domingo, 16 de marzo de 2014

Alegan fraude electoral contra Uribe en Colombia

Tomado de Revista Semana


¿Fraude contra Uribe?

 

Sin duda hubo irregularidades, pero no las que el expresidente denuncia.


Todo indica que los resultados del Centro Democrático le parecieron un gran triunfo a la mayoría de los colombianos, menos a uno: Álvaro Uribe. Sacar 19 senadores en una lista cerrada es una hazaña sin antecedentes en Colombia. Más gracia aún si se tiene en cuenta que más de la mitad de los 19.

 eran totalmente desconocidos y que el único que hizo campaña efectiva fue él. Por eso sorprendió que el día de las elecciones cuando se esperaba el anuncio eufórico de un triunfo, salió un Uribe sobrio y sin ninguna emoción, leyendo en un iPad una declaración que despertó poco entusiasmo. 

La razón de ese desánimo es que el expresidente y su primer anillo esperaban mucho más. La última columna de Fernando Londoño mencionaba la cifra de 40. Esto podía ser un cañazo para estimular a la tropa, pero el hecho es que en el sanedrín uribista nadie esperaba menos de 25 y algunos fantaseaban con diez más. En todo caso, independientemente de cualquier desilusión individual, el resultado del Centro Democrático fue una victoria importante. Esa colectividad, que no existía antes, empató con el Partido Conservador en el segundo lugar. Como el Partido de la U quedó sorprendentemente en el primer lugar, el presidente Santos no pudo contener su entusiasmo y decidió echarle sal a la herida de Uribe felicitándolo irónicamente por un “decoroso segundo lugar”.

Por eso creó desconcierto cuando el expresidente y sus seguidores comenzaron a hablar de fraude y de falta de legitimidad del nuevo Congreso. Sin duda alguna, el Centro Democrático había enfrentado estas elecciones con muchas desventajas. Para comenzar, el Consejo Nacional Electoral les prohibió poner el nombre o la foto de Uribe en el tarjetón. Esa fue una decisión controvertida y no exenta de contenido político que les hizo mucho daño.  La campaña de publicidad para desvincular a Uribe de La U que usó imitadores para asociarlo con el Centro Democrático fue relativamente efectiva pero no del todo. Es muy probable que un porcentaje de los que votaron por La U creyeran que ese era todavía el partido de Álvaro Uribe. Sobre todo si se tiene en cuenta que el Partido de la U y algunos de sus candidatos como Roy Barreras, hicieron campañas de publicidad basadas en crear confusión entre las dos colectividades para robarle votos al Centro Democrático.

Las quejas de ese movimiento en relación con esas maniobras sin duda son válidas. Pero las que generaron más ruido fueron las de fraude electoral en el conteo de los votos. La denuncia central consiste en que después del boletín número 16 de la Registraduría se cambió la tendencia y Uribe, que iba ganando con una proyección de 21 senadores, acabó con dos menos. La explicación de esto para los uribistas es que en 7.991 mesas del país (el 8,3 por ciento del total) no les contaron sus votos.  Paralelamente, mientras esto pasaba, el Partido de la U, que estaba de segundo, pasó al primer puesto.

Aunque nadie discute los anteriores hechos, en donde están divididas las opiniones es en la interpretación de los mismos. En Colombia las elecciones nunca han sido transparentes. En la actualidad, además de por compra de votos, una curul se puede perder o ganar por corrupción en tres etapas: en el conteo en las mesas, en el escrutinio que se hace posteriormente en cada departamento y en el Consejo Electoral que es ante quien se interponen las demandas de fraude. En todas estas instancias se han definido elecciones de forma irregular en el pasado y por eso después de cada jornada electoral hay centenares de demandas.

