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sábado, 1 de marzo de 2014

Materializará Rusia su deseo de intervenir militarmente Ucrania?

Tomado de BBC Mundo 

¿Va Rusia a invadir Ucrania?

¿Intervendrá militarmente Rusia en Crimea para salvaguardar sus intereses estratégicos? O, para poner la pregunta de otra forma ¿Ya intervino Rusia?

Por Jonathan Marcus

Nadie sabe todavía la identidad de los hombres armados que tomaron control del aeropuerto de Simferopol.

Pero su equipo, los vehículos y su conducta indican que es una unidad militar entrenada, no un grupo de simples sujetos armados leales a Rusia.

"Estos hombres lucen como una tropa bien formada y organizada. Lucen disciplinados, confiados y vestidos de uniforme y además equipados", indica el brigadier Ben Barry, experto en temas bélicos del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos en Londres.

"Una milicia irregular podría obtener equipos militares, pero lucen más como efectivos vestidos en una tienda de ropa de segunda mano".


Todo lo que sabemos es que luce como una unidad militar que ha tomado el control del aeropuerto de Simferopol, una capital regional de Crimea.

Esto ocurre en un contexto de una crisis que se ha profundizado, donde los rusos están trabajando bajo un guión predecible de amenazas que van dirigidas a las autoridades interinas en Ucrania.

En estos momentos están en alerta aviones de combate en zonas de la frontera de Ucrania. También se están desarrollando ejercicios militares para demostrar la capacidad de acción de las fuerzas rusas.


La advertencia de Obama


En una breve declaración ante los medios, el presidente de Estados Unidos dijo que su país está "profundamente preocupado" por informes de movimientos militares rusos en Ucrania y advirtió que "habrá costos" por cualquier intervención armada en Ucrania.

Obama reafirmó su compromiso con la comunidad internacional y dijo que cualquier violación de la soberanía ucraniana sería desestabilizadora.

Una intervención militar "representa una profunda interferencia en asuntos que deben ser determinados por el pueblo ucraniano", dijo.

También ha habido amenazas de sanciones económicas, por ejemplo, el incremento de impuestos aduaneros en la frontera entre los dos países, acompañadas de una amplia retórica de advertencias a minorías rusas, iglesias ortodoxas y pare de contar.

Hasta ahora todo indica que estamos en presencia de acciones preliminares de un asalto ruso al estilo del ocurrido en Georgia en 2008.

En ese entonces, claro, el ejército georgiano dio a los rusos el favor de actuar antes y entrar en el enclave de Osetia del Sur, lo que generó una furiosa respuesta de Rusia.

Sin embargo, las comparaciones pueden llevar a malas interpretaciones de la realidad.

Georgia era un pequeño país que había irritado profundamente a Moscú y que además podía hacer muy poco a la hora de responder militarmente a la superioridad militar rusa.

Rusia ha amenazado a Ucrania con aumentar aranceles a productos que cruzan su frontera.

Algunos expertos creen que es muy poco probable una intervención rusa a gran escala.

Dado el tamaño de Ucrania y las divisiones dentro de su población, esto podría involucrar a Rusia en lo que podría convertirse rápidamente en una guerra civil.

La presión rusa en este momento tiene un objetivo diferente.

Ucrania va en estos momentos en camino a la bancarrota. Necesita financiamiento externo. Moscú sabe que las instituciones financieras de Occidente jugarán algún tipo de papel.

Su preocupación es dejar claro en los términos más evidentes posibles que cualquier gobierno futuro en Ucrania deberá mirar más hacia Moscú que hacia la Unión Europea.


El punto de Rusia aquí es que Kiev debe resistirse a cualquier tentación de caminar hacia la esfera de la Organización del Tratado del Atántico Norte (OTAN).

Sin embargo, Crimea es otra cosa. En primer lugar Rusia no necesita invadirla, ya está allí, rentando instalaciones a las autoridades ucranianas.

El grueso de la flota rusa del Mar Negro está en Crimea y su base principal está en Sebastopol.

El personal naval ruso va y viene a Sebastopol como si fuera una ciudad de Rusia. La marina, prácticamente domina toda la ciudad.

