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miércoles, 6 de abril de 2011

El TLC con Colombia es importante para la economía de EEUU

Tomado de The Wall Street Journal

Por Max Baucus y John Kerry

El Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Colombia no es una cuestión política de índole partidaria. Es un acuerdo que está en el interés de nuestras políticas económica y exterior nacionales. Después que las dos partes rápidamente concluyan las actuales negociaciones para resolver cuestiones pendientes, será hora de que el Congreso de EE.UU. impulse el acuerdo sin mayores demoras.

Seamos claros: el comercio es crucial para la innovación y el crecimiento económico de EE.UU. Puede expandir las oportunidades para trabajadores y emprendedores, tanto en el país como en el exterior.

Colombia es un ejemplo por excelencia. La Comisión de Comercio Internacional de EE.UU. calcula que el Acuerdo de Libre Comercio con Colombia, o TLC, aumentará las exportaciones de EE.UU. en más de US$1.000 millones al año. Para los agricultores y trabajadores cuyos empleos estas exportaciones ayudarían a sostener, eso es mucho más que una estadística. Para ayudar a que nuestra economía siga recuperándose, deberíamos unirnos en torno de una agenda comercial que incluya la aprobación de este TLC y la extensión de la Asistencia de Ajuste Comercial para trabajadores estadounidenses.

Colombia es un importante socio comercial para los agricultores, las empresas y los trabajadores estadounidenses. No obstante, nuestros exportadores enfrentan una desventaja porque Colombia mantiene aranceles para los productos estadounidenses en tanto los productos colombianos tienen acceso prácticamente completo a los mercados de EE.UU.

Los agricultores estadounidenses encaran un arancel promedio de aproximadamente 30% en Colombia. Los fabricantes estadounidenses enfrentan una tasa arancelaria efectiva de 14%. Y casi 90% de estos fabricantes son las empresas pequeñas y medianas con las cuales contamos para crear empleos y seguir impulsando nuestra economía. El TLC con Colombia eliminará impuestos para las exportaciones de EE.UU. y creará condiciones parejas para todos.

Pero si no actuamos, seguiremos cediendo terreno. En los últimos dos años, la participación de EE.UU. en las importaciones colombianas de maíz, trigo y soya cayó más de 60%. Argentina ha sobrepasado a EE.UU. como el mayor proveedor de productos agropecuarios de Colombia. China ha triplicado su cuota en el mercado colombiano y ahora es el segundo mayor socio comercial del país sudamericano. Y Colombia está firmando acuerdos comerciales con países de Europa, Asia y América que ponen en aún mayor desventaja a los exportadores de EE.UU. Cada día en que no actuamos cuesta a los estadounidenses empleos y ventas, y los envía a otras partes.

Aprobar el TLC también es bueno para la política exterior estadounidense. Cementará una larga relación con un socio estratégico en Sudamérica. Con las lecciones aprendidas tras nuestra colaboración de 10 años y US$8.000 millones del Plan Colombia, Bogotá está proveyendo ayuda antinarcóticos en México y entrenamiento a policías y funcionarios judiciales mexicanos.

No es un secreto que las preocupaciones sobre la violencia y los derechos laborales son las mayores razones por las cuales el acuerdo con Colombia se ha estancado. Estas son preocupaciones que compartimos, y nos alienta el progreso de Colombia. La Organización Internacional del Trabajo ha borrado a Colombia de la lista de países que no cumplen con pautas laborales internacionales. Elogiamos el compromiso del presidente Juan Manuel Santos de compensar a las víctimas de la violencia y devolver tierras confiscadas a agricultores pobres. Y aplaudimos los esfuerzos por reducir los homicidios de sindicalistas, que Colombia informa han caído en casi 90% desde 2002. Estos son pasos significativos.

Que no haya dudas: el asesinato de incluso un sindicalista es inaceptable. El TLC impulsará aún más el progreso de Colombia al proveer claras protecciones para los derechos laborales fundamentales. Y tales protecciones serán totalmente aplicables. De hecho, el TLC de EE.UU.-Colombia tiene cláusulas laborales mucho más firmes que los acuerdos comerciales que Colombia ha firmado con cualquier otro país, incluido Canadá. También creemos que los colombianos quieren reducir aún más la violencia, y usando nuestra energía y esfuerzos colectivos, lo haremos.

Al margen de nuestras negociaciones sobre el TLC y el comercio, alentamos a Colombia a continuar sus esfuerzos para promover la justicia y la reconciliación nacional investigando y procesando los abusos de derechos humanos. Y la investigación de abusos pasados de la agencia de inteligencia presidencial debería continuar.

