Mostrando entradas con la etiqueta Padres. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Padres. Mostrar todas las entradas

sábado, 11 de abril de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EL GURU





       En algunas especialidades de la salud, incluida la salud mental, sucede a veces que un profesional extranjero con los oportunos contactos en el País viene por un periodo de tiempo acá a pasar consulta a personas que le esperan como quien espera al gurú. Estos profesionales, cobrando honorarios desorbitados, y amparados en nuestro característico malinchismo, y en la pasividad del Consejo Superior de Salud Pública, pueden hacer una excelente recaudación en un par de semanas, al grado que, además de compensarles el pasaje y la estancia, les deja un suculento beneficio.

No voy a discutir su calidad profesional; me imagino que ha de ser acorde a la demanda que tienen en su país de origen, y que les permite el suficiente tiempo libre para ir a buscar el negocio a otra parte. Lo que me llama la atención es la actitud de aquellos que discuten los honorarios habituales de las consultas médicas, y acuden, pagando cantidades hasta diez veces superiores, al otro profesional foráneo, de cuyo currículum lo único que importa es que viene de fuera.

       En lo concerniente a la salud mental, particularmente la infanto-juvenil, he detectado que algunos de los consultantes de estos profesionales son personas cuyos hijos manifiestan problemáticas que se han venido incubando desde hace tiempo, como consecuencia de una escasa e inadecuada atención y seguimiento de su evolución por parte de los padres. Consultando a estos profesionales, los padres lavan su conciencia al gastar “una fortuna” en que a sus hijos los trate un profesional extranjero, aunque a penas los vea dos o tres veces. Lógicamente, después de las dos o tres consultas, el problema persiste, tanto en los hijos, como en los padres, que siguen convencidos de que “más ya no pueden hacer”. 
No nos engañemos; en salud mental no existen varitas mágicas, ni aquí, ni en el extranjero. Deben ser los propios padres los mejores especialistas en preservar la salud mental de sus hijos, y ello requiere responsabilidad, compromiso, vocación y dedicación. Cuando la salud mental se desvía, y se busca la ayuda de un profesional, hay que estar conscientes de que reconducir una conducta requiere de cierto tiempo y seguimiento, y no exime de responsabilidad y compromiso a los padres, que deben prestar su colaboración necesariamente; de otro modo, no hay mucho que se pueda hacer.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.




sábado, 28 de marzo de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LOS NIÑOS Y LA MENTIRA



A veces la preocupación de los padres cuando su hijo miente es injustificada, y se debe a no saber interpretar algunas manifestaciones de niños. Sin embargo, otras veces las mentiras tienen un significado mucho más serio y profundo que el que los padres le dan. Vale la pena orientar un poco a los padres sobre este tema. La mentira, en principio, no debe preocupar a los padres en los siguientes casos:

A los niños pequeños (de unos 4 ó 5 años) les gusta hacer cuentos e inventar historias. Esta es una actividad normal porque ellos se divierten oyendo e inventando cuentos. Frecuentemente confunden un poco la realidad con la fantasía, y esto nada tiene que ver con mentiras.

Los adolescentes suelen descubrir que las mentiras pueden considerarse aceptables en algunas situaciones, como por ejemplo, no decirle al novio/novia la razón real del rompimiento para no herir sus sentimientos. En realidad los adultos suelen utilizar la misma estrategia para evitar decir algo que no agrade o otras personas. Aunque ello puede ocasionar inconvenientes, se trata de un problema cultural más que de salud mental.

No es preocupante tampoco que los adolescentes mientan para proteger su privacidad, tan importante para ellos. La mentira es una defensa propia ante algo que ellos consideran una intrusión.
       
Hay algunos casos en los que la mentira, en principio, no es un síntoma preocupante, pero que pudiera llegar a serlo si no se maneja convenientemente, por ejemplo:

Un niño mayor o un adolescente puede decir mentiras interesadas (para no tener que hacer algo, o negando responsabilidad por sus acciones para evitar un castigo). Es una tendencia natural que indica un nivel de responsabilidad bajo, y, por tanto inmadurez. Los padres deben de reaccionar a este tipo de mentira ocasional hablando con el niño y explicándole cuán importantes son la verdad, la honradez, la confianza, y el sentido de la responsabilidad, e incluso haciéndole sentir “levemente” la pérdida de confianza, pero a la vez estimulándolo, expresando el deseo de recuperarla. Debe esperarse que poco a poco el problema vaya desapareciendo. Si al pasar los años no desapareciera, entonces sí es preocupante.

