martes, 20 de junio de 2017

Mi versión de lo que ocurrió en la historia un día como hoy 20 de Junio

Compilado por Luis Montes Brito
Un día como hoy 20 de Junio de 1782 en Estados Unidos, el Congreso aprueba el diseño del emblema de la nación: el Sello de Estados Unidos. El Gran Sello de los Estados Unidos es un signo para la certificación de documentos utilizado en los Estados Unidos, país que no cuenta con un escudo heráldico propiamente dicho. En la composición figura el lema nacional: E Pluribus Unum, que significa en latín "de varios, uno" o "de muchos, uno". El sello aparece en el reverso de los billetes de un dólar. El Congreso de los Estados Unidos aprobó un día como hoy 20 de junio de 1782 el modelo actual y único vigente hasta el momento que fue presentado por una comisión designada para su creación presidida por Benjamín Franklin y sus elementos fueron ideados por Charles Thompson. En el anverso del mencionado sello, figura un águila de cabeza blanca, con el blasón de los 13 estados primeros unidos como confederación (comúnmente conocida como águila calva o águila marina de cabeza blanca), con las alas extendidas, que porta sobre su pecho un blasón con trece barras verticales, de gules y plata, alternadas que simbolizan los trece primeros estados que se independizaron de Gran Bretaña y crearon la Federación. En la parte superior figura otra franja horizontal en azur. El águila sostiene en sus garras una rama de olivo con trece hojas y trece flechas. La rama de olivo significa paz y las flechas poder militar. Sobre la cabeza del águila figuran trece estrellas agrupadas que representan también a los trece primeros estados de la Federación. El reverso del sello muestra una pirámide incompleta con trece escalones (los trece estados iniciales), coronada por un triángulo con un ojo inscrito (el "Ojo de la Providencia", tradicionalmente símbolo de Dios) y los lemas latinos "Annuit Coeptis" ("Aprobar las cosas que se han iniciado") y "Novus Ordo Seclorum" ("Nuevo Orden de los Siglos"). Una versión de este dibujo figura también en el reverso de los billetes de 1 dólar estadounidenses. Los símbolos de este reverso han sido relacionados con la masonería, pues muchos de los próceres de la Independencia de Estados Unidos eran masones, pero al momento de la creación del sello el Ojo de la Providencia no era un símbolo masón.
Un día como hoy 20 de Junio de 1789 se presenta en Versalles el compromiso Juramento del Juego de Pelota, por el cual los diputados del Tercer Estado se comprometen a no separarse hasta obtener una nueva Constitución. El Juramento del Juego de la pelota fue un compromiso de unión presentado un día como hoy 20 de junio de 1789 entre los 577 diputados del tercer estado para no separarse hasta dotar a Francia de una constitución, haciendo frente a las presiones del rey de Francia Luis XVI. Con el pretexto de unas reparaciones que debían hacerse en la sala de los Menus-Plaisirs, en la que se celebraban las sesiones de los Estados Generales de Francia, la guardia impidió que los diputados del tercer estado se reunieran allí un día como hoy 20 de junio de 1789. Los diputados entonces se reunieron en la sala del jeu de paume de Versalles. Con la ayuda del diputado Jean-Joseph Mounier, el abad Emmanuel-Joseph Sieyès se compromete a redactar la fórmula del célebre juramento del Jeu de Paume: [...] De no separarse jamás, y reunirse siempre que las circunstancias lo exijan hasta que la constitución sea aprobada y consolidada sobre unas bases sólidas. Este texto fue leído por Jean Sylvain Bailly, y el juramento fue votado por unanimidad, excepto por una voz, la de Martin d’Auch. La Asamblea Nacional se declaró Constituyente. Fue éste un acto determinante y una afirmación política de autodeterminación del pueblo llevada a cabo por sus representantes, y fue considerado como el nacimiento de la Revolución Francesa. La sala del jeu de paume (en francés, juego de pelota) se llamaba, antes del 20 de junio de 1789, "Tripot", y fue construida por Nicolas Cretteé en 1686 a fin y efecto de que los miembros de la Corte se distrajeran jugando al jeu de paume, un precedente de juegos de pelota como el tenis y la pelota vasca.