Además del TLC, debemos adoptar otras medidas para fortalecer nuestra economía aquí, en EE.UU., incluso renovando la Asistencia de Ajuste Comercial, que venció en febrero. La AAC ayuda a nuestra economía en el corto plazo al proveer ayuda a los trabajadores estadounidenses en industrias afectadas por el comercio global. Y ayuda a evitar despidos al contribuir a que compañías perjudicadas por el comercio se modernicen y se vuelvan más competitivas.

La AAC también paga dividendos en el largo plazo porque retiene trabajadores para la economía del siglo XXI, facultando a los trabajadores a inscribirse en establecimientos de enseñanza terciaria o a obtener un título de bachiller en campos profesionales en expansión como el cuidado de la salud y sectores económicos de vanguardia como la manufactura de alta tecnología. Para decirlo sin vueltas, la AAC vuelve a dar trabajo a gente en los estados de Massachusetts, Montana y en todo el país.

Hay apoyo en ambos partidos para la AAC y para el Tratado de Libre Comercio con Colombia. Pero no conseguiremos los empleos y las oportunidades que el acuerdo con Colombia y la AAC tienen el potencial de crear si Washington no actúa. Necesitamos restaurar un consenso bipartidista ampliamente compartido sobre el comercio. No podemos hacerlo si no tratamos a nuestros amigos en el hemisferio con el respeto que se merecen como vecinos y aliados, o si ignoramos las necesidades de trabajadores estadounidenses que se están adaptando a una economía cada vez más global. Es hora de que el Congreso —y EE.UU.— vuelvan al juego.

Max Baucus es presidente del Comité de Finanzas del Senado de EE.UU. John Kerry es presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.

jueves, 10 de febrero de 2011

TLC con Corea del Sur es prioridad para EEUU, después siguen Colombia y Panamá

Tomado de The Wall Street Journal


Ron Kirk Representante Comercial estadounidense

Por Tom Barkley

WASHINGTON
–El representante comercial de Estados Unidos, Ron Kirk, dijo a los legisladores el miércoles que el presidente Barack Obama enviará al Congreso en las próximas semanas el tratado de libre comercio de Corea del Sur, y espera finalizar acuerdos parecidos con Colombia y Panamá tan pronto se resuelvan algunos temas pendientes.

El gobierno de Barack Obama enfrenta un cronograma ajustado para conseguir la aprobación para que el acuerdo con Corea entre en efecto antes del primero de julio, cuando entra en vigor el pacto de libre comercio entre Corea del Sur y la Unión Europea.

Según el testimonio de Kirk en la apertura de sesión ante el Comité de Medios y Arbitrios –el primero desde que los republicanos se hicieron con el control de la cámara en enero –el presidente tiene la intención de presentar el acuerdo comercial entre Estados Unidos y Corea en las próximas semanas y está deseando trabajar con el Congreso para asegurar su aprobación a mediados de año.

Kirk instó al Congreso a aprobar el acuerdo comercial revisado "sin demora", pero se opuso a las exigencias de los republicanos para enviar también de inmediato los pactos con Colombia y Panamá.

El funcionario dijo que el presidente le ha instruido "intensificar de inmediato el compromiso" con los dos países para resolver los asuntos pendientes tan pronto como sea posible, y que la próxima semana una misión de investigación será enviada a Colombia, aunque no estaba seguro de si participaría en la misma.

Agregó que Colombia y Panamá deben estar "preparados para llevar a cabo medidas adicionales significativas" en la mejora de las normas laborales y otras cuestiones.
Los partidarios del pacto con Colombia están presionando para que se apruebe dentro de seis meses, pero el gobierno de Obama no se han comprometido con ese plazo, porque les preocupa que los trabajadores sindicados – tradicionalmente muy escépticos de los acuerdos comerciales – pueden utilizar el acuerdo de libre comercio con Colombia para montar una campaña de oposición.

Los líderes sindicales han condenado la violencia contra los organizadores laborales en Colombia. El gobierno colombiano ha señalado que trabaja para mejorar la situación.

El presidente de la junta directiva del Comité de Medios y Arbitrios, Dave Camp, (Republicano de Michigan) expresó su exasperación por la falta de progreso repitiendo una demanda que hizo el miércoles en un discurso para que se presentaran al Congreso los tres acuerdos comerciales a mediados de año.

Los grupos empresariales, incluyendo la Cámara de Comercio y la Asociación Nacional de Fabricantes, también enviaron declaraciones durante la audiencia pidiendo al gobierno que tramite los acuerdos de Colombia y Panamá sin más negociación.

El embajador de Colombia en Washington, Gabriel Silva, dio la bienvenida a la promesa de avanzar en el acuerdo comercial, pero rechazó la idea de que se haya avanzado poco en materia de derechos humanos y laborales en el país. "Es provechoso sacar partido de viejos argumentos fundamentados en el pasado de Colombia", dijo Silva en una declaración exigiendo una "nueva evaluación" por parte del gobierno estadounidense.

