Compilado por Luis Montes Brito
Un día como hoy 7 de Diciembre de 43 a. C. en Roma es asesinado
Cicerón. Marco Tulio Cicerón Nació el 3 de enero de 106 a.C. en Arpinum
(Arpino, Italia). Cursó estudios de Derecho, Oratoria, Literatura y Filosofía
en Roma. Después de una breve carrera militar y tres años de experiencia como
abogado viaja a Grecia y Asia, donde continuó sus estudios. Es considerado uno de los más grandes retóricos
y estilistas de la prosa en latín de
la República Romana. Reconocido universalmente como uno de los más importantes
autores de la historia romana, es responsable de la introducción de las más
célebres escuelas filosóficas helenas en la intelectualidad republicana, así
como de la creación de un vocabulario filosófico en latín. Gran orador y
reputado abogado, Cicerón centró —mayoritariamente— su atención en su carrera
política. Hoy en día es recordado por sus escritos de carácter humanista,
filosófico y político. Sus cartas, la mayoría enviadas a Ático, alcanzaron un
enorme reconocimiento en la literatura europea por la introducción de un
depurado estilo epistolar. Cornelio Nepote destacó la riqueza ornamental de
estas cartas, escritas «acerca de las inclinaciones de los líderes, los vicios de
los comandantes y las revoluciones estatales», que transportaban al lector a
esa época. Constituido en uno de los máximos defensores del sistema republicano
tradicional combatió, usando cualquier recurso, la dictadura de César. No
obstante, durante su propia carrera no dudó en cambiar de postura dependiendo
del clima político. Esta indecisión es fruto de su carácter sensible e
impresionable. Intemperante, era propenso a reaccionar de manera excesiva ante
los cambios. El escritor Asinio Polión escribió de él: ¡Ojalá hubiera sido
capaz de soportar la prosperidad con mayor autocontrol y la adversidad, con
mayor energía! Regresó a
Roma en el 77 a.C. y comenzó su carrera política. En el
74 a.C. fue elegido miembro del Senado. Apoyado por los patricios en su candidatura
al consulado en el 64 a.C. ante el otro candidato, Lucio Sergio Catilina.
Elegido Cicerón, Catilina volvió a intentarlo al año siguiente con los mismos
resultados. Catilina, derrotado nuevamente en las
elecciones consulares de octubre de 63 a.C., decidió encabezar un golpe de
Estado del que Cicerón sería
informado. Cicerón controló
el intento de derrocarlo, detuvo y ejecutó a varios de los partidarios de
Catilina y a éste lo expulsó del Senado con una ardiente soflama conocida como
Catilinarias. El 8 de noviembre denunció a Catilina en el Senado;
iniciaría su discurso - la primera Catalinaria - diciendo: Quousque tandem
abutere, Catilina, patientia nostra? (¿Hasta cuándo, Catilina, abusarás de
nuestra paciencia?). Ese mismo discurso contuvo una conocida sentencia del
orador, célebre incluso en nuestros días: O tempora, o mores! (¡Oh tiempos,
oh costumbres!). Consciente de que era cuestión de tiempo que le
detuvieran, Catilina optó por marcharse a Etruria y encabezar desde allí a los
insurrectos; en la capital quedaron numerosos cómplices del rebelde, a los que
encomendó llevar a cabo el levantamiento en la ciudad. Fue criticado por Julio César y
por otros senadores romanos que opinaban que había obrado con excesiva dureza,
sin proporcionar las debidas garantías legales a los conspiradores. Por esto
tuvo que partir como exiliado en el 58 a.C. Cicerón vivió un año en Macedonia,
tras el que fue perdonado por el general romano Pompeyo el Grande. Hasta el 51
a.C. se dedicó a la literatura, pero aceptó el encargo de gobernar la provincia
romana de Cilicia como procónsul. Un año después volvió a Roma, en el 50 a.C.,
y se unió a Pompeyo, que se había convertido en el mayor enemigo de Julio
César. Cuando César derrotó a Pompeyo, en el 48 a.C., aceptó su amistad, aunque
mientras César fue dictador de Roma, vivió apartado de la vida política. Entre sus obras destacan sus tratados De Legibus
(Sobre las leyes), De Officiis (Sobre el deber), y De Natura Deorum (Sobre la
naturaleza de los dioses). La más famosas de sus piezas de oratoria son las
cuatro contra Catilia, conocidas por Catilinarias, y las catorce contra Marco
Antonio conocidas por Filípicas. Entre las obras menores de Cicerón, los
tratados De Senectute (Sobre la vejez) y De Amicitia (Sobre la amistad). Tras
el asesinato de César, ya en el 44 a.C., retornó a la política. Esperando ver la restauración de la República, apoyó
a Octavio, más tarde el emperador Augusto, en sus luchas contra el cónsul
romano Marco Antonio. A pesar de todo, Octavio y Marco Antonio se reconciliaron en Módena un año después constituyeron un nuevo triunvirato -que recibió plenos poderes- con
Lépido. Los triunviros no tardaron en acabar con sus adversarios políticos.