       En cualquier caso, vemos que se trata de mentiras ocasionales, coyunturales y justificadas, aun cuando esa justificación sea subjetiva. Sí deben preocuparnos, por contra, tipos de mentira habituales, que se repiten muy seguido, o mentiras absurdas e injustificadas, por ejemplo: 


Algunos niños ya grandecitos, y adolescentes incluso, sabiendo la diferencia entre la verdad y la mentira, cuentan con gran entusiasmo historias que parecen verdaderas, ya que reciben mucha atención mientras cuentan la mentira.

Otros niños y adolescentes, que por lo general actúan de manera responsable, caen en el patrón de mentir repetitivamente, creyendo que es la mejor manera de satisfacer las demandas de sus padres, maestros y amigos.  Estos niños usualmente no están tratando de hacer mal, pero el mentir repetidamente se convierte en un mal hábito. 
Otros simplemente reproducen el modelo que ven en el hogar.

Hay otros niños y adolescentes a quienes no les importa mentir para aprovecharse de los demás, o con intención de causarles algún perjuicio. Algunos adolescentes mienten frecuentemente para ocultar otros problemas serios, como alcohol y drogas, o mal desempeño escolar.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

sábado, 14 de marzo de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LOS NIÑOS E INTERNET


Frente a las indudables y deslumbrantes ventajas que ofrece la internet, existen riesgos relacionados con su uso inadecuado; algunos, evidentes; probablemente otros tácitos, y que no por no estar aún demostrados científicamente debemos ignorarlos, aunque sea a nivel de hipótesis. El tema requiere especial atención con respecto a los niños. Aquellos que tienen acceso a internet tienen la llave de un universo de posibilidades de información, recreación, etc.; la misma llave que los adultos, solo que ellos aún no tienen suficiente capacidad para asimilar adecuadamente todo lo que pueden encontrar, ni el criterio para decidir cómo deben utilizarlo. Ese criterio y esa capacidad se adquieren con la maduración, y ésta es el resultado del crecimiento, de la educación, y de las condiciones favorables del entorno. 

Tal vez el posible acceso a la pornografía sea lo que más preocupe a los padres; sin embargo, y a pesar de que se les sugiera que no entren a esas zonas, sería ingenuo pretender que nunca lo vayan a hacer. Siendo realistas, es probable que, a partir de la pubertad, en alguna o bastantes ocasiones lo hagan. Pero en función del tipo de educación de la sexualidad que hayan recibido desde la infancia lo podrán hacer simple y ocasionalmente como satisfacción de una curiosidad natural por descubrir el sexo opuesto; o podrán hacerlo en forma asidua, morbosa y obsesiva. Por ello, más que en obcecarnos en tratar de evitar lo inevitable, nuestra preocupación como padres debe enfocarse más en lo que está en nuestra mano, es decir, procurar un ambiente y una educación integral, acordes a los riesgos del modelo de sociedad que nosotros mismos, los adultos, estamos creando. 

Pero éste no es el único riesgo de internet. Uno menos perceptible, pero tal vez más peligroso, es su uso en forma evasiva. El chateo, los miles de jueguecitos que contiene, u otras múltiples posibilidades que ofrece, puede invitar a nuestros hijos a pasar las suficientes horas como para no pensar en otra cosa, evadiéndose de la realidad y de sus responsabilidades cotidianas. Este es un tema al que los padres debemos poner atención. Internet puede ser una herramienta útil, pero si no se usa con prudencia, puede crear adicción, obsesión por realidades virtuales y aislamiento de las “realidades reales”. De este modo, internet puede convertirse en un elemento distractor más, de los muchos que ya existen, y que tienden a ahogar el valor del esfuerzo y el espíritu de superación.

