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sábado, 18 de mayo de 2024

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: PERSPECTICIDIO

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Entre los neologismos que más se escuchan por estos días está el “perspecticidio”, un término que va cobrando popularidad y se repite con insistencia, incluso por aquellos que no conocen bien su significado. En realidad, se trata de una forma de manipulación psicológica que implica tergiversar o distorsionar la realidad de manera intencionada para cambiar la percepción de alguien sobre un tema o situación en particular.
En otras palabras, es el síntoma que usa el manipulador para hacerte creer que estás equivocada en tu punto de vista, al grado que uno mismo cree que algo no está bien en lo que uno piensa.  La víctima de este abuso, una especie de chantaje emocional, empieza a dudar de que sus ideas y opiniones tengan sentido, sean inteligentes o respetables, porque el abusador le hace creer que solo las suyas son las buenas, realistas o aceptables.

 

Perspecticidio es un término que surge de la combinación de "perspectiva" y "genocidio", se refiere, como se ha explicado arriba, a la destrucción sistemática o la negación de las perspectivas diversas. Esto ocurre especialmente en aquellos que provienen de grupos minoritarios o marginados en la sociedad.

 

Por ejemplo, los manipuladores eligen cuidadosamente qué información revelar y qué información ocultar con el fin de influir en la percepción de su objetivo. Esto implica centrarse únicamente en los aspectos que respaldan su agenda mientras ignoran los datos que contradicen su punto de vista. Al mostrar solo una fracción de la verdad, distorsionan la realidad, otorgando una apariencia de legitimidad y persuasión a su perspectiva.

 

Normalmente, nos dejamos manipular porque es tan fina la maniobra de persuasión que no somos conscientes de lo que está pasando. Pero si nos diéramos cuenta y aun así lo aceptáramos sería un gran error. Esto último sucede bastante a menudo. 

 

Esto indica que nuestra relación con la persona que nos manipula no es normal, ya sea porque sentimos lástima por el otro, o falta de autoestima, timidez y hasta deseo de no perder el genio y evitar así una escalada de agresividad. Incluso, esa sumisión puede deberse a que tememos ser golpeados o evitar palabras que nos hieran íntimamente. 

 

En ese sentido, toda aquella persona con baja autoestima, independiente del rol que  ejerza, puede ser víctima de perspecticidio o quien lo infiere.  En casos así, es necesario reportar este tipo de acoso a las autoridades y además trabajar en terapias, pero lo primero es darse cuenta de que no somos los culpables de esta situación sino las víctimas. Siempre ayuda el acudir a terapia. Si queremos continuar con la relación, porque creemos que tiene solución, la terapia deberá ser para las dos personas.

 

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infanto-juvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

sábado, 4 de mayo de 2024

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: CHICA BUENA APRENDE A DECIR, NO

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

El Síndrome de la Chica Buena es un fenómeno psicológico que afecta a muchas mujeres, y cada vez es más practicado en esta sociedad. Se caracteriza por un patrón de comportamiento en el que las mujeres ponen las necesidades y deseos de los demás por encima de los propios.


Las crían para ser calladas, sumisas, para aceptar todo y que jamás puedan decir que no. Tienden a estar buscando constantemente la aprobación y el reconocimiento externo. Este síndrome puede tener diversas causas y manifestaciones, y su impacto en la vida de las mujeres puede ser significativo.

 

Una de las causas puede ser la socialización de género, que enseña a las mujeres a ser complacientes, amables y serviciales desde una edad temprana. Las expectativas culturales y sociales pueden presionar a las mujeres para que se comporten de cierta manera, reforzando la idea de que ser agradable y sacrificarse por los demás es una virtud. Es decir, no tienen vida propia, producto de una fragilidad de carácter, la baja autoestima y los pocos placeres y gustos elegidos por ellas mismas.  

