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martes, 22 de mayo de 2012

Izquierda griega amenaza con Default a Eurozona

Tomado de The Wall Street Journal
 Alexis Tsipras, dirigente de la Coalición Radical de Izquierdas, o Syriza 

Por Alkman Granitsas y James Angelos

El líder del partido radical de izquierdas griego dijo el jueves que hay pocas posibilidades de que Europa suspenda la financiación al país y si lo hace, Grecia no hará frente a sus deudas.

En una entrevista, Alexis Tsipras, el dirigente de 37 años de la Coalición Radical de Izquierdas, o Syriza, advirtió de que el colapso financiero de Grecia arrastraría al resto de la eurozona. En su lugar, indica que Europa debe considerar una política orientada al crecimiento que detenga la espiral de recesión griega y corrija lo que él llama la creciente "crisis humanitaria" a la que se enfrenta el país.

"Nuestra primera opción es convencer a nuestros socios europeos de que, por su propios interés, la financiación no debe ser detenida", dijo Tsipras en una entrevista con The Wall Street Journal el jueves. "Si no podemos convencerles --porque no tenemos la intención de tomar medidas unilaterales-- pero si proceden con acciones unilaterales, en otras palabras, si detienen nuestra financiación, entonces nos veremos obligados a dejar de pagar a nuestros acreedores, proceder a una suspensión en los pagos a nuestros acreedores ".

De acuerdo con recientes encuestas de intención de voto, el partido de Tsipras está en posición de ganar la mayor cantidad de votos en las elecciones del mes que viene, mejorando su sorprendente segundo puesto en los comicios del 6 de mayo, que dejaron a ningún partido o coalición con suficientes escaños en el Parlamento como para formar Gobierno.

Con Tsipras a punto de conseguir la posición ganadora en la próxima votación y, posiblemente, convertirse en el próximo primer ministro del país, Grecia parece dirigirse a un enfrentamiento con sus socios europeos sobre el polémico programa de reformas, que el líder izquierdista quiere anular.

En las últimas semanas, los líderes europeos desde banqueros centrales del continente a la canciller de Alemania, han dejado claro que el programa de reforma es un "quid pro quo" para recibir los pagos adicionales del último paquete de ayuda de 130.000 millones de euros sin el que Grecia no tiene suficiente dinero para pagar servicios básicos como escuelas y hospitales.

El enfrentamiento podría determinar en cuestión de semanas si Grecia deja de recibir los préstamos de rescate internacionales y se ve obligada a imprimir su propia moneda, o si Europa permite a Grecia incurrir en mayores déficit fiscales durante más tiempo, para evitar la propagación del pánico financiero a otros endeudados miembros de la zona euro, como Portugal y España.

Pero Tsipras indicó que, si es necesario, Grecia puede arreglárselas sola. Al no pagar sus deudas, el país tendría suficiente dinero para pagar a sus trabajadores y jubilados. También propone recortes en el gasto en defensa, tomar medidas enérgicas contra la corrupción y el despilfarro y luchar contra la evasión fiscal generalizada de los ricos.

"Cualquier cosa que hagamos va a ser difícil. Sin embargo, también será difícil para Europa, porque el euro se derrumbará", señaló Tsipras.

Aunque añadió que ambas partes deben dar un paso atrás "antes de llegar a ese punto" y encontrar una "solución europea".

La economía griega se encuentra ya en su quinto año de recesión, y oficialmente se espera una contracción de un 4,7% este año --algunos economistas dicen que la contracción podría superar el 7%--, mientras que el desempleo está cerca de máximos históricos y más de la mitad de los jóvenes están sin trabajo.

Tsipras, ingeniero de formación, recomienda un paquete de estímulo para impulsar la economía griega y ha pedido que se cancele el actual plan de austeridad a cambio de préstamos.

Ha sugerido acabar con el plan de despedir a 150.000 trabajadores del sector público hasta 2015 --que Grecia prometió a sus socios europeos-- y que se deroguen las medidas recientes para obligar a bajar los salarios del sector privado. Está a favor de la nacionalización del sistema bancario para mejorar las políticas de préstamos directos.

Recientes encuestas de opinión muestran que el mensaje de Tsipras ha calado en los griegos, que culpan a los dos partidos establecidos -- el conservador Nueva Democracia y el socialista Pasok-- de llevar al país a la crisis.

