sábado, 29 de julio de 2023

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: CAIDAS Y RISAS

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos


Hace unos días se hizo muy viral un video donde Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, sufre una caída durante un acto público. A pesar de ser alguien muy respetado y tratarse de una persona de la tercera edad, para muchos fue inevitable reaccionar con una carcajada. ¿Por qué? ¿Qué nos pasa que las caídas ajenas nos provocan risa?

En realidad es por lo absurdo de la situación, por los gestos de desconcierto de las personas implicadas y porque es una forma de sacar el nerviosismo que provoca esa situación inesperada en la cual ya no podemos hacer nada.

Una teoría psicológica sugiere que la risa en este tipo de situaciones puede ser una forma de aliviar la tensión o el estrés que se experimenta al presenciar un evento inesperado o potencialmente peligroso. Ver a alguien caerse puede activar una respuesta de sorpresa o preocupación, pero la risa puede ser una forma de liberar esa tensión y reducir la ansiedad.

Además, se trata de una risa difícil de reprimir. Se necesita mucho esfuerzo para hacerlo, ya que nos damos cuenta de lo infravalorado que es para el que la sufre y además ante una posible mala consecuencia de la misma. Si estamos viendo la caída en vivo, más allá de la risa inicial debemos ser proactivos en caso de que la persona implicada pueda haberse lastimado. Cuando estamos viendo un video es diferente, ya que no podemos hacer nada, somos simplemente testigos involuntarios.

Además, existe una teoría llamada "teoría de la superioridad" que sugiere que la risa en respuesta a los tropiezos o caídas de otras personas puede ser una forma de reafirmar nuestra propia sensación de superioridad o seguridad. Al reírnos, podríamos expresar un sentimiento de alivio de que no somos nosotros los que estamos en esa situación incómoda.

Otro aspecto importante para que esa risa se produzca tiene que ver con la distancia psicológica. Si Joe Biden fuera tu padre o tu abuelito, no te reirías. Esta distancia, además, genera un efecto curioso. Mientras mayor sea la tragedia, mayor debe ser la distancia para que algo nos provoque la carcajada.

Sin embargo, hay que aclarar que no es el mismo efecto que nos produce una caída cuando estamos viendo una comedia en el cine o en la televisión. En esos casos, aunque el guion nos sorprenda, en las caídas damos por sentado que no implica riesgo para el que la sufre y por eso reímos sin culpa.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infanto-juvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

sábado, 15 de julio de 2023

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: RULETA RUSA SEXUAL

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

En los últimos meses cada vez es más común leer o escuchar el término “chemsex”. Se trata de una combinación de las palabras "chemicals" (productos químicos) y "sex" (sexo), y se utiliza para describir un fenómeno en el que se involucra el uso de sustancias químicas durante encuentros sexuales. Esto combina drogas recreativas como la metanfetamina (también conocida como "cristal"), el GHB (gamma hidroxibutirato) y las catinonas sintéticas, con el fin de intensificar la experiencia sexual.

 

El chemsex, que puede durar hasta 72 horas en una especie de maratón, se ha asociado principalmente con la comunidad LGBTQ+ y es más común en entornos urbanos. Suele llevarse a cabo en fiestas sexuales o encuentros grupales, donde los participantes consumen drogas para aumentar la energía, reducir las inhibiciones y prolongar la actividad sexual.

 

Antes de esto, sólo conocíamos el Viagra. Pero ahora se recurre a químicos no únicamente para mantener una erección más tiempo sino también otras sustancias que prometen hacer sentir hasta fuegos artificiales cada vez que tengan sexo. Por supuesto,  esto conlleva un riesgo para la salud aun en gente joven y que se cree sana, porque el corazón, todo el aparato circulatorio y el cerebro tendrán un desgaste mayor que con las relaciones sexuales normales.

 

La curiosidad puede atrapar a muchos. Las personas oyen campanas y sin conocimiento médico quieren apuntarse a probar todo aquello que les promete la gloria sin darse cuenta que si algo suena demasiado bien es porque en el fondo esconde algo negativo.

 

Si bien la gente se asusta de los efectos colaterales de cualquier fármaco, luego se mete en el cuerpo basuras que les prometen la felicidad total, como pasa con toda droga. Es más, si logran ese paraíso y viven para contarlo, pueden volverse dependientes del mismo. Como consecuencia de ello, probablemente ya no le vuelvan a agradar las relaciones sexuales normales y no lograrán encontrar clímax ni placer sin estas drogas.  

