sábado, 29 de enero de 2022

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR. PELIGRO PARA LA AUTOESTIMA: INSTAGRAM

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

En un mundo donde la tecnología manda y lo virtual se convirtió en realidad, las redes sociales son un “mal necesario”.

Prescindir de ellas es casi imposible, a riesgo de ser considerado un personaje “antisocial” o ermitaño. Sin embargo, aún más grave puede ser el uso desmedido de ellas, especialmente en los adolescentes.

Dentro de las redes hay algunas más necesarias y otras no tanto. 

Instagram, por ejemplo, aplica en el grupo de éstas últimas. Alguien alguna vez escribió que si las redes sociales fueran los pecados capitales, Instagram sería la gula: “La usuaria que, como una niña delante de un bote de mermelada, se deja vencer por los impulsos y no consigue controlarse. No sabe vencer su impulso de agarrar cada dos minutos el teléfono para ver si hay notificaciones o actualizaciones para ver fotos o para publicarlas. El resultado es una indigestión digital que sólo se cura mediante una desintoxicación de las redes”. También puede haber grandes dosis de vanidad, un “pecado” al que también se asocia a Facebook, el hermano mayor de Instagram.

Definitivamente Instagram puede representar un peligro para los adolescentes, ya que está basado en estilo de vida y apariencia física de unos pocos que imponen modas y tendencias. Todas las personas allí tratan de ser perfectos, aun con falsedad y engaño, con filtros y retoques digitales.

Los jóvenes, sobre todo las mujeres, intentan hasta lo imposible para emular esos modelos artificiales con la consecuente ansiedad y depresión que esto conlleva.

Esto debe ser una alerta para los padres.

No tengo dudas de que deben limitar el tiempo de sus hijos frente a las pantallas y en las redes. Incluso, aunque parezca algo rudo, a veces los padres deben intervenir mas, aún a riesgo de invadir la privacidad.

Esto no debe ser de forma continua, pero sí en caso que detecten algún peligro. Además, redes como Instagram pueden crear adicción y eso se puede reflejar, por ejemplo, en el bajo rendimiento académico. 

No es un tema fácil controlar el uso de las redes en los hijos, y puede generar reacciones de todo tipo. Depende de la edad y la crianza hacia la madurez que les han fomentado sus padres. Si esto ha sido nulo, deberá inmiscuirse más, pero siempre tratando de educar y de no parecer un espía.

Si bien nadie menor de 13 años puede tener una cuenta de Instagram, no es difícil modificar una fecha de nacimiento para tener acceso. Además, en los últimos meses, Facebook -dueño de Instagram desde 2012- admitió que estaba evaluando lanzar una versión para menores de 13 años en la que los padres tendrían el control. Luego la desestimó. 

Es cierto que los likes de Instagram pueden elevar la autoestima de cualquier persona, pero también la falta de ellos genera depresión. Hay ansiedad por tenerlos y desánimo si no los consigue, peor aún si hay resultados negativos. En busca de esa aprobación, muchos adolescentes se venden como algo que no son en Instagram. Eso es parte de la naturaleza humana y ellos aún mas, pues son inmaduros, inseguros y tendientes a imitar a sus referentes. 

No poder ser como sus ídolos o influencers favoritos -al menos en número de likes- también genera frustración. Depende de la personalidad y la madurez de cada uno para asumirlo, pero pueden llegar a deprimirse mucho e incluso a hacerse daño corporal. También pueden tener conductas peligrosas como conducción temeraria, uso de alcohol, tabaco y drogas... Algunos, en casos más extremos, podrían pensar en quitarse la vida, sobre todo si no tienen un buen entorno familiar ni grupo de amigos que les protejan.

Para algunos tímidos, las redes pueden ser un medio donde se sientan menos incómodos que en la vida real y se atrevan a expresar o a mostrarse como no lo harían de otro modo. Sin embargo, desgraciadamente casi siempre casos así son para exhibir actitudes y conductas negativas. 

Precisamente del anonimato que pueden dar las redes, cualquier extraño puede contactar con nuestros hijos. Por eso es muy importante que los padres hablen sobre los peligros de relacionarse con extraños o perfiles dudosos en estas plataformas. Ante una sospecha de ese tipo, se vale ser intrusivo. Todas estas acciones necesitan, de preferencia, apoyo terapéutico para tener un punto de vista neutral y lograr el equilibrio necesario.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

 

sábado, 15 de enero de 2022

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EL MONSTRUO VERDE DE LA ENVIDIA

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

De los siete pecados capitales, la envidia quizás sea probablemente el menos grave, pero también el más común.

¿Quién alguna vez no sintió envidia? Es propio de la condición humana. Ver al vecino con un carro nuevo, o ver al compañero de trabajo recibir un ascenso o ver la foto de un conocido veraneando en las playas nos produce una extraña sensación de angustia y deseo.

“Nuestra envidia dura siempre más que la dicha de aquellos que envidiamos”, escribió el filósofo francés François de La Rochefoucauld en el Siglo XVII. Razón no le falta. Si bien no todas las personas tienen envidia, es una característica bastante frecuente en el ser humano. Ven que otro tiene más de algo -no importa el qué- y no se plantean si le ha costado alcanzarlo o no, simplemente piensan que lo tiene sin reparar en los esfuerzos. 

Es casi inevitable compararnos con el resto, y esa competencia siempre saldremos perdiendo y aflorará la envidia por un hecho muy sencillo: habitualmente nos medimos con aquello a lo que aspiramos y no con los que están peor que nosotros. Esa situación nos deja en total desventaja.