Una encuesta publicada el jueves muestra que el apoyo a Syriza está creciendo. Según el sondeo elaborado por Pulse para el semanario To Pontiki, Syriza recibiría el 22% de los votos si las elecciones se celebrasen ahora, más de cinco puntos porcentuales por encima del respaldo que logró en los comicios del 6 de mayo. Nueva Democracia conseguiría el 19,5% de los votos y Pasok el 13,2% --prácticamente sin cambios respecto a los resultados de los anteriores comicios.

Tsipras cree que el país debería permanecer en la eurozona. "Nuestra moneda es el euro, no es tan fácil cortar el vínculo. La salida del euro tendría múltiples consecuencias negativas", dice Tsipras. "no es algo que deseamos, ni que estemos buscando".

domingo, 20 de mayo de 2012

Crisis financiera tumbó ya la mayoría de gobiernos europeos en los últimos 2 años

Tomado de El Clarín
La crisis del euro, un tsunami que ya terminó con 17 gobiernos en Europa
POR julio alganaraz

Cayeron por apoyar una austeridad fiscal que no promovió el mayor crecimiento.
Diecisiete grandes personajes de la vida europea y otros tantos gobiernos han sido barridos en los últimos dos años por el tsunami de La Gran Crisis del continente que, según algunos estudios, no concluirá durante esta década. Es más o menos el mismo lapso de tiempo que pasó desde que los argentinos fuimos vacunados por la catástrofe del default del dolar–peso uno a uno, y su fatídico modelo neoliberal. Ahora los europeos también sientenagotado al mismo modelo y lo cuestionan con bronca social, porque están pagando el reinado de los sistemas financieros y de los mercados sin control a los que se han subordinado los gobiernos.

Sobre todo, están hartos de la sopa alemana de la premier Angela Merkel, que ha modelado el euro a las características del marco e impuesto con lemas luteranos la historia de que sólo la terapia con una austeridad salvaje , sin anestesia, curará a los países culpables del desorden en sus cuentas públicas como hizo la virtuosa Germania.

La victoria del socialista francés Francois Holland en las elecciones presidenciales francesas ha dado vuelta el panorama. En primer lugar, borró del mapa al conservador Nicolás Sarkozy, que eligió un apoyo casi perruno a Merkel y su programa de cruzada del ajuste. Pero muchos daños han sido ya consumados y basta seguir los debates en el G–8 de Camp David este fin de semana para comprender cuánto costará repararlos.

Hollande tiene tres ideas principales: crecimiento económico, inclusión social y disciplina presupuestaria. “Ninguno de esos tres elementos puede ser logrado sin los otros dos”, dice. El nuevo líder francés cree que la Unión Europea debe movilizar sus fondos estructurales para financiar reformas en los mercados laborales y de producción. Consagrarse a una política industrial que financie proyectos en las ramas de tecnología informática y energías limpias.

Hollande también empuja en favor de la emisión de instrumentos financieros con el presupuesto de la UE y el Banco Europeo de Intersiones, sobre todo para financiar proyectos de infraestructura . La Francia socialista auspicia además la emisión de eurobonos, a lo que se opone hasta ahora con todas sus fuerzas Angela Merkel.

El economista estadounidense y Nobel 2001, Joseph Stiglitz, dijo con razón en las Naciones Unidas que “la austeridad no ha funcionado y no funcionará: ninguna gran economía se ha recuperado de una crisis, y menos como la que enfrentan Europa y EE.UU., con un programa de austeridad”.

“Son sombrías las perspectivas para la economía mundial”, remató Stiglitz. “Pasó ya un lustro desde que estalló la burbuja. Las economías no se han recuperado y la normalidad no volverá en ningun momento cercano. Esta es una década pérdida y en el mundo los mercados caen mientras la crisis se ha cobrado ya 200 millones de empleos”.

La magnitud de La Gran Crisis abarca todos los aspectos de la vida europea, con el escenario dominado por el deterioro impresionante del nivel de vida en algunos países y las oleadas de suicidios que son el resultado más dramático de la desesperación social. Pero el desastre es ante todo político por la insuficiencia de las instituciones y partidos para enfocar con justeza las razones de la crisis y aplicar soluciones que eviten tantos sufrimientos a los sectores populares.

