Mostrando entradas con la etiqueta Relaciones Internacionales. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Relaciones Internacionales. Mostrar todas las entradas

viernes, 15 de enero de 2016

Países del Triángulo Norte Centroamericano deben luchar contra corrupción para recibir fondos de EEUU

Agencias de Prensa
EE.UU. condiciona ayuda a lucha contra la corrupción
“Una de las cosas que el vicepresidente  (Biden) particularmente enfatizó es en asegurar que los líderes (del Triángulo Norte Centroamericano) entiendan las condiciones asociadas”  a un paquete de ayuda por 750 millones de dólares diseñado por la Casa Blanca y aprobado en el Congreso, dijo un funcionario, que prefirió mantenerse en el anonimato.
 
“Es un monto importante de dinero pero viene con unas importantes condiciones” , añadió la fuente gubernamental
.

El 50 % de los $750 millones para los países del Triángulo Norte estará condicionada a los pasos que den contra la corrupción
El vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, recordó a los mandatarios de Guatemala, Honduras y El Salvador, que la ayuda estadounidense está condicionada a avances en el combate a la corrupción, durante la investidura de Jimmy Morales como nuevo presidente de Guatemala.
La Casa Blanca informó el miércoles que, antes de la investidura formal, Biden mantendría una reunión bilateral con Morales y otra a cuatro bandas junto al nuevo presidente guatemalteco y sus homólogos de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén; y de Honduras, Juan Orlando Hernández, explicó a los periodistas un alto funcionario estadounidense.
“Hay una serie de expectativas que el vicepresidente lleva un par de años expresando a los líderes del Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador). En el caso específico de Morales, las mayores expectativas que tenemos están en el área de la (lucha contra la) corrupción”, dijo el funcionario, que pidió el anonimato, en una conferencia de prensa telefónica.
La expectativa se debe en parte a las razones que llevaron a la elección de Morales en octubre pasado, pero también al hecho de que las principales razones que llevan a muchos centroamericanos a emigrar son la pobreza y la falta de oportunidades, algo que hace más urgente el fortalecimiento de las instituciones, según la fuente. “Creemos que estamos entrando en un periodo de verdadera oportunidad en la región. La elección de Morales es una señal de ello, porque se presentó como un reformista tras los cargos de corrupción contra el (expresidente Otto) Pérez Molina”, afirmó.
En su visita, Biden quiere repasar con los presidentes los avances en las áreas a las que se comprometieron dentro del Plan Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte de Centroamérica, y les advirtió que los $750 millones de ayuda que el Congreso estadounidense aprobó el mes pasado para Guatemala, El Salvador y Honduras durante el año fiscal 2016 están sujetos a “condiciones importantes”, de acuerdo con el funcionario.
Un 50 % se desbloqueará solo cuando el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, certifique que los países están “dando pasos para combatir la corrupción”, fortalecer las instituciones y promover los derechos humanos, entre otras reformas, explicó el funcionario; y el 25 % de la asistencia estará congelada hasta que certifique “que cada país ha tomado medidas para informar a sus ciudadanos sobre los peligros del viaje” a EE.UU.
El plan del Triángulo Norte pretende dinamizar el sector productivo, aumentar las oportunidades de trabajo, y la seguridad, la justicia y la confianza en las instituciones.
La Casa Blanca considera que éste es “un viaje muy importante”, “la primera vez que un vicepresidente estadounidense viaja a Guatemala para una investidura” desde que lo hizo George H. W. Bush en la década de 1980. Biden llegó a Guatemala con una amplia delegación incluido el secretario de Seguridad Nacional de EE.UU., Jeh Johnson; el consejero del Departamento de Estado, Thomas Shannon; y la congresista Norma Torres, que nació en Guatemala.
Hechos importantes
07-07-2015
El consejero del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Thomas Shannon, asegura: “Yo creo que sería inteligente para El Salvador y Honduras buscar un aporte o una ayuda de parte de la comunidad internacional”, ante la pregunta si es necesaria una comisión internacional contra impunidad en El Salvador.
18-12-2015
El Congreso de los Estados Unidos aprueba los fondos para el plan Alianza para la Prosperidad, destinado a que en los países del Triángulo Norte, Guatemala, Honduras y El Salvador, promuevan el desarrollo, la seguridad y la confianza en las instituciones, para generar arraigo de sus habitantes y evitar migración a EE.UU. 

domingo, 12 de abril de 2015

Las 10 millones de firmas sirvieron para nada en la cumbre

Tomado de RFI

La cumbre de la reconciliación

Por María Carolina Piña

Los presidentes Barack Obama y Raúl Castro sostuvieron en Panamá un diálogo cordial en el que confirmaron su deseo de avanzar en la reconciliación entre Cuba y Estados Unidos, tras más de medio siglo de antagonismos.
Todos los analistas coinciden en que queda mucho por hacer y que la reconciliación total entre los antiguos “mejores enemigos del continente” sólo se conquistará con un esfuerzo sostenido de ambas partes en los meses y años venideros. Sin embargo, la Cumbre de las Américas en Panamá parece haber sentado sólidas bases para lograrla.