Un día como hoy 20 de Junio de 1837 en Gran Bretaña, Alejandrina Victoria es coronada reina del Reino Unido y de Irlanda con el nombre de Victoria I (comienza la era victoriana). Victoria del Reino Unido nació en Londres, Reino Unido, el 24 de mayo de 1819. Falleció en la Isla de Wight, Reino Unido, el 22 de enero de 1901. Fue reina del Reino Unido desde la muerte de su tío paterno, Guillermo IV, un día como hoy 20 de junio de 1837, hasta su fallecimiento el 22 de enero de 1901, mientras que como emperatriz de la India fue la primera en ostentar el título desde el 1 de enero de 1877 hasta su deceso. Victoria era hija del príncipe Eduardo, duque de Kent y Strathearn, cuarto hijo del rey Jorge III. Tanto el duque como el rey murieron en 1820, lo que provocó que Victoria fuera criada bajo la supervisión de su madre, la princesa alemana Victoria de Sajonia-Coburgo-Saalfeld. Heredó el trono a los dieciocho años, tras la muerte sin descendencia legítima de tres tíos paternos. El Reino Unido era ya en aquella época una monarquía constitucional establecida, en la que el soberano tenía relativamente pocos poderes políticos directos. En privado, Victoria intentó influir en el gobierno y en el nombramiento de ministros. En público, se convirtió en un icono nacional y en la figura que encarnaba el modelo de valores férreos y de moral personal típico de la época. Se casó con su primo, el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha en 1840. Sus nueve hijos y veintiséis de sus cuarenta y dos nietos se casaron con otros miembros de la realeza o de la nobleza de Europa, uniendo a estas entre sí. Esto le valió el apodo de «abuela de Europa». Tras la muerte de Alberto en 1861, Victoria comenzó un luto riguroso durante el cual evitó aparecer en público. Como resultado de su aislamiento, el republicanismo ganó fuerza durante algún tiempo, pero en la segunda mitad de su reinado, su popularidad volvió a aumentar. Sus jubileos de oro y de diamante fueron muy celebrados. Su reinado de 63 años y 7 meses era el más largo en la historia del Reino Unido (superado recientemente por el de la actual monarca, la Reina Elizabeth) y se le conoció como época victoriana. Fue un periodo de cambio industrial, cultural, político, científico y militar en el Reino Unido y estuvo marcado por la expansión del Imperio británico. Victoria fue la última monarca de la casa de Hannover. Su hijo y sucesor, Eduardo VII, pertenecía a la nueva casa de Sajonia-Coburgo-Gotha.
Un día como hoy 20 de Junio de 1963 Estados Unidos y Rusia firman en Ginebra, Suiza, el acuerdo para establecer un hotline (línea caliente) conocida popularmente como el teléfono Rojo. Con información de El Periódico Internacional por Mateo Madridejos. Con el mundo a punto de estallar en una guerra nuclear entre las dos potencias, tanto Washington como Moscú decidieron poner en marcha, un día como hoy 20 de junio de 1963 una vía de comunicación directa. Se le llamó teléfono rojo, pero era una línea de teletipo para intercambiar mensajes. El teléfono rojo -que no fue teléfono ni rojo- es uno de los mitos de la “Guerra Fría”, la situación geopolítica y, sobre todo, el equilibrio de armas nucleares que dominó la vida internacional durante la mayor parte de la segunda mitad del siglo XX, desde el puente aéreo de Berlín, en 1948, organizado por los occidentales para proteger la libertad de los berlineses, hasta la desintegración de la Unión Soviética, el 25 de diciembre de 1991, pasando por la guerra de Corea (1950), las crisis de Berlín (1961) y Cuba (1962) y numerosos conflictos regionales. Ésa es la cronología que prevalece en los estudios más exhaustivos sobre la materia. La crisis de los misiles soviéticos en Cuba, que colocó a las dos grandes potencias al borde del holocausto nuclear, en octubre de 1962, generó la necesidad apremiante de una comunicación directa que solventara los problemas que habían obstaculizado o demorado el diálogo entre el presidente John Kennedy y el líder soviético, Nikita Jruschov. Hoy sabemos que los norteamericanos tardaron nada menos que 12 horas en descodificar el mensaje inicial del líder del Kremlin, que había sido entregado en la embajada de Moscú, cifrado y transmitido por ésta. Una pérdida de tiempo altamente peligrosa en unos momentos de alarma nuclear. El mal llamado teléfono rojo, concebido como una necesidad urgente, fue en sus inicios un doble circuito telegráfico, una línea directa de teletipo que unió Washington con Moscú -de hecho el Pentágono (no la Casa Blanca) con el Kremlin-, pasando por Londres, Copenhague, Estocolmo y Helsinki. El acuerdo para esa hotline (línea caliente) fue firmado por ambos gobiernos en Ginebra, un día como hoy 20 de junio de 1963, pero la primera prueba se efectuó el 30 de agosto del mismo año, cuando Washington transmitió a Moscú el siguiente mensaje: «Un zorro rápido y pardo saltó sobre el lomo de un perro holgazán 1234567890», que incluía todas las letras y números del alfabeto latino. La leyenda