El terremoto que ha barrido a Europa dejó dos supervivientes . La primera es la señora Merkel, que aunque ha perdido más de una docena de elecciones regionales seguirá en el poder otros 16 meses hasta los comicios generales alemanes que podrían ganar los socialdemócratas parientes políticos de Hollande. La otra sobreviviente extrañamente es la misma Unión Europea, que sigue con sus viejas instituciones, insuficientes para afrontar la crisis con un esfuerzo de democratización que federalice a la UE y lleve a una imprescindible unificación política, de políticas económicas, fiscales y sociales, con una política exterior y de defensa comunes.

Europa se da cuenta ahora que está llena de telarañas y que o va adelante o se rompe en mil pedazos. Hace dos años, parecía blindado el líder conservador y libertino Silvio Berlusconi en Italia.

Como Sarkozy, también fue reemplazado.Pero el vendaval se llevó a varios gobiernos en Grecia, que ahora deberá decidir el 17 de junio el camino a seguir, que siempre será dramático. En España , noviembre fue fatal para el primer ministro socialista José María Rodriguez Zapatero, aplastado por los conservadores de Mariano Rajoy, a quien le bastaron cuatro meses de medidas de austeridad salvajes para terminar en el callejón sin salida de estos días. España debe pedir el rescate de Europa y adherir a la línea de Hollande de darle la mayor prioridad a las medidas de crecimiento, mientras el sistema bancario trastabilla como nunca.

El conservador británico David Cameron, que accedió al poder tras la debacle del laborista Gordon Brown, reclamó a los 17 países de la Eurozona medidas urgentes para afrontar la crisis o resignarse a un colapso. Como Gran Bretaña está en la UE pero afuera del euro, el consejo le sale barato. Los datos demuestran que Cameron teme que, si Grecia sale del euro y se consuma el desastre de un mayúsculo desorden económico y monetario europeo, Londres también pagará cara la crisis. La economía británica está estancada, al borde de la recesión.

En Irlanda y Portugal también la crisis llevó a nuevos gobiernos. Especialmente en Portugal, gran candidato a ocupar el incómodo lugar del peor de todos que podría dejar libre la salida de Grecia del euro, el socialista José Sócrates perdió en junio de 2011, con los conservadores de Pedro Passos Coelho.

Pero la crisis no se confina en el sur europeo. A los cambios en Islandia y República Checa, se suman los de Hungría y el del conservadorholandés Mark Rutte.

La neta hegemonía de los conservadores ha sufrido golpes en los últimos tiempos en favor de la izquierda. En Dinamarca, Eslovaquia, Rumania y Bélgica gobiernan líderes socialdemócratas. A la derrota del socialista Zapatero sirve de consuelo el triunfo de Francois Hollande, que presidirá Francia en los próximos cinco años y la cierta perspectiva de triunfos de “siniestra” en Alemania e Italia el año próximo.

martes, 15 de mayo de 2012

Falta de consenso para formar gobierno obligaría a Grecia a nuevas elecciones

Tomado de El País


Venizelos, líder del Pasok, al salir del palacio presidencial este martes
El presidente acusa a los líderes políticos de anteponer sus intereses partidistas  

El país solo dispone de dinero para pagar las nóminas y pensiones de mayo


Por Eric González


La falta de acuerdo para formar Gobierno aboca a Atenas a celebrar nuevas elecciones en junio y aumenta la incertidumbre en el resto de los países del euro.


Grecia volverá a las urnas, con casi total seguridad, dentro de un mes. Las elecciones del pasado día 6 solo han servido para demostrar que el país seguirá siendo ingobernable hasta que sus ciudadanos decidan entre una desgracia u otra: seguir en el euro y asumir los pavorosos recortes impuestos por sus acreedores, o desgajarse de la Unión Europea y emprender un durísimo camino en soledad. El presidente Karolos Papulias y los principales dirigentes políticos comprobaron ayer que no era posible formar Gobierno, ni político ni técnico. Quizá mañana mismo comience un nuevo proceso electoral. El 10 y el 17 de junio son las fechas preferidas para volver a las urnas.
En el país más importante de los Balcanes parece regir una sola ley: la de Murphy. Lo que puede salir mal, sale mal. Los griegos votaron demuy mal humor el 6 de mayo, hastiados tras dos largos años de sacrificios sin recompensa, y castigaron a los socialistas del Pasok y los conservadores de Nueva Democracia, los grandes partidos que se habían alternado en el Gobierno durante las últimas décadas y que, unidos, firmaron con la troika de acreedores (Unión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) el “protocolo” de austeridad: del 78% de los votos alcanzado conjuntamente por Pasok y ND en 2009, se ha pasado al 32%. Nadie tiene mayoría y no hay forma de articular una coalición coherente.
El presidente Papulias ha pronunciado palabras muy duras tras la reunión que ha sellado el fracaso definitivo. Ha acusado a los dirigentes políticos de anteponer “intereses partidistas mezquinos” al “bien común” y de actuar con “arrogancia”. Durante el encuentro, según los participantes, ya ha habido insultos y descalificaciones. Son síntomas de impotencia ante una realidad terca: el país se precipita al abismo y no consigue decidir cuál es la menos mala entre sus opciones.

