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sábado, 5 de diciembre de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LOS NIÑOS Y EL DIVORCIO

 
 Ante la situación de divorcio de los padres, invariablemente los niños se sienten asustados y confundidos por la amenaza a su estabilidad y seguridad personal. Algunos padres se sienten tan heridos y abrumados por el divorcio que buscan la ayuda y el consuelo de sus hijos, sin entender que los adultos son ellos, los padres; los hijos están aún más heridos, abrumados e indefensos; no se les puede cargar con más responsabilidad. Los hijos difícilmente entienden lo que está pasando, ni mucho menos por qué y los padres deben explicárselo, cómo se verán afectados y cómo será su vida a partir de ahora.

            Es frecuente que los niños crean que ellos son la causa del conflicto entre sus padres. Muchos asumen la responsabilidad de reconciliar sus padres y muchas veces se sacrifican a sí mismos en el proceso. La pérdida traumática de uno o de ambos padres debido al divorcio puede hacerlos vulnerables a enfermedades físicas y mentales. Sin embargo, con mucho cuidado y atención, una familia puede hacer uso de su fortaleza o de sus factores positivos durante el divorcio, ayudando así a los niños a tratar de manera constructiva con la resolución del conflicto de sus padres.

            Los padres deben percatarse de las señales de estrés persistente en sus hijos. Estas señales pueden incluir la pérdida de motivación por la escuela, por los amigos o, aún peor, por entretenerse. Otras señales de aviso son el dormir muy poco o demasiado y el ser habitualmente rebeldes y argumentativos con los familiares.

            Es muy frecuente que los padres que se están divorciando utilicen a los hijos como arma, o bien como objeto de posesión o dominio, como si se tratara de la casa o el carro. Los niños han de saber que su mamá y su papá seguirán siendo sus padres aún cuando la pareja se termine y los padres no vivan juntos; pero sobre todo, los padres también han de tenerlo claro, así como que su responsabilidad en la atención emocional de los hijos es ahora mayor que nunca. Las disputas prolongadas a cerca de la custodia de los hijos, o el presionar a los niños para que se pongan de parte del papá o de la mamá le puede hacer mucho daño a los hijos y acrecentará el daño intrínseco del divorcio.
La continuación de la obligación de los padres por lograr el bienestar afectivo y emocional de sus hijos es vital. Si el niño tiene indicios de estrés, los padres deben consultar con un especialista, quien podrá evaluar y darle tratamiento al niño para aliviar las causas del estrés. Además el especialista puede reunirse con los padres para asesorarles y enseñarles cómo manejar la situación, y cómo pueden minimizar los problemas que causa el divorcio, con el fin de hacerlo menos dañino para todos los miembros.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
Consultas on line

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 


domingo, 8 de noviembre de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: FIRMEZA


     
El blog anterior dedicado a la disciplina, la ubicábamos como uno de los fundamentales criterios educativos a nivel familiar, y mencionábamos otros criterios que tienen relación con ella, y que suelen ser malinterpretados y aplicados inconvenientemente: la firmeza, la tolerancia y la flexibilidad. Todos ellos se refieren a la forma adecuada de manejar la disciplina a nivel familiar, por lo que es difícil analizar cada uno independientemente de los otros. En este espacio vamos a clarificar el concepto de firmeza, y su relación con la disciplina, y con la tolerancia y la flexibilidad.

Firmeza es la claridad de la actitud comprometida del educador, en este caso los padres de familia, con respecto al conjunto de normas generales establecidas por ellos mismos, que rigen la convivencia y adecuada relación familiar. Suele interpretarse por firmeza una actitud de defensa férrea de las normas y principios impuestos, invulnerable a cualquier actitud o iniciativa diferente a las mismas, y sancionadora de la indisciplina a ellas. No es del todo erróneo este concepto de firmeza, pero es en su forma cerrada y radical donde pierde gran parte de su verdad, donde se hace incompatible con la flexibilidad y la tolerancia, cosa que no debería ser, y donde no debe ser aplicada a la educación.

