Mostrando entradas con la etiqueta Unión Europea. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Unión Europea. Mostrar todas las entradas

viernes, 18 de noviembre de 2016

Hoy 18 de Noviembre se celebra el Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos

Por Compartiendo mi Opinión
El Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos es una iniciativa europea de salud pública anual que se celebra el 18 de noviembre; su objetivo es sensibilizar sobre la amenaza que la resistencia a los antibióticos supone para la salud pública y fomentar el uso prudente de los mismos. 

Los datos más recientes confirman que el número de pacientes infectados por bacterias resistentes crece en toda la Unión Europea, y que la resistencia a los antibióticos es una seria amenaza para la salud pública. 

Usar con prudencia los antibióticos puede ayudar a detener el desarrollo de bacterias resistentes y conseguir que los antibióticos mantengan su eficacia para las generaciones venideras.

Actualmente se ha constatado que el consumo de antibióticos a lo largo de, prácticamente, todo el mundo es muy elevado, mucho más allá de lo que dictan las normas de tratamiento racional de las enfermedades infecciosas en los humanos. 

Este consumo elevado tiene consecuencias importantes sobre la salud de los humanos. Y es también un problema global, una amenaza real para la salud pública a lo largo y ancho de todo el planeta. 

Una de las consecuencias más relevantes es la del incremento de la resistencia de los microorganismos (en particular, de las bacterias) a los antibióticos, es decir, la pérdida de su eficacia para tratar las infecciones. 

El consumo elevado e inadecuado de antibióticos no se limita a su uso en medicina, para tratar algunas infecciones, sino que alcanza también el ámbito de la veterinaria y la industria alimentaria, entre otros. 

El European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC) desarrolla cada 18 de noviembre, todos los años, una campaña de sensibilización dirigida a profesionales, instituciones, autoridades y población general de todos los países de la Unión Europea centrada en el objetivo de alcanzar un uso más prudente de estos fármacos y disminuir su consumo innecesario. 

Las entidades científicas han promovido numerosos estudios y publicaciones con el mismo objetivo.

jueves, 20 de noviembre de 2014

Putin cada vez más aislado internacionalmente por invasión a Ucrania

Tomado de BBC Mundo

La canciller ha sido la interlocutora "indispensable" de occidente con Putin.

 

¿Se está agotando la paciencia de Angela Merkel con Vladimir Putin?


El rostro del presidente ruso Vladimir Putin te mira desde la primera plana de uno de los tabloides más populares de Alemania: la relación de este país con Rusia ha ocupado los titulares y preocupado a sus políticos desde hace meses.
Esta semana, en un discurso en Australia, la canciller Angela Merkel, pareció sugerir que su paciencia con el líder ruso por el conflicto en el este de Ucrania se estaba agotando.
"Angela Merkel ha sido la interlocutora indispensable de occidente con Putin" indica Judy Dempsey del centro de estudios Carnegie Europe.
La canciller alemana habla ruso con fluidez y el líder ruso habla alemán fluido. Se dice que han desarrollado un reticente respeto mutuo.
Sus países tienen una relación complicada: una historia y lazos económicos turbulentos. Cuatro mil compañías alemanas hacen negocio con Rusia.
El sábado en la noche la televisión alemana emitió una entrevista exclusiva con Putin en la que, dijo, las sanciones impuestas contra su país no sólo estaban perjudicando a Ucrania sino también dañando a la economía alemana.
Se informa que los dos líderes han hablado por teléfono casi 40 veces desde que la crisis de Ucrania comenzó. Durante la cumbre de los G20 en Brisbane, Australia, Merkel pasó horas en reuniones privadas con Putin.

