Tomado de The Wall Street Journal
Luis Alberto Cuan Lio (con camiseta anaranjada) y su esposa Yordana Bravo Pérez (sentada en el colchón) llegaron a EE.UU. después de una travesía que los llevó a Ecuador, Perú y México. MICHAEL STRAVATO para The Wall Street Journal
Nueva ola de cubanos
llega a EE.UU.
En
junio, Luis Alberto Cuan Lio voló con su esposa embarazada, Yordana Brazo
Pérez, de Cuba a Ecuador como turistas. Era la primera escala de una travesía
que terminaría cuando ambos cruzaran por tierra la frontera de México hacia
Estados Unidos, donde están construyendo una nueva vida.
Este
año, una ola de inmigrantes indocumentados de América Central acaparó los
titulares, pero más de 22.000 cubanos ingresaron a EE.UU. por tierra en los 12
meses que terminaron el 30 de septiembre, el doble que en el mismo periodo del
año previo. Además, otros 3.940 cubanos buscaron llegar a territorio
estadounidense a través de rutas marítimas, casi el doble que el año previo y
el número más alto desde 2008, cuando la isla fue golpeada por varios
huracanes, sus exportaciones estaban de capa caída y Raúl Castro asumió la
presidencia.
Los
factores detrás de este nuevo éxodo apuntan al relajamiento de las
restricciones de viaje que el gobierno cubano decretó el año pasado y una falta
de esperanza entre los ciudadanos sobre las perspectivas económicas de su
nación.
“La
gente está cada vez más frustrada con el alcance y el ritmo de las reformas
económicas”, dijo Ted Henken, profesor de estudios latinoamericanos en el
Baruch College en Nueva York.
Washington
también ha relajado las restricciones de visas para cubanos que llegan por aire
como turistas, algunos de los cuales se cree se quedan en EE.UU. Cerca de
300.000 de estas visas fueron emitidas en el año fiscal que terminó el 30 de
septiembre de 2013.
La
Sección de Intereses de Cuba en Washington, la representación consular de la
isla en la capital estadounidense, no respondió llamadas pidiendo comentarios.
Los inmigrantes cubanos en EE.UU.
gozan de un trato especial. La Ley de Ajuste Cubano de 1966 permite que
aquellos que tocan suelo estadounidense puedan quedarse en lugar de ser
deportados. También reciben algunos de los beneficios que son concedidos a
refugiados que huyen de la persecución. Después de un año, pueden solicitar la
residencia permanente o green card.
El
número de cubanos recién llegados palidece junto a los alrededor de los 130.000
centroamericanos que cruzaron a EE.UU. sin documentos en el último año fiscal, o
los estimados 125.000 cubanos que llegaron por mar en el éxodo del Mariel en
los años 80. Pero las llegadas por tierra abren un nuevo capítulo en la
migración cubana hacia EE.UU., y los expertos esperan que el éxodo aumente.
En la
frontera entre México y Texas, los cubanos se unen a los que esperan permiso
para entrar a EE.UU. “Saben exactamente a dónde ir, llegan con sus documentos y
dicen que quieren acogerse a la Ley de Ajuste Cubano”, dijo Adriana Arce,
directora asistente en el puerto de entrada de Laredo de la Oficina de Aduanas
y Protección Fronteriza, que ha tenido que aumentar su personal para procesar
el aumento en las llegadas. Después de una entrevista, los cubanos usualmente
reciben permiso para ingresar bajo palabra, un proceso que toma alrededor de
dos horas. Luego, armados con papeles concedidos por el gobierno, son libres
para ir a donde quieran.
Cuan,
un médico, y su esposa, una maestra de preescolar, ahorraron dinero por años y
con la ayuda de amigos y parientes en EE.UU. pagaron su viaje, que costó
alrededor de US$8.000.
“Perdimos
la esperanza de que Cuba mejorara”, dijo Cuan, de 47 años, quien dice que en la
isla ganaba el equivalente a US$20 al mes. En lugar de arriesgar sus vidas en
el mar, optaron por una ruta más segura, aunque más larga y cara.
La
pareja voló a Ecuador porque no necesitaban visa para ingresar a ese país,
luego viajaron a Lima, donde consiguieron pasaportes peruanos falsos que les
permitieron ingresar a México sin visa. En Monterrey, tomaron un bus a Laredo,
donde les dijeron a inspectores fronterizos estadounidenses que eran ciudadanos
cubanos.
Ahora
viven en Houston, donde están siendo ayudados por los Servicios de Refugio de
Texas. La agencia sin fines de lucro procesó en el tercer trimestre a tantos
cubanos como a asilados de todos los otros países combinados. “Es mucha gente
al mismo tiempo”, dijo Sara Kauffman, directora de área.
Wafa
Abdin, vicepresidenta de Caridades Católicas de la Arquidiócesis de
Galveston-Houston, dice que este año la agencia ha estado atendiendo a
alrededor de 50 cubanos a la semana, frente a entre cinco y 15 semanales dos
años atrás. “Nuestro personal está acostumbrado a ayudar a todos los que cruzan
la puerta”, eso está llevando al límite los recursos, dijo Margaret Ayot,
supervisora del programa.
YMCA
International Services de Houston ayudó a 700 refugiados de África, Asia y
otros países en el año fiscal 2014. En el mismo periodo, proveyó asistencia a
434 cubanos. “Vienen a nosotros y juntos ideamos un plan rápidamente”, dijo
Jeff Watkins, director ejecutivo.
Los
cubanos son aptos para recibir una asistencia en efectivo durante ocho meses,
seguro de salud y servicios de búsqueda de empleo así como clases gratuitas de
inglés, entre otros beneficios ofrecidos a refugiados. Para una familia de
tres, ocho meses de asistencia en efectivo equivale a un total de US$4.300,
para una sola persona es alrededor de US$2.500. Los cubanos también reciben
cupones de alimentos si cumplen con ciertos requisitos de ingresos.
Algunos
dicen que los cubanos no son refugiados en el sentido tradicional de la
palabra, aunque tienen esos derechos. “La mayoría de cubanos son migrantes
económicos”, dijo Jodi Goodwin, un abogado de inmigración que trabaja cerca de
la frontera con Texas. EE.UU. recibió a 70.000 refugiados el año pasado, en su
mayoría de África, Asia y Medio Oriente.
Los
cubanos que toman la ruta marítima para llegar a Miami usualmente son los más
pobres, viajando en embarcaciones de acero corrugado, madera y poliestireno,
según el capitán Mark Fedor, jefe de reacción del Séptimo Distrito de la
Guardia Costera de Miami. El ritmo de las recientes llegadas está causando
alarma, dijo. “A veces son cosas tan ingeniosas las que arman”, dijo. “Pero tan
poco aptas para el mar”.
Se
espera que la ola de cubanos se acelere, dicen los expertos, especialmente si
la economía estadounidense sigue mejorando.
Cuan
dice que está buscando empleo en cualquier campo tras recibir su autorización
de trabajo y número de Seguro Social. “No tenemos nada aquí”, dijo. Pero “es un
mejor lugar para vivir”.