Por Compartiendo mi Opinión
La Asamblea General, en sus resoluciones (A/RES/66/282, A/RES/68/276 y A/RES/72/284) que se establecieron como resultado del Examen de la Estrategia Global de las Naciones Unidas contra el Terrorismo, destaca el importante papel de las víctimas en la lucha contra el terrorismo y la prevención del extremismo violento, a la vez que reconocen y defienden sus derechos humanos. Así mismo, establecen que construir resiliencia en las víctimas y sus familias mediante la provisión de apoyo y asistencia adecuadas inmediatamente después de un ataque y en el largo plazo, es el primer paso para reconocer que las víctimas son menos vulnerables a los impactos del terrorismo y pueden sobrellevar, sanar y recuperarse rápidamente después de un ataque.
El proyecto de resolución sobre la mejora de la cooperación internacional para ayudar a las víctimas del terrorismo (A / 73 / L.88) reconoce específicamente este hecho, es decir, la importancia de que las víctimas se recuperen en pro de una cohesión social de la sociedad.
Hoy, aunque el número de países afectados por el terrorismo va en aumento, la mayoría de las víctimas se concentra en un pequeño grupo de Estados Miembros. Ante este escenario, las víctimas del terrorismo luchan para que se escuchen sus voces, se apoyen sus necesidades y se respeten sus derechos. Sin embargo, a menudo se sienten olvidadas y abandonadas una vez que se atienden sus necesidades inmediatas.
Esta situación, sumada a los pocos recursos de los Estados Miembros y su capacidad para satisfacer las necesidades a medio y largo plazo, no contribuyen a lograr su total rehabilitación. Para lograrla, se necesita el apoyo multidimensional de largo plazo, que incluya medidas físicas, psicológicas, sociales y financieras, elementos indispensables para su total y plena integración a la sociedad.
Los Estados Miembros son los responsables de facilitar la creación y ejecución de estas medidas y trabajan juntos para proporcionar recursos, movilizar a la comunidad internacional y atender mejor las necesidades de las víctimas.
En este contexto y conociendo las terribles condiciones a las cuales las víctimas del terrorismo se enfrentan, las Naciones Unidas han creado la Estrategia global de la ONU contra el terrorismo, por la que los Estados Miembros adoptan las medidas de: 1) Hacer frente a las condiciones que propician la propagación del terrorismo; 2) Prevenir y combatir el terrorismo; 3) Desarrollar la capacidad de los Estados Miembros para prevenir y combatir el terrorismo y fortalecer el papel del sistema de las Naciones Unidas al respecto; y 4) Garantizar el respeto universal de los derechos humanos y del estado de derecho como pilar fundamental de la lucha contra el terrorismo.
Bajo estos principios, los Estados Miembros se comprometen a promover, proteger y respetar los derechos de las víctimas, y a crear redes de apoyo, tanto para las víctimas como para las organizaciones de la sociedad civil que trabajan en su recuperación.