lunes, 13 de junio de 2016

Mi versión de lo que ocurrió en la historia un día como hoy 13 de Junio

Compilado por Luis Montes Brito
Un día como hoy 13 de Junio de 964 son fechadas las Glosas Emilianenses de la biblioteca del Monasterio de San Millán de Yuso, consideradas hasta hace poco el primer testimonio escrito en castellano. Las Glosas Emilianenses son pequeñas anotaciones manuscritas, realizadas en varias lenguas: latín, un romance hispánico (bien navarro-aragonés en su variedad riojana, bien castellano con elementos riojanos ) y vascuence medieval, entre líneas o en los márgenes de algunos pasajes del códice latino Aemilianensis 60 a finales del siglo X o con más probabilidad a principios del siglo XI. La intención del monje copista era probablemente la de aclarar el significado de algunos pasajes del texto latino. La importancia filológica de estas glosas, que no fue advertida hasta el siglo XX, se debe a que contenían el que durante un largo periodo se consideró como primer testimonio escrito del que se tenía noticia de un dialecto romance hispánico, es decir, la lengua vernácula hablada por entonces por el pueblo llano. Las Glosas Emilianenses, en total más de mil de las cuales unas cien están en romance navarro-aragonés en su variedad riojana, contienen además dos de ellas escritas en lengua vasca que constituyen también uno de los primeros testimonios escritos conocidos, no epigráficos, en dicha lengua. Su nombre se debe a que fueron compuestas en el Monasterio de San Millán de la Cogolla (Millán o Emiliano procede del latín Aemilianus), perteneciente a La Rioja y por aquel entonces parte del Reino de Navarra, situado en la zona donde no se habló castellano hasta siglos después. Su valor se descubrió en 1911, cuando Manuel Gómez-Moreno, que estudiaba la arquitectura mozárabe del Monasterio de Suso, transcribió todas las glosas, alrededor de mil, y se las envió a Ramón Menéndez Pidal. Debido a falta de rigor filológico se le atribuyó inicialmente y de manera errónea el sobrenombre de «cuna del castellano» a San Millán de la Cogolla (y a La Rioja por extensión), sin embargo, estas glosas no están escritas en castellano sino en navarro-aragonés en su variedad riojana y se han encontrado textos castellanos anteriores. El Instituto Castellano y Leonés de la Lengua (ILCYL), dató los Cartularios de Valpuesta junto con la Nodicia de Kesos, como algunos de los registros con rasgos lengua castellana y leonesa más antiguos que se conocen. En noviembre de 2010, la Real Academia Española avaló los cartularios, escritos en «una lengua latina asaltada por una lengua viva», como los primeros documentos en los que aparecen palabras escritas en castellano, anteriores a las Glosas Emilianenses. La imagen lateral muestra la página 72 del Códice Emilianense 60 (que se encuentra hoy día en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia). En ella puede apreciarse el texto de una homilía en latín a la que el monje copista hizo sus propias anotaciones (glosas) en navarro-aragonés entre líneas y al margen del texto.
Un día como hoy 13 de Junio de 1525 Martín Lutero se casa con la monja Katharina von Bora, rompiendo el celibato. Catalina de Bora, en alemán Katharina von Bora. Nació en (Lippendorf, Alemania, el 29 de enero de 1499, falleció en Torgau, Alemania, el 20 de diciembre de 1552, fue una monja católica alemana que se convirtió al protestantismo. Se casó Un día como hoy 13 de Junio de 1525 con Martín Lutero, líder de la Reforma protestante, quien cariñosamente la llamaba Señora Caty (Herr Käthe ). Se considera que Catalina, una de las mujeres más importantes de la Reforma debido a su papel, ayudó a definir la vida de familia protestante y fijar los matrimonios del clero.
