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sábado, 23 de marzo de 2013

Coronel español es condenado por criticar acremente al Rey Juan Carlos


Tomado de BBC Mundo



El coronel condenado por injuriar al rey de España

Por Juanjo Robled

Amadeo Martínez Inglés no es un abuelo cualquiera, es una piedra en el zapato del rey Juan Carlos de España.

De boina y uniforme de paracaidista, este coronel retirado fue condenado este jueves por injurias al rey.

No es la primera vez que lo hace. Ha escrito libros como Juan Carlos I, el último Borbón; 23F, el golpe que nunca existió o La Transición vigilada, en el que cuestiona su forma de llegar a la jefatura del estado y desvela su supuesta vida oculta.

Condecorado con la medalla al valor en la guerra del Sahara y con una carrera de más de 40 años en el ejército, Martínez fue expulsado de la institución en 1990 después de pasar cinco meses en la cárcel por defender la abolición del servicio militar obligatorio. Desde entonces se dedica a su faceta como historiador y a su familia.

En 2004 volvió a ser el foco de atención de los medios cuando se paseó por la boda de los príncipes Felipe y Letizia sin invitación. Iba de uniforme militar y llevaba su pistola.

"Me colé en la Catedral porque quería probar que los servicios de seguridad e inteligencia en España son un desastre", dijo en su momento.

Esta vez la Audiencia Nacional considera que el exmilitar se pasó de la raya. A raíz de su artículo ¿Por qué no te callas?, en alusión al caso de corrupción que involucra al yerno del rey, Iñaki Urdangarín y publicado en el medio digital Canarias Semanal, el alto tribunal señala que Martínez critica al monarca con una "desmesura innecesaria" y le condena a pagar una multa de 6.480 euros (US$ 8.366).

En su artículo lo califica de "máximo corrupto", lo acusa de usar dinero público para financiar aventuras sexuales y lo señala de organizar un autogolpe el 23F de 1981 para conservar la corona.

La fecha, clave en la Transición española, catapultó internacionalmente la imagen democrática de Juan Carlos después de que rechazara el intento de golpe del teniente coronel Antonio Tejero.

Críticas vs libertad de expresión

 

Martínez le devolvió al rey el famoso "¿Por qué no te callas?" que le espetó años atrás al presidente venezolano Hugo Chávez.

 

"Te puede gustar o no la figura del rey pero la crítica tiene límites, no puedes ir afirmando cosas de alguien sin tener pruebas de ello. Y no es sólo por el hecho de ser el rey, es un derecho que tienen todos los ciudadanos. Lo que pasa en el caso de personajes públicos es que repites y repites una idea, sea verdad o no, y al final siembras la duda", comenta a BBC Mundo la politóloga e historiadora Bea Toro.

La sentencia de la Audiencia Nacional subraya que el rey "como cualquier otro cargo público tiene los mismos derechos que cualquier otro ciudadano español" como el del honor, que afecta al "núcleo último de la dignidad de toda persona".

No obstante, el coronel defiende otro derecho, la libertad de expresión. Antes de que se conociera la sentencia dijo que si lo condenaban apelaría al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.


En 2003 el tribunal condenó a España a pagar 20.000 euros (US$ 25.869) al líder vasco Arnaldo Otegi, entonces portavoz del partido separatista Batasuna, por vulnerar su libertad de expresión cuando se le sentenció a un año de prisión por injuriar al señalar que el rey "protege la tortura e impone la monarquía".



"No quieren juzgar al rey porque el rey es inviolable, aquí se juzga al coronel Martínez Inglés porque es muy malo escribiendo. En el banquillo de los acusados no me sienta ni Dios, yo no soy un delincuente", comentó el coronel retirado a los medios en una de sus primeras citaciones.

Desde entonces no ha vuelto a asistir. De hecho, fue juzgado en ausencia. Martínez afirma que ha enviado a las principales instituciones del país, entre ellas el Congreso de los Diputados, documentación que ha obtenido en supuestos archivos militares y que respaldan sus acusaciones contra el rey.

"Nosotros no participamos en estos temas, la que actúa es la fiscalía. Tanto los casos de quema de fotografías del rey o de injurias están tipificados como delito y es la justicia la que se encarga de ellos. Otra cosa es la crítica política y periodística que, por ejemplo, pide que el rey abdique. En ese sentido es un debate abierto y público y no tiene nada que ver con las injurias. Tampoco entramos en ese debate", responde a BBC Mundo Juan Carlos Zamora Molina, director adjunto de comunicación de la Casa Real.