Pese a que el personal de la flota del Mar Negro es mayormente de personal de marina, también tiene un contingente de infantes de marina y ha habido una serie de informes que sugieren que las fuerzas rusas dentro y fuera de Sebastopol ha crecido en días recientes.

Crimea tiene además una importante población simpatizante de Rusia que probablemente es mayoría.

Mucho personal de marina retirado vive allí y está muy distanciado física y políticamente de Kiev.

La presión rusa en Crimea tiene un propósito mayor para Moscú de recordar a las nuevas autoridades en Ucrania que las preocupaciones de Moscú deben ser tomadas en cuenta en cualquier futuro acuerdo político y económico. 

Rusia planea abrir bases militares en Venezuela, Cuba, Centroamérica y otras regiones

Tomado de La Voz de Rusia 
El Ministro de Defensa de Rusia Serguei Shoigú da a conocer los planes de abrir bases militares en varias regiones del mundo

Rusia ampliará su presencia militar en algunas regiones del mundo
  
Por Grigori Milenin

El Ministerio ruso de Defensa tiene planeado ampliar la presencia militar rusa en algunas regiones del mundo, declaró el jefe de la cartera Serguéi Shoigú.

Tienen lugar negociaciones sobre la instalación de bases militares en países del sureste de Asia y América Central. Sobre los objetivos y perspectivas de tal ampliación, que además prevé la lucha internacional contra la piratería, La Voz de Rusia dialogó con expertos:

Actualmente se celebran negociaciones con una serie de países, en particular con Vietnam, Cuba, Venezuela, Nicaragua, las islas Seychelles y Singapur, dijo días atrás Serguéi Shoigú. Claro que cabe precisar que no se trata de la creación en esos países de bases militares en el sentido propio de la palabra. El Ministerio de Defensa de Rusia está más interesado en la existencia de puntos de aprovisionamiento de nuestra Flota Naval y nuestra Aviación de Acción Lejana en regiones distantes, declaró a La Voz de Rusia el director de la redacción de noticias militares de la Agencia rusa ITAR-TASS, Víktor Litovkin:

–Buques y submarinos rusos surcan hoy las aguas de los océanos Atlántico, Índico y Pacífico. En el mar Mediterráneo realizan operaciones de salvaguardia de la retirada del arma química de Siria. En el golfo de Adén combaten a los piratas.
Los aviones de acción lejana vuelan prácticamente por todo el mundo. Y en alguna parte tienen que repostar. Los buques también tienen que completar sus reservas de agua, combustible, y los tripulantes deben descansar. No somos los únicos que queremos tener bases en el exterior. EEUU tiene cerca de ochenta bases, donde mantienen no solo a especialistas en tareas de retaguardia, sino también a contingentes enteros de fuerzas armadas. Nosotros no pensamos desplegar grandes contingentes lejos de las fronteras de Rusia.

Rusia no tiene hoy ninguna cuestión de conveniencia política ni fundamentos económicos para mantener grandes contingentes militares mucho más allá de las fronteras del país. Por otra parte, la instalación en diferentes puntos del océano mundial de bases de aprovisionamiento técnico-material puede elevar la eficacia de la cooperación internacional de nuestro país en la lucha contra la piratería, supone el experto militar de la Agencia rusa RIA Nóvosti, Konstantín Bogdánov:

–Los tratados con un grupo de países sobre el uso de la infraestructura portuaria para la entrada, aprovisionamiento y repostado de nuestros buques realmente pueden simplificar la maniobra de las fuerzas entre las bases en territorio de Rusia y las emplazadas en las regiones de lucha contra la piratería, en particular el Cuerno de África. Si Singapur y las islas Seychelles nos conceden tal posibilidad, se simplificará la planificación de las operaciones de traslado de las fuerzas de la Flota del Pacífico.