"Inaceptable"

Después, el lunes, Merkel se dirigió a un centro de estudios en Sydney.
Rusia, expresó, estaba "violando la integridad territorial y la soberanía de Ucrania" y Europa debía continuar ejerciendo presión.
Aunque durante mucho tiempo había respetado los temores de Rusia, en el sentido de que Ucrania se estaba acercando demasiado a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), argumentó que "simplemente era inaceptable prohibir que un país" firmara un acuerdo comercial con la Unión Europea.
Judy Dempsey cree que la líder alemana sencillamente no confía en el presidente ruso.
"Merkel no está dispuesta a darle la oportunidad a Putin de que salga con dignidad de la situación, algo que desearían algunos líderes y diplomáticos europeos, con tal de que el expediente de Ucrania salga de sus escritorios" explica.
La revista de noticias alemana Spiegel está de acuerdo. "La canciller cree que desde hace tiempo hay una enorme discrepancia entre lo que Putin dice y lo que Putin hace".
El discurso que la canciller hizo en Australia fue considerado dentro de Alemania como el más abiertamente crítico que hasta ahora ha hecho Merkel sobre Putin.
"Merkel lanzó el guante" exclamó el popular tabloide Bild. El diario describió el discurso como "contundente", lo cual, para una líder reconocida por su cauta retórica pública, sí era.

¿Inflexión?

¿Marca esto un punto de inflexión en la política alemana?
Ciertamente parece haber un cambio perceptible de tono que, hasta hace recientemente, había sido conciliatorio.
El canciller Frank-Walter Steinmeier consistentemente ha tomado este enfoque y el domingo le dijo a un periódico alemán que era comprensible que Putin deseara colocarse al mismo nivel que otras potencias influyentes, pero que eso no justificaba la infracción de las leyes internacionales al anexarse Crimea.

Alemania se ha rehusado a apoyar más acciones contra Rusia y ha preferido centrarse en la situación humanitaria dentro de Ucrania y a presionar para lograr un cese al fuego sostenible.

Pero después Steinmeier viajó a Moscú en lo que fue descrito como su primera visita desde la anexión en marzo. Y aunque ni él ni otros cancilleres europeos llegaron al punto de extender las sanciones contra Rusia a pesar de un plazo de 24 horas, su tono fue intransgiente.
"No hay razón para optimismo en la actual situación" dijo durante una conferencia de prensa conjunta con el canciller ruso Sergei Lavrov.

Mudez, no diálogo 

Europa, advirtió el canciller alemán, está en una encrucijada. Hay una inminente amenaza de mudez en lugar de diálogo, y de confrontación en lugar de cooperación. 

Mientras tanto en Moscú el presidente Putin está utilizando un lenguaje propio más contuendente. Estados Unidos, afirmó, desea dominar a Rusia.  

Nadie lo ha hecho hasta ahora, y nadie lo hará, dijo.  

Hace poco más de una semana Angela Merkel observó el estallido de fuegos artificiales sobre la Puerta de Brandenburgo para celebrar el 25 aniversario de la caída del Muro de Berlín. 

Esta semana la canciller, que creció en Alemania Oriental y experimentó el comunismo soviético en carne propia, hizo una observación en Australia sobre el amargo conflicto en el este de Ucrania. 

"Quién hubiera pensado que 25 años después de la caída del Muro de Berlín, después del fin de la Guerra Fría y de la división de Europa, y del fin de la división del mundo en dos bloques, algo como esto ocurriría justo en el corazón de Europa". 

domingo, 5 de octubre de 2014

Honduras le apuesta a convertirse en centro logístico mundial

Tomado de RFI
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández Alvarado (izquierda), da una rueda de prensa junto al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso (derecha), tras un encuentro mantenido en la sede de la Comisión en Bruselas (Bélgica) el pasado  jueves 2 de octubre de 2014. 

Honduras busca convertirse en un centro logístico mundial’ dijo a RFI el presidente Juan Hernández


Por Orlando Torricelli

La UE destinará 235 millones de euros para el desarrollo de Honduras para el periodo 2014-2020. El presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, fue recibido este 2 de octubre en Bruselas por los presidentes de la Comisión Europea y del Consejo Europeo en el marco de la firma de ese acuerdo. 
Vea video de entrevista RFI dando doble click Aquí
Honduras se convirtió en el segundo país beneficiario de ayuda por parte de la Unión Europea después de la firma este jueves en Bruselas de un programa plurianual con la Unión Europea por un valor de 235 millones de euros. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, se congratuló por este acuerdo.

Tras reunirse con Barroso, el presidente Hernández fue recibido por el residente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, quien afirmó que “la UE está lista para apoyar los esfuerzos de Honduras para encarar los problemas de seguridad de sus ciudadanos”.