En 2008 el alcalde de Puerto Real (Cádiz), José Antonio Barroso, dijo en un acto conmemorativo de la II República que "el rey, señores, porque su procedencia lo es, es corrupto". El día que lo condenaron a pagar una multa similar a la del coronel Amadeo Martínez llevaba un ejemplar de su libro Juan Carlos I, el último Borbón.

"Al final compensa. ¿Qué tanto es pagar 6.000 euros de multa (US$7.762) si al final tienes la atención de los medios y publicidad para tus libros o ideas? Llaman la atención las teorías conspirativas del autogolpe de estado del rey. ¿No hubiese sido más fácil dejar las cosas como estaban ya que era el heredero de Franco?", apunta la analista Bea Toro.

Para otros analistas, no obstante, el coronel Amadeo Martínez Inglés encarna la insatisfacción de muchos ciudadanos con la actuación o conocimiento que pudo tener el rey en el escándalo de corrupción que afecta a su yerno, acusado de desviar fondos públicos para su bolsillo.

El único día que Amadeo se presentó en la Audiencia Nacional no sólo lo esperaban los medios sino algunos simpatizantes. "La Tercera República nacerá pronto en España", exclamó el exmilitar con su uniforme de paracaidista antes de entrar.

 

Delitos de lesa majestad

·       Los artículos 490 y 491 del código penal español y la Ley Orgánica 10/1995 tipifican las injurias a la Corona como delito de lesa majestad con penas de prisión de cuatro a 24 meses según su gravedad.

·       La legislación no ha estado exenta de críticas, sobre todo después del fallo del Tribunal Europeo de Derechos humanos en el caso Otegi.

·       En 2008 un grupo de abogados presentó un manifiesto en el Colegio de abogados de Barcelona en el que señalaban su preocupación por el enjuiciamiento permanente de personas relacionadas con la quema de fotografías del rey.

·       Los abogados alegan que la sobreprotección a la Corona podía chocar con el artículo 14 de la Constitución que recoge el derecho a la igualdad. 

domingo, 24 de febrero de 2013

46% de españoles piensan que el Rey estaba al tanto de lo actuado por su yerno


Tomado de El País
La mayoría cree que el Rey ayudó a su yerno
Solo un 7% considera que la Infanta no sabía lo que hacía su marido

Por Natalia Junquera

La estrategia de Diego Torres, parece estar funcionando, según revela un sondeo elaborado por Metroscopia para EL PAÍS el pasado 20 de febrero, cuatro días después de que el exsocio del duque de Palma declarase ante el juez que la Casa del Rey supervisó la actividad del Instituto Nóos, tuteló sus negocios y que el Monarca, al que internamente se referían como “el jefe”, les había ayudado incluso a buscar patrocinadores. La mayoría de encuestados, un 46%, considera que lo que ha dicho o sugerido Torres es verdad, frente a un 40% que cree que sus acusaciones son solo una táctica para tratar de salir lo mejor parado posible.

Entre los votantes del PSOE, el porcentaje de personas que están convencidas de que el Rey sabía e incluso habría participado en las actividades de Urdangarin sube al 52%, mientras que entre los del PP baja al 32%.

En cuanto a la infanta Cristina, solo un 7% de los encuestados cree que no estaba al corriente de las actividades de su marido frente a un 86% convencido de que sí sabía lo que estaba haciendo. En este caso la diferencia entre votantes del PSOE y del PP es mínima, del 90 % al 89% respectivamente. En abril de 2012 el porcentaje de personas que creían que doña Cristina conocía las actividades de Urdangarin era casi diez puntos más bajo: el 77%.

En cualquier caso, la mayoría de encuestados, un 88%, opina que el caso Urdangarin ha dañado la imagen de la Casa del Rey. Ese porcentaje sube hasta el 94% entre los votantes del PP y baja un punto, hasta el 87%, entre los del PSOE.

A la pregunta de si cree que el yerno del Rey está siendo mejor, igual o peor tratado por la justicia que cualquier otra persona en su situación, un 69% contestó que mejor, un 23% igual y un 3% peor. En diciembre de 2011, la percepción era algo distinta. El porcentaje de personas que consideraban que Urdangarin estaba recibiendo un trato especial de la justicia era diez puntos más bajo. Entre los votantes del PP, el 65% considera que está siendo mejor tratado por la justicia que cualquier otro ciudadano en esa situación y entre los socialistas sube hasta el 75%. 

viernes, 22 de febrero de 2013

REALEZA ESPAÑOLA VIVE EL PEOR MOMENTO DE POPULARIDAD CON SU PUEBLO

Agencias Noticiosas
EL VIACRUCIS DE LA MONARQUÍA ESPAÑOLA
El grado de indignación popular llevó al ayuntamiento de la ciudad de Palma a retirar el nombre de "Duques de Palma" a una de sus calles más céntricas debido a la "conducta poco ejemplar hacia el título".