En muchas regiones del país, particularmente en la costa, se presentan ese tipo de marrullas. Se rumora que el domingo pasado algunos senadores llegaron a gastar más de 10.000 millones de pesos por sus curules. El que compite contra esas chequeras sin plata está en una evidente situación de desventaja. Hasta hace cuatro años esos gamonales eran de Uribe pues constituyen una población flotante que pasa de un gobierno a otro mientras haya mermelada. Ahora son de Santos y al ex presidente le tocó enfrentarlos sin recursos económicos porque quienes financian las campañas también están con el poder. 

Pero algo va de esos episodios regionales, que han sido lo tradicional, a la denuncia de fraude oficial que ha formulado el uribismo por cuenta de las 8.000 mesas en las cuales según ellos no se contaron sus votos. En la mayoría de esas mesas sí hubo votos por el movimiento del expresidente, pero aunque estos aparecen en las actas no fueron registrados en los boletines oficiales. Después de la denuncia la Registraduría pudo establecer que el error se cometió solamente en 2.000 mesas en las cuales efectivamente había votos uribistas que no aparecieron en los boletines, pero sí en las actas del día de las elecciones. En las otras 6.000 no había votos por el Centro Democrático. Todos los partidos tienen mesas donde no hay votos y también mesas donde sí hubo, pero aunque fueron contados no fueron transmitidos el día de las elecciones. El Partido Liberal, por ejemplo, ha encontrado 4.300 mesas sin votos suyos. El Partido de la U, 2.350 y el Partido Conservador, 1.500. 

Sin embargo, si los votos constan en las actas pero no en el sistema de la Registraduría, no están perdidos. Por lo general todos los partidos confrontan esas actas con los registros oficiales y se hacen los ajustes del caso. Si los uribistas tienen 200.000 votos no incluidos en los registros, estos serán incorporados después del escrutinio. Los voceros del expresidente reconocen esto pero aseguran que si no hubieran hecho la denuncia esos votos no habrían aparecido. Eso puede ser verdad, pero lo mismo podrían decir los otros partidos que van a hacer esa confrontación de datos. 

Además hay otra realidad. La mayoría de listas tienen un aumento de entre el 3 y el 5 por ciento entre la cifra publicitada inicialmente y la votación final después del escrutinio. Esto obedece a que en la noche de las elecciones solo se han contabilizado por lo general el 98 por ciento de los votos. A ese dos restante hay que sumarle algo cercano al 1 por ciento por el margen de error del sistema. Por eso, una votación de 50 mil votos puede acabar siendo de 52 mil o algo así. Como la lista del Centro Democrático tuvo cerca de 2 millones de votos, le van a aparecer sin fraude entre 50.000 y 100.000 votos. 

Las 8.000 mesas del Centro Democrático por lo tanto no son las únicas pero llaman la atención por su cantidad. Es fácil entender fraudes de 300 o 400 votos en mesas individuales en diferentes departamentos, pero un fraude de 200.000 votos como el denunciado es muy difícil de concebir y ejecutar.  Como cada una de las 8.000 mesas tiene tres jurados más los testigos de los partidos es imposible coordinar una trampa con más de 24.000 personas. La inferencia entonces, es que si algo pasó tuvo que haber sido en la Registraduría.  Pero no en la sede central de Bogotá sino en las distintas dependencias de regiones y municipios donde caciques electorales tienen ascendiente sobre las autoridades locales.

Ese es un eslabón de la cadena de irregularidades que atentan contra la transparencia electoral, pero no solo contra Uribe sino contra todos los partidos. Esto produce fenómenos como que el Partido Liberal no ganó en un bastión tan tradicional como el departamento del Atlántico y que el uribismo no hubiera sacado una curul en Córdoba. Pero no se trata de una conspiración nacional sincronizada entre el presidente y el registrador sino de una sumatoria de pequeños robos de votos en diferentes instancias en distintos municipios por diferentes caciques. Lo que es un hecho es que en la costa se presentaron irregularidades que fueron en contra de los candidatos del uribismo. Pero estas no fueron cometidas por un partido contra otro, sino por unos candidatos contra otros. Y muchas veces se trató de antiguos uribistas con experiencia en triquiñuelas contra nuevos uribistas de voto de opinión y vírgenes en esas lides. 