Por primera vez en más de 50 años, los presidentes de Estados Unidos y de Cuba intercambiaron un cordial saludo, se sentaron en la misma mesa y discutieron ampliamente sobre el proceso de restablecimiento de sus relaciones bilaterales decidido por ambos. Hace algunos meses nadie habría imaginado una inflexión política tan pronunciada. Pero los archienemigos de ayer mostraron que la decisión de cambiar la historia es firme e irrevocable.

El encuentro entre Estados Unidos y Cuba sella un proceso de acercamiento que ambos países anunciaron sorpresivamente el 17 de diciembre y cierra uno de los episodios más álgidos de la Guerra Fría.

“Ha sido una historia complicada la de nuestros países” admitió Raúl Castro. “Pero estamos dispuestos a avanzar” y a “discutirlo todo”, incluso “los asuntos de derechos humanos”, afirmó el líder cubano, quien por primera vez fue convidado a tomar asiento en este foro regional creado en 1994.

De su lado, Obama se mostró igualmente conciliador. "Esta es obviamente una reunión histórica (...). Después de 50 años de políticas que fracasaron era hora de intentar algo nuevo", dijo antes de entrar al recinto donde habló con Raúl Castro.

El mandatario estadounidense tomó en esta cumbre de Panamá en el camino que ninguno de sus predecesores quiso tomar.

No obstante, quedan muchos escollos por resolver. Cuba exige a Estados Unidos la derogación completa del embargo comercial que desde 1962 asfixia a su economía y recuperar Guantánamo, donde Washington tiene una base naval.

Por su parte, Estados Unidos exige verdaderos avances en temas de derechos humanos en la isla comunista.

Pero más allá de las diferencias que todavía separan a los dos países, esta Cumbre de las Américas en Panamá se desarrolló en el mejor ambiente, aunque de entrada se sabía que no habría documento final.

Eso se debió a las tensas relaciones que sostienen Estados Unidos y Venezuela. En efecto, el presidente Nicolás Maduro hizo planear el temor de que se aguara la fiesta con su diatriba” antiimperialista”, luego de que Obama emitiera un decreto, en marzo, donde declaraba a Venezuela como una amenaza para su seguridad nacional e impusiera sanciones contra siete funcionarios venezolanos.

Sin embargo, Maduro sorprendió con una declaración dirigida a su par estadounidense: “Yo le tiendo mi mano para resolver los asuntos” entre Estados Unidos y Venezuela, aunque le solicitó la derogación del decreto “desproporcionado”.

Los principales aliados de Venezuela en la región, Argentina, Bolivia y Ecuador mostraron su apoyo incondicional a Caracas.
La próxima Cumbre de las Américas se celebrará en una fecha por definir, en Lima. La de Panamá cerró sus puertas entre aplausos y elogios. 


sábado, 11 de abril de 2015

Expectation, curiosity and symbolism around the meeting in Panama between Obama and Raul Castro

Taken from The New York Times
PANAMA CITY, Panama President Obama and President Raúl Castro of Cuba shook hands here on Friday night, and American officials said they would hold discussions on Saturday during a gathering of regional leaders, in the first full-fledged meeting between presidents of the United States and Cuba in more than a half-century.

The expected encounter was not on Mr. Obama’s official schedule, but it held deep significance for the regional meeting, as the president’s move to ease tensions with Cuba has overshadowed the official agenda.

Mr. Obama is nearing a decision on removing Cuba’s three-decade-old designation as a state sponsor of terrorism, citing progress in the effort to re-establish diplomatic ties after half a century of hostilities.

He spoke by telephone with Mr. Castro before the gathering, and on Thursday, Secretary of State John Kerry met with Bruno Rodríguez, the Cuban foreign minister — the highest-level session between the governments in more than 50 years — to lay the groundwork for the advancing reconciliation. The much-anticipated handshake on Friday night came as leaders gathered for a welcome dinner, where Mr. Obama and Mr. Castro were seated at the same table, separated by two other people.