En educación, firmeza no es rigidez. El conjunto de normas debe ser como un árbol que se planta; y para que sirva como punto de referencia, es necesario que permanentemente esté ahí, firme, en el mismo sitio; y eso no significa que el árbol sea rígido e inamovible. Al contrario, el viento (la actitud de los hijos) puede mover sus ramas, pero el árbol sigue en su lugar. Sin embargo, quien plantó el árbol, ocasionalmente sí puede trasplantarlo a una mejor ubicación si lo considera conveniente, en función de las circunstancias, y en función de si la ubicación que tenía era o no realmente el mejor punto de referencia. Y en la nueva ubicación seguirá siendo firme.


Muchos padres establecen unas normas que con frecuencia ellos mismos no cumplen, descuidan también la atención a su cumplimiento por parte de los hijos, y, de vez en cuando se dan cuenta de que la relación familiar degenera y tratan de encauzarla con una actitud radical. No hubo referencia; no hubo firmeza porque el arbolito se plantó en una maceta que todos movieron a su conveniencia. Otras veces los padres, arbitrariamente, con su actitud, pareciera que tienen un criterio diferente cada día. Ahí tampoco hay firmeza; no se sabe ni dónde está el árbol. Otras veces los padres plantan el árbol en función de criterios inadecuados, o que ya perdieron vigencia, y lo defienden en su sitio contra viento y marea, recurriendo a sanciones drásticas, aún cuando sea evidente que de ese modo, la relación familiar no funciona. Esa es la firmeza mal entendida.
Los criterios educativos deben tener un por qué, y deben hacerse respetar, pero también deben ser revisados, y modificados si es justificable, y en tal caso, los nuevos criterios deben hacerse respetar igualmente. Mantener criterios que no están funcionando conduce al fracaso. Pero los cambios deben ser pocos, lo menos posibles y bien justificados, y, por tanto, bien pensados; de lo contrario pierden su sentido, se transmite el mensaje de que no se sabe qué pretenden dichos cambios ni por qué se hacen; se transmite el mensaje de falta de referencias claras; en definitiva, se transmite el mensaje de falta de firmeza en los criterios. La habilidad para revisar y modificar criterios y normas sin perder la firmeza se explicará en el siguiente blog, dedicado a la flexibilidad, y es clave para el éxito educativo.


Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.  

sábado, 24 de octubre de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: COMUNICACION FAMILIAR

    
  Comunicación es cualquier acto en el que entre dos o más personas se intercambia información, ideas, sentimientos, afectos, valores, etc., tanto a través de la palabra, como de señas, gestos, acciones, de la presencia o ausencia, o del simple tono de la voz. La familia es el ambiente donde la comunicación adquiere su máxima dimensión, porque comprende el intercambio de toda la gama imaginable de elementos que se puedan transmitir. A la vez, la familia es el grupo humano que más comunicación necesita, en todas sus formas, para funcionar adecuadamente. La comunicación es el factor que proporciona cohesión entre los miembros de la familia, y les hace sentirse grupo y funcionar como tal.

       Una comunicación familiar adecuada debe incluir información e intercambio de ideas respecto al proyecto familiar o a sus actividades como grupo; transmisión de valores y de criterios educativos de padres a hijos; un modelo educativo y posibilidad de discusión sobre el mismo; formación humana a los hijos; compartir información y apoyar las actividades y proyectos de cada miembro; compartir experiencias cotidianas, trascendentes o intrascendentes; compartir actividades; presencia física y psicológica de los padres; transmisión de seguridad, protección (no sobreprotección) y amparo mutuo; y, sobre todo, afecto; todo ello en el marco del respeto mutuo y la armonía entre el respeto a la individualidad de cada uno, y los intereses de la familia como grupo.

       La falta de una comunicación adecuada es un importante criterio de disfuncionalidad familiar, pero entendiendo, por otra parte, que dentro de eso hay dos niveles claramente diferentes: la comunicación inadecuada, y la falta de comunicación. Falta de comunicación significa la transmisión de un bajo porcentaje de esa gama de elementos que es posible y se deben transmitir en familia, de modo que no llega a establecerse un vínculo sólido y una cohesión entre sus miembros, a parte del mero vínculo biológico. No existe una vida de familia, sino vidas independientes y solas, habitando bajo el mismo techo.