POR JORGE SAINZ 

MADRID (AP) -- La última vez que el rey Juan Carlos apareció en público delante de miles de personas fue recibido con una histórica pitada que seguramente tardará tiempo en olvidarse.

Fue en la final de la Copa de baloncesto el 10 de febrero. En plena crisis económica, recortes y subidas de impuestos, los españoles parecen no perdonar a la corona el escándalo de corrupción que salpica al yerno del monarca Iñaki Urdangarín, que vuelve a testificar el sábado ante el juez que investiga el caso.

No lo hará solo

Ese mismo día también está citado Carlos García Revenga, secretario personal de su esposa, la infanta Cristina de Borbón -hija mediana de Juan Carlos y Sofía-, lo que ha multiplicado las sospechas de que los más allegados a la familia real hicieron la vista gorda a unos negocios presuntamente turbios.

Urdangarín y episodios como el polémico safari de Juan Carlos para cazar elefantes en Africa el año pasado se han mezclado con la crisis económica y el desempleo del 26%. El resultado ha sido un cóctel explosivo bien agitado.

"En España no hay una admiración profunda hacia la monarquía como institución como sí hay en el Reino Unido y Holanda", dijo Tom Burns Marañón, experto en la monarquía y autor de varios libros sobre Juan Carlos.

"Es más una cuestión de lealtad personal a Juan Carlos. Y si su reputación se ve comprometida, entonces te encuentras en una posición muy incómoda", añadió.

Un año después de su primera declaración, Urdangarín regresa al juzgado de Palma de Mallorca, en las mediterráneas Islas Baleares, para responder al interrogatorio del juez José Castro por unos presuntos delitos contra la Hacienda Pública por fraude fiscal. Y aunque el caso está todavía en fase de instrucción el juicio es casi inevitable.

La investigación ha avanzado rápido en estos 12 meses. La acusación sostiene que el yerno del rey y su socio se apropiaron presuntamente de unos 5,6 millones de dólares en subvenciones públicas asignadas entre 2004 y 2006 a un instituto sin ánimo de lucro relacionado con el mundo del deporte que presidía.

Urdangarín, de 45 años, está imputado y bajo investigación, pero no ha sido arrestado ni ha pisado la cárcel, y todavía no ha sido acusado formalmente de delito alguno. Su socio en el instituto Diego Torres enfrenta cargos de falsedad documental, prevaricación, fraude a la administración y malversación de fondos públicos que podrían sumar una condena superior a los cuatro años de prisión.

En enero, Castro impuso una fianza de 8,2 millones de euros (11,1 millones de dólares) en concepto de responsabilidad civil para Urdangarín y Torres, que no pagaron. El juzgado anunció que procederá al embargo de propiedades de los implicados. Al tratarse de una fianza civil, no se contemplan penas de cárcel por impago.

En el auto de 542 páginas para justificar el pago, el juez argumentó que los imputados utilizaron el "paraguas de bondad y de ayuda al prójimo" que se presupone a las entidades sin ánimo de lucro para "desviar fondos públicos en beneficio propio".

El escrito documenta decenas de facturas presuntamente alteradas. Por ejemplo, recoge una subvención de 1,3 millones de dólares para organizar un congreso en Valencia en 2004. Según el juez, el costo total del evento fue de 275.035 dólares. El resto del dinero se evaporó.

Urdangarín tendrá que responder a numerosas preguntas. De momento a puerta cerrada. Solo se le verá recorrer el pequeño camino que da acceso al tribunal, seguramente bajo la atenta mirada de centenares de medios de comunicación. En febrero del 2012 se paró ante los micrófonos para proclamar su inocencia.

¿Qué ocurrirá ahora?

"Estamos en el más difícil todavía", admitió Mario Pascual Vives, abogado de Urdangarín, sobre la situación procesal de su defendido.

Ex deportista profesional de balonmano, doble medallista olímpico, presentado en el pasado como el marido perfecto, Urdangarín es ahora el enemigo público número uno.

