Agencias Noticiosas
Hillary pierde sus
modales en el último debate demócrata
Hillary Clinton sacó anoche toda su artillería para atacar a su
gran rival por la nominación presidencial demócrata, el senador Bernie Sanders,
en el último debate antes del inicio del periodo de elecciones primarias en
EEUU.
Como si fueran dos púgiles en un cuadrilátero, la ex secretaria de
Estado y el senador por Vermont protagonizaron en el teatro Gaillard Center de
Charleston (Carolina del Sur) un vibrante careo de dos horas, centrado sobre
todo en asuntos de política nacional.
El tercer aspirante el liza, el ex gobernador de Maryland Martin
O'Malley, que va muy rezagado en las encuestas, casi quedó relegado a un
discreto papel de convidado de piedra.
El debate, emitido por la cadena NBC, tuvo lugar a dos semanas de
los "caucus" (asambleas populares) en el estado de Iowa, que se
desarrollarán el 1 de febrero y constituyen el pistoletazo de salida de la
temporada de elecciones primarias en el país norteamericano
Los resultados en ese estado agrícola del Medio Oeste de EE.UU.
suelen dan una primera pista sobre quién puede ganar la nominación presidencial
en las convenciones nacionales de demócratas y republicanos, que este año se
celebran en julio.
Hillary Clinton y Bernie Sanders chocaron en el último debate
demócrata antes de las primarias en EE.UU./ Bloomberg.
Con esa gran cita en el horizonte, Clinton abandonó la cordialidad
de debates anteriores y trató de desacreditar a Sanders, en un claro reflejo
del nerviosismo de la candidata favorita por el reciente avance en las
encuestas del veterano senador, de 74 años, por quien prácticamente nadie
apostaba hace meses en este país.
Según la web Real Clear Politics (RCP), que elabora una media de
todos los sondeos, la antigua jefa de la diplomacia de EE.UU. sólo aventaja en
Iowa en cuatro puntos al senador, que se impone a su adversaria por seis puntos
en Nuevo Hampshire, segundo estado que celebra primarias.
La también ex primera dama, que en los sondeos a nivel nacional
tiene -según RCP- 12 puntos más que Sanders, echó en cara al senador sus
vaivenes en cuestiones como el control de armas para evitar los tiroteos
masivos que sufre EE.UU., o la sanidad.
Hillary Clinton y Bernie Sanders chocan en el último debate
demócrata antes de las primarias en EE.UU./ Bloomberg
"El senador Sanders ha votado con la Asociación Nacional del
Rifle (NRA), con el lobby de las armas, muchas veces. Votó por la inmunidad de
los fabricantes y vendedores de armas", afirmó Clinton.
A raíz de este asunto, los tres candidatos hablaron con emoción
del tiroteo de un joven blanco que en junio de 2015 mató a nueve personas en la
Iglesia Episcopal Metodista Africana Emanuel, a escasos metros del auditorio
que acogió hoy el debate.
La ex secretaria de Estado, de 68 años, usó otro de sus torpedos
para acusar a Sanders -quien se define como un "demócrata
socialista"- de querer "romper" la reforma sanitaria de Barack
Obama.
La reforma sanitaria, impulsada en 2010 y considerada el principal
hito en política nacional de Obama, busca extender la cobertura médica a toda
la población y establece la obligatoriedad de adquirir un seguro.
Sanders, que votó en su momento a favor de "Obamacare",
tildó de "sandez" la acusación de Clinton y subrayó que su
"propuesta" consiste en "proveer de cuidado sanitario a toda la
gente".
El duelo dejó entrever también dos estilos: Clinton como una
candidata con la "experiencia y la preparación" necesaria para asumir
la Presidencia, y Sanders como el líder de una "revolución política"
que busca "transformar este país".
Así, Clinton se presentó más que nunca como la continuadora del
legado de Obama y llegó a cuestionar la lealtad del senador, lo que fue
desmentido por Sanders.
En política exterior, Clinton celebró el acuerdo para suspender el
programa nuclear iraní como parte de su legado como secretaria de Estado
(2009-2013) y abogó por no acelerar el proceso, mientras que Sanders pidió
normalizar las relaciones con premura.
Tras dos horas de intenso debate, Clinton y Sanders dejaron las
espadas en alto pendientes de Iowa, donde la primera quiere evitar la derrota
que sufrió en 2008 ante Obama y el segundo sueña con un triunfo que catapulte
su "revolución política".