Técnicamente, habría sido posible una coalición de Nueva Democracia, Pasok e Izquierda Democrática, con 168 de los 300 escaños del Parlamento. Pero Izquierda Democrática temía sumarse al frente de la austeridad y reclamaba que Syriza (Coalición de la Izquierda Radical), la gran sorpresa de las recientes elecciones con un 16% de los votos, se uniera al grupo.
La idea consistía en formar un frente en defensa del euro. Syriza, sin embargo, no acepta el protocolo de austeridad. E Izquierda Democrática lo acepta cada vez menos, a la vista de su impopularidad entre la población. Incluso algunos sectores del Pasok fantasean con enviar a paseo los dictados de la troika. La coalición del euro habría sido un disparate efímero. Es posible que mañana mismo se convoquen nuevas elecciones, para el 10 o el 17 de junio. Y todo volverá a quedar paralizado, menos las huelgas y las manifestaciones. Grecia tendrá un Gobierno provisional, sin capacidad para tomar ninguna decisión de importancia, en una situación crítica porque ya no queda dinero en la caja del Estado. Según el ministro de Finanzas en funciones, Filipos Sachinidis, hay fondos para pagar las pensiones y los sueldos de los funcionarios este mes, pero no el próximo. Para evitar el colapso en junio hace falta que la troika envíe los 18.000 millones comprometidos para estos días dentro del crédito de rescate de 130.000 millones de euros, y la troika prefiere no hacer la transferencia hasta saber si Grecia está dispuesta a cumplir con sus condiciones. Cosa que no se sabrá hasta que vuelvan a abrirse las urnas. No hay garantía de que, entonces, el resultado guste a los acreedores.
El presidente Karolos Papulias confía en que los griegos demuestren “madurez” en la repetición electoral y respalden a Pasok y Nueva Democracia, los partidos que aceptan los recortes exigidos desde Bruselas, Francfort y Washington. Los sondeos de estos días no sugieren que vaya a ocurrir eso, sino lo contrario. Con las pagas extraordinarias suprimidas, las pensiones rebajadas en un 30%, los salarios diezmados, una sanidad pública de pago y un desempleo oficial que supera el 20% (estimaciones no oficiales lo sitúan casi en el 30%), los griegos no muestran ningún entusiasmo por los dos partidos que llevaron el país a la ruina.
La izquierda radical de Syriza, en cambio, se frota las manos. Su postura resulta contradictoria, ya que propone seguir en el euro pero sin asumir las exigencias de los acreedores, pero refleja el sentimiento mayoritario entre la población. El líder de Syriza, Alexis Tsipras, confía en convertirse en primer ministro tras las nuevas elecciones. Trabaja a toda prisa para transformar lo que ahora es una coalición en un partido, ya que la ley electoral solo entrega la prima de 50 diputados adicionales al vencedor si éste es un partido. Y se ha mantenido al margen de las ásperas negociaciones de estos últimos días. A Syriza le interesa volver a las urnas.
La invocación a la “madurez” efectuada por el presidente y algunas amenazas burdas —como la formulada por un dirigente del Pasok acerca del "riesgo de guerra civil" en caso de que Grecia saliera del euro— no hacen mella por el momento. A los griegos, con una deuda pública cercana al 180% del producto interior bruto, les duele el bolsillo al cabo de tantos recortes. Sin embargo, les duele aún más el orgullo. La intransigencia con que los acreedores han impuesto sus condiciones, la presencia física de los representantes de la troika en Atenas y el desprecio que perciben por parte de los alemanes alienta un sentimiento de rebelión y casi de nihilismo. La opción de romper con la Unión Europea ya está sobre la mesa. Y gana adeptos cada día.

domingo, 6 de mayo de 2012

Podría estarse gestando en Europa la “Tormenta Perfecta”