Está apartado de los actos oficiales de la corona y su perfil no aparece en el sitio en internet de la monarquía. Cuando coincidió con su cuñado el príncipe Felipe de Borbón en la final del Mundial de balonmano en Barcelona, que ganó España, ni se miraron.

"Urdangarín ha sido condenado al ostracismo y separado de la familia real. Si va a la cárcel, será un duro golpe", explicó Burns Marañón. "Pero es que sería incluso el golpe sería más grave si queda libre".

El cerco de la investigación se estrecha cada vez más sobre la infanta Cristina. Su secretario personal García Revenga declarará el sábado ante el juez, aunque de momento tampoco está formalmente acusado.

La Casa Real usó ese argumento para mantenerle en su cargo, a la espera de que se pronuncie la justicia. Pero la duda que planea a estas alturas es si Cristina conocía o no las actividades de su marido.

"No veo por qué se tiene que imputar a la infanta Cristina. Su situación es radialmente distinta a la de otros imputados", comentó Pascual Vives.

Ironías del destino, Urdangarín y su esposa ostentan el título de duques de Palma, la misma ciudad que investiga el caso.

El grado de indignación popular llevó al ayuntamiento a retirar el nombre de "Duques de Palma" a una de sus calles más céntricas debido a la "conducta poco ejemplar hacia el título".

Es solo un símbolo, pero refleja la pérdida de reputación que sufre la monarquía en un momento especialmente difícil para la sociedad.

Además, la salud de Juan Carlos, de 75 años, se ha resentido en los últimos dos años, en los que fue operado de las dos caderas, la rodilla y de un tumor benigno de pulmón. El rey volverá a pasar por el quirófano el 3 de marzo para tratar una hernia discal.

Cuando la reina Beatriz de Holanda, también de 75 años, anunció en enero que abdicaría en su hijo Guillermo. Algunos quisieron establecer un paralelismo con España, aunque son casos incomparables según los expertos.

Holanda tiene una historia de abdicaciones por razones de edad bastante extenso, mientras que en el país ibérico se pueden contar con los dedos de una mano los reyes que han renunciado el trono antes de morir en cientos de años.

Hasta ahora, sólo el líder regional del Partido de los Socialistas de Catalunya ha pedido abiertamente a Juan Carlos que abdique en los príncipes de Asturias Felipe de Borbón y Letizia Ortiz para iniciar la transición de la monarquía al siglo XXI.

Pero ni los socialistas españoles ni ningún otro partido político nacional se ha pronunciado a favor de la salida del monarca. Tampoco existe un gran movimiento republicano.

En respuesta a las especulaciones sobre su continuidad, la Casa Real precisó el viernes que el rey no se plantea abdicar y que no existe un plan para acelerar su sucesión, dijo un funcionario de palacio que habló bajo condición de anonimato por exigencia de la política de comunicación de la monarquía.

Juan Carlos es una persona carismática. La sociedad todavía le agradece la forma en la que pilotó la transición a la democracia tras la muerte de Francisco Franco en 1975 y su papel en defensa del Estado tras la intentona militar golpista del 23 de febrero de 1981.

De hecho, en España se acuñó hace años el término "juancarlismo", con el que muchas personas expresan su apego a la figura del rey, pero no necesariamente a la corona como institución.

"La razón por la que creo que la monarquía en España no está en peligro es porque no existe un gran partido republicano", dijo Burns Marañón. "Además, las experiencias republicanas en España, la primera (1873-1874) y la segunda república (1931-1939), fueron un completo desastre".

El periodista de AP en Madrid Harold Heckle contribuyó a este despacho.

sábado, 2 de febrero de 2013

Máxima de Holanda, la argentina que dará “nuevos aires” a la corona holandesa


Tomado de El País
Máxima de Holanda, saludando desde el balcón del palacio de Noordeinde, durante el Día de la Princesa, en septiembre de 2012. / MARK CUTHBERT
Una argentina reinventa la monarquía en Holanda
La sonrisa tenaz de Máxima Zorreguieta batió suspicacias hacia sus orígenes

Tras la abdicación de la reina Beatriz, la hija del secretario de Estado de la dictadura de Videla asume junto a Guillermo el reto de traer nuevos aires a la corona

Por Isabel Ferrer

A sus 42 años, Máxima de Orange es una mujer ambiciosa dispuesta a servir a la sociedad holandesa, que la recibió con recelo hace una década y ha terminado por convertirla en su reina consorte.

