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sábado, 19 de junio de 2021

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: ALCANZAR FELICIDAD

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Entre las obstinaciones más implacables del ser humano está la búsqueda de la felicidad. 

Como decía el filósofo francés Voltaire, “buscamos la felicidad sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una”. Pero, por supuesto, no hay una respuesta para los perjuicios en caso de no encontrarla.

Si la gente vive obsesionada con la felicidad es porque está planteada como la panacea de todos los tiempos. Desgraciadamente ese estatus de máxima felicidad cada vez más se asocia con tener más y más.

 

Hemos convertido la felicidad en sinónimo de gasto, en comprar todo lo que vemos, en usar las mejores marcas de ropa y lucir bien, aunque todo sea superficial. Para algunos la felicidad es ponernos lo que está de moda aunque no nos siente bien, incluso emulando a muchos de los nuevos cantantes que hasta se quitan sus dientes para sustituirlos por oro o brillantes. 

 

La felicidad puede encontrarse en los lugares más insospechados, como lo describe el relato de León Tolstoi en La Camisa del Hombre Feliz. Allí narra la historia de un deprimido zar y la receta que le dan para curar su mal: debe enfundarse la camisa de un hombre feliz. Pero la sorpresa es que después de una intensa búsqueda sus súbditos descubren que el único hombre feliz que habían encontrado… no tenía camisa debido a su pobreza.

 

Sin embargo, la sociedad nos empuja al consumo como sinónimo de la felicidad.

 

Nos venden que la podemos obtener nadando en lujos obscenos, como probar las comidas con láminas de oro, lucir el carro del año, una mansión fastuosa y todo tipo de excentricidades, más propias de una estrella de Hollywood que de una persona normal. 


El problema, además, es que el listón cada vez queda más alto y por lo tanto se necesitará algo que supere lo anterior para mantener el “nivel de felicidad”. Y eso, se sabe, es imposible de lograrlo todo el tiempo. 

 

Son pocos los que entienden que en realidad la felicidad es una utopía.

 

La felicidad consiste en las cosas efímeras o sencillas. Son momentos, abrazos, besos, conversaciones, un trabajo bien hecho, una puesta de sol, oír el trino de los pájaros, una plática con los verdaderos amigos, el placer de la familia reunida. También lo son momentos de disfrute de nuestro ser interior, de escuchar música que nos agrade, el disfrutar de la vida pacífica sin grandes peligros, el dar y ayudar a otros, ser altruistas y disfrutar de dar alegría a otros con nuestros actos.

 

La felicidad es ser libre, ser independiente, no ser esclavo de una droga, del alcohol, del juego o de las relaciones peligrosas.

 

Por todo eso antes descrito, es más fácil lograrla de lo que parece. Sin embargo, desgraciadamente nos creemos lo que nos venden y muchas veces teniendo todo para serlo no lo disfrutamos.

 

Creemos que la felicidad no es eso sino el momento en que podamos  comprar, tener y acumular… “Éramos felices y no lo sabíamos”, es la frase de un meme muy popular que sirve para describir un momento pasado que no supimos valorar. 


En síntesis, ser feliz es más una actitud, es el disfrute de las cosas sencillas que tenemos. De hecho, obligarnos a ser felices puede ser la mayor condena del ser humano. “Vivimos una época en la que la felicidad se ha convertido en una obligación, y eso es terrible”, afirmó la terapeuta Lizzi Matusevich.

 

 Al ver el ranking de los países más felices del mundo, siempre me ha llamado la atención que muchas veces los países más fríos -es decir los del mal clima- son los que se ubican en las primeras posiciones, especialmente los países escandinavos. Quizás la respuesta es que ellos aprenden a valorar todo lo demás y las cosas sencillas. 

 

Otra cosa importante es diferenciar la felicidad y su disfrute de la enfermedad depresiva o la melancolía de alguien enfermo del ánimo. En esto último hay una dificultad genética, somática, que no nos deja poder disfrutar de la vida. Así como un diabético que no procesa bien sus azúcares necesita insulina, así como el hipertenso que aun haciendo ejercicio y alimentándose bien no logra bajar su presión arterial y necesita un fármaco, así sucede con el depresivo. Hay personas que no disfrutan de las cosas y una terapia podría servirles para cambiar sus prioridades. Primero debería someterse a terapias analíticas para conocerse mejor, pero si alguien no puede disfrutar porque está enfermo necesitará fármacos y terapias orientadas específicamente a manejar  y mejorar su problema.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.   