Por último, hay un riesgo asociado a la utilidad de internet para las tareas de nuestros hijos en los casos en que tienen acceso a ello. Es frecuente que busquen una determinada información, y simplemente la copien, la peguen y la impriman, sin una comprensión, sin un análisis, sin tan siquiera su lectura; y con ello “ya está hecha la tarea”, así de sencillo. Esto es algo que ya ha sido detectado en colegios, y se han desarrollado ya programas para detectar estos fraudes. Sin embargo, en nuestro medio no muchas veces se dispone de los recursos para ello. En todo caso, es tarea nuestra, como padres, el hacerles conscientes de que lo valioso de cada tarea no es el simple hecho de cumplir con su entrega, sino el aprendizaje que se consigue mediante el ejercicio de la materia vista en clase o el trabajo de investigación que se hace. El valor no es aprobar, sino saber. Aprobar es, o debería ser, la consecuencia lógica de saber.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.


Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

sábado, 28 de febrero de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: DESPUES DEL DIVORCIO




       El marco ideal para los niños y adolescentes es la familia estructurada y estable, y por ello, el dimensionamiento de las responsabilidades que implica formar una familia es un tema que tiene que plantearse la pareja con madurez antes de casarse, o antes de tener hijos. Cuando el matrimonio se rompe, la estructura familiar inevitablemente se rompe en alguna medida, y las condiciones para el sano desarrollo de los hijos ya no son las más favorables.

Pero ello no significa que las nuevas condiciones tengan que ser desfavorables, pues no es necesariamente el hecho de compartir el mismo techo lo que crea esas condiciones óptimas, sino la estabilidad del ambiente y el consenso mutuo en todo lo que se refiera a su bienestar: atención afectiva de ambos, un hogar propio y permanente (aunque sea incompleto), y un modelo educativo definido y sin dualidad. Si esto existe dentro de la estructura familiar formal, es lo ideal, pero si no es así, es preferible que exista todo esto en una familia incompleta, a que no exista en una familia completa, pues en el primer caso el fracaso es sólo de pareja; en el segundo es de la familia.

       Lamentablemente, y aunque es perfectamente factible, en nuestra cultura no es tan fácil entender que una ruptura de pareja sea compatible con cualquier tipo de consenso. Al contrario, una ruptura matrimonial, que debería ser el principio de la paz, suele convertirse en una declaración formal de la guerra que ya se había iniciado antes.

       Tras el divorcio frecuentemente sucede  que, junto con la casa, vehículos u otras propiedades, los hijos también se convierten en objeto de disputa por su tutela así como en  receptores de todo tipo de comentarios y manipulaciones con que cada ex-cónyuge trata de ganarse su afecto en exclusiva, desacreditando y boicoteando cualquier iniciativa de la otra parte.

       De este modo, los hijos no solamente pierden el marco adecuado para su desarrollo, sino que los apoyos y vínculos que aún conservaban con ambos padres van siendo socavados y crece la desconfianza y la inseguridad; y lo que es peor, empiezan a tener la sensación de no ser más que un objeto que los padres utilizan para intereses que ellos no pueden entender, pero en todo caso contrarios a su bienestar. Nadie es capaz de ofrecerles una buena explicación de por qué dos personas que se amaron para tenerlos, ahora planteen una guerra... también para tenerlos. Esta es una contradicción que a los padres pasa desapercibida pero que ellos fácilmente detectan.

Representación pictórica del Juicio de Salomón
       Cuando se llega a este punto crítico, hay padres que toman conciencia de la situación y reconsideran sus actitudes, estableciendo “pactos de no agresión”, buscando la estabilidad de los menores. En caso contrario, su rendimiento general decaerá mucho, mostrarán síntomas depresivos, buscarán refugio en cualquier cosa, y, si son adolescentes, podrán ser presa fácil de drogas y todo tipo de circunstancias no deseables.  Algunos aprovechan la triste situación para sacar una ganancia secundaria, como ventajas económicas o materiales con que cada padre trata de comprar su afecto.

Es preferible para los hijos un mínimo de estabilidad en un hogar, aun cuando la otra parte tenga que renunciar a ellos, que ser objeto de este tipo de disputas. Tómese el ejemplo de la actitud de la verdadera madre en el relato bíblico del Juicio de Salomón.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.