 

El Síndrome de la Chica Buena es un término creado por una psicoterapeuta de Estados Unidos llamada Beverly Engel, que escribió el libro Nice Girl Syndrome. Puede manifestarse de diferentes maneras en la vida cotidiana. Por ejemplo, una mujer con este síndrome puede tener dificultades para establecer límites claros en sus relaciones personales y profesionales, lo que puede llevarla a sentirse constantemente agotada y sobrepasada. También puede tener dificultades para expresar sus opiniones y deseos, ya que teme que esto pueda causar conflicto o desaprobación por parte de los demás.

 

Además, las mujeres con este síndrome pueden experimentar sentimientos de culpa o ansiedad cuando ponen sus propias necesidades primero, sintiéndose obligadas a cumplir con las expectativas de los demás incluso a costa de su propia felicidad y bienestar. 

 

Para superar el síndrome de la chica buena, es importante que las mujeres aprendan a priorizar su propio bienestar y a establecer límites saludables en sus relaciones. Esto puede implicar aprender a decir "no" cuando sea necesario y a priorizar sus intereses por sobre el resto.

 

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infanto-juvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

sábado, 29 de enero de 2022

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR. PELIGRO PARA LA AUTOESTIMA: INSTAGRAM

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

En un mundo donde la tecnología manda y lo virtual se convirtió en realidad, las redes sociales son un “mal necesario”.

Prescindir de ellas es casi imposible, a riesgo de ser considerado un personaje “antisocial” o ermitaño. Sin embargo, aún más grave puede ser el uso desmedido de ellas, especialmente en los adolescentes.

Dentro de las redes hay algunas más necesarias y otras no tanto. 

Instagram, por ejemplo, aplica en el grupo de éstas últimas. Alguien alguna vez escribió que si las redes sociales fueran los pecados capitales, Instagram sería la gula: “La usuaria que, como una niña delante de un bote de mermelada, se deja vencer por los impulsos y no consigue controlarse. No sabe vencer su impulso de agarrar cada dos minutos el teléfono para ver si hay notificaciones o actualizaciones para ver fotos o para publicarlas. El resultado es una indigestión digital que sólo se cura mediante una desintoxicación de las redes”. También puede haber grandes dosis de vanidad, un “pecado” al que también se asocia a Facebook, el hermano mayor de Instagram.

Definitivamente Instagram puede representar un peligro para los adolescentes, ya que está basado en estilo de vida y apariencia física de unos pocos que imponen modas y tendencias. Todas las personas allí tratan de ser perfectos, aun con falsedad y engaño, con filtros y retoques digitales.

Los jóvenes, sobre todo las mujeres, intentan hasta lo imposible para emular esos modelos artificiales con la consecuente ansiedad y depresión que esto conlleva.

Esto debe ser una alerta para los padres.

No tengo dudas de que deben limitar el tiempo de sus hijos frente a las pantallas y en las redes. Incluso, aunque parezca algo rudo, a veces los padres deben intervenir mas, aún a riesgo de invadir la privacidad.

Esto no debe ser de forma continua, pero sí en caso que detecten algún peligro. Además, redes como Instagram pueden crear adicción y eso se puede reflejar, por ejemplo, en el bajo rendimiento académico. 

No es un tema fácil controlar el uso de las redes en los hijos, y puede generar reacciones de todo tipo. Depende de la edad y la crianza hacia la madurez que les han fomentado sus padres. Si esto ha sido nulo, deberá inmiscuirse más, pero siempre tratando de educar y de no parecer un espía.

Si bien nadie menor de 13 años puede tener una cuenta de Instagram, no es difícil modificar una fecha de nacimiento para tener acceso. Además, en los últimos meses, Facebook -dueño de Instagram desde 2012- admitió que estaba evaluando lanzar una versión para menores de 13 años en la que los padres tendrían el control. Luego la desestimó. 

Es cierto que los likes de Instagram pueden elevar la autoestima de cualquier persona, pero también la falta de ellos genera depresión. Hay ansiedad por tenerlos y desánimo si no los consigue, peor aún si hay resultados negativos. En busca de esa aprobación, muchos adolescentes se venden como algo que no son en Instagram. Eso es parte de la naturaleza humana y ellos aún mas, pues son inmaduros, inseguros y tendientes a imitar a sus referentes. 