Before the official start of the summit meeting, Mr. Obama spoke at a civil society forum. “As we move toward the process of normalization, we’ll have our differences government-to-government with Cuba on many issues, just as we differ at times with other nations within the Americas,” he said. “There’s nothing wrong with that, but I’m here to say that when we do speak out, we’re going to do so because the United States of America does believe, and will always stand for, a certain set of universal values.”

The president rushed through a packed schedule on Friday as the summit meeting got underway, beginning his day with a tour of the Panama Canal.

At a forum with business executives Mr. Obama promoted a $1 billion investment package he has proposed for Central America in an effort to address the causes of the surge of immigrants across America’s southern border last summer. “The more we see our economies as mutually dependent rather than a zero-sum game, I think the more successful all of us will be,” he said.

Mr. Obama made it clear that he still had human rights concerns and was determined to discuss them openly. He held a lengthy meeting with civil society leaders from 12 other countries, including two from Cuba, after a speech at the forum in which he referred to the American civil rights and gay rights movements and to people who opposed apartheid in South Africa and Communism in the Soviet Union.

“Civil society is the conscience of our countries,” he said.

Cuba is attending the Summit of the Americas for the first time since the meeting’s inception in 1994. As senior Cuban and American officials spoke, people representing pro- and anti-Cuban government groups clashed for the third straight day on the sidelines, drawing a contrast with the diplomatic warming.

Hours before Mr. Obama arrived to address the civil society forum at a hotel here, members of groups sent by the Cuban government tried to block access to dissidents, calling them mercenaries who did not speak for Cuba.

At one point, amid angry chanting by the various groups, one of Cuba’s best-known government opponents, Guillermo Farinas, was jostled and manhandled as he tried to pass through a crowd of pro-Castro demonstrators. 

“These aren’t really dissidents, they aren’t really interested in democracy and human rights,” Patricia Flechilla, a Cuban student and delegate at the summit meeting, told reporters, going on to repeat a familiar complaint from the Cuban government that opponents are paid and propped up by foreign governments, namely the United States. 

The fracas interrupted the work of the forum, made up of nongovernmental groups from across the hemisphere, to produce a statement directed at the region’s leaders.

Later, before Mr. Obama arrived, scores of people waving Cuban flags and chanting “Long Live Fidel, Long Live Raúl” gathered outside the hotel. 

Santiago Canton, executive director of RFK Partners for Human Rights at the Robert F. Kennedy Center for Justice and Human Rights, said the presence of Cuba at the summit meeting would inevitably lead to discord that only highlighted the lack of democracy and human rights on the island. “People were sent by the Cuban government to disrupt everything going on, and they are doing that well,” he said after observing the clash. “Human rights and democracy are weak points on the Cuban side.” 

Representatives of the Cuban delegation said they would withdraw from the civil society forum rather than “share space with mercenaries.”

Expectación, morbo y simbolismos alrededor del encuentro en Panamá entre Obama y Raúl Castro

Tomado de El País
Obama y Castro dejan atrás el conflicto que dividió América
Washington y La Habana preparan para el sábado la primera reunión de presidentes desde antes de la revolución

Por Marc Bassets

Un saludo entre Barack Obama y Raúl Castro, al inicio de la VII Cumbre de las Américas, dio esta noche la primera señal del deshielo entre EE UU y Cuba, adversarios desde hace más de medio siglo. La reunión prevista para el sábado entre ambos presidentes, más prolongada y sustantiva que el primer encuentro, debe certificar que la reconciliación es irreversible.

Obama y Castro se reunirán en los márgenes de la VII Cumbre de las Américas, que ha comenzado este viernes y terminará el sábado en Panamá. La reunión, precedida de una cuidada coreografía destinada a preparar la foto de la reconciliación, es la primera entre dos mandatarios de Cuba y EE UU desde que en 1956 Dwight Eisenhower y Fulgencio Batista se reunieron, también en Panamá.

Después llegaron la revolución castrista, la invasión fallida de exiliados cubanos, la crisis de los misiles y décadas de confrontación y resentimientos entre el régimen castrista y la superpotencia mundial. El Muro de Berlín cayó en 1989, pero la Guerra Fría en el Caribe ha perdurado un cuarto de siglo más, hasta que el 17 de diciembre pasado Obama y Castro anunciaron el fin de la enemistadcon vistas al restablecimiento de las relaciones diplomáticas y, en última instancia, del levantamiento del embargo a la isla.