El presidente hondureño, por su parte, manifestó a RFI la voluntad del gobierno para que Honduras se convierta en un “centro logístico mundial” gracias a “inversiones en la infraestructural vial, portuaria y aeroportuaria del país”.

Entre los principales objetivos del viaje del presidente hondureño, quien también estuvo en Madrid, figuraba impulsar la reconversión de una deuda de 80 millones de dólares en fondos para convertir la base militar estadounidense de Palmerola, a unos 75 km. de la capital, Tegucigalpa, en aeropuerto civil.

Este terminal aéreo será un elemento clave para la conexión del país centroamericano con los flujos comerciales y turísticos globales, capaces de dinamizar la economía de uno de los países mas pobres de América Latina, 70% de sus 8,5 millones de habitantes, quienes además sufren de niveles de desempleo y subempleo cercanos al 40%.

El país centroamericano busca aprovechar su posición geográfica entre los dos océanos Atlántico y Pacífico para insertarse en el comercio mundial: “Honduras está en el centro de las Américas”, recuerda el presidente.

El presidente Hernández, miembro del partido Nacional, derecha, asumió su cargo a comienzos de este año con la promesa de mejorar la seguridad. Honduras tiene una de las tasas de homicidios más altas del mundo.

El mandatario hondureño estima que la mayor parte de la violencia que golpea su país, se genera por la producción de droga en Sudamérica y su consumo en los Estados Unidos: “La droga no se produce ni se consume Honduras, somos un país de tránsito y la responsabilidad es compartida, aunque diferenciada”, subrayó también a Radio Francia Internacional.


sábado, 20 de septiembre de 2014

Escocia decidió seguir formando parte de Reino Unido

Tomado de Rianovosti 


Escocia dice “sí” al Reino Unido por promesas de mayor autonomía

 

Referéndum de independencia de Escocia


Por Alexei Filippov


La promesa de Londres de conceder mayor autonomía a Edimburgo y las dificultades relacionadas con la creación del nuevo Estado influyeron en los resultados del referendo en Escocia, opina la jefa del Centro de la Integración Política de la Unión Europea, Liudmila Babinina.


"La concesión de mayor autonomía a Escocia y los temores respecto al precio que tendrían que pagar los escoceses por el Estado independiente influyeron en la decisión de los que habían tenido dudas", dijo Babinina a esta agencia.

Añadió que durante las últimas semanas se plantearon cuestiones muy importantes sobre cómo funcionaría la Escocia independiente, qué divisa tendría y cómo se repartiría la deuda del Estado, entre otras.

Según la experta, precisamente estas discusiones empujaron a la ciudadanía a valorar los esfuerzos que se necesitarían para la crear las instituciones del nuevo Estado.

Además, destacó la importancia de que todos los tres partidos del Reino Unido ofrecieron mayor autonomía a Escocia, un paso muy inusual, a pesar de que la reforma requerirá mucho tiempo hasta realizarse.

Babinina explicó la gran diferencia en los resultados del plebiscito, de cerca del 10%. Es resultado de la campaña bien organizada de los partidarios de la unión del país, dijo al añadir que el "no" a la independencia de la región es un gran aporte para la integridad europea.

Londres cumplirá todas sus promesas y la cuestión sobre la independencia total de la región abandonará la agenda internacional, concluyó.


El 18 de septiembre Escocia celebró el referéndum en el que sus habitantes tenían que decidir si su territorio seguía en el Reino Unido o se convertía en un Estado soberano.

De acuerdo a los datos preliminares, el "no" a la secesión recibió el 55,3% de los votos, mientras el "sí" obtuvo el 44,7%.

En caso de que la mayoría de los escoceses hubieran dado el "sí" a la independencia, la región se separaría del Reino Unido el 24 de marzo de 2016. 

 

Noticias Relacionadas:

Académicos critican la reforma constitucional provocada por el referendo en Escocia


sábado, 2 de agosto de 2014

Lecciones de la crisis global: Europa: Austeridad y Crecimiento Económico son excluyentes entre si. EEUU: legisladores entorpecen creatividad empresarial

Tomado de esglobal

Las cinco armas más inefectivas contra la crisis

Este reportaje especial sobre la crisis termina analizando las recetas que han resultado desastrosas.

