Se llama Hygge, y parece haber nacido en Dinamarca. Supongo que la mayoría de ustedes aun no habrán oído hablar de ella, y han de estar más que interesados en conocerla, porque pareciera que se trata de una de esas recetas mágicas que siempre andamos buscando para ser felices. En realidad, ya hemos probado antes otras recetas mágicas que terminan decepcionándonos porque son fugaces, proporcionan una aparente felicidad momentánea, y después ya no; quizás incluso problemas. Sin embargo seguimos buscando una nueva receta mágica.
Pues bien, aparentemente el hygge sí es una buena receta, pero funciona al revés; primero nos decepciona, y después, con el tiempo, vamos descubriendo que funciona. Para que la gente se anime a probarla sin decepción, y para que su efecto sea más rápido, la han convertido en moda; una nueva moda, y como tal moda, merece tener un nombre. Ya se sabe cómo somos los humanos; cuando algo está de moda lo buscamos y lo probamos, simplemente porque está de moda, por seguir la corriente y no quedarse fuera, independientemente de cualquier otro criterio o de cualquier análisis.
¿Y por qué nos decepciona al principio? Pues porque se trata de algo muy sencillo y que tenemos y hemos tenido siempre al alcance de la mano; y encima, no cuesta dinero, y además, pensamos que ni siquiera sirve para darle envidia a los demás. Y es que cada vez nos complicamos más la vida. Cada vez buscamos más la satisfacción en cosas sofisticadas, en cosas caras, en cosas que están lejos, en cosas que están fuera de nuestro alcance, y, además, nuestra sensación de felicidad se estimula bastante si conseguimos provocar la envidia de los demás, para lo cual las redes sociales se han convertido en vehículo perfecto. Y como mencionaba que estas experiencias son fugaces siempre pensamos que necesitamos dar otra vuelta de tuerca a la sofisticación para conseguir esa felicidad duradera.
Pero bueno, entonces, ¿De qué se trata eso del hygge? Pues ni más ni menos que de disfrutar de las cosas sencillas que tenemos a nuestro alcance, a nuestro alrededor. ¿Nada más? Yo diría que nada menos. ¿Y eso es una receta mágica? Es una gran receta, eso es seguro, pero no debería ser mágica; lo que pasa es que estamos tan acostumbrados a buscar recetas mágicas, que han tenido que disfrazarla de mágica para ver si así la descubrimos y la probamos. ¿Y realmente eso proporciona bienestar? Eso depende de usted. La felicidad no está en las cosas, sino en la capacidad de uno mismo para sentirla.
Lo que pasa es que estamos varias vueltas pasados de rosca, y buscar la felicidad en la sofisticación nos genera una presión, un estrés y una ansiedad que nos limitan o nos eliminan esa capacidad para sentirla, con lo que conseguimos el efecto contrario al que buscamos. Lo que esta “moda” nos está diciendo es que desenrosquemos un poco nuestra vida, que quitémonos toda esa presión, y aprendamos a apreciar todas esas cosas que no nos imponen ninguna presión. Para los adictos a los libros de autoayuda, hay ya libros sobe el hygge. Y si es usted de los que necesita que se lo diga un alto especialista en la materia, uno de esos libros se titula así, “Hygge”, escrito por Meik Wiking, director del Instituto de Investigación de la Felicidad en Copenhague.
¿Y cuáles son esas cosas sencillas que se pueden disfrutar? ¿Lo ve? El simple hecho de hacerse esa pregunta significa que está demasiado pasado de rosca. El amor y el cariño de los familiares, incluso del perro, la luz del sol en la mañana, el aroma de las plantas, la caricia de la brisa, el canto de los pájaros… Hay infinidad de cosas sencillas de las que poder disfrutar si uno se predispone a ello. Pero eso ha existido siempre… Pues sí, es lo que le digo; y usted ni se había dado cuenta. Y entonces, ¿Qué hago mi gran casa, mi carro deportivo, mi preciosa amante rubia, mi ropa de marca y mis palos de golf? Ahí vea usted. Liberarse de deudas es otra de las cosas que proporcionan bienestar. ¿Y qué van a decir los demás? ¿Lo ve? Son los demás quienes deciden su vida por usted. Ya es tiempo que la decida usted mismo. Eso también proporciona bienestar.
Acerca
de la Dra. Mendoza Burgos
Consultas
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología
Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la
Universidad Complutense de Madrid, España.
Mi actividad profesional, desde 1,993, en El
Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio
de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los
diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también
internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud
mental, y de apartarla de su tradicional estigma.
Fui la
primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer
dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también con otras
instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de
Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido
también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a
su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de
reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El
Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008
resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional
con otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido establecer
métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a
pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad
para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera
permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de
terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de
absoluta privacidad.
Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la
prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y
dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de
experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el
desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy
fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió
en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se
independizó, e incluso después.
Estoy absolutamente convencida del rol
fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el
futuro.