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Batalla campal en el primer debate republicano del año
Los favoritos Donald Trump y Ted Cruz chocaron anoche, en un nuevo duelo de los precandidatos a la Casa Blanca, cuando faltan unos 15 días para la primarias.
En vísperas de las primarias del
partido Republicano a las presidenciales de noviembre, el millonario Donald Trump y el senador Ted Cruz enterraron meses de cortesías y
se enfrascaron en una explosiva
diatriba durante un debate, anoche.
El par protagonizó un extendido
toma y dame sobre los valores conservadores y el argumento de Trump de que
Cruz, un senador ultraconservador
nacido en Canadá, está eventualmente impedido de ser elegido presidente de Estados Unidos.
"En septiembre, mi amigo Donald
dijo que sus abogados estaban revisando el asunto desde todos los ángulos y no
había nada", dijo Cruz.
"Ahora, desde septiembre la
Constitución no ha cambiado pero los números en los sondeos sí", añadió,
refiriendo su ascenso entre los electores desde fines del año pasado.
La Constitución de Estados Unidos
establece que para poder ser elegido presidente, el aspirante tiene que ser un
"ciudadano natural de nacimiento". Pero es una condición ambigua:
excluye a los ciudadanos naturalizados, aunque no define qué es un ciudadano
"natural".
Cruz, cuya madre es
estadounidense y cuyo padre es cubano, declaró que no hay dudas.
"El hijo de un ciudadano
estadounidense nacido en el extranjero es un ciudadano natural de
nacimiento", afirmó.
Incluso indicó que Trump, cuya
madre nació en Escocia, se estará descalificando a sí mismo.
"Pero
yo nací aquí", replicó Trump. "Gran diferencia".
"Hay un gran signo de
interrogación sobre tu cabeza y no le podes hacer eso al partido",
añadió el magnate que domina desde
hace seis meses la contienda.
Es el fin declarado de la
amabilidad de antaño entre ambos aspirantes, que dominan las preferencias de los votantes conservadores con
estilos similares: una retórica
incendiaria y una plataforma de rechazo a los refugiados sirios y de aprobación
a la construcción de un muro fronterizo y la expulsión de los millones de
inmigrantes indocumentados en Estados Unidos.
El sexto debate de los aspirantes
republicanos en North Charleston, en el sureño estado de Carolina del Sur,
coincidió con un creciente descontento del liderazgo del partido por el
favoritismo de Trump.
A menos de dos semanas del primer
voto de las presidenciales de noviembre (1 de febrero en Iowa, centro-norte), y
después de evitar durante meses herir las susceptibilidades de Trump, los dirigentes del Grand Old Party (GOP)
empiezan a rebelarse contra el magnate, más temerosos de su retórica
xenófoba que del riesgo de una candidatura independiente.
La joven y carismática
gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley (43 años), disparó contra Trump
durante la respuesta oficial republicana a la alocución anual ante el Congreso
del presidente Barack Obama.
Llamando a los republicanos a resistir "las voces más rabiosas", Haley,
hija de inmigrantes indios y posible candidata a vicepresidenta, tiró tantos
dardos contra Trump como contra el mandatario.
Trump llamó a Haley
"amiga", pero las críticas resaltan una disputa arrastrada entre la
base conservadora atraída al tono bombástico del magnate populista y el
establishment del partido Republicano.
Cruz embistió a Trump, acusándolo
de tener "valores de Nueva
York" -a favor del aborto, de los derechos de homosexuales y de los
medios- en un claro intento de ganar votos en el conservador estado
de Iowa.
Aunque paradójicamente la
dirigencia republicana está disparando contra el candidato que domina desde
hace seis meses la contienda, en el fondo yace el miedo de cara a las
elecciones generales de noviembre.
Temen que Trump aísle a minorías
cruciales como los hispanos y no pueda conglomerar suficientemente a la derecha
y al centro para frenar a Hillary
Clinton, la favorita de los Demócratas.
A Trump y Cruz lo acompañaron en
el escenario el senador de origen cubano Marco Rubio, el neurocirujano retirado Ben Carson, el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, el ex
gobernador de Florida Jeb Bush y
el gobernador de Ohio, John
Kasich.
Los aspirantes no perdieron
oportunidad para atacar a Clinton en el asunto de la seguridad.
"Todos en este escenario son
mejor que Hillary Clinton, ella es
una desastre", dijo Bush, en un raro llamado por la unidad en el
campo republicano.
Clinton "está descalificada
para ser Comandante en Jefe de Estados Unidos", dijo Rubio.
Otra agitada diatriba se centró
alrededor del argumento de Trump para prohibir temporalmente la entrada de
musulmanes a Estados Unidos, luego de los atentados en California y París.
"Esa política hace imposible
construir la coalición necesaria para derrotar a ISIS", dijo Bush.
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