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miércoles, 20 de marzo de 2013

“Democracia llegará a Cuba cuando el pueblo pierda el miedo a expresarse” Yoani Sánchez


Agencias Noticiosas
La activista cubana realiza una visita a Washington en su primera gira fuera de la isla 

La bloguera cubana, Yoani Sánchez, dijo ayer en Washington que no es ilusa: no piensa que la democratización de su país llegará solo con periodistas independientes y nuevas tecnologías.

Según ella, eso será posible cuando la población pierda el miedo a expresarse.

Solo con un teléfono móvil, una cuenta en Twitter y un blog -dijo- no se puede hacer mucho, menos democratizar un país.

En un evento en el instituto ultraliberal Cato, ella aseguró que lo que hace falta es que los cubanos pierdan el miedo. "No funciona si somos un pequeño grupo criticando o intentando cambiar las cosas, eso no es suficiente". 

Desde su perspectiva, mientras el oportunismo, las máscaras y los silencios sean la actitud que asume la mayoría de cubanos ante la realidad que vive su país, nada va a cambiar. 

La filóloga de 37 años y autora del blog Generación Y, crítico del Régimen de los hermanos Raúl y Fidel Castro, salió de Cuba en febrero gracias a la puesta en vigencia de la primera reforma migratoria importante en muchos años en ese país. 

Durante su estancia en Washington recogerá, del Departamento de Estado, un premio que le entregó en ausencia en 2011.

Sánchez recordó que esta semana se cumple el décimo aniversario de la llamada Primavera Negra, cuando fueron encarcelados 75 activistas y periodistas en la isla. Este hecho fue un golpe duro para la disidencia.

"Una década después el panorama es totalmente diferente a lo que esperábamos, una verdadera ebullición de crítica, de personas que quieren expresarse, de disidencia dentro de la isla", gracias en parte de los medios y las redes sociales, dijo la bloguera.

"No soy ilusa, la tecnología sola no va a ayudar a democratizar Cuba, pero nos va a proteger para lograrlo", dijo, al afirmar que la visibilidad que está logrando con este viaje internacional le servirá de "escudo protector" cuando vuelva a Cuba. 


Se reunió con congresistas cubanoamericanos

La bloguera cubana Yoani Sánchez sostuvo el miércoles una reunión privada en Washington con los senadores cubanoamericanos Bob Menéndez y Marco Rubio, con los que discutió asuntos relacionados con la política de Estados Unidos hacia la isla, incluyendo el embargo comercial.

"Ha sido precisamente ese tipo de conversación que algun día sueño con tener en Cuba", declaró Sánchez al concluir el encuentro, refiriéndose al ambiente de apertura que encontró en los senadores, pese a que ella ha expresado su oposición al embargo que Estados Unidos mantiene desde 1962.
"Con el tema del embargo han sido muy respetuosos con mi posición. Me han dejado argumentar y he escuchado sus argumentos", agregó.
Sánchez, quien cumple una extensa gira mundial que ha incluido visitas a Brasil y México, dijo también que abordaron la importancia de proveer a los cubanos con la tecnología que les permita comunicarse con el mundo.
"El cerrojo cubano hay que abrirlo desde dentro y fuera", afirmó.
En tono de broma, la bloguera cubana aseguró que "los invité a tomar un café en el piso 14 de mi edificio modelo yugoslavo Espero que algun día puedan estar por allá".
Tras la reunión, Sánchez se dirigió al Departamento de Estado y más tarde participará en una conferencia en la Universidad de Georgetown. 

lunes, 18 de febrero de 2013

Bloguera cubana obtiene permiso de la dictadura para salir de la isla


Agencias Noticiosas

Yoani Sánchez sale de Cuba

 