Por Mario Saavedra

El dogmatismo austero

Se puede discutir hasta quedar sin aliento. Durante lo peor de la crisis europea, de 2010 a 2013, el debate llegó a polarizarse por completo: ¿Austeridad o crecimiento? Todos los líderes políticos de entonces, desde Merkozy (la fusión virtual del conservador francés Nicolás Sarkozy y la canciller alemana Angela Merkel) hasta los responsables de Bruselas, prometían que podían conseguirse las dos cosas al mismo tiempo. Pero era mentira.

La recesión golpeó la economía europea dos veces: el PIB de los 28 se contrajo un 4,5 en 2009 y un 0,2 en 2012. Es lo que se conoce como recesión en forma de W. La primera fue un efecto dominó producido por el colapso del sistema financiero estadounidense. La segunda, una mezcla de varios factores explosivos: la crisis del euro, sometido a ataques especulativos legales; la mala salud de algunos bancos; y la obsesión de los centros de poder del viejo continente por querer sanear los déficit nacionales demasiado rápido en medio de una recesión. Se le llamó “austericidio”. Contra él estaban no sólo los países de la periferia, sino también defensores de las políticas de estímulo económico, como los prestigiosos profesores estadounidenses Joseph Stiglitz o Paul Krugman. Hasta el mismísimo presidente estadounidense, Barack Obama, mandaba a su secretario del Tesoro, Timothy Geithner, a convencer a Merkozy de que aflojaran un poco el ajuste del déficit, sin éxito.

Alemania ha liderado en todo momento el frente austero. El país había realizado reformas estructurales de calado cuando era el enfermo en Europa, en los primeros años de la década pasada. Entonces incumplía el déficit y contabilizaba más de cinco millones de parados. El gobierno socialista de Gerard Schroeder aplicó una receta que combinaba austeridad fiscal, recorte de costes laborales y reformas de corte liberal. Con los años, se vio reflejado positivamente en los datos macroeconómicos de porcentaje de desempleo, deuda, PIB, etcétera.
La diferencia, sin embargo, era que aquellas reformas y ajustes se hicieron en un entorno global de boom económico: Estados Unidos o España compraban coches alemanes sin mirar el precio. El problema surge cuando Berlín pretende aplicar la misma receta al resto de Europa en medio de la peor crisis global en décadas. “Lo que nosotros hemos hecho lo pueden hacer lo demás”, llegó a declarar la Canciller, sin tener en cuenta que, cuanto más se obsesionaban los gobiernos por retirar el gasto público en medio de la tormenta, menos trabajo e ingresos fiscales obtenían.

Las economías periféricas y la de Francia colapsaron entonces o se arrastran hoy como almas en pena. Solamente siete años después de que comenzara la crisis empieza a verse la luz al final del túnel. Es una victoria pírrica en el mejor de los casos. Las crisis de origen financiero suelen durar 10 años. Europa no ha conseguido acelerar la recuperación, de hecho parece haberla postergado. ¿A cambio de qué? Para algunos se saldrá más fortalecido, más sano. Si no hubieran imperado estos mensajes de austeridad, los mercados financieros no se habrían creído el compromiso europeo y habrían roto el euro. ¿Podría haberse hecho de otra forma? Tal vez sí. En Estados Unidos, Barack Obama pospuso cualquier recorte hasta que la economía se recuperara. Con ello ha conseguido bajar el desempleo al 6,1% y reducir el déficit público a la mitad.
La destrucción creativa


Wall Street echaba humo. Era 2008, y Timothy Geithner, entonces presidente de la Reserva Federal de Nueva York, solo tenía tiempo para ir a correr un rato cada mañana. El resto del día movía frenéticamente los hilos para salvar entidades financieras. El banco de inversión global Bear Stearns, por ejemplo. Estaba abarrotado de activos respaldados por hipotecas, activos basura. No valía nada. Geithner consiguió que se lo quedara JP Morgan, una de las mayores entidades globales.