Kirk también instó al Congreso a renovar medidas comerciales que expiran a finales de semana, incluyendo un programa que permite el acceso libre de aranceles a las importaciones de Colombia y Ecuador, así como un plan de capacitación para trabajadores desplazados por el comercio.

martes, 7 de septiembre de 2010

Colombia y Panamá firmarán TLC próximamente

Tomado de El Financiero de México y La Estrella de Panamá

Ministros de Comercio de Panamá y Colombia Roberto Henríquez (izquierda), y el colombiano Sergio Díaz-Granados (centro) seguirán negociando.

La tercera ronda de negociaciones se desarrollará la semana próxima
Se debatirán los asuntos más sensitivos en el acuerdo


Panamá, - Los ministros de Comercio de Colombia, Sergio Díaz, y de Panamá, Roberto Henríquez, confiaron hoy en finalizar en 2010 las negociaciones para un Tratado de Libre Comercio (TLC), cuya tercera ronda se desarrollará la semana próxima.

En rueda de prensa, ambos ministros manifestaron su interés en lograr el fin de las pláticas este año, aunque señalaron que habrá una quinta ronda, con el objetivo de debatir los asuntos más sensitivos en el acuerdo.

Díaz visitó este lunes a Henríquez en esta capital, en la primera entrevista entre ambos, luego del primer mes en el cargo del ministro del gobierno del presidente colombiano Juan Manuel Santos.

Díaz dijo que ratificó a Henríquez el interés de Colombia de avanzar en las negociaciones y de respetar lo alcanzado en las anteriores tres rondas, además de ratificar como jefe negociador a Santiago Pardo.

“Es muy importante la relación con Panamá”, manifestó Díaz, al señalar que el nuevo gobierno decidió mantener a Pardo con el fin de evitar tropiezos en las negociaciones comerciales.

La cuarta ronda será realizada la próxima semana en la capital panameña, del 13 al 17 de septiembre, mientras la quinta está prevista en este país en una fecha por precisar.

“En la cuarta ronda vamos a tener avances notables”, manifestó Henríquez.

Díaz ratificó el compromiso de Colombia de respetar las asimetrías existentes entre ambas economías y señaló que una de las metas colombianas es fortalecer las inversiones en el país del istmo.

Los dos funcionarios admitieron como retos a superar las relacionadas con el acceso a mercados y con la Zona Libre de Colón (ZLC) en Panamá.

Hasta ahora ambos países han cerrado los capítulos laboral, defensa comercial, competencia, preámbulo, transparencia, ambiente, comercio transfronterizo de servicios y servicios marítimos, cooperación y comercio electrónico.

También han concluido el tema de la entrada temporal de personas de negocios y obstáculos técnicos al comercio.

Los puntos pendientes son reglas de origen, facilitación de comercio, servicios financieros, medidas sanitarias y fitosanitarias, acceso a mercados, propiedad intelectual, contrataciones públicas, telecomunicaciones, inversiones y asuntos institucionales.

Colombia exporta a Panamá 273 millones de dólares en mercancías e importa 12 millones, mientras que las compras colombianas desde la zona franca panameña ascienden a mil 355 millones de dólares y las ventas a 66.8 millones de dólares.

Desde que se iniciaron las rondas hace siete meses, ya se han cerrado 16 de los 25 capítulos que conforman el documento, quedando pendientes los temas antes mencionados y otros asuntos más sensitivos, como el acceso al mercado y el de la Zona Libre de Colón.

En conferencia de prensa realizada en la sede del Ministerio de Comercio e Industrias (MICI), el ministro Henríquez calificó como ‘fructífero’ y ‘empático’ el encuentro sostenido con su similar colombiano, quien, a su vez, afirmó que el cambio de gobierno que se vivió en su país ‘no genera ningún tropiezo ni retraso para el proceso que se ha adelantado en los últimos meses’.

‘Nosotros hemos tomado ciertas decisiones para facilitar el proceso, como ratificar a nuestro jefe negociador, Santiago Pardo, quien llevaba dos años en el cargo. Con esta medida quisimos minimizar los retrasos que ya de por sí, podrían generarse por el relevo total del Gobierno y los ministros’, indicó Díaz-Granados.

En cuanto a la participación del sector privado, según el ministro Henríquez, esta negociación ha superado con creces a las que se hicieron por el TLC con Estados Unidos. ‘La delegación colombiana a Panamá se estima en más de 160 empresarios y la de Panamá está muy abundante también’, explicó.

Asimismo afirmó que ‘ningún país trabaja imponiéndole a sus sectores normas o medidas inaceptables; las sensibilidades se están reconociendo y el tema de la simetría se está respetando plenamente como uno de los corolarios de la negociación’.

Ambos países iniciaron estas negociaciones el 15 de marzo pasado en la ciudad de Panamá, trabajando en 24 mesas que abarcan los distintos asuntos de interés en cuanto al intercambio binacional.