Según los expertos, el regreso de los militares rusos a la base vietnamita de Kamran es hoy aquello que cuenta con mejores perspectivas. En noviembre del año pasado, los presidentes de Rusia y Vietnam ya firmaron un acuerdo para la creación allí de un punto conjunto de asistencia y reparación de submarinos. Además, en Kamran hay un aeropuerto internacional que, en caso de necesidad, puede recibir aviones de la Fuerza Aérea Rusa, entre ellos de la Aviación de Acción Lejana. 

martes, 24 de septiembre de 2013

Obama insiste en la ONU en dejar abierta la puerta a sanción militar para Siria

Tomado de UNIVISION 

El presidente de Estados Unidos pronunció discurso ante el pleno de la ONU

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo el martes ante el pleno de las Naciones Unidas en Nueva York que ""no creo que una acción militar lleve a la paz duradera en Siria" y pidió al Consejo de Seguridad del organismo internacional que apruebe una resolución "fuerte" contra el uso de armas químicas en el país árabe.

"En Siria creemos que el punto de partida debe ser que la comunidad internacional asegure la prohibición de las armas químicas", indicó Obama durante su discurso en el 68 periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU.

Estados Unidos responsabiliza al gobierno sirio de Bashar al-Assad de haber utilizado armas químicas el 21 de agosto durante un ataque en Damasco que dejó un saldo de 1.429 muertos, de ellos 426 niños.

Un informe de la ONU aseguró que en el ataque se utilizó gas sarín, pero no concluyó que fue el gobierno de Assad el que llevó a cabo el ataque, aunque dijo que el régimen sí tiene ese tipo de armamento prohibido por convenciones internacionales.

Según Obama, tiene que haber "una fuerte resolución" del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para asegurar que las armas químicas no serán usadas en Siria ni en ningún otro país, y "verificar" que el presidente Assad cumple con sus compromisos.

"Si lo logramos, enviaremos un fuerte mensaje sobre que el uso de armas químicas no tiene lugar en el siglo XXI", subrayó.

Ofensiva militar en suspenso

En julio Estados Unidos ultimaba detalles para lanzar una ofensiva militar limitada en Siria en respuesta al ataque químico del 21 de agosto. A último momento y cuando Obama esperaba un voto del Congreso, una propuesta rusa activó la diplomacia y detuvo el ataque, obligando a Assad a reconocer la existencia de armas químicas e iniciar un proceso para colocarlas bajo control internacional.

Tras el acuerdo en Ginebra entre Washington y Moscú para destruir el arsenal químico sirio, Estados Unidos busca ahora una resolución que invoque el Capítulo 7 de la Carta de la ONU, que abriría la puerta a sanciones o incluso al uso de la fuerza en caso de que el régimen sirio no cumpla con los términos del pacto.

Obama volvió este martes a insistir en que Estados Unidos considera probado que el régimen sirio usó armas químicas contra civiles en el ataque a las afueras de Damasco el 21 de agosto y enfatizó que sería "un insulto a la razón humana" pensar lo contrario.

Obama también reiteró su apuesta por la vía diplomática y dio la bienvenida "a la influencia de todas las naciones", en alusión a la colaboración con Rusia, "para lograr una solución pacífica a la guerra civil siria", escribió la agencia Efe.

El mandatario estadounidense dijo además que Estados Unidos destinará $340 millones más para ayudar a los refugiados sirios.

La guerra civil en Siria, que lleva tres años, ha dejado más de 100,000 muertos, más de 2 millones de refugiados y entre 4 y 5 millones de desplazados internos.
 

domingo, 22 de septiembre de 2013

Agrio intercambio de cartas públicas entre Putin y funcionarios EEUU

Tomado de RFI
McCain responde en la prensa rusa a la carta de Putin en el Times

Después de que el presidente ruso aleccionara a la Casa Blanca sobre política internacional en el New York Times, el senador republicano toma la pluma en Pravda.ru para acusar al mandatario ruso de manipular elecciones, encarcelar y asesinar opositores, impulsar la corrupción y "destruir" la reputación del país en la escena mundial.

John McCain, senador republicano y uno de los mejores aliados del presidente Barack Obama a la hora de defender una intervención militar en Siria, ya había expresado su desagrado cuando leyó, una semana atrás, la columna de Vladimir Putin en The New York Times en la que éste acusaba a Washington de hacer de “la fuerza bruta” su instrumento en las relaciones internacionales.