del teléfono rojo alcanzó una gran popularidad al prodigarse en series de TV, novelas de espionaje y películas, entre las que descolló la amarga sátira antimilitarista de Stanley Kubrick que se estrenó en España con el título de ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú, que poco tiene ver con el original inglés, cuya traducción literal es Dr. Insólito (Strangelove) o cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar la bomba, protagonizada por Peter Sellers, que relata las peripecias de un grupo de militares norteamericanos paranoicos que tratan de provocar una catástrofe nuclear. Para comprender la situación parece oportuno recordar que la guerra fría entrañó un deterioro de las relaciones internacionales y unas conductas con frecuencia histéricas en ambos bloques antagónicos, así como una tendencia acusada a exagerar la maldad y los métodos diabólicos del adversario. Una época presidida por el equilibrio del terror, el pánico de una guerra nuclear por un error de cálculo, un accidente o simplemente por la aplicación de la doctrina del tecnócrata Robert McNamara, secretario de Defensa con John Kennedy, empecinado en racionalizar el conflicto, es decir, en «combatir en la guerra nuclear de un modo muy similar a como en el pasado se desarrollaban las operaciones militares convencionales». Una pretensión que resultó ilusoria. La confrontación al borde del abismo nuclear se vislumbró al menos en tres momentos paroxísticos que pusieron a prueba las doctrinas de los estrategas, los nervios de los líderes y la conveniencia de una comunicación directa más fluida: la guerra de Corea (1950-1953), la erección del muro de Berlín (13 de agosto de 1961) y la crisis de los misiles soviéticos instalados en Cuba (octubre de 1962). Los dos últimos episodios señalaron, además, el carácter tumultuoso de las relaciones entre Kennedy y el líder soviético Jruschov, dos hombres de convicciones que hubieron de retroceder al asomarse al abismo. La doctrina de la racionalización del conflicto nuclear de McNamara fracasó estrepitosamente porque tanto Kennedy como Jruschov, al llegar la hora decisiva, al verle las orejas al lobo, actuaron movidos por el pánico irracional, el terror del aniquilamiento recíproco y total, la llamada mutua destrucción asegurada (MAD -loco- en su sigla inglesa), durante las horas angustiosas que siguieron al descubrimiento por los aviones-espía norteamericanos (U-2) de que los soviéticos habían instalado en Cuba misiles de alcance medio, capaces de transportar cabezas nucleares y de impactar en el territorio estadounidense. Kennedy y Jruschov no se entendieron nunca. Celebraron una primera reunión en Viena, en terreno neutral, el 3 y 4 de junio de 1961, que resultó un fiasco, entre recriminaciones recíprocas e intentos de confundir a la prensa. El líder soviético insistió en que firmaría un tratado de paz con la República Democrática Alemana (RDA), lo que hubiera significado dejar las vías de acceso a Berlín occidental en manos de los comunistas alemanes y las tropas soviéticas. El presidente norteamericano replicó: «Si eso es verdad, será un invierno muy frío». Y luego teorizó ante sus compatriotas: «Existe el peligro de que los gobiernos totalitarios que no están sometidos a vigoroso debate popular subestimen la voluntad y unidad de las sociedades democráticas en lo que concierne a sus intereses vitales». La ruptura fue inevitable y la crisis de Berlín llegó a su desenlace de la peor manera para Occidente: la erección del muro, iniciada el 13 de agosto de 1961, la fortificación de la horrenda cicatriz que consagró la división de Europa, de manera que la fractura de Alemania, las alambradas, los bloques de cemento y la brutalidad de los guardias fronterizos (vopos) al disparar contra los fugitivos se convirtieron en el símbolo ominoso de dos mundos hostiles e irreconciliables. El siniestro monumento de la guerra fría. Las protestas occidentales, empezando por las del mismo Kennedy, no pasaron de la retórica, cuando era evidente que la libertad se inclinaba ante la opresión, y a pesar de que la superioridad nuclear de Estados Unidos era incontestable. Con estos antecedentes, Kennedy desconfiaba profundamente, y cuando supo que los soviéticos habían instalado en Cuba algunas rampas de lanzamiento de misiles, apuntando a Florida, concluyó que el líder soviético no le había comprendido o no había tomado en serio sus advertencias. En un dramático mensaje a la nación (22 de octubre), el presidente proclamó que la conversión de Cuba en una base nuclear soviética era intolerable, ordenó el bloqueo naval de la isla, para impedir la llegada de nuevos misiles, y conminó al Kremlin para que retirara los ya instalados. Después de una semana de forcejeo al borde del abismo, con varios mensajes cruzados entre la Casa Blanca y el Kremlin, Jruschov aceptó la retirada de los misiles a cambio de que Kennedy hiciera lo mismo con los de Turquía y reiterara su promesa de no invadir la isla. A