No hay política ni diplomacia sin gestos. La Cumbre de las Américas, la primera en la que Cuba participa desde que este foro empezó a celebrarse en 1994, es la ocasión para que Obama y Castro hablen con tiempo y para que los fotógrafos y camarógrafos fijen para los libros de historia un proceso en el que ambos líderes se juegan el legado.

 “Entramos en un nuevo territorio”, dijo Ben Rhodes, consejero de seguridad nacional adjunto en la Casa Blanca. “El motivo por el que hemos llegado aquí es que el presidente cree que el enfoque basado en el aislamiento (...) ha fracasado”. Fidel Castro y su hermano, Raúl, han sobrevivido a 10 presidentes de EE UU; décadas de medidas punitivas no han logrado cambiar a una de las últimas dictaduras comunistas del mundo.

Las horas previas al inicio de la cumbre fueron un intenso sprint de mensajes, reuniones y gestos destinados a evitar que se estropease la escenificación del deshielo. El miércoles, antes de volar a Panamá, Obama y Castro hablaron por teléfono. Era su segunda conversación: la primera, más extensa, se desarrolló el 16 de diciembre pasado, horas antes del anuncio de la nueva política.
El jueves por la noche, ya en Panamá, el secretario de Estado John Kerry se reunió con su homólogo cubano, Bruno Rodríguez. Era la primera reunión oficial entre los jefes de las diplomacias estadounidense y cubana desde la que mantuvieron, en 1958, John Foster Dulles y Gonzalo Güell.

Todas las comparaciones, en cada paso de la normalización entre Washington y La Habana, remiten a antecedentes de hace décadas. Cuando, en un encuentro con la prensa, un periodista preguntó a Rhodes si la reunión de Panamá era equiparable a reuniones anteriores, como la de Eisenhower y Batista o la del entonces vicepresidente Richard Nixon con Fidel Castro, en 1959, el asesor de Obama respondió: “Me parece una comparación adecuada”.

La de Panamá es la primera reunión, pero no la primera vez que dos líderes estadounidense y cubano se saludan desde el encuentro de Eisenhower y Batista, cuando Obama no había nacido y Raúl Castro era un joven revolucionario a la sombra de su hermano Fidel. Bill Clinton y Fidel Castro se vieron brevemente durante una reunión de la ONU en Nueva York, en el año 2000. Y los propios Obama y Castro se saludaron durante unos segundos en Johannesburgo en 2013, durante los funerales de Nelson Mandela, el héroe de la reconciliación sudafricana.

La de Panamá es la primera reunión, pero no la primera vez que dos líderes estadounidense y cubano se saludan
Una de las incógnitas en vísperas de la cumbre era si Obama anunciaría la retirada de Cuba de la lista de Estados que patrocinan el terrorismo. EE UU la incluyó en la lista en 1982, durante la presidencia de Ronald Reagan. La Administración Obama ha concluido que ya existen pocos motivos para mantener esta política. Todo está a punto para que Obama proponga la retirada de la lista, un gesto con un enorme potencial simbólico . El embargo, cuyo levantamiento definitivo depende del Congreso de EE UU, sigue en pie.

Toda cumbre internacional tiene mucho de teatro y dramatización, y una de las tramas paralelas es el anuncio de la retirada de la lista. Podría aprovechar para hacerlo en la reunión con Castro o esperar unos días. El siguiente paso, también cargado de simbolismo, será la reapertura de las embajadas. Las relaciones diplomáticas se interrumpieron en 1961.

En la coreografía de Panamá han sonado notas discordantes. EE UU ha desplegado sus esfuerzos, con una visita a Caracas de un emisario de Obama, para evitar que Venezuela arruinase la armonía. Y el acoso, durante actos previos a la cumbre, de disidentes cubanos por parte de activistas adscritos al régimen, ha revelado que para Cuba una cosa es el diálogo con EE UU y otra el diálogo con su oposición interna.

La Casa Blanca y el Departamento de Estado condenaron el viernes los actos violentos contra la oposición. Y en Panamá Obama ha coincidido con miembros de la disidencia en un acto de la sociedad civil latinoamericana.

La democratización de Cuba puede ser la consecuencia final de su apertura a EE UU, pero no figura entre los objetivos inmediatos de Obama, como tampoco figuraba entre los objetivos de Nixon cuando viajó a Pekín para reunirse con Mao Zedong en 1972, otra comparación que se escucha estos días.