Agencias Noticiosas
La noche de este domingo podría evocar una "tormenta perfecta" en Europa: inestabilidad política total en Grecia, un nuevo presidente en Francia elegido en una ola de oposición al plan "Merkozy" de austeridad, el desplome del crecimiento en todo el continente y el auge de partidos no centristas.
En diciembre, después de que la desastrosa cumbre de Cannes desatara una segunda crisis del euro, los países de la Unión Europea (UE) finalmente se comprometieron a conformar una unión fiscal.
El precio que exigieron Alemania y sus aliados del norte de Europa fue establecer un nuevo tratado fiscal, firmado por 25 de los 27 miembros de la UE.
El pacto requiere presupuestos equilibrados a perpetuidad y obliga a algunos países a poner el freno para cumplir metas en 2014. En resumen: austeridad obligatoria para un continente ya en camino a la recesión.
Solución "salina" 
A la vez se endulzó la píldora. El Banco Central Europeo (BCE), que siempre se había resistido a la flexibilización cuantitativa, y a participar en el plan de rescate en todo el continente, de repente se abrió a un auxilio masivo al bombear tres préstamos a un año en la banca con tasas de interés de 1% y un vencimiento de tres años.
Esto ha sido como la conexión repentina de una solución salina por goteo a un paciente en mal estado: se eliminó la amenaza inmediata de contagio de Grecia y se propició un "rescate controlado" de aquellos que prestaron a Grecia, pero no de los propios griegos.

Ese hecho, combinado con gobiernos no elegidos en Grecia e Italia, y la elección de un ejecutivo de derecha proausteridad en España, pareció calmar las cosas.
¿Por qué el bloque comunitario ha entrado en erupción una vez más?
Resultados limitados 
En primer lugar: la vuelta a la austeridad en todo el continente parece haber ahogado lo que quedaba de la recuperación de la UE. 
La zona euro entró en recesión el año pasado, está en recesión ahora y parece que va a permanecer en recesión durante al menos otros tres meses.
Aunque los bancos parecen más seguros, esto sucede a costa de la reducción de los préstamos bancarios, lo que está afectando a las empresas y la confianza del consumidor.

En segundo lugar: la inyección de dinero en los bancos ha tenido resultados limitados.
Esas instituciones depositaron la mayor parte de vuelta en el BCE a tasas de interés de 0,25

Evidencias indirectas indican que los préstamos interbancario han caído y el crédito bancario a la economía real se encuentra en territorio negativo.
En tercer lugar: el tiempo se ha acabado para el gobierno tecnocrático impuesto al menos en Grecia.
¿Caos? 

Se estima como poco probable que los partidos tradicionales superen en Grecia el umbral de votos para llevar estabilidad y es probable que el extremismo gane escaños en el parlamento.
Si la elección griega trae caos político, entonces podríamos ver nuevas elecciones, o algún gobierno de izquierda que no se haya cometido sólo con oponerse a la austeridad, sino técnicamente con la socialización de la economía.
Esto pondría en entredicho no sólo lo membresía del euro, sino la capacidad de cumplir el Tratado de Copenhague y el Tratado de Lisboa.
Pase lo que pase políticamente, parece claro que el "acuerdo" griego para reducir la deuda del PIB al 120% en 2020, a través de recortes de gastos masivos y alzas de impuestos, es letra muerta.
Y el camino para un segundo incumplimiento queda despejado, lo que señalaría la puerta de salida de la zona del euro, o al menos alguna forma de desligamiento.
Sin embargo, aunque dolorosa, la tragedia griega es sólo un presagio de los problemas por venir en el resto del asolado continente.
La salida
En España el desempleo en marzo subió tres décimas y alcanzó el 24,1 %, la tasa más alta de los 27 estados de la Unión Europea.
Sus bancos se tambalean al borde de otro plan de rescate, con una reducción masiva de los préstamos a la economía real, y el país puede verse obligado a buscar el dinero del rescate del fondo provisional europeo.
En cuanto a Francia, los mercados financieros piensan que Francois Hollande gane pero no siga adelante con sus amenazas de renegociar el pacto fiscal.
A la vez se espera que en Grecia, los principales partidos logren una nueva gran coalición que evite el caos.
Sin embargo, el rechazo de los votantes europeos a los partidos de centro está cambiando las cosas. 
La clase política que ha apostado desde hace décadas por el centrismo proglobalizador ahora ve muy claramente que algunos países no están lejos del terremoto político.
El ascenso de la derecha nacionalista en Holanda, Dinamarca, Finlandia o Italia siempre le había parecido controlable.
Pero si las coaliciones de centro no pueden ofrecer lo que prometen, o terminan haciendo exigencias inaceptables para la derecha nacionalista, los tecnócratas verán su fragilidad.
El camino de salida, por supuesto, es lograr el crecimiento. Esto es lo que se ha prometido en el pacto fiscal original, y lo que Hollande, y por ejemplo, los socialistas portugueses (y en silencio el FMI) quieren decir cuando llaman a "aumentar el crecimiento" en adición al plan de austeridad.
Pero eso no sucederá a menos que algo estimule la demanda: o bien una rápida recuperación en el resto del mundo (Estados Unidos está claramente en recuperación), una veloz resolución de la crisis bancaria, un cambio de sentido en la política fiscal impulsada por la creciente demanda de los votantes no-centristas, o un giro brusco a las políticas de libre mercado propugnadas por la desregulación del cabildeo bancario, con el fin de la "Europa social".
De todo esto, sólo la recuperación externa está fuera del control de la élite política europea, y (posiblemente no por casualidad) es lo único que probablemente ocurra.