No poder ser como sus ídolos o influencers favoritos -al menos en número de likes- también genera frustración. Depende de la personalidad y la madurez de cada uno para asumirlo, pero pueden llegar a deprimirse mucho e incluso a hacerse daño corporal. También pueden tener conductas peligrosas como conducción temeraria, uso de alcohol, tabaco y drogas... Algunos, en casos más extremos, podrían pensar en quitarse la vida, sobre todo si no tienen un buen entorno familiar ni grupo de amigos que les protejan.

Para algunos tímidos, las redes pueden ser un medio donde se sientan menos incómodos que en la vida real y se atrevan a expresar o a mostrarse como no lo harían de otro modo. Sin embargo, desgraciadamente casi siempre casos así son para exhibir actitudes y conductas negativas. 

Precisamente del anonimato que pueden dar las redes, cualquier extraño puede contactar con nuestros hijos. Por eso es muy importante que los padres hablen sobre los peligros de relacionarse con extraños o perfiles dudosos en estas plataformas. Ante una sospecha de ese tipo, se vale ser intrusivo. Todas estas acciones necesitan, de preferencia, apoyo terapéutico para tener un punto de vista neutral y lograr el equilibrio necesario.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

 

sábado, 23 de octubre de 2021

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: SINDROME DEL PATO

En la Universidad de Stanford, una de las más prestigiosas de los Estados Unidos y donde estudiaron celebridades como el presidente John F. Kennedy, el magnate Elon Musk y el escritor John Steinbeck, se dio un interesante fenómeno que mereció un análisis detallado. 
Sus estudiantes vivían en un entorno de tal exigencia que no paraban de hacer tareas ni siquiera cuando estaban enfermos. 

Eso dio origen al llamado Síndrome del Pato de Stanford. 

La analogía tiene que ver con el comportamiento de estas aves cuando nadan, ya que parecen tranquilas por arriba del agua, pero por debajo de ella no paran de mover las patas. 

Llevado al mundo real, se trata de aquellas personas hacen todos los esfuerzos posibles, y sin que sean percibidos, con tal de aparentar algo que no son para recibir aprobación.

Esta llega a través de aplausos, de reconocimientos y, cada vez más importante, en el mundo digital a través de likes. El problema viene cuando a pesar de todo la aprobación no llega, entonces sienten que no valen la pena, que son menos que los demás y entran en una crisis. 

Esto afecta sobre todo a las personas jóvenes y con baja autoestima, que son aquellos que tienen la necesidad de ser revalidados constantemente por los que le siguen en las redes. No suelen tener una imagen propia positiva, sino que la construyen de acuerdo con el parecer y los likes de otros. Al final acaban siendo y haciendo no los que ellos quieren sino lo que el resto decida. 

Dicha situación es más proclive en las mujeres , que por lo general tienden a ser más competitivas entre sí, que los hombres. Ellas necesitan más revalidación que los varones y si no encuentran este eco o refuerzo positivo en los demás se sentirán poco adecuadas para cualquier actividad en su vida social. 

Es fundamental que aprendan a quererse por sí mismas y entender que no valen solamente por la aprobación de una cantidad de personas -muchas veces ajenos a ellas- que les dicen qué tanto valen o no a través de comentarios en las redes sociales. 

En ese sentido, la intervención de los padres es importante para tratar de tener un límite en cuanto a tiempo y de uso de los aparatos digitales o tecnológicos que poseen. 

Además, deben ir aprendiendo a discernir entre los comentarios y su validez, sobre todo de donde provienen y su cercanía con ellos. Es decir, no vale lo mismo la opinión de la mejor amiga que la de un desconocido. 

Es importante poner límites, es bueno y necesario. Recordemos que los límites sirven para crear espacios que proporcionan más seguridad en quienes tenemos a nuestro cargo. Después, por supuesto, hay que trabajar mucho en su autoestima para evitar que un posteo o una falta de likes no deriven en una depresión.