En la carta publicada este jueves por McCain en Pravda.ru, un sitio que no guarda relación con el Pravda de la era soviética, McCain no se anda con vueltas. En el artículo, titulado “Los rusos merecen algo mejor que Putin”, el candidato presidencial republicano en 2008 empieza por asegurar que no es "anti-ruso": "Soy pro-ruso, más pro-ruso que el régimen que actualmente los desgobierna".

"Castigan la disidencia y encarcelan oponentes. Manipulan vuestras elecciones. Controlan vuestros medios. Hostigan, amenazan y prohíben organizaciones que defienden vuestro derecho al autogobierno", asevera McCain.

Por ahora, el Kremlin prefiere no darle más relevancia a la misiva de McCain. El portavoz de Vladimir Putin, Dmitri Peskov, dijo que el presidente ruso leería el texto, pero aclaró que es poco probable que responda.

"McCain no es conocido por ser un fan de Putin. Hay pocas posibilidades de que iniciemos una polémica. Es el punto de vista de alguien que vive al otro lado del océano", sostuvo, interrogado por la emisora de radio RSN.

Carta que inició la polémica mediática, publicada por Putin en The New York Times

Putin alecciona a los estadounidenses sobre legalidad internacional en el 'New York Times'

Imagen de archivo Vladimir Putin y Barack Obama, en México, en 2012

El presidente ruso publica este jueves una columna en el principal diario norteamericano para advertir sobre los riesgos de un ataque contra el régimen sirio. Putin critica las intervenciones militares de EE.UU. y defiende el marco legal de la ONU para impedir una escalada de violencia y propagación del terrorismo. El mandatario ruso adjudica a los rebeldes el uso de armas químicas.

El presidente ruso Vladimir Putin ha tomado la pluma para “hablarle directamente al pueblo estadounidense y a sus líderes políticos” sobre la situación en Siria en una columna que publica este jueves el influyente diario norteamericano The New York Times.

Reforzado por el aislamiento de la Casa Blanca y París para llevar a cabo un ataque punitivo contra el régimen sirio por el presunto uso de armas tóxicas y la acogida favorable de una propuesta rusa para desmotar el arsenal químico sirio, Putin se convierte ahora en el abanderado de la legalidad internacional y la diplomacia en el prestigioso periódico norteamericano.

Tras recordar la pasada alianza de rusos y norteamericanos para vencer a los nazis antes de la Guerra Fría, el mandatario ruso defiende la “sabia” creación de las Naciones Unidas para que “las decisiones que afectan la paz y la guerra ocurran sólo por consenso”.

Según Putin, un eventual ataque norteamericano, pese a la fuerte oposición de varios países y líderes religiosos, “incluyendo al Papa”, redundaría en “más víctimas civiles”, rebasaría las fronteras de Siria y desataría una nueva ola de terrorismo que desestabilizaría Oriente Medio y África, así como los esfuerzos por resolver el problema nuclear iraní y el conflicto entre Israel y Palestina.

Putin ofrece asimismo su lectura de lo que ocurre en Siria. Sostiene que el país “no es testigo de una lucha por la democracia, sino un conflicto armado entre el Gobierno y las oposición en un país multiconfesional”.

“Nadie duda de que gas tóxico ha sido usado en Siria. Pero tenemos todas las razones de creer que no fue usado por el Ejército sirio, sino por las fuerzas de la oposición, para provocar la intervención de sus poderosos jefes en el extranjero, que escogerían el bando de los fundamentalistas”, subraya. “No podemos ignorar los informes que indican que militantes preparan otro ataque, esta vez contra Israel”, afirma Putin.

El presidente ruso asevera que no defiende a su aliado sirio, sino la legalidad. “No estamos protegiendo al gobierno sirio, sino a la ley internacional”, asegura el líder ruso. “Debemos dejar de usar el lenguaje de la fuerza y regresar al camino de un acuerdo civilizado y diplomático”, agrega.

“Millones de personas en el mundo ven cada vez más a Estados Unidos no como un modelo de democracia, sino como un país que se apoya sólo en la fuerza bruta, que arma coaliciones bajo el eslogan ‘estás con nosotros o estás contra nosotros’”, sentencia. 

sábado, 7 de septiembre de 2013

8 DESEOS DE OBAMA EN LA INTERVENCION MILITAR EN SIRIA

Tomado de ESglobal 

OCHO ERRORES QUE EE UU NO QUIERE COMETER EN SIRIA

Cómo no tropezar en las mismas piedras.