Octavio abandonó a su aliado y permitió que Antonio proscribiera a Cicerón. Cicerón fue ejecutado como enemigo del Estado un día
como hoy 7 de diciembre del 43 a.C. en
Formia, localidad italiana de la provincia de Latina, región de Lazio con
capital en Roma. También Antonio ordenó que la cabeza y las manos de Cicerón se expusieran en los
rostra del Foro, tal como había
sido la costumbre en tiempos de Sila y Mario, aunque él fue el único de los
proscritos en recibir tal destino. Cicerón no opuso resistencia a su ejecución,
y, ofreciendo la cabeza, se limitó a pedir que se le matara con corrección.
También serían eliminados su hermano, Quinto, y su sobrino; sólo sobrevivió su
hijo Marco Tulio. La notoriedad como orador de Cicerón en vida aumentaría tras
su muerte. Pierre Grimal considera que no hubo nadie más capaz de elaborar una
teoría romana de la elocuencia, descrita como vehículo de expresión e
instrumento político. El tusculano trata el tema en muchas de sus obras, tanto
didácticas como teóricas, e incluso históricas - Brutus; en el que traza una
breve historia de los oradores romanos más célebres hasta César, del que
destaca la calidad de su expresión.
Un día como hoy 7 de Diciembre de 1732 en el
barrio de Covent Garden, Londres se inaugura la Royal Opera House. La Royal
Opera House de Londres es mundialmente conocida por la calidad de sus
producciones artísticas y por ser la sede de dos prestigiosas compañías
británicas, la Royal Opera y el Royal Ballet. También
se conoce con el nombre de Covent Garden por el barrio donde se encuentra localizado. Aunque el teatro está impregnado de historia,
tras su fachada victoriana se esconde un centro de modernidad e innovación que
ha utilizado tecnologías como la de NVIDIA para convertirse en el primer teatro
de ópera del mundo en adoptar la realidad virtual como pieza clave para el
diseño de sus producciones. En 1728, John Rich, actor y productor, comisionó a
John Gay componer The Beggar's Opera. El éxito proveyó el capital necesario
para construir el primer Teatro Real diseñado por Edward Shepherd en ese
espacio. La inauguración fue llevada acabo un día como hoy 7 de diciembre de
1732. Los primeros cien años, más o menos, el teatro sirivó para representar
obras de teatro. La Letters Patent, otorgada por Carlos II de Inglaterra le
daba al Covent Garden y al Drury Lane prácticamente los derechos exclusivos
para presentar drama hablado en Londres. Los primeros trabajos musicales serios
que se escucharon en el Covent Garden fueron las óperas de Handel. Desde 1735
hasta su muerte (en 1759), el compositor contribuyó con la temporada del Covent
Garden; muchas de sus óperas y oratorios fueron escritos para el teatro o se
presentaron por primera vez en Londres, allí. Handel dejó en herencia su órgano
a John Rich, y fue ubicado en una posición destacada en el escenario.
Desgraciadamente, fue uno de los tantos elementos valiosos que se perdió en el
incendio del teatro en 1808. A lo largo de su historia, la Royal Opera House ha
ido evolucionando para adaptarse a las nuevas tendencias artísticas y
tecnológicas con el fin de seguir manteniendo el alto nivel de sus producciones
a medida que cambiaban los gustos del público y las necesidades financieras. La
transformación más reciente de la Royal Opera House es el resultado de un
ambicioso programa de remodelación que se llevó a cabo entre 1997 y 2000. El
proyecto inicial tenía como objetivo convertir el teatro en un lugar más
accesible, no sólo en términos de estructura física y público, sino también en
cuanto a recursos de producción.
