Por Dra. Margarita Mendoza Burgos
El de los hermanos gemelos es un tema que permanentemente ha generado mitos y leyendas del mismo modo que ha escondido verdades. Se trata de algo tan difuso que las mismas películas sobre el tema, en especial las comedias o del género de terror, alimentan esa confusión.
Algo es seguro: cada vez hay más gemelos. Según CNN, aproximadamente 33 de cada 1.000 nacimientos humanos en Estados Unidos son gemelos.
Esta tasa, asegura el informe, ha aumentado en las últimas décadas, a medida que “hay más mujeres que se casan más tarde y toman medicamentos para la fertilidad o fertilización in vitro, factores que aumentan la probabilidad de nacimientos múltiples”.
Para empezar, hay que decir que en los gemelos idénticos ese vínculo puede ser más fuerte de lo normal, pues comparten el mismo patrón genético y tendrán ambos el mismo sexo, es decir que son producto de la unión de un óvulo con dos espermatozoides.
En los gemelos fraternos, en cambio, se juntan dos óvulos con dos espermatozoides, pero el mayor vínculo se establece al nacimiento, que es cuando empiezan a interactuar el uno con el otro. Además, se diferencian por el código genético.
Los fraternales, como hermanos comunes, no son idénticos. Sin embargo, los gemelos idénticos sí son muy similares.
En el caso de gemelos idénticos que han sido separados al nacer, pueden mostrar una variedad de coincidencias al reencontrarse de adultos, como lo retratan muchos filmes. Pero el vínculo de su relación variará bastante más de las de aquellos que permanecieron juntos desde su nacimiento. No hay razón para creer que se enferman de las mismas cosas. Sin embargo, si hablamos de enfermedades contagiosas es más probable que ambos la contraigan simultáneamente.
Por tratarse de gemelos es común que tengan una apariencia similar, pero su personalidad tiende a ser completamente diferente a pesar de que ambos hayan sido educados con los mismos valores. También puede considerarse un mito el hecho de que existan celos entre ellos. En realidad, como en todos los niños pueden tener celos, ya que son parte de la naturaleza humana, pero no por su condición de hermanos gemelos. En todo caso, de existir, serán los padres los que deban manejar la manifestación de los mismos. Lo mismo aplica en el caso de las peleas. Eso sí, el hecho de educarlos al mismo tiempo y de pasar juntos gran parte del día juntos los puede hacer más cómplices y generar una afinidad mas profunda que entre hermanos de edades dispares
Nada es más fascinante para un científico que estudiar casos de gemelos, ya que ayudan a responder a antiguas preguntas sobre la naturaleza frente a la crianza. Los gemelos idénticos comparten los mismos genes, por lo que las diferencias entre ellos -más o menos arrugas en la piel- podrían ser el resultado de su entorno. “Los estudios sobre la salud humana están plagados de estos factores confusos”, dijo Jeffrey M. Craig, profesor asociado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Deakin, Australia. Esto incluye, según el profesional, “cuándo nació una persona, dónde nació y cuál es su nivel socioeconómico, su etnia y su género. A menudo, los gemelos son controles perfectos”.
Puede resultar difícil educar a un par de gemelos, pero no se necesita una psicología especial para tratarlos. Algo importante es intentar evitar las comparaciones y todo lo que generalmente se usa entre hermanos. En mi experiencia personal, ya que soy madre de mellizos -es decir, gemelos fraternos-, yo estuve de acuerdo en que estuviesen en aulas separadas, ya que de esa forma podían desarrollar más su propia personalidad y talentos sin ser tan proclives a la comparación del uno con el otro.
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones
en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y
Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.
Mi
actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos
direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica
privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de
comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de
extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional
estigma.
Fui
la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en
ejercer dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente
he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas,
Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o
Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de
U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo
acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la
Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el
campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde
compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La
tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y
teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del
mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia
regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes
que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos
acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.
Trato
de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a
la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos,
porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más
convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su
vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el
ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo
adulto o se independizó, e incluso después.