Un día como hoy 13 de Junio de 1920 estalla una bomba en el teatro de La Habana, durante la presentación de la obra Aida, intervenía como tenor Enrico Caruso. Tomado de CubaPeridodistas.cu. Los días de Caruso en La Habana. Por Jorge Oller Oller. En esta época electrónica, de solistas y grupos en armónico dialogo con los estridentes instrumentos computarizados, de novedosos géneros musicales que tanto gusta y disfruta la juventud de hoy, de galas, discotecas y conciertos a cielo abierto, es difícil imaginar los tiempos de oro de la ópera cuando La Habana era la Meca latinoamericana de los cantantes líricos más famosos del mundo. Hace un siglo, en plena danza de los millones, los habaneros tenían una especial predilección por la ópera y anhelaban que Enrico Caruso, el mejor tenor de todos los tiempos, cantara en nuestra capital. A principios de 1920, el empresario Adolfo Bracale hizo realidad ese sueño y contrató a Caruso por la fabulosa suma de $ 90,000 dólares por nueve presentaciones en el Teatro Nacional de Cuba. Era la cifra más alta que había recibido en el mundo un artista del canto. El mimado tenor llegó a La Habana el miércoles 5 de mayo de 1920 a bordo del vapor Miami acompañado de la soprano María Barrientos, el barítono Ricardo Strachiari, el director musical Salvatore Bucito, su secretario Bruno Zirato, su valet Mario Fantini y varios artistas más. Fueron recibidos por un representante de Presidente de la República, el empresario Adolfo Bracale, la contralto Gabriella Benzanzoni y una gran parte de los italianos residentes en La Habana, mientras la Banda Municipal habanera tocaba la famosa aria “Vesti la giubba” de la ópera Pagliacci, la preferida de Caruso. Después de acomodarse en el hotel Sevilla y visitar el Teatro Nacional donde cantaría, fue recibido en audiencia especial por el presidente Mario García Menocal. En los días siguientes las autoridades y la burguesía habanera lo halagaron con fastuosas recepciones, regalos y paseos. Caruso y su compañía debutó en el Teatro Nacional el miércoles 12 de mayo con la opera Martha. En las siguientes funciones interpretaron las obras Elixir de Amor, Tosca, Los Payasos y Carmen. Prolongados aplausos y la admiración del auditorio como nunca antes se había visto, fueron muestras de cómo lo aceptaron en La Habana. Las largas colas para comprar las entradas sobrepasaban con creces la capacidad del teatro y los que no tuvieron la suerte de alcanzar un billete para una luneta o el gallinero se contentaron con ver y aplaudir al divo cuando entraba o salía del teatro y a veces él los deleitaba cantando a capela un pedazo del aria que iba a representar. Un día como hoy, el domingo 13 de junio de 1920 se puso en escena la opera “Aida”, la más famosa y espectacular de las obras del compositor Giuseppe Verdi. La gala comenzó por la tarde a teatro lleno y un escenario majestuosamente decorado. Los artistas, luciendo atuendos fastuosos, dieron lo mejor de si a un público entendido que los ovacionaba delirantemente al terminar cada interpretación. En el segundo acto, cuando las cantantes Gabriela Bezanzoni y Maria Luisa Escobar cantaban el dúo de Aida y Amneris y Caruso se prepara en el camerino para entrar en escena, se produjo la explosión de una bomba que dañó el escenario y provocó el pánico entre los artistas y espectadores y la rápida huida del teatro. El suceso sorprendió a los reporteros que disfrutaban del habitual descanso dominical y llegaron cuando ya se había marchado Caruso y los que se encontraban dentro en el momento de la explosión. Cada periodista se las arregló como pudo y tomaron nota de las versiones, no siempre fidedignas, que dieron los vecinos, la policía y los curiosos que rondaban por allí y con ellas redactaron la noticia que acaparó la primera plana de los diarios y fue transmitida por cable a todo el mundo. Las informaciones que publicaron los diarios y las agencias de noticias concuerdan que fue una bomba de gran poder colocada en los servicios sanitarios del último piso del teatro, hirió a seis personas de gravedad y más de cien recibieron contusiones a causa de la desbandada que se produjo. Aunque también se publicó que se trataba de un insignificante niple que produjo más ruido que nueces. El motivo del atentado lo aclara Eduardo Robreño en su libro “Como me lo contaron, te lo cuanto”. No se trataba de una agresión a Caruso, ni a los artistas