Un día como hoy 7 de
Diciembre de 1941 en Hawái, la Marina
Imperial Japonesa lanza su ataque a Pearl Harbor. Un día como hoy 7 de
diciembre de 1941 la aviación japonesa atacó por sorpresa la base naval de
Pearl Harbor en Hawaii, donde se concentraba la flota de guerra norteamericana
del Pacífico. Tres día más tarde, los japoneses desembarcaban en Luzón,
iniciando la conquista de las islas Filipinas y aniquilaban el poderío naval
británico en Extremo Oriente al hundir en el golfo de Siam al acorazado Prince
of Wales y el crucero pesado Repulse. Los
buques de guerra anclados en el puerto de Hawái fueron fácil blanco para los
aproximadamente 360 aviones de guerra japoneses que participaron en el ataque.
Los norteamericanos sufrieron 3400 bajas con 2300 muertes.
El ataque dañó seriamente el poder naval y aéreo norteamericano en el Pacífico. Sin embargo, esta agresión galvanizó al pueblo norteamericano y el presidente Franklin Delano Roosevelt consiguió que al día siguiente, el 8 de diciembre de 1941, el Congreso aprobara la declaración de guerra contra Japón. La falta de previsión de las autoridades militares ante un eventual ataque provocó duras críticas en aquel momento. E, incluso, algunos historiadores han sugerido que Roosevelt conocía el ataque y no hizo nada por impedirlo para así meter a Estados Unidos en la guerra. La mayoría piensa actualmente que, si bien los militares norteamericanos eran conscientes de la probabilidad de un ataque japonés, no sabían con exactitud el cuándo y el dónde. De los ocho acorazados americanos, tres fueron averiados: "Arizona", "Oklahoma", y el "California"; dos fueron hundidos el "West Virginia" y el "Nevada" y tres sufrieron unos daños más o menos graves: el "Terinérssee", el "Maryland" y el "Pennsylvania". Fueron hundidos igualmente el gran buque cisterna "Utah", dos cruceros, varios destructores, barcos auxiliares y un minador. Dos grandes unidades solamente, el portaviones "Enterprise" y el "Lexington", que efectuaban ejercicios más al sur, escaparon al desastre. Roosevelt acogió la noticia sin mostrar una emoción especial. Hopkins, que se encontraba cerca de él, se limitó a decir: "This it is". Pero este ataque contra Pearl Harbour sólo constituía un comienzo". El almirante japonés Chuichi Nagumo, al mando de las operaciones aéreas agresoras desde su buque insignia Akagi, cometió un grave error al suspender un tercer ataque sobre la isla que hubiera permitido la destrucción de los talleres navales, los depósitos de combustible y pertrechos que increíblemente quedaron intactos tras las primeras oleadas de bombarderos. Este exceso de precaución por parte de Nagumo gravitaría en modo decisivo en los años siguientes, porque sin la conservación de las instalaciones de Pearl Harbor y de sus depósitos de combustible, los Estados Unidos hubieran sufrido serios problemas logísticos, viéndose obligados a recurrir a bases lejanas del centro de operaciones. De hecho, durante la batalla de Midway un año más tarde, los diques y talleres de Pearl Harbor serían de gran utilidad para la flota norteamericana. Cabe preguntarse qué hubiera sucedido si Nagumo ordenaba un tercer ataque sobre las islas, destruyendo una infraestructura de vital importancia para los aliados. La historiografía de posguerra ha sobredimensionado las pérdidas norteamericanas por este ataque que no afectó sus bases de abastecimiento, ni sus mejores barcos ni sus portaviones que "providencialmente" fueron retirados de la base pocos días antes de la incursión japonesa...Durante 1941 las relaciones entre Estados Unidos y Japón eran tensas, sobre todo, después de que Roosevelt había congelado todos los créditos japoneses en los Estados Unidos, además de bloquear el suministro de petróleo al Japón. Sin embargo, el ataque japonés fue un grave error estratégico para el Eje, en primer lugar porque abría un nuevo frente de combate y fundamentalmente porque provocaron la entrada en la guerra de un gigante como los Estados Unidos. Hitler, que tenía a sus tropas atrapadas por el invierno ruso, en las puertas de Moscú, esperaba que los japoneses atacaran a Rusia desde Siberia para estrangularla en una operación de pinzas con el ejército alemán. Desde el punto de vista del Eje, la visión de Hitler era la correcta pero los japoneses, igual que Mussolini, desconfiaban con buen tino de su aliado alemán. Si Mussolini atacó a Grecia para iniciar una guerra paralela a la de Hitler, tratando de asegurase