       Sin embargo, la comunicación es inadecuada cuando sí se transmite una cantidad importante de esos elementos, pero no se hace de la forma adecuada, lo cual, aunque conlleva otro tipo de consecuencias negativas, al menos sí permite sentir cierta cohesión y estructura afectiva entre los miembros. Existe comunicación inadecuada cuando se utiliza la imposición en vez del diálogo; cuando se utiliza el castigo como represalia, y no como consecuencia lógica de lo infringido; cuando hay prohibiciones y obligaciones en vez de responsabilidades razonables; cuando se dicen las cosas con un doble sentido agresivo; cuando no hay el debido respeto, e, incluso, cuando hay maltrato físico o psíquico con una intención positiva. Se transmite amor, educación, autoridad, protección, etc., pero se pueden producir daños colaterales profundos. En la comunicación inadecuada se puede tener un sentimiento ambivalente de amor y odio por los otros miembros; en la falta de comunicación el sentimiento predominante es la indiferencia por ellos.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 17 de octubre de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EDUCACION DE LOS HIJOS


       Numerosas veces he hablado de diferentes criterios educativos con los hijos, pero mucha gente pregunta por la forma correcta de educarlos, en general, es decir, como solicitando un kit completo con manual incluido. Pero eso es algo que no puede hacerse en pocas líneas, sino que requeriría el espacio de una enciclopedia completa contemplando las casi infinitas posibles circunstancias. Sin embargo sí es posible ofrecer en pocas líneas algunos tips e ideas generales básicas.

       El primero cada hijo es un mundo a parte, y eso significa que el modelo educativo no tiene por qué ser idéntico para todos, sino que partiendo de un modelo general, debe particularizarse para cada uno; significa también que hay que conocerlos bien a todos y cada uno de ellos, lo cual requiere tiempo y presencia, y que el ser justo y equitativo con ellos no significa darles a todos lo mismo, sino a cada quien lo que necesita, ni más ni menos, que no necesariamente es lo mismo.

       Un segundo punto importante es conocer y estar atentos a la evolución de la sociedad y a los riesgos y problemas generales de niños, adolescentes y jóvenes, porque en base a ellos tendremos que educarles. Para evitar los riesgos ya se explicó que la educación no debe ser violenta, ni restrictiva, ni tampoco irresponsablemente permisiva. La mejor forma es adelantarse un poquito a cada etapa evolutiva, y afrontar con un lenguaje asequible a su edad, pero con absoluta naturalidad e interactuando, los posibles riesgos u oportunidades típicos de la siguiente etapa.

       Por ejemplo, si a los cuatro o cinco años pueden empezar a tener miedo a los relámpagos y los truenos, puede aprovechar cuando haya una tormenta y chinearlos junto a la ventana para que  los vean de frente con usted, a la vez que les explica tranquilamente que son naturales y por qué suceden. En otro ejemplo, más adelante, especialmente a las niñas, antes de que empiece el riesgo de anorexia en la pubertad se les puede empezar a hablar del tema, debatiendo sobre el problema que tienen las anoréxicas, y cómo y por qué han llegado a esa situación, analizando las condiciones socioculturales que provocan ese problema. Un poco después se pueden introducir temas referentes a sexualidad, tabaco, alcohol y drogas; después temas referentes a su proyecto de vida en el futuro, conducta al manejar un vehículo, etc.

       No se trata de enseñarles las cosas de una forma magistral, sino de forma natural e interactiva, aprovechando cualquier circunstancia cotidiana, noticia o tema de actualidad que los padres detecten que ellos ya podían tener un poquito de interés; no tratando de decirles cómo son las cosas, sino provocando que ellos expresen libremente su punto de vista.

       Probablemente se sorprendan de cómo espontáneamente pueden expresar ideas muy atinadas, y si no es así, puede introducir nuevos criterios para que ellos los consideren en su reflexión, pero siempre de forma objetiva e imparcial, sin tabúes ni dogmas y sin esconder nada; incluso criterios con “trampa”, poniéndose en un punto de vista opuesto al que pretende llegar. La cuestión es que a cada asunto ellos mismos le “saquen punta” y lleguen a sus propias conclusiones.