principios de noviembre, los soviéticos desmantelaron y repatriaron los misiles. Fidel Castro, muy molesto por la batalla que se había librado a sus espaldas, aseguró siempre que la idea de instalar los misiles se le había ocurrido a Jruschov, aparentemente encandilado por la emoción de que la revolución cubana pudiera extenderse por América Latina. Jruschov pasó a la historia como un optimista compulsivo. El desenlace de la crisis aceleró los contactos diplomáticos para mejorar las comunicaciones entre Washington y Moscú. La primera utilización intensiva de la línea roja se produjo durante la Guerra de los Seis Días (1967). En 1985, la comunicación empezó a hacerse por fax, y en 1991 se estableció el teléfono directo, vía satélite, que utilizaron por primera vez los presidentes Gorbachov y Bush padre, los hombres que sellaron precisamente el fin de la guerra fría.
Un día como hoy 20 de Junio de 1971 en México se estrena el programa El Chavo del Ocho. El Chavo del 8 es una serie de televisión cómica mexicana creada por Roberto Gómez Bolaños, producida por Televisión Independiente de México (más tarde, Televisa) y emitida por primera vez un día como hoy 20 de junio de 1971 en el Canal 8 de México. El programa trata sobre las vivencias de un grupo de personas que habitan en una vecindad mexicana donde su protagonista, El Chavo, lleva a cabo travesuras junto con sus amigos que ocasionan malentendidos y discusiones entre los mismos vecinos, por lo general de tono cómico. El guion surgió de un sketch escrito por Gómez Bolaños en donde un niño pobre de 8 años discute con un vendedor de globos en un parque. Se le prestó una mayor importancia al desarrollo de los personajes, a los cuales se les asignó una personalidad distintiva. Desde un comienzo, su creador contempló que El Chavo estaría dirigido al público adulto, no al infantil, aún cuando se tratara de adultos interpretando a niños. El elenco principal estuvo integrado por Gómez Bolaños, Ramón Valdés, Carlos Villagrán, María Antonieta de las Nieves, Florinda Meza, Rubén Aguirre, Angelines Fernández y Édgar Vivar, que interpretaron al Chavo, Don Ramón,Quico, la Chilindrina, Doña Florinda, el profesor Jirafales, Doña Clotilde y el señor Barriga, respectivamente. La dirección y producción de la serie recayeron en Enrique Segoviano y en Carmen Ochoa. El éxito de El Chavo del Ocho fue tal que, para 1973, era transmitido en varios países de Hispanoamérica y tenía altos índices de audiencia televisiva. Se estimó que en 1975 era vista por más de 350 millones de televidentes cada semana. Dada la popularidad, el reparto realizó una gira internacional que abarcó varios de los países en los que se transmitía el programa en ese entonces, en una serie de presentaciones donde bailaban y actuaban en vivo frente a un público. En 1978, Villagrán dejó el programa de forma definitiva debido a conflictos con Gómez Bolaños respecto a la autoría del personaje de Quico, y al año siguiente hizo lo mismo Valdés debido a motivos personales. A pesar de ello, este último se reincorporó al programa tiempo después. La última emisión de El Chavo del 8 como programa independiente se dio el 1 de enero de 1980, aunque continuó como parte de Chespirito hasta el 12 de junio de 1992. Gómez Bolaños consideró que el impacto de la serie en otros países se debía al éxito previo de El Chapulín Colorado. En cuanto a la crítica, obtuvo una recepción mayormente negativa en sus primeras emisiones, ya que su contenido era calificado como «vulgar», «bobo e insulso», «enajenante» y «no recomendable». Uno de los temas que más críticas negativas ha generado es la violencia explícita a través de los golpes e insultos entre algunos de los personajes. No obstante, otros medios aseguraron que un aspecto positivo de El Chavo es el uso de «situaciones universales» con las que la audiencia puede identificarse fácilmente, sin importar la edad o nacionalidades. A pesar de su conclusión a comienzos de los años 1990, la serie ha sido transmitida de forma ininterrumpida en varios países desde entonces. Hasta 2011, se tenía noción de 20 países que aún la emitían como parte de su programación habitual. En 2006 debutó El Chavo animado, un programa de animación basado en El Chavo del 8 y producido también por Televisa. Su éxito, equiparable al del formato original, ha permitido que la franquicia se haya expandido en cuanto a mercadotecnia y productos comerciales. Televisa la considera como una de las marcas más exitosas de su propiedad. Entre algunos productos derivados del programa se incluyen el libro El diario del Chavo del ocho (escrito por Gómez Bolaños y publicado en 1995), el musical El Chavo animado - Show en vivo (estrenado en 2010), un videojuego para Wii lanzado en 2012, así como aplicaciones para Facebook y dispositivos móviles de Apple. En cuanto a la cultura popular, El Chavo del 8 ha perdurado como uno de los programas de entretenimiento más reconocidos y exitosos de la televisión hispanohablante. 