Nacida en Buenos Aires con los apellidos Zorreguieta Cerruti, el pasado de su progenitor, secretario de Estado de Agricultura durante la dictadura argentina, a punto estuvo de provocar una crisis constitucional. Salvado el obstáculo a base de excluir a sus padres de la boda real, en 2002 —solución que parece sacada de un manual de corrección política—, su tenacidad ha hecho el resto. Su ambición es, por tanto, de la buena. O como dice la historiadora Reinildis van Ditzhuyzen, “ella desea contribuir y aprovechará su posición para lograrlo”.

El 30 de abril, cuando su esposo, el príncipe Guillermo, suceda a su madre, la reina Beatriz, como jefe de Estado y se convierta en el primer varón que accede al trono en algo más de un siglo, Máxima compartirá la corona. Después retomará sus labores de asesora de Naciones Unidas en la promoción de microcréditos y como enlace entre la propia organización internacional y el G-20, el grupo de países más ricos del mundo, dos de las principales citas de su agenda.

Porque Máxima no solo aprendió holandés, la complicada lengua de su marido, en un tiempo récord. También ha cumplido otras obligaciones reales con prontitud impecable. Ha tenido la suerte de tener tres hijas, Amalia, Alexia y Ariana, en los cinco primeros años de su matrimonio. Ha recorrido, y sigue haciéndolo, toda Holanda con entusiasmo, y ha llevado sus conocimientos financieros (es licenciada en Económicas y trabajó para los bancos HSBC y Deutsche Bank en Nueva York) a las escuelas.

Es frecuente verla en los centros de primaria y secundaria holandeses explicando las bondades del ahorro temprano con huchas en la mano. Pero la princesa comprometida que lleva a sus hijas a un colegio público tiene, sobre todo, un proyecto vital con su príncipe. “Se proponen tres cosas esenciales: unir a la población en la tolerancia sin crear camarillas y como símbolo de la nación; representar al Estado en el exterior con dignidad, y apoyar a los que trabajan por el país, ya sean deportistas famosos o ciudadanos anónimos”, sigue la historiadora, que es además experta en monarquía y protocolo.

Justamente el protocolo, que podría haberse convertido en un corsé para una joven de ascendencia burguesa como Máxima, es su mejor aliado. A la reina Juliana, madre de la actual soberana Beatriz, no le gustaban las reglas y atormentaba a sus servidores públicos. Beatriz, por el contrario, ha abrazado el código como la solución para que su labor tenga ritmo y estructura. “Máxima lo ha interiorizado a la perfección. Sonríe, está suelta y no tiene problemas. Conoce su lugar en todo momento”.

El carisma de la princesa y su olfato político se han puesto a prueba desde la abdicación de su real suegra, el pasado lunes, con diferente resultado. A la mañana siguiente del anuncio, y cuando el resto de la familia real estaba reunida, Máxima acudió a un compromiso previamente pactado con el Ejército. A la salida del acto le preguntaron por su estado de ánimo y dijo lo siguiente: “Es un honor seguir los pasos de mi suegra, la reina”. En realidad, quiso expresar su admiración por Beatriz de Holanda, pero pareció que creía que será reina y no consorte. El desliz léxico fue perdonado de inmediato porque todo el país asume que hará un buen trabajo.


Su agudeza para comprender el alcance constitucional de su futura posición sí dio en el clavo. Sus padres no acudieron a su boda hace 11 años. Sin que nadie le susurrara al oído una solución, ella misma dijo que tampoco vendrían a la entronización. Una salida airosa, elegante incluso, para un momento trascendente en la historia de un país que cumple 200 años como monarquía.

Y ahora la pregunta que nadie se atreve a verbalizar: ¿acabará por hacerle sombra la reina Máxima al rey Guillermo? Van Ditzhuyzen no lo cree así. En su opinión, ella estará más libre para seguir con sus otras actividades como patrona de la Cátedra Príncipe Claus y miembro del Comité Nacional para la Promoción de las Inversiones. Sin olvidar el apoyo a las mujeres inmigrantes y el Fondo Orange, destinado a promocionar iniciativas sociales y que comparte con su esposo. “El mayor problema que han tenido, la compra de una casa en Mozambique en plena crisis, ya se ha resuelto. Fue una tontería, pero comprendieron que su vida está llena de privilegios y también de inconvenientes. Aunque su popularidad bajó mucho en ese momento, ya se ha recuperado”, asegura.