Unos meses después el problema volvió a reproducirse con Lehman Brothers. Contaba con mucha basura subprime en sus balances y en septiembre de 2008 había perdido ya el 75% de su valor en bolsa. Necesitaba ser rescatado por el Gobierno o comprado por otro banco. Geithner organizó reuniones con los gerifaltes de Wall Street. Hacía de casamentera, pero no logró colocarlo. Se dejó quebrar a Lehman Brothers. Al fin y al cabo, eso era el capitalismo, ¿no? Las empresas inviables han de morir para dejar libre su nicho a otras más rentables y mejor dirigidas. Es lo que se llama destrucción creativa. El problema es que, en el caso de Lehman, la destrucción creativa no se quedó estanca, sino que Lehman se convirtió en la primera ficha de un dominó financiero global. Si se había desplomado una institución que había resistido más de 150 años porque sus balances estaban sucios, ¿qué no tendrían otras entidades, desde bancos regionales alemanes a cajas españolas?

Estados Unidos aprendió la lección: la destrucción creativa funciona para empresas “no sistémicas”. Las que pueden tumbar todo el conjunto de la economía capitalista han de ser rescatadas con dinero público. Se han de socializar las pérdidas aunque las ganancias fueran privadas, y todo para no generar una nueva Gran Depresión. Es el mal menor. Moralmente inaceptable y económicamente una bomba, porque eliminaba uno de los cimientos del libre mercado, el laissez faire.

La lección aprendida se aplicaría unos meses más tarde, con el rescate de las principales automovilísticas estadounidenses. Algunos como el futuro candidato a la presidencia Mitt Romney  pedían “dejar a Detroit entrar en bancarrota”. Pero Washington tomó la decisión con menor coste: ignorar por completo la doctrina de la destrucción creativa. Las tres grandes del automóvil, GM, Chrysler y Ford, fueron rescatadas por el Congreso con decenas de miles de millones de dólares.
Los mini-estímulos y los estímulos de mentira


Era “la gran cumbre del crecimiento”. Angela Merkel, Francois Hollande, Mario Monti y Mariano Rajoy anunciaban 130.000 millones de euros para reactivar el crecimiento europeo. La canciller alemana había dado por fin su brazo a torcer ante el nuevo delfín francés, el tecnócrata italiano y el presidente español, pero también ante las presiones de la Casa Blanca o el Fondo Monetario Internacional, que veían cómo la obsesión europea por el déficit estaba ahogando a la economía de uno de los principales motores globales. “Deseamos y esperamos presentar un paquete de medidas de crecimiento a nivel europeo”, decía Mario Monti, “por valor del 1% del PIB de la Unión Europea, es decir, de unos 130.000 millones de euros”. ¿Se acuerdan?
Se iba a utilizar el Banco Europeo de Inversiones (el BEI) para inyectar dinero a la economía real, José Manuel Durao Barroso iba por fin a lanzar los bonos proyecto, emisión de deuda europea para financiar proyectos inter territoriales de infraestructuras o la interconexión energética. En el medio plazo incluso se iban a crear los eurobonos, bonos comunitarios que mutualizaban el riesgo: se trataba de impedir que Grecia pagara un 7% por su deuda a 10 años mientras Alemania casi cobraba por guardar el dinero de los inversores.
Nada de eso, o muy poco, llegó a ocurrir. Todo se quedó en una gran promesa de los líderes. Los planes europeos de estímulo, en verano de 2014, siete años después de la crisis, brillan por su ausencia. Solo ahora se está poniendo en marcha un mini fondo de 6.000 millones de euros para tratar de impulsar el empleo juvenil. Mientras, 19 millones de europeos permanecen desempleados. El Plan Marshall de la Unión Europea para la Unión Europea nunca llegó. Siete años después, el crédito sigue sin pasar a las empresas. Se vuelve a fiar la solución del problema al banquero central: Mario Draghi ha anunciado hasta un billón de euros en préstamos a los bancos a largo plazo (técnicamente llamados TLTROs) siempre que se lo presten a las empresas y no lo guarden en sus cajas o en la del BCE. De momento sigue sin fluir el crédito y la zona euro crece a un lánguido 0,2% intertrimestral, tras siete años con dos recesiones entre medias.