Para eso es fundamental trabajar desde la aceptación de lo que somos. Primer paso: admitir que no siempre seremos perfectos. Reconocer que somos poseedores de aspectos buenos y malos, los cuales podemos hacer crecer o decrecer según nuestra propia voluntad. Sin embargo, eso debe basarse en algo real. Ejemplo: un niño puede sentirse bien con él mismo, aunque no le agrade el tener las orejas un poco despegadas o una nariz algo curvada, pero puede que al mismo tiempo tenga habilidad para las letras más que para las matemáticas y en ese caso puede que trate de sobresalir en el aspecto más valorado por él mismo.

Por supuesto que nadie es perfecto. Sin embargo, nos cuesta mucho admitir nuestra imperfección y esa es la razón por la cual se dan los casos del Síndrome del Pato. Cada vez hay que ocultar más nuestras imperfecciones, ya que la exposición continua y la falsa apreciación nos empujan a eso.

A esos “otros”, los espejos en los que nos comparamos, los vemos como seres superiores que no tienen problemas en nada y exhiben una apariencia perfecta. Pero no es así, la mayoría de las veces es parte de una realidad ficticia y de imágenes falsas retocadas en Photoshop. 

Cuanto más nos exponemos, más seremos víctimas de querer alcanzar una perfección que no existe. Todos tenemos derecho a intentar mejorar, pero recordemos que somos humanos y como tales somos imperfectos.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 3 de julio de 2021

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: FORJANDO AUTOESTIMA EN ADOLESCENTES

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Si manejar la autoestima de los adolescentes siempre fue un tema complicado, ese vaivén de emociones se ha potenciado con la llegada de las redes sociales.

Un determinado número de “likes” en Instagram puede hacerla trepar hasta picos insospechados o provocar bajones abruptos como si se tratase de fluctuantes acciones en la Bolsa de Valores. 

 

No es para menos. La adolescencia no es otra cosa que la transición entre la niñez y la vida adulta. 

 

Obviamente este proceso de cambio es muy difícil de sobrellevar, sobre todo porque a esa edad todavía son influenciados en mayor medida por los comentarios de sus pares, no son autónomos en su concepto de ellos mismos.

 

Precisamente a esa edad es cuando los adolescentes están en una etapa fundamental de la creación de la personalidad. Una situación de baja autoestima podría anclarlos en este proceso. Otro escenario es que su personalidad base no los impulse a crear una más sólida y resistente ante cualquier avatar de su vida. 

 

Ante esto, la mejor manera de elevar la autoestima es hacerles ver lo bueno y positivo de forma adecuada por parte de los padres. Sin gritos ni incriminaciones, sino dejando atrás lo negativo. No juzgándolos, sino analizando situaciones y aciertos o fallos en la forma de sobrellevar los problemas y aun las circunstancias positivas de su vida. 

 

Maltratarlos, hacerles sentir culpables de las cosas que les ocurren, no ayudándoles a pensar aunque nos pidan ayuda o comentando delante de otros que son insoportables, no hará más que dañarles su dignidad. 

 

Ser víctima de bullying, sin un apoyo familiar o profesional, puede lesionar aún más  su  confianza, especialmente si nadie de alrededor les hace visualizar lo valioso que tienen. En síntesis, sin minimizarlo, pero tampoco sobreprotegerlo.

 

Una persona con baja autoestima -y mucho más con la inmadurez de un adolescente- es capaz de lo peor, incluso del suicidio.

 

Con una personalidad aún no integrada ni segura  al sentirse rechazados, podrían tomar la decisión de quitarse la vida como medida más extrema. Sin embargo, también tienden a autolesionarse o a recurrir a ciertos “refugios” como el alcohol, las drogas, los juegos de azar  e incluso el sexo lascivo y dañino con una o muchas parejas. 

 

Además, la baja autoestima es un factor de riesgo para la aparición de problemas psicológicos y sociales como los trastornos de alimentación como la bulimia y la anorexia debido a la preocupación exagerada por la imagen corporal. Por eso, ante crisis de bajo autoestima, además de toda la ayuda familiar probablemente el adolescente necesite psicoterapia con un profesional.