El asunto de Mozambique fue espinoso y con ramificaciones de dudosa defensa. En busca de privacidad durante sus vacaciones, la pareja principesca adquirió una villa en la playa africana de Machangulo. Un lugar maravilloso y apartado. Tanto que para llegar ocasionaban grandes gastos de desplazamiento de los cuerpos de seguridad. Además del consiguiente trasiego de vuelos intercontinentales. Cuando las críticas en casa arreciaron, acabaron vendiendo la propiedad por un precio simbólico. “Era un sueño cargado de buenas intenciones, pero no puede oscurecer nuestra labor”, dijeron el año pasado. Por el camino se supo que habían girado una parte del pago a un agente inmobiliario con cuenta corriente en la isla de Jersey, un paraíso fiscal en el Canal de la Mancha. Los Orange pagaron sus impuestos, pero la impresión dada no era buena.

Guillermo de Orange era un príncipe todavía sin rumbo fijo cuando conoció a la joven argentina Máxima Zorreguieta en 1999, en la Feria de Sevilla. De inmediato, pidió a su madre que confiara en él haciendo una solemne declaración: “Se llama Máxima y es argentina. Confía en mí”, dijo. Guillermo estaba en verdad enamorado, y la soberana, que había rechazado a todas las candidatas anteriores, asintió. Poco después, ella misma se convirtió en admiradora y confidente de una Máxima con la que comparte veraneos familiares en su residencia de la costa italiana. Y a la que ha visto aprender el oficio real sin rendir su personalidad, ni la sonrisa luminosa que encandila a sus compatriotas europeos. / MICHEL PORRO (WIREIMAGE)

Vendida la casa de Mozambique y pasada la tormenta, un año después se hicieron con una villa de tres viviendas, piscina y playa y embarcadero privados en Grecia. Situada en la península del Peloponeso, abonaron 4,5 millones de euros. Esta vez la ciudadanía no se alteró y el Parlamento lo consideró “un asunto privado”. Guillermo y Máxima tienen asimismo un rancho en la Patagonia argentina, tierra que visitan a menudo. La última vez, la pasada Navidad.

Guillermo y Máxima serán la primera pareja de su generación que se convierten en reyes del siglo XXI. Por tanto, todas las miradas estarán puestas en ellos. Les corresponde demostrar si la monarquía en Europa sigue siendo necesaria en estos tiempos.

Como sucede con sus coetáneas europeas, Máxima es también una princesa mediática, un escaparate de estilo. La prensa social las persigue a todas, desde Noruega hasta España, y analiza con detalle los modelos que lucen.

Máxima sale airosa en este aspecto. Al contrario de su esposo, que siempre recela de la prensa y ha admitido que le resulta difícil aunar su vida pública y privada, la princesa abraza las cámaras con naturalidad. Posiblemente resulte difícil encontrar una foto donde no aparezca sonriente y habladora. Con su vestido nupcial, firmado por el modisto italiano Valentino, hizo un sincero alarde gestual. Privada de sus padres durante la boda en la Iglesia Nueva de Ámsterdam, lloró con dignidad al son de un tango, el preferido de su progenitor. En la escena del balcón, el tradicional beso fueron varios, largos y entre risas. Ella estaba feliz. Él, feliz y ruborizado.

Cuando acude de invitada a otras bodas o ceremonias reales es una de las figuras a seguir. A veces, como en el enlace de los herederos de Luxemburgo, lleva conjuntos llamativos del belga Edouard Vermeulen que casi cortan la respiración. No importa. Los luce con aplomo. Con los trajes largos sucede otro tanto. Las telas son espectaculares; los volantes, incontables, y su porte, como si hubiera nacido para ser princesa. Una exposición de una veintena de sus modelos organizada en 2011 en el palacio Het Loo fue la más visitada del país. Es posible que las holandesas no se atrevan con el estilo de Máxima, amante de ocres, marrones y rojos, pero lo admiran sin reservas.

A punto de compartir la corona, el papel de la princesa como madre se pondrá también a prueba. Amalia, su hija mayor, pasará a ser la heredera del trono. Tiene 10 años y es una niña despierta, con gran facilidad para los idiomas. Es pronto para tanta responsabilidad, y Máxima y Guillermo quieren darle la mayor estabilidad posible. De momento, todos seguirán viviendo en Wassenaar, un municipio elegante cercano a La Haya. Cuando el palacio Huis ten Bosch esté acondicionado, se trasladarán a la ciudad. El cambio abre una nueva etapa y merece una apostilla casi cinematográfica, como su propia vida: la aventura continúa.