“Estamos comprometidos con el establecimiento de relaciones diplomáticas, no con el cambio de régimen”, dijo Rhodes. “Estados Unidos no está en el negocio de derrocar gobiernos en América Latina”. Para Washington, el giro en la política cubana también es un giro en la política latinoamericana.


jueves, 2 de abril de 2015

Ante panorama diplomáticamente nulo Venezuela se conformará en Cumbre de las Américas con provocar a EEUU

 Tomado de La Voz de América
Cumbre: Venezuela con pocas probabilidades de éxito
Las expectativas de Caracas están centradas en un encuentro cara a cara entre los presidentes de Venezuela y Cuba con el mandatario de Estados Unidos, Barack Obama.

Un triunfo para el gobierno del mandatario Nicolás Maduro en la VII Cumbre de las Américas consistiría, según analistas, en que el presidente Barack Obama revoque la orden ejecutiva que considera a Venezuela como una amenaza para su seguridad nacional.
"¿Las probabilidades de que suceda? Muy pocas", dijo a la Voz de América la internacionalista Giovanna De Michele.
Otro panorama exitoso  sería que Cuba se solidarizara de manera radical con Venezuela, al punto de poner en riesgo su proceso de restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos", aunque la experta tampoco lo ve probable.
De Michele considera que el mayor logro realista que pudiera conseguir el gobierno de Maduro sería que “en el momento en el que ponga sobre la mesa su impasse con los Estados Unidos, aún cuando no es un tema de la agenda, otros gobiernos se solidaricen en presencia del mandatario  estadounidense”.
Difícilmente el gobierno venezolano logrará que en el documento final de la cumbre se haga referencia a las tensiones con Estados Unidos, ya que generalmente sólo se incorporan los resultados de los temas que forman parte de la agenda, entre ellos la prosperidad con equidad en el continente y su enfoque en áreas como salud, seguridad, gobernabilidad democrática y participación ciudadana.  
De todas formas, la diplomacia venezolana intentará maniobrar para que la declaración final tome en consideración las sanciones estadounidenses contra funcionarios del gobierno por presuntas violaciones a los derechos humanos, de acuerdo al internacionalista Kenneth Ramírez.
De hecho, el gobierno venezolano hará lo posible por polarizar la cumbre, según el experto.
“Maduro podría buscar acorralar al presidente Barack Obama con señalamientos de que las sanciones a los funcionarios venezolanos buscarían derrocarlo”, señaló Ramírez.
El presidente venezolano también intentará obtener el apoyo de movimientos de izquierda que participarán en la cumbre paralela “y con esas políticas de estridencia sabotear el encuentro para generar una sensación de que la cumbre no va a marcar ni un antes ni un después en las relaciones interamericanas”, añadió.
Pero Ramírez agregó que no cree que Maduro fructifique ya que a su juicio la región apuntará a la necesidad del diálogo pero sin antagonizar a Washington. 
Incluso, prevé que el mandatario cubano, Raúl Castro, "intentará que esa estridencia venezolana no opaque del todo el acercamiento con Estados Unidos'.
La misma visión tiene el analista Tony De Viveiros, quien no descarta presiones por parte del gobierno cubano sobre Venezuela para no perder protagonismo durante la reunión.
"Esta cumbre podría ser la más difícil para Estados Unidos desde el encuentro de 2005 en Mar del Plata, cuando hubo un boicot contra el Área de Libre Comercio de las Américas (Alca)", dijo De Viveiros.
Es la tercera vez que Maduro participa en la Cumbre de las Américas. Las dos anteriores acudió como canciller. 

martes, 31 de marzo de 2015

UNASUR desea mayor protagonismo en mediación de conflictos restándoselo a OEA

Tomado de El País

El desgaste moral de la OEA y sus lecciones para Unasur

Mientras se interpreta la situación de Venezuela con estadísticas, los familiares de las víctimas la recordarán como una tragedia