En España el Plan E fue real, pero no consiguió activar la actividad económica en medio del vendaval económico global. El Plan Español para el Estímulo de la Economía y el Empleo, de noviembre de 2008, consistía en un centenar de medidas de reactivación del crecimiento y casi 13.000 millones en dos fases de dinero público para proyectos en los ayuntamientos. A posteriori probó ser sólo un parche en un barco a punto de naufragar.
Las provisiones anticíclicas


En plena campaña electoral de 2008, el ex presidente del Gobierno Felipe González aseguró que gracias a José Luis Rodríguez Zapatero, España había conseguido tener “el sistema financiero más sano de mundo”. El país tenía “reservas suficientes para hacer frente a este momento de incertidumbre”, decía el socialista. Solo cuatro años después la UE tenía que abrir un fondo de préstamos a España para rescatar a entidades financieras quebradas o al borde de la quiebra: Caja Castilla-La Mancha, Cajasur, Caja de Ahorros del Mediterráneo, Bankia, etcétera.
En total unos 40.000 millones de euros, que computan como déficit público, y que equivalían casi con exactitud a lo que el país se había tenido que ahorrar en gasto sanitario, de educación, de dependencia, de pagas extras a los funcionarios… ¿Dónde estaban esos fondos anticíclicos que había ido guardando la banca en los años de bonanza a los que se refería González? El dinero estaba ahí, pero se había convertido en una tirita frente al total de alrededor de 60.000 millones de dinero público (41.000 del préstamo europeo de hasta 100.000 millones y otros 20.000 que había puesto ya España, con el FROB). A eso había que añadir un saneamiento contable de las entidades que cifran en 250.000 millones. Necesarios para rescatar una docena de bancos y cajas. En el mejor momento de auge, las entidades habrían acumulado un colchón de unos 70.000 millones en total, según datos del Banco de España para 2009.
En realidad, los fondos anticíclicos impuestos a la banca española consiguieron amortiguar el golpe. En la nueva regulación global bancaria, la conocida como Basilea III, se imponen altos requisitos de capital. El acuerdo internacional aumenta además la liquidez y reduce el apalancamiento de los bancos de aquí a 2018. El capital conocido como Tier 1 aumenta del 4% al 6%. En 2019 tendrán que tener un colchón de conservación de capital equivalente al 2,5% de los activos ponderados por riesgo –una idea equivalente a la de las provisiones anticíclicas españolas– y uno del 7% de activos de alta calidad para finales de 2019.
La Casa Blanca y el Congreso de Estados Unidos


El país americano que originó la crisis fue rápido en reaccionar. En los dos primeros años George W. Bush primero y luego su sucesor Barack Obama, y sus secretarios del Tesoro Henry Paulson y Timothy Geithner, lanzaron en una carrera frenética para salvar la primera economía del mundo de otra Gran Depresión. En cosa de meses lanzaron el TARP, un enorme paquete de rescate de la economía de 700.000 millones en la primera instancia; rescataron la industria del automóvil; impulsaron cambios regulatorios (Acta Dodd Frank para la Regulación de Wall Street y la Protección del Consumidor)… Pero en 2010 EE UU echó el freno. Los republicanos tomaron el control de la cámara baja, la de Representantes, y desde allí bloquean desde entonces toda iniciativa de Obama, que a su vez veta cualquier plan republicano. Así ha pasado con el American Jobs Act, el plan del Presidente estadounidense  para estimular la economía a base de reformar las decadentes infraestructuras del país, entre otras medidas. Washington ha sacado muy poca legislación económica relevante en los últimos cuatro años.
Pero es que, además, las guerras bipartitas han tomado como rehén a la economía en varias ocasiones. La más cruda fue durante el verano de 2011. La mayoría de los economistas creían que el país estaba a punto de entrar en una recesión en forma de W, es decir, recaer en el decrecimiento económico. Fue el momento elegido por los legisladores republicanos, liderados por un grupo de radicales del Tea Party, para imponer disciplina fiscal. Se negaban a elevar el techo de endeudamiento del país si no se realizaban recortes equivalentes. Wall Street se hundía, los empresarios no contrataban por temor a la incertidumbre política…
No fue la única batalla. Vendrían otras: el precipicio fiscal, la renovación de las desgravaciones de impuestos, la extensión del seguro de desempleo de emergencia, la ampliación de los cupones de comida que alimentan a uno de cada cinco estadounidenses, etcétera.  Algunas leyes terminaban aprobándose, no sin antes hacer mella en la confianza del sector privado del país y en el ánimo de los compradores. Los legisladores adquirieron fama de no servir más que para entorpecer la creatividad de los empresarios. Y esta vez no era tan solo un prejuicio liberal.