Un día como hoy 20 de Junio de 1973 regresa a la Argentina el expresidente constitucional Juan Domingo Perón, tras 18 años en el exilio. En cercanías del Aeropuerto Internacional de Ezeiza, durante la bienvenida al líder, sucede la masacre de Ezeiza: francotiradores disparan contra peronistas de izquierda, matando a por lo menos 13, e hiriendo a más de 300.El 25 de mayo de 1973 asumió el gobierno el presidente Héctor J. Campora y el 20 de junio retorno al país Juan domingo Perón. Ese día, cuando se había congregado en Ezeiza una inmensa multitud, un enfrentamiento entre grupos armados de distintas tendencias del peronismo provoco una masacre. El 13 de julio Campora y el vicepresidente solano lima renunciaron; ausente el titular del cenado, asumió la presidencia el de la Cámara de Diputados, Raúl Lastiri, que era yerno de José López Rega, el secretario privado de Perón y a la vez ministro de Bienestar Social. En septiembre se realizaron las nuevas elecciones y la formula Perón-Perón, que el líder compartió con su esposa Isabel (Maria Estela Martínez) alcanzo el 62% de los votos. El primero de julio del año siguiente murió Perón e Isabel lo reemplazo, hasta que fue depuesta por los jefes militares el 24 de marzo de 1976. Los tres años de la segunda experiencia peronista, verdaderamente prodigiosos por la concentración por la concentración de acontecimientos y sentidos, clausuraron- de manera desdichada y tenebrosa toda una época de la historia argentina. Es difícil saber en que momento de su exilio Perón dejo de verse a sí mismo como el insobornable jefe de la resistencia, dispuesto a desbaratar las tentaciones provenientes del poder, y se considero el destinado a pilotear el vasto proyecto de reconstrucción que asumió como ultima misión de su vida. Puede  dudarse, incluso, de si se trato de una decisión deliberada o si resulto arrastrado por sus circunstancias incontrolables aun para su talento táctico. Lo cierto es que, puesto en el juego armo su proyecto- parecido pero distinto al de 1945- sobre tres bases: un acuerdo democrático con las fuerzas políticas, un pacto social con los grandes representantes corporativos en una conducción mas centralizada de su movimiento, hasta entonces desplegado en varios frente y dividido en estrategias heterogéneas. Para  que funcionara, Perón necesitaba que la economía tuviera un desempeño medianamente satisfactorio- las expectativas eran buenas- y que pudiera reforzarse el poder del Estado, tal como lo reclamaba la mayoría de la sociedad. Este era un punto débil:  los mecanismo e instrumentos estaban desgastados y resultaron eficaces , y el control que Perón podía tener no era pleno, pues las Fuerzas Armadas se mostraban reticentes, pese a la rehabilitación mutua que se concedieron con Perón; el gobierno, finalmente, resulto corroído por la formidable lucha desencadenada dentro del movimiento. Así, una de las premisas de su acción fallo de entrada. El pacto social funciono mal casi desde el principio y termino echo añicos, mientras que el pacto democrático, aunque funciono formalmente bien y se respetaron los acuerdos, finalmente resulto irrelevante pues no sirvió ni para constituir una oposición eficiente ni para suministrar de por si, cuando los otros mecanismos fallaron, el respaldo necesario para el mantenimiento del gobierno constitucional. El gobierno de Reconstrucción i Liberación Nacional, presentado en mayo de 1973, pese a la concesión al clima de época que había en su titulo, consistía en un intento de superar las limitaciones al crecimiento de una economía cuyos rasgos básicos no se pensaba modificar. No había en el nada que indicaba una orientación hacia el "socialismo nacional", y tampoco un intento de buscar nuevos rumbos al desarrollo del capitalismo. Como en 1946, Perón recurrió para pilotearlo a un empresario exitoso, en este caso ajeno al peronismo: José Ver Gelbard, jefe de la Confederación General Económica, donde se nucleaba la mayoría de las empresas de capital básicamente nacional. Sus objetivos, acordes con los cambios ya consolidados en la estructura económica del país, eran fuertemente intervencionistas y en menor medida, nacionalistas y distribucionistas, y no implicaban un ataque directo a ninguno de los intereses establecidos. Siguiendo las tendencias de la década anterior, se esperaba apoyar el crecimiento de la economía tanto en una expansión del mercado interno- según la tradición de los empresarios que apoyaban a ambos partidos mayoritarios- cuanto en el crecimiento de las exportaciones.