 

La “felicidad sexual” tiene su precio, y suele ser caro. Quienes usan Viagra andan con el pene erecto por horas y pueden tener Priapismo o sea que la erección se prolongue  más de lo deseado. El uso de drogas durante el sexo puede aumentar la probabilidad de prácticas sexuales de riesgo, como el sexo sin protección, lo que puede llevar a la transmisión de infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH.

 

Según un estudio realizado por la revista estadounidense Springer, “la administración de cocaína aumenta el deseo sexual de forma dependiente de la dosis y disminuye la probabilidad de empleo del condón: el papel de la demora y el descuento de probabilidad en la conexión de la cocaína con el VIH”.

 

Estas sustancias pueden alterar la percepción del tiempo, el estado de ánimo y la conciencia, y pueden tener un impacto en la conducta sexual y en la toma de decisiones. Al final, no es otra cosa que una ruleta rusa sexual, un juego que tarde o temprano termina mal.


Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infanto-juvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

sábado, 1 de julio de 2023

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: REDES QUE MATAN

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos



Son tiempos difíciles para las mujeres. Al acoso físico, que no ha mermado, se le suma el acoso virtual, ejercido sobre todo a través de las redes sociales con mucha impunidad. A través de diversas plataformas en línea, las mujeres enfrentan ataques, acoso y violencia de género que afectan su bienestar, su seguridad y su participación activa en la sociedad digital. En fin, se trata de una forma más sencilla y cruel, pero sobre todo llena de variantes.

Se manifiesta de diversas formas, incluyendo el envío de mensajes de odio, amenazas, difamación, divulgación no consensuada de imágenes íntimas, suplantación de identidad y otros comportamientos abusivos. Va desde faltarnos al respeto si escribimos algo hasta el acoso con diferentes vulgaridades y amenazas basándose en el anonimato.


Hubo una época al iniciar el uso de estos medios digitales, alguien, un antiguo consultante, usaba diferentes perfiles para insultarme. Me amenazaba por el diagnóstico que había recibido de mi parte. Lo peor de todo fue que, sabedora de quién era, contacté a los padres y justificaron la conducta de su hijo sin darse cuenta que no había razón para la misma.

Por lo general, estos ataques son impulsados por la misoginia, el sexismo y la violencia de género arraigados en nuestra sociedad, y se intensifican en el entorno digital, donde la impunidad y el anonimato facilitan la perpetuación de este tipo de conductas.

A veces los profesionales tenemos que hablar de problemáticas que existen, pero nadie desea escuchar. He leído casos de pacientes que mataron al médico al decirles que padecía cáncer. También suelen mandar imágenes obscenas de sus miembros y muchos más, que gracias a Dios y mucho cuidado no he tenido que afrontar, pero sí algo que muchas mujeres y jóvenes que han nacido en esta época tuvieron que sufrir. Por eso se recomienda ser prudente. Lo que pones en las redes se propaga en instantes y permanece allí de por vida ante miles de ojos que ni siquiera conoces.

El libro Violencias de género en entornos virtuales, de Trinidad Donoso Vázquez, detalla algunos aspectos claves que ayudan a entender por qué las nuevas tecnologías son un terreno fértil para los acosadores: 1) accesibilidad (“facilita que cualquier persona pueda hacer un mal uso”); 2) anonimato (“aumenta la sensación de impunidad del delincuente”); 3) diversidad (”amplía el rango de posibilidades para ejercer la violencia”); 4) constancia (“posibilita una insistencia desconocida hasta ahora”); 5) ubicuidad (“no importa la distancia geográfica”); 6) potencia (“el control y acoso a través de internet posibilita al delincuente tomar control de las esferas pública y privada de la víctima”) y; 7) falta de control (“añade una sensación importante para la víctima al aumentar su sensación de angustia y otorgar más poder al delincuente”).

Ese acoso tiene consecuencias graves para las mujeres que lo experimentan. Puede afectar su salud mental, generando ansiedad, depresión y estrés postraumático. Además, daña su autoestima, su imagen corporal y su capacidad para participar libremente en espacios en línea. Muchas mujeres optan por abandonar las redes sociales y otros espacios digitales para protegerse, y eso tampoco está bien. Definitivamente, autocensurarse no es el camino. Pero ser precavidas es una buena receta, así que lo mejor es no compartir datos personales, no aceptar a cualquier desconocido como amigo digital y aprender a bloquear a abusivos.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infanto-juvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.