que lo acompañaban, sino de “un viejo pleito laboral que sostenía el gremio de empleados de ese teatro (en su mayoría anarquista) contra la Comisión de Inmuebles del Centro Gallego, que administraba dicho Coliseo”. ¿Quién puso la bomba? El propio Robreño escribió: “Un chiquillo que vendía periódicos en la esquina de Neptuno y Prado, le dieron, el domingo por la tarde, dos pesetas, a cambio de que colocase cierto “paquetico” en tan inodoro lugar. Y continuó el escritor: “el entonces vendedor de periódicos llegó a titularse de Bachiller y doctor en Pedagogía. Mas tarde entró en la política del país, como Representante a la Cámara y Ministro de Educación durante el gobierno de Grau San Martín. Se llamaba Luís Pérez Espinos”. Sobre lo que hizo Caruso cuando explotó la bomba se publicaron distintas versiones. La más generalizada es que él estaba en su camerino cuando ocurrió la explosión y salio rápidamente para ver lo que ocurría. Rodolfo Bracale, temiendo que hubiera otra bomba, lo convenció para salir inmediatamente del teatro y, con el ropaje de Radamés puesto, salieron caminando por el paseo del Prado, escoltado por algunos cantantes, amigos y policías hasta el hotel Sevilla. Otras escribieron que había marchado en el auto de una amiga o que al oír la explosión salió corriendo por la calle y un policía que no conocía al famoso divo, ni tampoco de operas, lo llevó preso a la estación acusado de desorden público por estar disfrazado de mujer, maquillado y adornado con collares y aretes, rescatándolo el embajador de Italia. No se dieron mas funciones en La Habana y en la mañana del martes 15 de junio, Caruso y la compañía de opera salieron para Santa Clara en un vagón especial que fue agregado al tren normal. Los habaneros lo acompañaron hasta el andén y le tributaron una gran despedida. La noche del jueves 17 cantó en el Teatro La Caridad, el sábado en el teatro Terry de Cienfuegos, y regresó al día siguiente a la capital. El miércoles 23 viajó a Nueva York lleno de gloria, de dinero y con el recuerdo del susto más grande y comentado de su gran trayectoria. Enrique Colominas era uno de los más afamados fotógrafos de La Habana. Colaboraba en las revistas El Fígaro y Blanco y Negro de Madrid y tenia su galería en la calle de San Rafael número 32. El empresario Bracale lo contrató para hacer un álbum con las fotografías de los homenajes y festejos que le tributaron a Caruso. El fotógrafo se haló los pelos cuando supo que había estallado la bomba en el Teatro, porque fue la única función a la que no asistió y no por culpa de él. Bracales le pidió que se quedara en el laboratorio para adelantar la impresión de las fotografías. Colominas también le hizo al cantante unos retratos exclusivos que fueron publicadas en varias revistas, además de venderlas en su establecimiento o en los kioscos de La Habana.
Fuentes:
• Diarios de la época
• Conversación con Julio Lagomasino, profesor de la Escuela de Periodismo “Manuel Marquez Sterling, 1950.
• Eduardo Robreño: Como me lo contaron, te lo cuento, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1981 pp 90 y 91
Un día como hoy 13 de Junio de 1982 en España comienza la Copa Mundial de Fútbol de 1982, en la que Italia obtuvo su tercer título de campeona. Esta fue la primera ocasión que el número de equipos participantes aumentó, ya que la FIFA en un congreso realizado tiempo antes de la Copa Mundial de 1978 admitió en el torneo a 24 selecciones nacionales. Con las nuevas reglas también cambiaba el sistema de clasificación: se otorgaron trece plazas a Europa, tres a Sudamérica, dos a América de Norte/América Central, dos a África y dos a Asia/Oceanía, además de las plazas por país organizador, otorgada a España, y por campeón defensor, otorgada a Argentina. El torneo sufrió, además, un cambio de formato debido a los nuevos países incluidos. En esta edición se dividió el torneo en tres fases: una primera fase o ronda conformada por seis grupos de cuatro selecciones cada uno, donde los dos primeros de cada grupo se clasifican a la segunda fase. Ésta segunda fase estaba compuesta por cuatro grupos de tres equipos cada uno, donde el primero de cada uno pasa a una tercer fase de eliminación directa, compuesta por semifinal y final. La XII Copa Mundial de Fútbol tuvo lugar en España en 1982, entre un día como hoy 13 de junio y el 11 de julio de ese año. El primer presidente del comité