una mejor posición ante la creciente hegemonía alemana, los japoneses atacaron a los Estados Unidos con la esperanza de que Alemania se desangrase en su guerra con los rusos. En ese sentido, los japoneses acertaron en su política de no asistir a los alemanes con un ataque masivo desde Siberia, pero nunca debió atacar a los Estados Unidos por una cuestión de equivalencias. A pesar del heroico esfuerzo demostrado durante cuatro largos años de guerra, Japón nunca tuvo posibilidades reales de vencer a una potencia gigantesca como los Estados Unidos, que contaba con una industria armamentística muy superior en recursos humanos y materias primas. Además los japoneses tuvieron que librar la guerra prácticamente solos contra una coalición de naciones encabezada por los Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Inglaterra, India, el ejército nacionalista chino y demás países del sudeste asiático que preferían combatir con los aliados antes que servir a los japoneses. En el momento del ataque a Pearl Harbor, la equivalencia de fuerzas en el Pacífico era relativamente pareja, salvo en los portaviones, como lo demuestra el siguiente cuadro. Japón, era entonces una potencia militar que no había perdido una guerra en tres mil años, se enfrentaba a los Estados Unidos y sus aliados, en una lucha titánica y desigual que culminaría con dos bombas atómicas arrojadas sobre su población civil.
El ataque dañó seriamente el poder naval y aéreo norteamericano en el Pacífico. Sin embargo, esta agresión galvanizó al pueblo norteamericano y el presidente Franklin Delano Roosevelt consiguió que al día siguiente, el 8 de diciembre de 1941, el Congreso aprobara la declaración de guerra contra Japón. La falta de previsión de las autoridades militares ante un eventual ataque provocó duras críticas en aquel momento. E, incluso, algunos historiadores han sugerido que Roosevelt conocía el ataque y no hizo nada por impedirlo para así meter a Estados Unidos en la guerra. La mayoría piensa actualmente que, si bien los militares norteamericanos eran conscientes de la probabilidad de un ataque japonés, no sabían con exactitud el cuándo y el dónde. De los ocho acorazados americanos, tres fueron averiados: "Arizona", "Oklahoma", y el "California"; dos fueron hundidos el "West Virginia" y el "Nevada" y tres sufrieron unos daños más o menos graves: el "Terinérssee", el "Maryland" y el "Pennsylvania". Fueron hundidos igualmente el gran buque cisterna "Utah", dos cruceros, varios destructores, barcos auxiliares y un minador. Dos grandes unidades solamente, el portaviones "Enterprise" y el "Lexington", que efectuaban ejercicios más al sur, escaparon al desastre. Roosevelt acogió la noticia sin mostrar una emoción especial. Hopkins, que se encontraba cerca de él, se limitó a decir: "This it is". Pero este ataque contra Pearl Harbour sólo constituía un comienzo". El almirante japonés Chuichi Nagumo, al mando de las operaciones aéreas agresoras desde su buque insignia Akagi, cometió un grave error al suspender un tercer ataque sobre la isla que hubiera permitido la destrucción de los talleres navales, los depósitos de combustible y pertrechos que increíblemente quedaron intactos tras las primeras oleadas de bombarderos. Este exceso de precaución por parte de Nagumo gravitaría en modo decisivo en los años siguientes, porque sin la conservación de las instalaciones de Pearl Harbor y de sus depósitos de combustible, los Estados Unidos hubieran sufrido serios problemas logísticos, viéndose obligados a recurrir a bases lejanas del centro de operaciones. De hecho, durante la batalla de Midway un año más tarde, los diques y talleres de Pearl Harbor serían de gran utilidad para la flota norteamericana. Cabe preguntarse qué hubiera sucedido si Nagumo ordenaba un tercer ataque sobre las islas, destruyendo una infraestructura de vital importancia para los aliados. La historiografía de posguerra ha sobredimensionado las pérdidas norteamericanas por este ataque que no afectó sus bases de abastecimiento, ni sus mejores barcos ni sus portaviones que "providencialmente" fueron retirados de la base pocos días antes de la incursión japonesa...Durante 1941 las relaciones entre Estados Unidos y Japón eran tensas, sobre todo, después de que Roosevelt había congelado todos los créditos japoneses en los Estados Unidos, además de bloquear el suministro de petróleo al Japón. Sin embargo, el ataque japonés fue un grave error estratégico para