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domingo, 15 de junio de 2014

VIRUS DEL CHIKUNGUNYA HA GENERADO MILES DE CASOS EN EL CARIBE. VIA DE TRANSMISIÓN POR PICADURA DE MOSQUITO

Tomado de KanZhongGuo.com  

 

HAY RIESGO DE SER INFECTADOS POR LA PICADURA DEL MOSQUITO TRANSMISOR DEL CHIKUNGUNYA

Por: Katy Mantyk, CHINA GAZE
Si vas de viaje al Caribe te cuidado porque hay riesgo de ser infectado con el virus chikungunya, de acuerdo a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CCPE).

¿Cuál es la situación actual?

Se está reportando en el Caribe la transmisión local del virus chikungunya. La transmisión local significa que los mosquitos de esa área se han infectado con el chikungunya y estos a su vez lo están extendiendo a la gente.

El CCPE informa: “En junio del 2014, estos son los países del Caribe que han reportado casos de chikungunya:

• Anguilla
• Antigua
• Islas Vírgenes Británicas
• Dominica
• República Dominicana
• Guayana Francesa
• Guadalupe
• Guyana
• Haití
• Martinica
• Puerto Rico
• San Bartolomé
• San Cristóbal
• Santa Lucía
• San Martín (Francés)
• San Vicente y las Granadinas
• San Martín (holandés)
¿Qué es el chikungunya?
Chikungunya es una enfermedad causada por un virus que se propaga a través de las picaduras de mosquitos. Los síntomas más comunes son fiebre y dolor en las articulaciones. Otros síntomas pueden incluir dolor de cabeza, dolor muscular, hinchazón de las articulaciones, o erupción “, explica el sitio web de CCPE.
Entre otros países también infectados con el chikungunya, Haití ha tenido ya 6,000 casos desde principios de año, mientras que la República Dominicana alcanzó los 40,000 en el mismo período, un aumento del 82 por ciento y 380 por ciento, respectivamente, respecto al mismo período del año pasado, según datos del CCPE. 

lunes, 17 de diciembre de 2012

La Guayabera: la elegancia cubana del buen vestir


Tomado de The Wall Street Journal 


 Las guayaberas se adaptan a los tiempos

Buscan atraer a la nueva generación de cubanos en Miami con diseños más osados


Por Ángel González
MIAMI—La guayabera, la tradicional camisa plisada y de cuatro bolsillos que se usa suelta sobre los pantalones, se ha vuelto omnipresente en esta ciudad gracias a los exiliados cubanos que huían de Fidel Castro y sus uniformes verde militar. Ahora que la primera generación de exiliados empieza a morir, algunas tiendas de ropa masculina tratan de adaptar la prenda de varios siglos de existencia a una generación más joven, que busca estar a la vanguardia de la moda. No es una tarea fácil.
Antonio García-Martínez, un hijo de exiliados cubanos criado en Miami, dice que la clásica guayabera de lino tiene sus límites: se arruga con facilidad, es de apariencia cuadrada y demasiado anticuada para su gusto. "Te hace ver como un abuelo cubano en un funeral", dice.


Se cree que la guayabera, prenda muy popular en los países cálidos, desde el Sudeste Asiático hasta el Caribe, tiene su origen en Cuba, donde se expandió hasta convertirse en un símbolo de la elegancia en La Habana. Entre sus fieles seguidores, encontró a figuras internacionales como el escritor Ernest Hemingway.
Actualmente, la mayoría de las guayaberas —de manga corta y larga— son hechas en México o China, principalmente de algodón o telas sintéticas que se secan rápidamente después del lavado.
Sin embargo, todavía quedan algunos sastres en Miami apasionados por esta prenda y deseosos de actualizarla para atraer a los hombres más jóvenes. Algunas empresas están promoviendo versiones extremas de la guayabera, que incluyen colecciones para bebés y ropa para perros. Pero el principal énfasis es captar a los jóvenes, que están entre los principales consumidores de la moda en la ciudad. 
Ramón Puig, conocido como 'el rey de las guayaberas', y su hijo Louis Puig.

Louis Puig, de 52 años, conoce bien a este grupo de consumidores. Su padre, Ramón Puig, un reconocido sastre, ganó fama en Cuba como un mago de la guayabera, una reputación que después lo siguió a Miami, donde pasó a ser "el rey de las guayaberas". Ahora que el rey ha fallecido, Louis Puig—quien ha trabajado como DJ y es propietario de Club Space, una de las discotecas de música electrónica más populares de Miami— intenta tonificar el negocio de la familia al abrir una sucursal en el centro de Miami, lejos de la Pequeña Habana, donde se instaló su padre en 1971.
Costosas guayaberas de lino y algodón a rayas y de colores fuertes cuelgan de los estantes, un cambio radical frente a los tradicionales colores blanco, beige o celeste. También hay vestidos estilo guayabera para las mujeres.
La nueva boutique, denominada "Ramón Puig Guayaberas", tiene retratos de atractivas modelos luciendo sus guayaberas por Ocean Drive, en South Beach. "La guayabera es lo más cool del mundo", dice Puig, "Ya no es simplemente la camisa de tu papá. Es cool al estilo cubano".

Los orígenes de la guayabera siguen siendo un misterio. Lo que está claro es que la prenda permitió a los campesinos y los soldados españoles a soportar mejor el calor de Cuba y pronto se expandió a otras colonias españolas en América Latina y el Sudeste Asiático.

Tras la revolución cubana, la mayor parte de la producción se trasladó a la Península de Yucatán en México, donde los fabricantes le añadieron bordados. La guayabera también se ha convertido en "la camisa mexicana de bodas" y ha ganado adeptos entre los jefes de Estado latinoamericanos, entre ellos el propio Fidel Castro.
En Miami, la guayabera ha tenido problemas para conquistar a los recientes inmigrantes cubanos, quienes vivieron bajo el régimen comunista y tienen una visión menos romántica de muchas tradiciones de su país. Rafael Contreras Jr., cuya marca de guayaberas D'Accord se fabrica en Yucatán y se vende en todo el mundo, dice que el amor por la guayabera pasa por ciclos. En los 80, los jóvenes de Miami las usaban con jeans y botas vaqueras en las discotecas, señala. Ahora algunos jóvenes quieren "guayamisas"— una combinación entre guayabera y camisa de vestir más sencilla.
Los apasionados de las guayaberas creen que, con algunos retoques, la prenda puede tener la misma resistencia que Fidel. "No conozco a ningún cubano en Miami que no tenga al menos una o dos", dice Mike Valdés-Fauli, un ejecutivo de marketing de 33 años de padres cubanos. Él tiene tres, dos que le regaló su abuelo y una que compró por su cuenta. Las usa principalmente en las reuniones de familia.