Por Daniel Cerqueira

"¿Y Cuántas divisiones tiene el Papa?" Al contestar el vituperio de Stalin, Pio XI se limitó a lo eclesiástico, consciente de que en la primera mitad del siglo XX no lograría persuadir al jefe de Estado de una poderosa Unión Soviética con argumentos de orden moral: "Dígale a mi hijo Josef que encontrará mis divisiones en la eternidad". Cincuenta años más tarde, Juan Pablo II apoyaría las demandas de libertad de asociación de sus coterráneos polacos y lograría influenciar la decisión de Moscú de no intervenir militarmente en la liberalización política en Polonia.
Tras el fin de la Guerra Fría, la consolidación de un orden multipolar trajo consigo no sólo el esparcimiento de la hegemonía de Estados Unidos y de la Unión Soviética, sino la redefinición de formas inmateriales de autoridad. En un escenario en que el poderío político ya no descansa exclusivamente en recursos militares y económicos, son frecuentes los pronunciamientos de líderes de países en vías de desarrollo retando la autoridad de potencias mundiales.
En el continente americano, esta realidad se ha evidenciado en alocuciones de diplomáticos de países del ALBA desafiando a sus pares estadounidenses. Paralelamente, diferentes gobiernos de la región han promovido que Unasur asuma un rol más protagónico en la mediación de crisis políticas internas, procesos de observación electoral y otras funciones que hasta hace una década eran casi privativas de la OEA.
Diferentes gobiernos de la región proponen que Unasur asuma un rol más protagónico en la mediación de crisis políticas internas

Entre las razones de la disminución de la importancia de la OEA, una muy palpable es la memoria de los ciudadanos de América sobre su actuar. El respaldo diplomático que Estados Unidos brindó a dictaduras militares pasó prácticamente inadvertido por sus órganos políticos, por lo que no es exagerado decir que durante el período más álgido de la Guerra Fría la OEA actuó como un apéndice de la política externa estadounidense. Así lo demuestra la intervención de una "fuerza interamericana de paz" en la guerra civil dominicana de 1965. Su composición —decenas de policías costarricenses, cientos de militares brasileños, hondureños, nicaragüenses y paraguayos y 42,000 marines— denota la preocupación de Lyndon Johnson de que una victoria de las tropas constitucionalistas leales al Presidente Juan Bosch podría conllevar a un régimen filocastrista en República Dominicana.
En la década de 1970, los pronunciamientos más visibles de defensa de los derechos humanos por parte de la OEA coincidieron con la llegada de Jimmy Carter a la Casa Blanca. Mientras en la décima Asamblea General de la organización Carter criticó las atrocidades perpetradas por la dictadura militar argentina, el canciller del país sureño amenazó con denunciar la Carta de la OEA, a la cual acusó de infringir el principio de no intervención en los asuntos internos de los Estados miembros.
La dificultad en armonizar el referido principio con la primacía de los derechos humanos parece ser una constante en los esfuerzos de integración regional, habiéndose manifestado recientemente en la actuación de la propia OEA y de Unasur en torno a la crisis de gobernabilidad en Venezuela. A lo largo del 2014, 43 manifestantes fallecieron y centenas resultaron heridos de impactos de armas de fuego disparadas por agentes de seguridad o particulares actuando bajo su connivencia. Luego de un discreto pronunciamiento del Consejo Permanente de la OEA, los Cancilleres de Unasur se posicionaron el 12 de marzo de 2014, un mes después del inicio de los disturbios. Si bien ambos organismos reivindicaron el respeto a los derechos humanos en sus resoluciones, no hicieron ningún llamado a que se investiguen y cesen los abusos ampliamente denunciados.
Unasur prioriza la no intervención en Venezuela y obvia cualquier llamado a que se sancionen las violaciones a los derechos humanos

A comienzos de 2015, un nuevo saldo de fallecidos, torturados y detenidos tuvo lugar tras la reacción, nuevamente en las calles, a la detención del alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma. Mientras esta detención engordó la lista de opositores silenciados bajo rejas, el empleo desproporcionado de la fuerza durante las protestas y la impunidad en torno a estos hechos son sintomáticos del desgobierno en Venezuela. Pese a que la mayoría de las muertes ha sido registrada en marchas de oposición al gobierno, son varios los policías y simpatizantes de Maduro igualmente fallecidos en asaltos armados.
Hasta la fecha Unasur ha priorizado la no intervención en los asuntos internos de Venezuela y obviado cualquier llamado a que se sancionen las graves violaciones a derechos humanos cometidas en el país. Es cierto que la ingobernabilidad provocada al menos parcialmente por Nicolás Maduro no es comparable con el terrorismo de Estado patrocinado por Jorge Rafael Videla. Pero a los fines de la primera gran prueba de autoridad moral de Unasur no hace falta que los muertos y heridos lleguen a la casa de los miles. Mientras dicho órgano interpreta la situación actual de Venezuela como una estadística, su población y sobre todo los familiares de las víctimas la recordarán como una tragedia.