Tomado de The Wall
Street Journal
Nueva composición de Cámara de Representantes en EEUU a partir de Enero 2015
Las empresas celebran el
triunfo republicano en EE.UU.
Por John. D.
McKinnon, Kristina Peterson y William Mauldin
Los grupos empresariales confían en que algunos proyectos de ley que a su parecer impulsarán el crecimiento económico avancen en el nuevo Congreso de control Republicano.
“La reforma tributaria, la
reforma tributaria, la reforma tributaria”, respondió John Engler, presidente
de Business Roundtable cuando se le preguntó sobre las prioridades de su grupo,
que incluye a presidentes ejecutivos de las principales compañías de EE.UU.
Las empresas de Estados Unidos
esperan que la clara victoria que le otorgó al Partido Republicano una mayoría
en el Senado en las elecciones del martes despeje el camino para que los
legisladores vuelquen su atención a las prioridades que no han logrado abordar
en los últimos años: impuestos a las empresas, inmigración, comercio y energía.
La división más pronunciada del
gobierno estadounidense tras los comicios aumentará la frustración en torno a
algunos de los temas que interesan al mundo de los negocios. Sin embargo,
también podría significar que el Congreso y la Casa Blanca colaboren en temas
económicos antes de las elecciones presidenciales de 2016.
“Lo que esperamos es que el
próximo Congreso se concentre en políticas que impulsen la competitividad y el
crecimiento”, dijo Aric Newhouse, un alto ejecutivo de la Asociación Nacional
de Fabricantes.
La nueva mayoría republicana en
el Senado, sumada a su control de la Cámara de Representantes, no eliminará
automáticamente los escollos que han bloqueado la formulación de leyes en
Washington durante años, sobre todo porque la cámara alta necesita 60 votos
para someter proyectos de ley a votación. Además, el presidente Barack Obama
tiene poder de veto.
De todos modos, los grupos
empresariales confían en que algunos proyectos de ley que según ellos
impulsarán el crecimiento económico avancen en la nueva legislatura. De hecho,
algunos republicanos han expresado interés en trabajar con Obama en temas de
interés mutuo, como una reforma tributaria y la política comercial.
Las elecciones de 2014
representan la primera carrera electoral reciente en la que EE.UU. no enfrenta
un posible tsunami económico ligado a los acalorados debates en Washington
sobre la política fiscal.
Nueva composición del Senado EEUU a partir de Enero 2015
Ahora, la aceleración del
crecimiento económico y de la creación de empleos, así como la reducción del
déficit fiscal, que está en su nivel más bajo desde antes de la crisis
financiera de 2008, han hecho que las empresas pisen un terreno más firme y han
aliviado muchas de las dudas en torno a Washington.
Eso está generando interés en
temas pendientes que unen a la comunidad empresarial, como la relajación de las
regulaciones y una reforma del código tributario.
“La reforma tributaria, la
reforma tributaria, la reforma tributaria”, respondió John Engler, presidente
de Business Roundtable cuando se le preguntó sobre las prioridades de su grupo,
que incluye a presidentes ejecutivos de las principales compañías de EE.UU.
Tanto el líder republicano del
Senado, Mitch McConnell, como el presidente Barack Obama mencionaron el
miércoles la reforma tributaria como una de las prioridades que desean abordar.
Las empresas se quejan de los
altos impuestos que pagan en EE.UU., así como de su inusual alcance global
puesto que la mayoría de los países gravan ganancias obtenidas solo dentro de
sus fronteras.
Las pequeñas empresas también
están interesadas en el tema. “Definitivamente, abogamos por una reforma
tributaria exhaustiva”, dijo Matt Turkstra, gerente de asuntos legislativos de
la Federación Nacional de Negocios Independientes.
En el corto plazo, los líderes
empresariales esperan que el Congreso renueve un conjunto de exenciones
tributarias temporales que expiraron hace poco y que los legisladores prevén
debatir próximamente.
La comunidad empresarial también
seguirá abogando por una reforma de las leyes de inmigración, para que se
amplíe la fuerza laboral disponible de inmigrantes legales, pese a la
resistencia de la Cámara de Representantes.
Las empresas están entre los
defensores más influyentes de una reforma, incluido un camino a la ciudadanía
para muchos inmigrantes indocumentados. No obstante, la cámara baja ha
esquivado una votación sobre el tema y ha pedido que se refuerce la seguridad
en la frontera con México.
Una acción ejecutiva del
presidente que está prevista para este año libraría de la deportación y
otorgaría permiso de empleo a numerosos inmigrantes con lazos importantes con
EE.UU. Pero la medida podría agravar el rechazo de los republicanos a
considerar el asunto.
“No me queda claro cuánto oxígeno
habrá para algo positivo”, dijo Tamar Jacoby, presidenta de ImmigrationWorks
USA, un grupo que representa a las empresas que apoyan una reforma
inmigratoria.
Un área en la que los empresarios
advierten avances es la política de comercio. EE.UU. está negociando acuerdos
de libre comercio con países de Asia-Pacífico y la Unión Europea que son más
populares entre los republicanos que los demócratas. Los segundos temen, por
ejemplo, que el Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica
podría dejar a la industria automotriz estadounidense más vulnerable frente a
la japonesa, debilitaría los estándares medioambientales y fortalecería la
protección de patentes para las farmacéuticas en formas que elevarían los
precios de las medicinas en los países pobres.
La Casa Blanca y los republicanos
necesitarán el apoyo de un puñado de senadores demócratas para someter a voto
un proyecto de ley comercial que facilitaría la aprobación de acuerdos
internacionales.
Algunos de los principales grupos
de lobby también confían en que el Congreso apruebe el postergado oleoducto
Keystone XL, que transportaría hasta 830.000 barriles de crudo al día a través
del centro del país hasta las refinerías de la costa del Golfo de México. Sin
embargo, Obama podría usar su poder de veto para impedir el proyecto que se ha
convertido en blanco de debates en EE.UU. sobre cambio climático, la economía y
la independencia energética.