Además, a eso hay que sumarle la percepción. “El césped del vecino siempre es más verde que el nuestro”, dice la frase que resume nuestra permanente inconformidad. Con el apogeo de las redes sociales, en muchos casos hay una clara intención de provocar envidia en algunos de nuestros posteos: la foto luciendo espléndida o presumiendo de una buena compañía busca algo de eso. Sin embargo, pocos comprenden que detrás de esas fotografías que generan envidia hay mucha falsedad o realidad prefabricada. Nadie es tan perfecto como parece serlo en Instagram o Facebook. 

No siempre valoramos nuestros logros lo suficiente. En mi caso, soy de las personas que viven siempre tratando de hacer más cosas, pero hay otras que esperan que todo les caiga en la boca y piensan que el que se supera ha sido así, de forma fácil o que todo se dio por casualidad. 

Investigadores de la Universidad de Chicago han conseguido demostrar que “la gente está menos celosa de los demás según pasa el tiempo, y que cuanto más tiempo pasa desde el momento que siente envidia, menos la sentirá”. En el caso del conocido que viaja a la playa , por ejemplo, sentimos más envidia los momentos previos a que se vaya de viaje, anticipando y elucubrando acerca de las experiencias que vivirá, que lo que nos podamos sentir cuando vuelva y el viaje se termine.

En muchos casos, la envidia nos lleva a detestar al que triunfa, a tratar de minimizar sus logros e incluso a ponerle obstáculos. Incluso, lo que es más grave, es que esa envidia puede producirse en los seres que amamos más: padres, esposo, hijos, amigos… Es que el envidioso no hace distinción. Contrarrestar esa sensación de envidia es muy complicado, no hay terapia que lo cure si al menos el envidioso no reconoce que lo es, lo cual no es tan fácil de admitir. 

La única envidia para celebrar es la “sana envidia'', que sí existe. Son aquellos que aceptan que otros tienen cualidades o son aventajados, pero son capaces de sobrellevarlo e incluso alegrarse por ello.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

lunes, 3 de enero de 2022

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: AÑO NUEVO Y EL COVID

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Al principio nos pareció algo lejano, algo que sucedía en una provincia china sin demasiada relevancia. No le dimos importancia. Pero de repente, como si se tratase de una onda expansiva, los contagios del Covid-19 se propagaron e invadieron cada rincón del planeta hasta transformarse en una pandemia de alcance global.

Hoy, casi dos años después, ya se habla de su evolución de pandemia a endemia. Es decir, una enfermedad que no será erradicada y que se volverá tan familiar como la gripe.

En otras palabras, debemos acostumbrarnos al Covid-19 para siempre. Así lo afirman las predicciones médicas científicas. Aún se desconocen las posibles nuevas mutaciones, pero así como nos sorprendieron las variantes Delta y Ómicron le seguirán otras, lo que significa que habrá más vacunas para las nuevas mutaciones. Tercera dosis, cuarta, probablemente quinta… Así hasta que todas las personas estén vacunadas -algo difícil por los movimientos anti vacunas- o hayan padecido la enfermedad, aunque ya se experimentaron casos de contagios por segunda vez. No obstante, las vacunas han probado ser altamente efectivas y reducen la letalidad a porcentajes muy bajos. 

Convivir con el Covid-19 implica adoptar algunos hábitos que pensamos que serían transitorios y que serán para siempre. Primero y principal, el uso de mascarillas. Eso que antes se lo veíamos a apenas algunos turistas japoneses para protegerse del smog hoy es de práctica universal y también llegó para quedarse. Lo mismo que la higiene profunda de manos o el uso de desinfectantes, además de mantener distancia social. Todo ello no necesariamente en casa, pero sí al salir y estar en otros ambientes. 

Deberemos acostumbrarnos a portar la cartilla de vacunación como si se tratase de nuestro pasaporte y estar preparados para someternos a tests invasivos que prueben que somos “negativos”. Por supuesto que la gente tiende a relajarse, sobre todo cuando las cifras de contagio están a la baja, con lo cual se necesitan campañas de concientización para mantenernos en alerta. 

Nadie estaba preparado para un panorama como este, con consecuencias tan letales y con cambios de hábitos tan repentinos al punto que para buscar algo parecido haya que remontarse hace un siglo atrás. Si bien muchos se han adaptado y conviven con la pandemia, también es cierto que el daño psicológico -por no mencionar el económico- ha sido grande después de meses de confinamiento obligatorio. 

Mucha gente lo ha tomado por mal, especialmente los oposicionistas. Son aquellos que están en contra de las vacunas y tratan de sumar adeptos. Precisamente los que no quisieron vacunarse son los que más están muriendo, ya que sin inmunización son víctimas fáciles de las nuevas variantes. Y todavía podría ser peor para ellos. 

Así como alguna vez el 11 de septiembre -con el atentado a las Torres Gemelas- nos cambió la forma de viajar y ahora ya nos acostumbramos que antes de abordar un avión hay que someterse a un exhaustivo control de seguridad, lo mismo sucederá con el Covid. Tendremos que convivir con él, habrá que vacunarse más veces y cada año, y se volverá una rutina que ya no cuestionaremos. A los niños se les vacunará según vayan creciendo y formará parte de un programa de vacunación como se hace para enfermedades como la poliomielitis, tuberculosis. Para los adultos, será igual como en muchos países cuando cada invierno todos reciben la vacuna contra la influenza.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.