viernes, 26 de abril de 2019

Hoy 26 de abril es el Día Internacional de Recordación del Desastre de Chernóbil

Por Compartiendo mi Opinión 
En 1986 una explosión en la central nuclear de Chernóbil propago una nube radioactiva en gran parte de lo que fue la Unión Soviética y que ahora son los territorios de Belarús, Ucrania y la Federación de Rusia. Casi 8.4 millones de personas en los tres países fueron expuestas a la radiación. 

El gobierno soviético reconoció la necesidad de la ayuda internacional sólo en 1990 (cuatro años más tarde). Ese mismo año la Asamblea General adoptó la Resolución 45/190, llamando a «la cooperación internacional para abordar y mitigar las consecuencias de la planta nuclear de Chernóbil». Ese fue el comienzo de la participación de las Naciones Unidas en la recuperación de Chernóbil. El grupo de trabajo interinstitucional fue creado para coordinar la cooperación de Chernóbil. En 1991 la ONU creó el Fondo Fiduciario para Chernóbil, en la actualidad bajo la dirección de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Desde 1986, el sistema de las Naciones Unidas y las principales ONG han puesto en marcha más de 230 diferentes estudios y proyectos de asistencia en los ámbitos de salud, seguridad nuclear, rehabilitación, medio ambiente, obtención de alimentos limpios e información. 

En 2002 las Naciones Unidas anunció un cambio en la estrategia de Chernóbil, con un nuevo enfoque en el desarrollo a largo plazo. El PNUD y sus oficinas regionales en los tres países afectados tomaron la delantera en la aplicación de la nueva estrategia. Todavía hay mucho trabajo que hacer en la región afectada. Para prestar apoyo a los programas internacionales, nacionales y públicos dirigidos al desarrollo sostenible de estos territorios, en 2009 la ONU presentó la Red Internacional de Investigación e Información sobre Chernobyl. Las consecuencias de Chernóbil seguirán en el futuro. El trabajo de la comunidad internacional no ha terminado todavía. 

El 8 de diciembre de 2016, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución que designaba el 26 de abril como el Día Internacional de Recordación del Desastre de Chernóbil. La Asamblea General reconoció que «Chernóbil 30 años después: de la emergencia a la recuperación y el desarrollo económico y social sostenible de los territorios afectados», e invitó a «todos los Estados Miembros, los organismos competentes del sistema de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales, así como a la sociedad civil, a que celebren el día». 

Descripción técnica de lo ocurrido 

El habitual cierre de 20 segundos del sistema parecía ser otra prueba del sistema eléctrico. Sin embargo, siete segundos después, una subida de tensión originó una explosión química que liberó cerca de 520 radionucleidos nocivos a la atmósfera. La potencia de la explosión extendió la contaminación por amplias zonas de la Unión Soviética, cuyos territorios se corresponden en la actualidad con Belarús, Ucrania y Rusia. 

Según los informes oficiales, 31 personas murieron en el momento y 600.000 «liquidadores» involucrados en las operaciones de extinción del fuego y de limpieza estuvieron expuestos a los altos niveles de radiación. Según los informes oficiales, cerca de 8.400.000 personas en Belarús, Ucrania y Rusia, que equivalen a un número mayor que la población de Austria, estuvieron expuestas a la radiación. Cerca de 150.000 kilómetros cuadrados de territorios de los tres países quedaron contaminados, lo que supone casi la mitad del territorio total de Italia. Zonas agrícolas que abarcaban cerca de 52.000 kilómetros cuadrados, lo cual es una extensión mayor que el tamaño de Dinamarca, fueron contaminadas con cesio-137 y estroncio-90, cuyo período de semi desintegración es de 30 y 28 años respectivamente. Se reasentó a cerca de 404.000 personas, pero millones de personas siguieron viviendo en un entorno en el que la exposición residual continuada producía una variedad de efectos adversos. 

No se hizo público ningún informe hasta tres días después de la explosión de Chernóbil. Entonces, las autoridades suecas dieron a conocer un mapa de los niveles de radiación aumentados en Europa en relación con la dirección del viento y anunciaron al mundo que había ocurrido un accidente nuclear en algún lugar de la Unión Soviética. Antes de la declaración de Suecia, las autoridades soviéticas habían estado llevando a cabo operaciones de emergencia de extinción de fuego y de limpieza, pero habían decidido no informar totalmente del accidente o de su magnitud. Ninguna autoridad legítima pudo hacerse cargo de la situación inmediatamente y responder a preguntas como: ¿Se puede salir de las casas con seguridad? ¿Se corre algún peligro al beber agua? ¿Se pueden comer los productos locales? De haberse comunicado medidas de protección con mayor antelación, muy posiblemente se habría evitado que la población estuviera expuesta a algunos radionucleidos, como el yodo-131, que causan cáncer de tiroides. Una evacuación más temprana habría sido útil para que la gente no estuviera en la zona donde más peligroso es el yodo-131, entre ocho y 16 días después de haber sido liberado. 

Durante los primeros cuatro años que sucedieron al accidente de Chernóbil, las autoridades soviéticas decidieron hacer frente a las consecuencias de la explosión principalmente a escala nacional. Sin contar con el apoyo soviético, las Naciones Unidas y sus colaboradores buscaron distintos modos de proporcionar ayuda de emergencia, entre los que se incluían la valoración de la seguridad nuclear y de las condiciones ambientales, y el diagnóstico de las distintas condiciones médicas derivadas del accidente. De igual manera, las Naciones Unidas se preocuparon de que los habitantes de la zona tuvieran un mayor conocimiento de la situación, para lo que se les enseñó cómo protegerse de los radionucleidos que se encontraban en el entorno y en los productos agrícolas.

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