lunes, 30 de abril de 2012

España entra oficialmente en recesión

Agencias Noticiosas

España ha entrado oficialmente en recesión económica tras registrar en el primer trimestre una caída trimestral del PIB del 0,3%, una décima mejor de lo esperado por el Banco de España, que  adelantó el pasado lunes la entrada en recesión de la economía española y calculó una caída del 0,4% en los tres primeros meses del año, una décima más que en el trimestre precedente. 

El Gobierno ya había dicho que esperaba una caída más suave, del 0,3%, con lo que este diagnóstico se ha visto confirmado por el organismo estadístico.

Esta es la segunda vez durante la crisis que España entra en recesión

Con la contracción del primer trimestre de 2012, igual a la experimentada en la última parte de 2011, se produce lo que se llama recesión técnica, para la que se requieren al menos dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo.

Esta es la segunda vez durante la crisis económica en la queEspaña entra en recesión. Ya lo hizo en el cuarto trimestre de 2008, tras acumular dos trimestres de retroceso, y no salió de ella hasta el primer trimestre de 2010, cuando el PIB trimestral avanzó un 0,2%. Dos años después, la economía española vuelve a estar en recesión.

En términos interanuales, la economía española se contrajo un 0,4% en el primer trimestre del año tras siete trimestres consecutivos en positivo. El INE ha explicado que el retroceso interanual del PIB entre enero y marzo se ha debido a una aportación más negativa de la demanda nacional, que se ha visto compensada "parcialmente" por una contribución positiva de la demanda exterior.

El organismo estadístico publicará los datos definitivos de laContabilidad Nacional del primer trimestre el próximo 17 de mayo.

Las cifras avanzadas por el INE son una décima mejores que las esperadas por el Banco de España que, en su boletín económico de abril, pronosticó una caída trimestral del PIB del 0,4% y un descenso interanual del 0,5%.

Cae el consumo

El instituto emisor precisaba que el comportamiento del PIB en el primer trimestre fue consecuencia de una caída de la demanda nacional de nueve décimas, contrarrestada en parte por una aportación de la demanda exterior neta de seis décimas, con un empeoramiento de ambos datos respecto al cuarto trimestre.

En cuanto al empleo, el Banco de España señalaba que volvió a descender "con intensidad" en el primer trimestre del año, con un retroceso interanual "próximo al 4%".
De acuerdo con las previsiones del organismo que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez, las caídas de la actividad serán "relativamente intensas" hasta el final de verano, atenuándose en el tramo final del ejercicio.

Infobae lo informó así:

El PIB español se contrajo 0,4% en el primer trimestre del año, en relación con el período anterior. "La demanda nacional volvió a caer, como viene ocurriendo en los últimos cuatro años", indicó el Banco Central ibérico
Como aseguraban la mayoría de los pronósticos, la economía española profundizó su debilidad en el primer trimestre del año y entró en recesión debido a una continua caída de la demanda nacional y un menor aporte al crecimiento del sector exterior, indicó el Banco de España.

Según la entidad, entre los meses de enero y marzo de 2012, la economía cayó 0,4 puntos porcentuales frente al trimestre anterior y descendió 0,5 puntos interanuales,rompiendo siete trimestres de crecimiento positivo interanual.

En el último trimestre de 2011, la economía había caído un 0,3% intertrimestral, pero había crecido un 0,3% interanual.

