sábado, 4 de mayo de 2024

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: CHICA BUENA APRENDE A DECIR, NO

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

El Síndrome de la Chica Buena es un fenómeno psicológico que afecta a muchas mujeres, y cada vez es más practicado en esta sociedad. Se caracteriza por un patrón de comportamiento en el que las mujeres ponen las necesidades y deseos de los demás por encima de los propios.


Las crían para ser calladas, sumisas, para aceptar todo y que jamás puedan decir que no. Tienden a estar buscando constantemente la aprobación y el reconocimiento externo. Este síndrome puede tener diversas causas y manifestaciones, y su impacto en la vida de las mujeres puede ser significativo.

 

Una de las causas puede ser la socialización de género, que enseña a las mujeres a ser complacientes, amables y serviciales desde una edad temprana. Las expectativas culturales y sociales pueden presionar a las mujeres para que se comporten de cierta manera, reforzando la idea de que ser agradable y sacrificarse por los demás es una virtud. Es decir, no tienen vida propia, producto de una fragilidad de carácter, la baja autoestima y los pocos placeres y gustos elegidos por ellas mismas.  

 

El Síndrome de la Chica Buena es un término creado por una psicoterapeuta de Estados Unidos llamada Beverly Engel, que escribió el libro Nice Girl Syndrome. Puede manifestarse de diferentes maneras en la vida cotidiana. Por ejemplo, una mujer con este síndrome puede tener dificultades para establecer límites claros en sus relaciones personales y profesionales, lo que puede llevarla a sentirse constantemente agotada y sobrepasada. También puede tener dificultades para expresar sus opiniones y deseos, ya que teme que esto pueda causar conflicto o desaprobación por parte de los demás.

 

Además, las mujeres con este síndrome pueden experimentar sentimientos de culpa o ansiedad cuando ponen sus propias necesidades primero, sintiéndose obligadas a cumplir con las expectativas de los demás incluso a costa de su propia felicidad y bienestar. 

 

Para superar el síndrome de la chica buena, es importante que las mujeres aprendan a priorizar su propio bienestar y a establecer límites saludables en sus relaciones. Esto puede implicar aprender a decir "no" cuando sea necesario y a priorizar sus intereses por sobre el resto.

 

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infanto-juvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

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