Visitará una decena de países


Tras cinco años de recibir negativas del Gobierno de Cuba para poder salir de su país, Yoani Sánchez, bloguera y corresponsal de EL PAÍS en La Habana, pudo tomar hoy un avión para emprender una gira internacional, un viaje que ha sido posible por la reforma migratoria vigente desde el 14 de enero.
Con el logotipo de su famoso blog Generación Y estampado en su maleta de mano, Yoani Sánchez, de 37 años, franqueó hoy sin mayores problemas el control migratorio del aeropuerto de La Habana para tomar un vuelo rumbo a Brasil, primera escala de un periplo de 80 días que la llevará a una decena de países de América y Europa.
"Esto será como la vuelta al mundo en 80 días", bromeó la filóloga cubana en declaraciones de periodistas en el Aeropuerto de La Habana, donde llegó muy temprano acompañada de un grupo de familiares y amigos.
Yoani Sánchez, cuya mirada crítica sobre la realidad cubana ha sido reconocida con múltiples galardones internacionales que nunca ha podido recoger personalmente, dijo sentirse como en un "sueño" aunque con un "sabor agridulce" por las limitaciones migratorias que persisten en su país.
"Me siento muy feliz, aunque con esa sensación del corredor de 110 metros vallas que llega agotado, sudoroso y hasta lastimado pero que al final gana la carrera. He ganado una pequeña victoria personal, periodística, ciudadana y jurídica", manifestó.
No obstante, lamentó que la reforma migratoria aún no establece el hecho de entrar y salir de Cuba como un "derecho inherente, por el mero hecho de haber nacido en esta isla. Eso es una limitación importante".
En los últimos años, la autora de Generación Y ha sido una de las voces que más ha denunciado lo que ella denomina el "absurdo migratorio" de Cuba, donde salir del país legalmente requería del permiso de las autoridades y de engorrosos, caros y restrictivos trámites.
La mayor parte de esas limitaciones han quedado suprimidas con la reforma que entró en vigor el pasado 14 de enero y ahora solo es necesario tener el pasaporte en regla y el visado que exija el país de destino para viajar al extranjero.
Sin embargo, se mantienen restricciones ya que, por ejemplo, se pueden denegar pasaportes por razones de "interés público" o "seguridad nacional" y para determinados profesionales considerados "vitales" para el país es todavía necesario un permiso especial de las autoridades.
En las últimas semanas, el Gobierno ha concedido pasaportes a críticos como Sánchez y disidentes como la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler, pero no los ha autorizado para ex presos políticos excarcelados los últimos años y cuyas condenas siguen vigentes.
"Tengo algunos amigos que no podrán salir por múltiples razones: porque no les han otorgado el pasaporte o porque son prisioneros de la 'Primavera Negra'. También otros que no tienen los recursos para viajar", destacó Sánchez.
En su caso, la afamada bloguera se desquitará de los años de negativas para viajar en una amplia gira que comenzará en Brasil, donde cumplirá una cargada agenda que incluye conferencias sobre libertad de expresión y derechos humanos así como la presentación del documental del cineasta Dado Galvao "Conexión Cuba×Honduras".
Otros de sus destinos serán la República Checa, Alemania, Suecia, Suiza, Italia y España, donde entre otros eventos asistirá en Burgos a un congreso sobre internet entre el 6 y el 8 de marzo.
Sánchez también visitará México, Perú y Estados Unidos, donde impartirá conferencias en varias universidades y donde visitará las sedes de Google y Twitter.
Además de sus reclamaciones por la normalización migratoria, otra demanda constante de Yoani Sánchez es su reivindicación de un acceso libre a internet, cuyo uso particular en la isla está fuertemente restringido.
Por eso uno de sus deseos en este viaje es "navegar por Internet sin censura, sin sitios pinchados y sin tener que pagar seis CUC (peso convertible, equivalente al dólar) por hora", en torno a 4,5 euros.
"Sin que nadie mire sobre mi espalda en qué portal estoy navegando", dijo la bloguera, que es una activa usuaria de la red social Twitter a la que accede desde la isla "a ciegas" desde un teléfono móvil.
Yoani Sánchez se va de Cuba pero para volver dentro de unas semanas sin temor a que las autoridades no la dejen regresar.
"Yo reúno todos los requerimientos legales para el retorno. Si me impidieran la entrada legal, lo único que me convertirían es en una balsera en dirección contraria, así es que no creo que lo hagan", afirmó.
Tras la flexibilización migratoria, la bloguera recuerda que en Cuba quedan todavía muchas reformas pendientes, como la despenalización de la discrepancia, la libertad de expresión y asociación o el permiso para crear medios de comunicación libres e independientes.
"En fin, hay muchas reformas por delante, creo que las más importantes están en el campo político, donde apenas se han dado pasos", destacó. 

sábado, 6 de octubre de 2012

Bloguera cubana denuncia tortura psicológica y maltratos físicos de la dictadura durante su ilegal cautiverio


 Tomado de El País
“Intentaron desnudarme. Me resistí y lo pagué”

La colaboradora de EL PAÍS en Cuba relata sus 30 horas detenida para impedirle cubrir el juicio