"La demanda nacional volvió a caer (...), como viene ocurriendo en los últimos cuatro años, aunque el descenso fue algo más atenuado que en el período de octubre-diciembre, mientras que la aportación de la demanda exterior neta fue de nuevo positiva, pero también inferior a la del trimestre precedente", dijo la entidad central en su informe de abril sobre la economía española.

Según las proyecciones de la entidad que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez, la demanda nacional habría caído 0,9 puntos en el primer trimestre, mientras la aportación del sector exterior fue positiva en seis décimas.

domingo, 29 de abril de 2012

Black-Scholes creadores de la ecuación matemática que cambió al mundo financiero de hoy

Tomado de BBC Mundo

La llegada de los sistemas cuantitativos transformó a Wall Street.

Fischer Sheffey Black, Economista estadounidense graduado en Harvard en 1959 y Myron Scholes, profesor de finanzas de la Facultad de Negocios de la Universidad de Stanford, ambos coinventores de la fórmula Black-Scholes que revolucionó el mundo de Wall Street

Por Tim Hartford

No todos los días ocurre que alguien formula una ecuación que puede transformar el mundo. Pero a veces sí ocurre, y el mundo no siempre cambia para bien. Algunos creen que la fórmula Black-Scholes y sus derivadas ayudó generar el caos en el mundo financiero.

La fórmula se escribió por primera vez en los primeros años de la década de 1970, pero su historia comienza muchos años antes, en el mercado de arroz de Dojima en el siglo XVII en Japón, donde se escribían contratos de futuros para los comerciantes del arroz. Un contrato de futuros simple dice que una persona acordará comprar arroz de otra persona en un año, a un precio que acuerdan al momento de la firma.

En el siglo XX, la Bolsa de Comercio de Chicago era el lugar para que los comerciantes negociaran no sólo futuros sino contratos de opciones. Un ejemplo de esto último es un contrato en el que se acuerda comprar arroz en cualquier momento durante un año, a un precio convenido con la firma, pero que es opcional.

Es posible imaginarse por qué uno de estos contratos puede ser útil. Si alguien tiene una cadena grande de restaurantes de hamburguesas, pero no sabe cuánta carne necesitará comprar el próximo año -y está nervioso de que el precio pueda subir- entonces lo único que tiene que hacer es comprar unas opciones en carne.

Pero eso genera un problema: ¿Cuánto debería estar pagando por esas opciones? ¿Cuánto valen? Es precisamente acá donde puede ayudar la fórmula revolucionaria Black-Scholes.

El precio de una hamburguesa

"El problema que trata de solucionar es definir el valor del derecho, pero no de la obligación, para comprar un activo particular a un precio específico, dentro de un periodo determinado o al final de él", dice Myron Scholes, profesor de finanzas de la Facultad de Negocios de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, y -por supuesto- coinventor de la fórmula Black-Scholes.

Una parte del rompecabezas era la pregunta del riesgo: el valor de una opción para comprar carne a un precio, digamos, de US$2 por un kilo depende del precio de la carne y cómo ese precio se está moviendo.

Pero la conexión entre el precio de la carne y el valor de la opción de la carne no varía de una manera sencilla. Depende de qué tan probable sea la utilización de la acción. Eso, a su vez, depende del precio de la opción y del precio de la carne. Todas las variables parecen estar enredadas de manera impenetrable.

Scholes trabajó en el problema con su colega, Fischer Black, y descubrió que si alguien tiene el portafolio de carne correcto, además de las opciones para comprar y vender carne, esa persona tiene un portafolio excelente y totalmente sin riesgos. Como ya conoce el precio de la carne y el precio de los activos libres de riesgo, si mira la diferencia entre ellos puede calcular el precio de esas opciones de carne. Esa es la idea básica. Los detalles son excesivamente complicados.

En la tienda de dulces

El método Black-Scholes resultó ser una forma no sólo para calcular el valor de las opciones pero también todo tipo de activos financieros.

"Éramos como niños en un almacén de dulces, en el sentido que describíamos opciones en todos lados, las opciones estaban presentes en todo lo que hacíamos en la vida", dice Scholes.

Pero Black y Scholes no eran los únicos niños en la tienda de dulces, dice Ian Stewart, cuyo libro argumenta que la Black-Scholes fue una invención peligrosa.