       Comprobará que normalmente llegarán a las conclusiones que uno pretende; a veces incluso mejoradas, haciendo ellos alguna nueva aportación. Y cuando no, habrán formado su propio criterio, quizá diferente al de los padres, pero igualmente sano; simplemente diferente. Lo importante es que son valoraciones a las que ellos han llegado POR SI MISMOS (es fundamental que sientan eso), no porque nadie les haya impuesto nada, ni los padres, ni siquiera los compañeros o amigos. Después ya pueden tener un margen de libertad suficientemente amplio porque sabrán usarla con responsabilidad.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.


Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 29 de agosto de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LOS CAPRICHOS DE LOS HIJOS

  
      La actitud caprichosa de los niños es normal a cierta edad; lo que no debería ser normal es que esta etapa de su vida se prolongue más de la cuenta, (antes de los cinco años ya debería estar superando eso), y ello depende de nuestra actitud como padres ante sus caprichos, los cuales pueden interpretarse de varias formas: la primera es como necesidad de atención afectiva; el niño traduce a lo material una necesidad afectiva. Puede ser cualquier cosa material, sin importar qué, pues en realidad, su necesidad no es esa, sino otra que difícilmente puede expresar con palabras.

       Otra interpretación es la búsqueda de ubicación, de referencias; saber claramente qué puede y qué no puede, aprender a qué tiene derecho y a qué no, en definitiva, tener unos límites. Los caprichos son ensayos en los que el niño expresa indirectamente la necesidad de conocer sus límites, sentir la seguridad que da estar vinculado a unas referencias claras y firmes.

       Una tercera interpretación es la búsqueda de la autoridad de los padres. Los caprichos son retos psicológicos mediante los cuales, aparentemente, buscan parcelas de poder lo más amplias posible dentro de la familia, pero en el fondo, es al contrario, pues cuanto más poder tienen, más inseguros se sienten, por no saber manejarlo. Inconscientemente, lo que realmente pretenden con el capricho es tantear la autoridad de los padres, y poner a prueba su capacidad para educarles.

       Fíjense que en ninguno de estos casos pretenden realmente el objeto del capricho, sino afecto, límites, autoridad, educación. En respuesta, la actitud de la mayoría de padres que optan por conceder el capricho al hijo, responde a alguno de los patrones siguientes: A) Padres consentidores; Consideran que dando a sus hijos todo lo que piden les están demostrando todo su amor por ellos. B) Padres débiles; Se sienten incapaces de decirle que no al hijo por temor al berrinche que los niños usan como chantaje; y ceden ante cualquier pretensión de ellos. C) Padres "comodones"; Acceden al capricho, siempre que no implique riesgo alguno, para no complicarse la vida y para que "dejen de molestar".  D) Padres compensadores; De alguna manera reconocen que no dedican al hijo la atención debida, y accediendo al capricho tratan de compensarles. E) Padres condicionadores; Acceden al capricho con la condición de comprometerles en algún otro aspecto. Todas estas actitudes típicas son equivocadas. 
       Otros padres optan por negar el capricho, normalmente respondiendo a alguno de estos patrones: A) Padres autoritarios; Deniegan el capricho con autoritarismo, con un simple "no" y punto. B) Padres "comodones"; Cuando el capricho implica algún riesgo, lo deniegan por no complicarse la vida y no asumir responsabilidad alguna por dicho riesgo. C) Padres equívocos; Engañan al hijo accediendo de palabra, pero no de hecho, postergando el cumplimiento con excusas. D) Padres educadores; Saben interpretar adecuadamente el capricho y habitualmente responden que no, explicando en pocas y simples palabras por qué no, con la suficiente suavidad y serenidad para no herirlo, y a la vez, con la suficiente seguridad y firmeza para que quede claro y el hijo no insista. Además, suelen tener la "habilidad" para intuir cuándo, excepcionalmente, un capricho sí puede ser complacido. Esta última es la única actitud correcta. Integrar a los hijos armoniosamente a su verdadero papel en la familia, y, en definitiva, en la sociedad, debe ser precisamente el objetivo fundamental de la educación que los padres les ofrecemos.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

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Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.