Hay centenares de candidatos que no obtuvieron el resultado que esperaban y que están protestando al respecto. La estatura política y la credibilidad que tiene el presidente Uribe le han dado un megáfono a sus protestas y las han convertido en un escándalo. Pero hasta ahora el proceso solo va en la etapa del preconteo. Todavía faltan etapas del proceso y hay que reconocer que las denuncias de Uribe pondrán la lupa del país entero sobre esos trámites haciendo prácticamente imposible cualquier fraude. Aún así, si eventualmente se demuestra que no hubo fraude, se le ha hecho un daño importante a la imagen del país.


Otros usos para el aceite de oliva

Tomado de Entremujeres.com

10 increíbles usos del aceite de oliva

Despegar stickers, sacar un chicle de la ropa, lustrar muebles o destrabar el cierre de un pantalón son algunas de las formas de usar este producto en casa y solucionar tus problemas. ¡Tomá nota! 
ara tener en casa y solucionar muchos de esos problemas que te resultaban imposibles. Eso sí, hay que estar atento a las medidas ya que, por su alto costo, hay que usarlo en pequeñas cantidades. Estos son algunos de los increíbles usos del aceite de oliva que seguro no conocías. 

1. Limpiar la grasa de tus manos. Al frotar un poco de aceite de oliva con sal en tus manos podrás remover esas manchas que pueden ser dificiles de sacar si te ensuciás con grasa del portón del auto, o de algún otro artefacto. 

2. Sacar chicles de la suela de los zapatos. Remojá una toalla de tela fina en aceite y dejala apoyada sobre el chicle por unos minutos hasta que la goma se ablande y sea más fácil de remover.

3. Curar tablas y recipientes de madera, sartenes, ollas o woks de metal nuevos. Frotar una medida de aceite de oliva con una tela usada y dejar secar sin enjuagar, para realizarles una especie de capa impermeable.

4. Quitar los stickers autoadhesivos. Si tus hijos llenan los vidrios del auto, las puertas del placard o las paredes de stickers y no sabés cómo sacarlos, esta es la solución. Poner un poco de aceite sobre la superficie, dejá actuar unos minutos y retirá con una espátula en forma suave para no dañar la superficie. 

5. Evitar que la tierra o la miel se peguen a tazas, cucharas o medidores. Para hacerle a tus tazas, cucharas o elementos medidores un escudo protector, hay que bañarlos con un hilo de aceite de oliva por toda la superficie y dejar que se seque. Así, la miel, la tierra, y la cera, entre otros, resbalarán y será más fácil retirarlos del contenedor. También sirve para limpiar tus elementos de jardinería, como palas y rastrillos, y prevenir que se llenen de polvo.

6. Destrabar el cierre de un pantalón, campera o bolso. Poner una mínima cantidad sobre el cierre de metal y mover del tirador suavemente hasta que los dientes vuelvan a encastrarse y funcione el sistema.

7. Lustrar muebles. Podés usar aceite de oliva para lustrar superficies de madera y así darles un acabado más brilloso. Además, los protegerá de golpes y rayaduras. 

8. Mejorar cuero envejecido. Poner un poco de aceite en artículos de cuero como camperas, zapatos o carteras y lustrar con una franela para aumentar la humedad y suavizar las grietas.

9. Evitar manchas de agua o sarro en piezas de acero inoxidable.Verter un poco de aciete sobre la superficie y después pulir con un paño seco. También sirve para los cubiertos de metal, las fuentes o artículos de decoración. 

10. Eliminar los chirridos de las puertas y ventanas. Poner unas gotas de oliva en las bisagras que hagan ruido por la falta de lubricación y mover de un lado a otro para que ingrese en todo el sistema. 


Extractos del blog Homebody in Motion de Alesandra Dubin para iVillage. 