organizador fue José Ángel Zalba. El mundial tuvo como mascota a Naranjito y la pelota oficial fue la Adidas Tango España 82. El diseño no variaba mucho de la Tango de 1978, ambas usaban como material el cuero, pero este modelo traía costuras impermeables que reducían la absorción de agua en caso de lluvias. La ceremonia inaugural se celebró en el Camp Nou de Barcelona, donde más de 3.000 estudiantes de la ciudad formaron diversas imágenes en el campo, destacando una enorme paloma, símbolo de la paz. Posteriormente, Argentina se enfrentaría a Bélgica, quienes derrotarían a los campeones defensores por 1:0 en el primer partido del torneo. Italia ganó el mundial al derrotar a Alemania Federal por 3:1 en la final. Con su tercer título (ganó los mundiales de 1934 y 1938), Italia igualó al también tricampeón Brasil bajo la tutela de jugadores como Paolo Rossi, Dino Zoff, Antonio Cabrini y Marco Tardelli. Precisamente, la selección azzurra eliminó a los brasileños en el grupo de cuartos de final, en uno de los mejores partidos de la historia de la Copa del Mundo, disputado en el antiguo estadio de Sarrià. Otro de los partidos más memorables del campeonato fue la semifinal entre Alemania Federal y Francia. Se produjo un terrible incidente cuando el guardameta alemán Harald Schumacher cometió una fuerte falta al jugador francés Patrick Battiston, cuando éste estaba en camino de convertir un gol, dejándolo inconsciente. Los franceses se mostraron atónitos cuando el árbitro no expulsó al arquero y ni siquiera señaló la falta. Sin embargo, el partido también se destacó por sus momentos deportivos. Cuando el partido terminó 1:1, la selección francesa marcó 2 goles durante la prórroga. Sin embargo, los alemanes no se rindieron y marcaron otros dos goles para volver a igualar el partido. La prórroga terminó 3:3, y los alemanes ganaron la definición por penales 5-4, clasificándose nuevamente a una final del torneo. En este certamen se produjo la mayor goleada y uno de los partidos con mayor número de goles de la historia de la Copa del Mundo: el 15 de junio Hungría venció por el grupo C a El Salvador por 10 goles a 1, aunque los húngaros posterior a ese partido iban a quedar eliminados del certamen. Tuvo como cortinas musicales las canciones "El Mundial" de Plácido Domingo y "Sevillanas del Mundial España'82" del humorista español Pepe da Rosa. En este Mundial se produjo un hecho insólito, cuando después de que Francia anotara un gol a Kuwait, el hermano del dictador de ese país (que estaba presenciando el partido), exigió hablar con el colegiado para "invitarle" a anular el gol francés. Para sorpresa de los espectadores, la Guardia Civil española se lo permitió, y tras varios minutos de discusión con el árbitro, el colegiado soviético que dirigía el encuentro anulaba el gol de Francia, ante el estupor de todo el mundo. La FIFA, al día siguiente, suspendió al colegiado de por vida, permitiéndole solo arbitrar en la Liga Soviética, y multó al hermano del dictador de Kuwait por haberse adentrado en el campo, no por coaccionar al árbitro. Al mismo tiempo, refrendó el resultado final del partido, que no se repitió debido a que no tenía ninguna trascendencia en la clasificación final del grupo. Por su parte, la policía española recibió severas condenas internacionales por haberse plegado a los deseos de la dictadura de Kuwait.
Un día como hoy 13 de Junio de 1994 firma del Tratado de Libre Comercio entre México, Colombia y Venezuela (Grupo de los Tres). G3 o Grupo de los Tres fue el nombre dado a los integrantes del Tratado de Libre Comercio entre México, Colombia y Venezuela entre 1995 y 2006. Firmado un día como hoy 13 de junio de 1994 en Cartagena de Indias, Colombia. Entrando en vigor el 1 de enero de 1995, creó un extenso mercado de 149 millones de consumidores combinado con un PIB (Producto Interno Bruto) de 486.500 millones de dólares (486.500.000.000). El acuerdo establece un 10% de reducción de tarifa durante unos 10 años (empezando en 1995) por el comercio de bienes y servicios entre sus miembros. El acuerdo es de tercera generación, no limitado al libre comercio, pero incluye puntos como la inversión, servicios, compras gubernamentales, regulaciones a la competencia desleal, y derechos de propiedad intelectual. Venezuela abandonó este Grupo para unirse al Mercosur en 2006, con lo que el grupo terminó siendo sólo de 2 países.