"Lo que hizo la ecuación fue darles a todos la confianza para comerciar con opciones y, de manera muy rápida, con unas opciones financieras mucho más complicadas, que se conocen como derivadas financieras", dice.

Pero a medida que los bancos y fondos de cobertura se basaron cada vez más en sus ecuaciones, se hicieron más y más vulnerables a los errores o simplificaciones en las matemáticas.

"La ecuación se basa en la idea de que los grandes movimientos son en realidad muy, muy raros. El problema es que los mercados reales tienen estos grandes cambios mucho más a menudo de lo que este modelo predice", dice Stewart. "Y el otro problema es que todo el mundo está siguiendo los mismos principios matemáticos, por lo que todos vamos a obtener la misma respuesta."

La llegada de los genios

El trabajo de Scholes había inspirado a una generación de genios matemáticos de Wall Street, y en la década de 1990, él ya era un jugador en el mundo de las finanzas, como socio de un fondo de cobertura llamado Long-Term Capital Management.

"La idea de esta empresa era que iba a basar sus transacciones en principios matemáticos, tales como la ecuación de Black-Scholes. Y realmente fue un éxito sorprendente, al comienzo", dice Stewart. "Fue superando a las compañías tradicionales muy notablemente y todo se veía bien."

Pero no terminó bien. Long-Term Capital Management se encontró con, entre otras cosas, la crisis financiera rusa. La empresa perdió US$ 4 mil millones en el curso de seis semanas. Fue rescatada por un consorcio de bancos que habían sido reunidos por la Reserva Federal. Y - en el momento – se convirtió en una noticia muy, muy grande. Todo esto sucedía en agosto y septiembre de 1998, menos de un año después de Scholes había sido galardonado con el premio Nobel.

Lecciones

Stewart dice que las lecciones del caso Long-Term Capital Management son evidentes. "Se demostró la peligrosidad de este tipo de transacciones basadas en algoritmos si no se vigilaban algunos de los indicadores de que las personas más convencionales utilizaban", dice. "Ellos [Long-Term Capital Management] se comprometieron a seguir adelante con el sistema que tenían. Y salió mal."

Scholes dice que eso no es lo que sucedió en absoluto. "No tuvo nada que ver con las ecuaciones y nada que ver con los modelos", dice. "Yo no estaba manejando la empresa, permítanme ser muy claro al respecto. No existía la capacidad para soportar el choque que se produjo en el mercado en el verano y otoño de finales de 1998. Así que fue sólo una cuestión de la asunción de riesgos. No fue una cuestión de modelos".

Esto es algo que la gente se sigue discutiendo una década después. ¿Fue el colapso de Long-Term Capital Management el fracaso de los métodos matemáticos para las finanzas o, como dice Scholes, fue simplemente un caso de operadores financieros que tomaron demasiado riesgo contra el mejor juicio de los expertos matemáticos?

Diez años después de Long-Term Capital Management, Lehman Brothers se derrumbó. Y el debate sobre Black-Scholes es ahora un debate más amplio sobre el papel de las ecuaciones matemáticas en las finanzas.

¿La culpa fue de las matemáticas?

Ian Stewart afirma que la ecuación Black-Scholes cambió el mundo. ¿Pero realmente cree que las matemáticas causaron la crisis financiera?

"Fue el abuso de su ecuación lo que causó el problema, y yo no creo que se puede culpar a los inventores de una ecuación, si alguien viene y lo utiliza mal", dice.

Black-Scholes cambió la cultura de Wall Street, que pasó de ser un lugar donde las personas comerciaban con base en el sentido común, experiencia e intuición, a un lugar donde la computadora decía sí o no.

Pero en realidad, ¿es justo culpar a Black-Scholes por lo que siguió?

"La tecnología Black-Scholes tiene reglas y requisitos muy específicos”, dice Scholes.

"Esta tecnología atrajo o hizo que los bancos de inversión contrataran a personas que tenían habilidades cuantitativas o matemáticas. Eso lo acepto. A continuación, desarrollaron productos y tecnologías propias."

No todas las tecnologías posteriores, dice Scholes, eran lo suficientemente buenas. "[Algunas] tenía supuestos equivocados, o utilizaban datos de forma incorrecta para calibrar sus modelos, o las personas que utilizaban los modelos no sabían cómo hacerlo".

Scholes argumenta que no hay vuelta atrás. "La cuestión fundamental es que las tecnologías cuantitativas en las finanzas sobrevivirán y crecerán, y seguirán evolucionando con el tiempo", dice.