MITOS MEDIATICOS ACERCA DE LOS VIKINGOS Y SU VIOLENTA REPUTACION

TOMADO DE BBC MUNDO 


¿Eran los vikingos tan sanguinarios como se dice?

Por Tom de Castella

Las alargadas embarcaciones llegaron el 8 de junio. Aunque los monjes de Lindisfarne no lo sabían, era el principio de 300 años de sangrientos saqueos vikingos en Gran Bretaña e Irlanda.

Corría el año 793

"Nunca antes había habido tanto terror en Gran Bretaña como el que estamos sufriendo por una raza pagana", escribió en ese entonces el erudito anglosajón Alcuino de York.

"Los herejes regaron la sangre de los santos en el altar y pisotearon los cuerpos de los santos en el templo de Dios, como si fuera excremento en las calles".

Más de 12 siglos después, los vikingos siguen teniendo un lugar preponderante en la imaginación. Hombres rubios, físicamente poderosos, con yelmos cornudos y la agresividad a flor de piel, descendiendo sobre aldeas para violar y saquear.

Esa, al menos, es la percepción. Pero esa visión tan arraigada está en tela de juicio.

Con o sin cuernos

 

Empecemos por los cuernos, tan populares entre los fanáticos escandinavos de fútbol.

Los cuernos y la ópera, una relación más honesta que aquella que los liga a los vikingos. Los vikingos nunca los usaron.

Sólo empezaron a aparecer en las representaciones de ellos en el siglo XIX. Richard Wagner celebró la mitología nórdica en su "La valquiria", la segunda ópera de su ciclo "El anillo del nibelungo" y los yelmos con cuernos fueron creados para la presentación en el primer Festival Bayreuth, en 1876.

El yelmo con cuernos efectivamente está basado en un hecho histórico, pero no era algo vikingo, precisa Emma Boast del centro vikingo Jorvik, en Inglaterra.


En el Museo Británico hay uno de la Edad del Hierro, que fue encontrado en el río Támesis. Data de 150-50 a.C.

Los vikingos usaban cuernos en sus banquetes, para tomar y los tocaban soplando para comunicarse. Aparecen representados en broches y pendientes. Pero no los usaban y menos en las batallas, pues habrían sido un estorbo al hacer que su casco fuera más pesado.

No obstante, si uno le pide hoy en día a un niño que dibuje a un vikingo, probablemente empezará con el yelmo cornudo.
"Está tan fijada en nuestra sociedad que no creo que nos podamos deshacer de esa imagen", le dice Boast a la BBC.

Un vikingo en casa

 

"El debate sobre si los vikingos eran adorables o no empezó hace mucho tiempo", explica Matthew Townend, quien enseña nórdico antiguo, la lengua que hablaban los vikingos, en la Universidad de York.


La película "Los Vikingos" muestra la imagen clásica que tenemos de ellos.


La imagen clásica es la que articuló la película de Hollywood de 1958 "Los Vikingos". Protagonizada por Kirk Douglas, Janet Leigh y Tony Curtis, empezaba con lo que un crítico describe hoy en día como "una vigorosa representación de violaciones, incendios y saqueos". Aunque, al menos, sin ningún cuerno a la vista.

En los 60s y 70s, esa imagen de bárbaros al acecho empezó a ser cuestionada.

La mayoría de los registros sobre la invasión vikinga de Inglaterra fue escrita por monjes que, como "las víctimas", no eran objetivos, señalaban algunos académicos.

La arqueología empezó a posicionar las sagas nórdicas -escritas varios siglos después- como la evidencia más confiable.

Un punto de inflexión crucial se dio a finales de los años 70, durante la construcción de un centro comercial en el área de Coppergate de York.

La tierra húmeda había preservado casas, ropa, joyas y un yelmo vikingos, que dejaban entrever su aspecto doméstico y familiar.

"Hasta Coppergate, nuestra visión de los vikingos era sesgada", explica Chris Tuckley, jefe de interpretación en el Centro Jorvik.

