Tomado de El Clarín
La crisis del euro,
un tsunami que ya terminó con 17 gobiernos en Europa
POR julio
alganaraz
Cayeron por
apoyar una austeridad fiscal que no promovió el mayor crecimiento.
Diecisiete
grandes personajes de la vida europea y otros tantos gobiernos han sido
barridos en los últimos dos años por el tsunami de La Gran Crisis del
continente que, según algunos estudios, no concluirá durante esta década. Es
más o menos el mismo lapso de tiempo que pasó desde que los argentinos fuimos
vacunados por la catástrofe del default del dolar–peso uno a uno, y su fatídico
modelo neoliberal. Ahora los europeos también sientenagotado
al mismo modelo y lo
cuestionan con bronca social, porque están pagando el reinado de los sistemas
financieros y de los mercados sin control a los que se han subordinado los
gobiernos.
Sobre todo, están hartos de la sopa
alemana de la premier Angela Merkel, que ha modelado el euro a las
características del marco e impuesto con lemas luteranos la historia de que
sólo la terapia con una austeridad salvaje , sin anestesia, curará a los países
culpables del desorden en sus cuentas públicas como hizo la virtuosa Germania.
La victoria del socialista francés
Francois Holland en las elecciones presidenciales francesas ha dado vuelta el
panorama. En primer lugar, borró del mapa al conservador Nicolás Sarkozy, que
eligió un apoyo casi perruno a Merkel y su programa de cruzada del ajuste. Pero
muchos daños han sido ya consumados y basta seguir los debates en el G–8 de
Camp David este fin de semana para comprender cuánto costará repararlos.
Hollande tiene tres ideas principales:
crecimiento económico, inclusión social y disciplina presupuestaria. “Ninguno
de esos tres elementos puede ser logrado sin los otros dos”, dice. El nuevo
líder francés cree que la Unión Europea debe movilizar sus fondos estructurales
para financiar reformas en los mercados laborales y de producción. Consagrarse
a una política industrial que financie proyectos en las ramas de tecnología
informática y energías limpias.
Hollande también empuja en favor de la
emisión de instrumentos financieros con el presupuesto de la UE y el Banco
Europeo de Intersiones, sobre todo para financiar proyectos de infraestructura . La Francia socialista auspicia
además la emisión de eurobonos, a lo que se opone hasta ahora con todas sus
fuerzas Angela Merkel.
El economista estadounidense y Nobel
2001, Joseph Stiglitz, dijo con razón en las Naciones Unidas que “la austeridad no ha funcionado y no
funcionará: ninguna gran economía se ha recuperado
de una crisis, y menos como la que enfrentan Europa y EE.UU., con un programa
de austeridad”.
“Son sombrías las perspectivas para la
economía mundial”, remató Stiglitz. “Pasó ya un lustro desde que estalló la
burbuja. Las economías no se han recuperado y la normalidad no volverá en
ningun momento cercano. Esta es una década pérdida y
en el mundo los mercados caen mientras la crisis se ha cobrado ya 200 millones
de empleos”.
La magnitud de La Gran Crisis abarca todos los
aspectos de la vida europea, con
el escenario dominado por el deterioro impresionante del nivel de vida en
algunos países y las oleadas de suicidios que son el resultado más dramático de
la desesperación social. Pero el desastre es ante todo político por la
insuficiencia de las instituciones y partidos para enfocar con justeza las
razones de la crisis y aplicar soluciones que eviten tantos sufrimientos a los
sectores populares.
El terremoto que ha barrido a Europa
dejó dos
supervivientes . La primera
es la señora Merkel, que aunque ha perdido más de una docena de elecciones
regionales seguirá en el poder otros 16 meses hasta los comicios generales
alemanes que podrían ganar los socialdemócratas parientes políticos de
Hollande. La otra sobreviviente extrañamente es la misma Unión Europea, que
sigue con sus viejas instituciones, insuficientes para afrontar la crisis con
un esfuerzo de democratización que federalice a la UE y lleve a una
imprescindible unificación política, de políticas económicas, fiscales y
sociales, con una política exterior y de defensa comunes.
Europa se da cuenta ahora que está llena de
telarañas y que o va adelante
o se rompe en mil pedazos. Hace dos años, parecía blindado el líder conservador
y libertino Silvio Berlusconi en Italia.
Como Sarkozy, también fue
reemplazado.Pero el vendaval se llevó a varios gobiernos en Grecia, que ahora
deberá decidir el 17 de junio el camino a seguir, que siempre será dramático.
En España , noviembre fue fatal para el primer
ministro socialista José María Rodriguez Zapatero, aplastado por los
conservadores de Mariano Rajoy, a quien le bastaron cuatro meses de medidas de
austeridad salvajes para terminar en el callejón sin salida de estos días.
España debe pedir el rescate de Europa y adherir a la línea de Hollande de
darle la mayor prioridad a las medidas de crecimiento, mientras el sistema
bancario trastabilla como nunca.
El conservador británico David Cameron,
que accedió al poder tras la debacle del laborista Gordon Brown, reclamó a los
17 países de la Eurozona medidas urgentes para afrontar la crisis o resignarse
a un colapso. Como Gran Bretaña está en la UE pero afuera del euro, el consejo
le sale barato. Los datos demuestran que Cameron teme que, si Grecia sale del
euro y se consuma el desastre de un mayúsculo desorden económico y monetario
europeo, Londres también pagará cara la crisis. La economía británica está
estancada, al borde de la recesión.
En Irlanda y Portugal también la crisis llevó a nuevos
gobiernos. Especialmente en Portugal, gran candidato a ocupar el incómodo lugar
del peor de todos que podría dejar libre la salida de Grecia del euro, el
socialista José Sócrates perdió en junio de 2011, con los conservadores de
Pedro Passos Coelho.
Pero la crisis no se confina en el sur
europeo. A los cambios en Islandia y República Checa, se suman los de Hungría y
el del conservadorholandés Mark Rutte.
La neta hegemonía de los conservadores
ha sufrido golpes en los últimos tiempos en favor de la izquierda. En
Dinamarca, Eslovaquia, Rumania y Bélgica gobiernan líderes socialdemócratas. A
la derrota del socialista Zapatero sirve de consuelo el triunfo de Francois
Hollande, que presidirá Francia en los próximos cinco años y la cierta
perspectiva de triunfos de “siniestra” en Alemania e Italia el año próximo.
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