sábado, 25 de marzo de 2017

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LA NUEVA MODA PARA SER FELIZ


Se llama Hygge, y parece haber nacido en Dinamarca. Supongo que la mayoría de ustedes aun no habrán oído hablar de ella, y han de estar más que interesados en conocerla, porque pareciera que se trata de una de esas recetas mágicas que siempre andamos buscando para ser felices. En realidad, ya hemos probado antes otras recetas mágicas que terminan decepcionándonos porque son fugaces, proporcionan una aparente felicidad momentánea, y después ya no; quizás incluso problemas. Sin embargo seguimos buscando una nueva receta mágica.


Pues bien, aparentemente el hygge sí es una buena receta, pero funciona al revés; primero nos decepciona, y después, con el tiempo, vamos descubriendo que funciona. Para que la gente se anime a probarla sin decepción, y para que su efecto sea más rápido, la han convertido en moda; una nueva moda, y como tal moda, merece tener un nombre. Ya se sabe cómo somos los humanos; cuando algo está de moda lo buscamos y lo probamos, simplemente porque está de moda, por seguir la corriente y no quedarse fuera, independientemente de cualquier otro criterio o de cualquier análisis.

¿Y por qué nos decepciona al principio? Pues porque se trata de algo muy sencillo y que tenemos y hemos tenido siempre al alcance de la mano; y encima, no cuesta dinero, y además, pensamos que ni siquiera sirve para darle envidia a los demás. Y es que cada vez nos complicamos más la vida. Cada vez buscamos más la satisfacción en cosas sofisticadas, en cosas caras, en cosas que están lejos, en cosas que están fuera de nuestro alcance, y, además, nuestra sensación de felicidad se estimula bastante si conseguimos provocar la envidia de los demás, para lo cual las redes sociales se han convertido en vehículo perfecto. Y como mencionaba que estas experiencias son fugaces siempre pensamos que necesitamos dar otra vuelta de tuerca a la sofisticación para conseguir esa felicidad duradera.

Pero bueno, entonces, ¿De qué se trata eso del hygge? Pues ni más ni menos que de disfrutar de las cosas sencillas que tenemos a nuestro alcance, a nuestro alrededor. ¿Nada más? Yo diría que nada menos. ¿Y eso es una receta mágica? Es una gran receta, eso es seguro, pero no debería ser mágica; lo que pasa es que estamos tan acostumbrados a buscar recetas mágicas, que han tenido que disfrazarla de mágica para ver si así la descubrimos y la probamos. ¿Y realmente eso proporciona bienestar? Eso depende de usted. La felicidad no está en las cosas, sino en la capacidad de uno mismo para sentirla.

Lo que pasa es que estamos varias vueltas pasados de rosca, y buscar la felicidad en la sofisticación nos genera una presión, un estrés y una ansiedad que nos limitan o nos eliminan esa capacidad para sentirla, con lo que conseguimos el efecto contrario al que buscamos. Lo que esta “moda” nos está diciendo es que desenrosquemos un poco nuestra vida, que quitémonos toda esa presión, y aprendamos a apreciar todas esas cosas que no nos imponen ninguna presión. Para los adictos a los libros de autoayuda, hay ya libros sobe el hygge. Y si es usted de los que necesita que se lo diga un alto especialista en la materia, uno de esos libros se titula así, “Hygge”, escrito por Meik Wiking, director del Instituto de Investigación de la Felicidad en Copenhague.
¿Y cuáles son esas cosas sencillas que se pueden disfrutar? ¿Lo ve? El simple hecho de hacerse esa pregunta significa que está demasiado pasado de rosca. El amor y el cariño de los familiares, incluso del perro, la luz del sol en la mañana, el aroma de las plantas, la caricia de la brisa, el canto de los pájaros… Hay infinidad de cosas sencillas de las que poder disfrutar si uno se predispone a ello. Pero eso ha existido siempre… Pues sí, es lo que le digo; y usted ni se había dado cuenta. Y entonces, ¿Qué hago mi gran casa, mi carro deportivo, mi preciosa amante rubia, mi ropa de marca y mis palos de golf? Ahí vea usted. Liberarse de deudas es otra de las cosas que proporcionan bienestar. ¿Y qué van a decir los demás? ¿Lo ve? Son los demás quienes deciden su vida por usted. Ya es tiempo que la decida usted mismo. Eso también proporciona bienestar.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.