Por Carlos Hernández-Chavarría

No ampliar el conflicto. La Administración Obama quiere una operación “discreta y limitada”. Unos pocos días de bombardeo que reduzcan la capacidad del Ejército de Bashar al Assad de emplear armas químicas. Eso y nada más: no pretende alterar el equilibrio de fuerzas, ni forzar una negociación y sobre todo no quiere verse obligado a intervenir más de lo estrictamente necesario. El mismo día en que se anunció la operación, la Casa Blanca quiso descartar nuevamente un posible despliegue de tropas estadounidenses en suelo sirio que además, según una encuesta de Reuters/Ipsos, sólo apoyaría un 4% de los ciudadanos.
El referente en este sentido sería la operación Desert Fox contra Irak en el 1998, en la que la Administración Clinton quiso castigar a Sadam Husein por incumplir el desarme ordenado por Naciones Unidas. Fueron cuatro días de ataques contra instalaciones militares con el objetivo de degradar la capacidad de Irak para fabricar armas de destrucción masiva. La palabra clave es “degradar”, que no significa destruir ni aniquilar, sólo reducir. Ahora Estados Unidos también quiere dar un toque de atención a un dictador pero quedándose lejos de derrocarlo.
La cuestión, como siempre, es qué pasará después. En concreto qué postura tomará Estados Unidos si después de lanzar su ataque limitado y preciso Siria ignora el aviso y sigue gaseando a sus ciudadanos. Ahí es cuando a Obama no le quedaría más remedio que caer en esa escalada del conflicto que tanto parece temer. El escenario ideal para Washington no es ese, pero una vez que Estados Unidos entre a formar parte del juego es imposible prever hasta dónde puede llegar su implicación.

No provocar matanzas. Al igual que sucedió en la operación Desert Fox, los misiles Tomahwak lanzados desde el Mediterráneo encontrarán la mayor parte de sus objetivos vacíos. La estrategia consiste en destruir parte de la infraestructura que permite usar armas químicas pero causando el menor número posible de bajas. No interesa que surjan fotografías de daños colaterales en forma de civiles muertos.

Si se atiende a las filtraciones que van conociéndose, en el punto de mira estarían los acuartelamientos de las unidades que han usado armas químicas. Evidentemente ,el Ejército sirio también toma nota y ya ha empezado a mover parte del equipamiento, vaciando por ejemplo una base militar al norte de Damasco y trasladando los misiles Scud y lanzaderas que allí tenía a otras ubicaciones más seguras. Lo mismo ha sucedido con el cuartel general del Ejército en la capital.

No perder de vista el arsenal químico. En esas listas de posibles objetivos quedan fuera precisamente todas las bases de almacenamiento de armas químicas. Los estrategas del Pentágono temen que un ataque sobre estas instalaciones provoque una explosión de gases venenosos o peor, que grupos incontrolados se hagan con ellos. Aunque el Gobierno de Al Assad dice que nunca las usaría contra civiles, sí que reconoce tenerlas y los expertos están convencidos de que posee grandes reservas al menos de gas mostaza y gas sarín que estarían repartidas por todo el país.

Lo cierto es que Estados Unidos prefiere que ese material siga de momento en manos de Al Assad y que no se haga con él algún grupo de la resistencia. Entre ellos hay muchos con los que la Administración Obama no tiene contacto alguno o a los que no está en condiciones de presionar. Con este ataque la Casa Blanca quiere convencer al régimen sirio de que no las use, pero no poner en peligro su control sobre ellas.

No ir a por Al Assad. Tras perder más de un billón de euros y casi 4.500 militares en Irak, los estadounidenses conocen muy bien el precio de tratar de crear una democracia por la vía militar. La Casa Blanca ha descartado abiertamente que el objetivo del ataque sea un cambio de régimen, a pesar de que Washington vería con buenos ojos la marcha del Presidente sirio. Otra cosa es que la Administración Obama tenga claro qué relevo resultaría mejor para los intereses de Estados Unidos.

