domingo, 28 de agosto de 2022

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: ASPERGER

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

 

Cuando en 1943 el médico austríaco Hans Asperger desarrolló y presentó una serie de estudios sobre la neurología atípica en los niños jamás imaginó que su nombre pasaría a la posteridad. Es que por aquel entonces, en medio de la II Guerra Mundial, nadie le hizo demasiado caso. Además, sus escritos estaban en idioma alemán y nadie se tomó el trabajo de traducirlos. Y, por si fuera poco, parte del material acabó extraviado tras un incendio en su clínica. Por todas esas razones sus investigaciones permanecieron ignoradas por la comunidad psiquiátrica durante mucho tiempo.
De hecho, el término Síndrome de Asperger, en su honor, empezó a usarse recién en 1991 y entre las celebridades que lo padecen están el millonario Elon Musk, los actores Anthony Hopkins y Keanu Reeves, la activista Greta Thunberg, el director Steven Spielberg, el filántropo Bill Gates y la cantante Susan Boyle. 

Es uno de los trastornos del desarrollo, el cual suele cursar con inteligencia normal y tiene problemas más en el plano emocional, ya que se les dificulta expresar y entender emociones y puede derivar además con problemas del aprendizaje más específicos, como dificultades de lateralidad o desarrollo del lenguaje.

Se caracteriza por las dificultades que el individuo tiene en el ámbito de la comunicación y la interacción social. Las personas con síndrome de Asperger no presentan ningún déficit intelectual, pero sí se les complica relacionarse con los otros.

Tiene una base biológica y hay un componente hereditario. Es frecuente que existan más casos de trastorno del espectro autista en una misma familia. Se estima que aproximadamente dos de cada 10.000 niños padecen el trastorno. 

No es casualidad que este trastorno lo padezcan individuos con mentes brillantes, como algunas celebridades mencionadas arriba. Al centralizar más la atención en ciertos aspectos y de manera constante desarrollan más las capacidades que son de su interés y en las cuales resultan más brillantes.

Los ejemplos que conocemos como Greta Thunberg y Elon Musk son apenas parte de un conjunto más amplio y donde, definitivamente, el conocer sobre el problema y qué medidas seguir harán que algunos destaquen más que en situaciones en donde la familia no tiene idea de lo que ocurre con su hijo. 

El diagnóstico es importante, ya que si los padres ignoran esas señales podrán pensar que las dificultades de sus hijos son más problemas de inteligencia y como consecuencia de ello los pueden dejar de lado e incluso estigmatizados. Eso, por supuesto, no logra ninguna salida adecuada al problema. 

Algunos síntomas para tener en cuenta: tienen pocas habilidades sociales, presentan dificultades para mantener el ritmo normal de una conversación y generalmente no establecen contacto visual. Además, suelen tener conversaciones restringidas a un determinado tema. Generalmente hay que tener mucho cuidado a la hora de diagnosticar por el riesgo a encasillar bastante a los menores que lo padecen y sobre todo al poco conocimiento que existe. 

La mejor forma de tratar el Síndrome de Asperger es orientar a la familia y desarrollar una tabla de aspectos educativos a seguir. Pero más allá de eso es importante el trato que debe dárseles, ya que quienes presentan este trastorno pueden alcanzar total autonomía y una buena calidad de vida.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infanto-juvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

 

sábado, 13 de agosto de 2022

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: PADRES NIÑOS Y TELEFONOS CELULARES

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

El teléfono celular se ha convertido en mucho más que un teléfono. Se trata de un pequeño objeto de metal que nos comunica con el mundo, nos informa, nos provee de música, de películas. Es a la vez radio, televisión, libro, periódico, GPS, diccionario y cientos de funciones más… Demasiada tentación para olvidarnos de él por un par de horas. 

Sin embargo, desconectarnos de él en ciertos períodos es más que recomendable por nuestra salud mental y por el bien de nuestros hijos. Es fundamental que el tiempo que pasamos con ellos el teléfono celular no sea un elemento distractor, y mucho menos que interrumpan un buen momento familiar. Para los niños puede tener consecuencias graves. 

Psicólogos y otros expertos en desarrollo infantil han investigado a lo largo de los años cómo afecta a los niños el uso que sus padres hacen de las nuevas tecnologías y al mismo tiempo ayudar a las familias a mantener un uso responsable de los dispositivos digitales.

Hace unos años, el Centro Médico de Boston hizo un interesante estudio: observaron en detalle a 55 grupos de padres y niños pequeños mientras comían en restaurantes de comida rápida y se registraron los comportamientos de ambos, incluyendo la frecuencia con que los padres utilizaban sus teléfonos durante la comida. 

Los resultados fueron asombrosos. Encontraron que 40 de los 55 sacaron algún dispositivo móvil durante la comida, y mientras algunos sólo lo miraban brevemente. Alrededor del 40% estuvieron absortos en su pantalla durante toda la comida, ignorando por completo a sus hijos. Según consignan los investigadores de este estudio, los adultos que estuvieron enfocados en sus dispositivos, respondieron con más probabilidad con dureza a los niños, tanto física como verbalmente.

Cuando el niño intentaba conversar y el progenitor respondía a destiempo o con otro tema que no estaba en sintonía con lo que el niño decía, la respuesta a esta ignorancia se traducía en acciones para llamar la atención por parte del niño o la resignación total. 

Una investigación realizada por psicólogos de la Universidad de Essex, de otro tipo pero igualmente valiosa, encontró que la mera presencia de un teléfono móvil en la mesa -incluso aunque esté apagado- hace que los que están sentados alrededor de la mesa se sientan más desconectados, y mantengan conversaciones menos profundas y más centradas en temas de poca importancia por temor a ser interrumpido.

Definitivamente es un aspecto que los padres deben cuidar. La primera sensación que perciben nuestros hijos al ver a un progenitor pendiente de su smartphone es que ellos no son importantes y que no les atienden en lo que están hablando. Poco a poco copiarán este uso también, ya que este ha sido su ejemplo y lo verán como algo normal. 

Nada es más importante que nuestros hijos, por lo tanto ellos merecen aún más respeto que cualquier extraño que nos esté enviando un mensaje o ver un video viral de Tik Tok.

Se recomienda únicamente usarlo para contestar si es algo urgente y limitar la llamada al mínimo de tiempo posible. 

Además, será difícil que un padre adicto al teléfono imponga reglas a sus hijos, sobre todo en uso de dispositivos móviles. Aquí es cuestión de predicar con el ejemplo. De lo contrario, ellos dirán que es injusto y al final será complicado poder controlarlos. 

Más allá de lo nocivo que resulta para el grupo familiar el uso del teléfono en cuanto a la interrupción de las comunicaciones, hay otro detalle no menor. Lo peligroso que significa desatender a un niño, más todavía si es pequeño, por distraerse con el celular. Si usarlo en una comida se considera una falta de respeto, hacerlo en otras circunstancias (manejando, caminando, etc.) podría ser poco menos que un atentado y llegar a ser fatal. Se han dado casos de que por ir hablando por celular y no fijarse, los hijos se pasan una calle, se caen o provocan un accidente. 

Por todo esto, lo más recomendable es que los padres tengan su propio espacio para consultar el teléfono. Por ejemplo, levantarse antes que los niños para revisar el correo y los mensajes. Es fundamental mantener las comidas, hora de dormir o momentos en el vehículo libres de tecnologías, de manera de encontrar momentos que permitan a las familias charlar sin interrupciones.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.