 

Aquellos con autoestima alta tampoco están exentos de problemas, pero son menores. A menos que se trate de adolescentes cuya confianza y seguridad en sí mismos ha sido creada y fomentada por falsos halagos de sus padres. En ese caso es igual de mala y peligrosa que una baja autoestima, incluso hasta más dolorosa… Sobre todo en el momento en que se dan cuenta que sus padres les han engañado y ellos mismos no han sido capaces de darse cuenta de lo que realmente valen. Recordemos que es más fácil construir sobre bases reales que sobre falsas.

 

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.   

sábado, 12 de octubre de 2019

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: NEGLIGENCIA. EL PEOR DE LOS MALTRATOS


Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Generalmente se tiende a vincular el maltrato a una persona -o incluso a un animal- a la acción de violencia física o psicológica. Sin embargo hay otro tipo de maltrato, quizás más silencioso pero igualmente cruel, que es la negligencia afectiva a la que son sometidas algunos seres humanos. Es, en otras palabras, cuando a una persona -niños o gente de la tercera edad son los casos más comunes- es ignorada por sus figuras de autoridad. 

Se puede dar también en animales domésticos. No se le da cariño, afecto, juego ni conversación, aislándolo por completo del resto. Es como vivir preso y recibir solo alimentos, lo básico, pero cero muestras de afectividad. En presos políticos, por ejemplo, una de las mayores torturas es el aislamiento. 

Se trata de casos muy complejos y es difícil de detectar ya que no se observarán señales de maltrato físico ni podrán exponerse razones de maltrato psicológico. Solo existe la ignorancia del que la padece y la sensación de frío en el cuerpo, corazón y mente. 

Estas víctimas de la negligencia afectiva salen al mundo con una extrema necesidad de ser aceptados y pueden sobrepasar los límites de la confianza, ya sea corporal o en sus expresiones de aprecio hacia la gente. Es la muestra más significativa del deseo tremendo y poco logrado de aceptación y cariño. La gente suele reaccionar generalmente con rechazo. Por lo cual pueden recurrir al aislamiento voluntario para no sufrir ese tipo de desengaños. 

Este tipo de segregación puede tener, dependiendo de la personalidad del afectado, consecuencias letales, ya que puede provocar el deseo de morir. 

Con el autoestima tan baja, de repente puede sentir que no tiene sentido vivir en un mundo frío y ajeno donde no le hacen sentir valioso a través de muestras de cariño y afectos corporales. 

No por nada el aislamiento emocional es usado como método de tortura: poco a poco se va minando la personalidad de la víctima. 

La falta de evidencias físicas hace que la negligencia afectiva pase inadvertida en la mayoría de los casos, por lo tanto es complicado tratarlo y mucho más todavía denunciarlo. Hay muchos casos que se han dado dentro de familias famosas y que solo se han conocido mucho tiempo después. 

Un caso famoso es el de Winston Churchill, célebre primer ministro británico, en cuya última biografía, obra de Andrew Roberts, se le describe como un ser complejo que sufrió de abandono de niño. “Sus padres eran profundamente egoístas y prácticamente lo abandonaron al cuidado de otros, eso le marcó… Es un espectáculo muy triste ver a un niño tan sensible dejado por sus padres, muy pocas veces fueron a verlo en sus años escolares, prácticamente solo una vez en que estaba al borde de la muerte por enfermedad”, agrega el autor. 

También en forma de libro, y ya tarde para remediarlo, llegaron las confesiones de Cayetano Martínez de Irujo, el hijo de la condesa de Alba. En su caso, además, hubo maltrato físico por parte de las dos niñeras que le habían asignado su cuidado cuando era niño. Pero lo que él más recuerda es su aislamiento: “hasta los 14 años no me dejaban ni elegir la ropa que me iba a poner…”, denunció. 

Como se puede ver, el maltrato tiene muchas formas. La negligencia afectiva quizás sea la más silenciosa de todas, pero no por eso es la menos importante.

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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.