Un día como hoy 13 de Junio de 2007 el premio Nobel de literatura y militante comunista José Saramago, expresa por primera vez en público su famosa frase: "hoy no conozco nada más estúpido que la izquierda". Un día como hoy 13 de junio de 2007 en España, durante el ciclo de "Lecciones y maestros" el escritor portugués José Saramago cree que ha llegado la hora de que los ciudadanos manifiesten su disconformidad con quienes los gobiernan, en un mundo donde los partidos de derecha siguen comportándose como siempre, pero ‘la izquierda ha dejado de ser izquierda’. Saramago expresó la que después se convirtió en una de sus frases más famosas: ‘Antes nos gustaba decir que la derecha era estúpida, pero hoy día no conozco nada más estúpido que la izquierda’, aseguró hoy Saramago, en la tercera y última jornada del ciclo ‘Lecciones y maestros’, que durante tres días ha reunido en Santillana del Mar a escritores, críticos literarios y profesores en torno a las figuras de Carlos Fuentes, de Juan Goytisolo y del escritor portugués, Premio Nobel de Literatura. Quizá algunos de los asistentes esperaban una lección magistral sobre literatura, y algo habló Saramago de ella. Pero el novelista portugués dedicó buena parte de su intervención a expresar su honda preocupación por el mal funcionamiento del sistema democrático y por el hecho de que los gobiernos sean ‘los comisarios políticos del poder económico’. ‘El mundo lo dirigen organismos que no son democráticos, como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial o la Organización Mundial de Comercio’, dijo Saramago, que si bien es cierto que desde hace tiempo viene llamando la atención sobre estas cuestiones, hoy dio un paso más e invitó a los ciudadanos a ‘perder la paciencia’ y a hacer algo para intentar cambiar la situación. ‘Es hora de aullar, porque si nos dejamos llevar por los poderes que nos gobiernan, y no hacemos nada por contrarrestarlos, se puede decir que nos merecemos lo que tenemos’, aseguró el autor de ‘Memorial del convento’, ‘Ensayo sobre la ceguera’ o ‘Ensayo sobre la lucidez’, obra esta última donde plantea la importancia del voto en blanco a la hora de expresar la disconformidad con el poder político. Saramago es miembro del Partido Comunista Portugués, pero eso no le impidió criticar con dureza a los partidos de izquierda que, cuando dicen que ‘se acercan al centro’, en realidad ‘lo que hacen es acercarse a la derecha’. ‘Ya no hay gobiernos socialistas, aunque se llamen así los partidos que están en el poder’, dijo el escritor, para aludir a países como Italia y Portugal y precisar a renglón seguido que, con sus palabras, no se refería a España, donde el Gobierno socialista ‘compensa la política neoliberal, de la que no puede escapar, con importantes leyes de tipo social’. ‘No tenemos leyes de izquierda’, aseguró Saramago, que buscó la complicidad de Carlos Fuentes cuando evocó cómo, ‘antes’, les gustaba ‘mucho decir que la derecha era estúpida’. ‘Pues yo tengo que decir que, hoy, no conozco nada más estúpido que la izquierda’. En una época en la que ‘todo se puede rebatir’, nadie cuestiona la democracia, aunque ‘todos sabemos que vivimos bajo una plutocracia: son los ricos los que gobiernan’, decía el autor de ‘La caverna’ ante la atenta mirada, entre otros muchos, de Carlos Fuentes, Juan Goytisolo, Nélida Piñón o de Laura Restrepo, encargada hoy de presentar la obra de Saramago. A sus 84 años, el escritor cree que ya ‘no queda mucho tiempo’ para tratar de cambiar el mundo. ‘Estamos llegando al final de una civilización y se presentan tiempos de oscuridad: el fascismo puede regresar’. Por eso ‘hay que hacer algo’, en un mundo donde ‘el engaño es el rey de la tierra’, afirmó el novelista, quien, como ejemplo de engaño, recordó el proceso que desencadenó la guerra de Irak y aludió a las multitudinarias manifestaciones de protesta que hubo en numerosos países, que estuvieron ‘muy bien’, pero que de poco sirvieron. Puede que las manifestaciones no consigan lo que pretenden, pero a los ciudadanos les queda otra solución: ‘despreciar a quienes nos gobiernan y nos engañan todos los días’, dijo Saramago, que en algún punto de su intervención hizo una pequeña pausa, quizá para recobrar fuerzas y continuar con su valiente denuncia. También hubo espacio para la literatura y para que le contara a los asistentes que está ‘tratando de escribir’ un nuevo libro, aunque dio pocas pistas sobre él, probablemente porque Saramago es poco amigo de establecer fronteras entre géneros literarios y de ‘encasillar’ sus libros en uno concreto. ‘Para mí, lo que hay no son géneros, sino espacios literarios, que, como tales, admiten todo: el ensayo, la filosofía, la ciencia y la poesía’, dijo el escritor, quien no dejó de expresar su admiración por quien a su juicio es ‘la gran figura literaria del siglo XX’: Kafka.

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