Esto supone una diferencia fundamental con la operación llevada a cabo en Libia en 2011, donde pese a las afirmaciones de la OTAN de que Gadafi no era un objetivo militar, su palacio de Trípoli fue repetidamente bombardeado. Los aliados creían entonces que la muerte del dictador precipitaría sin duda el final del conflicto, pero parece que en el caso sirio surgen más dudas sobre las consecuencias de la muerte del Presidente.
No fastidiarla con la inteligencia, no depender de la ONU y tampoco ignorarla. Otra lección aprendida de Irak. Estados Unidos debe estar absolutamente seguro de que Al Assad empleó armas químicas. Tras el patinazo de las armas de destrucción masiva de Sadam que nunca aparecieron, esta vez no puede permitirse que al final resulte que no se ha empleado este tipo de armas o que no ha sido el Gobierno sirio.
Tanto Obama como Joe Biden y John Kerry lo han afirmado estos días de forma categórica, pero la Administración trabaja sobre un documento final de inteligencia que sirva para convencer del todo a los congresistas y senadores que todavía ven puntos débiles en la justificación. El Gobierno británico, por su parte, ha querido evitar cualquier reminiscencia con lo que pasó en Irak y ya ha hecho público el informe de sus propios servicios secretos en el que culpa Al Assad del uso de armas químicas contra la población, aunque esto no ha servido para convencer a los miembros de la Cámara de los Comunes.
A pesar de las prisas iniciales, el Gobierno estadounidense parece decidido a dejar que los inspectores de la ONU terminen su trabajo sobre el terreno antes de lanzar un ataque. El grupo de expertos presentará su conclusión inicial de inmediato al secretario general, Ban Ki Moon, y el Consejo de Seguridad tendrá oportunidad de debatir la cuestión. Es importante reseñar que la misión de los inspectores es únicamente decir si hay o no rastros de armas químicas y no determinar si quien las utilizó fue el Gobierno o la oposición. Es un argumento al que con toda seguridad se agarrará tanto la propia Siria como sus valedores, China y Rusia, que de todas formas ya han anunciado que impondrán su veto al uso de la fuerza, independientemente de lo que digan los inspectores.

También Casa Blanca ha declarado que tomará “sus propias decisiones y a su propio ritmo”, pero desde el principio ha señalado la posibilidad de una acción fuera del paraguas de la ONU: Obama considera que tienen suficiente pruebas para el ataque, aunque no ha dado más detalle que “hemos concluido que el Gobierno llevó a cabo ataques con gas”. Parece que la pieza clave que sustenta este análisis estaría en una llamada interceptada por los servicios de inteligencia en la que un alto mandatario sirio exigiría explicaciones al comandante de una unidad por haber empleado este tipo de armamento.

Además del debate internacional, Obama necesita avanzar algo más en lograr un consenso interno. Aunque el Presidente estadounidense ya intervino en Libia sin la autorización del Congreso, entonces contaba al menos con el aval del Consejo de Seguridad de la ONU, lo que le daba cierta legitimidad. La Casa Blanca está en contacto con los legisladores clave en materia de defensa y relaciones exteriores, pero ahora mismo el Congreso está en receso veraniego y parece que Obama no se plantea convocarlo de urgencia para que refrende sus planes de guerra en Siria.

No distraerse de la política nacional. Con sólo tres años restantes en la Casa Blanca, Obama sabe bien que todo lo que pretenda lograr en su segundo mandato tiene que conseguirlo en los próximos seis meses, antes de que empiece la campaña para las elecciones de mitad de mandato a las que luego se unirá el largo proceso para elegir a su sucesor. En este sentido la crisis siria le coge en un muy mal momento: seis de cada diez estadounidenses se oponen a cualquier tipo de intervención en Siria, independientemente de que se hayan usado armas química. Abrir  un gran debate nacional al respecto puede suponer una distracción que haga imposible la reforma migratoria o las nuevas medidas sobre el control de armas. Esta es una de las grandes razones por las que Obama quiere una operación limitada, tanto en el tiempo como en sus efectos.

