay un descenso de cuatro kilómetros hasta Cínquera. Una bandada de zopilotes volando en circuito señaliza el pueblo. A la entrada, media docena de perros hambrientos se lanzan contra el coche. El festín de cadáveres no parece haberles saciado.

Cinquera es una plaza cuadrada, dos calles descendentes y cuatro transversales. La comandancia y la alcaldía son los dos únicos edificios destruidos. Hay cientos de impactos de bala en algunas fachadas. Pero todo ello es algo habitual en muchas posiciones salvadoreñas. Se diría que es un pueblo dormido.

Los restos del drama se desparraman en la plaza: un machete con sangre, un casco militar perforado, cuatro cajas de munición destripadas y un disco roto con la marcha nupcial de Mendelssohn. Una cabeza furtiva asoma por una puerta. Sólo después de presentarnos como periodistas enfunda su revólver y cinco sombras más salen de las puertas cercanas. Son milicianos de las FPL.

Guerra entre pobres

Uno de ellos explicó lo ocurrido aquí como "una limpieza", aunque después todos se resisten a admitir que hubiera ejecuciones. "Se les aniquiló porque estaban combatiendo", explica Licho, nacido a cuatro kilómetros de Cinquera y combatiente de las FPL desde hace cinco años. Insiste en que, a todos los que se rindieron se les respetó la vida. "Hubo muchos muertos, porque fue una cosa bien fregada". Nelson acepta que hubo fusilamientos de gente que había cometido fechorías en el pueblo y en los campamentos guerrilleros, donde entraron alguna Vez acompañando al Ejército. "Allí mataban a todo el que encontraban". Como muestra enseña una enorme cicatriz en el cuello, hecha con bayoneta. "Me dieron por muerto en San Antonio hace tres años, y eso me salvó". También él nació en un caseno proximo. Su propia historia es tal vez la única explicación de lo ocurrido en este pueblo fantasma. Los seis guerrilleros han regresado para llevarse cuanto les sea útil. Han encontrado machetes, sogas, cántaros de agua y dos sacos de maíz. Con su carga a cuestas, como ladrones furtivos, salen caminando hacia la floresta, mientras nuestro coche inicia el regreso.

Todos los elementos de la tragedia salvadoreña parecen haberse citado en Cinquera, un pueblo donde, a falta de grandes ricos, los pobres se matan entre sí desde hace cinco años. Los guerrilleros hurgando entre los escombros, los soldados que no tienen qué comer y, las familias huérfanas que esperan en la plaza de Tejutepeque la caridad de la Cruz Roja son sólo tres secuencias de una guerra entre pobres.