Por Yoani Sánchez
Me quisieron impedir llegar al juicio a Ángel Carromero. Alrededor de las cinco de la tarde del 4 de octubre, un amplio operativo a las afueras de la ciudad de Bayamo detuvo el auto en que viajábamos mi esposo y yo, junto a un amigo. “Ustedes quieren boicotear al tribunal”, nos dijo un hombre vestido completamente de verdeolivo, para inmediatamente proceder a detenernos. El operativo tenía las dimensiones de un arresto hecho contra una banda de narcotraficantes o de la captura de un prolijo asesino en serie. Pero en lugar de tan amenazantes personas, solo había tres individuos que deseaban participar de oyentes en un proceso judicial, asomarse al interior de la sala de un tribunal. Le habíamos creído al periódico Granma cuando publicó que el juicio era oral y público. Pero ya saben, Granma miente.
No obstante, al arrestarme, en realidad me estaban regalando experimentar periodísticamente el otro lado de la historia. Vivir en la piel de Ángel Carromero cómo se estructura la presión alrededor de un detenido. Saber en carne propia los intríngulis de un Departamento de Instrucción del Ministerio del Interior. Lo primero fueron tres mujeres uniformadas que me rodearon y me quitaron el móvil. Hasta allí era una situación confusa, agresiva, pero todavía no tenía visos de violencia. Después, esas mismas fornidas señoras me introdujeron en un cuarto e intentaron desnudarme. Pero hay una porción de uno mismo que nadie puede arrancarnos. No sé, quizás la última hoja de parra a la que nos aferramos cuando se vive bajo un sistema que lo sabe todo sobre nuestras vidas. En un mal y contradictorio verso quedaría como “podrás tener mi alma… mi cuerpo no”. Así que me resistí y pagué las consecuencias.
Después de ese momento de máxima tensión le llega el turno al policía "bueno”. Alguien que se me presenta diciendo que lleva el mismo apellido que yo –como si eso sirviera de algo- y que le gusta “dialogar”. Pero la trampa es tan conocida, se ha repetido tanto, que no caigo. Me imagino de inmediato a Carromero sometido a la misma tensión de amenaza y “buen talante”… difícil sobrellevar algo así por largo tiempo. En mi caso, recuerdo haber tomado aliento y después de una larga diatriba contra la ilegalidad de mi arresto me quedé repitiendo por más de tres horas una sola frase “Exijo que me dejen hacer una llamada telefónica, es mi derecho”. Necesitaba una certeza y la reiteración me la daba. El estribillo me hacía sentirme fuerte frente a personas que han estudiado en la academia los diversos métodos para ablandar la voluntad humana. Una obsesión era todo lo que me urgía para enfrentarlos. Y me obsesioné.
Después de una larga diatriba contra la ilegalidad de mi arresto me quedé repitiendo por más de tres horas una sola frase “Exijo que me dejen hacer una llamada telefónica, es mi derecho”

Por un rato parecía que había sido en vano mi insistente cantaleta, pero después de la una de la madrugada me permitieron hacer la llamada. Unas pocas frases con mi padre, a través de una línea evidentemente pinchada y ya todo quedaba dicho. Podía entonces entrar en la otra etapa de mi resistencia. La llamé “hibernación”, porque cuando se nombra algo es como sistematizarlo, creérselo. Me negué a comer, a beber cualquier líquido; me negué al examen médico de varios doctores que trajeron a revisarme. Me negué a colaborar con mis captores y se los dije. No podía despegar de mi mente el desvalimiento de Carromero en más de dos meses lidiando con aquellos lobos que alternaban con el papel de oveja.
Una buena parte del tiempo toda mi actividad la filmaba una cámara que un sudoroso paparazzi manejaba. No sé si algún día pondrán alguna de esas tomas en la televisión oficial, pero organicé mis ideas y mi voz para que no pudieran ser transmitidas menoscabando mis convicciones. O les mantienen el audio original con mi demanda, o tienen que repetir la chapuza de sobreponerle la voz de un locutor. Traté de hacerles lo más difícil posible la edición posterior de aquel material.
Solo hice un pedido en 30 horas de detención: necesito ir al baño. Yo estaría preparada para llevar la batalla hasta el final, pero mi vejiga no. Después me llevaron a un calabozo-suite. Había pasado horas en otro que tenía una rara mezcla de barrotes y cortinas, con un terrible calor. Así que llegar al salón más amplio, con televisor y varias sillas, que desembocaba en una habitación con una cama realmente apetecible fue un golpe muy bajo. Solo de mirar el estampado de las cortinas, tuve el presentimiento que era el mismo lugar donde habían hecho la primera grabación que circuló en Internet de las declaraciones de Ángel Carromero.
Aquello no era una habitación, era un set. Lo supe de inmediato. Así que me negué a acostarme sobre la sobrecama recién tendida y a poner mi cabeza sobre las tentadoras almohadas. Me fui a una silla en un rincón y me acurruqué. Dos mujeres vestidas de militar me vigilaban todo el tiempo. Yo estaba viviendo el deja vú de otro, el recuerdo del escenario en el que transcurrieron los primeros días de detención para Carromero. Ya lo sabía y era duro. Una dureza que no estaba en el golpe o en la tortura, sino en la convicción de que no se podía confiar en nada de lo que ocurría dentro de esas paredes. El agua podía no ser agua, la cama más bien parecía una trampa y el doctor solícito estaba más cerca del soplón que del galeno. Lo único que quedaba era sumergirse en los abismos del “yo”, cerrar las compuertas con el afuera y eso hice. La fase “hibernación” derivó en un letargo auto provocado. Ya no pronuncié una palabra más.
Para cuando me dijeron que me “iban a trasladar hacia La Habana”, me costó despegar los párpados y mi lengua parecía salirse de la boca por los efectos de la prolongada sed. Sin embargo, yo sentía que los había vencido. En un último gesto, uno de mis captores tendió su mano para ayudarme a subir al microbús donde también estaba mi esposo. “No acepto cortesía de represores”, lo fulminé. Y volví a tener un último pensamiento para el joven español que vio torcerse su vida aquel 22 de julio, que tuvo que bregar entre todos aquellos engaños.