Además de suponer una distracción y de ser impopular, la intervención en Siria tiene pocos partidarios. Los demócratas liberales y los libertarios republicanos están unidos en su oposición a nuevas aventuras en Oriente Medio, mientras que los republicanos neoconservadores consideran absurda esta opción tan limitada. Incluso los demócratas moderados preferirían que Obama se centrara en su agenda doméstica y no se expusiera a otra guerra costosa que les cueste votos en noviembre de 2014. 

No parecer inmóvil ante los aliados. Tras dos años de matanzas y otros tantos de advertencias, a Obama no le ha quedado más remedio que intervenir. Conforme Al Assad iba traspasando una tras otra las líneas rojasmarcadas por la diplomacia estadounidense, la Casa Blanca iba quedándose sin argumentos para seguir inmóvil si quiere mantener su liderazgo moral entre los países occidentales.
A la presión de la prensa y la opinión pública en Europa se ha sumado la de algunos gobiernos. El presidente francés, François Hollande, ya dijo que estaba preparado para castigar a “quien ha gaseado a inocentes” y elpremier británico, David Cameron, pese al revolcón recibido en la Cámara de los Comunes, lleva ya días defendiendo que el mundo “no puede quedarse quieto” tras las acciones del régimen sirio. Está claro que todo este entusiasmo por una intervención es una llamada al único país que puede de verdad encabezarla, Estados Unidos. 

No parecer débil ante los rivales. Obama ha escogido la respuesta militar más limitada de todas, pero no podía seguir parado ante la insubordinación del régimen sirio. Al Assad ha actuado amparado por el bloqueo que China y Rusia han ejercido en la ONU ante cualquier iniciativa internacional, así que esta operación también debe ser entendida como un mensaje al presidente ruso, Valdímir Putin, y al líder chino, Xi Jinping, de que la primera potencia sigue dispuesta a actuar por su cuenta. Obama demuestra así que su multilateralismo tiene un límite y planta cara a Rusia en plena crisis por Snowden, después de cancelar una reunión de alto nivel en Moscú.

No menos importante es el mensaje que se envía a los países que tampoco han firmado el tratado de la Convención contra las Armas químicas, principalmente, Corea del Norte. Estados Unidos no interviene en Siria por las violaciones diarias de los derechos humanos, sino que ha marcado el límite en el uso de armas químicas. Cuando el propio Obama ha apelado a “los intereses de América” para justificar el ataque es una manera de decir a Pyongyang y a otros: “Hasta aquí es hasta donde podéis llegar sin enfrentaros a un ataque estadounidense”.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Senado EEUU aprueba uso de fuerza militar en Siria

Tomado de La Voz de América
El jefe del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Bob Menéndez, convocó al panel en busca de una resolución de compromiso

Senadores aprueban resolución sobre Siria

Los miembros del Comité de Relaciones Exteriores del Senado conceden autoridad al presidente Barack Obama para hacer uso de la fuerza militar contra el régimen sirio.

El Comité de Relaciones Exteriores del Senado llegó a un acuerdo y aprobó 10 votos contra 7 una resolución que autoriza al presidente de EE.UU., Barack Obama, a hacer uso de la fuerza militar contra el gobierno sirio.

La resolución permite a Obama ordenar una misión militar limitada contra Siria mientras no se prolongue más allá de 90 días y no involucre el empleo de tropas estadounidenses en operaciones de combate sobre el terreno.

Obama solicitó al Congreso autoridad para llevar a cabo acciones militares limitadas contra el ejército sirio en respuesta a un ataque químico que causó la muerte a más de mil 400 personas y del que Washington culpa a las autoridades de Damasco.

La autorización definitiva para que Obama pueda emprender acciones punitivas contra el régimen del presidente Bashar al-Assad sigue teniendo empero significativa oposición en el Congreso, donde algunos legisladores temen que la intervención estadounidense se prolongue y dé lugar a una escalada de la violencia regional.

Se espera que la resolución aprobada por el Comité pase a la aprobación del pleno del Senado previsiblemente la próxima semana. La Cámara de Representantes también debe dar su visto bueno a una acción militar antes de que Obama ordene emprenderla.