Los vikingos pasaron de ser saqueadores espeluznantes a hábiles comerciantes. Eran poetas, usaban zapatos de cuero y se peinaban el cabello.

No tan amables

 


Pero la corrección a "vikingos adorables" ha ido demasiado lejos, opina el catedrático de historia anglosajona en la Universidad de Cambridge, Simon Keynes.

Brutales o adorables, ahí está el dilema.

"No hay duda sobre cuán desagradables y brutos eran: hicieron todo lo que justifica su reputación".

Robaron todo lo que pudieron. Las iglesias para ellos eran meros repositorios de tesoros para saquear. Se llevaban el ganado, el dinero y la comida. Y probablemente a las mujeres también, dice.

"Quemaban las aldeas y dejaban a su paso un rastro de destrucción". Y era una agresión no provocada. A diferencia de la mayoría de los ejércitos, llegaron por el mar, en sus largos barcos de fondos angostos que les permitían viajar por los ríos y sorprender poblados. Era un blitzkrieg marítimo al principio, agrega.

Y lo peor era que los asaltos se repetían. Los vikingos, como ladrones que retornan una y otra vez a las mismas casas, se rehusaban a dejar tranquilos a los lugareños.

Crueldad


Hay historias espeluznantes que pueden o no ser ciertas.

Se dice que Ivar el Deshuesado era particularmente cruel.
Según las sagas, puso a Edmundo, el rey de Anglia Oriental, contra un árbol y le ordenó a sus hombres que le dispararan flechas hasta que su cabeza explotara.

Y a su rival vikingo, el rey Aelle, lo ejecutó en York cortándole las costillas en la columna vertebral, rompiéndoselas para que se vieran como alas y sacándole los pulmones por las heridas en su espalda... un método de ejecución conocido como el "Águila de sangre".

Aunque la precisión de estas historias está en disputa.

Además, los anglosajones no eran precisamente los defensores de un prototipo de la Convención de Ginebra, señalan otros. En 2010 fueron encontrados en el pueblo costero Weymouth, sur de Inglaterra, 50 cuerpos decapitados que se cree son de vikingos ejecutados.

Comercio y telenovelas

 

Los vikingos llegaron hasta Terranova en Norteamérica; al norte de Francia y Alemania; y a lo que hoy en día es Rusia y Ucrania. Pero quizás es menos conocida la influencia que tuvieron en Asia central y Medio Oriente.

Vea la galería  Vida y leyenda de los vikingos

"Es muy difícil evaluarlos pues hicieron tantas cosas", dice Keynes.
La fuente más abundante de escritos sobre los vikingos en los siglos IX y X está en árabe, resalta James Montgomery, profesor de árabe en la Universidad de Cambridge.

Los vikingos estuvieron en el mar Caspio donde entraron en contacto con el imperio jázaro. Quizás incluso llegaron hasta Bagdad, si se le cree a una fuente de mediados del siglo IX.

Se piensa que los vikingos, a los que llamaban "los rus", contribuyeron a la formación del principado de Kiev, que se luego se convirtió en Rusia, le dice Montgomery a la BBC.

Eso ha hecho que algunos los describan como comerciantes globales más que como guerreros.

Y hay quienes incluso dicen que se inventaron las telenovelas, pues consideran a las sagas islandesas como las precursoras.

Una gran historia


La historia siempre se vuelve a escribir... varias veces.

El revisionismo es natural. Los académicos siempre están buscando un nuevo ángulo. Y la gente cambia de opinión a medida que las costumbres sociales evolucionan.

"(El escritor francés) Stendhal dijo que la biografía de Napoleón iba a ser reescrita cada seis años", anota el historiador Antony Beevor.

Sin duda, el revisionismo y el contraargumento se refinarán.
Pero la historia de los vikingos, repleta de violencia, colonialismo y comercio, lo tiene todo. Con o sin cuernos.