Un día como hoy 20 de Junio de 2010 Juan Manuel Santos gana presidencia de Colombia con casi el 70% de los votos a su favor en segunda vuelta. El ex ministro de Defensa obtuvo el 69,5% de los votos en la segunda vuelta de las elecciones tras una jornada en la que murieron 10 militares y seis guerrilleros en incidentes aislados. Con el aplastante triunfo sobre Antanas Mockus y sus más de nueve millones de votos en el bolsillo, casi dos millones más que los logrados el 30 de mayo anterior, podrá imponer su sello personal. Además, se convirtió en el candidato a la Presidencia de Colombia que más votos ha logrado en los últimos 50 años. El ex ministro consiguió casi un millón y medio de votos más que el presidente Álvaro Uribe en las elecciones de 2006, cuando logró la mayoría absoluta en primera vuelta con 7,4 millones de votos. Pese a su derrota, Mockus logró un resultado digno con 3.570.543 votos, el 27,52% de los sufragios y unos 350.000 más que en la primera vuelta. Su reto será mantener unido el movimiento y prepararse para los comicios regionales y locales del año próximo. El lunar de la jornada electoral fue la alta abstención, que superó el 55%. La diferencia de 25 puntos en la primera vuelta, que hacía casi imposible superar la distancia entre ambos candidatos; el Mundial de Fútbol y la lluvia que no dejó de caer en varias ciudades a lo largo de toda la jornada fueron algunas razones que alejaron a los ciudadanos de las urnas. Santos, que debe buena parte de su caudal electoral a ser el heredero del legado uribista, consiguió que le votara una parte de los conservadores, liberales, así como seguidores de Cambio Radical cuyos principales líderes se habían adherido a su campaña. Al día siguiente lunes 21 de junio empezaría la conformación de su Gobierno, porque no quiso hablar antes con nadie sobre las carteras. Los nombres que elijiría serían la primera señal para saber hasta que punto es capaz de alejarse del uribismo y rodearse, como prometió, de los mejores con independencia de su procedencia partidista. También pronto anunciaría los países que visitaría como Presidente electo, aunque adelantó que no figuraría Washington en su agenda. Otro reto que empezaría a afrontar es el de superar las abismales diferencias que le separan de Hugo Chávez y solventar el problema judicial que enturbia sus relaciones con el Ejecutivo ecuatoriano. Poco después de conocer los resultados, Antanas Mockus se dirigió al país. "Las organizaciones y los partidos no están hechos para renunciar. A partir de hoy se consolida una nueva fuerza política independiente, el Partido Verde, una fuerza confiable, responsable, deliberante, con vocación de gobernar y permanecer en el tiempo", dijo un Mockus serio. El ex alcalde de Bogotá se mostró sereno, reposado, con aire presidencial, alejado de la imagen de predicador televisivo de la noche del 30 de mayo que tantos disgustos y críticas le generaron. Dijo que su relación con el nuevo gobierno estará caracterizada por la independencia. "Apoyaremos lo bueno y nos opondremos a lo malo". Repitió varias veces que seguirán trabajando en la política, que persistirán en su empeño de imponer sus ideas de transparencia, de legalidad y de respeto a la vida que les mueve. "Tenemos un sueño bueno y verdadero que ya se hizo realidad. Esta historia no termina hoy, hoy apenas comienza, hoy empezamos a cambiar Colombia", concluyó.

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