Al llegar a casa supe de los otros detenidos y de que la propia familia de Oswaldo Payá no pudo entrar a la sala penal. También del pedido de siete años hecho por el fiscal contra Ángel Carromero y de la condición de “concluso para sentencia” en que quedó el juicio de este viernes. Lo mío era solo un tropezón, el gran drama sigue siendo la muerte de dos hombres y el encierro de otro.

Dictadura cubana y su pavor a la libertad de expresión. Capturaron preventivamente a bloguera


Agencias Noticiosas

La bloguera crítica cubana Yoani Sánchez, liberada tras 30 horas de arresto

·      "Acabamos de ser liberados!! 30 horas de arresto y muchas anécdotas que contar", escribió Sánchez en Twitter.
·      Fue detenida el jueves junto a los periodistas independientes Reinaldo Escobar, su esposo, y Agustín López.
o   También dijo que durante la detención se negó a comer y a tomar cualquier líquido.

La bloguera crítica cubana Yoani Sánchez y los periodistas independientes Reinaldo Escobar, su esposo, y Agustín López, fueron liberados y se encuentran en La Habana, según confirmó ella misma a través de la red Twitter.
"Acabamos de ser liberados!! 30 horas de arresto y muchas anécdotas que contar", escribió Sánchez, autora del blog "Generación Y".
Sánchez, Escobar y López fueron detenidos el jueves por la tarde cuando intentaban llegar a la ciudad oriental de Bayamo para asistir al juicio celebrado allí contra el español Ángel Carromero, acusado de "homicidio imprudente" por la muerte de los opositores Oswaldo Payá y Harold Cepero en un accidente de tráfico ocurrido en julio pasado.
"Ya fuimos liberados! Gracias a todos los que levantaron su voz y sus tweets para que lográramos regresar a casa", añadió la conocida bloguera.
También dijo que durante la detención se negó a comer y a tomar cualquier líquido. "1er vaso de agua que me tomé al llegar a casa como fuego en el esófago", añadió.
El jueves, Yoani Sánchez informó en su cuenta de twitter de que iba a viajar desde La Habana, donde reside, a la ciudad de Bayamo (situada a unos 750 kilómetros al este de La Habana), donde este viernes fue juzgado el joven español Ángel Carromero.
El juicio concluyó y quedó visto para sentencia tras casi once horas de sesión en un tribunal provincial instalado en Bayamo con la petición de la fiscalía cubana de una pena de prisión de siete años para Carromero.
La bloguera cubana Yoani Sánchez, autora del blog Generación Y, es conocida por sus posturas críticas con el régimen de La Habana.
Las autoridades cubanas catalogan a Yoani Sánchez como parte de de "los contrarrevolucionarios cibernéticos fabricados" por Estados Unidos y los blogueros oficialistas la tachan con frecuencia de "fraude" y "mercenaria".
La bloguera isleña recibió el premio español Ortega y Gasset de Periodismo Digital del año 2008 y en 2009 fue distinguida con una mención del María Moors Cabot de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos. Desde entonces ha recibido otros galardones e invitaciones para asistir a congresos y otros actos, pero en ninguna de esas ocasiones pudo recibir los premios personalmente por la negativa del Gobierno cubano a dejarla viajar.
El portavoz de la opositora Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), Elizardo Sánchez, dijo que Yoani y sus dos compañeros fueron trasladados "bajo arresto" por la Policía política hasta su domicilio. Además, apuntó que ellos tres figuran entre los 8 a 12 activistas y disidentes que según ha registrado preliminarmente, fueron detenidos previamente al juicio de Carromero.