el Eje, en primer lugar porque abría un nuevo frente de combate y fundamentalmente porque provocaron la entrada en la guerra de un gigante como los Estados Unidos. Hitler, que tenía a sus tropas atrapadas por el invierno ruso, en las puertas de Moscú, esperaba que los japoneses atacaran a Rusia desde Siberia para estrangularla en una operación de pinzas con el ejército alemán. Desde el punto de vista del Eje, la visión de Hitler era la correcta pero los japoneses, igual que Mussolini, desconfiaban con buen tino de su aliado alemán. Si Mussolini atacó a Grecia para iniciar una guerra paralela a la de Hitler, tratando de asegurase una mejor posición ante la creciente hegemonía alemana, los japoneses atacaron a los Estados Unidos con la esperanza de que Alemania se desangrase en su guerra con los rusos. En ese sentido, los japoneses acertaron en su política de no asistir a los alemanes con un ataque masivo desde Siberia, pero nunca debió atacar a los Estados Unidos por una cuestión de equivalencias. A pesar del heroico esfuerzo demostrado durante cuatro largos años de guerra, Japón nunca tuvo posibilidades reales de vencer a una potencia gigantesca como los Estados Unidos, que contaba con una industria armamentística muy superior en recursos humanos y materias primas. Además los japoneses tuvieron que librar la guerra prácticamente solos contra una coalición de naciones encabezada por los Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Inglaterra, India, el ejército nacionalista chino y demás países del sudeste asiático que preferían combatir con los aliados antes que servir a los japoneses. En el momento del ataque a Pearl Harbor, la equivalencia de fuerzas en el Pacífico era relativamente pareja, salvo en los portaviones, como lo demuestra el siguiente cuadro. Japón, era entonces una potencia militar que no había perdido una guerra en tres mil años, se enfrentaba a los Estados Unidos y sus aliados, en una lucha titánica y desigual que culminaría con dos bombas atómicas arrojadas sobre su población civil.
Un día como hoy 7 de Diciembre de 1949 en el marco de la Guerra Civil China, el gobierno de la República de China se traslada desde Nanking a Taipéi (en la isla de Taiwán). Tras el final de la Guerra Civil China en 1949, se proclamó la República Popular China en Pekín y el régimen de la misma, dominado por el Partido Nacionalista Chino o Kuomintang, liderado por Chang Kai Shek se trasladó junto a dos millones de sus seguidores un día como hoy 7 de Diciembre de 1949 desde Nanking (Capital del Sur) hacia la isla Formosa (Taiwán). Es ta sería la única parte del territorio chino que no llegaría a caer bajo el control del nuevo poder chino, y donde se ha mantenido hasta la actualidad. Si los nacionalistas chinos del Partido del Kuomintang, liderados por Chiang Kai-shek, no hubieran perdido la guerra civil contra el Partido Comunista chino, dirigido por Mao Zedong, hoy en día Taipéi probablemente no sería más que una pequeña ciudad de Taiwán, una isla china sin importancia. Una isla que antaño había sido conocida como la Formosa, nombre que le dieron los exploradores portugueses (Ilha Formosa) y por la que pasaron también holandeses, españoles, franceses y japoneses. Después de 1949, la República de China continuó reclamando su condición de Gobierno legítimo de todo el país, conservando el reconocimiento diplomático como tal, de un número grande de naciones hasta el año de 1970, cuando la mayor parte del mundo, incluidas las Naciones Unidas y los Estados Unidos, pasaron a reconocer al Gobierno chino. Debido al enfrentamiento ideológico entre los dos regímenes asiáticos, durante la época de la Guerra Fría se utilizaban con frecuencia las denominaciones China Nacionalista y China Popular. El realismo de las relaciones internacionales se impuso y la China nacionalista quedó como un pequeño Estado más, enemigo de la poderosa República Popular China. Chang Kai Shek se mantuvo hasta su muerte como presidente de la pequeña República de Taiwan, que mantenía la ficción de ser el último reducto de la China nacionalista, aspirando teóricamente a la reunificación del país bajo su poder. Fue, en cambio, la China comunista la que, apoyándose en su notable superioridad demográfica, económica y militar, intentó tomar Taiwan por la fuerza en 1957-58; no lo consiguió, una vez más, por la protección norteamericana, que estuvo a punto de conducir a un enfrentamiento armado entre China y Estados Unidos.